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La baja del negocio o del autónomo como trabajador por cuenta propia debe estar

siempre plenamente justificada. En este sentido, para alegar motivos económicos el


solicitante tiene que demostrar haber obtenido un nivel de pérdida mayor del 10% a los
ingresos anuales, o del 20% en dos años consecutivos. También puede causar baja por
motivos técnicos, productivos u organizativos, así como por causas mayores, como la
pérdida de licencia administrativa para desarrollar la actividad, o que se den situaciones de
divorcio o separación legal del socio con el que mantenía la empresa, o haber sido víctima
de violencia de género.
En los casos en que el autónomo tuviera empleados contratados, también es requisito
previo al cese de actividad el cumplimiento de garantías, obligaciones y procedimientos
regulados en la legislación laboral.

La prestación a los autónomos por cese de actividad será gestionada por las Mutuas
Laborales, el Servicio Público de Empleo Estatal y el Instituto Social de la Marina, con la
colaboración de los servicios públicos de empleo de las Comunidades Autónomas.

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