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El observar la danza tradicional y folclórica desde el punto de vista de otro campo artístico,
como la música, hace que nos cuestionemos diferentes cosas como: ¿qué tanto conocemos la
música de las danzas de nuestro país? ¿realmente valoramos las manifestaciones artísticas
mexicanas? ¿qué tipo de representaciones artísticas nos dan una identidad nacional?
La enseñanza de la música ha sido occidentalizada, pero ¿por qué alejarnos tanto si en México
existe una gran diversidad de danzas, de música? Considero que este problema viene desde
la forma en la que la música es enseñada.
La enseñanza de la música considerada “académica”, se enfoca únicamente a la música
nacida y creada en Europa, pero ¿por qué hacer menos a la música de nuestro país? Si bien
la música tradicional y folclórica mexicana no puede ser entendida exactamente de la misma
forma en que es comprendida la música académica, pero aun así puede ser estudiada y
valorada de la misma forma; podemos apreciar diferentes elementos rítmicos en la música
mexicana, existe una enorme cantidad de géneros, de instrumentaciones, de elementos
musicales que no se encuentran con frecuencia en la música académica.
Saliendo un poco del pensamiento del músico clásico académico y pensando más desde el
punto de vista de la pedagogía musical me pregunto ¿por qué la formación de un músico, y
con mayor razón, del educador musical no incluye en la curricula alguna materia que sirva
como acercamiento a la danza? La música y la danza van siempre de la mano; La música
tiene movimiento, la danza tiene ritmo, ambas necesitan de un tiempo para existir.
La finalidad de un educador musical en general, no es crear músicos sino introducir a la
persona a un nuevo lenguaje, a una forma diferente de ver y comprender el mundo, darle
herramientas para poderse expresar de formas diferentes, todo esto a través del sonido. No
logro concebir la idea de una educación y una iniciación musical completamente alejada de
la danza. ¿A caso hay otra forma de comprender el ritmo que no sea mediante el movimiento?
Pedagogos musicales de gran importancia como Dalcroze u Orff defienden este punto.
o Sería conveniente incluir nociones básicas de danza tradicional, así como de otros
campos artísticos, dentro de la formación del músico y, con mayor razón, del
educador musical; si bien, este no se formará profesionalmente como bailarín de
danza folclórica, es importante que tenga conocimiento de la existencia de esta y que
sea capaz de utilizar algunos elementos de ella como herramienta para la enseñanza
de la música. El combinar ambas disciplinas ayudaría tanto para la comprensión del
lenguaje de la música como para enriquecer e incrementar las posibilidades de
expresión mediante dicho lenguaje.
Por último, un punto de suma importancia dentro de este tema y que anteriormente no fue
mencionado es el valor humano tanto de la música como de la danza. Dejando a un lado las
atribuciones estéticas y técnicas que esta última generaría en la música, fomentando la
sensibilidad del ser, humanizándolo.