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LA MUJER, EL EVANGELIO Y EL MINISTERIO Sonja Persson Documento presentado en el NUcleo Ecuador de la Fraternidad Teologica Latinoamericana. Quito, 3 de julio de 1993 LA MUJER, EL BVANGELIO, EL MINISTERIO Una Relectura Evangélica Suecedi6 en el sector ortodéxo de Jerusalén un s4bado a las diez de la mafiana. Las gradas largas por afuera hasta el segundo piso a la parte posterior de la sinagoga terminaron frente a una puerta cerrada con doble candado. Las mujeres judias habian regresado a los quehaceres de 1a casa, mientras que hombres en vestimenta ortodoxa y con pelo y barba segin Levitico 19:27 seguian acercéndose al encuentro con Yahvé. Estuve realizando el viaje afiorado a la Tierra Sante. Consciente de mi interés en el estudio de la mujer desde un enfoque biblico, el guia me invit6 a presenctar }a asamblea en una sinagoga ultra ortod6xa. Cerrada 1a entrada especial para la mujer, me rest6 solamente una posibilidad - Ja de subir por una escalera interna hubicada donde los hombres cumplian el rito de purificactén. £1 guia me indic6 un lugar escondido entre unos arbustos, hasta poderme dar la seflal para entrar sin ser vista por los hombres. Oi pasos acercéndose. Un hombre vino en camino a la sinagoga. Al descubrirme, dio una vuelta larga para no pasarne de cerca, Otros pasos, y otro hombre en camino a 1a adoracién. No me descubrié hasta pasarme de cerca. Cerr6 sus ojos con un fruncido intenso, actuando como hacian los “fariseos sangrantes” de antafio. Ganaron su apodo por golpearse contra paredes y puertas al tener los ojos intensamente cerrados para no mirar a una mujer. (1) Sin la menor posibilidad de un dislogo aclaratorio, estuve muy consciente de violar la cultura y creencia reinante con mi presencia. De nuevo se acercaba alguien. Este tercero, al pasar frente a frente ~ me escupi6! Expertencia singularmente valiosa para palpar durante unos segundos la actitud predominante hacia la mujer desde antes del tiempo de Jess, Me vino a mente la doxologia del rabino Juda ben Elat (ca 150 4.C.). Fue considerada como declaractén normativa por las autoridades judias: “Santificado sea el Sefior, Rey del tntverso, porque no hizo que yo fuera un gentil, una mujer, o un esclavo." (2) Perde detras de las relas en el Inear astgnado para las muferes pnde, minutos después, meditar lo sucedido aquel sdbado, mirando a los hombres reunidos abajo: hombres presos de localismos cuiturales en vestimenta religioss tradicional! Experlencia singular, pero no Unica! Trasfondo para una relectura Lo que mis senti al llegar al Ecuador fue la ausencia cas! completa de vna reflexion-acctén cristiana conjunta entre hombres y mijeres; es decir, entre todos por {gual dentro de la Iglesia. La reflexién teolégica, que deberta ser la base de nue’ ra convivencia y nuestro accionar cristiano, la vi reservada para los hombres, Desde esa primera observacién han pasado ms de 30 aifos, durante los cuales he tentdo mi comunion y trayectoria cristiana en la Iglesia Evangélica en el Ecuador. No obstante los cambios que han habido en sociedad e tglesias, observo dos Factores que con raices profundas siguen limitando la participacion ministerial de la mujer. £1 primer factor, el machismo, es herencia de 1a conquista europea reforzada por imagenes y patrones eclesiales del catolicismo como iglesia oficlal, los Patrones particulares dentro del mestizaje se han internalizado en hombres y miferes por igual durante casi cinco sigios, Jorge Gissi (1982), psic6logo y soct6logo, catedratico de la Universidad Catélica en Santiago de Chile, dice sobre la complefidad del machismo: El término machismo se refiere a dos complejos hechos interrelactonados: por una parte, a una situacion social de dominio y privilegio del hombre sobre la mujer en los aspectos econémico, jurtdico, politico, cultural y psicoldgico; por otra parte, a loa mitos de superioridad del hombre en muchos o todos los aspectos (bioldgico, sexual, intelectual, emocional). Estos mitos pueden ser conscientes 0 no, pero tienen tanta fuerza, aproximadamente, cuanta dureza tiene la discriminacién de Jos sexos en el sentido social objetivo. En otras palabras, el machismo es a la vez una situaci6n social objetiva y la vivencia subjetiva de tal situactén como ms © menos natural y legitima. (3) La realidad revela que el machismo sigue siendo causa de muchos conflictos de base en familias latinoamerieanas, Rompe en rn sentido Amplic el patron de “una

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