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Ahora pasa a describir los objetos que debe haber en el tabernáculo, sin
decir nada de la fabricación de éste, como lo hará en 26 y 36:8. El
primer objeto sagrado importante que había de ponerse en el
tabernáculo es el arca o caja, de forma rectangular. En los templos
egipcios había una barca con su cabina en el centro, reservada al dios.
Los egipcios aprovechaban el río para sus viajes, y concebían la vida de
los dioses a semejanza de la suya; también éstos viajaban por el Nilo
celeste. El arca del tabernáculo mosaico hay que concebirla al estilo “de
las arcas procesionales de los templos egipcios, cuyos paneles están
adornados frecuentemente con figuras femeninas, cubriendo con sus
alas extendidas el símbolo de algún gran dios.”6
Yahvé, que tan rigurosamente había prohibido a su pueblo
representarle por medio de imágenes de talla, le manda ahora construir
una arca de madera de acacia, la única que se halla en el desierto,
recubierta toda de oro y aderezada para ser transportada a hombros de
los sacerdotes por el desierto, en la forma en que eran transportadas
procesionalmente las arcas egipcias o las estatuas de los dioses
caldeos. La razón del arca es que en ella serán guardadas las dos
tablas donde están escritos los diez preceptos de la Ley. Además,
conserva mejor su carácter de símbolo de la divinidad. El arca llevará
una cubierta, que recibe el nombre de propiciatorio, según la traducción
de los LXX y de la Vulgata. Si esta versión es exacta, habría que ver
una relación entre la cubierta del arca y la expiación de los pecados.
Muchos autores traducen simplemente la palabra hebrea kapporeth por
cubierta7. Desde luego, no se ve en el contexto ninguna relación entre
esta cubierta y la expiación o propiciación; al menos, ningún rito
propiciatorio se ejercía sobre dicha cubierta o tapadera8.
Las dimensiones del arca son dos codos y medio de largo y uno y
medio de ancho y un codo y medio de alto. Teniendo en cuenta que el
codo era, más o menos, medio metro9, tenemos un rectángulo de 1,25
metros de largo por 0,75 metros de alto y de ancho. Alrededor de este
cofre rectangular había una moldura de oro (v.11) o una guirnalda
decorativa, sin duda puramente ornamental, al estilo de otras arcas
procesionales que habrían visto los hebreos en Egipto. A los dos lados
del arca se ponían dos anillos, en los cuatro ángulos (sin especificar si
en la parte superior o en la inferior, probablemente en ésta para que al
ser transportada sobresaliera sobre los hombros de los levitas y la viera
el pueblo), para meter por ellos unas barras de madera de acacia (v.13),
especie de andas que habían de quedar fijas en los anillos de oro para
que los levitas no tuvieran que tocar el arca al transportarla (v.15).
Sobre la cubierta o propiciatorio se pondrán dos querubines con
las alas extendidas, uno frente a otro, sin especificar si éstos estaban
en relieve sobre la cubierta o como figuras exentas. La palabra querube
es una transcripción de kerub, que, a su vez, proviene del karibu
babilónico, especie de genio alado, que estaba encargado de interceder
por los ausentes y de proteger los edificios 10. En el palacio de Sargón,
de Jorsabad, aparecen unos toros alados llamados karibu, los genios
protectores de la estancia real. Ezequiel se inspirará en ellos para
expresar su famosa visión inaugural11 Sin embargo, esto no nos obliga
a pensar que los querubes que estaban sobre el arca tenían esta misma
figura múltiple mitológica. Aunque el nombre querube provenga del
acadio karibu, sin embargo, tal como describe la Biblia los querubes del
arca, éstos son más bien parecidos a las representaciones de genios
alados egipcios, que con sus alas protegen al faraón sobre su trono o
recubren los símbolos divinos12. En todo caso, los dos querubes del
arca parecen proteger por un lado con sus alas a aquélla, y al mismo
tiempo, con las mismas alas, forman un trono para que se manifieste
Yahvé: Allí me revelaré a ti, y de sobre el propiciatorio, de en medio de
los dos querubines, te comunicaré yo todo cuanto para los hijos de
Israel te mandare (v.22). De Dios dice el salmista: “Subió sobre los
querubines y voló sobre las alas de los vientos.” Y otras veces se dice
de El que tiene su trono sobre los querubines. Es esto una alusión a lo
que se dice en el v.22: Allí me revelaré a ti...
Como antes dijimos, el arca tiene su antecedente en las naves o
cofres egipcios llevados por los sacerdotes en Egipto. Además, la orden
de que en el arca debían colocarse las tablas de la Ley está en
conformidad con la costumbre oriental de colocar los documentos
importantes a los pies de la estatua de alguna divinidad, que garantiza
con su presencia el valor de los documentos. Así, a los pies de Yahvé,
presente en el arca, sobre los querubines se destacaba el valor
permanente de la charta magna de la nueva teocracia, los diez
mandamientos13. El arca, pues, era símbolo de la presencia de Yahvé
en su pueblo y receptáculo para guardar cuidadosamente las tablas de
la Ley o testimonio (v.18)14. En el templo de Salomón será guardada
en el santo de los santos como preciosa reliquia; después desaparece
misteriosamente, siendo mencionada sólo en Jeremías 15. El arca era
una cosa tan sagrada, que nadie podía poner los ojos en ella, a no ser
los sacerdotes al envolverla para ser transportada en hombros de ellos,
pero bien cubierta, de suerte que ojos profanos no la viesen y fuesen
heridos de muerte16.
Era el símbolo — no imagen — de la presencia de Dios en medio
de su pueblo. De aquí la santidad que se le atribuía, al ser guardada en
lo más recóndito del santuario, y las infinitas precauciones que habían
de tomarse para que no pudiera ser vista de ojos profanos, atendiendo a
la antigua máxima de Dios: “No me verá el hombre sin morir.” 17