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INFORME
“CALIDAD DEL AGUA”
Autor:
Catedrático
ING. MARTIN FELIPE CHUMPITAZ CAMARENA
LIMA – PERÚ
2017 - I
INTRODUCCIÓN
El agua es uno de los recursos naturales más fundamentales, y junto con el aire, la tierra y
la energía constituye los cuatro recursos básicos en que se apoya el desarrollo. La
importancia de la calidad del agua ha tenido un lento desarrollo. Hasta finales del siglo XIX
no se reconoció el agua como origen de numerosas enfermedades infecciosas. Hoy en día,
la importancia tanto de la cantidad como de la calidad del agua está fuera de toda duda.
El uso de los recursos naturales provoca un efecto sobre los ecosistemas de donde se
extraen y en los ecosistemas en donde se utilizan. El caso del agua es uno de los ejemplos
más claros: un mayor suministro de agua significa una mayor carga de aguas residuales. Se
entiende por desarrollo sostenible todo proceso que permita compatibilizar el uso del
recurso y la conservación del ecosistema.
Hay que considerar también que el hombre influye sobre el ciclo del agua de dos formas
distintas, bien directamente mediante extracción de las mismas y posterior vertido de aguas
contaminadas como se ha dicho, o bien indirectamente alterando la vegetación y la calidad
de las aguas.
El agua tiene dos tipos de uso: consuntivo y no consuntivo. El uso consuntivo significa que
se consume efectivamente durante alguna actividad, como la agrícola, poblacional,
industrial, etc.
La actividad agrícola es una de las actividades que utiliza mayor cantidad de agua
superficial. En el 2014, se usó 9 mil 646 millones de metros cúbicos de agua superficial de
la vertiente del Pacífico, representando una disminución de 27,8% respecto al 2013 (13 mil
352 millones de metros cúbicos); de la vertiente del Atlántico 1 mil 708 millones de metros
cúbicos, representando una disminución de 25,7% respecto al 2013 (2 mil 300 millones de
metros cúbicos); y 332 millones de metros cúbicos de la vertiente del Titicaca, lo que
representa un aumento de 9,6% respecto al 2013 (303 millones de metros cúbicos).
El consumo poblacional es otra de las actividades que exige un considerable uso del agua
superficial. En el 2014 se utilizó 1 mil 62 millones de metros cúbicos de la vertiente Pacífico,
que representa un incremento de 8,4%, respecto al año 2013 (980 millones de metros
cúbicos). De la vertiente del Atlántico 445 millones de metros cúbicos, que representa una
disminución de 46,6% en relación al año anterior (832 millones de metros cúbicos), y de la
vertiente del Titicaca se utilizó 35 millones de metros cúbicos, lo que representa una
disminución de 22,2%, respecto al 2013 (45 millones de metros cúbicos).
BIOINDICADORES
El uso de bioindicadores se está proponiendo como una nueva herramienta para conocer la
calidad del agua, esto no quiere decir que desplace al método tradicional de los análisis -
psicoquÍmicos. Su uso implica en gran medida las actividades de campo y laboratorio, ya
que su aplicación sólo requiere de la identificación y cuantificación de los organismos
basándose en índices de diversidad ajustados a intervalos que califican la calidad del agua.
En Japón, por ejemplo, las dependencias encargadas del monitoreo del agua ya cuentan con
guías ilustradas de los organismos que se pueden encontrar en algunos ríos, incluyendo
información sobre la tolerancia o susceptibilidad que presentan a cierto tipo de
contaminante, de tal manera que cada una de ellas proyecta información sobre el estado
del medio acuático. Un organismo se considera bioindicador siempre y cuando se conozca
el grado de tolerancia del mismo, no todos pueden darnos información debido a sus hábitos
alimentarios o a su ciclo de vida. Por citar algunos organismos que pueden ser usados como
bioindicadores están los moluscos, insectos, anélidos hirudíneos, peces y el plancton,
también es importante considerar la abundancia con que se les encuentra y la época del
año.
Los ecosistemas acuáticos mantienen una gran diversidad de organismos, incluso mayor a
los terrestres, por lo que los impactos como la contaminación inducen a cambios en la
estructura de las comunidades, la función biológica de los sistemas acuáticos y al propio
organismo, afectando su ciclo de vida, crecimiento y su condición reproductiva (Bartram y
Ballance, 1996). Por tal motivo, algunos organismos pueden proporcionar información de
cambios f¶³sicos y qu¶³micos en el agua, ya que a lo largo del tiempo revelan
modificaciones en la composición de la comunidad (Laws, 1981).
Por medio de estas investigaciones se encontró que los organismos indicadores de la calidad
del agua determinan los efectos de los impactos en el ecosistema acuático a través de un
tiempo más prolongado. La información biológica generada, a partir de los también
llamados bioindicadores, no reemplaza los análisis fisicoquímicos, pero se reduce costos por
lo que estos estudios son importantes en el monitoreo de la calidad del agua (Chapman,
1996).
Algunos organismos tienen un intervalo muy amplio de tolerancia hacia las condiciones
ambientales que se presentan en el hábitat, dependiendo en gran medida del grado de
contaminación en el sitio (Whiton, 1975). Basado en este concepto, el empleo de
bioindicadores es una técnica ecológica que se sustenta en la medición de la diversidad y
presencia o ausencia de organismos específicos (De La Lanza et al. 2000). La finalidad del
presente artículo es dar a conocer la importancia de los bioindicadores