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1
Para mis padres,
Gerardo Buganza y Elizabeth Torio
2
Índice
2. Filosofía y ética
2.1. Introducción
3.1. Introducción
3
3.3. Posiciones antropológicas en la historia de la filosofía
3.4. Conclusión
4.1. Introducción
5. La libertad de la voluntad
5.1. Introducción
6.1. Introducción
4
6.4. Tendencias axiológicas
7. La norma moral
7.1. Introducción
moral y la voluntad
8.1. Introducción
8.7. Conclusión
9. La conciencia moral
9.1. Introducción
5
9.2. La noción de consciencia y la especificidad de la conciencia
moral
10. Epílogo
Bibliografía
6
Prólogo a la cuarta edición
de este texto, que sigue manteniendo como fin fundamental el ser una
un tratado definitivo.
propia ética, como dice con tino Richard Rorty: “La literatura es
7
eliminación de la esclavitud; al contrario de algunas historias sobre
8
Prólogo a la tercera edición
“Corrupta ratio non est ratio, sicut falsus syllogismus non est
ad. 3um.
9
Introducción a la ética general, hay que reiterarlo una y otra vez,
últimos, las más de las veces, nos han servido para ilustrar una
esta última.
10
hemos subsanado algunos errores que persistían en las otras dos
11
Prólogo a la segunda edición
de esta obrita, así como una corta reimpresión, me pidió que revisara
estas tres cosas he hecho para esta segunda edición (más ejemplos,
el párrafo anterior.
12
(narrativas), explorando los pensamientos, sentimientos y vivencias
que la mayoría de los ejemplos que muestra este libro sean tomados
“las fábulas (las novelas, en este caso) hablan sobre ti”. De ahí
Ixtaczoquitlán, Veracruz,
5 de junio de 2008
13
Presentación a la primera edición
profesional.
han servido para dar mis clases, tanto a nivel preparatoria como a
14
lector no especializado en la ética general, la cual es una ciencia,
*****
Por fin verá la luz este breve libro, luego de estar guardado poco
más de tres años. Agradezco a Saúl Hernández Reyes su apoyo para que
15
1. Introducción general a la ética
esto es, absolutamente, como cuando se dice que alguien “es una buena
por los demás”, que “es un buen amigo”, etcétera. Este tipo de
por qué tenemos que es preciso actuar de una cierta manera o de otra,
normas impuestas por los demás, e incluso por la ley misma. Sin
16
embargo, al mismo tiempo es posible en la cuenta de que es necesario
someterse a ciertas normas, ya sea para poder convivir con las demás
personas, con los que están cerca de mí, como mis padres, hermanos,
amigos, etcétera, como con aquellos que, siendo como yo, no los
formal, los actos humanos y los actos del hombre, la bondad y maldad,
17
decirse otra cosa que lo siguiente: en alguna medida, los seres
colectivo humano.
18
b) Un conjunto de convicciones personales, esto es, un código que
cual, por cierto, tiene vínculo con la ética, sobre todo cuando
oportuno”).
19
necesario tomar decisiones y realizar actos que configuran al
moralidad:
20
b) Para distinguir lo moral de otros ámbitos humanos, como la
Ahora bien, por ética estamos entendiendo la reflexión que tiene por
cometido preguntar por qué son ellas y no otras las reglas que hay
que seguir en una moral. Puede decirse que la ética es, ciertamente,
21
verdaderamente son dignas de seguirse o no. Más adelante ahondaremos
moral. Como el hombre efectúa este tipo de juicios, resulta que puede
22
asesinato de un inocente, tal vez no supiésemos señalar el punto
espontáneo”5.
que se ha vuelto clásica con el pasar de los años. Puede decirse que
23
enmarcada en el procedimentalismo, puede caer bajo esta
unifica el deseo de vivir bien por y con los otros (ética material)
no conozco, esto es, con los otros (ética formal)7. Dentro de las
24
éticas integradoras, queremos colocar también la filosofía moral de
Ética espontánea
Ética general
Ética filosófica
Ética especial
25
observables empíricamente. A la ética normativa también suele
años setenta del siglo XX. La metaética “se ocupa del análisis de
que son las que pretenden una justificación racional de los juicios
26
enunciados morales. En contrapartida, las éticas no-naturalistas
siguiente manera:
Ética cognitivista
Metaética Emotivista
Ética no-cognitivista
Sociologista
Naturalista
Ética
No-naturalista
ser verdad que las éticas antiguas y, por extensión, las medievales
27
más sobresaliente e importante para alcanzar la perfección humana.
dignidad, etcétera11.
28
perder de vista la vida como un todo, y con ello la visión antigua
acción aquí y ahora. Que ambos objetivos no tienen por qué excluirse
en la modernidad”12.
29
deontológicas. Las éticas teleológicas ponen especial énfasis en la
tienen algo en común, que les distingue sin más de la ética antigua,
30
es decir, una razón previamente independizada de la naturaleza y
(aunque no del todo, pues es sabido que Kant también tiene una
Maritain: “Nos propone una ética sin fin último, liberada de todo
31
racional”16. Así pues, en la concepción antigua y medieval de la
hábito posee los primeros principios, tanto del orden teórico (sobre
a cabo hic et nunc. Pero una vez que hay escisión entre la razón
o el teleologismo17.
32
En efecto, la vía kantiana se inclina al deontologismo, por la
33
Por un lado, se sabe que proviene de la palabra ἔθος (éthos),
del ἔθος del león, del ἔθος del escorpión, etcétera. Todo mundo se
se comporta de tal manera, sino que, si tiene hambre, dejará que las
34
fenomenología o sociología, sino que también busca afirmar si una
es como su casa, su hogar, donde éste habita (“la morada del hombre
en este sentido, es el único ente que puede ser o no ético (al menos
35
comportarse y reaccionar; incluso podría decirse que indica cómo
36
los hábitos morales, que se estudiarán a propósito de las virtudes
y vicios, son más definitorios, pues son los que cualifican al agente
Costumbres
ἔθος
Comportamientos
Morada
ἦθος Guarida
Carácter
Cualidades (hábitos)
37
hacia el fin último” y “La ciencia normativa de la conducta
al bien”25.
hombre”27.
1986, p. 7.
27 García Alonso, Luz, Ética o Filosofía Moral, Diana, México, 1986, p. 16.
28 Castro, Baltasar, Ética filosófica, Diana, México, 1987, p. 18.
38
g) Hostil: “Del griego “ethos”, el término ética equivale
tanto, a la felicidad.
39
Primero, cuando se hace referencia a la ética se indica una
moral.
normas para elegir el bien, además de que busca ser una ciencia de
lo que se tiene que ser. En este sentido es que se dice que la ética
habla del deber-ser y no del ser. Una cosa es lo que sucede de facto,
40
debe ser; o bien del empirismo lógico-lingüístico (Schlick, Ayer,
por ser tales, no son ni verdaderas ni falsas, sino que sólo provocan
41
real, tal como es, y por el que también se sepa así conocida?”;30 la
como crítica de los actos humanos morales en orden al fin, esto es,
que es su felicidad.
contentarse con saber qué hacer y no hacerlo. Por eso, los principios
42
“Una ética de este cuño no dirá: actúa de tal manera si quieres ser
misma cosa (la isla), pero esta labor se efectúa desde perspectivas
43
desde el punto de vista de su salud; la historia estudia al hombre
44
ejemplo, suele decirse que la física estudia el ente (objeto
soporte de la ética.
45
malos moralmente hablando. Desde el punto de vista ético son neutros,
sin más. Los actos del hombre no son morales, sino naturales. Puede
“malo” a estos actos, pero se hace desde otra ciencia, esto es, y
como se dijo, desde otra perspectiva, como cuando el médico dice que
Por otro lado, los actos humanos son aquellos de los que el
hombre es dueño; son aquellos actos que el agente moral puede hacer
que Rodríguez Luño diga que “sólo son humanas las acciones de las
libertad.”32
elección, pero también no hay que perder de vista que hay veces en
46
En síntesis, los actos humanos son “todos y solos aquellos que
tres elementos:
47
busca hacer, esto es, su obra y la acción con la cual la lleva
a cabo34.
48
en cierta manera: es concebido sub specie boni, es decir, desde
Igualmente puedo odiar cosas que son útiles y buenas para mí,
49
en este sentido dicen que si algo es voluntario, entonces es
50
exclusividad en su uso. Mas hay que tener esto muy en cuenta para
Con esto claro, hay que distinguir ahora algo que enseña muy
humanos son actos morales, sino sólo aquellos que recaen directamente
humanos morales, o actos morales sin más). Hay otro tipo de actos
viene a ser, en este sentido, aquello que nos perfecciona como seres
otras actividades deben ser seguidas por aquellos que deseen ser
que quieran ser buenos seres humanos. Lo que hace que un pintor sea
bueno y lo que hace que un ser humano sea bueno es obviamente algo
51
buen hombre o mujer puede ser un mal pintor. La propuesta de la
ética, por lo tanto, es hacer que el ser humano sea bueno; la ciencia
humanos son buenos cuando sus acciones son buenas y están gobernadas
52
Las acciones no son, como quería Wittgenstein, neutrales (ya que los
los actos humanos y, por ello, pueden ser evaluados. De ahí que la
por un lado dueño de sus actos, pero por otro siempre en peligro de
53
tiene la pretensión de alcanzar dicha vida buena o lograda. Por ello
que otros, y lo son desde cierta perspectiva, pero no por ello son
normal es que el más alto tenga mayores aptitudes que el más bajo
naturales físicas no tienen nada que ver en ello46. Esta acción libre,
54
La moralidad, es decir, la dimensión de la bondad y maldad,
quiere decirse con ello que robar sea bueno, sino que el acto en
capturado.
55
encuentra el punto de inflexión para determinar si una persona es
moral, esto es, a la norma que pide reconocer a los entes por aquello
que son. Ahora bien, ¿desde qué punto de vista se juzga un acto
de otras normas.
después cuáles son los tipos generales de normas que hay y en qué
56
alcanzar un fin determinado. Por otra parte, la “ley” es lo que, de
que una cosa sujeta a una ley no puede liberarse de ella, como por
ejemplo los seres humanos no pueden volar ni flotar por sus propias
seguidas.
57
tiene a su cargo la comunidad (un rey, una asamblea, etcétera,
punto a tratar. Hay que destacar en este momento sólo unas de ellas,
58
constituyen los ciudadanos del Estado.”48 Las normas jurídicas
las leyes propias de otro Estado por una falta cometida en otra
judío).
59
especiales), es decir, no es castigado jurídicamente. Lo que
60
los pueblos occidentales, pero resultan ser ahora menos
50 Küng, Hans, Proyecto de una ética mundial, Trotta, Madrid, 2006, 176pp.
61
eficacia y productividad en cierto proceso. Si no se realizan
los últimos años apenas si había recibido una que otra visita,
62
a sus hábitos, que en este caso preciso se convierten en normas
he pensado noche y día de quién era la culpa, y cada vez que pienso sale
una culpa nueva que se come a la otra; ¡pero siempre hay culpa!”, García
Lorca, Federico, Bodas de sangre, II, 1 (pp. 67-68).
63
alcanzar el fin último al cual está dirigido el hombre, debe
actuarse bien moralmente. Por eso dice Derisi que, “en rigor,
reflexiones.
64
dos polos que constituyen la moralidad o el ser moral. La norma
hacer, por ejemplo, “no debes asesinar”; una norma moral formal
65
fórmula general, esto es, se trata de la enunciación formal de
116pp.
66
aterrizar al considerar los elementos que nublan los actos
cuestión.
formas principales:
67
persona decide atravesarla corriendo cuando no le
“negligencia médica”.
68
ética. Se le estudia desde diversos ángulos y la multiplicidad
69
pasiones son muchas y se refieren al bien y al mal de manera
antecedente y consecuente.
queríamos hacer, como cuando alguien dice algo, dominado por la pasión, que
ofende al oyente, o que lo pone en peligro, etcétera. Por eso, Fedra dice
a Enone: “Mejor es que me ocultes; no he sabido refrenar mi lengua. Mi
pasión, atrevida, ha osado desbordarse. He dicho lo que jamás debió haber
sido oído”, Racine, Jean, Fedra (traducción de Dolores Fernández),
Editorial Cátedra, Madrid, 2007 (4a. ed.), nn. 740-742 [p. 187].
70
controlar sus pasiones y que, en último término, mejor
71
cuando lo recuerdo me parece un sueño vago”62. Tal
la responsabilidad moral.
y concomitante.
72
α) Antecedente. Perturba el uso de la razón y, por tanto,
73
d) Desórdenes o impedimentos mentales. Estos pueden ser de
74
frecuente leer o escuchar que se sacrifica la propia felicidad para
perseguir un cierto fin. Tener una razón para actuar significa juzgar
un acto como idóneo en términos de una vida buena, que es una vida
66 Cf. Abbà, Giuseppe, Felicità, vita buona e virtù, Las, Roma, 1989, p.
38.
67 Ibid., p. 39.
75
ser el soporte que permite sostener la deliberación y elección, que
a la propia vida.”68
68 Ibid., p. 40.
76
actos completos; no es un acto empíricamente verificable, sino su
de las tantas cosas queridas por el hombre, sino la razón para querer
precisa de que es juzgado un bien para el sujeto, esto es, algo que
el sujeto como un bien para sí y, por tanto, como algo que contribuye
noción de bien; el bien que es medio para obtenerlo, aunque hay quien
sostenga que sólo obtiene su bondad del fin, posee por sí mismo su
hacia el cual se ordenan los otros bienes, que en este caso son
77
cuanto por “último” se entiende lo que es insuperable, pues da el
es por la felicidad, entendida más bien como fin último, que se puede
afirmar que alguien pueda preferir el deber, pues tal agente capta
que una acción tal le permite darle sentido a su vida, esto es, le
permite conducirse bien. Por otra parte, la búsqueda del bien moral
78
para tal distinción no es ciertamente la felicidad; la felicidad
vida en la cual las cosas son juzgadas de acuerdo con el orden que
a Kant, al menos, sostiene que una vida buena es la vida de una buena
voluntad, o sea, de una voluntad que reconoce a las cosas por lo que
79
1.11. Clases de problemas éticos
Para finalizar este primer capítulo, hay que mencionar, aunque sea
Grosso modo puede afirmarse que hay cuatro tipos de problemas que se
fundamental”.
80
que responder voluntaria y libremente a un bien, delibera y
etcétera.
2000, p. 19.
81
objetividad este tipo de verdad, es la que asume un individuo
pues dice que “juzgar que la vida vale o no la pena ser vivida
82
filosofía”76). Es una pregunta fundamental porque, si no hubiera
morales77.
1996; Cf. Buganza, Jacob, “A ética negativa de Julio Cabrera”, en: Cabrera,
Julio (org.), Ética negativa: problemas e discussões, Editora Universidad
Federal de Goián, Goiâna (Brasil), 2008; Cf. Buganza, Jacob, “Ensayo de una
ontología del mal”, en: Revista de Humanidades, No. 18, Tecnológico de
Monterrey, (2005). .
83
2. Filosofía y ética
2.1. Introducción
84
ciencia o saber, de acuerdo con la visión del estagirita, pues ahí
Poiético
Ética
Práctico Economía
Saber Política
Física
Teorético Matemática
Metafísica
85
Vázquez recordando precisamente a Aristóteles.78 Entre las ciencias
metafísica).
sea, saber qué hacer, de qué manera actuar, qué acción realizar y
los verbos facere, que se traduce por hacer, y agere, que se traduce
por actuar, por obrar. Es diferente hacer una vasija a obrar una
buena acción. “En tanto que el hacer tiene otro fin distinto de la
es su fin (hé eupraxía télos)”79. Las dos pueden ser buenas, pero la
86
primera perfecciona al objeto, es decir, en el facere la obra se
es pintor o escultor.
tesis, sin duda, de que la ética es una ciencia práctica que sirve
87
cómo deben ser las acciones, pero este estudio no se da por el saber
88
sucintamente algunos de estos métodos y cómo pueden aplicarse al
89
permitido que a un hombre concreto se le sustrajera alguno de
90
Fulano roba a Juan su pertenencia, se sigue que estoy haciendo
91
d) Método analítico-inductivo. Este método integra elementos
92
(primeros principios) y otra experimental (una inducción
filosófica.”82
82 Ibid., p. 77.
83 Ibidem.
84 Cf. Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica, UNAM e Ítaca,
93
cabida porque pueden interpretarse cómo son las acciones, por
ejemplo preguntando qué las motiva, por qué son buenas o malas,
94
comprensión, pretendiendo alcanzar una suerte de ética de la
no tanto por partir de los casos sino más bien por las
95
hermenéutico. Es el caso, por ejemplo, de Alasdair MacIntyre,
también al narrativo-hermenéutico.
las normas lógicas. La ética, por su parte, afirma: todo agente moral
debe perfeccionarse de dicha manera, debe ser bueno, y para ser bueno
96
a) Ética y metafísica. La relación entre ética y metafísica
ser, o bien, el estudio del ente desde el punto de vista del ser, pero
también estudia sus causas primeras, de suerte que implica también la causa
del ser, que no es otra que Dios. Así se entiende en el seno del tomismo:
“Tomás de Aquino reconoce que el objeto propio (subjectum) de la filosofía
primera es el ente –como se presenta en el capítulo primero del libro Gamma
[de la Metafísica de Aristóteles]— y el ente separado e inmóvil se
constituye como principio o causa primera del objeto de indagación, o sea,
del ente en cuanto ente. Tomás de Aquino tiene bien presente la concepción
aristotélica de la ciencia expuesta en los Analíticos segundos, en la que
se dice que cada ciencia versa sobre un único género (γένος, ὑποκείμενον),
del cual se investigan las causas y los principios. Tomás de Aquino
interpreta que el objeto propio (γένος, ὑποκείμενον, subjectum) de la
filosofía primera es el ente en cuanto ente, y los entes inmateriales e
inmóviles son la causa o el principio que explica y justifica el ente en
cuanto ente, que se constituye como el objeto (subjectum) propio de esta
ciencia. En este sentido, la ciencia considera estas cosas divinas,
inmóviles y separadas de la materia, pero como causas de los entes divinos
manifiestos”, García-Lorente, José Antonio, “El objeto de la Metafísica de
Aristóteles en el comentario de Tomás de Aquino a Epsilon 1”, en: Acta
philosophica, XXII/1, (2013), pp. 86-87. Ahora bien, entorno a la causalidad
del ser, Cf. Casanova, Carlos, “Dios como causa eficiente del ser del
cosmos, según Aristóteles”, en: Acta philosophica, XXII/2, (2013), pp. 279-
302. Además, es tesis clásica aristotélica el considerar a Dios como “causa
final”.
97
que son. De ahí que se afirme que la metafísica es la ciencia
98
necesidad del ser, en cuyo seno se desarrollan los actos
ética y ontología.
99
obra de tal forma que tu acción deban realizarla todos
en la historia de la filosofía.
100
δ) La ética se funda en la metafísica desde un triple
b) Ética y psicología. Estas dos ramas del saber están muy unidas,
94 Ibid., p. 93.
101
pulsiones, las emociones, que pueden dar origen a aquél.
102
realidad humana. [Frente a la ética que aquí sostenemos] la
a la segunda.
95 Ibid., p. 84.
103
Maritain.96 Hay que distinguir, en este caso, como en el de la
104
determinadas normas pero no su validez.”97 Es a la ética,
regular las relaciones con los demás (deberes hacia uno mismo
sería el derecho.98
105
sólo lo que ha sido proclamado por escrito o bien oralmente es
99 “La ley que el cielo ha puesto en el corazón del hombre, se llama la ley
natural” (art. I); “La ley natural se manifiesta en las regiones más bajas
como en las más elevadas. La regla de las acciones del sabio se encuentra,
en cuanto a sus primeros principios, en el corazón de las personas más
vulgares” (art. XII); “La regla de nuestras acciones o ley natural está aún
mucho más cerca de nosotros” (art. XIII), son expresiones que aparecen en
el “Tchung-Jung o el medio invariable”, en: Confucio, Tratados morales y
políticos, Editorial Iberia, Barcelona, 1971. También se ha puesto de
manifiesto recientemente la concepción sobre las virtudes de Confucio, que
en mucho asemeja a la occidental, Cf. Sim, May, “Confucian and Daoist Virtue
Ethics”, en: Carr, D., Arthur, J., Kristiansson, K. (eds.), Varieties of
Virtue Ethics, Palgrave Macmillan, Londres, 2017, pp. 105-121.
100 Ratzinger, Joseph, “Lo que cohesiona el mundo. Las bases morales y
106
positivismo jurídico, no hay otra solución que calificarlo como
de acto justo.
107
propio) quedan inmiscuidos en el actuar económico101. De hecho,
101 Cf. Dieterlen, Paulette, “Ética y economía”, en: Villoro, Luis (coord.),
Los linderos de la ética, Siglo XXI/UNAM, México, 2000, pp. 47ss.
102 Cf. Conill, Jesús, Horizontes de economía ética. Aristóteles, Adam Smith,
108
relación entre ética y política, pero con las siguientes cuatro
109
a la razón a que dentro del fenómeno humano se centre a
etcétera”105.
político107.
110
está sometida a discusión108). En este mismo tono, propone
Espíritu objetivo.
y Segundo mundo.
108 Cf. Hernández Vega, Raúl, La idea de sociedad civil en Hegel, Universidad
Veracruzana, Xalapa, 1994.
109 Cf. Butler, Christopher, Postmodernism. A Very Short Introduction,
111
y no es el momento de examinarlas. Sin embargo, puede decirse
112
religión, pues la primera sería absurda sin la segunda,
como ya se ha expuesto.
113
δ) La ética sin la religión. Dentro de esta postura pueden
propone Sanabria:
114
religión se opone a la libertad en cuanto que
que la deseche.
puede ser muy cierto, aunque hay que decir, con toda
115
honestidad, que se dan actitudes morales valiosas en
él.112
Conclusión
116
con otras ciencias humanas, como la psicología, la sociología, el
3.1. Introducción
117
somero. Será en los capítulos siguientes, dedicados al mundo y la
libertad, a una idea de hombre que según la cual éste sea libre e
118
Por lo anterior, parece adecuado sostener una idea de hombre
119
presocráticos, y muy especialmente a partir de los pitagóricos, con
unidad físico-psíquica.
celeste indestructible.
120
b) Heráclito. Este pensador, apodado el “oscuro”, considera que
que suele conocerse como homo mensura). Esta frase ha dado pie
121
d) Sócrates. El maestro de Platón insiste constantemente en la
122
se encuentran en el mundo de las ideas. De ahí que la filosofía,
de aquél121.
123
concepciones antropológicas. ¿Por qué es importante colocar
el eterno retorno.
122Lorda, Juan Luis, Para una idea cristiana del hombre. Aproximación
teológica a la antropología, Rialp, Madrid, 2010, 192pp.
124
justamente la reflexión. El hombre no es, simplemente, un ente
125
cuales son considerados por el tomismo como “substancias
es otra cosa que algo que piensa. Pierde contacto con la materia
vínculos que establece con Marx, Nietzsche (a quien critica por no haber
entendido que la moral está al servicio del florecimiento humano) y
Wittgenstein, Cf. Eagleton, Terry, Materialism, Yale University Press, New
Haven y Londres, 2016, 176pp.
126
camino del espiritualismo y el del materialismo. Además, para
antropología de Platón.
praestabilitae).
127
l) Immanuel Kant. Puede afirmarse que Kant es el primero en
es, en todo hombre posible). Kant asegura que todas las otras
la doctrina cristiana.
128
también lo hace sobrenaturalmente (Antropología sobrenatural).
casos.
129
n) Karl Marx. Sobre la antropología de este filósofo alemán se
130
celestial y las gotas de sangre redentora” para justificar la
realidad una filosofía del hombre que por supuesto empieza con
humanos130.
128 Cf. Gerhardt, Volker, “La gran razón del cuerpo. Un ensayo sobre el
Zaratustra de Nietzsche”, en: Enrahonar, 35, Universidad Autónoma de
Barcelona, (2002), pp. 31-43.
129 San Martín, Javier, Antropología filosófica: De la antropología
científica a la filosófica, UNED, Madrid, 2013, p. 219.
130 Rovighi, Sofia Vanni, Uomo e natura. Appunti per una antropologia
filosofica, Vita e Pensiero, Milano, 1995 (2a. ed.), p. 32.
131
p) Max Scheler. Es considerado, en el siglo XX, como el gran
132
afirmarse que Scheler no distingue nítidamente entre Dios y lo
divino133.
133
no es posible mantenerse solo ante sí, se halla con su
cosas, esto es, es quien les confiere sentido (no hay que
134
confundir esto con la carencia sentido o teleología universal,
inseguridad”139.
135
que reina la indiferencia de la masa, donde domina el
136
aumentan las exigencias de mayor bienestar y una vida mejor,
137
Para Giovanni Sartori, por otro lado, el hombre actual (el
3.4. Conclusión
frente a Lipovetsky, sabe mejor que nadie que no hay sociología (ni
sociedad) sin proyecto moral, y que frente al supuesto desapasionamiento
moral del que se jactan los postmodernos –por cierto, no demasiado diferente
de la famosa falacia de la objetividad amoral de los positivismos más
convencionales—, la práctica sociológica, para poder realmente presentarse
como tal, es siempre un diagnóstico crítico-racional de los diferentes
aspectos de la realidad social” (p. 349)
145 Sartori, Giovanni, Homo videns. La sociedad teledirigida. Taurus,
México, 2001, p. 36.
138
queda absolutamente cancelada. Pero, como se ha visto, no todas las
limitado, por ello, a dar ciertos trazos, en cierto modo toscos, que
dan cuenta de la visión general, in nuce, que posee cada uno de los
nuestra parte, cuáles son los elementos que son imprescindibles para
139
4. El hombre como punto de partida, sujeto y persona
4.1. Introducción
140
brevedad, algunos rasgos que parecen esenciales para una
del filosofar, pues sin hombre no hay filosofía; por tanto, también
141
consciencia de lo que es, aunque reflexione asistemáticamente sobre
ello. Así se comprueba al leer los textos que vienen desde los
de llegada. Pensamos como hombres, pues no somos otra cosa más que
con todas sus limitaciones, algunas que comparte con todos los
miembros del género humano y otras que tiene él mismo por diversas
142
es decir, posee algo tangible y algo intangible. Puede hablarse de
de la filosofía.147
cuenta de que es algo otro frente a los demás, de que no somos ellos,
pero puede inferirse la idea de que somos como los otros, de que
nada difieren los hombres entre sí; los otros son otros “yo”148. El
147 Sobre este asunto, Cf. Buganza, Jacob, Filosofía de la mente, νοῦς y
libertad, Universidad Veracruzana, Xalapa, 2014, 172pp.
148 Cf. Idem y Fernández, Eduardo, Reflexiones filosóficas sobre
hermenéutica y semiótica, Editorial Torres Asociados, México, 2008, pp.
137-158.
143
el espíritu es lo no determinado, es decir, posee la característica
libertad limitada149.
fundamento del valor del ser humano se finca en que posee algo
149 Parece que es nuestra limitación estructural la que nos lleva, en ciertos
momentos, a fracasar moralmente, como cuando se nos pide una exigencia
moral imposible (impossible moral requirement), Cf. Tessman, Lisa, Moral
Failure. On the Impossible Demands of Morality, Oxford University Press,
Oxford, 2014, 281pp.
150 Por ejemplo, para Sciacca el hombre es persona en cuanto es “encuentro
144
cambiado, que es lo que más interesa desde el punto de vista
145
Puede decirse que el término pasa del teatro a la filosofía,
gestionan como Padre que la da, como Hijo que la recibe y como
213.
146
existen en otro, como por ejemplo el color “blanco” existe en un
147
más débiles, pobres, humildes e indefensos. Gracias a este concepto
dejar el estudio del cuerpo con todo lo que implica, a saber, los
también, personal, por el hecho de ser un acto que sólo un ente con
148
filosófica, después, pues proviene ésta de aquélla. Hemos remitido
149
el nombre de abstracción aquella operación o conjunto de
150
se refiere a un dato real, y no a mera proyección del hombre,
151
veces lo hace en el sentido estricto de intuición propiamente
152
consecuencia, la experiencia óntica es un compuesto entre
contemple).
157 Scheler, Max, El puesto del hombre en el cosmos, Op. cit., p. 65.
153
moralmente, si se ha escogido o elegido el mejor camino desde
158 Sanabria, José Rubén, Filosofía del hombre, Op. cit., pp. 113-114.
154
objetivo (la consciencia de que los entes existen y tienen una
155
la respuesta afectiva ante él. Si la importancia es positiva
156
especiales puede surgir la “amistad”, que puede ser tanto por
amigo mismo, esto es, per se. Por eso la tradición aristotélica
157
son muchos quienes defienden que la ética tiene que ver con la
162No cabe obviar que hay muchos que detractan la felicidad teóricamente,
y la estiman como si no tuviera relación alguna con la ética. Es verdad que
la ética estudia la bondad de los actos humanos y que la felicidad es una
tendencia innata. Sin embargo, están vinculadas por la razón de que la
felicidad consiste en vivir de acuerdo con la virtud, con el bien honesto.
El concepto de felicidad no es equivalente al de “bienestar”, como se
aprecia en las tendencias empiristas y en Kant, quien populariza este
concepto en su Crítica de la razón práctica, pues la búsqueda del bienestar
enturbiaría la concepción se las leyes de acuerdo con las cuales “debe”
actuarse; si el criterio fuera este bienestar personal (o amor propio, como
le llama Kant), no habría reglas de conducta objetivas de acuerdo con las
cuales normar la acción. Desde la perspectiva de Kant en la Crítica de la
razón práctica, la materia del querer, si fuera condición de posibilidad
de la ley moral, implicaría una heteronomía del arbitrio, de suerte que la
voluntad no se daría a sí misma la ley, sino que lo haría el impulso o la
inclinación. Así pues, no puede darse una ley práctica a partir de un
precepto práctico que implique una condición material. Si no fuera así, la
materia de las reglas prácticas volverían subjetiva la ley, pues toda regla
práctica material está fundada sobre condiciones subjetivas y, en
definitiva, se vinculan al principio de la felicidad propia. Pero, ¿no
acaso todo querer tiene un objeto correspondiente? Kant dice que no por
ello debe estimarse que sea el fundamento determinante de la ley, pues de
lo contrario no podría haber una forma legisladora universal, sino que la
materia determinaría al arbitrio y el querer dependería de la facultad
mediante la cual se apetece una cosa cualquiera, es decir, de un objeto
empírico, y éste no puede dar el fundamento de una regla necesaria y
universal. La materia de la máxima, aunque esté presente, no es la condición
suficiente para convertirse en ley. Sigue siendo la forma de la máxima la
que la eleva a condición de ley, como sucede en el caso de que, por ejemplo,
el objeto sea la felicidad de otras personas; que se vuelva ley práctica
no se debe a la presencia supuesta de las diversas subjetividades, sino
únicamente a la forma de la máxima que pide promover el bienestar de otros
individuos personales. En definitiva, el principio de la propia felicidad,
aunque incluya la felicidad o las ventajas de los otros, es lo más contrario
al principio de moralidad. La prudencia (die Klugheit) con la que se conduce
un hombre para obtener sus propios beneficios sin ser descubierto, violentan
directamente la forma de la moralidad según Kant. Su tesis la enuncia con
toda pulcritud al escribir: “los límites de la moralidad y del amor propio
están señalados con tanta claridad y precisión que hasta el ojo más común
no puede dejar de distinguir si algo pertenece a lo uno o a lo otro” (A
63). En efecto, el prusiano coloca como evidente para cualquiera el hecho
de distinguir entre el principio de la moral y el principio del amor propio
o de la felicidad, entendido éste en su acepción vulgar de bienestar
personal. Admite que el principio de la felicidad puede proporcionar
máximas, pero no pueden elevarse estas al carácter de leyes de la voluntad,
aunque se tratase de la felicidad universal (allgemeine Glückseligkeit).
Admite asimismo que el conocimiento de estas máximas, al depender de la
158
tendencia a la felicidad es connatural al hombre, no se puede
159
se puede decir que ser feliz o no es una cuestión decisiva en
quien que se es, a ese alguien que cada uno es. A diferencia
160
La teoría de la acción humana corresponde propiamente a la
161
enfoque antropológico-moral, es decir, el enfoque consistente en
y agencia de la acción.
actualizan en la acción.
162
persona (la mutilación femenina, por ejemplo), es un atentado
voluntad que “no puede ser determinada por ninguna otra cosa que por
163
Hay que agregar además que el actuar humano, esto es, la acción
éste real o aparente. Con que sea aparente es suficiente para dar
aunque esta última pueda verse como un fin en cierta medida (aunque
Rhonheimer apunta algo que permite aclarar más este punto, siguiendo
164
a Elizabeth Anscombe: “La intencionalidad caracteriza a aquel tipo
debe poseer al menos una noción acerca del fin o la razón por la
bien, en cuanto que el bien posee como una de sus facetas la noción
distinguir dos aspectos de ajo los cuales se puede hablar del fin.
165
del dinero. Como bien explica Rhonheimer, el primer fin es la cosa
vida que están enfocadas a diversos bienes; por eso habla de la vida
166
palabras, se trata de una actividad que se dirige o ejercita en un
167
razón”169. Esta vida conforme a las virtudes es una vida en donde el
apetito racional funge como guía para el obrar moral. Por ello, y a
voluntad humana.
tiene que ver con que recibe las impresiones del mundo externo, que
168
menos de Aristóteles, ha sido largamente abrazado por muchos
inteligencia.170
y no por una coacción o una violencia, esto es, por algo exterior
170 Morando, Giuseppe, Etica, Raffaello Giusti, Livorno, 1917 (2a. ed.), pp.
7-8.
171 Aquinatis, Thomae, Summa theologiae, I-II, q. 6, a. 1c.
172 Rodríguez Luño, Ángel, Op. cit., p. 118.
169
presupone siempre un juicio intelectual (juicio práctico de la razón)
absoluto. En tercer lugar, y por último, hay que retener que, debido
tal, es libre.174
170
intencionalidad activa, pues el sujeto decide querer al objeto;
pues, como explica Rodríguez Luño, “no es posible, por ejemplo, robar
decir, sea ésta una buena o mala voluntad, como diría Kant. No es
171
acto deshonesto; con el querer, la persona, a través de su voluntad,
se vincula a sí misma.
en el acto del amor, mientras que los actos imperados son aquellos
ama algo, toma ya posición sobre tal objeto la persona entera. Así,
justamente la moralidad.
172
el acto se llama imperfectamente voluntario. En efecto, es imperfecto
la mente causada por una enfermedad, por una pasión violenta, por un
173
acción. La acción no voluntaria significa, en síntesis, la privación
aquí. Las acciones más frecuentes suelen ser las que son llamadas
174
con dedicar unas pocas líneas que den cuenta de los puntos
sigue siempre al ser (que es el bien mismo pero visto bajo otra
entre los bienes hay jerarquías, pues hay unos bienes que se eligen
útiles son aquellos que se eligen porque conllevan a otro bien (que
agente moral no debería sino aceptarlo sin más. “El bien en sentido
175
más propio es el bien honesto, después lo es el deleitable y
ontológico, el bien último del hombre, pues todos los otros fines
176
puede prestar su “consentimiento” a los medios deliberados
sobre las otras potencias (imperium), a las que mueve para obtener
final son actos que tienen por objeto el fin, lo que es apetecible
“medios”.
ellos inician con la simple aprehensión del bien, esto es, con el
177
suficiente; es preciso también que las elecciones que se tomen sean
proporcionalmente al fin.
a dicho juicio. Así puede quedar mucho más clara la sentencia del
178
racional, hacia el objeto, de donde se sigue que una voluntad es
voluntad motiva.
actos externos (los movimientos del cuerpo, por ejemplo). Por ello,
179
juicio práctico está en consonancia o no con el objeto. La fuerza de
sensibles, que son la causa próxima de los actos externos del agente
En este punto hay que revisar primero las diferentes acepciones que
180
existencialismo, concretamente de la postura de Martin Heidegger, y
181
Empero, y para simplificar, puede decirse que el mundo es
o “desagradable”.
182
a partir de donde interpreta la realidad. Por ejemplo
evento particular”.
183
Pues bien, retomando primordialmente la séptima y última
que el sujeto dota de sentido a las cosas que le rodean. Ahora bien,
184
agente realice en él. Por ejemplo, yo no siempre quise
horizonte.
185
que se ha indicado, que en latín se denomina consilium).
188Lluch, Miguel, “El drama de una ética sin límites”, en: Actas del VI
Simposio Internacional fe cristiana y cultura contemporánea, Universidad
de Navarra, Pamplona, 2007, p. 294.
186
objeto, de acuerdo con la cual pueden darse cita las siguientes
características:
189 Esta tesis general tiene muchas aplicaciones, por ejemplo con la ecoética
o ética ecológica, pues, como afirma Attfield, “No es plausible que sólo
tengamos obligaciones allí donde tenemos relaciones [evidentemente, el
autor se refiere a relaciones constatables], admito el hecho de que podemos
(y es ciertamente probable) ejercer impactos sobre muchas personas y
criaturas que no cumplen tales características”, cuya principal es
precisamente la mencionara relación constatable, Attfield, Robin,
“Generaciones futuras: considerando todas las partes afectadas”, en:
Isegoría, n. 32 (2005), p. 39. Un ejemplo de cómo las consecuencias de las
acciones que realiza un agente no están contempladas por completo se halla
en la novela El pirata de Walter Scott. Dice Norma, personaje de la novela:
“-Cuando salía de la casa, pasé por delante de la puerta del cuarto de mi
padre. Vi la puerta abierta y me pareció que él me observaba. Temerosa de
que mis pisadas le despertasen, cerré la fatal puerta. Una acción
insignificante que tuvo funestas consecuencias”, Perymat, México, 2006, p.
94. Las consecuencias a las que se refiere son la propagación de un gas
asfixiante y la consecuente muerte de su padre.
190 Cf. Fabro, Cornelio, Partecipazione e causalità, Società Editrice
Interna-zionale, Torino, 1960. En los entes finitos, el ser se da
limitadamente, es decir, de acuerdo con su forma: formaliter receptum. En
efecto, “al ser recibido según una determinada formalidad, el ser se ve de
este modo limitado a una forma de ser. Ser hombre, o ser caballo, o ser
gusano, supone en cada caso una perfección, en tanto que todas son formas
187
en este contexto quieren decir que todo el universo tiene
de ser; pero supone también en cada caso una imperfección específica, por
cuanto de esos entes el ser no se dice en absoluto, sino sólo según una
(limitada) forma de ser. Con feliz expresión, Cornelio Fabro ha designado
esto como concepto intensivo del ser. Ello recoge la tradicional doctrina
escolástica de la analogia entis, como analogía de atribución intrínseca,
según la cual el ser se dice primariamente de un primer analogado que
implica un summum de plenitud, al decirse en este caso de Dios, como Ipsum
esse subsistens. De Él se dice el ser como infinita plenitud de todas las
formas y actos, como máximo de perfección, como paradigma, en virtud del
cual cobra sentido el más y el menos de perfección que podemos constatar
en el ámbito de los entes finitos; de modo que desde esas diferencias que
resultan ser de intensidad o de grado, la diversidad de los entes no nos
aparece como una disparatada pluralidad, sino como un continuo en el que
todo remite a todo y sobre todo a una posición infinita de perfección que
está ocupada por lo que designamos con el nombre de Dios”, Hernández
Pacheco, Javier, Hypokéimenon. Origen y desarrollo de la tradición
filosófica, Encuentro, Madrid, 2003, pp. 185-186.
188
el hombre algo que lo hace ser especial con respecto a
en el siguiente capítulo.
189
esto o poder hacer lo otro. Ante este teclado de posibles
192 Ortega y Gasset, José, Unas lecciones de metafísica, en: el mismo, ¿Qué
es filosofía? – Unas lecciones de metafísica (Prólogo de Rodríguez Huéscar),
Porrúa, México, 1998 (4a. ed.), p. 165.
193 El hombre, para Heidegger, es tiempo; es lo que constituye al hombre de
suerte que el hombre es tiempo: “El Dasein no es nada más que ser-tiempo.
El tiempo no es nada que nos llegue del exterior del mundo, sino lo que yo
mismo soy. En el adelantarse [que es lo que hemos llamado en la
“futurición”], en el llegar-a-ser-culpable y en el actuar está presente el
tiempo mismo. El tiempo determina la totalidad del Dasein. El Dasein no es
solamente en un instante dado, sino que es el mismo en toda la extensión
de todas sus posibilidades y de su pasado”, Heidegger, Martin, Lógica. La
pregunta por la verdad (traducción de Joaquín Ciria), Alianza, Madrid,
190
orteguiana que puede rastrarse en Julián Marías cuando trata
capítulo.
2009, § 19, pp. 244-245. En otra obra se resalta este énfasis: “El tiempo
constituye la totalidad de mi Dasein y también determina mi propio ser en
cada instante. La vida humana no acontece en el tiempo, sino que es el
tiempo mismo”, Heidegger, Martin, Tiempo e historia (traducción de Jesús
A. Escudero), Trotta, Madrid, 2009, § 8, p. 169.
194 Marías, Julián, Antropología metafísica, Alianza, Madrid, 1998, p.
188.
195 En dos obras vueltas clásicas, Ricoeur afirma que en la ficción literaria
191
una cierta identidad, aunque no fuerte, en el agente, en este caso
que Ricoeur llega a afirmar que si hay algo que permite identificar
192
“entramado”, es decir, puede verse como un texto dentro de un
responsabilidad moral.
193
5. La libertad de la voluntad
5.1. Introducción
194
5.2. Libertad y ética
nosotros mismos, pues lo que hacemos no sería otra cosa más que obra
195
Nicolás Derisi lo dice así: “El problema moral surge allí donde
p. 184.
202 Cf. Aristóteles, Ética nicomáquea, II y III.
196
una cualidad de la voluntad, de suerte que donde hay racionalidad
primera no es tal)203.
197
para el kantismo, es relegada desde el punto de vista metafísico,
198
“intencionalidad”, ya referida. La intencionalidad se comprende como
199
naturaleza. El agente racional no es una mera Marionette, como dice
200
libertad es una sola, pero al ser analizada se aprecia que puede
201
para liberar a los consumidores de la expoliación de grandes
monopolios”206.
202
Desde una posición más exhaustiva, y que viene a coadyuvar al
tipos de libertad:
203
fuertes que las de un esclavo”207. En la tragedia Los heraclidas
es que Heba, la esposa del apoteosta Heracles, le brinda por un día juventud
para enfrentar la batalla.
209 Strobl, Wolfgang, “Ética, ideologías y metafísica trascendental”, en:
204
por el bien último o final; pero ello no justifica a los medios
inscrito en la racionalidad.
205
e) Libertad democrática. Es el hecho de que, mediante la propia
206
tiene múltiples manifestaciones, pero todas estas concepciones
aceptarlo. Quien dice que sí, es libre; quien dice que no,
207
moderna, Spinoza habla de un cierto determinismo universal,
214 Toda vez que se identifica a Dios como Causa o Ley, viene a identificarse
con la misma naturaleza, Cf. Sciacca, Michele F., Dallo spiritualismo
critico allo spiritualismo cristiano, Marzorati, Milán, 1965, p. 423.
215 Para Spinoza, al hombre sólo le queda observar la realidad sub specie
aeternitatis para ver que todo está fatalmente determinado. Para una
discusión sobre este asunto de forma especializada, Cf. Bennett, Jonathan,
Un estudio de la ética de Spinoza, Fondo de Cultura Económica, México,
1990, pp. 321-334.
208
reunirse en un rincón, para desde allí separarse de nuevo y
209
posibles, es decir, de lo que pudiera suceder. La segunda
210
cable del que pende, entonces el ser humano (o la criatura
es una quimera.
211
puede pertenecer a otra clase natural (por ejemplo, no se puede
212
f) Determinismo psicológico. La contribución más importante de la
hecha por Sigmund Freud (lo cual, por cierto, ya había sido
213
h) Determinismo del ser. Al igual que la postura anterior, esto
darse, pues hay veces en que los argumentos que presentan los
214
hombre es libre, pero no en grado absoluto. El hombre es en parte
caso en que se deba elegir, se opta por uno u otro bien (pueden
215
“deber”, se elegiría siempre el bien objetivo. En términos muy
se llama libertad.
216
capricho, un bien meramente subjetivo. Esta duda también
cierta manera.
217
Entró en la estación completamente deshecho. Era muy
218
Esto sólo es inteligible si la acción es efectivamente
219
Ahora bien, cuando alguien no se satisface con su actuar,
siente el remordimiento.
220
arquitecto de un pasado irrevocable”225. Es
221
el agente estuviera determinado, la ley no tendría por qué
222
idea de libertad, que se descubre a través de la existencia de
223
de Spinoza, que puede ser enunciado diciendo que todo efecto
224
f) En la práctica el determinismo extremo es imposible. Para
pues no es libre.
permitir una libertad pública total (hacer lo que venga en gana sin
225
determinaciones, no se sigue que se deba negar la libertad
lesione a los demás, a los otros, con los cuales la vida del hombre
buena”.
afirma que “la libertad humana es mucho más limitada, ya que es una
226
nosotros podemos ser y hacer está siempre delimitado por condiciones
que no hemos creado nosotros, sino que nos son sugeridas por el libro
última instancia, el bien y el mal del mundo, puesto que al mal, por
fortuna”230.
227
moralmente considerada, es decir, a la voluntad que está en vilo, o
bondad, pues el ser y la bondad son lo mismo sólo que vistos desde
ajustarse a ellos.
228
consciente y libre sobre lo conocido, y muchas veces con esfuerzo.
no lo reconoce por lo que es, o sea, juzga que el bien que posee es
229
a cabo este acto voluntario, y cuando este acto se realiza no de
injusta y mala231.
230
persona”232. La voluntad, de esta manera, motiva el juicio práctico,
ser del objeto, como se dijo; se vuelve, de esta manera, norma para
cualifica moralmente bien o mal. Santo Tomás lo dice así: “se dice
o mal moralmente. Por tanto, para que la voluntad sea buena debe
231
voluntad motiva es el principio para que ella se afeccione bien o
232
tiempo; el hombre no es tres sujetos, sino uno solo que es animal,
todo el ser, a toda la realidad, no apresa más que una pequeña parte.
sucede, por ejemplo, frente a dos bienes: uno sensible, que puede
233
consecuencia, y siguiendo esta misma idea, puede afirmarse que el
cual no descarta, hay que repetirlo, que pueda tener también un matiz
impuesto a uno desde afuera, sino mi respuesta a algo que siento que
234
responder”235. La responsabilidad está implicada en el mismo acto
235
persona determinada, pues es su autor237. En efecto, si el acto en
Para que haya una plena imputación moral y, por ende, una
responsabilidad moral plena por parte del agente, la acción debe ser
237Cf. Michon, Cyrille, “La responsabilité pour ce qui est inévitable”, en:
Acta philosophica, pp. XXVII/1, (2018), pp. 27-44.
236
atendiendo a las circunstancias del sujeto que obra, se puede
voluntad”238.
237
mucha importancia para la ética, pues en la ética aplicada o especial
graves son cometidas por debilidad, aunque esas mismas culpas serían
prójimo”, etcétera239.
238
pasiones para obtener de ellas el bien moral; más bien, se somete a
6.1. Introducción
todos los actos morales sean libres, mas sí voluntarios. Empero, con
239
conforme elige entre distintos objetos, entre distintos valores,
vínculo con el valor que las cosas poseen en sí mismas, concepto que
lo que va del XXI. Es preciso asimismo revisar, para tener una mejor
240
axiología objetivista de Scheler (que, por lo demás, parece
241
vuelta al sujeto, a la construcción del conocimiento que éste realiza
242
sentimiento (Gefühl), aunque con matices y posturas distintas243.
valor244.
243
Parece que la difusión más importante y amplia del término “valor”
este líquido vital se vuelve más escaso, por lo que su valor aumenta
244
auto-implican para que pueda darse un valor: este último posee una
la ciencia del ser en cuanto tal, todos los entes son buenos en sí
ser, es decir, sin algo que lo soporte (por ello hay que rechazar
245
bien ontológico es el bien del ente en cuanto posee el ser, o en la
medida en que lo posee. Este bien es, siempre, soporte de los otros
246
estimado, deseado, etcétera. El fin, enseña Santo Tomás, mueve –como
247
se reducen a ser meras opiniones de los hombres, como la
honorables.
248
externa. Queda descartada cualquier otro tipo de explicación,
la valoración.
escala de valores que sea concorde con los deseos del amo
general250.
250De forma irónica, a esta creación de los valores Robert Musil la llama
el “hombre potencial” (que Orestes Aguilar pareciera encontrar en Hugo von
Hofmannsthal), Aguilar, Héctor Orestes, La escritura sin sombra,
Universidad Veracruzana, Xalapa, 2002, p. 73.
249
más completa y vigente teoría de los valores subjetivista
p. 484.
250
sociedad lo que se ha denominado “normas sociales” en el primer
capítulo.
es independiente al sujeto.
251
No hay que olvidar, como ya se ha visto, que el hombre para
252
habla de la importancia de estos criterios para la historia de la
axiología.
y variables”255.
“Los valores son tanto más altos cuanto menos divisibles son,
salud. Parece que un valor mientras sea más condición sine qua
253
por su euforia?”257. Éste es uno de los criterios mejor
trabajados en Scheler.
que la vida tiene mayor valor que el sabor dulce. Por tanto,
254
De ahí puede surgir la siguiente tabla de valores, que es básicamente
la scheleriana:
sentido antedicho.
255
β) El valor y el desvalor de lo justo y lo injusto. Son
Joseph de Finance:
256
a) Los valores infrahumanos. Perfeccionan al hombre y a los
principio de apreciación.
grupos de valores:
257
decimonónica suele llamarlos, son las parejas
suceso el sujeto.
pueden hallarse:
258
iii. Sociales. De parte del objeto la cohesión y
259
sujeto como tal, no se refieren a lo más propio del hombre. Sin
260
d) El valor religioso. Para De Finance, así como para Lavelle,
valor moral, está sin embargo íntimamente ligado a él; los dos
dicho, los bienes objetivos son la guía y norma para los bienes
tener una adecuada teoría del valor, hace falta integrar los dos
261
superior sea postergado en pos de uno inferior. Sin embargo, se debe
sentido. Todo acto moral tiene por origen y meta a una persona, y
no a ésta como medio para algo más. El hombre, por el hecho de ser
son los derechos humanos. Pero antes de hablar del valor absoluto de
262
pueden llevar a preferir algo en vez de otra cosa. Empero, si
necesario que las juzgue por aquello que son y no por lo que
diferenciadamente.
263
cierto lugar y en un cierto tiempo. Un doble ejemplo puede volver
sobre este objeto: puede ser que le dé una mejor valoración en una
dicho valor positivo o negativo. Así pues, toda acción humana puede
264
está conforme o no a la norma religiosa; y moral, si realiza o no
el bien265.
p. 45.
265
actividades conscientes y libres de la persona, que son los actos
criterios, pero tampoco actúa siempre mal, aunque muchas veces hay
267El lector puede recurrir a dos cuentos breves de Tolstoi para ilustrar
esta circularidad: Amo y esclavo y El padre Sergio. Otra obra muy
interesante que ayuda a ilustrar una situación análoga es El fantasma de
la Ópera, de Gastón Leroux. Ahí, Erik, el malvado fantasma (realiza
fechorías muy graves como el asesinato), al final deja en libertad a
Cristina Daé (la mujer a la que él amó) para que se case con Raúl de Chagny,
lo cual es, en cierto modo, una buena acción enmarcada en la infinidad de
malas acciones que este personaje realiza. La novela, además, es
recomendable por muchos otros elementos.
266
instintos fundamentales, de la libido sexual, de suerte que el
16-18”268.
267
c) John Mackie considera que los valores morales objetivos no
como una teoría del error, una teoría que afirma que, aunque
despreciar (emotivismo).
268
al juicio que puede verterse sobre las cosas. Esta opinión la
ley moral.
efecto, un valor sino una realidad que vale para mí y que, en este
269
exige el compromiso de mi libertad?”270. Este autor, al parecer,
acierta al decir que más allá del carácter subjetivo del valor, por
alcanzar algo más con él. Un ejemplo muy diáfano es el dinero: ¿tiene
valor? Sin duda alguna, pero es un valor de cambio: con él, por
270
forma mediática: con él puede adquirir algo que lo alimente. ¿Y qué
medio, sino siempre como fin. Xosé Manuel Domínguez Prieto lo explica
así: una persona “Nunca puede ser utilizada, nunca puede ser un medio
sino un fin en sí. Y esto significa que la persona tiene una dignidad
271
dignidad. Por eso no puede ser tratada como cosa”272. Carlos Díaz,
es más que ellas. ¿Por qué es más? Porque el hombre tiene facultades,
específico del ser humano, dejando de lado todo lo que comparte con
272 Domínguez Prieto, Xosé Manuel, Para ser persona, Fundación Emmanuel
Mounier, Salamanca, España, 2002, p. 16. Para una revisión de la postura
de Hitler, puede consultarse: Buganza, Jacob, Filosofar en clave
periodística, Ed. Verbum Mentis, Córdoba, Ver., 2008, pp. 77-96.
273 Díaz, Carlos, El libro de los valores personalistas comunitarios,
Fundación Emmanuel Mounier, Madrid, 2000, p. 112.
272
hombre sea hombre. Como es obvio, todas las características
menos bajo algún aspecto, lo cual lo hace estar por encima de toda
que es ser tan intensamente –de tal manera es ser—, que domina su
propio ser. Por eso la persona es sui iuris, dueña de su propio ser.
273
de sí y de su entorno. Este señorío se refleja primeramente en su
Así pues, todo acto moral tiene por inicio a una persona, es decir,
valoración.
enjuicia y valora a las personas por sus actos; “por sus frutos los
las de los demás, así como sobre sí mismo y los otros. Hay acciones
274
Puede ponerse, por ejemplo, una acción que nosotros hayamos
lo hice, (iii) hice mal y, dado del caso, (iv) merezco un castigo.
norma o ley moral, es decir, con lo que debe ser, con el valor moral.
Por ello, es necesario ver cuáles son las características del valor
que debe haber algo externo al sujeto, lo cual puede ser, por
275
c) Honesto. Con este rasgo se pretende destacar que una acción
276
niño con su largo brazo y, gritando de nuevo ese Nombre, arrojó
277
variables posibles para enjuiciar una acción y, a partir de ahí, al
Son muchos los elementos que hay que tomar en cuenta al valorar
uno a uno.
278
acto de robar, pues de lo contrario toda acción moral podría
279
c) Circunstancia. Ya se había dicho que la circunstancia es todo
Pues bien, para que un acto humano o acción sea buena, es necesario
capítulo.
280
7. La norma moral
7.1. Introducción
281
ético (al que también se le conoce como “autonomía”), que propone
porque hay una cierta ley que dictamina que así es. Dentro de los
282
a) Hay una gran diversidad de costumbres y de tradiciones en el
283
c) Desde la más tierna infancia, es claro y cierto que lo bueno y
los padres sobre los hijos; también sucede algo análogo desde
en ella; por tanto, hay al menos una ley que no es externa, y ésta
que sería una norma buena y una norma mala moralmente (que sería,
284
buena parte de la idea de lo que es lo bueno y malo es aprendida en
y otras no). Por tanto, hay algo previo a la norma que los padres
que facultad que todo ser humano posee. Es la que distingue al hombre
“ley moral”.
285
etcétera. Estos matices traen como consecuencia sistemas normativos
diversos. Hay algunos que sostienen que es posible que la razón tenga
asesinar es bueno y que acabar con los otros por placer sea algo
valioso280.
279 Brown, Dan, Ángeles y demonios (trad. Eduardo Murillo), Umbriel, México,
2004, p. 86.
280 En la literatura abundan ejemplos de esta clase de problemas mentales.
286
7.4. Heteronomía de la norma moral a través de la recta razón
Hay que tener en cuenta cada una de las tesis anteriores. Algo de
ser “razón moral”, debe tener en cuenta la ley moral que le prescribe
buscar el bien y evitar el mal, aunque ésta sea una norma claramente
moral.
moderno del término), sino que es bueno en sí, esto es, que es bueno
287
sindéresis. En efecto, el principio de la sindéresis reza que debe
ello es que cuando las normas jurídicas, por ejemplo, están en contra
288
entidad. Seguir a la recta razón no quiere decir otra cosa que seguir
al ser y, por tanto, a la bondad del ente concebido. Puesto que capta
por la voluntad, pues manda con justo título, de suerte que por su
bien objetivo vale por sí mismo y no por sus efectos o por la propia
289
que se sean reales, dirigiendo la acción según las exigencias
humanas y según la cual el hombre debe obrar.” Todas las ideas que
entera, pues la vida moral es la vida a la que todo ser humano está
para mí, sino en cuanto es en sí mismo; y así todas las otras ideas
son pensadas tal como son en sí y no sólo para uno mismo, como las
cosas reales, como las plantas, los animales, los hombres y Dios.
290
Cuando alguien se pregunta, luego del discurso anterior, cuál es el
que se formula sólo de forma refleja. Por tanto, no hay que confundir
términos. “La ratio bonni no es entonces otra cosa que aquello que
291
la respuesta apetitiva de la prosecutio; dicho más exactamente: esta
malum vitandum”281.
292
De igual manera, el primer principio de la razón práctica se
natural hacia el bien como un propio suyo: “Sólo que el fin natural
todavía bona rationis. Por eso Santo Tomás llama a lo que existe a
Son, mucho más, regla y medida para la ratio naturalis, la cual sólo
293
Debido a que la razón natural conoce como bien humano a aquello
de naturaleza de Hobbes.
sólo pueden ser afirmados cuando existe algo que es “suyo” o que
294
hipótesis de la ley injusta no puede, en rigor, darse”283. Por
quiere decir que ha habido pueblos enteros que han ignorado buena
295
bueno y justo, sino que llevan a la práctica todo lo contrario. Estas
justicia.
Pero, aún con esto, hay que aclarar otra pregunta: ¿qué
hay derecho; por lo que la ley natural implica que hay derecho
natural.
ser humano, entonces se afirma que la ley natural proviene del propio
296
indicado es el hombre mismo, aquello que en el hombre es capaz de
como tal”284.
del hombre”. Siguiendo este orden, hay que preguntar cuáles son tales
284Ibid., p. 143.
285Hay que tener en cuenta que esta perfección de la que se habla aquí
también puede aplicarse al caso de la sociedad. Ésta puede perfeccionarse
o degradarse, como muchas veces se ha visto en la historia.
297
expresión de la índole dominadora y transformadora del ser humano;
ley natural es la ley del ser mismo del hombre, expresión de un ser
Las normas morales, en este caso específico, no son otra cosa que la
natural impera o manda sobre los actos humanos, pues tiene como
moral.
286Hervada, Javier, Op. cit., p. 151. También, Cf. Gioberti, Vincenzo, Del
buono (al cuidado de E. Castelli), Fratelli Bocca, Milán, 1939, pp. 85-91.
298
7.6. Caracteres específicos de la norma moral
sea a grandes rasgos, qué es lo bueno y qué lo malo, y por qué hay
obligatorio actuar bien, pero no sólo sin más, sino porque cuando se
es bueno o valioso.
299
norma de moralidad. Empero, hay que apuntar que esto es
obligatoriedad.
ética sin obligación, hay que sostener que una norma moral necesita
300
consejo, sino algo que debe darse. Ahora bien, el concepto de
Por ello, siempre que se piensa en una “ley” o norma (a pesar de los
287 La inspiración proviene de: Morando, Giuseppe, Op. cit., pp. 30-33.
301
estable, inflexible y obligante. Ahora bien, si es verdad que la
norma moral es una idea, cualquiera puede cuestionar cómo es que una
idea puede imponer una obligación, pues pareciera que para que haya
por ejemplo). Debe responderse que no puede haber razón para actuar
nunca manda sino con un título, por una causa. Actuar, por tanto,
rige todos los actos humanos y que es la misma para todos los entes
302
inteligentes. Esto significa que la norma moral es absoluta, pues no
que de ella emana, sino que así es porque es lo que tiene que ser.
303
obligación, tal como lo requiere el principio moral288. Muchos, como
Ockham, recurren a Dios para dar este fundamento. Pero debido a que
304
indeterminado. También parece verdad el principio de San Agustín,
cosa participa en mayor o menor grado, que más bien habría que
305
manifiesto: el cuerpo humano en orden a la inteligencia, el
306
Como se ve, la norma moral presupone a la libre voluntad, por
ella.
Más allá de la ley natural hay que situar a la ley positiva, esto
307
a) Que sea superior por algún medio legítimo. Puede darse que esta
308
e) Que sea promulgada, ya que sólo la ley natural se manifiesta
Pero entre una y otra ley queda siempre la diferencia de que la ley
moral y la voluntad
real, y el ente ideal que está en este caso representado por la norma
309
es capaz, gracias a su libertad, de reconocer o no lo bueno y lo
capítulo, dado que las virtudes vienen a ser modos más o menos
8.1. Introducción
que ellos engendran virtudes, pero también vicios morales; habrá que
310
moralidad, o sea, las virtudes morales. Finalmente, se revisan una
cardinales.
311
Ya desde la Antigüedad es frecuente ver en los tratados de moral que
312
escoger, es decir, puede deliberarse y conciliarse el realizar un
acto u otro, esto es, este o aquel acto humano. Así, los hábitos son
esto es, cuando alguien lee libros de forma frecuente. Hay que decir
313
en momentos diferentes (y puede ser que se lean textos diversos); lo
alguna manera, sea tanto positiva como negativamente. Cada vez que
314
así el hábito operativo o bueno o virtud moral295. En efecto, un
el tomista Barbedette, la virtud “es una cualidad del alma que lleva
a obrar bien y a no obrar ningún mal”. “Es una “cualidad” o más bien
hay que estar de acuerdo con lo que dice el Aquinate: “La virtud
295 “Las virtudes son nuestro patrimonio moral, lo que hemos conquistado con
la actividad moral: patrimonio no inmutable, puesto que el mundo del
espíritu es mundo de actividad, y nuestras virtudes se desmoronarían si no
fueran sostenidas por una continuada actividad moral; pero patrimonio no
tan frágil para poder ser destruido por un solo acto malo”, Vanni Rovighi,
Sofia, Elementi di filosofia, t. III, La Scuola, Brescia, 1963, p. 252.
296 Barbedette, D., Ética o filosofía moral conforme al pensamiento de
315
perfecciona la potencia en relación al acto perfecto, y el acto
316
el término medio entre dos extremos u excesos, donde los excesos son
Dice Barbedette que “las virtudes morales son, según Sócrates, cuatro
templanza”300.
implica que hay por lo menos otros dos puntos relacionados con la
que “in medio stat virtus” (“en medio está la virtud”). El adagio
educación moral, Desclée, Bilbao, 2000, p. 29; Cf. Magee, Bryan, Historia
de la filosofía, pp. 38-39; Cf. Suárez-Íñiguez, Enrique, La felicidad (una
visión a través de los grandes filósofos), Editorial Patria, México, pp.
41-48.
300 Barbedette, D., Op. cit., p. 128.
317
efecto, los actos con los cuales el hombre consigue el bien moral,
dispone a obrar mal moralmente, que es lo mismo que decir que elige
sabiduría301.
318
8.5. Las virtudes cardinales
Ahora bien, se han indicado las virtudes que son como el apoyo de
de este libro dar cuenta de todas las virtudes morales, por ello es
“la recta razón del actuar”, pues pone en práctica los medios más
a decir que dispone para colocar los medios que cumplan con la
justicia hacia los entes que la voluntad tiene por mandato reconocer.
319
cual, en última instancia, desde una visión aristotélica, es el bien
misma moneda303.
303 En Kant sucede algo análogo, sólo que el garante de tal vínculo es la
existencia de Dios. Porque Dios existe, es que el virtuoso necesariamente
es feliz. Al plantear la antinomia de la razón práctica en el bien supremo
que realiza la voluntad, advierte que están unidas virtud y felicidad. Esta
unión es analítica o sintética. No es analítica; por tanto, es sintética.
Esto significa que la conexión entre virtud y felicidad se da de acuerdo
con el modelo de causa y efecto. Esta conexión es posible gracias a la
acción (Handlung). De manera sumamente aguda, el filósofo de Königsberg
afirma que esta causalidad es final o eficiente: la felicidad es causa
final de las máximas de virtud o la virtud es causa eficiente de la
felicidad. La primera disyuntiva es falsa, pues hace depender la moralidad
de la felicidad; pero la segunda es imposible, pues no es absolutamente
necesario que la felicidad se siga de la acción virtuosa (los ejemplos se
multiplican al infinito, ciertamente, como en el caso de Job). Si el bien
supremo debe fomentarse, y éste se efectúa gracias a la ley moral; y si es
vano o imposible el bien supremo, entonces la ley moral, con su prescripción
a fomentarlo, es “fantástica y dirigida a fines imaginarios (phantastisch
und auf leere eigebildete Zwecke gestellt) y, por consiguiente, falsa en
sí (an sich fasch sein)” (114/205). Para resolver esta antinomia, el
filósofo prusiano recuerda que en el caso de la razón especulativa hay una
contradicción o antinomia semejante, a saber, la que se da entre la
causalidad del mundo natural y la libertad. Según él, no es una antinomia
contradictoria genuina; un mismo evento puede ser visto bajo la perspectiva
fenoménica o bajo la nouménica. Si es lo primero, entonces las leyes del
mundo natural lo explican; si es lo segundo, se explica que esté libre de
toda causalidad natural, pues el noúmeno no está sometido al tiempo. En el
caso de la razón práctica, la aseveración que dice que la búsqueda de la
felicidad produce el fundamento de la convicción virtuosa, es totalmente
falsa. Pero la que dice que la convicción virtuosa produce felicidad, no
es absolutamente falsa (ist sclechterdings falsch). Es falsa sólo si se
considera bajo la perspectiva fenoménica. Pero si se considera la
perspectiva inteligible o nouménica, no es imposible que la convicción
moral tenga una conexión mediata (no necesariamente inmediata) con el autor
de la naturaleza, y así se produzca la felicidad en el mundo fenoménico.
304 Esteban Ortega, Joaquín, Memoria, hermenéutica y educación, Biblioteca
320
φρόνιμος, sabe aplicar lo general al caso particular y, en este
medir qué actos (y sus respectivas consecuencias) son los que deben
actuar, como norma moral suya, al ser del ente conocido, al que mide
para que la acción sea efectiva, o sea, para que alcance el fin:
321
“Hermes le dio entonces más consejos sobre cómo comportarse, y
322
también en la consecución de los bienes, individuales y comunes, de
el bien común, para que también los demás tengan acceso a los bienes
todo aquello que es preciso con tal de cumplir con la justicia. Por
323
ello, relacionadas con la fortaleza están la paciencia y la
perseverancia.
313Cf. Ibid., II-IIae, q. 58 a. 1c. Cf. Morando, Giuseppe, Op. cit., pp.
120-121.
324
La justicia puede ser dividida subsiguientemente. La justicia
que regula la relación del estado con los individuos, con la sociedad
común, aquí entendido no solamente como los bienes comunes, esto es,
culturales”316.
que aparecen como un término medio entre dos excesos. Las más
325
facilitar el acto bueno, como un hábito que inclina a la voluntad de
justicia y virtud como ordo amoris. Este amor, que es llamada por el
326
En este libro se ha referido la virtud moral a la felicidad y
viceversa. Es preciso explicitar más esta tesis. Parece que tres son
327
eudemonista, por ejemplo, de Aristóteles y Tomás de Aquino. Desde
sino que la vida y regla moral debe ser puesta en relación a un bien
328
algo que el lenguaje ordinario suele confundir: (i) el placer, que
329
que completa esta visión danto cuenta de las verdades de la
la vida moral es una vida feliz, tanto más feliz cuanto la moralidad
feliz.
330
que tiene carácter formal en cierto modo, es llenada por cada
Tomás advierte esto mismo, puesto que sabe que unos colocan su
como meta material de la propia felicidad. Tal como es cada uno, así
estima cuál es la vida que es mejor para ser vivida. Empero, la vida
Por ello es que la conexión del obrar virtuoso con la vida feliz se
felicidad.323
323Esta última frase ha sido recuperada de: Bertini, Giovanni Maria, Idea
di una filosofia della vita, t. I, Stamperia Reale, Torino, 1850, p. 183.
331
8.7. Conclusión
Un joven educado
332
deberá hacerse a todo”.
y según yo contemplo,
yo no sé qué olorcillo
La ocasión se repite
333
Así de importantes son los actos individualmente considerados, pues
9. La conciencia moral
9.1. Introducción
334
primitiva de la consciencia; inmediatamente después se verá cuál es
moral
335
de dos tipos, a saber, directo y reflejo. El conocimiento directo es
el nombre de consciencia.
que se realiza sobre nosotros mismos y que nos hace conocer todo
336
Retómese el ejemplo de la manzana. En efecto, puede percibirse
consciente del objeto hasta que piensa que “lo que estoy percibiendo
distinguir con fineza entre una y otra debido a las grafías y a las
337
Deja de ser un mero espectador del objeto y se observa también
338
la conciencia moral no entra como tal a ser parte del acto moral,
339
veces, como lo dicta la experiencia interna, la conciencia moral
340
definición propuesta de conciencia moral, no hay una verdadera
341
a su vez, la conciencia vencible (es decir, si es posible
342
verdaderos que falsos en relación a las demás; sin embargo, no
alcanza la certeza.
343
obsequiosa con la ley”. La moralidad, de acuerdo con lo que se ha
344
Tanto lo interno como lo externo están en el acto moral
asesinato.
italiani del XIX secolo, t. II, Fratelli Bocca, Milán, 1944, p. 79. No hay
oposición con la doctrina precedente, pues el dictamen de la conciencia no
es práctico, sino teórico.
345
c) La que agrava o disminuye a la especie, por ejemplo robar
de ahí emana la moralidad, o sea, de ahí emana que sea bueno o malo
obra y el fin del que obra sean buenos. Quien hace una acción buena
por un fin malo, o una acción mala por un fin bueno, obra
aquella máxima que dice “el fin justifica los medios”. En cambio, es
una norma moral la que San Pablo que dice “non sunt facienda mala
ahí pueda brotar algo bueno. Sólo se puede hacer moralmente una
346
caso de quien sacrifica su propia vida por la de otro, o bien la del
sus circunstancias. Mientas que para ser mala basta con que algún
quocunque defectu.
estima que hay tres teorías principales que hablan del niño y
su consciencia.
347
α) Optimista. El niño es por naturaleza o naturalmente
hace. Entre los autores que sostienen esta tesis, con sus
348
en torno a su consciencia lo exime de imputabilidad
directamente332.
349
“madurez”, en donde puede encontrarse encontrar la integración
350
dentro de los cuales es capaz de conocer que es él el origen de los
Por ejemplo, ahora que leo estas líneas, antes de pensarlo, no soy
en mí, hasta que vuelvo sobre los objetos que tengo de frente y sobre
silla, del dolor que comienzan a sentir mis codos por el hecho de
Tal vez así deba que ser, porque si el sujeto racional fuera
Por ello, es que el propio ser del hombre, y la ética que se construye
351
sombras y muchos recovecos que poco a poco pretende conocer, pero
como a tientas.
racionales.
10. Epílogo
352
destaca a lo largo de estas páginas, hay muchas interpretaciones
353
cerrarse y aparecer acabada por completo. De hecho, si así fuera,
definitiva.
354
que tengan por fin algo extrínseco a ellas. Es como explica el
una norma prescribe es porque lo que esa norma exige debe ser
vituperarse.
355
Esta época (que algunos teóricos denominan la “posmodernidad”,
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