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Soler, quien nació en Cataluña, emigró con su familia a Uruguay a los cuatro años. Fue
maestro rural, participó de la fundación de la Federación Uruguaya de Magisterio y
creó el Primer Núcleo Escolar Experimental (1954-1961), “un trabajo intensivo de
educación para el mejoramiento de la vida campesina, conocido como la experiencia de
La Mina”.
Entre 1961 y 1982 trabajó como especialista para Unesco en diversos países de
América Latina, y en los los últimos 20 años como asesor en numerosas oportunidades
en América y Cataluña.También participó en actividades solidarias y de reflexión
acerca de la realidad social. Desde hace un año, aunque conserva su casa en
Barcelona, vive en Montevido y se desempeña como asesor honorario del Director
Nacional de Educación Pública. Es uno de los integrantes de la Comisión Organizadora
del Debate Nacional sobre Educación que se gestiona desde el gobierno uruguayo. En
2006 recibió el título Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República.
Miguel Soler habla castellano con acento español, su lengua materna es el catalán y ha
recorrido decenas de países. Sin embargo, para varias generaciones de docentes, el
“maestro Soler” es un referente de la mejor enseñanza pública uruguaya.
Mosaico Social: Se fue de Uruguay en 1961 y vuelve a trabajar, más de 40 años después.
¿Cómo era la educación en Uruguay cuando se fue y cómo es en la actualidad?
Miguel Soler: Primero querría decir que Uruguay tuvo una educación de alto prestigio,
internacional y sobre todo en la región latinoamericana porque a partir de José Pedro
Varela se esforzó por tener un nivel educativo de amplia cobertura y de alta calidad.
Con el esfuerzo que realizó el Estado uruguayo durante décadas, es decir la primera mitad
del siglo XX - en las que dispuso de medios ecómicos importantes - esa educación se fue
construyendo progresivamente y adquirió muy alto nivel.
En eso influyeron, desde luego, corrientes externas porque los países no viven solamente
de lo que crean de manera autárquica o endógena sino que necesitan intercambios. En esa
evolución influyeron mucho en la educación uruguaya todas las corrientes europeas
favorables a la una educacióna activa, respetuosa de los derechos del niño, en la que el
educador tenía una elevada estimación social y la educación se daba simultáneamente con
un desarrollo cultural de buena calidad. Así las ideas, liberales para la época de gratuidad,
de laicidad, predominantes en la Europa Occidental, cuajaron en la población y en la
realidad uruguayas y fueron dando una escuela pública -me estoy refiriendo en este
momento solamente a la Primaria- de cobertura prácticamente total. Los niños que
quedaban fuera del sistema educativo eran pocos, en parte, gracias a la aprobación del
famoso Código del Niño de 1934 que hacía obligatoria la educación de nivel primario.
Al mismo tiempo, se producía un desarrollo universitario que acompañaba todo esto y fue
apareciendo la educación media, primero a cargo de la Universidad, después a cargo de un
ente autónomo especial.
Miguel Soler: Las cosas se fueron degradando en cuanto el país todo empezó a sufrir las
consecuencias de la reestructuración de la economía mundial. En la medida en que las
materias primas producidas por Uruguay dejaron de interesar en los mercados
internacionales, porque los países ricos las fueron produciendo, el comercio de nuestro país
se fue debilitando, sobre todo después de la guerra de Corea y hubo una merma
considerable de nuestro comercio exterior. Y como el mercado interior en Uruguay siempre
ha sido pequeño por la limitación de nuestra población, empezó el Estado a sentir que ya no
disponía de los medios de que gozó en las décadas anteriores y esto afectó los servicios. Y
la educación pública, la salud pública y otros sectores empezaron a padecer carencias, que
eran en realidad carencias que afectaban a toda la sociedad y al estado uruguayo.
Mosaico Social: ¿La causa principal del deterioro fue la falta de presupuesto?
Miguel Soler: No, vamos a agregar otros elementos. Ese es un elemento que sigue
afectando. Las razones de naturaleza política deben ser incluidas en este panorama.
Miguel Soler: Influyen las elecciones nacionales de 1958 y el triunfo del Partido Nacional
(o Blanco). Se produce un cambio histórico en el país, porque ese cambio corta una sucesión
de gobiernos del Partido Colorado para introducir la política del Partido Nacional. Sólo ese
hecho no hubiera sido suficiente para afectar negativamente la educación aun significando
un cambio de orientación, un ajuste a la nueva política. Lo que pasó fue que el Partido
Nacional, en acuerdo con una de sus corrientes internas, el Ruralismo del señor Nardone,
constituyó un Consejo de Enseñanza Primaria que infortunadamente estaba compuesto por
personas que, además de su carácter conservador, propio de un gobierno más conservador
que había obtenido el poder, agregaba su condición de gente incompetente, irresponsable,
con ciertas características, incluso de naturaleza ética totalmente negativas. Durante ese
período, la educación primaria resultó tremendamente afectada por un proceso de
descalabro, de desmantelamiento, de afectación profunda de todo aquello que había venido
construyéndose.
Miguel Soler: En el año 1985 el país perdió la gran oportunidad de poner la casa en orden.
Eso revela una postura que en realidad se reprodujo en otros órdenes. En materia
educativa resultó nefasto, porque si había que hacer una reforma en la educación ese era el
momento y no se hizo; se optó por una línea de orden continuista de lo que teníamos antes y
se permitió que ciertos personajes que eran fruto del sistema dictatorial que había
existido durante tantos años, más de 10 años, quedaran en el sistema educativo en cargos
de responsabilidad obstaculizando todo proceso de cambio hacia adelante como el que se
necesitaba.
Mosaico Social: Para transformar la educación ¿se debería apuntar otra vez al
fortalecimento de la escuela pública?
Miguel Soler: Definitivamente sí. Una de las virtudes de la educación pública era que daba
una educación de buena calidad y a la que podía acceder todo el que quisiera. Hoy la gente
dice que la escuela pública es “la escuela de los pobres”.
Mosaico Social: ¿Dónde se tiene que anclar la reforma sobre todo en la educación
primaria?
Miguel Soler: Soler aclara que sus opiniones son personales porque se está realizando el
debate educativo, y él integra la comisión organizadora que está en una etapa de organizar
el debate y “escuchar”
Uno de los puntos fundamentales es que a la educación hay que darle los recursos que
necesita para que resulte eficiente y de calidad. La lucha por el aumento presupuestal de la
educación es una lucha inacabada y habrá que seguir manteniéndola en el orden del día.
Pero el gobierno actual está haciendo avances significativos, reconociendo que los recursos
son insuficientes. Es decir, la meta es mucho más ambiciosa que la que aparece en los
presupuestos, porque estos presupuestos son los que responden a las posibilidades de hoy y
tenemos que luchar por tener más posibilidades. Si el pueblo, si la sociedad uruguaya le da
la debida prioridad a la educación y me refiero a la educación pública incluyendo todos los
niveles hasta los posgrados universitarios, el presupuesto de la educación tiene que seguir
creciendo hasta llegar a cifras completamente diferentes ya del orden del 6%, 7% u 8%
del Producto Nacional Bruto. Y esto no son fantasías. En primer lugar porque hay países en
América Latina que están gastando esas cifras. Segundo porque en diciembre de 1979 la
Unesco convocó una conferencia de ministros en México, ministros de educación y
ministros encargados del desarrollo económico y esa conferencia para toda América Latina
fijó que para el año 2000 el presupuesto de educación pública de los países debía oscilar
entre el 7% y 8% por ciento del producto nacional bruto.
Y así puede ocurrirnos que un alumno en el año 2025 esté, de hecho, siendo formado con un
saber que tiene medio siglo de atraso.
Miguel Soler: Me refiero al conocimiento que se imparte, a los valores con los
cuales se trabaja en el proceso educativo, a la relación entre la realidad en la
que vive el alumno - que es dinámica - y la realidad escolar que puede ser
estática y de alguna manera sustraida al contexto de las vivencias que el niño
tiene durante el resto del día. Nosotros debemos preconizar que entre el
mundo del aula y el mundo fuera del aula no haya grandes distancias. Porque
si hay grandes distancias en el tiempo o en la temática o en los valores que se
trabajan en una u otra situación, el que padece es el alumno. Porque recibe
distintos mensajes y no ubica el mensaje educativo en el lugar que le
corresponde en la formación de su personalidad. Encuentra que los otros
elementos formadores o mal formadores o deformadores que lo rodean son
mucho más interesantes que el mensaje que le puede estar dando la escuela.
Esto ocurre.
Mosaico Social: Los principales requisitos son entonces presupuesto, en primer lugar,
formación docente y actualización...
Miguel Soler: La formación docente debe ser de buena calidad y debe darle oportunidades
al docente de crecer profesionalmente, de hacer una carrera ascendente, no porque se
hace más viejo, es decir ganando antigüedad, sino porque se hace más sabio.
Profesionalmente pasa a estar más dotado de información y de formación para trabajar,
para aplicar en su trabajo docente. Esos desfasajes hay que romperlos y cuesta muchísimo.
Porque para formar de otra manera a los docentes, como yo creo que es urgente hacer, se
necesitan los formadores de esos formadores y esos no están. O son pocos o también hay
que trabajar con ellos para que entiendan el momento histórico en el que estamos y
actualicen la enseñanza formadora de los futuros docentes. Todo esto es una cadena de
necesidades que urge atender sin muchos medios para hacerlo.
No podemos pensar que vamos a traer expertos extranjeros para hacer esto. Este no es un
problema de extranjeros este es un problema a resolver con nuestros valores.
Mosaico Social: Usted decía que la educación es siempre política, ¿política es ideología?
Miguel Soler: Yo creo que toda educación tiene una ideología. No lo hago equivalente al
partidarismo, a la pertenencia a un partido político. La naturaleza de la educación es
política pero eso no quiere decir que esa política esté concebida en los términos estrechos
de una ideología determinada, o de un modelo político determinado, de un partido
determinado, etc.
La prueba de eso la tenemos en que cada vez que hay un gran vuelco político histórico, hay
un vuelco en la educación. Cuando triunfa la revolución cubana, se modifica la educación;
cuando triunfa la revolución sandinista se modifica la educación; cuando sube el señor
Alfonsín al poder en la Argentina - perteneciendo al Partido Radical, no a un movimiento
revolucionario como los otros dos ejemplos que puse - se modifica la educación. Y aqui en el
Uruguay, cuando sube el doctor Tabaré Vázquez al poder se cree necesario modificar la
educación. Esto quiere decir que la educación está situada en la historia de los pueblos y
acompaña, tiene que acompañar, los procesos histórico-políticos propios de esos pueblos.
No se da en la historia una educación con ciertas características opuestas totalmente a una
sociedad que tiene otras características, porque la sociedad no lo tolera. Lo primero que
hace es ajustar la educación a sus convicciones, sus objetivos, etc.
Miguel Soler: Sí, una política educativa centrada en procesos que se producen en seres
humanos determinados en función de los intereses y necesidades de ese ser humano. La
educación tiene un movimiento pendular que va del individuo a la sociedad. No puede
concebirse descuidando al individuo ni favorecer el aislamiento individual. Por eso
criticamos todo enfoque educativo que, obedeciendo a necesidades de la sociedad dice
’tenemos que formar a los alumnos para la economía, para el desarrollo, para la producción,
etcétera, etcétera”
Cuando se pone el acento sólo en esta parte, se está desatendiendo el verdadero derecho a
la educación que es el que tenemos todos a crecer como seres humanos con ayuda externa,
como ser la educación.
Mosaico Social: No tienen por qué ser contradictorias las dos cosas.
Miguel Soler: No tienen que ser contradictorias, por eso el movimiento pendular.
Mosaico Social: Del ideario de José Pedro Varela, ¿qué está vigente?
Miguel Soler: Todo. Tenemos que reconstruir la posibilidad de poner juntos en el mismo
banco escolar a las gentes que son parte de la sociedad, desde la diferencia. El sistema nos
está llevando a que clasifiquemos a los ciudadanos en los unos y los otros. Los unos son los
que tienen facilidades para resolver sus necesidades básicas de manera satisfactoria, los
otros son los que están por debajo de esa línea y no las pueden satisfacer. Estos dos
sectores de la población, en una sociedad democrática, se deben acercar. Tener unas
escuelas para unos y unas escuelas para otros contradice el ideal valeriano, el ideal
republicano e igualitario y lo tenemos que reconstruir.
Miguel Soler: Yo viví con mucha intensidad los 10 años de la revolución sandinista, en los
años 80. Hice 13 viajes a Nicaragua y algunas veces pasé bastantes temporadas,
colaborando, participando y aprendiendo mucho. Lo que me resultó evidente es que, cuando
el cambio socio político es tan intenso como el que significó la derrota de los Somoza y la
entrada de un gobierno nuevo, de inspiración democrática - porque el sandinismo practicó el
pluralismo político - las potencialidades que tiene un pueblo son enormes y la capacidad de
reacción es rápida; formidable y digna de ver.
La llamada Cruzada de Alfabetización que tiene lugar en el año 80, la creación del Vice
Ministerio de Educación de Adultos, el Programa de Educación de Adultos que sigue a la
Cruzada de Alfabetización, la multiplicación de las escuelas normales para formar
aceleradamente maestros al servicio del pueblo, todo ello fue una experiencia riquísima.
Otro hecho formidable fue que, en los primeros años, en promedio cada día se inauguraba
un aula y media, dedicada a la educación primaria y secundaria, fundamentalmente en el
campo, donde más falta hacía la educación. Fue un hecho espectacular el que hubiera
trabajo voluntario (de jóvenes), que sin tener título ni salario comprendían que era el
momento de compartir su saber bajo la consigna de que sólo el pueblo educa al pueblo. Eso
era lo que en aquel momento se necesitaba...
Todos estos hechos de los cuales yo fui testigo y estoy muy agradecido por haberlo sido,
en parte como colaborador, me revelaron el enorme potencial de cambio que tiene América
latina si orientamos ese cambio a las verdaderas necesidades del pueblo y le damos una de
las herramientas fundamentales que es una buena educación.