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UN HOMBRE, UN

DESTINO

Por: Luis González

Luis González, hijo de padres


colombianos, nacido en Colombia un 1 de octubre de 1944 traído y
nacionalizado en Venezuela a los 5 años de edad. Quedó huérfano de padre a
los 8 días de nacido. Sin conocer a nadie, su madre tomó la decisión de
traerlo a Venezuela, quien venía en busca de mejoras económicas y consiguió
trabajo rápidamente como ama de casa. No era mucha la mejora económica
que había conseguido pero le era suficiente para criar a su hijo quien fue
creciendo y dándose cuenta que solo tenía a su madre a su lado (mi abuela).

Pocos años después mi abuela tuvo otro esposo el cual le dio tres hijas
y luego la dejó con la responsabilidad en mano. Mi padre al ver que mi
abuela no podía con los gastos, salió a la calle a la edad de 10 años a trabajar
como limpiador de botas para ayudarla en casa; él nunca tuvo la oportunidad
de estudiar formalmente pero aun así es un hombre muy emprendedor.

A medida que iban pasando los años la responsabilidad era más fuerte.
Trabajó como vendedor de empanadas y arepas, trabajó en un depósito y en
muchos trabajos más durante su adolescencia.

Cuando cumplió la mayoría de edad decidió ir a servir al cuartel de


Caracas y le gustó mucho la estadía allá. Una vez terminada su labor en el
cuartel regresó a Maracaibo y mi abuela lo llevó a conocer parte de su
familia en Colombia después de tantos años. Cuando se vienen de Colombia
inmediatamente se devuelve a Caracas a buscar trabajo, más o menos en
1967. Estando allá seguía ayudando a su madre y a sus hermanas.

Finalmente encontró trabajo de mesonero en un restaurant de la


ciudad donde conoció a mi mamá; María Araque, ella era cocinera allí mismo.
Se enamoraron y algo les dijo que querían estar juntos por siempre.
Duraron 10 meses saliendo a escondidas ya que mis abuelos no
aceptaban su relación porque mi mamá era 10 años menor que él.

Ellos hacían todo lo posible por estar juntos, como ellos lo llamaban
“Locuras de Amor”.

Finalmente mis abuelos aceptaron su relación y se fueron a vivir


juntos, tiempo después tuvieron 5 hermosas niñas en busca de un niño hasta
que un agosto de 1992 nací yo, Luis González como mi padre.

4 años después con la intención de tener otro niño, nace mi hermana


menor Génesis González.

Crecí rodeado de mucha gente, mi infancia fue muy feliz al lado de


mis padres, mis hermanas y mis primos. Gracias a ellos aprendí muchas cosas
hasta llegar a ser lo que soy ahora. Pero esto no se trata de mí, se trata de
un hombre enamorado que desde joven habría dado todo por su familia.

En el año 2001 mi tía de Maracaibo llamó a mi papá ofreciéndole un


buen trabajo donde obtendría muchos beneficios. Mi madre decidió que
unos meses después nos iríamos también para Maracaibo a vivir con nuestro
papá pero por la enfermedad de mi hermana y muchas otras complicaciones
hicieron que la distancia se impusiera entre ellos.

Un año después de tantas luchas; mis hermanas, mi mamá y yo nos vinimos a


Maracaibo.

Ver a mi padre de nuevo fue uno de los momentos más felices de nuestras
vidas. Hoy, 8 años después de nuestro reencuentro vivimos muy felices en
Maracaibo mi mamá, mi hermana menor y yo.

Esto es sólo una pequeña historia de todos los sacrificios que un hombre
hizo por hacer feliz a las personas que más amaba, por luchar por un futuro
junto a su familia. Una historia que demuestra que el amor puede más que la
distancia, más que el dinero, más que los prejuicios de cualquier persona,
MÁS QUE NADA.
Año aproximado: octubre 1965
Personajes: Luis González
Lugar donde fue tomada: Cuartel de
Caracas
Nombre del fotógrafo: no aparece.

Año aproximado: octubre 1968


Personajes: Luis González y un tío
Lugar donde fue tomada: Colombia
Nombre del fotógrafo: no aparece.

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