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den el habla, ya que influyen en el sentido de la orient cluso en los patrones de la memoria, El guugu justo a tiempo, antes de occidentalizarse. La lengu rar» de sus hablantes mas ancianos, que John Haviland e grabar en la década de los setenta, ha seguido ¢l mismo, que todas las lenguas, junto con los tiltimos miembros de generacién. Aunque el guugu yimithirr todavia se excueha, pevale, la lengua ha sufrido una drastica simplificacion, fuencia det inglés. Hoy en da, sus hablantes mas anci via suelen utilizar los puntos cardinales, al menos cuando en guugu yimithirr, pero la mayorfa de los menores de ei afios ya no dominan el sistema, 2Cudintos otros rasgos de las principales lenguas euroy guimos considerando naturales y universales simplemente nadie ha comprendido atin correctamente las lenguas que nan de distinta forma? Es posible que nunca lo sepamos, otra manera, si bien la posibilidad de seguir sometiendo m m del mundo a nuevas ¢ incémodas adaptaciones parece Jentadora, la buena noticia es que cada minuto que pasa es probable que Heguemos a descubrir esos rasgos, pues ali cel guugu yimithirr cientos de otras «lenguas tropicales» diendo terreno, dispersadas por el inexorable avance de la i cidn, Las predicciones dicen que dentro de dos 0 tres gen nes al menos la mitad de lay aproximadamente seis mil le que hoy existen en el mundo habrin desaparecido, sobre tod de tribus remotas muy distintas de lo que a nosotros nos natural, Con el paso del tiempo, la idea de que todas las len} funcionan bisicamente como el inglés 0 el espaiiol esta a punt convertirse en realidad. Muy pronto se podra argumentar, sin. tara Ja verdad, que el sestindar europeo medio» es el tinico Jo natural de la lengua humana, porque ya no habra lenguas se diferencien sustancialmente de él. Pero sera una falsa Sin embargo, para que no sucumbamos a la impresion de las lenguas tribales remotas son las tinicas que hacen cosas que provocan diferencias en el pensamiento, analizaremoy al dos dmbitos que muestran variaciones importantes incluso las principales lenguas europeas, lo cual nos permitira ver la} fluencia de la lengua sobre el pensamiento mucho mas cerca) novotros. a4 Sexo y sintaxis uno de sus poemas més hermosos pero mais enigmaticos, Heinrich Heine describe el deseo de un pino nevado por una pal. era oriental quemada por el sol Ein Fichtenbaum steht einsam Im Norden auf kabler Hoh" thn schlifert; mit weibler Decke Umbaillen ihn Fis und Schnee einer Palme, Die, fern im Morgenland, Einsarn und schweigend trauert Auf brennender Felsenvwand. £1 poema, incluide en el Intermezzo lirico que Heine publicd en 1822, inspir6 traducciones a muchas lenguas europeas. Una de las primeras que aparecieron en inglés —todavia muy popu- lar en nuestros dias— es la del poeta escocés James Thomson (1834-1882), uno de los grandes melancélicos del periodo victo- riano: [A pinestree standeth lonely In the North on an upland bare; It standeth whitely shrouded With snow, and sleepeth there, ans, Iedreameth of a Palm ‘Tree Which far in the Eastalone, In mournful silence stancleth (On its ridge of burning stone. ‘Thomson fue admirado sobre todo por sus traducciones; versi6n, de rimas resonantes y trabada aliteracién, capta el miento y la inmovilidad sin esperanzas del pino desolado y la mera. Su adaptaci6n se las arregla incluso para conservar el ri de Heine mientras que, en apariencia, mantiene con gran dad el significado del poema. Y, sin embargo, a pesar de su nio, la traduccién de Thomson fracasa por completo a la hora mostrar al lector inglés un aspecto imprescindible del poema ginal, quiza la auténtica clave para interpretarlo. Y si fracasa estrepitosamente es porque pasa por alto un rasgo gramati Ja lengua alemana en el que se basa la alegoria, sin el cual la tifora de Heine queda castrada, Si el lector no sabe atin a qué estoy refiriendo, la traduccién al espaiiol que aqui le ofrezco dria ayudarlo: Hubo una vez un pino solitario ‘en el Norte, yermo yaterido; ‘estaba envuelto en un blanco sudario de nieve, en 61 dormia compungido, Aparecié en su suefio una palmera que, solitaria y lejos, en Oriente, cen silencio se erguia, lastimera, sobre la cima de una roca ardiente. En el original de Heine, der Fichtenbaum (el pino) es no, mientras que die Palme (la palmera) es femenino, y esta o ién de géneros gramaticales aporta a la imagen metaforica dimensi6n sexual que Thomson eludi6 en la traducci6n in; donde a ambos Arboles simplemente se los trata como meros indiferenciados. Por eso, muchos eriticos pensaron que, bajo. pliegues de su blanco sudario, el pino ocultaba algo mas que simple lamento romantico de amor no correspondido y que palmera podria ser objeto de un tipo de deseo totalmente di to. Es posible que Heine aludiese aqui a la larga tradicién de 216 may amorosos judios dedicados a la Iejana ¢ inaleanzable Sién, personificada como la mujer amada, género que se remonta hasta €1 Salmo 187, uno de los favoritos de Heine: «Junto a los rios de Habilonia, alli nos asentamos y todavia llorabamos al acordarnos de Si6n... Si me olvidase de ti, joh, Jerusalén!, que mi mano dere- cha se marchite y que la lengua se me pegue al paladar». Parece probable que Heine aludiese aqui a dicha tradicién y que su pak mera solitaria, erguida sobre la cima de una roca ardiente, fuese perdida, colgada en lo alto de las colinas de Judea. ¥ también lo es que, de manera todavia pre sn homenaje a la més fax mosa de las odas jamas escritasa Jerusalén, surgida de la pluma de Yehuda Halevi, el gran poeta del siglo xn, la época dorada de la judeidad en Sefarad, la actual Espaiia. Heine lo veneraba y es pro= bable que el objeto del deseo del pino —la palmera que, solitaria y Iejana, se erguia en Oriente— sea el eco del primer verso de la ‘oda de Halevi: «Mi coraz6n esta en Oriente y yo en los confines de Occidente>. ‘Nunca podré resolverse el misterio de si el poema trata ono de la desesperacin de Heine ante la imposibilidad de conciliar sus {ces en el norte germénico con la patria lejana de su alma judia, pero no hay duda de que el poema no puede entenderse del todo sino se especifica el género de los dos protagonistas. El problema para los traductores ingleses es que esta base sexual no se puede trasladar a su lengua sin que adquiera un matiz pretencioso y arti ficialmente poético, ya que en inglés sonaria falso si se aludiese a los arboles como «él» o «ella». A tos angloparlantes les resulta muy dificil entender que en alemdn o en espafiol nada tiene de poético designar objetos inanimados como «él» o «ella» o incluso que ak suuien pueda referirse en femenino a una palmera en la conversa- cin mas trivial, por ejemplo, cuando le cuenta a su vecino que «la compré a mitad de precio en un invernadero y la plant6 demasia- do cerca del pino, por lo que las raices de étele impiden crecer y, ademis, la palmera no le da més que problemas desde que tuvo hongos y se le pudrieron las palmas». Y toda esta chachara se ex: presaria sin la menor vena poética y sin prestar la menor atencion a la diferencia genérica de ambos arboles, porque es asi como se habla en espaol, en francés, en aleman, en uso o en muchas ‘tras lenguas con sistemas de géneros gramaticales ina referencia en clave a la Jerusal . los versos de Heine indies 217

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