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Velocidad:
La oscilación instantánea de un punto material que ejecuta un movimiento
armónico simple se obtiene por lo tanto derivando la posición respecto al
tiempo.
Aceleración Máxima:
La aceleración es la variación de la velocidad del movimiento respecto al
tiempo de espera y se obtiene por lo tanto derivando la ecuación de la
velocidad respecto al tiempo de encuentro.
Energía del movimiento armónico simple:
Las fuerzas involucradas en un movimiento armónico simple son centrales y,
por tanto, conservativas. En consecuencia, se puede definir un campo escalar
llamado energía potencial (Ep) asociado a la fuerza. Para hallar la expresión de
la energía potencial, basta con integrar la expresión de la fuerza (esto es
extensible a todas las fuerzas conservativas) y cambiarla de signo,
obteniéndose la energía potencial alcanza su máximo en los extremos de la
trayectoria y tiene valor nulo (cero) en el punto x = 0, es decir el punto de
equilibrio.
La energía cinética cambiará a lo largo de las oscilaciones pues lo hace la
velocidad, como sólo actúan fuerzas conservativas, la energía mecánica (suma
de la energía cinética y potencial) permanece constante y finalmente, al ser la
energía mecánica constante, puede calcularse fácilmente considerando los
casos en los que la velocidad de la partícula es nula y por lo tanto la energía
potencial es máxima.
Fenómenos ondulatorios:
Son los efectos y propiedades exhibidas por las entidades físicas que se
propagan en forma de onda.
Reflexión: tiene lugar cuando una onda choca con la superficie de un medio
que no puede ni absorberla ni transmitirla. Se cumple que el ángulo de
incidencia y de reflexión son idénticos.
Refracción: es el cambio de dirección que experimenta una onda al pasar de
un medio a otro. Se debe a la diferencia en la velocidad de propagación de la
onda en ambos medios. Cada medio está caracterizado por un índice de
refracción.
Reflexión interna total: se produce cuando un rayo de luz que se encuentra
en un medio de índice de refracción mayor que el del medio que pretende
atravesar se refracta de tal modo que no es capaz de atravesar la superficie
entre ambos medios, reflejándose completamente. Este fenómeno sólo tiene
lugar a partir de un determinado ángulo de incidencia, llamado ángulo crítico.
Difracción: fenómeno debido a la desviación de la propagación rectilínea de
un rayo de luz en un medio homogéneo, cuando atraviesa una abertura o pasa
por puntos próximos a un objeto opaco. La superposición en un punto de los
rayos así desviados da lugar a variaciones de la intensidad, produciendo
máximos y mínimos cuya distribución depende de la forma de la abertura o del
objeto opaco.
Interferencia: resultado de la superposición de dos o más ondas. Puede ser
constructiva o destructiva.
La intensidad o volumen:
Está en relación con la fuerza con que hubiésemos pulsado la cuerda. Su
unidad de medida es el decibelio (dB). Cada incremento de 10 dB nuestro oído
lo percibe como el doble de intensidad. A partir de 120 dB entraríamos en el
umbral del dolor.
Los sonidos de los distintos instrumentos musicales no tienen todas las mismas
posibilidades de potencia sonora. Esta realidad se reconoce claramente en la
disposición de los instrumentos dentro de una orquesta, donde los
instrumentos con mayor potencia sonora son colocados hacia atrás. Sin
embargo, hoy en día y gracias a los avances de la tecnología de amplificación
del sonido, los posibles desequilibrios se pueden compensar con una adecuada
utilización de los micrófonos y la mesa de mezclas.
El timbre:
Es la cualidad que nos permite distinguir entre los distintos sonidos de los
instrumentos o de las voces, aunque interpreten exactamente la misma
melodía. El timbre de los distintos instrumentos se compone de un sonido
fundamental, que es el que predomina (siendo su frecuencia la que determina
la altura del sonido), más toda una serie de sonidos que se conocen con el
nombre de armónicos.