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DELITOS CONTRA LA COSA PÚBLICA

Integrantes:

Becerra Wuilder C.I V-14.663.202


Mora José C.I V- 8.184.904
Ramírez Luis C.I V- 4.261.116

Vera Richard C.I V- 15.073.666

Docente: Abogado Jesús Hernández

Sub-Proyecto: Derecho Penal

Sección: N 01 Carrera Derecho Tercer Año

Modulo IV Valor 25%

Barinas, Septiembre de 2018


INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo, conoceremos los distintos delitos contra el orden publico


aprenderemos de la Administración, como instrumento esencial del Estado es creado
para desarrollar sus políticas a favor de la Ley, esto es uno de los elementos más
determinantes a la hora de hacer justicia para los ciudadanos, evitando que éstos se vean
tratados de forma distinta por circunstancias ajenas a las permitidas
constitucionalmente.

Cuando hablamos de Delitos contra la Administración la fe pública, se está hablando


de una situación mucho más importante, ya que dichos delitos son verdaderos principios
del Estado Social y Democrático de Derecho, lo cual están consagrado en nuestra
constitución, pues en ellos se sustenta la posibilidad de evitar una actuación penalmente
responsable de una persona que contaminaría el buen nombre del Estado y de la
Justicia.

Es por ello que en la actualidad, se ha vuelto a retomar estos temas con fuerza,
puesto que por las actuaciones de ciertas autoridades, funcionarios y terceras personas,
que olvidan los fines del Estado actúan a favor de otra u otras personas determinadas,
utilizando sus cargos para infringir la Ley.

La cual busca regular estos asuntos, sancionar a los culpables y evitar la corrupción
en los órganos de la Administración la Justicia, su función principal es ejecutar la Ley y
aplicar las medidas que se tengan que tomar y evitar que personas mal intencionadas se
beneficien de ella injustificadamente.
DELITOS CONTRA LA COSA PÚBLICA

Son aquellos delitos que se referían a la actividad administrativa, a los funcionarios


públicos, a la ética, a los procedimientos, a la administración de bienes que son
propiedad del Estado; el legislador tuteló en el Código Penal lo que se denomina la
administración pública, referida a lo que anteriormente se llamaba cosa pública o
patrimonio público; desde ese punto de vista, tendríamos que analizar las previsiones
constitucionales que se refieren al poder central, estadal y municipal; y a la obligación
de todos aquellos funcionarios investidos de poder actuar conforme a la normativa y
leyes vigentes, sobre las cuales se sostiene el poder público.

EL PECULADO

El peculado es un delito contra el patrimonio público, es decir, un delito de


salvaguarda, de corrupción, previsto en la Ley contra la corrupción y que tiene que ver
con la actuación de los funcionarios públicos, mientras que la apropiación indebida es
un delito ordinario, común, establecido en el Código Penal que nada tiene que ver con el
peculado.

Art. 52° Ley Contra la Corrupción: “Cualquiera de las personas


señaladas en el artículo 3 de la presente ley que se apropie o
distraiga, en provecho propio o de otro, los bienes del patrimonio
público o en poder de algún organismo público, cuya recaudación,
administración o custodia tengan por razón de su cargo, será penado
con prisión de tres (3) a diez (10) años y multa de veinte por ciento
(20%) al sesenta por ciento (60%) del valor de los bienes objeto del
delito.”

LA APROPIACIÓN INDEBIDA SIMPLE

Es un delito contra la propiedad, que consiste en que una persona se le entregó algo
y la misma se apropio de ella, porque no lo devolvió, no rindió cuentas, no lo entregó,
es decir, no cumplió con lo que tenía que hacer.
Art. 466° CP. “El que se haya apropiado, en beneficio propio o de
otro, de alguna cosa ajena que se le hubiere confiado o entregado por
cualquier título que comporte la obligación de restituirla o de hacer
de ella un uso determinado, será castigado con prisión de tres meses
a dos años, por acusación de la parte agraviada”.

La norma del artículo 466, está referida a un delito llamado apropiación indebida;
que tiene dos modalidades: Apropiación indebida simple y apropiación indebida
calificada.

APROPIACIÓN INDEBIDA CALIFICADA

Art. 468° CC. “Cuando el delito previsto en los artículos


precedentes se hubiere cometido sobre objetos confiados o
depositados en razón de la profesión, industria, comercio, negocio,
funciones o servicio del depositario, o cuando sean por causa del
depósito necesario, la pena de prisión será por el tiempo de uno a
cinco años; y el enjuiciamiento será de oficio”.

Este artículo marca una gran diferencia entre las dos especies de delitos; porque la
apropiación indebida simple es de acción privada y la apropiación indebida calificada es
de acción pública.

El peculado es una apropiación indebida, que tiene un elemento denominado abuso


de confianza.

Peculado culposo.

Art. 53° LEY CONTRA LA CORRUPCIÓN. “Cualquiera de las


personas indicadas en el artículo tres (3) de esta Ley que teniendo,
por razón de su cargo, la recaudación, administración o custodia de
bienes del patrimonio público o en poder de algún órgano o ente
público, diere ocasión por imprudencia, negligencia, impericia o
inobservancia de las leyes, reglamentos, órdenes o instrucciones, a
que se extravíen, pierdan, deterioren o dañen esos bienes, será
penada con prisión de seis (6) meses a tres (3) años”.

¿POR QUÉ ES PECULADO CULPOSO?

La diferencia en cuanto a penalización con respecto del peculado doloso propio está
referida a la intención.

Si el funcionario público que administra los bienes del patrimonio público está
involucrado directamente y fue el artífice del hecho en que se perdieron dichos recursos,
y por lo tanto ha recibido un provecho, él personalmente o un tercero; es un delito de
peculado doloso propio. Y la diferencia con el peculado culposo es la intención; el
funcionario que administra, recauda o custodia los bienes del patrimonio público no
podrá decir, es “que yo no sabía nada de eso”; porque él es el responsable de esos
bienes, por lo tanto se le puede abrir un proceso para determinar su responsabilidad y ha
incurrido en peculado culposo; porque dicho funcionario fue negligente, o imprudente o
porque actuó con impericia: Claro no tenía la intención de que los bienes se perdieran o
los sustrajeran, etc, pero, con su imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia
permitió que eso pasara o se llevara a cabo.

PECULADO DE USO

Art. 54°. LEY CONTRA LA CORRUPCIÓN:

“El funcionario público que, indebidamente, en beneficio


particular o para fines contrarios a los previstos en las leyes,
reglamentos, resoluciones y órdenes de servicio, utilice o permita que
otra persona utilice bienes del patrimonio público o en poder de
algún organismo público, o de empresa del estado cuya
administración, tenencia o custodia se le haya confiado, será penado
con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años”.

Recordemos como ejemplo el sonado caso de las colitas en los aviones de PDVSA.
Los carros propiedad de entes públicos que son utilizados para diligencias personales (ir
a la playa, de paseo, etc), independientemente del rango que tenga el funcionario
público, es un delito de peculado de uso.

Anteriormente en salvaguarda se hablaba de personas; como por ejemplo, cuando le


mandaban una cuadrilla de obreros a la casa de un funcionario a pintársela; esas horas
trabajo de hombres también son peculado, aunque no lo refiera, viene arrastrándose de
la doctrina, que las horas o trabajo hombre también implican una forma de peculado.

ELEMENTOS DEL PECULADO

 Existe una apropiación indebida.


 Puede ser una apropiación pública o privada.
 Tiene un elemento denominado abuso de confianza.
 Es un delito a la salvaguarda.
 Es un delito de corrupción.
 Es un delito contra la propiedad.
 Se encuentra tipificado en la ley contra la corrupción.
 Tiene que ver con la actuación de los funcionarios públicos

LA CONCUSIÓN

La concusión se configura cuando el funcionario público pide cantidades de dinero,


bienes, o cualquier tipo de dádivas o las acepta.

Art. 60° LEY CONTRA LA CORRUPCIÓN: “El funcionario público


que abusando de sus funciones, constriña o induzca a alguien a que
de o prometa, para si mismo o para otro, una suma de dinero o
cualquier otra ganancia o dádiva indebida, será penado con prisión
de dos (2) a seis (6) años y multa de hasta el cincuenta por ciento (50
%) del valor de la cosa dada o prometida”.

CLASES DE CONCUSION

La Concusión Activa: Es cuando solicita, le ofrecen y agarra; ambos participan, hay


una retroalimentación. Pide, le dan y recibe.

La Concusión Pasiva: Es cuando al funcionario le ofrecen y el agarra. En este último


caso así no haya pedido pero recibió.

ELEMENTOS DE CONCUSION

Tres son los elementos constitutivos del delito de concusión:

 Que el agente del delito esté encargado de un servicio público.

 Que con ese carácter de encargado, exija por sí o por medio de otro, dinero,
valores, servicios y otra cosa que sepa no ser debida,

 Que ese dinero o valores se exijan a título de impuesto, contribución, recargo,


renta, rédito, salario o emolumento.

Se debe a un servicio prestado a una persona, para cumplir con determinada


exigencia de la ley, por ignorar aquella persona cómo debe cumplirse con las
determinaciones de la misma, debe considerarse comprobado el cuerpo del delito de
concusión, si es que concurren los demás elementos constitutivos.

LA CORRUPCIÓN DE FUNCIONARIOS

En este caso, el funcionario retarda o no hace algún acto de sus funciones, que
puede causar un efecto bien sea negativo o positivo o que moleste a alguien; o que por
efectuar algún acto contrario al deber que ellas le impongan, es decir un acto que el
funcionario acomoda a conveniencia de quien le dice; si el funcionario por estas tres
cosas: omitir, hacerlo distinto o por retardarlo, reciba o se haga prometer dinero u otra
utilidad, bien por sí mismo o mediante un tercero, será penado con prisión de 3 a 7 años.
Téngase en cuenta que los actos administrativos generan efecto a los particulares.

CLASES DE CORRUPCIÓN

CORRUPCIÓN IMPROPIA: (se denomina activa). Art. 61°. LEY CONTRA LA


CORRUPCIÓN: “El funcionario público que por algún acto de sus funciones reciba
para sí mismo o para otro, retribuciones u otra utilidad que no se le deban o cuya
promesa acepte, será penado con prisión de uno (1) a cuatro (4) años y multa de hasta el
cincuenta por ciento (50 %) de lo recibido o prometido. Con la misma pena será
castigado quien diere o prometiere el dinero, retribuciones u otra utilidad indicados en
este artículo”.
En este caso, en la parte en negritas está la diferencia, pero no sólo que reciba si no
aceptar promesas “mañana cuadramos”; es activa porque hay una pluri-subjetividad,
porque se castiga con la misma pena tanto al funcionario como a quien diere o
prometiere el dinero.

CORRUPCIÓN PROPIA: Art. 62° LEY CONTRA LA CORRUPCIÓN: “El


funcionario público que por retardar u omitir algún acto de sus funciones, o por efectuar
alguno que sea contrario al deber mismo que ellas impongan, reciba o se haga prometer
dinero u otra utilidad, bien por sí mismo o mediante otra persona, para sí o para otro,
será penado con prisión de tres (3) a siete (7) años y multa de hasta el cincuenta por
ciento (50 %) del beneficio recibido o prometido”.

ELEMENTOS DE LA CORRUPCIÓN

 Conferir empleos públicos, subsidios, pensiones u honores, o hacer que se


convenga en contratos relacionados con la administración a la que pertenezca el
funcionario.
 Favorecer o causar algún perjuicio o daño a alguna de las partes en
procedimientos administrativos o juicio penal, civil o de cualquier otra naturaleza.
 Omitir, retardar o a cambiar un acto propio de la administración y se va a recibir
una utilidad o una promesa.

LOS ABUSOS DE LOS MINISTROS DE CULTOS EN EL EJERCICIO DE SUS


FUNCIONES, TÍTULOS Y HONORES: DIVERSAS FIGURAS, LA VIOLACIÓN
Y RESISTENCIA A LA AUTORIDAD: GENERALIDADES.

Los abusos de los Ministros de cultos en el ejercicio de sus funciones, títulos y


honores.

El abuso, que en si mismo constituye el delito, puede resultar de dos situaciones:

1. Que el acto mismo sea contrario a la Constitución o las leyes, es decir, que lo que
sea siempre, y que por lo tanto, ningún funcionario pueda estar facultado para
disponerlo o ejecutarlo.

2. Que el acto sea legitimo en determinadas condiciones y circunstancias que no se


dan en el caso de decir, actos que pueden ser ejecutados como legítimos, pero que no lo
son en el caso concreto.

Los ministros de culto con frecuencia ellos son convocados a asistir a actos públicos,
no a título individual, sino por lo que representan: como autoridades o caras visibles de
las confesiones religiosas que presiden o a las que sirven, y en su representación. No se
trata de una distinción a sus personas, sino de un reconocimiento a lo que las
comunidades religiosas significan.

La presencia de ministro de culto la tienen específicamente en cuanto a realizar actos


propios de su ministerio, o actos de culto, en el ámbito oficial, es decir a la actuación de
ministros de culto al servicio mismo de instituciones oficiales y como funcionarios
públicos.

El bien tutelado es, generalmente, el buen funcionamiento de la administración


pública, que en los casos previstos puede verse entorpecida por la falta de idoneidad o
competencia del que actúa, unida a la irregularidad de un ejercicio no legitimo de
autoridad.
Los delitos en que puedan incurrir los Ministros de cultos están previstos en el
Capítulo V del Código Penal Venezolano, se anuncian los artículos del 209 al 212
referentes De los abusos de los ministros de cultos en el ejercicio de sus funciones.

Artículo 209.El ministro de cualquier culto que, en el ejercicio de sus funciones, trate
con público desprecio o vilipendio las instituciones, las leyes de la República o los actos
de la autoridad, será castigado con arresto de uno a seis meses.

El delito puede cometerse de palabra en pláticas, sermones, salutaciones, entre otros;


o en forma escrita como artículos periodísticos, cartas pastorales, breviarios, programas
de fiestas religiosas u otros escritos de la misma índole.

El delito requiere dolo, ya que este persigue un fin determinado que es el desprecio o
vilipendio de las instituciones, las leyes de la República o los actos de autoridad.

Artículo 210.El ministro de cualquier culto que prevaliéndose de su carácter, excite


al menosprecio y desobediencia de las instituciones, leyes o disposiciones de la
autoridad, o de los deberes inherentes a un oficio público, será castigado con arresto en
fortaleza o cárcel política por tiempo de cuarenta y cinco días a un año. Si el hecho se
hubiere cometido públicamente, el arresto podrá imponerse hasta por dos años.

Con las mismas penas se castigará al ministro de cualquier culto que, prevaliéndose
de su carácter, constriña, induzca o persuada a alguna persona a efectuar actos o a hacer
declaraciones contrarias a las leyes en perjuicio de los derechos adquiridos en virtud de
éstas.

El delito se consuma cuando una o más personas se percatan de la excitación en


primer caso, y en el segundo, tan pronto como alguna persona haya sido constreñida,
inducida o persuadida a efectuar los actos o hacer las declaraciones respectivas. Es un
delito que exige dolo genérico y además es de peligro ya que no se requiere que la
excitación sea atendida.

Este delito puede admitir tentativa, en el sentido de que un sacerdote ordene imprimir
su excitación en hojas sueltas para distribuirlas en su parroquia, y antes de llegar a
entregarlas sean descamisadas por los órganos policiales o que una autoridad
eclesiástica de más alto rango prohíba entregarlas.
Artículo 211. Incurrirán en la pena de expulsión del espacio geográfico de la
República, por tiempo de uno a tres años, los eclesiásticos que quebranten las
disposiciones de la ley sobre patronato eclesiástico, o que de algún otro modo, a título
de funciones, jurisdicción o deberes eclesiásticos, usurpen la jurisdicción civil, o
desconozcan la soberanía de la nación, o desobedezcan las leyes de la República y las
resoluciones y prohibiciones que, en consecuencia, dicte y establezca el Gobierno.

El Tribunal Supremo de Justicia podrá conmutar la pena de que hable el artículo


anterior, en confinamiento por tiempo igual:

1. A un lugar de otra diócesis, si es Arzobispo, Obispo, Cabildo, Vicario Capitular o


Provisor, él que hubiere cometido la infracción.

2. A un distrito, parroquia o lugar de la misma diócesis, diferente del de la jurisdicción


o residencia del autor de la infracción, si éste fuere Vicario foráneo, Cura u otro
eclesiástico.

Este artículo tiene como sujeto activo a los clérigos, Ministros de Dios o
eclesiásticos, por tanto es de sujeto activo calificado. Quienes incurren en este delito, lo
hacen con dolo genérico. Debido a que se valen de la condición de eclesiásticos para
cometerlo.

Artículo 212.Cuando el ministro de algún culto, prevaliéndose de su carácter, cometa


cualquier otro delito de los no previstos en los artículos precedentes, la pena señalada al
delito cometido se aumentará de una sexta a una tercera parte, a no ser que su referida
cualidad de ministro se haya tenido ya en cuenta por la ley.

Este artículo representa una agravante de carácter genérico y al mismo tiempo


subsidiaría, debido aplica cuando el clérigo cometa un delito distinto a los tipificados en
los artículos 209.

DELITOS DE LOS ULTRAJES Y OTROS DELITOS CONTRA LAS PERSONAS


INVESTIDAS DE AUTORIDAD PÚBLICA: CLASES Y ELEMENTOS.

ULTRAJE SIMPLE
ART. 222. El que de palabra u obra ofendiere de alguna manera el honor, la
reputación o el decoro de un miembro de la Asamblea Nacional, o de algún funcionario
público, será castigado del modo que sigue, si el hecho ha tenido lugar en su presencia y
con motivo de sus funciones:

1. Si la ofensa se ha dirigido contra algún agente de la fuerza pública, con prisión


de uno a tres meses.

2. Si la ofensa se ha dirigido contra un miembro de la Asamblea Nacional o algún


funcionario público, con prisión de un mes a un año según la categoría de dichas
personas.

COMENTARIO.—La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con


ponencia del Magistrado José Eduardo Cabrera, declaró la nulidad parcial del artículo
223 del Código Penal (ahora 222), según sentencia Nº 1942, de fecha 15 de julio de
2003, Exp. Nº 01-0415, quedando redactado de la siguiente manera:

“Artículo 223. El que por obra ofendiere de alguna manera el honor,


la reputación o el decoro de un miembro de la Asamblea Nacional, o
de algún funcionario público, será castigado del modo que sigue, si el
hecho ha tenido lugar en su presencia y con motivo de sus funciones:

1º.- Si la ofensa se ha dirigido contra algún agente de la fuerza


pública, con prisión de uno a tres meses.

2º.- Si la ofensa se ha dirigido contra un miembro de la Asamblea


Nacional o algún funcionario público, con prisión de un mes a un año
según la categoría de dichas personas”.
Ahora bien, en fecha 13 de abril de 2005, G.O. N° 5.768 Ext., se reformó el Código
Penal, variando entre otras cosas, su numeración, por lo cual el anterior artículo 223 que
había sido anulado parcialmente mediante la sentencia en comento, es ahora el artículo
222. Es el caso, que en la referida reforma se transcribió el texto del artículo 223, (ahora
222) haciendo caso omiso a lo decidido por la Sala Constitucional, desacatando así la
cosa juzgada, por esta razón la Sala dicta una nueva sentencia declarando la reedición
de esta norma.

JURISPRUDENCIA. Nulidad parcial de los Arts. 223, 224, 225 y 226 del C.P.
(Ahora Arts. 222, 223, 224 y 225 del C.P.). “Impugnó también el accionante los
artículos 223, 224, 225, 226 y 227 del Código Penal, los cuales rezan:

El ejercicio abusivo de la libertad de expresión, conforme al artículo 13.2 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, genera responsabilidad en quien la
ejerce, cuando se afecta el respeto y la reputación de los demás.

El artículo 60 constitucional, concuerda con el citado artículo 13.2, cuando otorga a


toda persona el derecho a la protección de su honor, vida privada, intimidad, propia
imagen, confidencialidad y reputación, ya que dentro del respeto a los humanos que
protege el artículo 13.2 tantas veces aludido, se encuentra inmersa la protección al
honor, la vida privada, la intimidad, la imagen y la confidencialidad. Es más, el artículo
11 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, garantiza a toda persona el
derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de su dignidad; y establece que
nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de
su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o
reputación. Es a los valores señalados en el artículo 11 del “Pacto de San José”, que el
artículo 13.2.a) de la misma Convención Americana se refiere, al instaurar la protección
legal que asegure: “El respeto a los derechos o a la reputación de los demás”. Por
ello, leyes que penalicen el irrespeto a esos derechos no son atentatorias a la libertad de
expresión, y así se declara.
Pero la Sala observa, que los artículos 223, 224 y 225 del Código Penal, crean
responsabilidad a quien atente contra el honor, la reputación y el decoro de miembros
de la Asamblea Nacional y de funcionarios públicos, no en base a evitar el daño a las
instituciones, sino como una protección extra de los valores del artículo 60
constitucional debido a la función pública.

Considera la Sala, que tanto la difamación como la injuria a que estén expuestos
todos los ciudadanos, responden a ofensas al honor, a la reputación y al decoro de las
personas, así sean Asambleístas o funcionarios públicos, y ante estas ofensas de palabra
(orales o escritas) ellos pueden acudir a los tipos de los artículos 444 y 446 del Código
Penal y exigir la responsabilidad penal de los ofensores (difamación e injuria).

Tal trato especial, otorgado por los artículos 223, 224 y 225 del Código Penal a los
funcionarios públicos es a juicio de esta Sala, violatorio del numeral 1 del artículo 21
constitucional, el cual reza:

Artículo 21.“Todas las personas son iguales ante la ley; en


consecuencia:

1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el


credo, la condición social o aquellas que, en general, tengan por
objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o
ejercicio en condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de
toda persona”.

DELITOS CONTRA LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. NEGATIVA DE


SERVICIOS LEGALMENTE DEBIDOS. SIMULACIÓN DE HECHO PUNIBLE

Los órganos de Justicia cumplen un papel fundamental en dictar las sentencias


apropiadas para cada caso, por ello es importante que existan normas, reglamentos y
sanciones que hagan poner en vigor la Ley, ya que si no se hiciera adecuadamente
muchos delitos quedarían impunes y quizás muchas personas inocentes pagarían delitos
que no han cometido.

SIMULACIÓN DE HECHO PUNIBLE

La simulación de hecho punible se refiere a aquella conducta, acción u omisión


tipificada por la ley, donde la persona finge o aparenta que se ha cometido un delito en
su contra. Esto tiene como objetivo dar a entender a las autoridades que se ha
producido un hecho cuando en realidad jamás sucedió.

Según Tulio Chiossone (1993, pág. 35), dichas acciones de los hechos punibles
tienen por regla general implícita la noción del daño, la falsedad y el daño moral. Las
cuales tienen como objetivo crear una situación falsa para lograr un beneficio personal,
muchas de ellas para presionar a otras personas a cancelar a alguna cantidad de dinero.

Un ejemplo de ello lo representan las personas que notifican a sus familiares que han
sido secuestrados, para lo cual deben cancelar una suma de dinero para su liberación,
estas personas buscan por medio de la presión obtener un beneficio propio. Otro
ejemplo es cuando las personas que trabajan con dinero fingen que las han asaltado, sin
embargo, se han puesto de acuerdo con varias personas para hacerles ver a las
autoridades que se ha cometido un delito.

La Simulación del Hecho Punible tiene como objetivo el engaño o la falsedad al


declarar que se ha cometido un delito en contra de ellas cuando no es verdad, algunas
personas hoy en día se han dado a la tarea de fingir un robo o un secuestro para obtener
una ganancia personal, de manera que los familiares del supuesto afectado se vean en la
necesidad de recaudar dinero para cancelar un rescate.

Este delito está expresamente tipificado en el artículo 240 del Código Orgánico
Venezolano: “Cualquiera que denuncie a la autoridad judicial o a algún funcionario de
instrucción un hecho punible supuesto o imaginario, será castigado con prisión de uno a
quince meses. Al que simule los indicios de un hecho punible, de modo que de lugar a
un principio de instrucción, se le impondrá la misma pena”.
“El que ante esta autoridad judicial declare falsamente que ha
cometido o ayudado a cometer algún hecho punible, de modo que de
lugar a un principio de instrucción, a menos que su declaración sea
con el objeto de salvar a algún pariente cercano, un amigo íntimo o a
su bienhechor, incurrirá igualmente en la propia pena”.

LA CALUMNIA. ELEMENTOS Y CIRCUNSTANCIAS. EL FALSO


TESTIMONIO. CONCEPTO Y ELEMENTOS

CALUMNIA

Consiste en la imputación falsa a una persona de la comisión de un hecho que la ley


califique como delito, a sabiendas de que éste no existe o de que el imputado no es el
que lo cometió, es decir, acusar a una persona de un delito que no cometió. Ella
constituye una forma agravada de desacreditación de otro, por lo que ha de reunir todos
los caracteres de la injuria, que es el género de los delitos contra el honor.

El delito de Calumnia previsto en el Titulo IV, Capítulo III, articulo 241 del Código
Penal, se trata de un delito contra la Administración de Justicia, cuyo objeto jurídico es
impedir que la majestad de la Justicia resulte agraviada y desviada por denuncias o
acusaciones infundadas de personas irresponsables, por lo que el interés protegido es el
ultraje a la Administración de Justicia, por ello José Rafael Mendoza Troconis en el
libro Curso de Derecho Penal Venezolano, Compendio de Parte especial, sostiene:

“El legislador castiga en la calumnia el engaño a la justicia, la


desviación de la actividad judicial cuando esta se encamina a
perseguir a un inocente, acusado de mala fe” (p.185).

Un ejemplo de ello representa una acusación de un hecho punible a una persona de


un delito que no ha cometido, se le acusa por ejemplo de robar una mercancía o dinero
sin previas pruebas, estas acusaciones son graves puesto que si se llega a descubrir que
son falsas, la persona que las demandó correrá el peligro de aplicársele la Ley por crear
una mentira.

Por su parte Carrara (1999, pág. 708) citado Hernando Grisanti,


expone: “El dolo especial de este delito consiste en la intención de
engañar a la justicia, no en la de perjudicar a otros, pues se supone
que este no se pretende, sino que solo se mida a un provecho
particular”

DIFERENCIAS

Ambas actuaciones son delitos tipificados por el Código Penal Venezolano, éstos
buscan que las autoridades desvíen su atención a otras cosas que no tiene nada que ver
con el delito que realmente se está cometiendo. Dichas acusaciones son graves ya que se
está poniendo en juego la reputación de muchas personas, buscando un beneficio
personal o engañar a las autoridades judiciales. La diferencia entre ambas es que la
Simulación del Hecho Punible es fingir un delito mientras que la calumnia es formalizar
una acusación contra una persona sin tener pruebas como tal.

FALSO TESTIMONIO

Delito en el que incurren los testigos que a sabiendas prestan una declaración falsa
en un juicio. El delito de falso testimonio sólo puede ser cometido por quien tiene la
calidad de testigo en un proceso. De esta manera se excluye como sujetos activos del
mismo a los peritos y también a quienes se desempeñen como intérpretes.

El delito de Falso Testimonio está previsto y sancionado en el artículo 243 del


Código Penal Venezolano en perjuicio del Administración de Justicia: Artículo 243: “El
que deponiendo como testigo ante la autoridad judicial, afirme lo falso o niegue lo
cierto o calle, total o parcialmente, lo que sepa con relación a los hechos sobre los
cuales es interrogado será castigado con prisión de quince días a quince meses.

Si el falso testimonio se ha dado contra algún indiciado por delito o en el curso de un


juicio criminal, la prisión será de seis a treinta meses, y si concurren esas dos
circunstancias, será de dieciocho meses a tres años.

Si el falso testimonio ha sido la causa de una sentencia condenatoria a pena de


presidio, la prisión será de tres a cinco años.

Si el testimonio se hubiere dado sin juramento, la pena se debe reducir de una sexta a
una tercera parte”.
Esta acusación aplica cuando una persona es llevada a juicio para testificar sobre un
hecho bajo juramento y ésta no dice la verdad, dice parte de ella o miente
deliberadamente, perjudicando a una de las partes para su total esclarecimiento.

LA PREVARICACIÓN. CONCEPTO, CLASES. EL ENCUBRIMIENTO:


ELEMENTOS. LA FUGA DE DETENIDOS Y QUEBRANTAMIENTO DE
CONDENAS: DIVERSAS FIGURAS

LA PREVARICACIÓN

Este delito se encuentra tipificado en el Capítulo V del Código Penal, y comprende


los cuatro artículos siguientes:

Artículo 250.- El mandatario, abogado, procurador, consejero o director que


perjudique por colusión, con la parte contraria o por otro medio fraudulento, la causa
que se le haya confiado, o que en una misma causa sirva al propio tiempo a partes de
interés opuestos, ser castigado con prisión de cuarenta y cinco días a quince meses y
suspensión del ejercicio de su profesión por tiempo igual al de la condena.

Cualquiera de los individuos arriba indicados, que después de haber defendido a una
de las partes, sin el consentimiento de ella, tome a su cargo la defensa de la parte
contraria, será castigado con prisión de uno a tres meses.

Artículo 251.- Los mandatarios, apoderados o defensores especificados en el artículo


precedente que, en causa criminal y fuera de los casos previstos en el mismo artículo,
perjudiquen maliciosamente al enjuiciado que defienden, serán castigados con prisión
de quince días a dieciocho meses y suspensión del ejercicio de su profesión por tiempo
igual al de la condena.

Si el defendido estaba encausado por algún delito que merezca pena corporal de
treinta meses o más, la pena de prisión será por tiempo de dieciocho meses a dos años.

Artículo 252.- Los Fiscales o Representantes del Ministerio Público que, por colusión
con la parte contraria o por cualquier otro motivo fraudulento, pidan indebidamente la
absolución o la condena del enjuiciado o el sobreseimiento de la causa, serán castigados
con prisión de tres a dieciocho meses.

Artículo 253.- Cualquiera de los individuos a que se refiere el artículo 251 que se
haga entregar de su cliente dinero u otras cosas, a pretexto de procurar el favor de
testigos, peritos, interpretes, Representantes del Ministerio Público, magistrados o
conjueces que hubieren de decidir en la causa, será castigado con prisión de uno a tres
años y suspensión del ejercicio de su profesión por tiempo igual al de la condena.

Este tipo penal es un delito que tiene como bien jurídico protegido ala
ADMINISTRACIÓN DEJUSTICIA, en consecuencia la comisión de dicho ilícito sólo
afecta al Estado como garante de esa función pública que se resume en impartir Justicia,
no pudiendo un particular usurpar la cualidad de víctima cuando la misma solo esta
conferida al Estado Venezolano.

DEL ENCUBRIMIENTO

Prescribe el artículo 254 del Código Penal:

Serán castigados con prisión de uno a cinco años los que, después de cometido un
delito penado con presidio o prisión, sin concierto anterior al delito mismo y sin
contribuir a llevarlo a ulteriores efectos, ayudan sin embargo a asegurar su provecho, a
eludir las averiguaciones de la autoridad o a que los reos se sustraigan a la persecución
de ésta o al cumplimiento de la condena y los que de cualquier modo destruyan las
huellas o indicios de un delito que merezca las antedichas penas.

Según Rodríguez Devesa, son dos las causas de encubrimiento: el favorecimiento y


la receptación, El favorecimiento, que «comprende las conductas de prestar ayuda a los
delincuentes para eludir la acción de la justicia o aprovecharse de los efectos del delito,
en tanto que la receptación consiste en «beneficiarse el encubridor por sí mismo de los
referidos efectos.

Para la comisión del delito en estudio se requiere que se haya cometido con
anterioridad un delito que merezca pena de presidio o de prisión. Por delito cometido
debe entenderse delito agotado, es decir, el delito en el cual la actividad del agente ha
sido plenamente cumplida. Por consiguiente, si el delito que se encubre es uno de
naturaleza permanente o un delito continuado y un individuo interviene en aquél durante
la permanencia, como si, por ejemplo, toma a su cargo la custodia del sujeto pasivo de
un secuestro, habrá coautoría y no encubrimiento; y si en el delito continuado interviene
para ayudar al sujeto activo entre una y otra de las varias violaciones de una misma
disposición legal que lo configuran, como ocurriría cuando excitara a un sirviente
doméstico que ha hurtado ya dinero a u n patrono en varias ocasiones, para que hurte
una vez más, tampoco habrá encubrimiento, sino complicidad en el hurto.
Es indispensable, además, que no haya habido concierto anterior al delito
consumado, con el autor del mismo, y que no se contribuya a llevar dicho hecho
delictuoso a ulteriores efectos.

La acción en este delito puede consistir también en prestar ayuda para que el agente
asegure el provecho del delito, para que eluda las averiguaciones de la autoridad, para
que se sustraiga a la persecución de ésta o a la condena, mediante la destrucción o
alteración de las huellas o indicios de un delito que merezca una u otra de las predichas
penas.

La ayuda del encubridor ha de ser positiva; o mejor dicho: debe consistir en una
actividad, en un hacer, y no en inactividad o en un no hacer, como que el encubrimiento
es activo siempre, nunca pasivo o inactivo.

El texto del artículo 254 no indica a quién ha de ayudar el agente «a asegurar el


provecho del delito o a eludir las averiguaciones de la autoridad», aunque sí expresa que
es a los reos a los que ha de ayudar a que se sustraigan a la persecución de ésta o al
cumplimiento de la condena; pero el vocablo reos no se refiere propiamente a los
condenados, ni a los culpables, ni a los autores reales del delito, por cuanto el
favorecido puede ser un simple indiciado, y aun un simple sospechoso; y siempre habrá
encubrimiento, porque también con la ayuda a éstos se dificultará u obstaculizará la
acción de la justicia.
No es necesario que el agente conozca al autor del delito, sino que es posible
encubrir a un desconocido. La ayuda a que se refiere la disposición legal que se examina
puede ser prestada en cualquier forma, ya que como tal debe considerarse toda
colaboración adecuada al logro de alguno de los expresados objetivos.

El encubrimiento se consuma en el mismo momento en que se presta ayuda al autor


del delito principal, háyase alcanzado o no el objetivo perseguido.

Es admisible la tentativa.
El encubrimiento es imputable a título de dolo genérico, representado por la
consciente voluntad de ayudar a alguien contra el que actúa la justicia a lograr alguno de
los objetivos indicados en el artículo que se estudia. No es indispensable que el
encubridor conozca la condición de reo del encubierto: es suficiente que sepa-y hasta
que presuma- que la acción de la justicia se dirige contra él.

El artículo 255 establece que


Cuando la pena que debiera imponerse, según el artículo anterior, excediere de la
mitad de la correspondiente al delito mismo cometido por la persona a quien el
encubridor trata de favorecer, se rebajará aquélla a dicha mitad.

En este artículo se cuidó el legislador de evitar que el encubridor fuese castigado en


ningún caso con pena que excediera de la mitad de la correspondiente al favorecido o
encubierto. Acaso sin proponérselo, estableció para el encubrimiento la reducción a la
mitad de la pena asignada al delito principal; y por ello cuando, según el artículo 254,
resulta una pena mayor de la mitad del delito cometido, deberá reducirse a ella. Si la
sanción fuere menor, se aplicará sin modificación alguna.

El artículo 256 prescribe:


Cuando los actos previstos en el articulo 254 tengan por objeto encubrir un hecho
punible, castigado con penas distintas a las de presidio y prisión, se castigarán a
aquéllos con multa de un mil unidades tributarias (1.000 U.T.) a tres mil unidades
tributarias (3.000 U.T.), si el encubrimiento fuere de los delitos; y de cincuenta unidades
tributarias (50 U.T.) a doscientas unidades tributarias (200 U.T.), si fuere de faltas.
Luce infundada esta discriminación, pues en el Código Penal venezolano existen
faltas que tienen asignadas penas más severas que algunos delitos.

El último artículo de este Capítulo, el 257, declara no punible al encubridor de sus


parientes cercanos.

Se trata de otro caso de no exigibilidad de otra conducta que el legislador ha


establecido expresamente.

Conviene recordar aquí -según se expuso antes- que el artículo 219 determina los
parientes que la ley considera cercanos: el cónyuge, los ascendientes, los tíos y sobrinos,
los hermanos y los afines en el mismo grado.

DE LA FUGA DE DETENIDOS Y DEL QUEBRANTAMIENTO DE CONDENAS

Fuga. Según el artículo 258 del Código Penal, comete el delito de fuga cualquiera que,
hallándose legalmente detenido, se fugare del establecimiento en que se encuentra,
haciendo uso de medios violentos contra las personas o las cosas.

La evasión simple de un individuo legalmente detenido; es decir, la que éste realiza


sin violencia ni fractura, aprovechando el descuido o negligencia de sus carceleros o
guardianes, no configura delito alguno. El uso de medios violentos contra las personas o
las cosas son, según la legislación venezolana, condiciones objetivas de punibilidad del
delito que se examina.

Se trata, desde luego, de un delito de sujeto activo determinado, como que sólo
puede ser cometido por quien se encuentra legalmente detenido.

Del requisito ya expresado que el fugado debe hallarse legalmente detenido, se


concluye, por argumento ad contrarium, que no incurre en el delito de fuga el que,
encontrándose sometido a detención ilegal, recobra su libertad.

Con esta disposición legal el legislador protege el interés público inherente al


sometimiento de los particulares a la administración de la justicia, por la necesidad y
conveniencia de que la libertad personal de los mismos permanezca restringida en la
forma que haya establecido la autoridad competente.

El momento consumativo es aquel en que el detenido recobra su libertad, aunque el


mismo sea recapturado inmediatamente. Por tratarse de un delito material, es admisible
la tentativa, puesto que el agente puede ser sorprendido durante la ejecución del hecho,
como sería el caso de que, después de haber subido una escalera hasta alcanzar la altura
del muro perimetral del establecimiento en el cual se encuentra recluido, es obligado por
los guardianes a bajar al interior de aquél. También es admisible la frustración.

El hecho es imputable a título de dolo genérico, representado por la consciente


voluntad de evadirse del lugar en donde se encuentra recluido.
La pena es de prisión por tiempo de cuarenta y cinco días a nueve meses.

El artículo 259 establece:

Los sentenciados que hubieren quebrantado su condena de presidio, prisión,


expulsión del espacio geográfico dela República, relegación a colonia penitenciaria,
confinamiento o arresto, y lo ejecutaren con cualquiera de las circunstancias de
violencia, intimidación, fractura de puertas, ventanas, paredes, techo o suelo, empleo de
llaves falsas, escalamiento o cualquiera otra circunstancia agravante que no sea la
simple fuga, sufrirán, según la naturaleza y número de estos hechos concomitantes, una
a agravación de pena de la misma especie, entre una quinta y una cuarta parte de la
principal, ajuicio del Tribunal.

Si la fuga se hubiere efectuado sin ninguna de las circunstancias a que se contrae el


párrafo anterior, la agravación de la pena no pasará de una octava parte de la principal.
Si la condena quebrantada fuere la de expulsión del espacio geográfico dela República,
el condenado, que en todo caso será puesto fuera de ella, lo será a su costa, si tuviere
bienes.

Las condenas cuyo quebrantamiento sanciona este artículo son las consistentes en las
penas privativas de la libertad: presidio, prisión y arresto; y las restrictivas de ella:
expulsión del territorio dela República, relegación a colonia penitenciaria y
confinamiento. Las penas privativas de la libertad y la de relegación a colonia
penitenciaria se quebrantan mediante la fuga o evasión; la de confinamiento, con la
salida de la jurisdicción del Municipio señalado en la sentencia que aplique dicha pena,
el cual ha de estar a no menos de cien kilómetros de distancia del lugar en donde se
haya cometido el delito; y la de expulsión, con el regreso al territorio nacional antes del
vencimiento del tiempo por el cual ha sido impuesta la sanción.

El delito que se estudia puede ser violento o no: el primero se perpetra cuando el
sentenciado quebranta una cualquiera de las condenas a las penas privativas o
restrictivas de la libertad preindicadas por medio de violencia, intimidación, resistencia
con armas, fractura de puertas, ventanas, paredes, techo o suelo, empleo de llaves falsas,
escalamiento o cualquiera otra circunstancia agravante que no sea la simple fuga, y
entonces el agente sufrirá una agravación de pena de la misma especie de la que ha ya
estado cumpliendo, entre una quinta y una cuarta parte de la principal-según la
naturaleza y número de tales hechos concomitantes a juicio del Tribunal. Pero, si la fuga
se efectúa sin ninguna de las circunstancias antes mencionadas, la agravación de la pena
no podrá ser mayor de la octava parte de la principal. Y si la condena quebrantada fuere
la de expulsión del territorio de la República, el condenado, que en todo caso será
puesto fuera de ella, lo será a su costa, si tuviere bienes.

El artículo 260 establece:

Los inhabilitados políticos o para ejercer profesiones, o los destituidos que


ejercieren el empleo o profesión contra el tenor de la sentencia, serán condenados, como
agravación de pena, a un arresto de uno a doce meses o a una multa de quinientas
unidades tributarias (500 U.T.) a mil quinientas unidades tributarias (1500 U.T.), a juicio
del Tribunal.

El artículo 261 establece:


Si el quebrantamiento de la condena fuere en el caso de suspensión de empleo, el
recargo de pena será una multa entre doscientas cincuenta unidades tributarias (250
U.T.) y un mil unidades tributarias (1.000 U.T.).

El artículo 262

Dispone que si lo fuere en los casos de sujeción a la vigilancia de la autoridad


pública o de caución, en el primero, por recargo de pena, se aumentará el tiempo de
vigilancia, y en el otro el tiempo de arresto si lo hubiere, hasta una tercera parte de estas
mismas penas, ajuicio del Tribunal.

La acción consiste en quebrantar la condena, y esto ocurre cuando el condenado a


presidio, prisión, relegación a colonia penitenciaria, confinamiento o arresto, se fuga del
establecimiento penal en el que estuviere recluido, de la colonia en la cual estuviese
relegado o del Municipio al que haya sido confinado; cuando el expulsado del territorio
de la República haya vuelto a él; cuando el inhabilitado político o para ejercer su
profesión o el destituido ejerzan el empleo o la profesión, contra el tenor de la sentencia;
cuando el suspendido del empleo ejerza éste antes de haber transcurrido el tiempo de la
condena, cuando el sometido a la vigilancia de la autoridad no dé cuenta a los Jefes
Civiles o Prefectos de los Municipios donde resida o por donde transite, de su salida y
llegada a éstos, o cuando el condenado a dar caución, no la preste.

Por consiguiente, el sujeto activo de todos y cada uno de estos delitos no es,
entonces, un simple detenido, sino un condenado, es decir, un individuo que se
encuentra cumpliendo la pena que le ha sido impuesta, en sentencia definitivamente
firme por la autoridad judicial competente.

El delito se consuma en el momento en que el agente ejecuta la acción respectiva,


conforme la anterior especificación.

Es posible la tentativa.

El quebrantamiento de condena es punible a título de dolo genérico.


El artículo 263 prescribe:
Aun cuando haya varios quebrantamientos de condena, en ninguno de los casos de los
artículos anteriores de este Capítulo, podrá exceder la pena corporal recargada del
tiempo de veinte años.
Como puede observarse, en este artículo no se tipifica delito alguno; se limita sí a
fijar en veinte años el límite máximo de la pena corporal aplicable en los casos de los
artículos anteriores.

El artículo 264

El que de alguna manera procure dice o facilite la fuga de un preso, será penado con
presidio de uno a dos años, teniéndose en cuenta la gravedad de la inculpación o
naturaleza y duración de la pena que le quede por cumplir al fugado. Si para procurar o
facilitar la evasión, el culpable ha hecho uso de alguno de los medios indicados en el
artículo 258, la pena será de dos a cuatro años de presidio, cuando la fuga se lleve a
cabo; y cuando ésta no se verifique, será de uno a dos años de presidio. En uno u otro
caso deberá tener en cuenta la gravedad de la inculpación o la naturaleza y duración de
la pena aún no cumplida. Si la persona culpable es pariente cercano del preso, la pena
quedará reducida de una tercera parte a la mitad, según la proximidad del parentesco.

La acción consiste en procurar o facilitar la fuga de un preso. Los verbos usados por
el legislador no son sinónimos: procurar es hacer diligencias o esfuerzos para lograr una
cosa; facilitar significa hacer posible la ejecución de un hecho o la consecución de un
fin. Se trata, por consiguiente, de un delito por comisión, ya que entraña una conducta
activa, un hacer: se requiere para su consumación que se ejecute una acción. Ejemplos
de esa conducta activa sería facilitar ropa corriente al recluso condenado para sustituir el
meleco o traje que debe llevar en el establecimiento penitenciario entregarle una lima o
una segueta para cortar los barrotes de las celdas. N o se concibe la perpetración de este
delito por omisión, por no hacer.

Sujeto activo puede ser cualquiera que no sea funcionario público que tenga el
encargo de conducir o custodiar al detenido o sentenciado evadido, pues este caso está
contemplado en el artículo siguiente. Podrá serlo, en cambio, otro detenido o condenado
siempre que no obre con la intención de evadirse él mismo, porque entonces sería
coautor, aunque la evasión se quede en el grado de tentativa o de frustración.

El medio de comisión puede ser cualquiera que resulte adecuado para procurar o
facilitar la fuga: así lo establece expresamente el artículo que se examina.

El momento consumativo es el mismo en que ocurre la fuga, porque si ésta no llega a


consumarse, no podrá hablarse de evasión procurada o facilitada. Habría tentativa si se
ha comenzado el proceso ejecutivo por medios apropiados y se interrumpe sin haber
realizado todo lo necesario para consumar la evasión, por causas ajenas a la voluntad
del agente; y habría frustración si, después de haber realizado el recluso, con la
colaboración del que ha procurado o tratado de facilitar la fuga, todo lo necesario para
perpetrar aquel delito, es sorprendido y capturado por algún guardián en el instante en
que se disponía a ganar la calle.

Prescribe el artículo 265:

El funcionario público que, encargado de la conducción o custodia de un detenido o


sentenciado, procure o facilite de alguna manera su evasión, será penado con presidio
por tiempo de dos a cinco años.

Si para procurar o facilitar la evasión, el culpable coopera en los actos de violencia


de que habla el artículo 258, o si para ello ha dado armas o instrumentos o no ha
impedido que se le suministren, la pena será de tres a seis años de presidio, si la evasión
se efectúa; y de uno a tres años en caso contrario.

Cuando la evasión se haya verificado por negligencia o imprudencia del funcionario


público, éste será castigado con prisión de dos meses a un año y si el evadido estaba
cumpliendo pena de presidio, la pena será de seis a dieciocho meses.

Para la imposición de la pena siempre se tomarán en cuenta la gravedad del hecho


imputado y la naturaleza y duración de la pena que aún falta por cumplirse.

También en este delito la acción consiste en procurar o facilitar la fuga de un preso; y


lo mismo que en el anterior, la perpetración requiere que el agente haga algo, pues no es
concebible una evasión procurad a o facilitada por simple omisión.

El sujeto activo ha de ser funcionario público al que, en atención a ese carácter, le


haya sido confiada la conducción o custodia de un detenido o sentenciado.

La evasión favorecida es punible a título de dolo genérico en los casos previstos en el


encabezamiento o primera parte del artículo y en el primer aparte; y a título de culpa,
por negligencia o imprudencia, en los indicados en el aparte segundo.

El artículo 266 dispone:

Las penas establecidas en los artículos precedentes se aumentarán con una tercera
parte cuando las violencias previstas en los mismos artículos se hubieren cometido con
armas o por efectos de un plan concertado o si el hecho sucede en reunión de tres o más
personas.

Las circunstancias expresadas explican por sí solas la agravante establecida.

El artículo 267 prescribe:

El funcionario público que, encargado de la custodia o conducción de algún detenido


o sentenciado le permita, sin estar para ello autorizado, salir ni aún temporalmente del
lugar en que deba permanecer detenido o del lugar en que deba sufrir su condena, será
castigado con prisión de quince días a seis meses. En el caso de que, por causa de aquel
permiso, el detenido o sentenciado llegue a fugarse, la prisión será de tres meses a dos
años.

El sujeto activo de este delito sólo puede serlo un funcionario público que haya sido
encargado de la custodia o conducción de un detenido o sentenciado; y la acción
consiste en permitir a uno u otro de éstos, sin estar facultado para ello, que salga,
aunque sea temporalmente, del lugar en que debe permanecer detenido o del lugar en
que debe cumplir su condena.

El sujeto activo de este delito ha de ser un funcionario público que haya sido
encargado de la custodia o conducción de algún detenido o sentenciado. La acción
consiste en conceder permiso, sin estar autorizado a cualquiera de aquéllos para salir,
aunque sea temporalmente, del lugar en donde debe permanecer detenido o del que debe
sufrir su condena.

Los artículos 268 y 269 establecen:

Una apreciable reducción de pena a la quinta parte ambos el primero, para cuando el
fugado se constituya espontáneamente prisionero, caso en el cual la rebaja será de
cualquiera de las penas previstas en los artículos anteriores del Capítulo; el segundo, en
favor del funcionario «que, siendo culpable de los hechos respectivamente previstos en
el segundo aparte del artículo 265, haya logrado, dentro de los tres meses siguientes a la
fuga, la captura de los evadidos o su presentación a la autoridad. Pero no podrán
acumularse las dos reducciones, desde luego.
DELITOS CONTRA EL ORDEN PÚBLICO. GENERALIDADES. LA
IMPORTACIÓN, FABRICACIÓN, COMERCIO, DETENTACIÓN Y PORTE DE
ARMAS. LA INSTIGACIÓN A DELINQUIR: CLASES. EL
AGAVILLAMIENTO: ELEMENTOS

DEL ORDEN PUBLICO

Se entiende por orden púbico aquel conjunto de condiciones fundamentales de vida


social instituida en una comunidad jurídica, las cuales, por afectar centralmente a la
organización de esta, no pueden ser alteradas por la voluntad de los individuos ni, en su
caso, por la aplicaciones normas extranjeras, por otra parte un delito lo define, Jiménez
de Asua como el acto típicamente jurídico, culpable, sometido a veces a condiciones
objetivas de penalidad, imputable a un hombre y sometido a una sanción penal.

DE LA IMPORTACIÓN, FABRICACIÓN, COMERCIO, DETENCIÓN Y


PORTE DE ARMAS
Artículo 272. Se consideran delitos y serán castigados conforme a los artículos
pertinentes de este Capítulo, la introducción, fabricación, comercio, posesión y porte de
armas que se efectúen en contravención de las disposiciones del presente Código y dela
Ley sobre Armas y Explosivos.

Se considerará circunstancia agravante si dichos delitos fueren cometidos por


funcionarios de policía, resguardos de aduana, funcionarios públicos, vigilantes
privados legalmente autorizados y empleados públicos, casos en los cuales se aumentará
la pena hasta un tercio de la media.

Resulta inexplicable que, no obstante en el mote del Capítulo el vocablo importación,


en el texto de su primer artículo se declare delictuosa, entre otras actividades relativas a
las armas, la introducción de ellas, sin indicación del lugar o de la cosa en los cuales esa
introducción se considera delictiva. Se trata de una norma penal en blanco o
simplemente ley en blanco.

El Artículo 273 establece:


“Son armas, en general, todos los instrumentos propios para maltratar o herir; más, para
los efectos de este Capítulo, sólo se considerarán como tales las que se enuncien en la
Ley citada en el artículo anterior”.

Armas de Guerra. El Artículo 274 prescribe: “El comercio, la importación, la


fabricación, el porte, la posesión, el suministro y el ocultamiento de las armas
clasificadas como de guerra segúnla Ley sobre Armas y Explosivos y demás
disposiciones legales concernientes a la materia, se castigarán con pena de prisión de
cinco a ocho años”.

DE LA INSTIGACIÓN A DELINQUIR

Se encuentra previsto en el Capítulo II, y comprende tres artículos, el primero de los


cuales, el 283, establece:

Cualquiera que públicamente o por cualquier medio instigare a otro u otros a ejecutar
actos en contravención a las leyes, por el solo hecho de la instigación será castigado:

1°. Si la instigación fuere para inducir a cometer delitos para los cuales se ha
establecido pena de prisión, con prisión de una tercera parte del delito instigado.

2°. En todos los demás casos, con multas de ciento cincuenta unidades tributarias (150
U.T.), según la entidad del hecho instigado.

Instigación es, según el Diccionario Académico “acción y efecto de instigar”, y como


este infinitivo dice tanto como incitar, provocar o inducir, a uno que haga una cosa, se
concluye que instigación a delinquir es la acción de excitar a otro a que cometa delitos.

La conducta incriminada comprende una instigación hecha públicamente, es decir, en


público, en presencia de varias personas. Puede ser dirigida a una sola de estas, siempre
que se haga públicamente.

El delito queda consumado tan pronto como el agente instiga públicamente a otro a
cometer una infracción determinada. Y es imputable a título de dolo.
El delito que se estudia es el que la doctrina penal denomina instigación directa o
específica, pues consiste en excitar precisamente a cometer una infracción determinada.

La genérica o indirecta está tipificada en el artículo 285, el cual prescribe:

Quien instigare a la desobediencia de las leyes o al odio entre sus habitantes o hiciere
apología de hechos que la ley prevé como delitos, de modo que ponga en peligro la
tranquilidad pública, será castigado con prisión de tres años a seis años.

En las dos primeras hipótesis el delito se consuma en el mismo momento y en el


mismo sitio en que el agente instiga, en forma pública, a la desobediencia de las leyes o
al odio de unos habitantes contra otros. Y la tentativa es posible, aunque sólo
excepcionalmente, como cuando se tiene dispuesta la instigación por medio de la
prensa, y luego de escrita la nota exhortativa, alguna causa dependiente de su voluntad,
impide al autor darla a la luz pública.

La tercera hipótesis es la de que el agente “hiciere apología de un hecho que la ley


prevé como delito”. Apología es la exposición oral o por escrito en la que se defienden o
elogian personas o cosas.

EL AGAVILLAMIENTO

Es un delito colectivo, los sujetos activos deben ser más de dos, a menos tres
personas, y capaces de ser imputables, no contándose para formar el número requerido,
ni los locos ni los menores de diez a ocho años.

Constituyese la asociación por la unión de varias personas en forma estable y


permanente para lograr de modo colectivo el fin de cometer delitos determinados; por
tanto no es mero acuerdo momentáneo, ni la simple unión, un móvil determinado, lo
que caracteriza el agavillamiento, sino la estabilidad y precisión de objeto de la reunión.
Toda asociación ilícita quedara comprendida entre los que define y clasifica el decreto
de 18 de abril de 1951 sobre asociaciones y reuniones públicas.
Para que se configure el agavillamiento no es requisito que la asociación este
estructurada formalmente, solemnemente, con estatutos, programas, jerarquía, de
miembros, etc. Para cometer hechos punibles de los indicados por el legislador.

Este es el delito en que incurren aquellas personas que se unen en bandas de


delincuentes para cometer una especie de delito o varias especies de ellos. Por ejemplo,
asociaciones especificas, podríamos llamarla así, y asociaciones genéricas. Las
específicas serian formadas por aquellos que se asocian para cometer delitos contra la fe
pública, especialmente, o delitos contra la propiedad o personas. No incluimos aquí las
asociaciones para cometer delitos contra la independencia y seguridad de la nación,
porque estas asociaciones tienen otros nombres y otras finalidades y constituyen tipos
delictivos que no pueden cometerse sino con acción colectiva. Por ejemplo, en el delito
de traición a la patria. El delito de complot para cometer actos contra la independencia y
seguridad de la nación o delitos contra el poder, es un delito típico de acción colectiva,
porque su realización no es posible sin sujeto plural.

El código penal se refiere a la asociación de dos o más personas, quiere decir, que
con dos personas ya hay asociación para delinquir. Esta asociación de dos personas ha
sido tratada desde el punto de vista criminológico, porque esa asociación de dos
personas para cometer delitos entraña, una serie de problemas tipo criminológico.

El agavillamiento.

El articulo 286 C.P: Cuando 2 o más personas se asocien con el fin de cometer
delitos, cada una de ellas será penada, por el solo hecho de la asociación, con prisión de
2 a 5 años.

ELEMENTOS:

 Sujeto Activo: es indiferente, ya que cualquier persona puede incurrir en este


delito, no se exige ninguna condición especial.

 Sujeto Pasivo: es indiferente, ya que la alteración la comisión de este delito


afecta la colectividad en general.

 Acción (Verbo Rector): asociarse para delinquir.


 Consumación: se consuma con el solo hecho de asociarse, ya hizo todo lo
necesario.

 Culpabilidad: es estrictamente dolosa. Tuvo la intención y existe el dolor específ


ico representado por la consciente voluntad de asociarse, para cometer delitos
 Objeto Jurídico: el orden público como bien jurídico protegido. La paz social, la
tranquilidad el bien común

 Objeto Material: la sociedad como principal afectada.

 Naturaleza Jurídica de la Acción: es de acción pública se inicia de oficio le


corresponde el enjuiciamiento al estado a través del ministerio público este se
encarga de perseguir el delito. A través de sus órganos competentes

 Pena: con el solo hecho de asociarse, prisión de dos a cinco años; si recorren
campos o los caminos y si dos de ellos, por lo menos, llevan armas la pena será
de presidio de dieciocho meses a seis años; los promotores o jefes de la gavilla
incurren en la pena de presidio de dieciocho meses a cinco años en el caso del
artículo, 286, y de treinta meses a seis años en el caso del articulo. 287.

DELITOS. CONTRA LA CONSERVACIÓN DE LOS INTERESES PÚBLICOS Y


PRIVADOS: INCENDIOS, INUNDACIONES, SUMERSIONES Y OTROS
DELITOS DE PELIGRO COMÚN.

El artículo 343 del Código Penal disponen: “El que haya incendiado algún edificio u
otras construcciones, productos del suelo aun no recogidos o amontonados, o depósitos
de materias combustibles, será penado con presidio de tres a seis años.

Si el incendio se hubiere causado en edificios destinados a la habitación o en


edificios públicos, o destinados a uso público, a una empresa de utilidad pública o
plantas industriales, al ejercicio de un culto, a almacenes o depósitos de efectos
industriales o agrícolas, de mercaderías, de materias primás o inflamables o explosivas o
de materias de minas, vías férreas, fosos, arsenales o astilleros, el presidio será por
tiempo de cuatro a ocho años.
A su vez el artículo 344 del Código Penal preceptúa: “Los que pongan fuego en las
haciendas, sementeras u otras plantaciones, incurrirán en pena de presidio de uno a
cinco años”.

Por su parte el 345 ejusdem estatuye: “Los que pongan fuego a dehesas o a sabanas
de cría sin permiso de sus dueños o a sabanas que toquen con los bosques que surten de
agua las poblaciones, aunque estos sean de particulares, serán castigados con prisión de
seis a diez y ocho meses”.
Por último el artículo 349 del Código Penal establece: “El que aplique fuego a naves, o
aeronaves, o a cualquiera otra construcción flotante, o el que ocasiones su destrucción,
sumersión o naufragio, será penado con presidio de tres a cinco años”.

ELEMENTOS

 Acción: Radica en incendiar o en poner fuego.

 Sujeto activo: Puede ser cualquiera. Incluso el propietario de la cosa incendiada.

 La Sujeto pasivo es el propietario de la cosa incendiada.

 Objeto material, la cosa que resulta destruida, dañada o siquiera, puesta en


peligro.
 Culpabilidad, Este delito es doloso.

DELITOS CONTRA LA SALUBRIDAD Y ALIMENTACIÓN PÚBLICA-.


DIVERSAS FIGURAS. GENERALIDADES

Tipificados en el Título III, estatuyendo su primer artículo, el 363:

Artículo 364. El que ilegalmente tale o roce los montones donde existan vertientes
que provean de agua las poblaciones aunque aquellos pertenezcan a particulares, será
penado, salvo disposiciones especiales, con prisión de uno a tres años.
El que ilegalmente interrumpa el servicio de agua a un centro de población, será
penado con prisión de dos a cinco años.

CONCLUSIÓN

Al terminar este trabajo atendimos que la ética forma parte de los fundamentos o
pilares en que están basadas las normativas constitucionales; en base a ella, deberíamos
tener los venezolanos una Administración Pública íntegra, honesta, que reúna las
condiciones necesarias en el ejercicio del poder, sustentada en esa concepción de Estado
que plasmó el Constituyente en la Constitución Nacional de 1.999.

Dentro del ámbito de la función pública el legislador previó considerar ciertas


especies de conducta como delito y las incluyó dentro del Código Penal. Lo cual generó
que se hiciera una reforma de los delitos que se refería a los delitos cometidos por
funcionarios públicos, en contravención a la normativa constitucional; por lo que nace
la Ley Orgánica de Salvaguarda del patrimonio público derogada por la actual Ley
Contra la Corrupción. Los delitos contra la cosa pública que están establecidos en el
Código Penal pasan a convertirse en delitos de salvaguarda o delitos contra el
patrimonio público; tenemos unas especies de delitos vigentes en el Código Penal actual
que tienen que ver con esta materia de salvaguarda; otros delitos que nacieron con la
Ley de salvaguarda del Patrimonio público, que no estaban en el código Penal se
mantuvieron en la actual Ley Contra la Corrupción, que además creó otros delitos.

Los órganos del Justicia, cumplen un papel fundamental en dictar las sentencias
apropiadas para cada caso, por ello es importante que existan normas, reglamentos y
sanciones que hagan poner en vigor la Ley, ya que si no se hiciera adecuadamente
muchos delitos quedarían impunes y quizás muchas personas inocentes pagarían delitos
que no han cometido.
BIBLIOGRAFÍA

Grisanti, A. (2007). “Manual de Derecho Penal. Parte Especial”. Caracas, Venezuela:


Vadell Hermanos Editores.

HURTADO, Osvaldo. “Reflexiones, experiencias y estrategias en torno a la


corrupción”. Cordes, Quito 19- 21 de octubre de 1998.

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Ley Contra la Corrupción

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