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Revista Educación 26(2): 185-196, 2002

Pedagogía crítica y educación superior

Jacinto Ordóñez Peñalonzo

La Pedagogía Crítica no es una es-


cuela pedagógica, ni solamente una teoría,
sino fundamentalmente una actitud mu-
cho más amplia, fruto de nuestra época y
de nuestra cultura, frente a la realidad
creada por la modernidad. Por eso, el pen-
samiento crítico tiene diferentes expresio-
nes y se ha generalizado en todo el mundo.
La pedagogía crítica es solamente una de
sus expresiones.
Resumen: En los últimos años, ha sido común hablar
de Pensamiento Crítico, contexto dentro del cual tam- Menciono algunos autores, a manera
bién se habla de Pedagogía Crítica. Se encuentran títu-
de ponernos en contexto. Por ejemplo, el
los tales como “pedagogía crítica de la época moderna”,
de “perspectivas críticas en educación”, de “pedagogía pensamiento de Jürgen Habermas –de la
crítica en los fundamentos de la educación” y de “teoría Escuela de Frankfurt, Alemania– y Michel
crítica de la enseñanza”, entre otros. Muchas preguntas Foucault –de Francia– son parte de ese
son también las que podríamos formular a esta peda- pensamiento. En la Escuela de Frankfurt
gogía, tales como ¿Cuáles son sus características?
inspirada en la crítica de Marx y en Fran-
¿Cuál es su contribución específica a la educación en
general? O ¿Cuál es su aporte a la educación superior? cia –el caso de Foucault– inspirado en la
Para ponerlo en términos que ahora nos interesa, la crítica de Nietzsche. Las consecuencias en
presente ponencia aborda tres de las características de el campo educativo de ambos pensadores
la Pedagogía Crítica que tienen especial relevancia en son profundos, aunque en América Latina
la educación superior: la relación entre educación y
se conozca más a Habermas y menos a Fou-
contexto histórico-social, la relación entre teoría y prác-
tica y la relación entre docencia e investigación. cault, al menos al comienzo de siglo (2001).
Desde el punto de vista epistemológico, Ha-
bermas señala que las investigaciones
–cualquiera que sea su comprensión de lo
que es la investigación científica– obedece a
algún interés1. Famosas son las críticas de
Habermas al positivismo que alega neutra-
lidad y objetividad2. Por su parte, Foucault
afirma que en la cultura moderna subyace
como verdad fundamental la exclusión y
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desde ahí fundamenta el saber y ordena es- teoría educativa. Ha habido momentos –dice
pacial y temporalmente todas las cosas3. Wilfred Carr– cuando la educación ha consi-
Por supuesto, los autores mencionados no derado la práctica como derivada de convic-
son los únicos que se han distinguido en el ciones teóricas. Siguiendo esta manera de
campo del pensamiento crítico. Amplia se- pensar, se han identificado tesis metafísicas,
ría la lista de franceses entre quienes men- epistemológicas y éticas de famosos filósofos
ciono a Althusser, Bourdieu, Passeron, –tales como Platón, Rousseau, Herbart,
Baudelkot y Establet. Larga también sería Froebel y Pestalozzi–, para sacar de ellas
la lista de los alemanes entre quienes po- consecuencias prácticas de la educación4. El
dría mencionar a Horkheimer, Adorno, problema con esta forma de hacer teoría
Marcuse y Fromm. He mencionado a Fou- educativa es que prevalece la separación en-
cault y a Habermas por ser dos de los euro- tre teoría y práctica, situación concreta vivi-
peos más influyentes. Hay que recordar que da en el aula, por ejemplo. El positivismo lo
en el campo de la educación están –además criticó por su inconsistencia lógica.
de los alemanes y franceses– los ingleses y
españoles, los norteamericanos y los lati- Este procedimiento ha sido una de
noamericanos que serían los que ahora nos las formas como se ha procedido para hacer
interesan. teoría de la educación superior –o filosofía
de la educación superior– en la América
Varios son los problemas que abordan Latina. En nuestras universidades se ha-
los pensadores de la pedagogía crítica entre bla de filosofía de la educación y se piensa
los cuales señalamos los siguientes: el uso inmediatamente en Platón, Rousseau o
de un método dialéctico en vez del método Herbart; sin embargo, el problema de esta
lógico formal, la propuesta de una educa- teoría es que prevalece la separación entre
ción liberadora, la propuesta de una educa- teoría y práctica. El problema fundamental
ción como acción cultural, la discusión de es ¿cómo nace la teoría de la educación?
los problemas positivistas –empírico-analí- ¿Cómo se hace teoría del currículo educati-
ticos– de la investigación educativa y su su- vo, por ejemplo? ¿Cómo se hace teoría de la
peración histórico-hermenéutica de ella, la administración educativa? etc. Quizá estas
importancia del contexto histórico-social de y otras preguntas las resuma José Miguel
la educación, la superación de la dicotomía Rodríguez Matos cuando formula –en su li-
teoría y práctica, la superación de la dicoto- bro de reciente aparición– en la siguiente
mía docencia e investigación, la relación en- pregunta referida al problema de la teoría
tre ciencia y poder, etc. Para los propósitos y la práctica de la administración educati-
de la educación superior, nos ocupamos es- va “¿Por qué en los programas de prepara-
pecialmente de tres problemas: la relación ción de administradores educativos se es-
entre teoría y práctica, la relación entre tudia el proceso administrativo desde una
educación y contexto histórico-social y la re- óptica academicista, con tan poca pertinen-
lación entre docencia e investigación. cia para el escenario práctico y desvincula-
do del contexto social e histórico en el que
operan las organizaciones educativas?” Los
La relación entre la teoría efectos más devastadores de esta dicotomía
y la práctica los ha sufrido la práctica administrativa
porque ha generado una acción meramente
El problema de la relación entre la intuitiva que sólo responde a la crisis, sólo
teoría y la práctica en el campo pedagógico maneja el momento y sólo toma en conside-
ha tenido una larga trayectoria. Un aspecto ración variables o factores aislados enaje-
decisivo ha sido la manera de formular la nados de la totalidad, lo cual contribuye a
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que, lejos de resolver situaciones de crisis, generación de nuevas teorías a partir de


las pospone y las magnifica5. esa práctica, sino que se hace necesario
aprovechar toda teoría que nos llegue de
Carr agrega que, inclusive teniendo una manera crítica. Esto significa indagar
teorías coherentes, no se sabe si ellas se la práctica a la cual corresponde la teoría
refieren al producto de la investigación que nos llega, valorar sus aportes y sus li-
educativa o al marco de pensamiento que mitaciones, al mismo tiempo que se man-
guía las teorías, lo que obviamente es am- tiene alerta a la presencia de nuevas teo-
biguo. Por ejemplo, a nivel de procedimien- rías que llegan de otras latitudes, pero
tos, esta ambigüedad hace imposible llegar siempre con actitud crítica. Este ejercicio
a los resultados deseados. A nivel metodo- tendrá algunos resultados que me parecen
lógico, se podrían hacer ajustes, pero se co- fundamentales:
rre el riesgo que esos ajustes supongan
otros marcos de pensamiento que los haga En primer lugar, que seremos remi-
jugar un papel contradictorio. Nuevamen- tidos a teorías explícitas previamente –si
te, aparecen los problemas de coherencia. las hay– y sacará a flote teorías implícitas
Pareciera entonces que la distancia entre en la práctica –costumbres, tradiciones,
la teoría de la educación y su práctica obe- creencias, valores y supuestos–, al mismo
dece a algo fundamental que se ha acepta- tiempo que tendrá la oportunidad de consi-
do, quizá en forma ingenua, que la teoría derar aquellos aspectos positivos de esas
de la educación se puede elaborar en con- teorías, esas costumbres y esa tradición,
textos teóricos y prácticos diferentes a de esas creencias, esos valores y esos su-
aquellos contextos –teóricos y prácticos– puestos.
en los cuales se pretenden aplicar.
En segundo lugar –y al mismo tiem-
La relación entre teoría y práctica no po–, este ejercicio sacará a flote las posibili-
estriba solamente en las relaciones de co- dades de emancipación de los residuos teó-
herencia lógica como lo exige el positivis- ricos previos, la costumbre, la tradición, las
mo sino que, sin menospreciar la exigencia creencias, los valores y los supuestos que
lógica, existe un punto de referencia que estancan, impiden y limitan el avance crea-
no debe ser pasado por alto: que toda teo- dor de la educación. Inclusive, por la actitud
ría corresponde a una práctica que es la crítica de su análisis, eliminará aquellas
que genera –o ha generado una teoría es- teorías que –ya explícitas o todavía implíci-
pecífica– y que toda práctica corresponde a tas– no se ajustan a la realidad de la prác-
la convergencia de alguna teoría previa –o tica educativa, sea porque no han sido bien
conjunto de teorías– que forman el univer- formuladas, han perdido vigencia con el
so teórico de una práctica concreta, teoría tiempo o porque corresponden a una mane-
no necesariamente importada sino genera- ra de pensar ajena al contexto en el cual se
da por la práctica. No basta entonces cono- realiza la práctica educativa.
cer una teoría para luego aplicarla, sino
que se hace necesario ubicarse en la prác- En tercer lugar, que el problema de
tica que se realiza para comprenderla, pa- la relación entre teoría y práctica educati-
ra identificar la teoría –o las diferentes va consiste en que la una no existe sin la
teorías– implícitas o explícitas en una otra, que toda práctica es producto de teo-
práctica educativa concreta. No basta tam- rías al mismo tiempo que genera nueva
poco ubicarse en esa práctica concreta con teoría y que toda teoría es producto de la
sus teorías –implícitas o explícitas– y la práctica. En la práctica educativa no hay
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recetas, la teoría nacida en otras latitudes tendemos profundidad crítica, no conta-


responden a la práctica de esas otras si- mos con materiales de lectura; y si utiliza-
tuaciones, por lo demás diferentes a aque- mos los materiales que tenemos al alcan-
llas en las cuales se realiza la práctica ce, lo más probable es que sacrifiquemos el
donde trabajamos. Por eso, esa teoría –que pensamiento crítico.
procede de otra situación– es significativa
para la nuestra en la medida en que ella En segundo lugar, –desde el supues-
responde a las necesidades de su situación to de que es más transformador hacer pen-
que –insisto– no es la misma en la cual no- sar que exigir memorizar– la reflexión pe-
sotros trabajamos y será de ayuda en la dagógica a la que podemos tener acceso,
medida en que sepamos leer esa teoría crí- generalmente no se desarrolla con la pre-
ticamente. Leer críticamente significa po- tensión de “ver” la educación desde y para
der distinguir lo que se relaciona y lo que la realidad que vivimos.
no se relaciona con nuestra práctica, poder
comprender la práctica a la cual es deudo- Vinculado a lo anterior, podemos
ra la teoría en cuestión, tomar en cuenta el agregar que tampoco este tipo de pedago-
contexto histórico-social en el cual ha teni- gía general se ha preocupado por conocer
do origen esa teoría, que es a lo que nos de- lo que existe de fondo u oculto en sus mis-
dicaremos en el siguiente apartado. mos postulados explícitos.

Estas palabras expresan lo que ha


La relación entre educación y sido común en el pensamiento pedagógico
el contexto histórico-social crítico: En primer lugar, que el objeto de
estudio de la pedagogía es la práctica que
La Pedagogía Crítica, precisamente nosotros mismos realizamos de la educa-
por intentar vincular la teoría con su co- ción y que esa práctica está condicionada
rrespondiente práctica, impone una contex- por los factores histórico-sociales presen-
tualización de la educación; la educación tes en ella. Cuando estudiamos la pedago-
debe ser siempre ubicada en la situación gía en libros escritos en otros contextos,
histórico-social en la cual realiza su prácti- también se está estudiando de alguna ma-
ca. Dice Carlos Aldana Mendoza quien, en nera esos contextos y poniendo entre pa-
su introducción a los dos tomos de su Peda- réntesis –o ignorando– nuestro contexto.
gogía General Crítica, lo siguiente: Si esto último es lo que sucede, los libros
escritos en otros contextos juegan un papel
En primer lugar, es… significativamente grave la de- que oculta las ideas propias, que guían ha-
pendencia académica que vivimos en el campo de la cia otros horizontes que no son los propios
pedagogía en Guatemala. El estudiante de esta disci-
plina (o quien se interese por el tema) sólo puede acu-
y que nos deforma en lugar de enriquecer.
dir al estudio general de la pedagogía a través de tex- Esto no sucedería, a menos que leamos con
tos de otros tiempos, de otros lugares y, lo que es peor, pensamiento crítico, esto es, poniendo en
de otros intereses. contexto los libros leídos y aprovechando
aquello que nos podría aportar.
A los docentes –si no admitimos que
la formación pedagógica se reduzca a una En segundo lugar, estudiar nuestra
mera transmisión descontextualizada, práctica, sistematizarla, reflexionarla e
abstracta y acrítica– se nos presenta la interpretarla significa un esfuerzo por
enorme dificultad de una oferta bibliográ- comprender, al mismo tiempo, los condi-
fica muy escasa en esta materia. Si pre- cionamientos que hacen posible nuestra
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práctica. Por esta razón, todo esfuerzo pe- sión de una juventud que le reprocha su
dagógico debe pensar la educación en su servilismo al orden establecido”.
contexto específico en el cual se practica.
La teoría de la educación hecha en ese Para Martín-Baró, la Universidad
contexto se debe interpretar en referencia Latinoamericana tenía tres rasgos: en pri-
a la práctica educativa que se teoriza. Por mer lugar, proporcionar con eficiencia los
esta misma razón –dice Peter McLaren–, recursos humanos necesarios para el desa-
la educación norteamericana no puede ser rrollo del continente. Esto sería loable si no
pensada sin referirla a “la cultura depre- fuera por dos problemas básicos: primero,
dadora” en la cual realiza su práctica. La que se comprendiera la educación superior
pregunta elemental de la pedagogía lati- como simple formación técnica con cierto
noamericana consiste en relacionar la barniz humanista o de conciencia social.
práctica educativa que se realiza con la Segundo, que la Universidad se convirtiera
realidad histórica social que le sirve de en ascensor social, en agencia de empleos y
contexto, el contexto histórico y social de en sala de espera de burócratas náufragos.
los estudiantes, de los profesores y de los Que lo que se tenía era una universidad
administradores de las escuelas, en nues- napoleónica con jerarquía monolítica, ver-
tro caso, las universidades. tical y con programas uniformes. Que la
Universidad estaba al servicio del orden
Ignacio Martín-Baró, jesuita salva- político vigente, al sector dominante de la
doreño que vivió y murió en el centro de sociedad. Por eso, es ese pequeño sector el
los conflictos de violencia de ese país, que llega a la Universidad y es el que me-
pensó la educación superior en el contex- jor aprovecha sus beneficios. Por eso, la
to de El Salvador y como profesor de la Universidad era generalmente servil, acrí-
Universidad Centroamericana “José Si- tica y pragmática, donde no se cultivaba la
meón Cañas”, lugar donde realizaba su ciencia sino la técnica. Por eso, la Universi-
práctica docente. Martín-Baró afirmó que dad necesitaba “una cura radical. Necesita
las universidades –tal como estaban fun- cambiar, cambiar mucho y cambiar pronto.
cionando en la década de los años 1970–
estaban en crisis profunda. Tanto estu- En primer lugar, la Universidad ne-
diantes como profesores cuestionaban la cesitaba asumir conscientemente su papel
misión de la Universidad. La verdad y el político, no en el sentido de politizarse o
saber del modelo universitario inglés y que debiera intervenir en política partidis-
alemán estaban fuera de contexto y re- ta, sino que debía responder a los proble-
sultaban alienantes, que el tipo de pro- mas de la “polis”, de la sociedad. Tampoco
greso del modelo norteamericano condu- se trataba de que la Universidad se decla-
cía a un impasse social y que la estabili- rara a-política –que era una manera de ser
dad política del modelo napoleónico o la política– ni de declararse revolucionaria,
construcción de una sociedad comunista sino que lo que debía era tomar conciencia
abandonaban la Universidad al poder. Ci- del papel que jugaba su trabajo en res-
tando a Paul Ricoeur advertía que la Uni- puesta a las necesidades de su pueblo.
versidad actual se encontraba “entre la
presión de una sociedad que exige de ella En segundo lugar, la Universidad
una mejor adaptación, no sólo a la de- debía asumir opciones axiológicas, relacio-
manda de empleo, sino también al mismo nados con los valores. No que la Universi-
juego social..., a la imagen del éxito que dad fuera una Iglesia sino que fuera el es-
la sociedad trata de imponer y a la pre- pacio para hacer prioritariamente ciencia
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–no técnica que trae consigo sus valores–, evitando técnicas que contradigan los inte-
ciencia que se hiciera en función de claros reses de la nación. Por eso, la investiga-
valores. ción debe ser crítica. La investigación
cumple una función crítica cuando condu-
En tercer lugar, los recursos de la ce a la denuncia científica que destruye
Universidad debían estar para progra- mitos, propone soluciones y ofrece una
mar su labor de tal manera que pudiera comprensión de la realidad en que se vive.
cumplir su misión que consiste en gene-
rar cultura autónoma. Para eso, la Uni- En segundo lugar, generar cultura
versidad debía superar su desorden inco- significa “una acción eficaz” que se realiza
herente, su burocratización ineficaz, su desde sí mismo –no desde otro– para
improvisación superficial y la interferen- transformar –mejorar– nuestro mundo.
cia de intereses individuales. Cuando no Generar cultura significa generar identi-
existe programación coherente, cualquier dad –clarificación de nosotros mismos–,
profesor puede llegar a cualquier cátedra, generación de modelos viables de transfor-
cualquier trabajo se acepta como tesis de mación, de nuevos caminos y de nuevos
grado, cualquier plagio como investiga- valores. Generar cultura significa crear
ción, cualquier técnica como ciencia, cual- profesionales, pero no aquellos que se pre-
quier verborrea como trabajo revolucio- paran para consumir, para beneficiarse de
nario y la Universidad se convierte en re- los mejores salarios y defender intereses y
fugio de mediocres. comodidades personales, sino profesiona-
les comprometidos con su pueblo, con su
Cultura no es acumulación de cono- realidad y decididos a jugar papeles histó-
cimientos, no es el “snobismo” o la abstrac- ricos a favor de la mayoría de su pueblo.
ción simbólica y pura, sino, como dice Leo-
poldo Chiappo, es autorreconocimiento En tercer lugar, la Universidad debe
que genera un proyecto histórico, o como generar cultura, lo cual significa realismo
dice Ernani María Fiori, es humanización, político, que no viva en las nubes sino que
“valoración del hombre”, cultura es “cien- responda a la situación histórica que vive
cia comprometida históricamente”, ciencia el pueblo, que no se desvíe en otros intere-
del ser humano y para el ser humano con- ses, que no genere migraciones masivas
creto, como dice Gabriel Marcel, “citado y –“fuga de cerebros”–, que no se forme para
fechado”. La pregunta es: ¿qué significa las necesidades de pequeñas elites, que se
que la Universidad genere cultura? Mar- olviden del campesino, del indígena o del
tín-Baró da tres respuestas: obrero. La Universidad debe generar cul-
tura propia lo cual significa renunciar a
En primer lugar, significa que la seguir haciendo trasplantes de modelos
Universidad tiene como función primera académicos de otros lugares que supuesta-
pensar en serio, pensar críticamente. Esto mente tienen mejores sistemas educati-
significa darle prioridad a la investigación vos. La preocupación fundamental de la
científica de la realidad en la cual se ubica Universidad debe ser su misión, generar
la Universidad: los problemas nacionales, cultura por medio de un sistema de apren-
la personalidad del ser humano centroa- dizaje dialéctico.
mericano –en su caso–, el desarrollo de la
niñez, las peculiaridades del adolescente, El sistema pedagógico de las univer-
la naturaleza de las estructuras sociales sidades latinoamericanas no debe confundir
que determinan la vida del pueblo, inves- aprendizaje con método pedagógico, aunque
tigación orientada por los valores propios, ellas se relacionen. Para Martín-Baró
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aprendizaje es “la mutua relación entre el al individualista, al egoísta, al politiquero,


hombre y su mundo que abarca todos los al charlatán, al demagogo y al opresor. La
procesos psíquicos y lleva consigo la recons- Universidad debe de crear tensiones, desa-
trucción constantemente reemprendida de daptar, porque adaptarse a una sociedad
la conducta”. Por consiguiente, aprender enferma es aceptar el mal, es enfermarse y
significa configurar la relación ser humano- alienarse. Lo que hay que buscar son los
mundo. Aprender significa generar cultura, valores de cooperación, de amor, de digni-
aprender no significa adquirir datos aisla- dad y de autenticidad. Esto es algo como
dos, sino generar investigación y reflexión oponerse a las corrientes actuales, es el es-
de anuncio y denuncia, de acción y promo- fuerzo permanente de desadaptarse.
ción, de pensamiento dialéctico –es decir de
diálogo– en función de un objeto de estudio. La nueva pedagogía se debe funda-
La dialéctica tiene diferentes planos: mentar en tres principios: flexibilidad,
creatividad y dialogicidad.
En primer lugar, dialéctica entre
Universidad y sociedad, sus problemas En primer lugar, que la pedagogía
reales –no sólo los problemas de un sector, universitaria tenga flexibilidad, capacidad
problemas artificiales o pseudoproble- de adoptar formas diversas determinadas
mas–, dialéctica porque genera diálogo por dos variables: las necesidades vitales y
que puede ser inclusive tenso y conflictivo, los problemas nacionales, de acuerdo con las
pero tensión que genera progreso y cam- posibilidades reales –económicas y de perso-
bio. La Universidad sólo tiene sentido si se nal– de la Universidad. La nueva pedagogía
le ve dentro de un proceso global de traba- debe superar la verticalidad inclusive de las
jo, de liberación, de desarrollo inspirado en plantas físicas o los currículos rígidos.
la comunidad. La Universidad abdica a su
misión si se aisla de su comunidad, si sa- En segundo lugar, la nueva pedago-
tisface sólo a exigencias e intereses de un gía universitaria debe tener como princi-
sector privilegiado. pio la creatividad, que el estudiante deje
de ser pasivo, los métodos deben ser acti-
En segundo lugar, la dialéctica debe vos. Pero no una actividad que reproduce
constituir una comunidad universitaria los esquemas de estímulo-respuesta. Hay
entre el personal académico y los estudian- que superar la receptividad, la repetición y
tes y entre las diferentes disciplinas cien- la acomodación y luchar por la participa-
tíficas. La comunidad universitaria existe ción, la recreación y la imaginación cientí-
cuando se da a nivel académico, interper- fica. Creatividad con respeto mutuo.
sonal e interdisciplinar.
En tercer lugar, la Universidad debe
En tercer lugar, la dialéctica se fun- generar una estructura pedagógica dialo-
da en valores, opciones axiológicas. La rea- gal que implica horizontalidad. Donde no
lidad alienante genera antivalores tales hay dialogicidad no hay crítica, la falta de
como el individualismo, la competenecia, crítica esclerotiza. El diálogo genera críti-
la violencia, el consumo y las apariencias. ca y la crítica no se improvisa. El diálogo
suprime la competitividad y exige coopera-
Cuando la Universidad genere cultu- ción. El diálogo exige apertura, abierta al
ra en un sistema de aprendizaje dialéctico pueblo y a sus necesidades vitales. El pue-
integrará al estudiante a su mundo que lo blo y sus necesidades vitales es el punto de
entusiasmará y transformará. Esta misión partida y punto de llegada de la labor uni-
universitaria eliminará, de manera radical, versitaria. Martín-Baró termina diciendo:
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“Generar cultura autónoma, formar la des cerradas donde el interés social consis-
nueva Universidad es una tarea para la te en transmitir preferentemente informa-
que no existen soluciones prefabricadas, ni ción que después pueda ser comprobada
caminos asfaltados. El camino lo hemos de por medio de exámenes. Lo que es triste es
hacer andando. Y eso es lo que nos hace pensar que así como se describe a un maes-
falta: ponernos en marcha”9. tro de escuela, de una manera clara, la do-
cencia universitaria no dista mucho de la
descripción hecha por Flórez Ochoa. La
La relación entre docencia e transmisión de contenidos como razón de
investigación ser de la educación es lo que convierte a la
Universidad en lo que Martín-Baró llamó
El problema del aula en la educación “refugio de mediocres” y que en Costa Rica,
tradicional es la transmisión de conteni- el profesor don Isaac Felipe Azofeifa, profe-
dos, característica de la educación tradi- sor y poeta insigne de este país, lo dijo en
cional. Esto significa que no pasa por la una forma más descriptiva, que la Univer-
mente del profesor universitario una de sidad formaba “bobos domesticados”.
las funciones principales de su misión, que
es crear pensamiento lúcido. Con frecuen- Sin embargo, Freire no se detuvo en
cia se escucha en nuestras universidades la crítica, pues ella señalaba una “Pedago-
latinoamericanas que la educación supe- gía de la Esperanza”. La naturaleza del
rior es “la conciencia lúcida de la patria”, ser humano era ser sujeto de su propia
lo que no pasa de ser solamente un discur- historia y de su propia educación. Por eso,
so. La América Latina no ha creado cultu- se debía renunciar a lo que la educación
ra de investigadores y creadores de conoci- tradicional decía, que el educando era “ob-
miento. Basta poner un ejemplo, en el sen- jeto” de la educación. El educador es suje-
tido general. Rafael Flórez Ochoa describe to de la educación, pero también el edu-
con meridiana claridad a los maestros de cando es sujeto de ese mismo proceso. Por
escuela de su país, Colombia, cuando dice: esta razón, se trataba de una perspectiva
epistemológica que debería reinvindicarse.
Los rasgos pedagógicos observados durante varios
años en diversos grupos poblacionales de educadores En el campo epistemológico, para
nos permiten caracterizar su pensamiento eminente-
que haya investigación científica, se hace
mente tradicionalista, por ser en esencia autoritarios
en la relación maestro-alumno, repetitivo, memorís- necesario que exista un investigador –el
tico y formalista en la metodología de enseñanza, y sujeto del conocimiento–, que haya un obje-
transmisor de contenidos ya hechos y acabados que el to qué investigar –el problema que se plan-
alumno debe almacenar pasivamente. Es decir, la pe- tee para ser conocido– y el método que per-
dagogía tradicionalista que guía la acción pedagógica
mite al sujeto acercarse al objeto –la mane-
del maestro es precisamente la negación de la inteli-
gencia de los muchachos…”10. ra de proceder para adquirir el conocimien-
to deseado–. El problema de la educación
Paulo Freire –uno de los exponentes es la falta de integrar el procedimiento
más famosos de la pedagogía crítica de la científico en el aula en donde concurren
América Latina– consideró a este tipo de educadores y educandos, ambos sujetos del
educación como “bancaria”. La palabra conocimiento. La falta de incorporar el pro-
“bancaria” viene de banco, el lugar donde cedimiento científico en el aula de estudios
se hacen depósitos para luego sacarlos de primarios y secundarios, podría pensarse
nuevo11. Según Freire, la educación banca- que no tiene mayor relevancia, pero sí es
ria es aquella que corresponde a socieda- grave en el nivel universitario. El aula no
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debería ser un espacio de transmisión de pues cada estudiante –después de haber


conocimiento sino un espacio de investiga- hecho la investigación de un objeto de es-
ción, un espacio epistemológico. tudio “lanzado” por el profesor en clase– se
reúne con sus compañeros estudiantes y
Si siguiéramos el criterio epistemo- con su profesor para intercambiar infor-
lógico, diríamos que los sujetos de conoci- mación adquirida en el proceso de investi-
miento científico son tanto los educadores gación. Es aquí donde el diálogo adquiere
como los educandos. Que aquello que se es- significación científica, porque es parte de
pera que los estudiantes estudien sería el ese proceso, y es aquí donde se puede decir
objeto –u objetos– de conocimiento. Que el que el proceso de educación es científico no
método de acercamiento de los sujetos al sólo porque se ocupan de los resultados
objeto planteado por el profesor, serían los que se han tenido en el quehacer científico
procedimientos didácticos a ser utilizados, sino porque los estudiantes, orientados por
primero por el profesor, pero más adelante su profesor, han vivido la experiencia de
por los estudiantes. La tarea didáctica del ser productores de conocimiento.
profesor consiste en saber proponer –plan-
tear– el problema de investigación frente a Es en este contexto donde tanto la
los estudiantes –los investigadores–, para docencia como la discencia, la enseñanza
que después de haber visto el objeto de es- como el aprendizaje, llegan a ser parte del
tudio –el problema de investigación– se proceso del conocimiento. En la historia de
propongan investigarlo. la educación, Juan Amós Comenio (1592-
1671) consideró –en su Didáctica Magna
En otras palabras, la docencia y la (1657)– que la educación debía hacer uso
investigación convergen en el proceso de de los criterios de la ciencia. Por eso se de-
conocimiento –cuyo espacio es el aula– ahí bía superar las conferencias y, en vez de
donde se da la enseñanza y el aprendizaje, ellas, se debía poner la acción. Esto era ne-
como tradicionalmente se afirma. Decía cesario porque “sólo haciendo se puede
Freire: aprender a hacer, escribiendo a escribir,
pintando a pintar”. Pero fue quizá Frie-
Mi experiencia venía enseñándome que el educando drich Herbart (1776-1841) el primero que
precisa asumirse como tal, pero asumirse como edu-
planteó con rigurosidad la posibilidad de
cando significa reconocerse como sujeto que es capaz
de conocer y que quiere conocer en relación con otro que la educación fuera un procedimiento
sujeto igualmente capaz de conocer, el educador, y en- científico, donde habrían dos elementos
tre los dos, posibilitando la tarea de ambos, el objeto fundamentales: los objetivos de la educa-
de conocimiento. Enseñar y aprender son así momen- ción –aportados por la ética– y los procedi-
tos de un proceso mayor: el de conocer…12.
mientos metodológicos –aportados por la
psicología–. Por eso, se ha considerado a
Una visión científica de lo que acon- Herbart como el padre de la ciencia de la
tece en el aula produce un giro epistemoló- educación. Sin embargo, ciencia aquí sig-
gico fundamental: a los estudiantes no só- nifica la acción docente, de ahí la impor-
lo se les enseña a investigar, a que hagan tancia de la didáctica, la instrucción.
investigaciones bibliográficas o de campo,
sino que se les enseña a vivir la clase no Como reacción ante la convergencia
como transmisión de conocimiento sino co- entre ciencia y educación en términos di-
mo proceso de investigación que produce dácticos, la tarea del profesor, también se
conocimiento. Es en este contexto en el ha considerado que es el aprendizaje el que
cual el diálogo se convierte en intercambio hace científico el proceso de la educación.
de conocimiento entre investigadores, De ahí el interés y el trabajo importante
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que ha aportado la psicología de la educa- pudiera ocurrirle a los alumnos. Pero cuando el
ción. Comenzando con la teoría del com- maestro se suelta de la cartilla, o se amplía en expli-
caciones adicionales, es probable que aflore, y de he-
portamiento –el conductismo– hasta la cho afloran, imágenes, ejemplos y nociones pre-cien-
teoría constructivista actual. El proceso tíficos, del sentido común o de la experiencia inme-
educativo es científico en la medida en que diata del maestro, que a menudo se convierte en obs-
se aplican métodos cada vez más claros y táculos posteriores para que los alumnos se ubiquen
rigurosos en el aprendizaje. En la medida intelectualmente en el pensamiento científico con-
temporáneo, aprendan a pensar por cuenta propia los
en que esto se cumple, el proceso educati- conceptos básicos de las ciencias como un proceso de
vo converge con el proceso científico. construcción, y a elaborar posiciones críticas y posi-
bles soluciones a la problemática del medio ambiente
Pero también se ha hablado del pro- natural y social que rodea la escuela.
ceso de enseñanza y aprendizaje, conscien-
tes de que no sólo es la acción del docente Que esto suceda en primaria o se-
sino también la acción del discente el que cundaria, aunque no es lo conveniente,
produce el proceso de la educación. En es- podría comprenderse. Pero que suceda en
te sentido, la convergencia entre ciencia y el nivel universitario, pareciera que fuera
educación se habrá de hacer desde la pers- una de las razones por las cuales nuestros
pectiva del docente como desde la perspec- pueblos no despegan de su dependencia
tiva del discente. La relación permanente cultural. Uno de los problemas universita-
entre estos dos factores es lo que hace del rios –a diferencia de lo que Flórez Ochoa
proceso educativo un quehacer científico13. dice de los maestros–, es que el profesor
universitario sepa su especialidad y que,
Sin embargo, la necesidad de darle por ese hecho, crea que puede enseñarla.
importancia a la investigación en el proce- El problema quizá no sea no tener la for-
so educativo a nivel superior, ha hecho que mación científica sino no tener formación
el aporte de Freire adquiera importancia pedagógica y que, sabiendo su material, el
crucial. Definitivamente, se hace necesa- profesor caiga en improvisaciones –o recu-
rio erradicar la educación bancaria para rriendo a métodos ya superados– en el
dar paso a la urgente necesidad de nues- momento de desempeñarse como docente.
tros pueblos, de una docencia que incorpo- La docencia y la investigación en la edu-
re la investigación. Hasta ahora, ha sido cación superior, es nuestra convicción, de-
pobre la inversión económica que las uni- ben coincidir en el proceso de enseñanza y
versidades latinoamericanas hacen en in- aprendizaje del aula. Este quizá sea uno
vestigación. Inclusive, la formación de do- de los aportes más importantes de la Pe-
centes no ha tomado en serio la formación dagogía Crítica.
científica de los futuros protagonistas de
la educación de nuestros países. Dice el ya En los últimos años, ha sido común
citado Flórez Ochoa: hablar de Pensamiento Crítico, contexto
dentro del cual también se habla de Peda-
Los maestros, salvo honrosas excepciones, no se han
apropiado de las formas del pensamiento científico gogía Crítica. Muchas preguntas son las
contemporáneo y ni siquiera dominan la ciencia que que podríamos formular a esta pedagogía
enseñan, principalmente porque el normalista no en relación con sus características, su con-
aprende ciencias, sino, sobre todo, cómo enseñarlas. tribución específica a la educación en ge-
Entonces ¿qué es lo que puede enseñar el maestro
neral o su aporte a la educación superior.
además del buen ejemplo, y los patrones del buen
comportamiento que él mismo confiesa? Parece ser Para ponerlo en términos que ahora nos
que se ciñe a los programas y cartillas que recomien- interesan, la presente ponencia se ha de-
da el Ministerio, lo cual parece ser lo menos malo que dicado a subrayar –de sus características
Revista Educación 26(2), 2002 195

más importantes–, sus implicaciones en la Referencias bibliográficas


educación superior: la relación entre teo-
ría y práctica –dicotomía centenaria en la Aldana Mendoza, Carlos. Pedagogía Gene-
historia de la educación–, relación entre ral Crítica. v. I. Guatemala: Servipren-
educación y contexto histórico-social –no sa Centroamericana, 1993. Pp. 9 y 10.
hay educación sin sociedad concreta que
la exija– y entre docencia e investigación Baró, Ignacio Martín Haciendo la Univer-
de la cual se podría beneficiar la educa- sidad. Guatemala: Cuadernos Uni-
ción superior. Estos temas, como podemos versitarios FUPAC, 1979. Pp. 9-35.
ver, deberían ser objeto de investigación
para todas aquellas personas que tienen Carr, W. Una teoría para la educación, ha-
alguna responsabilidad en la gestión uni- cia una investigación educativa críti-
versitaria. ca. Madrid: Ediciones Morata, S.L,
1996. Pp. 51-62.

Dreze J et Debelle J. En: Conceptions de l’


Notas Université. Préface de Paul Rocoeur.
París: Ed. Universitaires, 1968. P. 18.
1. Cf. Jürgen Habermas. 1989. Pp. 159-181.

2. Cf. Jürgen Habermas. 1990. Especialmente.


Flórez Ochoa, Rafael. Hacia una pedago-
Pp. 19-77. gía del conocimiento. Santafé de Bo-
gotá, Colombia: D´VINNI Editorial
3. Cf. Michel Foucault. 1998. Capítulos IX y X, Ltda., 1994. P. XIV.
pp. 195-375. Además, Michel Foucault. So-
bre la arqueología y el saber (con respecto a Foucault, Michel. Las palabras y las cosas.
Michel Foucault). En Dominique Lecourt.
Inédito.
México: Siglo Veintiuno editores,
S.A. de C.V., 1998. Capítulos IX y X,
4. Cf. W. Carr 1996. Pp. 51-62. Pp. 195-375. Además, Michel Fou-
cault. Sobre la arqueología y el saber
5. José Miguel Rodríguez Matos. 2001. Pp. 12 y (con respecto a Michel Foucault). En:
28.
Dominique Lecourt. Para una crítica
6. Carlos Aldana Mendoza. 1993. Pp. 9 y 10. de la epistemología. Carlos Rojas
Osorio. Foucault y el postmodernis-
7. Cita hecha por J. Dreze et J. Debelle. 1968. P. mo. Inédito.
18.
Freire, Paulo. “La concepción ‘bancaria’ de la
8. Cf. Ignacio Martín Baró. 1979. Pp. 9-35.
educación y la humanización, la con-
9. Ibid. P. 35. cepción problematizadora de la educa-
ción y la humanización”. En: la Revis-
10. Rafael Flórez Ochoa. 1994. P. XIV. ta Cristianismo y Sociedad, suple-
mento. Contrbución al proceso de con-
11. Cf. Paulo Freire. 1968. Pp. 17-25.
cientización en América Latina. Mon-
12. Paulo Freire. 1996. P. 44. tevideo: Junta Latinoamericana de
Iglesia y Sociedad en América Latina,
13. Cf. Paulo Freire. 1997. Pp. 23-46. 1968. Pp. 17-25.
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reencuentro con la Pedagogía del Rodríguez Matos, José Miguel. La estruc-
Oprimido. México: Siglo Veintiuno tura de la administración crítica,
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Habermas, Jürgen. “Conocimiento e inte- torriqueñas de Profesores Universi-
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