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GUIA DE APRENDIZAJE N° 4. Electivo Lenguaje. Literatura e Identidad.

Nombre Curso IV medio


Profesor Alejandra Cadena Fecha 10 agosto
Objetivo de Aprendizaje: Leer artículos y poemas a la ciudad. Realizar análisis e interpretación en torno a
la literatura y su relación con la identidad local.

1.- Lee el artículo “Baudelaire, poeta de la ciudad”, determina los principales conceptos
que se desarrollan en torno a la relación de la poesía y la ciudad.

2.- Lee los poemas de Baudelaire que siguen a continuación y analiza los aspectos de la
relación entre individuo y la ciudad que se presentan.

El cisne

A Víctor Hugo.
I

¡Andrómaca, pienso en ti! Este riachuelo,


Pobre y triste espejo donde antaño resplandeció
La inmensa majestad de vuestros dolores de viuda,
Este Simoïs mentiroso que con vuestras lágrimas crece,

Ha fecundado de pronto mi memoria fértil,


Cuando yo atravesaba el nuevo Carrousel.
El viejo París terminó (la forma de una ciudad
Cambia más rápido, ¡ah!, que el corazón de un mortal);

Yo no veo sino con el espíritu todo este caserío,


Este montón de capiteles esbozados y los fustes,
Las hierbas, los grandes bloques verdecidos por el agua de las charcas,
Y brillando en las ventanas, el bric-a-bras confuso.

Allí se mostraba antaño una casa de fieras;


Allá yo vi, una mañana, en la hora en que bajo los cielos
Fríos y claros el Trabajo se despierta, en que la basura
Empuja un sombrío huracán en el aire silencioso,

Un cisne que se había evadido de su jaula,


Y, con sus patas palmípedas frotando el empedrado seco,
Sobre el suelo' áspero arrastraba su blanco plumaje.
Cerca de un arroyo sin agua la bestia abriendo el pico

Bañaba nerviosamente sus alas en el polvo,


Y decía, el corazón lleno de su bello lago natal:
"Agua, ¿Cuándo lloverás? ¿Cuándo tronarás, rayo?"
Yo veo este desdichado, mito extraño y fatal,
Hacia el cielo algunas veces, como el hombre de Ovidio,
Hacia el cielo irónico y cruelmente azul,
Sobre su cuello convulsivo tender su cabeza ávida,
¡Como si dirigiera reproches a Dios!

II

¡París cambia! ¡Pero, nada en mi melancolía


Se ha movido! palacios nuevos, andamiajes, bloques,
Viejos arrabales, todo para mí vuélvese alegoría,
Y mis caros recuerdos son más pesados que rocas.

También ante este Louvre una imagen me oprime:


Y pienso en mi gran cisne, con sus gestos locos,
Como los exiliados, ridículo y sublime,
¡Y roído por un deseo sin tregua! y luego en vos,

Andrómaca, de los brazos de un gran esposo caída,


Vil rebaño, bajo la mano del soberbio Pirro,
Cabe una tumba vacía en éxtasis doblegado;
Viuda de Héctor, ¡ah! ¡y mujer de Heleno!

Yo pienso en la negra, enflaquecida y tísica,


Chapaleando en el lodo, y buscando, la mirada huraña,
Los cocoteros ausentes del África soberbia
Detrás de la muralla inmensa de neblina;

En cualquiera que ha perdido lo que no se encuentra


¡Jamás, jamás! ¡en los que beben lágrimas!
¡Y maman del Dolor cual de una buena loba!
¡En los flacos huérfanos secándose cual flores!

También en la selva donde mi espíritu se exilia


¡Un viejo Recuerdo resuena con la plenitud del cuerno!
Pienso en los marineros olvidados en una isla,
¡En los cautivos, en los vencidos!... ¡y en muchos otros todavía!

Referencias cultas:

Andrómaca: es, en la mitología griega, la esposa de Héctor. Simboliza el amor conyugal y filial frente a la crueldad
de la guerra que se vivía en Troya.
Más tarde, cuando Troya fue conquistada, vio morir a su marido y a su hijo, mientras ella se alejaba cautiva de la
ciudad.
Hecho el reparto de los cautivos de Troya, tocó Andrómaca como botín a Neoptólemo, hijo de Aquiles, quien la llevó
a Grecia (ya que era rey de Ftía). Tuvo tres hijos con él.
Tras la muerte de éste en un combate se casó con Héleno (hermano de Héctor), teniendo un hijo.

Héctor: en la mitología griega, fue un príncipe troyano encargado, en la Guerra de Troya, de la defensa de la ciudad
hasta su muerte. Su contribución a la resistencia al ejército griego fue decisiva. Además, era conocido como el domador
de caballos.
Estuvo casado con Andrómaca, con la cual tuvo un hijo que también falleció en dicha guerra.

Simois: era el nombre dado en la Antigua Grecia al actual río Dümruk Su de Turquía. Tiene su fuente en el Monte Ida
y se une al Escamandro en la llanura de Troya.
En la mitología griega, era un dios-río de la Tróade, hijo de Océano y de Tetis.

Víctor Hugo: (Besazón, 26 de febrero de 1802 - París, 22 de mayo de 1885) fue un poeta, dramaturgo y escritor
romántico francés. También fue un político e intelectual comprometido e influyente en la historia de su país y de la
literatura del siglo XIX.
Cuando se produce el golpe de Estado del 2 de diciembre de 1851 en Francia (encabezado por Luis Napoleón
Bonaparte), Hugo intenta huir pero es retenido; sin embargo un comisario francés se niega a detenerlo.
Hugo se exilia en Bruselas, pero tras publicarse Napoleón el Pequeño, por orden del gobierno belga se vio obligado a
salir del país y se traslada a Jersey. En el año 1855 fue expulsado de Jersey por haber criticado la visita de la reina
Victoria a Francia. Es por este motivo que se instala en la Hauteville House en Guernsey, donde forma parte de un
grupo de proscritos que niegan volver a Francia.

El hombre de Ovidio: definición del hombre que hace Ovidio en su libro La metamorfosis, según la cual, el hombre
sería el animal que se ha erguido y mira al cielo.

Spleen

Yo soy como ese rey de aquel país lluvioso,


rico, pero impotente, joven, aunque achacoso,
que, despreciando halagos de sus cien concejales,
con sus perros se aburre y demás animales.
Nada puede alegrarle, ni cazar, ni su halcón,
ni su pueblo muriéndose enfrente del balcón.
La grotesca balada del bufón favorito
no distrae la frente de este enfermo maldito;
en cripta se convierte su lecho blasonado,
y las damas, que a cada príncipe hallan de agrado,
no saben ya encontrar qué vestido indiscreto
logrará una sonrisa del joven esqueleto.
el sabio que le acuña el oro no ha podido
extirpar de su ser el humor corrompido,
y en los baños de sangre que hacían los Romanos,
que a menudo recuerdan los viejos soberanos,
reavivar tal cadáver él tampoco ha sabido
pues tiene en vez de sangre verde agua del Olvido.
El albatros

Por distraerse, a veces, suelen los marineros


Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,
Que siguen, indolentes compañeros de viaje,
Al navío surcando los amargos abismos.

Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,


Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,
Dejan penosamente arrastrando las alas,
Sus grandes alas blancas semejantes a remos.

Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!


Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!
¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,
Aquél, mima cojeando al planeador inválido!

El Poeta es igual a este señor del nublo,


Que habita la tormenta y ríe del ballestero.
Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,
Sus alas de gigante le impiden caminar.

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