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COMO MATAR A TU IGLESIA

 En primer lugar; ¡No vengas!.


 Si vienes, ¡Ven tarde!
 Al venir, ¡ven de mal humor!
 Al salir de la iglesia, pregúntate: ¿Qué valía todo esto?
 ¡No aceptes nunca un cargo en la iglesia! Vale más seguir
criticando a los demás.
 ¡Visita a las otras iglesias a cada rato para enseñarle al pastor
que él no es quien te manda! Hay que guardar la independencia.
 ¡Haz que el pastor gane su dinero! ¡Deja que él haga todo el
trabajo!.
 Al acudir al templo, siéntate muy atrás, cerca de la puerta. ¡No
cantes! O si cantas, ¡Canta bien destemplado!.
 ¡No des tus contribuciones por adelantado! ¡Espera por lo
menos hasta haber recibido lo que tu dinero vale!
 ¡No animes al pastor! Si te gusta el sermón, ¡cállate! Pues
muchos pastores se perjudican por causa de la adulación. ¡No
permitas que la sangre de él esté sobre tus manos!.
 ¡Cuenta las faltas de tu pastor a todos los que te visiten! ¿Quién
sabe si de otra manera ellos lo descubrirán?
 ¡No traigas nunca a nadie contigo a la iglesia! No hagas nada
para ganar a otros miembros nuevos; por lo menos mientras la
congregación tenga tal pastor!.
 Si hay algunos miembros animados que sirven a su iglesia y que
trabajan por ella, ¡No dejes de protestar contra esa asociación
exclusiva!.
 Si tu iglesia por mala fortuna es una iglesia feliz y armoniosa,
condénala por su tibieza, indiferencia y falta de celo.
 Cooperando como se sugiere arriba, tú matarás por seguro a tu
iglesia.
 UNA IGLESIA AGONIZANTE
Se relata la historia de un pintor a quien se le pidió que hiciera un
cuadro que representara una iglesia agonizante. Entonces él en lugar
de pintar en el lienzo unas ruinas desteñidas, dibujó un edificio
moderno, con todo el esplendor de su grandeza. Las puertas estaban
abiertas de par en par y en el fondo se podía ver un púlpito hermoso y
ricamente labrado, el magnífico órgano, y las hermosas persianas de
colores por las que entraban rayos de bella palidez, produciendo una
condición propicia para el recogimiento. A la entrada de una de las
puertas, que estaba sostenida por unos pilares de arquitectura gótica,
estaba colocada una caja adornada con relucientes joyas, para las
ofrendas de los aristócratas que allí asistían. Sobre la caja había un
letrero que decía: "Ofrendas para Misiones Extrajeras"; pero en la
abertura por donde habían de entrar las monedas se veía una telaraña
que cubría no sólo la abertura, sino casi toda la caja y parte del letrero.

Los miembros de alguna iglesia que dejan criar telarañas en las cajas
que se destinan para ofrendas de misiones, jamás experimentarán
toda la riqueza y sensación de dulzura espiritual.

LA IGLESIA FRIA
Un día Roberto Burns, el poeta nacional escocés, de paso por una
ciudad extranjera, sintiéndose solo, buscó la compañía de sus
hermanos en la fe y entró en un templo. Pero siguió sintiéndose solo,
ya que nadie le demostraba simpatía alguna.

Antes de partir, escribió, en la primera página en blanco de un


himnario, el siguiente cuarteto:

Un viento helado sopla en este templo.

Una simpatía más fría me heló.

Un pastor de hielo su palabra ha dado

¡Ni aunque todo hirviese, volvería yo!


COMO SALVAR TU VIDA
No TE subas a los automóviles: Ellos son causa del 20% de los
accidentes fatales.

No TE quedes en casa: 17% de todos los accidentes ocurren en casa.

No TE vayas caminando por las calles o banquetas: 14% de todos los


accidentes suceden a los peatones.

No TE vayas de viaje en avión, en tren o por mar: 16% de todos los


accidentes suceden de esta manera.

PERO, SI VE A LA IGLESIA

Solo .001% de todas las muertes ocurren durante un servicio de


adoración en la Iglesia, y estos están relacionados a desórdenes
físicos previos. Fuera de ahí... el lugar más seguro para estar la mayor
parte del tiempo es en la Iglesia.

Un lugar que es aún mucho más SEGURO es un estudio bíblico, el


porcentaje es todavía menor!

VE A LA IGLESIA! PODRIA SALVAR TU VIDA!

MI AUSENCIA DE LA IGLESIA
Hizo que algunos dudaran de que el cristiano sea real.

Hizo que otros pensaran que yo soy un hipócrita.

Hizo que muchos consideraran mi bienestar espiritual y el de los


demás como asunto sin importancia.

Hizo que se debilitara la eficacia del culto en la iglesia.

Hizo que el predicador encontrara más difícil presentar el mensaje.

Hizo que los hermanos se desalentaran y, por ende, no alcanzaran


una bendición de Dios.
Hizo que muchos dejaran de asistir a la iglesia.

Hizo que me fuera más difícil enfrentarme a las tentaciones del


maligno.

Hizo que el diablo tuviera más poder sobre las almas perdidas.

Hizo que se propagara más el hábito de no asistir a la iglesia.

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