LINDA-HOWE
Spada ince (Monat a
anata
EDICIONES OBEdISEOSANAR
LAS HERIDAS.
FAMILIARES
LINDA HOWE
COMO LEER LOS
REGISTROS AKASICOS
DESCUBRE LA MEMORIA
DE TU ALMA
EDICIONES OBELISCOPrefacio
+
COMO ENCONTRE
LOS REGISTROS AKASICOS
Yo no tuve una experiencia cercana a la muerte. Mas bien fue como si hu-
biera estado rondando espiritualmente a la muerte durante varios afios.
La situacién era ciertamente dura, y no podia comprender por qué. Lo
habfa hecho todo bien: habia sido una buena chica, habia ido a la univer-
sidad, me habfa esforzado con los estudios y habfa sacado buenas notas.
Ten{a un buen empleo y un bonito apartamento. Disfrutaba de lo que
parecfa una buena vida; pensaba que tenfa todo lo que queria... pero
me sentfa desdichada. Con esfuerzo habia logrado todo cuanto me habfa
planteado hacer, pero todas mis consecuciones no habian conseguido aca-
lar el grito que reverberaba desde uno de los cafiones de mi alma.
Hiciera lo que hiciera, nunca podria ser «lo suficientemente buena»;
mis esfuerzos no servian de nada. En ocasiones, simplemente me rendia y
me permitfa ser tan «mala» como podfa tolerar, cualquier cosa para con-
seguir una sensacién de que todo estaba bien, una sensacidn de seguridad
0 de relajacién. Pero tampoco funcionaba.
Por tiltimo, ya desesperada, recé: «Dios, si estas ahi, tienes que ayu-
darme. No lo aguanto mds. Aytidame, por favor».
‘Al cabo de seis semanas de aquella oracién urgente, ocurrié algo. Yo esta-
ba echada en la cama, apiadéndome de mi misma y contemplando las hojas
de un Arbol que habfa crecido hasta alcanzar la ventana de mi habitacidn, en
un tercer piso. Una vez més, le pedi ayuda a Dios: «Dime, ;cémo puede ser
que mi vida parezea tan buena y, sin embargo, sea tan desdichada?».
Y, entonces, todo se detuvo. Todo el ruido que habia en mi interior
se silencié, y una sensacién de alivio y de calma ocupé su lugar. Cuando
miré al drbol, tuve la certeza de que estabamos conectados; podfa sentir
al arbol. Con veintitrés aftos y habiendo crecido en una ciudad, no habia