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HISTORIA DE LA IGLESIA EN MEXICO

1.- LLEGADA DE LOS ESPAÑOLES A TIERRAS MEXICANAS.

La llegada de los españoles a tierras mexicanas está bien documentada se


sabe que Diego Velázquez, gobernador de la isla de Cuba, organizó 3 expediciones a
territorio mexicano desde la isla con la esperanza de encontrar nuevas islas o tierras
en la que poder encontrar oro.

La primera en 1517 estuvo a cargo de Francisco Hernández de Córdoba, quien fue el


descubridor de Yucatán, el desarrollo de esta expedición la cuenta Bernal Díaz del Castillo, es
el cronista que más detalles aporta sobre el viaje de Hernández de Córdoba, y también el único
que fue testigo presencial de todo el proceso. Además, Bernal declara en su crónica haber
sido él mismo promotor del proyecto, junto con otro centenar de españoles que decían
necesitar ”ocupar sus personas”, porque hacía tres años que habían llegado llegado a
Cuba y se quejaban de que”no habían hecho cosa alguna que de contar fuera”.

De la narración se deduce que el origen del proyecto era obtener indios como
esclavos para ampliar o renovar la mano de obra de las explotaciones agrícolas o mineras de
Cuba, en esta expedición iba como capellán al clérigo Alonso de González, quien dada la
costumbre de los españoles de escuchar diariamente la misa del capellán que los
acompañaba esta sería la primera Misa celebrada en territorio mexicano, por más que
esto no sea más que una conjetura bien fundada.

ISLA DE COZUMEL.

La segunda expedición, fue la que dirigió Juan de Grijalva, debido a la fama de las grandes
riquezas que había en las tierras recién descubiertas, muchos encomenderos se enrolaron en la
expedición “… de manera, que presto nos juntamos doscientos y cuarenta
compañeros…” dice Bernal.

Como capitanes, se embarcaron con Grijalva, Alonso de Ávila, Francisco de Montejo y


Pedro de Alvarado. El piloto mayor fue Antón de Alaminos, mismo del primer viaje, el alférez
fue Vázquez de Tapia y como capellán, al presbítero Juan Díaz Núñez.
Según las descripciones que han llegado a nosotros, el punto de desembarque fue el poblado
maya de Xaman-Ha, actual isla de Cozumel, allí y en una torre de piedra que se divisaba
desde el mar ,según la narración del capellán en su obra Itinerario de la Armada del rey
Católico en la isla de Yucatán, en la India, el año 1518”, celebraron la misa e hicieron
el acto de fundación y posesión de la nueva tierra “en nombre de la reina doña
Johana y el rey don Carlos, su hijo…” ( Cf.Oviedo.). Esta celebración fue la primera bien
documentada.

Entrevista entre Juan de Grijalva y el cacique maya Tabscoob, ocurrida


en Potonchán el 8 de junio de 1518

Posteriormente recorrerían la península de Yucatán que creían era otra isla, volvieron a Cuba
sin ninguna fundación estable, siendo recibidos con enojo por parte del Gobernador.

Según la narración del capellán Juan Díaz en su Itinerario estuvieron allí del 1 de
mayo hasta el 11 de junio. De lo que habla esta crónica es precisamente de la llegada
a Cozumel y Yucatán, y en esos días que estuvieron ahí, se dedica a describir
prácticamente todo el impacto que causa esa región sobre los viajeros.

El resultado de ese enojo es el viaje de Hernán Cortés donde también iba como
capellán Juan Díaz Nuñez. (www.revistapioneros.com/en-cozumel-la-primera-misa-en-
suelo-mexica.).

2.- LA CONQUISTA MEXICANA DE HERNÁN CORTÉS.

Hernán Cortés nació de Medellín en 1485. De linaje noble, aunque no rico, estudió durante un
tiempo latín, gramática y leyes en la Universidad de Salamanca, pero no llegó a graduarse.
Intentó embarcar para Isla Española en la expedición de Ovando, pero un accidente
sufrido en una aventura galante se lo impidió.

Al cabo de dos años pudo, por fin, trasladarse a aquella, y llegó a ser escribano de la
Villa de Azúa.

Desde la Española partió a la conquista de la isla de Cuba a las órdenes de su


pariente, Nicolás de Ovando, y de Diego Velázquez de Cuéllar.

Por sus dotes personales y su arrojo supo ganarse la confianza de Diego


Velázquez, que lo nombró su secretario en 1511, y posteriormente alcalde de la ciudad
de Santiago de Cuba, recién fundada por los españoles.

Diego Velázquez le confió una expedición a Yucatán con la misión de reconocer aquellos
territorios. Sin embargo, prestando oídos a quienes le prevenían contra las argucias de su
ambicioso amigo y protegido, le envió un emisario con la orden de abandonar el mando de la
expedición.

Informado con tiempo Cortés forzó la partida y el 10 de febrero de 1519 salió a la


conquista de Anáhuac o México. Siguiendo la misma ruta que Grijalba; al cabo de 10 días
llegó a la isla de Cozumel, donde supo atraerse a los indígenas. Prosiguió su marcha y
alcanzó Tabasco, donde libró la primera batalla en suelo mexicano, derrotando a los indígenas
gracias al valor de sus hombres y al espanto que los caballos, animales antes nunca
vistos, infundían a los nativos.

IGLESIA DE SANTA CRUZ EN MÉXICO.

Los tabasqueños reconocieron la sobenaría del rey de España y ofrecieron tributos a Cortés.
Desde allí el extremeño marchó a San Juan de Ulúa, donde fundó el 10 de julio de 1519
Villarrica de la Vera Cruz un asentamiento de chozas de palma que se convirtió en el primer
ayuntamiento de América continental

Fue entonces cuando tuvo noticia de la existencia de un rico y poderoso imperio, el


azteca, que tenía sojuzgadas a las demás ciudades de México, y tras celebrar consejo con
sus capitanes decidió marchar sobre el imperio.

Tras la protocolaria fundación los españoles viajaron por tierra al norte hacia Huitzilapan donde
fueron recibidos por Chicomacatl, el Cacique Gordo de Cempoala Sabiendo que los totonacas
estaban descontentos con la dominación mexica, Cortés se presentó como adalid de la justicia y
consiguió una alianza comprometiendo el apoyo español contra los mexicas a cambio de la
obediencia de la nación totonaca a la Corona española.

Cortés viajo entonces a la ensenada de Quiahuiztlan, donde lo esperaba su flota. Ahí, en


la ladera de una colina cercana al poblado totonaca, construyeron en piedra un
asentamiento en forma, amurallado y fortificado. No fue una refundación sino un
traslado de emplazamiento.
CIUDAD SAGRADA DE CHOLULA.

Sublevó a los totonecas de Cempoala, contra sus amos aztecas y venció en varios combates a
los valientes tlaxcaltecas, quienes terminaron aceptando sus condiciones de paz y
alianza. Reanudada la marcha los conquistadores se presentaron ante los muros de la
ciudad sagrada de Cholula, ordenando Cortés a sus hombres y aliados indígenas el
asalto y saqueo de la ciudad.

El 8 de noviembre de 1519 los conquistadores entraron en la capital


azteca: Tenochtitlán, siendo recibidos por el emperador Moctezuma en persona. Fueron
alojados en un gran edificio, pero, transcurridos unos días, se enteraron de una conjura azteca
destinada a expulsarles de la ciudad.

Tomaron prisionero al emperador, que se convirtió en el instrumento de que se


valieron los españoles para mantenerse en la corte azteca.

Por culpa de Pedro de Alvarado, quien, llevado por los nervios y convencido de que
los aztecas planeaban una nueva conjura, ordenó pasar a cuchillo a algunos notables del
imperio durante la celebración de uno de sus ritos religiosos, millares de indígenas en
actitud amenazante hostilizaron a los españoles.

El envío de Moctezuma por parte de Cortés para que calmara a su pueblo no surtió
efecto (Moctezuma murió en el intento) y el conquistador decidió buscar la salvación en la
huida.
HERNÁN CORTÉS EN LA NOCHE TRISTE.

No obstante, la maniobra fue descubierta y los mexicanos atacaron a los fugitivos, muriendo
muchos de ellos: aquella sangrienta retirada es recordada en los anales de la historia
con el nombre de “la noche triste”. era del 30 de junio de 1520, en las afueras de
Tenochtitlan hoy ciudad de México.

Cortés consiguió rehacer su ejército y en octubre del mismo año 1520 inició su
segunda marcha sobre México. Tras un largo sitio y una sangrienta lucha cuerpo a cuerpo, calle
por calle, casa por casa, el nuevo jefe azteca Guatemotzin, fue capturado y Tenochtitlán
cayó definitivamente.

Acusado de varios cargos por los enviados del rey, fue desposeído de sus títulos y
obligado a regresar a España en 1528. Carlos I le recibió con honores y le nombró
marqués del valle de Oaxaca, pero sin atribuirle funciones gubernativas.

Limitado en sus poderes Cortés regresó a México en 1530, exploró la costa del
Pacífico y descubrió las costas de la Baja California en 1536.

Regresó definitivamente a España en 1540, Siguió viviendo con cierto desahogo


durante unos años hasta que, amargado y decepcionado, murió en Castilleja de la Cuesta,
cerca de Sevilla, el 2 de diciembre de 1547. Trasladados sus restos a los conventos
franciscanos de Tezcuco (1562) y Ciudad de México, desaparecieron en el año 1823 de este
último lugar
.

HERNÁN CORTÉS.

3.- LA EVANGELIZACIÓN DE MÉXICO SIGUIENDO LA ESTELA DEL


CONQUISTADOR HERNÁN CORTES.

Hernán Cortes durante el recorrido de la conquista del territorio mexicano


estuvo acompañado por el sacerdote Juan Díaz Nuñez éste se unió a la expedición de
Cortés, y nuevamente celebró eucaristía en la isla de Cozumel. Después se uniría al grupo
un Padre Mercedario

.Así en Tabasco el Domingo de Ramos después de terminada la victoria contra los


naturales, el capellán Juan Díaz ofició nuevamente misa; allí fundó Hernán Cortés la Villa
de Santa María de la Victoria, hoy desaparecida, le puso ese nombre en honor a la victoria
obtenida sobre los indígenas mayas justo el día de “la encarnación del Divino Verbo.
Luego marchó hacia Tenochtitlan.
RECONSTRUCCIÓN GRÁFICA DE TENOCHTITLAN

Juan Díaz confesó a muchos de los soldados un día antes de la batalla del 5 de
septiembre de 1519 realizada en Tlaxcala contra Xicohténcatl , vencidos los tlaxcaltecas
unos días después con quienes pactó la paz,. Juan Díaz ofició una misa con los nuevos
aliados.

En Tenochtitlan Cortés quitó los ídolos aztecas y colocó una cruz y la imagen de la
virgen, con el consentimiento de Moctezuma, Juan Díaz junto con el mercedario Bartolomé
de Olmedo, capellán de Cortés, realizaron una misa cantada en el templo Mayor ,
después otro mercedario, Juan de las Varillas, y dos franciscanos, fray Pedro
Melgarejo y fray Diego Altamirano, primo de Cortés (Ricard, Conquista cp.1 fueron
capellanes castrenses, al servicio pastoral de los soldados, de modo que el primer
anuncio del Evangelio a los indios fue realizado más bien por el mismo Cortés y sus
capitanes y soldados, aunque fuera en forma muy elemental, mientras llegaban frailes
misioneros. como se ve la presencia de los capellanes de Hernán Cortés no realizaron
prácticamente una acción evangelizadora, pues su función se limitaba a la asistencia espiritual
de los españoles.
CONVENTO FRANCISCANO EN TLAXCALA. HOY MUSEO

La evangelización e implantación del catolicismo en México tendría su origen


con la fundación de la primera diócesis mexicana, ésta tuvo lugar el 13 de octubre de
1525 por obra del Papa Clemente VII mediante la Bula “Devotionis tuae probata
sinceritas“, con la que se erigía la Diócesis de Tlaxcala, como sufragánea de la Arquidiócesis
de Sevilla (España).( Hemos de notar que la primera Diócesis nominalmente fundada en México
fue la llamada diócesis Carolense , en honor de Carlos I, pero esta diócesis, creada solo
documentalmente por el Papa León X, no llegó a tener realización efectiva, pues en la fecha de
1518 los españoles no habían creado ninguna ciudad en México.)

En la Bula del Papa Clemente, el Romano Pontífice declara que los límites de esta
Diócesis “serán los que señale Carlos, Rey de Castilla”.

Así, Carlos I de España expidió en Granada una cédula fechada el 19 de septiembre de


1526, en la que establece que el nuevo Obispado se extienda por Tlaxcala, Veracruz,
Tabasco y parte de Chiapas.
CATEDRAL DE VERACRUZ.

La sede fue fijada en Tlaxcala, como recompensa a la lealtad que los tlaxcaltecas habían
mostrado a los conquistadores.

Por estas fechas comienzan a llegar los religiosos a territorio mexicano, así
en 1524 arriban los primeros 12 franciscanos en México. 1526 llegan de los primeros
dominicos y se crea la Diócesis de México. En 1533 Llegan los Agustinos por
primera vez. En 1535 se crea la Diócesis de Oaxaca. En 1536 Se crea la Diócesis de
Michoacán. En 1539 Se crea la Diócesis de Chiapas, también conocida como San
Cristóbal de las Casas.
LOS DOCE PRIMEROS FRANCISCANOS.

4.-LOS FRANCISCANOS EN TERRITORIO MEXICANO.

En 1524, 12 franciscanos a los que el padre General los llamó los Doce apóstoles partieron de
San Lúcar de Barrameda, el 25 de enero, alcanzaron Puerto Rico en veintisiete días de
navegación, se detuvieron seis semanas en Santo Domingo, y llegaron a San Juan de Ulúa, junto
a Veracruz, puerta de México, el 13 de mayo de 1524. Los Doce apóstoles, conducidos por
fray Martín de Valencia, fueron éstos: Francisco de Soto, Martín de Jesús (o de la
Coruña), Juan Suárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente (Motolinía),
García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, y los frailes
legos Andrés de Córdoba y Juan de Palos.

Cuenta Bernal Díaz del Castillo (cp.171) que, en cuanto supo Cortés que los
franciscanos estaban en el puerto de Veracruz, mandó que por donde viniesen barrieran los
caminos, y los fueran recibiendo con campanas, cruces, velas encendidas y mucho acatamiento,
de rodillas y besándoles las manos y los hábitos.

Los frailes, sin querer recibir mucho regalo, se pusieron en marcha hacia
México a pie y descalzos, a su estilo propio. Descansaron en Tlaxcala, donde se
maravillaron de ver en el mercado tanta gente, y, desconociendo la lengua, por señas
indicaban el. cielo, dándoles a entender que ellos venían a mostrar el camino que a él
conduce.

Los indios, que habían sido prevenidos para recibir a tan preclaros personajes, y que
estaban acostumbrados a la militar arrogancia de los españoles, no salían de su asombro al ver
a aquel grupo de miserables, tan afables y humildes. Y al comentarlo, repetían la
palabra motolinía, hasta que el padre Toribio de Benavente preguntó por su significado.
Le dijeron que quiere decir pobre. Y desde entonces fray Toribio tomó para siempre el
nombre de Motolinía (Mendieta III,12).
EL FRANCISCANO MOTOLINIA.

“EL AÑO QUE VINO EL SEÑOR, EL AÑO QUE VINO LA FE.”

Esta entrada de los Doce en México, el 17 de junio de 1524, fue una fecha tan
memorable para los indios que, según cuenta Motolinía, a ella se refieren diciendo «el año que
vino nuestro Señor; el año que vino la fe»(Historia III,1, 287).

Este grupo original se fue enriqueciendo, a partir de 1529, con otros religiosos
notables por su profunda vida espiritual y letras.
Graduados de la universidad de Salamanca fueron fray Alonso de Herrera, fray Antonio
de Huete ambos doctores en leyes. Fray Andrés de Olmos y fray Bernardino de Sahagún
procedían de la misma universidad.

De otras universidades fueron fray Juan de Gaona, maestro de teología por la


universidad de París, fray Jacobo Daciano, dinamarqués, miembro de la familia real e
insigne teólogo, fray Arnaldo de Basacio, letrado y maestro de música, fray Jacobo de
Testera, predicador de la corte de Carlos V, fray Marcos de Niza, letrado, fray Juan
Focher, doctor en leyes por la universidad de París, y fray Maturino Gilberto.

Esta lista se podría alargar con otros frailes que tomaron el hábito en México y
se distinguieron por sus letras, como fray Alonso de Molina, el primer lingüista de
México, y fray Juan de Torquemada, cronista que recogió importante información
sobre el México antiguo.

La Provincia del Santo Evangelio quedó formalmente fundada en 1535, cuando el


capítulo general de Niza le concedió el título y derechos correspondientes.

DEL CONVENTO FRANCISCANO EN TEXCOCO.

Los primeros conventos de la Provincia se establecieron en cuatro centros urbanos


indígenas de suma importancia: México-Tenochtitlan, sede del vencido “imperio mexica”,
Tezcoco, notable centro cultural y antiguo centro político, Tlaxcala, capital del grupo
indígena rival de los mexicas, y Huejotzingo, al parecer una de las ciudades
estratégicas de mayor relevancia fuera de México.

Desde estos centros se extendió la acción evangelizadora en la zona central de México.


Partiendo de México-Tenochtitlan, los frailes, dos años después de su llegada (1526),
habían alcanzado en sus correrías apostólicas por el sur, los pueblos de Cuernavaca
(antigua Cuaunahuac) y un poco más tarde la región de Taxco e Iguala. Por el norte
muy pronto llegaron a los pueblos cercanos de Cuautitlan y Tepoztlan. Desde Tezcoco
los frailes extendieron su acción primero a Tulancingo y Tepeapulco para continuar
posteriormente hasta la región del Pánuco. Desde Tlaxcala y Huejotzingo cubrieron
gran parte de los actuales Estados de Puebla, Veracruz y Tlaxcala. Al terminar el siglo
XVI la Provincia del Santo Evangelio tenía 64 conventos en otros tantos pueblos del
altiplano mexicano.

Los franciscanos establecieron sus conventos en los antiguos centros urbanos indígenas
que habían gozada de hegemonía en la época prehispánica: llamados altepeme (plural de
altepetl).

Las poblaciones aledañas (pueblos sujetos, los llaman los frailes) eran visitadas desde
los conventos de acuerdo con un programa previamente establecido. Los domingos todas las
comunidades indígenas se reunían en los conventos para la instrucción religiosa y celebración de
la misa. En las fiestas locales los frailes iban a celebrarlas en las pequeñas poblaciones
En esta forma se pudo mantener el tejido social indiano ahora revestido de
cristianismo.

FRANCISCANOS EN LA PROVINCIA DEL SANTO EVANGELIO. HOY

La Provincia del Santo Evangelio fue el centro del que salieron las restantes provincias
franciscanas de México. En 1535, al adquirir el rango oficial de Provincia, se desprendió
de ella el grupo de conventos de la zona occidental, con los que quedó constituida la
custodia de Michoacán que en 1565 alcanzó el rango de Provincia. La Provincia del
Santo Evangelio siguió avanzando, y hacia la década de 1560 llegó hasta Zacatecas
que para principios del XVII (1603) adquirió también su rango de provincia
independiente.
VISTA DE TAMPICO. MÉXICO.

El avance hacia el norte y noreste de México continuó durante el siglo XVI con la
fundación de dos custodias misioneras: Tampico y Nuevo México. Las misiones de Tampico
fueron iniciadas por el notable escritor y lingüista fray Andrés de Olmos. En 1585 ya
con el rango de custodia, tenía doce conventos que cubrían un área aproximada de
25,000 Km2., en una zona semi-pantanosa cercana a las costas del Golfo de México.

Los frailes utilizaron la rudimentaria tradición urbana de algunos grupos indígenas para
establecer los primeros conventos-misiones. Tales serían los casos de los conventos de
Tanchiapa y Tamián. En otras partes se fundaron nuevos pueblos, como Tamaolipa levantado
por el padre Olmos con indios olives y un grupo de chichimecas.

Las misiones y custodia de Nuevo México, cuyo territorio fue explorado desde 1539 por
fray Marcos de Niza, tuvieron sus orígenes en 1598 con un grupo de diez frailes que acompañó a
Juan de Oñate en su empresa colonizadora del Nuevo México.
Cuando recibió el título de custodia en 1616 contaba con 11 conventos-misiones que
atendían unos 10,000 nativos. La primera mitad del siglo XVII fue un período de
prosperidad. En 1640 trabajaban en la custodia 50 frailes con más de 25 misiones en
las que atendían alrededor de 60,000 indígenas de 50 pueblos indios.

Tarea nada sencilla fue la de encontrar un método para acercar el cristianismo a unas
culturas indígenas tan distantes de la occidental en la que llegó fraguado el mensaje cristiano.

Hubo intentos de establecer un diálogo con los depositarios de la sabiduría indígena


particularmente del centro de México De estos intentos quedaron esquemas y borradores que en
la segunda mitad del siglo XVI los humanistas indígenas educados en los colegios conventuales
convirtieron en el documento conocido como “Coloquios y doctrina con que los doce
frailes de San Francisco convirtieron a los indios de la Nueva España”.

Este documento es sin duda uno de los más importantes textos de la historia de las
misiones católicas.

Otra forma de acercamiento con las antiguas culturas fue “la flor y el canto”, de
profundas raíces indígenas y que sirvió de puente de enlace en las grandes celebraciones
religiosas cristianas. El teatro y otras representaciones vivas de los misterios cristianos
dieron a éstos un sentido dentro del mundo conceptual indígena. Los catecismos
pictográficos utilizados en los primeros años de la evangelización forman parte de este
acercamiento.

Ayuda inigualable en la tarea evangelizadora fueron las escuelas conventuales que


principiaron desde 1523, con la llegada de los tres franciscanos belgas. Gracias a este
sistema los franciscanos contaron muy pronto con valiosos colaboradores, ya que
según testimonio de los frailes para 1531 tenían en sus conventos alrededor de 5,000
muchachos.

Los franciscanos adaptaron en sus escuelas conventuales el sistema indígena del


“calmecatl” en el que se transmitían los conocimientos más importantes de la antigua
cultura, como los cantares religiosos, la ciencia para interpretar los códices, la historia
y tradiciones de sus pueblos.

FRANCISCANISMO EN GUZMÁN.

En las escuelas conventuales se enseñaba, no sólo la doctrina cristiana, sino


también la lectura y escritura, el canto de órgano y canto llano, el rezo de las horas
canónicas y la liturgia de las misas. Tal sistema tuvo su coronación con el establecimiento
del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco en 1536 en el que se recogía a los jóvenes más
adelantados de las escuelas conventuales para introducirlos en los conocimientos
humanistas de la época: gramática, artes, principios de filosofía, medicina y otras
ciencias.

El crecimiento de la Provincia del Santo Evangelio, en personal y en geografía, fue


continuo hasta el siglo XVIII. De acuerdo con estadísticas de la primera mitad de ese siglo
la Provincia contaba con 743 frailes y 71 conventos. A partir de 1750 vino un continuo
declive que llevó a reducir a la Provincia para fines del siglo XIX a 11 casas y una
docena de frailes.

Entre las causas de ese declive se debe mencionar la secularización de las doctrinas del
siglo XVIII y los movimientos liberales del siglo
XIX.( Cf.www.franciscanosenmexico.com.mx/quienessomos.html)

EX CONVENTO DE SANTO DOMINGO DE OAXACA. MÉXICO.

5.-LOS DOMINICOS EN TERRITORIO MEXICANO.

El día 19 de junio de 1526 un grupo de dominicos llegan al puerto de Veracruz. Hace


unos meses habían llegado de España a la isla La Española.

Se unieron tres religiosos del convento de Santo Domingo: Fray Domingo


de Betanzos, Fray Gonzalo Lucero (diácono) y Fray Vicente de las Casas (novicio).

Por la muerte de algunos y por el regreso de otros a España, han dejado solos a los tres
religiosos, que se unieron en La Española. Serán ellos tres los considerados como los
fundadores de la Orden en México.

En cuatro años realizan una labor increíble: Han llegado a Antequera de Oaxaca,
han fundado dos conventos junto a la ciudad de México; Fray Betanzos ha ido a fundar
la Orden a la ciudad de Santiago de los Caballeros, en Guatemala.

En 1539 Fray Betanzos está en camino hacia Roma. Lleva la misión de pedir la
creación de una Provincia dominicana en el territorio mexicano.
DEL EXCONVENTO DE SANTO DOMINGO DE OAXACA.

El Capítulo General acepta. Se le da por nombre Santiago de México. En el año 1535


tienen el primer Capítulo Provincial en la ciudad de México. Acuden representantes de
los conventos siguientes: México, Puebla, Oaxaca,Topetloaxto, Oaxtepec, Coyocán con
Himalhuacán- Chalco.

Ha predominado el proyecto de crear muchos conventos en las regiones indígenas. De


esta forma, estarán presentes junto al pueblo, conocerán sus costumbres y su lengua y, sobre
todo, serán un ejemplo vivo con su presencia.
TEMPLO DEL CONVENTO DE SANTO DOMINGO EN PUEBLA.

Muchos conventos con pocos frailes. No obstante, se edificarán grandes conventos que
servirán para la formación de las numerosas vocaciones:México, Puebla y Oaxaca.

Cuando se estudia la historia de la Orden en México aparece, en seguida, la inquietud de


los religiosos por fundar conventos, como polos de atracción y dedifusión.

Primero son de caña y barro y, en seguida, comienzan a edificar los conventos


y las iglesias con ladrillo y piedra, como queriendo demostrar el deseo de permanencia
en cada una de las zonas.
VILLA ALTA. MÉXICO.

Después de 1530 ya se extienden por todo el valle de México y fundan en Oaxtepec,


Izucar y están presentes en numerosas Doctrinas. Lo mismo ha ocurrido en la zona o
nación Mixteca: Yanhuitlan, Noschitlan, Teposculula; bajan hacia la nación Zapoteca.
Fundan Etla, Coutlan, Villa Alta, entre los años 1532- 1540.

En menos de cincuenta años los dominicos han recorrido gran parte del sur del territorio
mexicano. Los frailes dominicos evangelizan toda la región de lo que hoy constituye el Estado de
Oaxaca.

Realizan una “evangelización integral”, como promoción humana. Han traído de


España nuevas semillas, han enseñado a cultivar, promocionan el ganado y promueven
la cría del gusano de seda.

Es evidente la prosperidad de los conventos. Cuentan con religiosos suficientes,


tienen rentas abundantes, hay una red de conventos por todo el territorio oaxaqueño.
Son razones suficientes para pedir a Roma la creación una nueva Provincia dominicana
en la región de Oaxaca. Es erigida el año 1592, con el nombre de San Hipólito.

Al principio hay serias dificultades para la criollización de la Orden en México. No


obstante, los nativos son recibidos en la Orden. En 1565 se ordena no tener en
consideración, a la hora de votar a un Provincial, el lugar de nacimiento. Cincuenta
años después se impondrá la ordenación de la “alternabilidad”.

Los religiosos dominicos han seguido una política, bien estudiada, para la edificación de
los conventos: La distancia entre ellos será de unos 35 kilómetros, una jornada de
camino; de esta manera serán lugares de hospedaje para los que transitan de un lugar
a otro en predicación itinerante.

Serán conventos abiertos, donde acuden infinidad de nativos; serán


conventos propicios para las observancias monásticas, lugar de oración y estudio.
LOS PADRES DOMINICOS Y SUS OBISPOS.

Cuando se tiene a la vista la geografía de los conventos dominicanos, sobre todo en el sur, uno
no sale de su admiración: supone un trabajo titánico, una voluntad férrea y una decisión
de permanencia.

Hay quienes han querido ennegrecer esa labor y afirman que se utilizó la manode obra
nativa. De las actas de todos los Capítulos Provinciales se ponía, como motivo
permanente, la frase donde se recuerda que los religiosos deben pagar lo debido a
quien trabaje en la construcción de los conventos, no utilizar a más de doscientos,
proporcionarles el descanso necesario y “el adiestramiento” que deben recibir para
aprender el “oficio”. Infinidad de artesanos han aprendido, según la costumbre de la
época, un oficio de artesanía popular.

El 2 de octubre de 1656, el General de la Orden crea otra nueva Provincia y es confirmada


por al Papa Alejandro VII. Le ponen por nombre San Miguel y Santos Ángeles. Se le
asignan los conventos de la diócesis de Puebla y los conventos de Teposculula,
Coixtlahuaca y Tamazulapán. La sede principal

estará en el convento de Santo Domingo, en la ciudad de Puebla. Y en Puebla los religiosos


edificaron la Capilla del Rosario, denominada, desde entonces, la“Octava Maravilla del
Mundo”.
OBISPO DOMINICO FRAY FELIPE GALINDO CHÁVEZ Y PINEDA FUNDADOR DE LA
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA. MÉXICO.

Los dominicos comienzan a extenderse hacia la parte norte de México,


a mediados del siglo XVII: Universidad de Guadalajara, Zapotecas, Sierra Gorda y Baja
California.

Las misiones de Sierra Gorda reciben el influjo de la Orden; ya habían funcionado con
anterioridad. Desarrollan una labor benemérita el P. Felipe Galindo y el P. Luis
Guzmán. Cuando termina el siglo, los dominicos regentan varios centros misionales. Tendrán
que ausentarse por las enormes dificultades que se presentan, las acciones del
ejército y la falta de religiosos.

Varios años están en la Baja California, desde que en 1770 se consiguen las Cédulas
Reales. Han fundado, además de las misiones recibidas de los jesuitas, los siguientes
centros: Nuestra Señora del Rosario (1774), Santo Domingo (1775), San Vicente
Ferrer (1780), San Miguel Arcángel (1787), Santo Tomás de Aquino (1791), San Pedro
Mártir (1794) y Santa Catalina(1797). Promueven el cultivo de cereales y de la
ganadería.

CONVENTO DOMINICANO DE CHIAPAS.

El año 1808 se crea otra nueva Provincia: San José de Chiapas; ha sido separada
de la Provincia de San Vicente Ferrer de Centro América.

Hay diversos problemas internos. Hay un cierto desánimo por las ordenaciones
eclesiásticas de dejar los centros poblados ya establecidos para los sacerdotes
seculares, según la mente del Concilio de Trento.También hay desánimo o enfriamiento en
las prácticas de la observancia religiosa; los religiosos
prefieren vivir en los centros poblados y dejan las zonas misionales. El períodode
Independencia y las Leyes de la Revolución serán elementos importantespara el
decaimiento total de la Orden de Predicadores en el territorio
mexicano.( Cf.cidalc.op.org/cidalc/documents/mexico.pdf)
6.-LOS AGUSTINOS EN TERRITORIO MEXICANO

Después de los franciscanos y los dominicos, los religiosos agustinos llegaron a México
en mayo de 1533 en número de siete frailes, todos clérigos: Francisco de la Cruz, que
venía como superior, Jerónimo de San Esteban, Juan de San Román, Agustín de
Coruña, Juan de Oseguera, Jorge de Ávila y Alonso de Borja.

Los primeros religiosos que atendieron la región de Landa fueron los agustinos de
la provincia de México y los franciscanos de la provincia de Michoacán.

La labor evangelizadora de estos frailes se llevó a cabo en algunos pueblos


antiguos, como Tilaco y El Lobo, que pertenecían al distrito de Xilitla.

IGLESIA EN LAS MISIONES DE SIERRA GORDA.


El 12 de marzo de 1682, se fundó en la ciudad de Querétaro el Colegio de
Propaganda FIDE de la Santa Cruz, con intención de evangelizar a los Chichimecas de
la Sierra Gorda.

En 1742, al desaparecer los protectorados, José de Escandón solicitó el cambio de


misioneros agustinos por franciscanos. 200 años después de su llegada a la región.

SANTA MARIA DE LAS AGUAS DE LANDA.

Así el 29 de abril de 1744, José de Escandón y el fraile Pedro Pérez Mezquía,


fundaron la misión de “Santa María de las Aguas de Landa”. Ese mismo año, el 1 de
mayo, se fundó la Misión de San Francisco de Tilaco.

En enero de 1743, el religioso fray Luis Trejo realizó un padrón donde manifestaba que
Tilaco contaba con 105 familias de indios Pames y la comunidad de El Lobo con 85.

Ese mismo año José de Escandón visitó otras misiones en el paraje nombrado Agua de
Landa, lugar de tierras fértiles conocidas como Tongo y Pezco, cuya población era de
153 familias con un total de 562 indígenas.

Los Pames ocuparon la región Noreste de la Sierra Gorda de Querétaro, que les proporcionaba
un hábitat con bosques, abundante agua y parte de tierra caliente hacia la Huasteca.
EN LA HUASTECA.

Su territorio comenzaba en las cercanías de Zimapán, cubría Pacula, Xiliapan,


Mecatlán de los Montes, Landa, Jalpan, Tancoyol, y la provincia de Río Verde, siendo
“esta nación muy dilatada”.

Sus casas estaban construidas con zacate, palma o xoxonato. Su comida ordinaria la
constituía el maíz tostado, cacalextes, verduras de tierra y los animales que criaba la Sierra.

Las mujeres vestían de enagua y huipil blanco y largo, prendas que ellas
mismas tejían; los hombres se cubrían con mantilla, posiblemente utilizada como
calzón y un ayate.
REAL DEL MONTE. MÉXICO.

Junto a los Pames Chichimecas se encontraban ya en el siglo XVI, pequeños núcleos de


mexicanos Otomíes y Huastecos. Los toponímicos serranos nos indican el origen étnico de
las localidades, como Jalpan, Concá, Tancoyol, Tangojó, Puguinguía.

Los Frailes Agustinos después de realizar en la ciudad de México y sus alrededores un


gran trabajo de evangelización, prosiguieron su labor apostólica en tres rutas: la primera de
ellas abarcó los ahora estados de Morelos, Puebla y Guerrero.

La segunda fue hacia el norte, ocupando los actuales estados de Puebla, Veracruz,
Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro, y la tercera tomó el rumbo de occidente en la
zona de Guadalajara y Zacatecas.

Los religiosos agustinos crecieron pronto en número y para finales del siglo XVI se
contaba ya con cerca de 600 frailes, la mayoría de ellos criollos.

Los pocos agustinos españoles, minoría en la región, tomaron la iniciativa de fundar


una nueva provincia, que nació en 1602, bajo el nombre de San Nicolás de Tolentino de
Michoacán.

El primer trabajo apostólico de los agustinos fue la evangelización de los indígenas, que
consistía en enseñarles el castellano, la doctrina cristiana y una “nueva manera de vivir
como cristianos”.

Los religiosos también les enseñaron diversos oficios y una diferente manera de cultivar
la tierra.

De manera especial se distinguieron por mostrar mayor confianza en la capacidad


espiritual de los indígenas y fueron los primeros en administrarles la Eucaristía y en defender sus
derechos humanos y su capacidad de autogobierno.

Estos religiosos también jugaron un rol muy importante en la educación de


niños y jóvenes. Fueron los primeros en fundar una escuela de enseñanza pública y
desempeñaron a la vez un gran papel como catedráticos, rectores y teólogos en la
Universidad Pontificia de México.
TEMPLO DE LOS AGUSTINOS EN ACOLMAN.MÉXICO.

Destacaron por ser magníficos arquitectos; levantaron monumentales conventos en Acolman,


Actopan, Metztitlán, Yecapixtla, Yuriria, Cuitzeo y Salamanca. Estas construcciones, que
todavía hoy pueden ser admiradas, contribuyeron al desarrollo del arte y arquitectura colonial.

Se sabe que en 1532, el conquistador Nuño Beltrán de Guzmán entró a la Sierra


Gorda y asoló la región.

A partir de entonces se efectuaron varios intentos de evangelización por frailes


Franciscanos y Agustinos, intentos que fueron obstaculizados continuamente por
levantamientos de grupos originarios de estas tierras que, resentidos por la crueldad
de los españoles, huyeron a las montañas e inaccesibles barrancas.

La primera población de españoles en toda esta región fue la hacienda de San Nicolás
Concá, poblada entre los años de 1533 y 1538 durante la encomienda de Pedro Guzmán.

Su territorio ocupaba gran parte de la Sierra Gorda y entraba hasta el territorio del
actual Estado de San Luis Potosí.

En 1587 Jalpan, Concá y su comarca fueron adoctrinados por los Agustinos de


Xilitla. En enero y febrero del año 1601, Fray Lucas de los Ángeles, Franciscano del
convento de Xichú, visitó muchos lugares de la Sierra Gorda; y en Concá convirtió a los
Pames; bautizando a ocho de ellos.

En 1609 el Virrey Don Luis de Velasco firmó un decreto para que los Franciscanos
dejaran la Misión a los Agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de México para
evangelizar a la Sierra Gorda; incluyendo el actual territorio del municipio de Arroyo Seco.

No obstante, los Franciscanos de la Provincia de Michoacán permanecieron en


la Sierra. Los Franciscanos y los Agustinos pugnaron misionar en la Sierra Gorda pero
los que más tiempo duraron fueron estos últimos; quienes aprendieron los dialectos de
los Pames y se adaptaron a sus costumbres al convivir con ellos.

En los siglos XVI, XVII y XVIII los agustinos crecieron, ejercieron una gran labor
educativa y tuvieron una gran fuerza moral en la nueva sociedad, sin embargo, este crecimiento
se vio interrumpido en 1754 cuando, al igual que las otras órdenes religiosas, tuvieron que
aceptar la ejecución del decreto real llamado de la Secularización de las doctrinas, que los
obligó a dejar sus conventos y parroquias en manos del clero secular.

EXCONVENTO DE SAN AGUSTÍN DE LA XILITLA.MÉXICO.

Esto trajo como consecuencia que en 1782 la Provincia de México quedara sólo con 11
conventos, cinco vicarías y alrededor de 700 frailes.

Una zona en la que estuvieron los agustinos fue Xilitla .A la llegada de los
misioneros Agustinos en el siglo XVI, fue designado eclesiásticamente como “San
Agustín de la gran Xilitla”, por lo que a partir de entonces se le conoce únicamente
como Xilitla.

Los frailes agustinos dispusieron en 1537 la evangelización de la entonces llamada sierra


Alta y se designó a fray Antonio de la Roa, para que misionara en ella.

Fray Antonio de la Roa fue el primer evangelizador, y del cual se mencionan muchos
hechos notables, que incluso le dan categoría de santo.

En 1553 se empezó a edificar el Convento de Xilitla, que debería servir para su fin y el
otro como fortaleza para resistir los ataques de los chichimecas.

El convento fue atacado en 1569 y 1587 por los Chichimecas, robaron en la


sacristía y quemaron todo lo que era bóveda, ante todos estos problemas los frailes
agustinos se retiraron de Xilitla a fines del siglo XVI, por lo que el convento dejó de ser
prioritario pues se trasladaron al convento de Huejutla, por lo que la edificación sirvió
de simple albergue a algunos agustinos que ahí estuvieron hasta el año de 1859 en
que tuvieron que abandonarlo por entrar en vigor las leyes de Reforma.
NUÑO BELTRÁN GUZMÁN.

En 1526 llegó Nuño Beltrán de Guzmán como gobernador de la provincia del Pánuco, a
esta jurisdicción pertenecía Xilitla

Fue mal Gobernador, pues cometió innumerables injusticias y atropellos con


los indios, pues saco de la huasteca miles de ellos, para herrarlos y venderlos como
esclavos, les quito a los partidarios de Cortés las encomiendas que este les había
concedido, la de Oxitipa y pueblos sujetos a ella se le otorgó a Pedro de Guzmán.

Estos ataques eran el producto del resentimiento que se tenía a las autoridades
españolas, por el sometimiento tan brutal.

En el año de 1575 en que llegó Luis Carbajal a la región, para descubrir el camino de
Mazapil, que resultó ser un mineral y así lo notifico al Virrey, este lo nombró “corregidor de los
pueblos de Tamaolípan de su partido”, este sujeto era desalmado y cruel, pues se dice que
en el convento de Xilitla llegó y juró “por el Santísimo Sacramento” que a los indios que
vinieran a él de paz, a todos los que pudiera los daría como esclavos.

La inconformidad de los Chichimecas en la región huasteca duró muchos años, lo que


provocó que Xilitla se despoblara, sus habitantes se dirigían a distintos lugares, sin embargo los
indios fueron pacificados por la fuerza de las armas.
Debido a lo anterior la Alcaldía de Santiago de los Valles, suprimió el cargo de
corregidor, este era un funcionario de justicia que imponía el castigo de los delitos y
resolvía litigios de alguna cuantía, al suprimirse este cargo revelaba el grado de
decadencia en que por entonces se encontraba
Xilitla.( Cf. eloficiodehistoriar.com.mx/…/los-agustinos-primeros-frailes-en-la-
huaste…)
IGLESIA DE SAN FRANCISCO JAVIER

7.-LOS JESUITAS EN EL TERRITORIO MEXICANO.


La primera evangelización de la Nueva España, iniciada por franciscanos dominicos y agustinos
tiene durante los primeros cincuenta años una rapidísima expansión. Por eso la llegada a
México de los jesuitas en 1572 se produce en el momento más oportuno. La Compañía
de Jesús, apenas nacida en la Iglesia, presta en la Nueva España una ayuda de gran valor en
colegios y centros educativos.

Hacia 1645, la Compañía tenía en México 401 jesuitas, de los cuales unos
atendían dieciocho colegios, cada uno de ellos con más de seis sujetos, y otros
atendían parroquias o misiones (+Lopetegui-Zubillaga, Historia 729).

Por lo que a las misiones se refiere, ya a partir de 1591 los jesuitas iniciaron en la
periferia de México, al oeste y al norte sobre todo, en condiciones durísimas con
frecuencia, unas misiones que llegaron a ser famosas en la historia del Nuevo Mundo.

En esas zonas ocupadas por tribus primitivas, que ni habían estado sujetas al imperio
azteca, ni tampoco apenas a la Corona española, los jesuitas realizaron una heroica acción
misionera, casi siempre regada con la sangre del martirio. Sinaloa, Chínipas, Tepehuenes,
Tarahumara, Pimería y California, aunque la Compañía tuvo bastantes más que éstas.

Uno de los sistemas utilizados por la Compañía en México fue la creación de poblados
.El misionero reunía a los indios en poblados -ésta era una labor primera y principal, a
veces muy difícil-, nombraba gobernador al indio más idóneo, el cual elegía capitán y
teniente, alguacil y topiles o ministros.

En seguida cesaban las guerras, la poligamia, las grandes borracheras y la antropofagia.


Se construían poblados en torno a la iglesia y la plaza. Comenzaba una labor agrícola y
ganadera bien organizada. Y sobre todo se impartía la doctrina a los indios en su
lengua, diariamente a los niños, y también cada día a los nuevos casados, hasta que
tenían hijos.

Más grande incluso que la de Paraguay fue la provincia misionera de México, que
incluía California, con 572 jesuitas y 122.000 indios.
TEMPLO DEL NOVICIADO JESUITA DE TEPOTZOTLÁN. HOY Museo Nacional del
Virreinato, México.

Pronto se abriría un noviciado éste tenía como propósito la formación de los jóvenes
que ingresaban a la orden, siendo ésta de carácter tanto académico como religioso.

En el México virreinal, el noviciado jesuita se encontraba en Tepotzotlán. Tras


su llegada en el año de 1580 a este poblado, los jesuitas comenzaron a aprender
náhuatl, mazahua y otomí, para así lograr la evangelización en las misiones, fundando
también un colegio dedicado al estudio de lenguas.

Para el siglo XVIII, Tepotzotlán era uno de los centros educativos más importantes de la
Nueva España y también uno de los colegios de la Compañía con mayor número de tierras,
haciendas y ranchos. Esto facilitó que se embarcaran en el esfuerzo de facilitar una
educación completamente gratuita, al tiempo que consolidaban un mayor apoyo
económico a las misiones

En 1589 entraron los primeros españoles en territorio rarámuri por la región de


Chínipas. Los invasores llegaron buscando riquezas y los indígenas se mostraron cordiales ante
la amenaza de sus armas. Los rarámuri no querían extraños en su territorio porque se les
quería imponer un modo de vida y trabajo diferente, al servicio de los españoles, que
se reunieran en poblados y dejaran sus creencias. Lucharon defendiendo su fe y su
cultura.
Hubo 5 rebeliones mayores con 15 años de guerra de 1616 a 1698, y las misiones
jesuitas fundadas independientemente en la Alta y la Baja Tarahumara en 1611 y 1626 sólo
pudieron trabajar durante 32 y 29 años, respectivamente, en todo el siglo XVII. Murieron 14
misioneros en las rebeliones.

Finalmente los rarámuri optaron por la resistencia pacífica y el refugio en las montañas
para salvar lo importante.

Los españoles renunciaron a reunirlos en poblados y a quitarles sus rituales. Cambiaron


sus tácticas por un control político poniendo ‘capitanes’ y ‘gobernadores’ indígenas para
organizar en grupos a los dispersos.

Los misioneros respetaron su religión y a su vez pusieron ‘fiscales’ entre los


indígenas para convocar a las fiestas cristianas; construyeron templos para reunir al
pueblo; apoyaron el nuevo sistema de autoridades; introdujeron la ganadería y nuevos
cultivos.

Los misioneros fueron progresando en su trato con los rarámuri al participar en sus
ceremonias.

Los rarámuri se rehusaban a formar pueblos y temían hacerse cristianos pensando que
se les impondría, como ley de Dios, el trabajo de los españoles. A pesar de todo, conservaron
su independencia en lo que más les importaba, su libertad en dispersión, formas de
trabajo y ritos ancestrales, aunque tolerando despojos y adoptando lo que les fue útil.

La vida del rarámuri había cambiado ya a principios de siglo. Adoptaron elementos


culturales importantes como el nuevo sistema de autoridades en lo político, el pastoreo y nuevos
cultivos en sus formas de producción, el bautismo, el templo y las fiestas cristianas en su
religión. Las misiones maduraron y se crearon lazos de afecto con los misioneros.

Misión jesuita de Cerocahui, centro religioso de la sierra tarahumara

Los rarámuri adoptaron así, en cierta libertad, a los misioneros y su fe por el sustrato de
coincidencias y conveniencias que debió existir. Seleccionaron a su manera lo que les
enriquecía su visión de Dios y del mundo, dejando a un lado lo que no les pareció
significativo.
Hubo una adopción selectiva ya que hasta hoy los misioneros siguen siendo aliados
aceptados y queridos, y los ‘chabochis’ (no-indígenas) siguen siendo adversarios y temidos,
aunque en convivencia pacífica.

Cuando se había logrado un avance en la misión y los rarámuri se reconocían como


bautizados (rarámuri-pagótuame), vino la expulsión de los jesuitas de los dominios de
España en 1767. Se contaba entonces con 22 misiones, además de una buena cantidad
de colegios y centros sociales.

CATEDRAL DE YUCATÁN, LA MAS ANTIGUA DE MÉXICO.

8.-EL CLERO SECULAR EN LA EVANGELIZACIÓN DE MÉXICO.

Ya hemos visto cómo, en la mayoría de los casos, los capellanes que acompañaban a
los conquistadores pertenecían al clero secular, en algunos casos además de atender
espiritualmente a los españoles, siempre que estos se asentaban en un lugar, los
capellanes no sólo se ocupaban de los españoles sino también llevaban a cabo
acciones religiosas con los nativos bautizándolos y cuidando su formación cristiana.

Sin embargo la presencia del clero secular era mayor cuando la iglesia alcanzaba
estabilidad con la creación de diócesis y parroquias .Así los cabildos catedrales estaban
formados por clérigos lo mismo que la mayor parte de las parroquias.

La tarea de las parroquias no era únicamente una labor de conservación especialmente


a través de la administración de los sacramentos, la predicación y otras importantes acciones,
educativas por ejemplo, a través de las escuelas parroquiales, sino también una tarea que
las parroquias fueran auténticamente parroquias misioneras

La creación de diócesis en el territorio mexicano fue más rápida y más numerosa que
en otros territorios americanos, enumeramos las creadas desde los inicios hasta la
independencia, ellas nos pueden orientar acerca de la presencia del clero diocesano en
la evangelización de México:

1518 Se crea la Diócesis de Carolense.

1535 Se crea la Diócesis de Oaxaca.

1536 Se crea la Diócesis de Michoacán.

1539 Se crea la Diócesis de Chiapas, también conocida como San Cristóbal de las
Casas.

1546 Se crea la Provincia Eclesiástica de México (arquidiócesis).

1548 Se crea la Diócesis de Guadalajara.

1561 Se crea la Diócesis de Yucatán.

1620 Se crea la Diócesis de Guadiana o Durango.

1642 Se presentan los problemas entre el obispo Palafox y los jesuitas.

1777 Se crea la Diócesis de Linares, más tarde llamada de Monterrey.

1779 Creación de la Diócesis de Sonora.


BEATO OBISPO JUAN DE PALAFOX.

Presentamos ahora la obra del obispo Palafox, perteneciente al clero secular:

Juan de Palafox fue nombrado obispo de Puebla de los Ángeles. Era el año
1639. Confirmó su nombramiento, el 27 de octubre de ese mismo año, el papa Urbano VIII;
el 20 de julio de 1640 pisaba Veracruz.

Su primer cometido en Puebla consistió en atajar los graves problemas


existentes: conflictos jurisdiccionales entre instancias reales y eclesiásticas, corrupción
administrativa, recursos más que escasos, omisión de los mandatos de la Corona
desde instancias virreinales, y enfrentamientos entre los religiosos jesuitas y
franciscanos y los poderes centrales y virreinal.
Cumplió la misión de arrestar al virrey Diego López Pacheco Cabrera y Bobadilla, duque
de Escalona y marqués de Villena, por lo que pasó a ocupar su cargo.

Finalizó la construcción de la catedral de Puebla que se inauguró el 18 de abril


de 1649. Mecenas cultural de primer orden, siguiendo las disposiciones del Concilio de
Trento fundó hospitales y templos, levantó el palacio episcopal y erigió los colegios
Tridentino de San Pedro (para gramática, retórica y canto llano), el de Niñas Vírgenes
de la Concepción, y el de teólogos de San Pablo (para grados académicos), al que dotó
de una excelente biblioteca formada por cinco mil libros de ciencia y filosofía, hoy
llamada Palafoxiana.

Erigió nueve cátedras de diversas facultades, instituyó una de lengua mexicana y giró
visitas a toda su diócesis sin consentir, según determinadas crónicas, «ser conducido a
hombros por los indios». De hecho, en defensa de la dignidad de los indígenas insistió
a los colonizadores españoles en no emplear otro método de conversión que no fuera
el de la persuasión.

El enfrentamiento de Palafox con los religiosos regulares, en especial con los jesuitas,
se explica, básicamente, por la insistencia del prelado en cumplir las cédulas reales que
exigían sujetarse a visita y examen, y por la obligación de pagar el diezmo. Es más,
ante la negativa de las Órdenes de acatar la jurisdicción y someterse a la potestad
episcopal, Palafox nombró 36 curas regulares y erigió otras tantas parroquias.

Indignados, en 1645 los jesuitas arremetieron contra él con informes denigrantes. En


1647 y 1649 aparecen registradas duras quejas formales ante Roma por parte del
prelado, al que, sin embargo, el papa Inocencio X no hizo demasiado caso. Tan solo
logró la emisión de un informe, el 14 de mayo de 1648, que instaba a los jesuitas a
respetar la jurisdicción episcopal.

Un tira y afloja duro y desagradable que terminó cayendo del lado de los seguidores de
Ignacio de Loyola. En mayo de 1649, Juan de Palafox abandonaba Puebla y regresaba a España.
( Cf. http://www.elnortedecastilla.es › Noticias Castilla y León › Noticias Soria)
.

OBISPO DE MÉXICO JUAN DE ZUMÁRRAGA.

10.- LAS RELIGIOSAS EN LA EVANGELIZACIÓN DE MÉXICO.

El primer convento americano surgió en la ciudad de México en 1540 y fue obra de


Juan de Zumárraga. El gran arzobispo, íntimamente persuadido de la necesidad de
contar con algún monasterio en su diócesis, apenas obtuvo la correspondiente licencia
de Paulo III, dio el hábito concepcionista a cuatro beatas reclutadas en España por el
franciscano Antonio de la Cruz. Las beatas habían viajado a México en 1530 en
compañía de Hernán Cortés y durante diez años se habían dedicado a la instrucción
cristiana de las hijas de los caciques.
MONJAS CONCEPCIIONISTAS.

En septiembre de 1541 ingresaron dos jóvenes españolas, a las que siguieron grupos cada año
más numerosos. Entre las novicias de 1552 encontramos a dos nietas del emperador
Moctezuma.

Muy pronto la casa se quedó pequeña y hubo que pensar en su ampliación.


Tanto la abadesa de la Concepción como el cabildo eclesiástico y el ayuntamiento de la
ciudad abogaron por ella en cartas a Carlos V (1552) y Felipe II (1561). En 1565 la
Concepción alojaba ya la bonita cifra de 64 profesas. Pero todavía habría que esperar
otros cuatro años antes de que se autorizara la construcción del convento Regina
Coeli (1570).
MOCTEZUMA

Entre 1570 y 1600 las monjas de la Concepción desplegaron una gran actividad fundacional,
dando vida a cuatro conventos de su orden en la ciudad de México (1573, 1580,1594 y
1600) y a otros tres en Durango (1572), Guadalajara(1578) encauzaron la vida
religiosa de las dominicas de Oaxaca (1575) y de las jerónimas dela capital azteca
(1585) y participaron en la fundación del convento de Santa Clara de la misma ciudad
(1573) 1. Por su parte, las religiosas de Regina Coeli abrieron otro convento concepcionista en
Oaxaca (1576). Simultáneamente surgían otros monasterios de dominicas, clarisas y
jerónimas.

En 1600 entre México y Guatemala albergaban ya 22 conventos de clausura,


distribuidos por ocho ciudades: México(11), Guadalajara (2), Puebla (3), Oaxaca (2),
Durango(1), Mérida (1), Guatemala (1), Morelia (1), y pertenecientes a cuatro
órdenes: concepcionistas (12),(5) “, clarisas (2) 12 y jerónimas (3) .
MONJAS DOMINICAS.

Esta proliferación de monasterios y la rapidez con que se llenaban son el mejor índice de su
aceptación social. En 1586 la Concepción de México alojaba a 130 profesas; dos años
más tarde el de Jesús María, fundado en 1580, ya contaba con 66 profesas y 10
novicias.

Los siglos XVII y XVIII fueron fecundos en la creación de conventos femeninos, hoy
además de reconocer la cicatería de los cronistas con respecto a la presencia de las mujeres en
la evangelización de México se están multiplicando escritos en los que aparece que la
presencia de la mujer no fue tan escasa como los cronistas de la evangelización nos
dieron a
entender.( Cf.cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/50/TH_50_123_594_0.pdf).
EL CURA MIGUEL HIDALGO.

11.- LA IGLESIA CATÓLICA ANTE LAS INDEPENDENCIAS DE MÉXICO.

Cuando hablamos de la independencia Mexicana nos referimos a tres momentos o


clases de la misma 1.- La Independencia de España. 2.- La Independencia de los
Estados Unidos. 3.- La independencia del imperio francés.

Nos referimos a los tres momentos desde el punto de vista de la actuación de


las misma de la Iglesia católica.

a) La independencia de España.

La influencia de la clase sacerdotal, la única que, como afirma Abad y Queipo, tenía
resonancia en el corazón del pueblo, en la guerra de Independencia es evidente. El carácter
popular de la misma y el hecho de que haya sido iniciada por clérigos revela la
conexión estrecha que entre el pueblo y sus curas de almas existía, la participación
que éstos tenían en la vida total de buena parte de los mexicanos y la lealtad y
confianza que el pueblo había depositado en sus eclesiásticos, quienes eran no sólo
consejeros espirituales, sino maestros, amigos y compañeros en su angustia diaria.
LA BANDERA DE LA IDEPENDENCIA.

La guerra de Independencia muestra una participación estrecha entre el pueblo y sus curas,
mexicanos casi todos, y una oposición de los prelados, españoles en su mayoría, a los
anhelos de autonomía de México. Importa mucho en este aspecto constatar el hecho de que
cuando el estado eclesiástico se halla ligado al pueblo estrechamente en sus luchas sociales
resultan aliados; mas cuando entre ellos se establece un divorcio, el movimiento social lo arrolla
y destruye. La independencia representa el primer caso y como es el primer gran movimiento en
el que al lado de una disputa política se ventila otra de tipo social, la unión del pueblo con sus
curas resultó fructífera.

En ella, buena parte de sus caudillos fueron eclesiásticos. Don José Bravo Ugarte
señala que de 161 que tomaron parte en ese movimiento, 128 lo hicieron dentro de las
filas insurgentes y 32 en las realistas. De los 128, 125 lo fueron durante la primera
lucha de Hidalgo, Morelos y Mina y sólo 4 en las filas trigarantes. De ellos 92 eran del
clero secular y 37 del regular. De los 32 realistas, 22 eran clérigos y 10 regulares.
b) La independencia de Estados Unidos

La guerra del cuarenta y siete en contra de los Estados Unidos representa el


segundo episodio de este conflicto. En él, la actitud de la Iglesia fue desigual. En tanto que
algunos prelados y eclesiásticos recibían al enemigo con Te Deum y bajo palio, otros
condenaban con toda energía la invasión y varios más la combatían con las armas.

En esta lucha, tras la cual no había ningún problema religioso, resulta, pese a los
desfallecimientos de algunos pocos, saludable, patriótica y positiva la actitud de la
mayoría del clero.

Las palabras de condenación que el vicario capitular de México don Manuel Irisarri y
Peralta diera contra la guerra son reveladoras de esa actitud.

Consideró la invasión como “la más injusta y menos racional, la más cruel a que
nunca ha dado ocasión ni el menor motivo”, y agregaba: “Ya no hay un momento
seguro y nuestra esclavitud o nuestro triunfo, son los dos extremos […] Hoy en
consecuencia es decisivo que el espíritu público se levante, se reanime, se consolide y
uniforme, no debiendo pensarse en ningún otro objeto que el de sostenerse, salvarse y
vencer”.Notable es también la actitud del obispo don Antonio Mantecón e Ibáñez, que
entregó buena parte de los bienes de su diócesis oaxaqueña para hacer frente a los
gastos de la guerra
.

c) La independencia ante la intervención francesa.

La intervención francesa a partir del año 62 es la culminación de ese proceso y en ella también
hubo una actitud desigual.

Curas como Miranda y otros más, rabiosamente reaccionarios y apegados al


poder extraño ennegrecieron las horas de la patria, y altos prelados como Labastida
contemporizaron y sirvieron al Imperio del que se alejaron al darse cuenta de que las
ideas que lo movían eran del todo opuestas a las que ellos sustentaban.

Algunas veces en medio de la gran confusión que significó la intervención y el Imperio


Napoleónico se levantaron contra ella y él, como lo hizo el por entonces canónigo don Lázaro
de la Garza, más tarde arzobispo de México, quien afirmaba que no reconocería sino al
gobierno legítimamente emanado del pueblo.

La Iglesia mexicana, mejor dicho, algunos de sus miembros no supieron en


circunstancias semejantes comprender la alta y enorme significación que ella misma encierra
al ser “una institución supranacional, que coloca las necesidades espirituales de los
hombres sobre los intereses particulares de cada pueblo, pero a ninguno de sus hijos
exige que traicione a su patria o reniegue de su raza”.( Cf.DR © 2006. Universidad
Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Históricas.)
PRESIDENTE JUAN ÁLVAREZ

12.- LA IGLESIA CATÓLICA DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA MEXICANA.

La historia de las relaciones entre la iglesia católica y el estado mexicano la podemos


resumir de la forma siguiente:

El 1 de marzo de 1854, se proclamó el Plan de Ayutla en contra de la dictadura de Antonio


López de Santa Anna, la revolución encabezada por Florencio Villarreal, Juan Álvarez e Ignacio
Comonfort se extendió por diversas partes del país, logrando el éxito en octubre de 1855.

Juan Álvarez asumió la presidencia de forma interina, a su gobierno se unieron los


liberales, entre ellos Melchor Ocampo y Benito Juárez. Las nuevas políticas
comenzaron a implementarse, paralelamente se estableció un Congreso Constituyente.

Promulgación de las leyes:

Ley Juárez o Ley de Administración de Justicia Orgánica de los Tribunales de la


Federación: suprimió los fueros en materia civil del clero y del ejército, declarando a
todos los ciudadanos iguales ante la ley y la sociedad. Fue expedida por Benito Juárez el
23 de noviembre de 1855. Esta ley fue rechazada por los obispos y arzobispos de México
y criticada por los conservadores.
Ley Lafragua o Ley de libertad de imprenta: permitió la libertad de expresión en los
medios impresos, entró en vigor el 28 de diciembre de 1855. Fue promulgada por el secretario
de Relaciones Exteriores e Interiores José María Lafragua. Derogó a la Ley Lares.

JOSÉ MARÍA LAFRAGUA.

Decreto que suprimió los votos religiosos. Se dio a conocer el 26 de abril de 1856.

Decreto que suprimió la Compañía de Jesús en México. Se dio a conocer el 5 de


junio de 1856.

Ley Lerdo o Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas Propiedad de


Corporaciones Civiles y Eclesiásticas: obligaba a las corporaciones cíviles y
eclesiásticas a vender casas y terrenos. Fue creada por Miguel Lerdo de Tejada
(hermano de Sebastián Lerdo de Tejada). Fue expedida el 25 de junio de 1856.

Ley Lafragua o Ley del Registro Civil. Por medio de esta ley se estableció el
Registro del Estado Civil. Fue expedida el 27 de enero de 1857.

Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1857 fue promulgada


el 5 de febrero de 1857. El primero en jurarla fue el republicano y federalista Valentín Gómez
Farías, quien luchó por estos ideales toda su vida, desde las Cortes de Cádiz, la Independencia
de México y la Constitución de 1824 que había sido derogada por el régimen centralista y la
dictadura de Antonio López de Santa Anna.

Ley Iglesias o Ley sobre derechos y aranceles parroquiales:prohibió el cobro de


derechos parroquiales y diezmo a las clases pobres. Fue promulgada el 11 de abril de 1857 por
José María Iglesias.

Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos: esta ley complementa la Ley


Lerdo de desamortización de los bienes de la Iglesia, con un cambio importante: los
bienes ya no pasaban a manos de los rentistas. Fue expedida en Veracruz el 12 de julio
de 1859.

Ley de Matrimonio Civil: fue expedida en Veracruz el 23 de julio de 1859, por medio de
esta ley se estableció que el matrimonio religioso no tenía validez oficial y estableció
el matrimonio como un contrato civil con el Estado, eliminando así la intervención de los
sacerdotes y el cobro del mismo por parte de las iglesias.

Ley Orgánica de Registro Civil: el registro del estado civil de las personas
quedaba a cargo de empleados de gobierno y no de la Iglesia.Se declararon los
nacimientos y defunciones como un contrato civil con el Estado. Fue expedida en Veracruz el 28
de julio de 1859.

Decreto de secularización de cementerios: declaró el cese de toda intervención del


clero en cementerios y camposantos, fue dado a conocer en Veracruz el 31 de julio de 1859.

Decreto supresión de festividades religiosas: mediante este decreto se declararon


los días que habrían de tenerse como festivos, prohibiendo la asistencia oficial a las funciones
religiosas. Fue dado a conocer en Veracruz el 11 de agosto de 1859.

Ley sobre libertad de cultos: con esta ley la religión católica dejó de ser la
única permitida. Mediante esta ley se permitió que cada persona fuera libre de practicar y
elegir el culto que deseara, asimismo se prohibió la realización de ceremonias fuera de
las iglesias o templos. Fue expedida en Veracruz el 4 de diciembre de 1860.

LUIS CLEMENTI DELEGADO APOSTÓLICO EN MÉXICO.

Decreto de expulsión: por el cual se ordenó el exilio del delegado apostólico


Luis Clementi, al arzobispo José Lázaro de la Garza y Ballesteros y a los obispos Pedro
Espinosa y Dávalos y Pedro Barajas y Moreno. Fue dado a conocer en la Ciudad de México
el 21 de enero de 1861.

Decreto de hospitales y establecimientos de beneficencia: por el cual quedaron


secularizados dichos inmuebles. Fue dado a conocer en la Ciudad de México el 2 de febrero de
1861.

Decreto de exclaustración de monjas y frailes: por el cual en toda la república se


extinguieron los claustros y conventos decretándose la salida de religiosos y religiosas que ahí
vivían, con la excepción de las Hermanas de la Caridad.( Cf. Wikipedia: Leyes de Reforma )
Porfirio Díaz que fue reelegido hasta ocho veces en unas elecciones manipuladas (
1877 a 1910) ejerció una dictadura en toda regla, fue sin embargo más tolerante con la Iglesia,
aunque no revocó las leyes persecutorias, sin que él las aplicara.

Posteriormente Carranza y Obregón ( 1916-1920-1920-1924, ) y


seguidamente Plutarco Elías Calles ( 1924-1929) ordenaron crueles persecuciones con
incendio de templos, robos, violaciones, atropellos a sacerdotes y religiosas, expulsión
de los sacerdotes extranjeros, multas y prisión a quienes den enseñanza religiosa o
vista con hábitos clericales etc.

Los obispos mejicanos en una carta pastoral del 27 de julio de 1926 protestan contra
estos abusos; Plutarco hizo caso omiso de estas protestas. A los pocos días el 31 de julio y
después de consultar a la santa sede, los obispos ordenan la suspensión del culto en toda
la República. De forma inmediata una docena de obispos y el arzobispo de Méjico son
expulsados del país.

GUERRA CRISTERA EN MÉXICO.

Es en este momento cuando empieza la llamada despectivamente la guerra cristera.

El curso de la guerra la podemos resumir en los siguientes pasos:

– Incubación, de julio de diciembre de 1926.

– Explosión del alzamiento armado, desde enero de 1927.

– Consolidación de las posiciones de julio de 1927 a julio de 1928.

– Prolongación del conflicto, de agosto de 1928 a febrero de 1929, tiempo en el que el


gobierno comienza a entender que no podrá vencer militarmente a los cristeros.

– Apogeo del movimiento cristero, de marzo a junio de 1929.


– Licenciamiento de los cristeros, en junio de 1929, cuando se producen los
llamados arreglos entre la Iglesia y el Estado.( Cf Jean Meyer)

La historia de estos arreglos alcanzados en junio de 1929 es triste. Llegaron desde


Estados Unidos, el embajador norteamericano Morrow que era masón, monseñor Ruiz y
Florez, delegado apostólico, y monseñor Pascual Díaz y Barreto, a quienes los
mantuvieron incomunicados.

Por eso puede afirmarse que estos dos obispos, al negociar con Portes Gil, no siguieron
las indicaciones de Pío XI, ya que no tuvieron en cuenta el juicio de los demás obispos
mejicanos ni el de los cristeros. Tampoco consiguieron la derogación de las leyes
persecutorias de la Iglesia; y menos aún obtuvieron garantías escritas que protegieran la suerte
de los cristeros una vez depuestas las armas.

Solamente consiguieron del presidente unas palabras de conciliación y buena voluntad, y


unas declaraciones escritas en las que sin derogar ley alguna, se afirmaba el propósito de
aplicarlas sin tendencia sectaria y sin perjuicio alguno.

Los obispos negociadores se dieron por satisfechos con las promesas


presidenciales. Los cristeros entregaron las armas terminando el conflicto armado.

LOS MÁRTIRES DE LA CRISTIADA.

El gobierno no fue fiel a esos arreglos, pues comenzó a través de agentes “ el asesinato
sistemático y premeditado de los cristeros que habían depuesto las armas, con el fin
de impedir cualquier reanudación del movimiento…La caza del hombre fue eficaz y
seria, ya que se puede aventurar, apoyándose en pruebas la cifra de 1.500 víctimas, de
las cuales 500 jefes, desde el grado de teniente al de general. Esto supuso una larga y
durísima prueba para la fe de los cristeros, que sin embargo se mantuvieron fieles a la Iglesia
con la ayuda de los mismos sacerdotes que durante la guerra les habían asistido.”( Meyer i.344-
34 )
El mayor fruto de la Cristiada fueron los mártires católicos que defendieron su
fe con su vida obligando a sus perseguidores, a una actitud menos sectaria contra la
Iglesia de los diversos gobiernos mejicanos en nuestros días.

MEMORIAL DE LA MUERTE DE FRANCISCO VERA.

Juan Pablo II beatificó a veintidós de los sacerdotes diocesanos, destacando que “ su


entrega al Señor y a la Iglesia era tan firme, que aun teniendo la posibilidad de
ausentarse de sus comunidades durante el conflicto armado, decidieron, a ejemplo del
Buen Pastor, permanecer entre los suyos para no privarles de la Eucaristía, de la
Palabra de Dios y del cuidado pastoral. Lejos de todos ellos encender o avivar
sentimientos que enfrentaron a hermanos contra hermanos. Al contrario, en la medida
de sus posibilidades procuraron ser agentes de perdón y reconciliación.”
CONFERENCIA EPISCOPAL MEXICANA .

13.-LA IGLESIA MEXICANA EN NUESTROS DÍAS.

Para responder a este párrafo del tema hemos seleccionado unas cuantas noticias de la
Iglesia católica en méxico hoy, son estas:

1.- Texto Conferencia del Episcopado Mexicano / 10 de junio/ 2013.

A las comunidades diocesanas de la Provincia y a todas las personas de buena voluntad:

Con el tema “Seguridad, Justicia y Construcción de la Paz” nos hemos reunido los obispos de
las Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Tlapa, Ciudad Altamirano, y Acapulco
acompañados de agentes de pastoral en la Casa Monte Tabor durante los días 5 y 6 de
junio.

En un ambiente de fe y de oración hemos enfocado nuestra atención sobre la situación


de violencia e inseguridad que prevalece en las diversas regiones del estado de
Guerrero, con el fin de discernir las formas de acompañamiento pastoral que hemos de
dar a nuestros pueblos en sus esfuerzos por superar los efectos de las diversas
violencias atendiendo a las causas que las generan.

Al analizar las diversas formas de violencia, como el caso de la intrafamiliar, la


social, la generada por el crimen organizado y lo gubernamental nos hemos dado
cuenta de que es necesario que reconozcamos que todos somos corresponsables de la
generación de violencia, desde la que se mantiene oculta en las familias hasta las más
visibles y crueles como la generada por el crimen organizado. Nadie puede decir que es
inocente pues todos en mayor o menor grado participamos mediante nuestras omisiones o
acciones.

Al mismo tiempo, hemos visualizado las diferentes respuestas que se han dado a la
violencia desde la sociedad, desde los gobiernos y desde la Iglesia, reconociendo que
estas respuestas han sido insuficientes e, incluso, contraproducentes.

Al respecto, hemos reconocido que cada quien responde de manera aislada y hasta
contradictoria. Debiera darse una línea de reflexión sobre la necesidad de generar
procesos de diálogo entre actores políticos, sociales y eclesiales, como condición para
la construcción de respuestas proporcionales y eficaces al afrontar las diversas
violencias.

El centro de atención de nuestro encuentro lo ocupó el gran desafío que la Iglesia


identifica como la construcción de ciudadanía para la paz, de manera que las grandes
estrategias encabezadas por las instituciones públicas incluyan el indispensable
componente social en la búsqueda de seguridad y en la construcción de la paz. Sin la
sociedad, la paz no será posible.

La ciudadanía para la paz implica procesos en los que los ciudadanos participen de
manera responsable en acciones que directa o indirectamente tienen incidencia social, política,
cultural y eclesial en la construcción de la paz.

Las generalizadas respuestas del miedo y de la indiferencia retrasan las soluciones de


fondo, mientras que las respuestas que se han dado desde las policías comunitarias y
los movimientos de autodefensa, y otras iniciativas necesitan ser encauzadas y
apoyadas por las autoridades correspondientes y recibir un acompañamiento pastoral
y eclesial para que sean capaces de convertirse en alternativas de construcción para la
paz.
.MADRE LUPITA.

2.- La nueva santa mexicana

13.05.13 | 01:28. Archivado en Iglesia católica en México.

Madre Lupita, ángel de los enfermos. Sonia Gabriela Ceja Ramírez / Semanario de
Guadalajara. 13 de mayo.-

¿Quién fue esta noble mujer? Anastasia Guadalupe García Zavala nació en Zapopan
(Jalisco, México) el 27 de abril de 1878. Su padre, Fortino García, tenía una tienda de objetos
religiosos frente a la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan. Por ello, Guadalupe visitaba esta
iglesia con mucha frecuencia, y desde pequeña mostró un profundo amor a los pobres y a las
obras de caridad.

Tenía fama de ser una joven agradable y simpática, sin dejar de ser sencilla y
transparente en su trato, amable y servicial. Tuvo un noviazgo con un muchacho llamado
Gustavo Arreola, pero a la edad de 23 años sintió el llamado de Dios para consagrarse
a la vida religiosa, sobre todo en la atención a los enfermos y a los pobres.

Le confió esta inquietud a su director espiritual, el P. Cipriano Íñiguez Martín del Campo,
sacerdote muy joven, quien, a su vez, le dijo que él había tenido la inspiración de fundar una
congregación religiosa para atender a los enfermos del hospital que había fundado un par de
años atrás el P. José Salomé Gutiérrez, y la invitó a comenzar esta labor. Así fue que, entre
los dos, fundaron la Congregación Religiosa de Siervas de Santa Margarita María y de
los Pobres.

“Convencer a mi familia de la resolución que había tomado (de ser religiosa)


me costó mucho trabajo; sobre todo, convencer a mi mamá. Eso no pude lograrlo. Me
decía que irme al Hospital de la Beata Margarita era una locura, porque allí no había
nada. Mi papá fue el primero en comprenderme y fue él quien me acompañó para
entregarme el 13 de octubre de 1901”.
Al inicio, cuando se fundó la congregación, la Madre Lupita era la única miembro. Ejerció
el oficio de enfermera, arrodillándose para atender a los primeros enfermos en el hospital, que al
inicio carecía de muchas cosas; sin embargo, siempre derrochó ternura y compasión,
procurando, especialmente para los pacientes, un buen cuidado en la vida espiritual.

ATRIO DE LOS GENTILES.

3.-“Vengo a anunciarles eso que ustedes adoran sin conocer…”

08.05.13 | 03:34. Archivado en Iglesia católica en México, Cristianismo

Guillermo Gazanini Espinoza / Secretario del Consejo de Analistas Católicos de México. 08 de


mayo.-

En la tradición judía, los que estaban fuera de Israel eran goyim, gentiles, extraños al
Pacto. Para el cristianismo, esos gentiles incircuncisos recibieron la fe; a ellos,
autoridades y filósofos, el apóstol Pablo dirige su predicación en el areópago,
anunciándoles a un Dios desconocido(Hch 17, 22.31).

El diálogo con quienes no creen abre un cauce excepcional para demostrar el sentido del
cristianismo y su propuesta como religión capaz de fincar un diálogo.

Fue en 2009 cuando Benedicto XVI animó a la Iglesia a dar una atención especial a los
no creyentes. Con el Atrio de los Gentiles, una figura con implicaciones bíblicas que
rematan, a mi juicio, en ese anuncio paulino, la Iglesia pretende escuchar a los que
ven la religión como factor anquilosado en medio del dinamismo secularista.

Ya el Atrio de los Gentiles ha sido difundido y comentado ampliamente por diversos


medios de comunicación con motivo de la visita del presidente del Pontificio Consejo para la
Cultura, Cardenal Gianfranco Ravasi. La UNAM dará acogida al Prelado, en el Instituto de
Investigaciones Filosóficas, en una recinto lo más laico posible para desarrollar este singular
evento.

La presencia del enviado pontificio levantará muchas expectativas en el mundo cultural


y académico. En esta ocasión, el Atrio viene a un país donde laicismo y devoción se enfrentan,
donde indiferencia y religiosidad son cotidianos y, sobre todo, en un país donde la cultura
católica, alguna vez descollante, ahora no aparece.

CELEBRACIÓN DEL DÍA DEL NIÑO.

4.-Todo niño debe ser aceptado y amado

30.04.13 | 14:34. Archivado en Iglesia católica en México, Análisis y Opinión

Guillermo Gazanini Espinoza / CACM. 30 de abril.-

El Día del Niño resulta oportuno para reflexionar sobre la situación de este grupo social.
Sirven de preámbulo las duras reflexiones del Arzobispo Primado de México, el Cardenal
Norberto Rivera Carrera, en la homilía del domingo pasado: Se escuchan los reclamos de los que
quieren aniquilar impunemente al niño en el vientre materno y terminar con la vida del anciano
que ya no es productivo; en nombre de una “preferencia sexual” hombres y mujeres son
prostituidos y miles de niños y niñas explotados sexualmente, a ellos no hay quien los
defienda, pero ciertamente hay quien está lucrando y quien está encubriendo a los
explotadores…

A nivel nacional, los niños viven una situación de emergencia. Los reportes de los
organismos internacionales advierten que México se encuentra en la lista de países de la
OCDE que ocupa los primero lugares en maltrato infantil. Y es que este país, donde prima
el imperio de la impunidad, la justicia llega para los que pueden obtenerla a costa de los
vulnerables.

Mientras se pide la criminalización del bullying y proteger a los niños en edad


escolar contra la violencia de compañeros, el otro lado de la moneda diviniza el aborto,
casi 100 mil desde su tolerancia en la legislación penal a partir del 2007; encubre a los
tratantes y al seno del núcleo familiar, las golpizas, laceraciones, ofensas y
denigraciones son tolerados como recursos adecuados para impartir disciplina en los
hijos.
5.- Recuerdo de un líder laico. En el 86 aniversario del martirio del beato Anacleto
González Flores
01.04.13 | 20:54. Archivado en Iglesia católica en México, Cristianismo

Luis de la Torre Ruiz / El Semanario de Guadalajara. 1 de abril.-

La Ciudad de Guadalajara está consternada. La angustia y la impotencia


ahogan sus gargantas. Un murmullo, como rezo, recorre las calles. Aquella tarde del
viernes primero de abril de 1927 llegaba al Cuartel Colorado un piquete de soldados
empujando violentamente a cuatro jóvenes que habían sido aprehendidos unas horas
antes.

Ellos eran: Anacleto González Flores, dos hermanos Vargas y Luis


Padilla. Habían escapado de esa redada los jóvenes acejotaemeros (miembros de la
Asociación Católica de la Juventud Mexicana, ACJM) Antonio Gómez Robledo -posteriormente un
brillante Humanista y Diplomático- y Agustín Yáñez Delgadillo -con el tiempo, gran Literato,
Gobernador del Estado y Secretario de Educación Pública-, gracias a las influencias de sus
padres y amigos con el Gobierno de José Guadalupe Zuno Hernández.

Luego de ser maltratados los prisioneros, los esbirros se ensañaron con


Anacleto, lo colgaron de los pulgares y lo acosaron con groserías y preguntas para que
delatara el sitio donde se encontraba oculto el Arzobispo Francisco Orozco y Jiménez.

Le pedían, además, que diera los nombres de los dirigentes de la Unión Popular. Ante
su silencio, Anacleto fue herido por la espalda a bayoneta calada. Y, ya a punto de muerte,
fue arrastrado al patio del Cuartel para ser fusilado junto con sus compañeros. Pronto,
los cuatro cuerpos yacerían en medio de un charco de sangre.

Lo que siguió fue un cuadro de lo más desolador: El Cuartel Colorado se teñía de rojo,
rememorando la roja tierra de Tepatitlán, tierra natal del Mártir. El crepúsculo de ese día
canicular también enrojecería a jirones el cielo.

CÁRITAS MÉXICO.
6.- Cáritas Mexicana ha puesto en marcha un dispositivo especial de emergencia para
movilizar a todos sus equipos diocesanos con objeto de poder dar respuesta urgente a
las comunidades más vulnerables ante el impacto de la gripe porcina.

La Comisión de Pastoral Social-Cáritas Mexicana, además de estar en contacto y apoyo


con las Cáritas de la zona metropolitana de la Ciudad de México, en donde 259 dispensarios
parroquiales y 16 hospitales de institutos religiosos están atendiendo a la población
civil y colaborado con las autoridades sanitarias en la respuesta a la epidemia, ha
realizado una visita de apoyo a la Cáritas de San Luis Potosí, una de las zonas donde
se están confirmando mayor número de casos del viris A H1N1.

En esa Cáritas, además de la atención a los ciudadanos mexicanos, se ha puesto en


marcha un programa de apoyo a migrantes centroamericanos en tránsito hacia los Estados
Unidos.

Asimismo, y según revela Cáritas México en un comunicado, además de la alarma


creada como consecuencia de la emergencia sanitaria y económica, en San Luis Potosí
se ha desatado mucha inseguridad porque se han dado casos de personas que se
hacen pasar por miembros de las brigadas sanitarias y aprovechan la confianza de los
vecinos para asaltar los hogares y despojar de sus bienes a la población.

Cáritas México ha agradecido públicamente las muestras de solidaridad y apoyo de que


está siendo objeto por parte de numerosas instituciones y personas privadas, que se han puesto
a disposición de Cáritas para colaborar en el operativo de respuesta a la
emergencia. Asimismo, Cáritas Española y otras muchas Cáritas donantes han
transmitido a la Cáritas Mexicana su disponibilidad de colaboración y su cercanía.

14.- LA DEVOCIÓN A LA MADRE DE DIOS EN MÉXICO.

La devoción a la Virgen en México tiene múltiples manifestaciones, pero el signo culmen de esta
devoción está centrada en la Virgen de Guadalupe, por ello en este apartado nos vamos a
centrar en su historia y devoción.
LA VIRGEN DE GUADALUPE Y EL MISTERIO DE SUS OJOS.

1.-La historia del fenómeno

Patrona de México y Emperatriz de América, su festividad se celebra el 12 de diciembre.

Su Historia es tomada del escrito del indio Nican Mophua del siglo XVI:

Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de
madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a clase de catecismo y a la Santa
Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó que le llamaban de arriba del
cerro diciendo: «Juanito, Juan Dieguito».
ANTE LA IMAGEN DE LA VIRGEN.

Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante
como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: «Juanito: el más pequeño de
mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive.
Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar
todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a
todos los demás amadores míos que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor
Obispo y manifiéstale que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu
esfuerzo. Ten seguro que te agradeceré bien y te lo pagaré. Vas a merecer que yo te
recompense el trabajo y fatiga con que procures hacer lo que te encomiendo».

Él se arrodilló y le dijo: «Señora mía, voy corriendo a cumplir lo que me has mandado. Yo
soy tu humilde siervo». Y se fue de prisa a la ciudad y camino al Palacio del Obispo, que
era Fray Juan de Zumárraga, religioso franciscano.

Cuando el obispo oyó lo que le decía el indiecito Juan Diego, no le creyó. Solamente le
dijo: «Otro día vendrás y te oiré despacio».

Juan Diego se volvió muy triste porque no había logrado que se realizara su mensaje. Se fue
derecho a la cumbre del cerro y encontró allí a la Señora del Cielo que le estaba aguardando. Al
verla se arrodilló delante de Ella y le dijo: «Señora, la más pequeña de mis hijas, niña mía,
expuse tu mensaje al obispo, pero no me creyó. Comprendí, por la respuesta que me
dio, que pensó, quizás que es una invención mía que tú quieres que te hagan aquí un
templo. Por lo cual te ruego que le encargues a alguno de los principales que le lleve
tu mensaje para que le crean, porque yo soy un pobre hombrecillo, el último de todos.
Perdóname que te cause esta gran pesadumbre, Señora y Dueña Mía».

Ella le respondió: «Oye, hijo mío, el más pequeñito, es preciso que tú mismo solicites y
ayudes a que se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego, hijo mío, y aún te mando, que
otra vez vayas mañana a ver al obispo. Dile que yo, en persona, la siempre Virgen
María, Madre de Dios, te envía, para hacerle saber mi voluntad: que deben hacer aquí
el templo que les pido».

Pero al día siguiente el obispo tampoco le creyó a Juan Diego y le dijo que era necesaria alguna
señal maravillosa para creer que era cierto que lo enviaba la misma Señora del Cielo. Y lo
despidió.

LA IMAGEN CON EL TÍO BERNARDINO.


El lunes, Juan Diego no volvió al sitio donde se le aparecía nuestra Señora porque su tío
Bernardino se puso muy grave y le rogó que fuera a la capital y le llevara un sacerdote para
confesarse. Él dio la vuelta por otro lado del Tepeyac para que no lo detuviera la Señora del
Cielo, y así poder llegar más pronto a la capital. Mas Ella le salió al encuentro en el camino por
donde iba y le dijo: «Ten entendido hijo mío, el más pequeño, que no es tan importante
lo que te asusta y aflige. No se entristezca tu corazón ni te llenes de angustia. ¿Acaso
no estoy yo aquí, que soy tu Madre? ¿Acaso no soy tu ayuda y protección? No te aflijas
por la enfermedad de tu tío, que en este momento ha quedado sano. Sube ahora a la
cumbre del cerro y hallarás distintas flores. Córtalas y tráelas».

Juan Diego subió a la cumbre del cerro y se asombró muchísimo al ver tantas y exquisitas rosas
de Castilla, siendo aquel un tiempo de mucho hielo en el que no aparece rosa alguna por allí, y
menos en esos pedregales. Llenó su poncho o larga ruana blanca con todas aquellas bellísimas
rosas y se presentó a la Señora del Cielo.

Ella le dijo: «Hijo mío, esta es la prueba que llevarás de parte mía al obispo. Te
considero mi embajador, muy digno de confianza. Ahora te ordeno que sólo delante del
obispo despliegues tu manta y descubras lo que llevas. Contarás todo lo que viste y
admiraste para que logres que el prelado construya el templo que he pedido».

Juan Diego se puso en camino, ya contento y seguro de salir bien. Al llegar a la presencia del
obispo le dijo: «Señor, hice lo que me mandaste hacer: Pedí a la Señora del Cielo una
señal. Ella aceptó. Me despachó a la cumbre del cerro, y me mandó cortar allá unas
rosas y me dijo que te las trajera. Así lo hago, para que en ellas veas la señal que
pides, y cumplas su voluntad. Helas aquí».

Desenvolvió luego su blanca manta, y así que se esparcieron por el suelo todas las diferentes
rosas de Castilla, se dibujó en ella y apareció de repente la preciosa imagen de la Virgen María,
Madre de Dios, tal cual se venera hoy en el templo de Guadalupe en Tepeyac. Luego que la
vieron, el Obispo y todos los que allí estaban, se arrodillaron llenos de admiración. El prelado
desató del cuello de Juan Diego la manta en que se dibujó y apareció la Señora del Cielo y la
llevó con gran devoción al altar de su capilla. Con lágrimas de tristeza oró y pidió perdón por no
haber aceptado antes el mandato de la Virgen.

La ciudad entera se conmovió, y venían a ver y admirar la devota imagen y a hacerle oración; y
le pusieron por nombre la Virgen de Guadalupe, según el deseo de Nuestra Señora. Juan Diego
pidió permiso para ir a ver a su tío Bernardino, que estaba muy grave. El obispo le envió un
grupo de personas para acompañarlo. Al llegar vieron a su tío estaba muy contento y que nada
le dolía. Y vinieron a saber que había quedado instantáneamente curado en el momento en que
la Santísima Virgen dijo a Juan Diego: «No te aflijas por la enfermedad de tu tío, que en
este momento ha quedado sano».

El obispo trasladó a la Iglesia Mayor la santa imagen de la amada Señora del Cielo. La ciudad
entera desfilaba para admirar y venerar la Sagrada Imagen, maravillados todos de que hubiera
aparecido por milagro divino; porque ninguna persona de este mundo pintó su preciosa imagen.
1.-Descripción de la Imagen.

La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe quedó impresa en un tosco tejido hecho con fibras
de maguey. Se trata del ayate, usado por los indios para acarrear cosas y no de una tilma, que
usualmente era de tejido más fino de algodón. La trama del ayate es tan burda y sencilla, que se
puede ver claramente a través de ella, y la fibra del maguey es un material tan inadecuado que
ningún pintor lo hubiera escogido para pintar sobre él.
La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es una maravillosa síntesis cultural, una
obra maestra que presentó la nueva fe de manera tal que pudo ser entendida y
aceptada inmediatamente por los indios mexicanos. Es imposible de describir aquí la rica y
complicada simbología que contiene este cuadro-códice porque cada detalle de color y de forma
es portador de un mensaje teológico.

El rostro impreso en el ayate es el de una joven mestiza; una anticipación, pues en aquel
momento todavía no habían mestizos de esa edad en México.

María asume así el dolor de miles de niños, los primeros de una nueva raza, rechazados
entonces tanto por los indios como por los conquistadores.

El cuadro que se conserva en la moderna Basílica del Tepeyac mide aproximadamente


66 pulgadas de alto y 41 pulgadas de ancho y la imagen de la Virgen ocupa unas 56
pulgadas del mismo. La Virgen está de pie y su rostro se inclina delicadamente recordando un
poco las tradicionales “Inmaculadas”. Esta oportuna inclinación evita que el empate que une las
dos piezas del tejido caiga dentro de la faz de la Virgen.

El manto azul salpicado de estrellas es la “Tilma de Turquesa” con que se revestían los
grandes señores, e indica la nobleza y la importancia del portador. Los rayos del sol
circundan totalmente a la Guadalupana como para indicar que ésta es su aurora.

Esta joven doncella mexicana está embarazada de pocos meses, así lo indican el lazo
negro que ajusta su cintura, el ligero abultamiento debajo de este y la intensidad de
los resplandores solares que aumenta a la altura del vientre. Su pie está apoyado sobre
una luna negra, (símbolo del mal para los mexicanos) y el ángel que la sostiene con gesto
severo, lleva abiertas sus alas de águila.

La Virgen de Guadalupe se presentó ante sus hijos como la Madre del Creador y conservador de
todo el universo; que viene a su pueblo porque quiere acogerlos a todos, indios y españoles, con
un mismo amor de Madre.

Con la prodigiosa impresión en el ayate comenzaba un nuevo mundo, la aurora del sexto sol que
esperaban los mexicanos. El cuadro de la Virgen de Guadalupe estuvo 116 años expuesto
a las inclemencias del ambiente, sin protección alguna contra el polvo, la humedad, el
calor, el humo de las velas y el continuo roce de miles y miles de objetos que fueron
tocados a la venerada imagen, además del constante contacto de manos y besos de
innumerables peregrinos.

Se ha comprobado que el tejido de maguey es de muy fácil descomposición; cualquier tejido de


esta fibra vegetal no puede conservarse más allá de veinte años y sin embargo el ayate de Juan
Diego ha resistido mucho más de cuatro siglos en perfecto estado de conservación.
1.-3.-Los Papas y la Virgen de Guadalupe

Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe “Patrona de toda la América Latina”; Pío
XI, de “Patrona de todas las Américas”; Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas”;
y Juan XXIII, “La misionera celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”. En
la gran basílica Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990.

En sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II ha visitado el Tepeyac y honrado con profundo
amor filial a la Virgen de Guadalupe a quien ha encomendado el continente Americano y su
nueva evangelización
TELA DE AYATE MEXICANO.

1.-4.-El Fenómeno de la Tela.

Lo primero que llama la atención de los expertos en textiles es que esta manta se haya podido
conservar durante siglos, expuesta al polvo, al calor y a la humedad, sin que se haya
deshilachado ni desteñido su bella policromía. Siempre estuvo así expuesta a todo, y sólo desde
hace unos años la cubrieron con un vidrio.

La tela está hecha en una fibra de ayate mexicano que, por su naturaleza, se
descompone por putrefacción dentro de veinte años. Así ha sucedido con varias
reproducciones de la imagen que se han fabricado con este mismo tejido. Sin embargo este
lienzo lleva cuatrocientos cincuenta años, desde el tiempo de Hernán Cortés, sin desgarrarse ni
descomponerse. Por causas ininteligibles a los expertos, es refractaria a la humedad y al polvo.

1.-5.-El Fenómeno de la Imagen.


La pintura que cubre la tela es otro misterio. El sabio alemán Kuhn, premio Nobel en
Química, ha estudiado esta pintura, y su respuesta dejó atónitos a los oyentes: «Estos
colorantes no son ni minerales, ni vegetales, ni animales». No han podido explicar el
origen de los pigmentos que dan color a la imagen, ni la forma en que ésta fue pintada.

Se podría pensar que la tela ha resistido tanto porque la habrían encolado y preparado de
manera especial como a otras pinturas famosas, para que tuviera gran resistencia. Pero el
Señor Callaga, del instituto espacial NASA, de Estados Unidos, la ha estudiado con
aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene ningún engomado ni
preservativos, y que no se puede explicar cómo esa imagen ha resistido cuatro siglos en un
lienzo tan ordinario. Con estos rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene
esbozos previos -como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano-, sino que fue plasmada
directamente, tal cual se la ve, sin tanteos ni rectificaciones.

La imagen no tiene pinceladas. La técnica empleada es desconocida en la historia de la pintura.


Es incomprensible e irrepetible.

1.-6.-El Fenómeno de las Pupilas.

Un famoso oculista, Lauvvoignet, examinó con un poderoso lente la pupila de la


Virgen, y observó, maravillado, que en el iris se ve reflejada la imagen de un hombre.
Esto fue el principio de una investigación que condujo a los más inesperados
descubrimientos.
Por medio de la digitalización se observa en la pupila de una fotografía todo lo que la persona
estaba mirando en el momento de tomarse la foto. El Dr. Tosnman, especializado en
digitalización, le ha tomado fotografías a la pupila de la Virgen de Guadalupe. Después de
ampliarlas miles de veces, logró captar detalles imposibles de ser captados a simple vista. ¡Ha
descubierto lo que la Virgen miraba en el momento de formarse la imagen en la tilma
de Juan Diego!

Los detalles que aparecen en las fotografías de la pupila de la Virgen de Guadalupe son: un
indio en el acto de desplegar su ruana ante un religioso; un franciscano en cuyo rostro
se ve deslizarse una lágrima; un hombre con la mano sobre la barba en señal de
admiración; otro indio en actitud de rezar; unos niños y varios religiosos franciscanos
más. O sea, todas las personas que según la historia de la Virgen de Guadalupe, escrita
hace varios siglos, estaban presentes en el momento en que apareció la sagrada
imagen.

Lo que es radicalmente imposible es que en un espacio tan pequeño, como la córnea de un ojo
situado en una imagen de tamaño natural, aún el más experto miniaturista lograra pintar todas
esas imágenes que ha sido necesario ampliar dos mil veces para poderlas advertir.

La ciencia moderna se queda sin explicaciones ante las maravillas de la imagen de la


Virgen de Guadalupe. Es una realidad irrepetible. Sobrepasa todas las posibilidades
naturales, por lo que se puede decir que estamos ante un hecho sobrenatural.

Una tilma que no se corrompe. Unos colores que no fueron pintados. Una pupila que contiene
toda la escena y todas las personas del momento del milagro. Estamos ante una imagen que ni
el tiempo ni los atentados de hombres han podido vencer.

( Cf. Copyright 2001. BIBLIOTECA ELECTRÓNICA CRISTIANA -BEC- VE MULTIMEDIOS™. La


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ESPIRITUALIDAD con autorización del autor. Todos los derechos reservados. La -BEC- está
protegida por las leyes de derechos de autor nacionales e internacionales que prescriben
parámetros para su uso. Hecho el depósito legal.)
CAPILLA DEL CERRITO DE LA VIRGEN DE GUADALUPE.

2.-LA DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE.

No hay duda que a cualquier parte donde emigra el mexicano lleva consigo a
la Virgen de Guadalupe . Donde quiera que se establezca, allí impone su arraigada devoción
hacia la Virgen Morena y su tradicional fiesta de honrarla cada 12 de diciembre.

Para el mexicano la Virgen de Guadalupe es más que un icono de fe y devoción, es parte


integral de su historia y de su identidad.
“La influencia [de la Virgen de Guadalupe ] en la cultura e historia de México
comienza a partir de allí“, dice Susan Fitzpatrick-Behrens, profesora de historia de la
Universidad del Estado de California en Northridge, con especialidad en el tema de religión en
Latinoamérica.

La influencia de la Virgen se ve en acontecimientos sociopolíticos del país azteca. Bajo su


imagen, en 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla dio el grito independentista de ese
país y, como afirma Fitzpatrick-Behrens, unificó a todo un país conformado por indígenas,
mestizos y criollos, dándole una sola identidad como nación:

A tal punto que hasta un liberal tan notorio como don Ignacio Manuel
Altamirano llegó a decir : “El día en que no se adore a la Virgen del Tepeyac en esta
tierra, es seguro que habrá desaparecido no sólo la nacionalidad mejicana, sino hasta
el recuerdo de los moradores de la Méjico actual”.

MÁS DE SEIS MILLONES DE PERSONAS EN GUADALUPE.

La Virgen de Guadalupe es:

Patrona de la Ciudad de México (1737)

Patrona de México (1895)

Patrona de América Latina (1945)

Patrona de los estudiantes del Perú (1951) por el papa Pío XII

Reina de México y emperatriz de América (papa Juan Pablo II, en el año 2000).

La basílica Nuestra Señora de Guadalupe es el segundo santuario cristiano más


visitado del mundo (después de la Basílica de San Pedro en el Vaticano), más que el
santuario de la Virgen de Lourdes y de Fátima, con más de 14 millones de visitantes
todo el año en innumerables peregrinaciones desde todas las partes del país.

La primera ermita del Tepeyac se construye a fines de 1531, mas tarde se levantaron
otros templos al pie del cerro, hasta construirse en 1976, la actual Basílica de Guadalupe, en la
que caben 40000 personas, esta basílica es de forma circular, está hecha de mármol, tiene un
órgano monumental y cuenta con siete puertas frontales.
Las banderas de todos los países del continente americano ondean permanentemente,
en el lugar mismo donde la Virgen se le apareció a Juan Diego permanece la modesta
Capilla del Cerrito, que data de 1740, a un lado de la basílica se localiza la Capilla del
Pocito, que se terminó de construir en 1791, y cuya fachada está revestida de tezontle
y mosaicos azules v blancos, una multitud procedente de todos los rincones de México
se dirige en procesión a la basílica año tras año llegando a contabilizarse hasta 6
millones de personas.

Se puede afirmar por ello que : el milagro de la Virgen de Guadalupe se perpetua a través
de los siglos en las manifestaciones de fe del pueblo mejicano.

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