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Memorias del III Congreso de Historia de Catamarca.

Junta de
Estudios Históricos. San Fernando del Valle de Catamarca. Tomo I
Pp: 125-134. 2007

Informe preliminar y presentación del sitio Los Colorados (Departamento de


Belén, Catamarca).

Marco Giovannetti (Museo de La Plata, División de Arqueología, marcogiovannetti@gmail.com)

Reinaldo Moralejo (Museo de La Plata, División de Arqueología,


reinaldomoralejo@yahoo.com.ar)

Gustavo Corrado (Dirección de Vialidad, provincia de Bs. As, grrado@yahoo.com.ar)

Resumen
Los Colorados es un sitio arqueológico que está ubicado en la provincia de
Catamarca, específicamente en el departamento de Belén, siendo el pueblo urbano
actual más cercano Londres de Quimivil. En el mes de marzo del año 2006 se realizó
una campaña de exploración y primeros trabajos de relevamiento de este sitio
arqueológico. Es importante mencionar que en la actualidad el acceso al sitio es
sumamente dificultoso ya que no existe ningún tipo de camino preparado para
vehículos a motor, siendo sólo una senda angosta y difusa la que conduce, siguiendo
el curso del rio Quimivil, hasta el mismo. El objetivo consistió en el relevamiento
planialtimétrico tanto del sitio Los Colorados como de las posibles vías de acceso y
comunicación. La metodología de trabajo implementada fue acorde a un primer
acercamiento y exploración del sitio. Se utilizó tecnología de GPS para la ubicación
absoluta tanto de las áreas de cultivo como de las estructuras particulares y otros
puntos de interés para nuestro estudio. Se realizó un registro fotográfico amplio de
todo lo relevado y esquemas y bosquejos de todo lo que resultara de interés. Además
se efectuó una recolección superficial de material arqueológico que incluyó
mayoritariamente tiestos cerámicos y material lítico. En el trayecto desde la instalación
Inka El Shincal hasta Los Colorados se detectaron numerosos tramos de caminos en
cornisa calzados sobre la ladera de la montaña. El sitio los Colorados se caracteriza
por presentar arquitectura especializada en la agricultura utilizando para ello tanto
zonas relativamente llanas como laderas de pendiente considerable. Teniendo en
cuenta la tarea realizada, las primeras conclusiones a las que arribamos nos conducen
a pensar el sitio como de carácter multicomponente, habiendo sido posiblemente
ocupado desde el Formativo hasta el momento incaico, pensando aún una potencial
continuidad hasta el momento colonial.
Introducción
Los Colorados es un sitio arqueológico descubierto hace muy poco tiempo. Está
ubicado en la provincia de Catamarca, específicamente en el departamento de Belén
siendo el pueblo urbano actual más cercano Londres de Quimivil. El Shincal es un
caserío actual donde se encuentra emplazado a su vez el sitio arqueológico Inka que
lleva el mismo nombre. El sitio El Shincal ha sido trabajado intensivamente desde el
año 1991 por numerosos investigadores bajo la dirección del doctor Raffino (Raffino,
2004). El río Quimivíl de aguas permanentes se halla a un kilómetro de distancia de
dicho sitio, siendo un curso de agua intermontano que si bien no es de importancia
capital dentro de la geografía de la provincia, provee agua de manera permanente a la
región posibilitando actualmente y en el pasado el desarrollo de las sociedades
humanas. Remontando este curso de agua hacia las nacientes en dirección NO
hallamos a 12 km (en línea recta) el sitio arqueológico que hemos identificado como
Los Colorados tomando el nombre del topónimo actual para denominar a dicha región.
La ubicación espacial del área de estudio está dada en coordenadas geográficas 27º
38´ 05´´ S a 27º 37´ 43´´ S y 67º 16´ 03´´ W a 67º 16´ 19´´ W. En el mes de marzo del
año 2006 emprendimos una campaña de exploración y primeros trabajos de
relevamiento de este sitio arqueológico, donde acampamos en el lugar ocho días. Es
importante mencionar que en la actualidad el acceso al sitio es sumamente dificultoso
ya que no existe ningún tipo de camino preparado para vehículos a motor, siendo sólo
una senda angosta y difusa la que conduce hasta un puesto actual a mitad de
recorrido. Luego de aquí las características propias del cauce del río, que se hace muy
angosto entre las laderas muy empinadas de la sierra de Zapata, obligan a seguir un
curso por momentos improvisado alternando con senderos que sospechamos son muy
antiguos, donde además se hace necesario atravesar el cauce del Quimivíl en varias
oportunidades.

Características generales del sitio y objetivo de las primeras exploraciones


En un primer acercamiento desde el punto de vista arquitectónico la característica
sobresaliente del sitio es la gran cantidad de estructuras especializadas para el cultivo.
Varios de los cerros de diversas dimensiones que rodean el sitio están tapizados por
andenes y terrazas de cultivo. Asimismo algunas zonas más llanas con pendiente
menor también han sido objeto de transformaciones con el fin de adecuarlas para
cultivar vegetales observándose grandes zonas despedradas, muros largos de
contención combinados con otros más pequeños y muros delimitadores de las zonas
utilizadas. La alta especialización agrícola que parece observarse en este sitio quizás
encuentre parte de su explicación en las características ecológicas de esta

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microregión. Por lo que pudimos constatar en nuestra estadía en el sitio este lugar se
caracteriza por presentar una humedad relativa más alta que otras regiones más
cercanas como El Shincal, percibiéndose a simple vista una zona muy verde y
vegetada (ver foto 1). Es evidencia de esto el monte selvático en galería que
acompaña el recorrido del río en ambas márgenes, la alta tasa de vegetación no
xerófita y la observación de que durante nuestra estadía hubo precipitaciones pluviales
a lo largo de tres jornadas, siendo que a pocos kilómetros río abajo, y en El Shincal
inclusive, no se habían registrado lluvias (reconocemos que esto último es sólo una
observación circunstancial y que datos más precisos acerca del régimen pluvial son
sólo posibles a lo largo de un tiempo más prolongado). El suelo apto para cultivo es
abundante y se registra una alta proporción de humus a lo largo de las zonas más
vegetadas actualmente.

Foto 1: vista panorámica hacia el norte desde el sitio. Hacia la derecha se ubica el Río Quimivíl. Se
observa la alta tasa de vegetación sobre las márgenes del río producto de la alta humedad relativa del
lugar.

El trabajo realizado a lo largo de la campaña arqueológica tuvo como objetivo


principalmente relevar las dimensiones generales por un lado (dimensiones del sitio y

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posibles áreas definidas) y particulares por otro (ubicación de estructuras agrícolas y
habitacionales). Además se realizó un relevamiento continuo a lo largo de todo el
recorrido entre El Shincal y Los Colorados para establecer posibles conexiones viales
entre ambos sitios. La metodología implementada fue acorde a los primeros trabajos
exploratorios para el sitio. Se utilizó tecnología de GPS para la ubicación absoluta
tanto de las áreas de cultivo como de las estructuras particulares y otros puntos de
interés para nuestro estudio. Se realizó un registro fotográfico amplio de todo lo
relevado y esquemas y bosquejos de todo lo que resultara de interés. Además se
efectuó una recolección superficial de material arqueológico que incluyó
mayoritariamente tiestos cerámicos y material lítico. Esto último fue ejecutado con un
control específico de áreas definidas a lo largo de la zona.

El trayecto entre El Shincal y Los Colorados


Como se dijo previamente, a lo largo del recorrido entre ambos sitios se llevó a cabo
el relevamiento de varios tramos a ambas márgenes del río Quimivíl con el objetivo de
detectar posibles caminos arqueológicos. Hay que aclarar que de haber existido
alguna conexión entre El Shincal y los Colorados la única vía posible se ubica sobre el
trayecto del río, no existiendo otro camino que comunique ambas zonas. Es muy
importante destacar el hallazgo de varios tramos de camino construido con muros de
contención que muy probablemente correspondan a caminos arqueológicos (Foto 2).
Las características tanto arquitectónicas como cronológicas del mismo, así como su
posible vínculo con la red vial inkaica, se está llevando adelante en el presente 1 . Algo
importante que hay que mencionar es el hecho de la destrucción total del camino a lo
largo de varios puntos del trayecto. Solo es posible registrar algunos tramos bien
conservados. Todos estos segmentos fueron ubicados en coordenadas geográficas
con tecnología GPS.
A partir de la evidencia hasta ahora reunida, relacionada con la arquitectura vial y con
los sitios que se vinculan a través del mismo (El Shincal y Los Colorados), podríamos
estar hablando de “camino con componentes inkas” (Vitry, 2005). Cabe destacar el
alto grado de reutilización al que esta sometido. Tal es así que encontramos muros
(camino con talud) que se corresponden con la senda utilizada actualmente por los
pobladores locales, mientras que en otros sectores se observaron muros por encima
de aquella, lo cual podría estar correspondiendo al trazado antiguo. De cualquier
manera se está evaluando el grado de correspondencia del camino arqueológico y su
posible reutilización actual.
También es importante considerar otro de los procesos de formación de sitios
(Schiffer, 1987), además del antrópico, que se relaciona con el deterioro producido por

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causa de los agentes naturales principalmente los efectos producidos por las
escorrentías de agua.
El tramo El Shincal-Los Colorados de 12,600 km esta trazado sobre una superficie
muy irregular formando parte de lo que Hyslop clasifica como “Caminos en pendientes
cuesta arriba y cuesta abajo combinando pendientes laterales” (Hyslop, 1992: 85). Hay
algunos sectores en donde las pendientes laterales llegan a tener menos de 15° por lo
que “no hubo necesidad de incorporar elementos formales de construcción en la base
de los caminos...” (Hyslop, 1992: 82).

Foto 2. Ejemplo de tramos de camino posiblemente arqueológico ubicado sobre las márgenes del río
Quimivíl

El sitio Los Colorados


El sitio arqueológico que presentamos aquí se caracteriza por la alta especialización
arquitectónica de estructuras de cultivo como previamente habíamos adelantado. No
fue posible relevar la totalidad de las áreas de cultivo que hemos podido observar
dada la dimensión de las mismas ya que superó incluso todas las expectativas
previas. Sin embargo del trabajo realizado resultó una sectorización de una gran zona

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de 34 hectáreas de extensión sobre la cual detectamos prácticamente toda su
superficie con evidencias de estructuras agrícolas. Es posible discriminar básicamente
dos tipos de estructuras agrícolas: andenes sobre laderas abruptas de pendientes
pronunciadas y campos despedrados y pequeños muros de contención sobre sectores
relativamente llanos.
Acerca de los andenes sobre ladera podemos adelantar que fueron construidos con
muros verticales que variaban entre 0,80 y 1,20 metros de alto sobre los que se
horizontalizaba su superficie con sedimento apto para el cultivo. Las rocas utilizadas
son similares a las que se hallan en el lecho mismo del río Quimivíl a menos de un
kilómetro de distancia, por lo que es probable que hayan sido extraídas de aquella
fuente cercana. No se registraron alteraciones intencionales sobre las mismas como
canteados o pulidos, presentándose como rodados naturales sin modificación. Sí en
cambió se observó la utilización de grandes rocas que probablemente afloraran
previamente a la construcción de los andenes (ver foto 3). Se pudieron registrar
asimismo algunas aperturas sobre los muros para el pasaje de agua conectadas a su
vez a pequeñas paredes paralelas que seguramente serían canales. Se observó
también que los andenes son segmentados regularmente por extensos muros
trasversales. Desconocemos la función de los mismos aunque no descartamos que
hayan estado relacionados con la conducción de agua a través de los andenes.
También podrían haberse relacionado con la parcelación o sectorización de las áreas
cultivadas aunque en el estado preliminar de la investigación aún no podamos
sustentar cualquiera de estas hipótesis.

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Foto 3. Andenes de cultivo sobre ladera. Obsérvense las grandes rocas que fueron aprovechadas para la
construcción de los mismos.

El otro tipo de estructura agrícola detectada son los extensos campos de cultivos
sobre sectores llanos, que muestran rasgos tales como despedres intensos o muros
de contención bajos que evidencian tales actividades. La pendiente aquí es mucho
menor que sobre las laderas aunque no deja de ser necesaria la intervención humana
para evitar el arrastre provocado por las intensas lluvias de verano. Esta podría ser la
función de los extensos muros bajos que se alternan en el terreno con muros más
pequeños (ver foto 4). Algunas veces los muros largos rodean a los muros cortos que
son siempre colocados en dirección transversal a la pendiente del terreno. Esta
sectorización particular de zonas bien específicas hace pensar en una tecnología
agrícola especializada y de alto conocimiento y planificación.

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Foto 4. Muros cortos sobre sectores relativamente llanos.

Con respectos a estructuras de carácter habitacional hemos hallado muy poco en esta
oportunidad, aunque no descartamos que estén emplazadas en sectores que aún no
hemos podido explorar. Hemos visto sin embargo una estructura particular donde
pueden observarse cinco recintos perfectamente rectangulares que rodean una
especie de patio central. En dos de estos recintos se conservan en muy buen estado
gran parte de los muros, no siendo el mismo caso para los restantes donde sólo se
conservan por tramos cortos. Es llamativo que los muros bien conservados presentan
dos formas constructivas bien diferenciales. Por una parte, hasta 1,20 metros el muro
es doble, muy bien construido con piedras seleccionadas por tamaño y unidas por
mortero de barro. Por arriba de esto se presenta un muro simple con piedras poco
seleccionadas y sin unión con mortero. Una característica altamente llamativa fue el
hallazgo de al menos tres hornacinas, una de ellas perfectamente conservadas como
se puede apreciar en la foto 5. Estos rasgos más el hallazgo de cerámica de tipo Inka
mixto en términos de D´Altroy (D´Altroy et al. 1998) (único sector del sitio donde
aparecieron) nos llevan a proponer que esta estructura es de construcción Inkaica.
Pero hay que reconocer que fragmentos de vidrio, metal y losa posiblemente del siglo
XIX fueron registrados en las inmediaciones de la estructura por lo que no

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descartamos que una reocupación posterior y cercana en el tiempo explique a su vez
las diferencias arquitectónicas descriptas más arriba. Muchas estructuras
arqueológicas son reutilizadas aún en la actualidad como corrales o incluso como
viviendas sobre todo aquellas de buena factura que demuestran solidez ante el paso
del tiempo.

Foto 5. Hornacina sobre muro doble.

Los materiales arqueológicos recolectados en superficie


Tanto sobre los andenes como en los sectores más llanos era numerosa la cantidad
de material arqueológico que afloraba sobre la superficie, muchos de ellos producto
del arrastre del sedimento luego de las lluvias. Se realizó una recolección sectorizada
sobre los andenes, campos de cultivo y estructuras específicas reconocidas en el
terreno.
Sintetizando la información (que aún es escasa debido a que recién comienzan los
análisis tipológicos) podemos constatar que la historia ocupacional del sitio es muy
profunda en el tiempo. El hallazgo de una punta de proyectil lanceolada hace pensar
que el lugar era frecuentado por cazadores de momentos muy tempranos de un

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horizonte precerámico. Ésto podría relacionarse con la presencia de cuevas aptas
para refugios que fueron observadas en las cercanías del sitio.
La mayor parte del material arqueológico recuperado está representado por tiestos de
alfarería. También se halló en menor proporción material lítico producto de la talla. En
cuanto a la cerámica, podemos adelantar que muchos fragmentos corresponden al
período Temprano (González, 1955) -estilo Ciénaga-, otros tantos al período Medio
(González, op. cit.) -estilo Aguada- y, aparentemente la mayor parte, al estilo Belén del
período Tardío (González, op. cit.). Unos pocos fragmentos Inka mixto fueron hallados
en la estructura que arquitectónicamente podría relacionarse con patrones inkaicos.
Las proporciones relativas de cada sector diferenciado por nosotros aún están en
evaluación. Por lo que puede inferirse someramente de estas primeras observaciones
este sitio sería de carácter multicomponente, no pudiendo asegurar aún si se trató de
ocupaciones continuas a lo largo del tiempo o reocupaciones recurrentes en los
distintos momentos.

Comentarios finales
Esta presentación no pretende erigirse como un estudio exhaustivo del sitio
arqueológico Los Colorados. Simplemente es la presentación del mismo ante la
comunidad arqueológica describiendo someramente alguna de sus características
observadas en el terreno en la campaña arqueológica recientemente realizada.
Consideramos que la presentación del sitio suma un aporte altamente importante
debido a que no sólo se trata de un sitio arqueológico no conocido previamente sino
por sus características propias. Las dimensiones del sitio, la cercanía con el centro
incaico de El Shincal, así como la aparente profundidad temporal de su ocupación
ameritan su reconocimiento. Las grandes extensiones de cultivo han sido la
materialización de una forma de vida andina centralizada en gran parte alrededor de la
agricultura. En el NOA existen muchos estudios que dan evidencia de la importancia y
extensión de las prácticas agrícolas sobre todo en el período Tardío o de los
Desarrollos Regionales (González op. cit.). Coctaca y Rodero para la quebrada de
Humahuaca (Albeck, 2000; Albeck y Scattolin 1991), Las Pailas en pleno valle
Calchaquí (Tarragó, 1977) y Azampay muy cercano a nuestra zona de estudios
(Sempé, 1999) son sólo algunos de los ejemplos más destacados que dan cuenta de
esto último y refuerzan las teorías de un fuerte desarrollo agrícola no sólo en los
Desarrollos Regionales sino también en el momento de ocupación incaica. Más allá de
ésto los trabajos específicos de gabinete se están llevando a cabo lo que será objeto
de futuras publicaciones más completas y acabadas.

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Bibliografía
Albeck, M. E. “Registros microclimáticos en recintos de siembre arqueológicos de
Coctaca, provincia de Jujuy, Argentina”. Revista del Museo de La Plata (N-S), Tomo
IX, pp. 371-378, 2000.

Albeck, M. E. y C. Scattolin. “Calculo fotogramétrico de superficies de cultivo en


Coctaca y Rodero, quebrada de Humahuaca”. Avances en Arqueología 1, pp. 43-58.
Facultad de Filosofía y Letras, UBA, Tilcara, 1991.

D`Altroy, T., A. M. Lorandi y V. Williams. “Ceramics production and use in the Inka
political economy”. MASCA, Research Papers in Science and Archaeology.
Supplement to volume 15, 1998.

González, A. R. “Contextos culturales y cronología relativa en el área central del N. O.


Argentino”. Anales de Arqueología y Etnología. Tomo XI, pp. 7-32. Universidad
Nacional de Cuyo, Facultad de Filosofía y Letras. Mendoza, 1955.

Hyslop, J. Qhapaqñan. El Sistema Vial Incaico. Perú, Instituto Andino de Estudios


Arqueológicos. Petróleos del Perú, 1992.

Raffino, R. A. Los Inkas del Kollasuyu. La Plata, Argentina, Ediciones Ramos


Americana, 1981

Raffino, R. A. El Shinkal de Quimivíl. Catamarca, Argentina. Editorial Sarquis, 2004

Schiffer, M. Formation Process of the Archaeological Record. University of New


Mexico, Press. Albuquerque, 1987.

Sempé, C. “La Cultura Belén”. Actas del XII congreso nacional de Arqueología
Argentina. Tomo II, pp. 250-258, 1999.

Tarragó, M. “La localidad arqueológica de Las Pailas, prov. de Salta, Argentina”. Actas
del VII Congreso de Arqueología Chilena. Altos de Vilches, Volumen 2, 1977.

Vitry, C. Aportes para el estudio de caminos incaicos. Tramos Morohuasi – Incahuasi.


Salta, Argentina. Salta, Gofica, 2000

11
Vitry, C. “Propuesta metodológica para el registro de caminos con componentes
Inkas”. Andes n° 15, pp. 213-250, 2005.

1
Tesis Doctoral “Los Incas en el valle de Hualfín: organización del espacio desde una perspectiva
paisajística”. Lic. Reinaldo Moralejo.

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