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Modelos para la determinación del comportamiento reológico

Son los formados por la suma de un componente elástico (Hookeano o no) que absorbe la energía
aplicada, transformándola durante la deformación en energía potencial, de forma que cuando esta
cesa, la deformación vuelve a su estado inicial, y un componente viscoso (Newtoniano o no), que
absorbe la energía aplicada transformándola en calor y fluyendo. Las emulsiones o “slurries” con
alto contenido de fase interna presentan una cierta rigidez y pueden por lo tanto exhibir un
comportamiento, en algo, semejante a la elasticidad de los sólidos. El término viscoelasticidad
engloba el comportamiento de muchos fluidos que pueden exhibir elasticidad y flujo cuando son
sometidos a un cizallamiento. La mayor parte de las pastas y emulsiones concentradas, así como
los geles, suelen mostrar viscoleasticidad. Esto se traduce en el comportamiento siguiente: a bajas
deformaciones, el fluido viscoelástico se comporta literalmente como un sólido elástico. A altas
deformaciones, estos fluyen de forma viscosa; es decir, como líquidos. La causa del
comportamiento viscoelástico es la misma que produce la viscoplasticidad y la tixotropía. Un
material viscoelástico posee una estructura interna que es capaz de almacenar energía a bajas
deformaciones, energía que libera luego al cesar la deformación para volver a su configuración
original, de manera similar a un resorte. Claro está, si la deformación es de magnitud suficiente, la
estructura interna colapsa y se produce el flujo del material. La descripción más simple del flujo
viscoelástico ideal de un líquido (o comportamiento viscoelástico lineal) la proporciona el modelo
de Maxwell. Este consiste en un resorte y un pistón en serie, como se muestra en la Fig. 28; esta
configuración recibe el nombre de elemento de Maxwell. El resorte representa la respuesta
elástica del fluido, en tanto el pistón representa el flujo viscoso.

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