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L
Reedición 2014, ebook y Libro físico.
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INTRODUCCIÓN
Introducción
En las tres rutinas que vais a leer a continuación se puede apreciar cómo el trucaje del
Chop-cup se aplica de una forma discreta al centrarlo hacia una mayor eficacia estructural
En la primera rutina, “Bolas imaginarias”, nos permite ir cargando las bolas para su
posterior aparición, de manera que el trucaje queda limitado a la vida interna del juego.
mienzo se aplica el truco para llevar cargada ocultamente la cuarta bola, lo que nos per-
y que es común en la mayoría de rutinas: el abuso indiscriminado del trucaje para la apa-
rición “milagrosa” de una bola. Frente a esta cuestión podríamos llegar a decir que es
mejor incluso que el público suponga que la consecución de los efectos que presencia
vienen dados por la ligereza de tus manos antes que por la condición trucada del mate-
rial.
En las tres rutinas se ha prescindido de todo material superfluo que, a mi modo de ver,
no sólo no mejora los efectos sino que incluso los distorsiona. El trucaje es suficiente-
mente ingenioso como para pretender extraerle el máximo partido pero sin cruzar esa
fina línea (más fina de lo que parece) que separa la magia del truco.
Finalmente, encontraréis una serie de pases básicos (y no tan básicos) que aplicados
pero también muy delicado. Y que su valor mágico y artístico depende más de tu talento
Bolas imaginarias
Guarda el Chop-cup en tu maletín de magia con la bola imantada pegada por fuera, dos
bolas normales en tu bolsillo derecho de la americana y una bola grande en tu bolsillo iz-
quierdo.
izquierdo y bajo la americana. Si la realizas sentado puedes colocar la bola grande bajo la
que…”
1 ª FA S E
Introducción de los materiales
Extrae el cubilete con la m.d. y pásalo, mostrándolo, a la m.i. reteniendo la bola imantada
Gira el cubilete boca abajo haciéndolo pivotar entre los dedos y pásalo de nuevo a la m.d.
Enseña la m.i. de un lado y del otro como corroboración de lo que acabas de decir, al
tiempo que cargas la bola empalmada en el interior del cubilete, dejándola adherida.
Al decir esto, deja el cubilete sobre la m.i. extendida y tócate la sien derecha con el índice
extendido.
2 ª FA S E :
En la punta de los dedos
Bolas imaginarias
Introduce la m.d. en el bolsillo y extráela haciendo ver que entre los dedos sostienes
una bola. Gira la mano hacia un lado y hacia el otro, mirándola como si te la ima-
ginaras.
- “…como por ejemplo una bola…, redonda y…, no se…, de color rojo.
Levanta el cubilete mostrando una bola materializada sobre la palma de la mano extendida.
- “¿La veis…?”
Abandona el cubilete sobre la mesa boca arriba, coge la bola con la m.d. y muéstrala. Dé-
jala caer en el interior del cubilete y coloca la m.i. encima (fig. 1), girando la mano
Fig. 1 Fig. 2
3 ª FA S E :
Sobre la mesa
dos bola mientras aparentas sujetar una bola imaginaria entre los dedos.
Una vez abandonada la bola imaginaria sobre la mesa, dirígete hacia el cubilete y, en el acto
Bolas imaginarias
de alzarlo para mostrar la bola que se encuentra debajo (adherida en realidad al
fondo), deja caer sobre la m.i. la bola que ocultas en el empalme de los dedos (fig.
3). En una acción continuada, la m.i. lanza la bola hacia arriba y la recoge de nuevo.
Fig. 3
4 ª FA S E :
El espectador examina
a un espectador.
Deja caer las dos bolas en el interior del cubilete, la imantada primero, y alcanza de nuevo
la posición de la figura 2.
Simula la acción de coger una bola con la m.d., rozando la parte superior del cubilete, y
entrégasela a un espectador.
la m.d.
- “ Y tu mismo…”
Bolas imaginarias
Levanta el cubilete mostrando una bola sobre la mesa. Deja el cubilete sobre la mesa
5 ª FA S E :
En las manos del público
Deja caer las dos bolas en el interior del cubilete, la imantada primero, y alcanza de nuevo
la posición de la figura 2.
La m.d. se introduce una vez más en el bolsillo cargando en el empalme de los dedos la
tercera bola.
Deja la bola imaginaria sobre la mesa frente a un espectador de tu derecha y, acto seguido,
Al decir esto último, la m.d. levanta el cubilete abandonando al mismo tiempo la bola em-
palmada (fig. 3), mientras el espectador alarga su mano. Deja el cubilete sobre la
mesa y pasa las dos bolas a tu m.d. mientras la m.i. sujeta la mano del espectador
bien recta. La m.d. deja las dos bolas sobre la mano del espectador y cogiendo de
nuevo el cubilete, las cubre haciendo que caiga la bola imantada sobre las otras dos.
grande. Deja el cubilete volcado sobre la mesa, coge las tres bolas y muéstralas al
6 ª FA S E :
La super bola
Bolas imaginarias
Deja las tres bolas de nuevo sobre la mano del espectador (fig. 5) y cúbrelas con el cubilete.
Lleva tu m.d. por cuarta vez al bolsillo y simula sostener una cuarta bola entre los dedos.
- “Como es imaginaria, sólo hay que hacer así e imaginar que la bola va
menta de tamaño.
6)
Fig. 6
Lo primero que quiero decirte es que no te quedes con la rutina aquí descrita, dale vueltas
porque es una rutina amplia en posibilidades. Podríamos decir que la descripción que aca-
bas de leer corresponde a la versión más simplificada que se puede alcanzar en torno a
la posición del cubilete sobre la m.i. y la carga de la bola que se realiza desde el empalme
de los dedos al levantarlo. Un síntoma claro de ello es que las bolas imaginarias se cogen
Bolas imaginarias
del interior de un bolsillo con lo que las cargas a lo largo de la rutina son poco menos que
un chiste.
Sin embargo, basta con observar con un poco de atención para darse cuenta de las sutiles
combinaciones que la rutina ofrece para las cargas, acentuando así las apariciones.
Por ejemplo:
La primera carga creo que está bien resuelta, sobre todo porque te deshaces de ella du-
queda adherida podemos ahora recapitular dicha secuencia alcanzando una situación
inicial muy limpia de cara al primer efecto. Pero ¿qué pasa con las otras dos bolas?
Debes comenzar con una bola en la manga derecha, carga que puedes hacer desde el in-
durante la rutina este brazo permanece doblado para mantener el cubilete sobre
la palma de la mano.
Comienza tal y como se ha descrito para la aparición de la primera bola. Pero en esta oca-
sión, produce la bola invisible gesticulando como si la cogieras del aire. Lánzala
sobre el cubilete, haz una pequeña pausa, sin dejar de mirar el cubilete fijamente,
Lanza la bola aparecida en su interior y alcanza la posición inicial. Para la segunda carga,
mírate la articulación del brazo, lleva la m.d. abierta a cubrir esa zona, sonríe hacia
el público (feliz del hallazgo) y estira el brazo. La bola irá directamente al empalme
de los dedos. Muestra la bola invisible que acabas de coger en la punta de los dedos,
dedos (como en la versión original) y lleva la m.i. con la bola real hasta el lugar
Vuelve a la posición inicial, extendiendo la m.i., y deja encima el cubilete haciendo caer la
bola imantada, en tránsito para ir a coger la bola imaginaria del aire y lanzarla hacia
Bolas imaginarias
- “¿Verdad que se parecen mucho?”
Sigue ahora con la 4ª fase. Cuando muestras que tu ahora sólo tienes una bola, carga en
Cubre la bola de la m.i. nuevamente e invita al espectador a que lance su bola imaginaria
Cúbrelas de nuevo e imagina una tercera bola, por ejemplo, entre el pelo de una espec-
jando sobre ella las dos bolas. Tensa su mano y cubre las bolas haciendo caer la bola
imantada.
Ruega a la espectadora que lance su bola imaginaria. Juega si quieres con la idea de su
cualquier caso, levanta el cubilete mostrando tres bolas al tiempo que cargas la bola
Como puedes comprobar, ahora la rutina ha ganado en fuerza mágica dado que nunca se
va al bolsillo, algo que no deja de ser una debilidad que debe ser defendida en la versión
Quedan, sin embargo, muchas cosas por hacer con esta original fórmula de utilizar el
cubilete. ¿Has pensado en la posibilidad de que al menos una de las tres bolas, por ejemplo
la segunda que aparece, sea de un color distinto? Es evidente que ganaría en verosimilitud.
¿Y las tres? Puede ser, pero entonces, es inevitable que la rutina se complique técnica-
mente. Pero de eso se trata, de equilibrar la balanza entre el quiero y el puedo sin perder
Sean cuales sean las posibilidades que tu fértil mente pueda alcanzar a imaginar no ol-
vides en ningún momento el punto débil del Chop-cup y su manipulación. Intenta que su
secreto siempre esté al servicio de la vida interna del juego y no de la externa. Un solo
pase mal concebido puede dar al traste con la mejor de las rutinas.
Introduce la bola imantada dentro del Chop-cup y cúbrela con las otras tres bolas nor-
males. Guarda en el bolsillo izquierdo de la americana dos bolas grandes. Una de ellas
locas
debes cargarla ocultamente (en el acto de sentarse, por ejemplo, o al final de un juego an-
Bolas
terior) debajo de la rodilla izquierda.
Para una mejor comprensión de la rutina te recomiendo que leas previamente el apar-
- Falso depósito nº II
- Torniquete y desaparición
1 ª FA S E :
Introducción de los materiales
Muestra el cubilete boca arriba en la m.d. con las cuatro bolas en su interior.
Pasa el cubilete a la m.i., con la boca del mismo orientada hacia el cuerpo, y deja caer las
tres bolas normales sobre la m.d. que inmediatamente las abandona sobre la mesa.
- “Hay que introducir las bolas en el interior del cubilete. Para lograrlo,
Coge una bola y lánzala al interior del cubilete, dejándola caer de nuevo sobre la m.d.
Deja el cubilete boca abajo sobre la mesa haciendo caer la bola imantada y realiza el
“Falso depósito de A. Goshman” (ver el apartado de “Técnicas”, figs. 10, 11 y 12) gol-
peando acto seguido el fondo del cubilete con la m.i. al tiempo que la abres.
- “ Y atraviesa…”
locas
Bolas
3 ª FA S E :
Repetimos
Coge la bola de la mesa con la m.i. y deja el cubilete en su lugar, cargando debajo la bola
- “Así…”
Levanta el cubilete con la m.i. y pásalo a la m.d. recogiendo la bola y mostrándola en alto.
Déjala de nuevo sobre la mesa y cúbrela con el cubilete cargando la bola que man-
4 ª FA S E :
Charlie Miller
Coge una de las bolas con la m.d. y hazla rodar sobre la mesa, por delante del cubilete,
hacia la m.i. que la sujeta sobre el puño cerrado, en posición para el “Pase de Char-
Realiza el pase indicado y pasa el cubilete por delante de la m.i. volteándolo boca arriba
(fig. 21).
haces pivotar el cubilete entre los dedos para golpear con ella el fondo exterior del
mismo.
5 ª FA S E :
De ida y vuelta
Recoge la segunda bola, sujetándola entre el índice y el mayor al tiempo que pivotas de
locas
nuevo el cubilete entre los dedos boca arriba y dejas caer ambas bolas en el interior
Bolas
del mismo, la imantada primero.
Voltea el cubilete hacia delante dejándolo boca abajo sobre la mesa sin hacer caer la bola
imantada.
Coge la bola que aun queda sobre la mesa y déjala sobre el puño izquierdo.
- “Que si soy capaz de introducir las bolas de este modo…, también de-
Deja caer la bola visible en el interior del puño izquierdo y gira la muñeca hasta situarla
dorso arriba.
- “Así…”
Realiza el gesto de coger una bola por encima del cubilete y lánzala hacia el puño iz-
quierdo.
Tal cual estás diciendo esto, cierra la m.i. que se encuentra extendida sobre el borde de
la mesa, dejando caer la bola más cercana al meñique en el regazo, al tiempo que
Realiza el gesto de coger una bola por encima del puño izquierdo y lánzala hacia el cubi-
lete.
locas
Levanta el cubilete mostrando dos bolas y déjalo boca abajo detrás de las mismas.
Bolas
6 ª FA S E :
Último viaje
Mientras el público aplaude, deja la bola de la m.i. sobre la mesa y quédate en posición
m.i. en el regazo y sobre la bola descargada, que debes empalmar en los dedos sin
- “Recordemos que…”
Diciendo esto, recoge el cubilete con la m.d. y pásalo a la m.i. con la boca del mismo
Recoge las dos bolas y lánzalas en el interior del cubilete, la imantada primero.
Recoge la bola que queda en la mesa y lánzala hacia arriba, cogiéndola de nuevo sobre la
Al decir esto, deja caer sobre la m.d. las dos bolas normales, una desde dentro del cubilete
y la otra desde fuera del mismo (quedando oculta en su interior la imantada), aban-
- “Recordad…”
Coge la tercera bola de la mesa y lánzala hacia la m.i. que se introduce directamente en
el bolsillo.
Levanta el cubilete un momento mostrando debajo dos bolas y vuelve a cubrirlas dejando
- “…desde mi bolsillo…”
locas
Bolas
Extrae la m.i. del bolsillo mostrando unos instantes la bola que habías guardado e intro-
- “…así…”
Chasquea los dedos derechos sobre el cubilete y levántalo mostrando tres bolas sobre la
mesa, momento en el que pasas el cubilete a la m.i. que sale del bolsillo, cargando
en su interior la bola grande. En una acción continuada la m.d. recoge las tres bolas
mostrándolas sobre la palma abierta, mientras la m.i. deja el cubilete cargado sobre
la mesa. Deja a continuación las tres bolas a la derecha del cubilete un poco alejadas
del mismo.
7 ª FA S E :
Un final inesperado
- “De todos modos reconozco que hacer viajar bolas tan pequeñas es re-
lativamente sencillo…”
Mientras dices esto, la m.i. permanece sobre la pierna, bajo la mesa, al mismo tiempo
que la m.d. con el cuerpo hacia adelante, coge y sopesa una de las bolas pequeñas.
- “Lo realmente difícil sería hacerlo con bolas tan grandes como esta…”
La m.d. deja la bola pequeña sobre la mesa y, sin dejar la postura, levanta el cubilete des-
que la m.i. roba la segunda bola grande de debajo de su rodilla. En una acción con-
tinuada, la m.d. pasa el cubilete a la m.i. que carga la segunda bola grande en su in-
- “…igual que una bola puede pasar de una mano a la otra, puede haerlo
directamente al cubilete…”
Realiza la secuencia de torniquete con la bola grande y finaliza con la descarga al regazo,
locas
Deja que el espectador levante el cubilete mostrando que la bola grande ha viajado a su
Bolas
interior.
limón. Dentro del maletín de magia o de la bolsa de terciopelo, el cubilete con una bola
normal en su interior.
- Falso depósito nº II
- Torniquete y desaparición
1 ª FA S E :
El pase básico
Muestra el cubilete boca arriba en la m.d. con la bola normal en su interior. Déjala caer
Muestra la bola, pásala a la m.d. y déjala caer claramente en el interior del cubilete (fig. 7).
Fig. 7 Fig. 8
mano palma hacia arriba, momento en el que la m.d. lo sujeta y lo levanta, dejándolo
Con la m.i. en el bolsillo, cambia la bola normal por la imantada y extrae la mano mos-
trando la imantada.
Coge el cubilete con la m.d. y voltéalo boca arriba, dejándolo de nuevo sobre la mesa.
- “…movimiento básico…”
Repite las acciones descritas en la fase anterior, aunque en esta ocasión la m.i. se introduce
vacía en el bolsillo.
Al decir esto, levanta el cubilete con la m.d. unos centímetros, lo suficiente para que se
vea que sobre la mesa no hay nada, mientras miras al público. Déjalo de nuevo
Después de una pausa, levanta el cubilete con la m.d. al tiempo que extraes la m.i. del bol-
- “Continuemos…”
Deja el cubilete boca arriba sobre la mesa y repite toda la segunda fase. En el momento
- “Por cierto…”
Deja el cubilete sobre la mesa, boca abajo, haciendo caer la bola imantada.
Realiza el “Falso depósito de A. Goshman”, (ver el apartado de “Técnicas”, figs. 10, 11 y 12)
con esta misma mano, pasándolo a la m.d. Coge la bola imantada con la m.i. y deja
- “Esto es magia…”
Realiza seguidamente el “Falso depósito nº II”, (ver el apartado de “Técnicas”, figs. 13, 14,
cubilete con esta misma mano, pasándolo a la m.d. Coge la bola normal con la m.i.
Realiza el “Pase de Charlie Miller ”, (ver el apartado de “Técnicas”, figs. 17, 18, 19 y 20), al-
canzando la posición en la que el cubilete queda sujeto en la m.i. boca arriba (fig. 21).
seguidamente por los bordes, palma hacia el público, para voltearlo hacia delante y
depositarlo sobre la mesa, al tiempo que la m.i. se relaja sobre la mesa, con una bola
mano…”
- “…o viceversa…”
Deja el cubilete de nuevo sobre la mesa, haciendo caer la bola imantada, y realiza el “Falso
depósito nº II”, (ver el apartado de “Técnicas”, figs. 13, 14, 15 y 16). Inmediatamente
a su interior.
Coge la bola imantada con la m.i. y guárdala en el bolsillo al tiempo que la m.d. deja el cu-
- “…vuelve…”
Chasquea los dedos derechos sobre el cubilete e inclínalo hacia atrás con el dedo índice,
mostrando que la bola ha regresado, al tiempo que extraes la m.i. del bolsillo con
4 ª FA S E :
Recapitulacion y sorpresa
Coge la bola de la mesa con la m.d. y muéstrala en alto al tiempo que sujetas el cubilete
Coloca la m.i. palma hacia abajo sobre la boca del cubilete (fig. 2) y sujétalo girando la
mano palma hacia arriba, momento en el que la m.d. lo sujeta y lo levanta, dejándolo
sobre la mesa (fig. 8), al tiempo que la m.i. se cierra en un puño y se introduce en el in-
terior del bolsillo de la americana con la bola normal, cambiándola por la bola grande.
Al decir esto, levanta el cubilete con la m.d. unos centímetros, lo suficiente para que se
vea que sobre la mesa no hay nada, mientras miras al público. Déjalo de nuevo
Después de una pausa, levanta el cubilete con la m.d. mostrando que inesperadamente
Deja el cubilete cargado sobre la mesa con la m.i., al tiempo que la m.d. coge la bola y la
hace rodar sobre la mesa, por delante del cubilete, hacia la m.i. que la recoge, ce-
- “¿Y ahora?”
Introduce la m.i. en el bolsillo cambiándola por el limón. Sin dejar que el espectador con-
teste, continuas:
grande…”
del bolsillo con el limón y la m.d. le pasa el cubilete para que pueda cargarlo en su
interior.
5 ª FA S E :
Clímax final
- “Lo cierto es que realizar este juego con una bola pequeña es fácil…”
Introduce la m.i. en el interior del bolsillo y extrae la bola normal mostrándola en alto.
Deja las dos bolas sobre la mesa y levanta el cubilete haciendo aparecer el limón.
Todo el secreto de este pase reside en la acción simultánea de ambas manos. Es esta sin-
Técnicas
cronización lo que produce el efecto óptico de ver la bola cruzar el aire de una mano a
otra.
12).
bola lanzada.
Fig. 12
En este caso se pretende sobre todo conseguir que el proceso se resuelva de un modo
más estético, buscando lo que Juan Tamariz (en conversaciones con A. de Ascanio) de-
tante.
Técnicas
m.d. (fig. 14).
Fig. 14
uno mismo.
Este pase clásico en las rutinas de cubiletes siempre me ha parecido algo forzado. En la
presente descripción pretendo apelar más a los aspectos estéticos del mismo que a sus
1. Haz rodar la bola sobre la mesa hacia la m.i. por delante del cubilete (fig. 17).
2. Coge la bola con esta mano y llévala sobre el puño cerrado de la m.i., extendiendo los
restantes dedos, mientras la m.d. señala el fondo del cubilete situado sobre la mesa
(fig. 18).
3. En una acción continuada, la m.i. se sitúa sobre el cubilete sin apoyarse en él, al tiempo
Técnicas
que se cierran los dedos en un puño, mientras la m.d. rodea el cubilete con los
Fig. 17 Fig. 18
Fig. 19 Fig. 20
4. Llegados a este punto, ambas manos se desplazan una hacia la otra dejando que la bola visible
ruede al interior de la mano hasta el empalme de los dedos (fig. 20), y haciéndola aparecer
duce una brevísima pausa estática, como de exposición de las posiciones relativas de las
manos. Se continúa hasta alcanzar la posición de la figura 19, donde de nuevo se produce
Técnicas
una pausa pre-efecto, que ha de durar lo mismo que la anterior, para culminar el efecto
en la figura 20, donde una vez más se produce una tercera pausa, en este caso, post-efecto.
Torniquete y desaparición
Tanto este pase como su variación me fueron inspirados por la particular magia de Slydini.
El pase del torniquete no es sino una de las posibles alternativas existentes para alcanzar
1. Sujeta la bola grande en la m.i., pulgar por arriba y demás dedos por debajo (fig. 22).
2. En este punto, la m.d. se acerca cubriendo la bola con los dedos extendidos en la acción
la bola que simula sostener, desplazándose hacia la derecha, al tiempo que la m.i.
Fig. 22 Fig. 23
Técnicas
altura de la que ha partido, mostrándose vacía
(fig. 25).
del borde de la mesa, la desaparición se produce encima de la mesa, dado que durante
durante el desplazamiento en arco de la m.i. Debe ser natural al propio gesto, ni lento ni
precipitado. Piensa que la descarga está cubierta por el propio borde de la mesa. De
hecho la punta de los dedos deben golpear suavemente contra el borde, asegurándote por
Como habrás entendido, esta cobertura no depende de la fuerza con que se lanza la
bola (de hecho se deja caer), sino por el hecho de que la caída se produce por debajo del
nivel de la mesa. El movimiento continuado de la m.i. hace imperceptible este instante lo-
grando una desaparición pura. Obviamente, para mantener la ilusión debe mantenerse la
posición de los dedos como si aun sujetaran la bola, dibujando el “huecorama” donde el
Fig. 26
2. Al mismo tiempo, el cuerpo se desplaza hacia atrás girándose un poco hacia la derecha,
Técnicas
provocando por su parte la caída de la m.i. al regazo, donde debe caer sobre la bola
3. Al mismo tiempo, la m.d. coge la bola pequeña y la enseña en alto, momento en el que
4. Continuando con la acción, la m.d. deja la bola pequeña sobre el puño izquierdo (figs.
Fig. 27 Fig. 28
5. En este punto, la m.i. deja que la bola pequeña se deslice en el interior del puño al tiempo
que se eleva hasta apoyarse sobre el pecho, momento en el que se abre haciendo
6. En este punto, se sujeta la bola grande entre los dedos pulgar y corazón, al tiempo que
bola pequeña y mostrando la bola grande con la palma de la m.i. vacía hacia el pú-
blico.
Tanto la caída de la mano como su salida del regazo se producen en tránsito dentro de la
secuencia continuada de acciones que se producen, atendiendo para ello a las particulari-
el momento en el que la m.i. simula dejar la bola pequeña en dicha mano, en el punto cua-
tro. De este modo se realiza el crecimiento de la bola y el movimiento en arco, pero sin
necesidad de descargar la bola pequeña, que así, puede cumplir otros propósitos.
Gracias a esta variante podemos imaginar lo siguiente. Tres bolas viajan, una a una, al
interior del cubilete. Como gran final, un espectador selecciona una de las bolas. El mago
la hace crecer cuatro veces su tamaño para, inmediatamente después, hacerla viajar al in-
terior del cubilete. Para lograr esto, necesitamos cargar una bola grande en el cubilete des-
pués del viaje de la tercera bola. Acto seguido realizamos la secuencia de “Crecimiento
Técnicas
II”, pero en este caso, al realizar el movimiento en arco, descargamos la bola grande al
Logramos así dos efectos continuados de gran calibre con desenlace final en el cubi-
lete. Por un lado el crecimiento de la bola pequeña y por el otro, su inmediata desapari-
ción en el aire y sobre el cubilete, logrando así, un hilo conductor que orienta y sugestiona