Desde un punto de vista histórico, los cambios principales en el enfoque de trabajo del control de calidad han ocurrido más o menos cada 20 años y se pueden resumir de la siguiente manera.
La primera etapa en el crecimiento en el campo de calidad, operador de control de
calidad, era parte inherente de la fabricación, hasta el final del siglo XIX. En ese sistema un trabajador, o por lo menos un número muy reducido de trabajadores, tenía la responsabilidad de la manufactura completa del producto y, por tanto, cada trabajador podía controlar totalmente la calidad de su trabajo.
En los principios de la década de 1900 se progresó, surgió el supervisor de control
de calidad. Durante este periodo se pudo percibir la gran importancia del arribo del concepto de factorías modernas, en las que muchos hombres agrupados desempeñan tareas similares en las que puede ser dirigido por un supervisor, quien entonces asume la responsabilidad por la calidad del trabajo.
Los sistemas de fabricación se hicieron más complicados durante la Primera
Guerra Mundial, e incluyó el control de gran número de trabajadores por cada uno de los supervisores de producción. Como resultado, aparecieron en escena los primeros inspectores de tiempo completo y se inició el tercer paso, que podemos denominar control de la calidad por inspección.
Este paso condujo a las grandes organizaciones de inspección en las décadas de
1920 y 1930, separadas de la producción y suficientemente grandes para ser encabezadas por superintendentes. Este programa permaneció en boga hasta las necesidades de la enorme producción en masa requerida por la Segunda Guerra Mundial, obligaron el surgimiento del cuarto paso de control de calidad, que se designa como control estadístico de calidad. En efecto, esta fase fue una extensión de la inspección y se transformó hasta lograr mayor eficiencia en las grandes organizaciones de inspección.
El quinto paso, el control total de la calidad. Cuando las empresas empezaron a
establecer una estructura operativa y de toma de decisiones para la calidad del producto que fuera lo suficientemente eficaz como para tomar acciones adecuadas en los descubrimientos del control de calidad, pudieron obtener resultados tangibles como mejor calidad y menores costos