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17 de Febrero de 2019 – Número 796

PARA BAJAR IMPUESTOS HAY QUE


GESTIONAR MEJOR EL IVA
El gobierno dispuso una reducción de impuestos distorsivos
para ciertos sectores de la producción. La baja es buena señal,
pero resulta insuficiente para salir de la recesión y riesgosa
para la meta del equilibrio fiscal. Mejorar la gestión del IVA es
la forma de salir de esta difícil encrucijada.
En respuesta a los reclamos de las entidades empresariales el gobierno nacional estableció
la reducción de las contribuciones patronales para un grupo limitado de sectores con fuerte
presencia en el interior del país. En concreto, se dispuso que los cultivos de frutas y
verduras y la elaboración de leche, huevos, pescados, aceite de oliva, bebidas y madera
tendrán un mínimo no imponible de $17 mil sobre el salario para la determinación de las
contribuciones patronales, en lugar de los $7 mil que rigen como regla general.
Bajar las imposiciones sobre los salarios va en el sentido correcto de recuperar condiciones
propicias para la producción y el empleo. Sin embargo, la reducción aparece como muy
acotada a la luz de la profundidad y extensión de la recesión. En paralelo, va en contra de
la meta de alcanzar el equilibrio fiscal. Esto explicita un dilema complejo. El objetivo de
equilibrar las cuentas públicas (cuestión esencial para bajar la inflación y dejar de aumentar
la deuda del Estado) impide extender a todos los sectores y con mayor profundidad la
reducción de impuestos distorsivos que incluyen no solo a las cargas sociales sino también,
entre otros, a los impuestos a las exportaciones y a los ingresos brutos.
¿Cuáles son las dimensiones financieras subyacentes en el desafío de promover la
producción y el empleo a través de reducir estos impuestos distorsivos? Según datos
publicados por el Ministerio de Hacienda para el año 2019 se proyecta recaudar:

 Por impuestos al trabajo (aportes y contribuciones a ANSES y PAMI) 6,6% del PBI.

 Por impuesto a las exportaciones se esperan recaudar 2,4% del PBI.

info@idesa.org - www.idesa.org – Tel. (54) - 11 - 4374 7660 / (54) - 351 - 427 1271
 Por impuesto a los ingresos brutos las provincias esperan recaudar 3,8% del PBI.
Estos datos muestran que los tres principales impuestos que conspiran contra la actividad
productiva representan casi un 13% del PBI. Por eso, resulta imposible reducir estos
impuestos para estimular la inversión, el empleo y las exportaciones sin entrar en
colisión con la meta de reducir el déficit fiscal. Esta disyuntiva es la que las entidades
empresariales parecen ignorar con sus demandas y de la que el gobierno no encuentra la
manera de salir. Ciertamente que la incidencia de los impuestos distorsivos impide salir de la
recesión. Pero estos impuestos generan una magnitud tan importante de recursos que
terminan resultando esenciales para la estrategia de llegar al equilibrio fiscal.
Salir de esta encrucijada es clave para no seguir acumulando frustraciones. Para ello
es necesario profesionalismo y audacia política a fin de generar los espacios fiscales que
permitan reducir impuestos distorsivos en magnitudes más acordes a las necesidades de los
sectores productivos. En esta dirección, la prioridad es innovar en la gestión pública con
especial atención en la organización y administración del sistema tributario.
Concretamente, según el Presupuesto 2019 se proyecta recaudar en concepto de IVA unos
7,8% del PBI. Según estimaciones de la CEPAL, considerando la alícuota general con que
se aplica el impuesto y el valor agregado de la economía, se estima que esta recaudación
efectiva equivale a aproximadamente la mitad de la recaudación potencial del impuesto. Esto
significa que, si se combatiera con eficacia la evasión, la elusión y las maniobras
legales que los contribuyentes realizan para pagar menos IVA, se podría recaudar
otros 7,8% del PBI en concepto de IVA. Esto es más de la mitad de impuestos distorsivos.
La modernización del IVA es un desafío ambicioso, pero posible y alcanzable en el corto
plazo. Un paso importante es rediseñar el monotributo, generalizando en todo el país su
unificación con Ingresos Brutos y tasas municipales y estableciendo reglas que morigeren
los incentivos a que los contribuyentes permanezcan espuriamente en él para evitar el
régimen general. El otro paso estratégico es la masificación de la factura electrónica y
pasar a la determinación unificada del IVA, Ingresos Brutos y tasas municipales desde
el Estado. Esto implica eliminar el esquema actual basado en declaraciones juradas de los
contribuyentes. Además de mejorar la recaudación, este cambio reduciría sustancialmente la
carga administrativa sobre los contribuyentes.
Impuestos distorsivos e IVA

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