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¡El Señor Jesucristo es la Persona más maravillosa en todo el universo de Dios!

Él está sentado a la

derecha de Dios Padre, y toda la gloria de Dios reposa sobre Él. ¡Él está en el trono del universo de

Dios!

Conocer la maravillosa Persona que es Jesucristo y amarle con todo mi corazón, causa gozo a Su

corazón. Jesús no es una “fuerza”. ¡Él es una persona! Él quiere ser mi mejor Amigo y el más especial. Él

desea que yo disfrute de Él y Él quiere disfrutar de mí, del modo que los mejores amigos disfrutan uno del

otro.

El modo de disfrutar del Señor Jesús es amándolo con todo tu corazón y ponerlo en primer lugar en tu

vida. Una joven muchacha llamada Amanda había aprendido este secreto. Ella dijo: “Yo siempre lo pongo a

Él en primer lugar en mi vida. Yo hablo mucho con Él. Realmente le amo, y Él me ama aún más. No me

puedo imaginar vivir sin Él”. Todos en el cielo aman y alaban al Señor Jesús. Yo amo y alabo a Jesús

también. Hay tres razones por las cuales yo le amo mucho:

1- Le amo por lo que Él hizo por mí. Él sufrió y murió en la cruz para que yo pudiera ser perdonado

de mis pecados y pudiera pertenecerle. La Biblia dice que Cristo: “se presentó una vez y para

siempre por el sacrificio de sí mismo, para quitar de en medio el pecado” (Hebreos 9:26).

2- Le amo por lo que Él es. Como el Hijo de Dios, Él mismo es Dios; y aun así Él es Hombre—el

Hombre Jesucristo a Quien conocemos y amamos. Cuando pienso en quien soy yo, y Quien Él es,

me asombra que Él me ame tanto, y que haya venido a vivir en mi corazón.

3- Yo le amo porque Él me ama. Aunque el es “el Señor de Gloria” y exaltado al lugar más alto en el

cielo, Jesús conoce y ama a cada uno de nosotros con un amor real y personal. La Biblia

dice: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”(1 Juan 4:19).
Antes que yo conociera al Señor Jesús como mi Salvador, yo estaba separado de Dios, viviendo para

mí mismo, y haciendo lo que yo quería. Dios rara vez estaba en mis pensamientos.

¡Entonces una cosa asombrosa sucedió! Jesús me atrajo hacia Él mismo. Yo no era mejor que los

demás, pero Jesús me escogió y me salvó.

¿Por qué Jesús me escogió? ¡Me escogió, porque Él me ama! ¡Él me conocía y me amaba aún antes que

yo naciera! Esto es asombroso, pero es verdad. El Señor dice: “…Con amor eterno te he amado; por tanto

te prolongué mi misericordia” (Jeremías 31:3).

¿Qué significa “redimir” a una persona? Significa rescatarla al pagar un precio. Antes que el Señor me

salvara, yo era un esclavo de Satanás. Yo estaba en el reino de las tinieblas de Satanás. Pero Jesús me

amó tanto que me redimió.

¿Cuál fue el precio que el Señor Jesús pagó para redimirme? El precio fue su propia vida. Sobre la cruz Él

dio su vida por mí. Él derramó su preciosa sangre para que mis pecados pudieran ser perdonados de todos

y perteneciera a Él. Puedo decir con el apóstol Pablo: “…vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se

entregó a sí mismo por mí”.

¿Cuál fue el propósito de Jesús al redimirme? Su propósito era que yo le perteneciera. Cuando tú

compras algo, te pertenece. El Señor Jesús me “compró” al dar su vida por mí. Ahora yo pertenezco a Él.

La Biblia dice:

“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestros cuerpos y en vuestro

espíritu, los cuales son de Dios” (1 Corintios 6:20).


El Señor Jesús es el Gobernador de Dios sobre todo el universo. Él tiene todo poder en el cielo y en la

tierra. Aunque es exaltado al lugar más alto en el cielo, el Señor Jesús me ama tanto que Él quiere mi

compañía. Él quiere que yo pase tiempo con Él cada día, leyendo su Palabra y orando a Él.

¿Te gustaría que te dijera un secreto? Es este: ¡El Señor Jesús está enamorado de ti! Tú no te puedes

haber dado cuenta, pero Él te ama con todo su corazón. Estas son algunas formas en que tú y yo podemos

mostrar amor al Señor Jesús:

Muestro mi amor por Jesús al darle el mejor regalo que yo le puedo dar a Él. El mejor regalo que yo le

puedo dar es el regalo de mí mismo. Aunque yo le pertenezco, Él no hace que yo me de a mí mismo a Él.

Él desea que yo decida hacerlo porque lo amo.

 Yo muestro mi amor a Jesús al obedecerle. ¡Los creyentes son obedientes! Jesús dijo: “Si me

amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Si yo verdaderamente amo al Señor, No haré

cosas que le ofendan.

 Yo muestro mi amor por el Señor Jesús al pasar tiempo con Él. Jesús nos pregunta: “¿Me

aman lo suficiente para pasar tiempo conmigo cada día, leyendo mi Palabra y hablando conmigo?”

 Muestro amor por el Señor Jesús al esperar su regreso. Esta es la “Bendita Esperanza” de los

cristianos—que algún día Jesús regresará para llevarnos con Él y estaremos con Él por la eternidad.

La Biblia dice que nosotros debemos estar siempre: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la

manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:13).

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