El origen de la creatividad y su conexión con la innovación
Michael Leatherbee
2017
La creatividad, el emprendimiento y la
innovación son fenómenos concretos
que son estudiados por académicos de
manera muy rigurosa. Sin embargo,
dado que son conceptos que han sido
rápidamente asimilados por ciudadanos
y sociedades de distintas partes del
mundo, muchas veces estos términos se
han usado con extrema informalidad. El
entusiasmo y la falta de tiempo para
comprender en profundidad estos
fenómenos han inducido a que no exista
un entendimiento preciso acerca de lo
que significa cada concepto.
Cuando aconsejo a personas y empresas
en temas de innovación, con frecuencia
me encuentro con un problema de
lenguaje. Por ejemplo, muchas personas
creen que creatividad es lo mismo que
innovación. Entonces, cuando les hablo
acerca de gestión de innovación,
piensan que estoy hablando acerca de
una actividad de lluvia de ideas (o
brainstorming). Es como confundir el
concepto de "cuerpo" con el concepto de
"persona" (lo primero es una parte de lo
segundo). Imagínate lo
contraproducente que puede ser
entender erróneamente que se te esté
pidiendo tener un "cuerpo íntegro"
cuando en la realidad se te esté pidiendo
ser una "persona íntegra".
La confusión a la que hago alusión es
entendible. Creatividad,
emprendimiento e innovación son
términos que se han usado con extrema
informalidad en el último tiempo.
Muchas personas que hablan de
innovación desconocen (o ignoran) las
diferencias entre estos tres fenómenos.
Más aún, ocupan los términos de las
partes que la componen de manera poco
rigurosa. Por ejemplo, frecuentemente
se habla de “innovación” para describir
una idea “creativa”, cuando en la
práctica la creatividad es un elemento
contenido dentro del fenómeno de la
innovación.
El propósito de esta clase es ayudarte a
tener un entendimiento riguroso—
basado en conocimiento científico—de
las partes que componen la innovación.
Así podrás articular más rigurosamente
tus ideas, debatir con mayor seriedad
las ideas de otros, y transformar más
eficazmente la organización en la que
trabajas.
Creatividad
La creatividad es el instante en que un
individuo se ilumina con una idea
previamente inexistente en su mente. Es
un instante, en el sentido que ocurre
como un "¡aha!" donde de repente uno
se da cuenta de la existencia de una idea
que puede llegar a ser particularmente
útil para algo. Es decir, no es un
proceso, como lo es la invención, la
innovación o el emprendimiento. Es
importante reconocer que la creatividad
es un acto intrínsecamente individual,
porque ocurre en la mente de la
persona. Sin embargo, la actividad
creativa (el acto de inducir a que la
mente piense en ideas previamente
inexistentes) puede ser estimulada por
el entorno.

Por ejemplo, una actividad de
brainstorming o lluvia de ideas es
particularmente útil para inducir a que
la mente trabaje en la construcción de
ideas previamente inexistentes.
Conversaciones con otras personas
también pueden ser particularmente
útiles para recibir información que no
está previamente disponible en la
mente, y que puede servir para inspirar
la creación de nuevas ideas. Como estos
ejemplos, existen muchas técnicas que
sirven para activar el proceso creativo.
Básicamente, lo que hacen es inducir al
cerebro a pensar de manera no-lineal. Es
decir, activar la función del cerebro que
es capaz de juntar pedazos de
información que típicamente no están
cerca entre si. Por ejemplo, los conceptos
"gato" y "perro" están cercanos dentro
de nuestro cerebro, en comparación con
la distancia entre "comida" y "estrella".
Un ejemplo de proceso por medio del
cual el cerebro es inducido a pensar de
manera no-lineal es el dormir. Muchas
veces uno se duerme sin poder resolver
un problema, pero al despertar la
respuesta aparece casi como magia. Lo
que sucede en estas instancias es que el
mecanismo lineal o lógico del cerebro es
acallado (descansa), lo cual permite que
comience a trabajar el mecanismo no-
lineal del cerebro.
Para que nuestra mente pueda producir
ideas creativas, deben generarse tres
condiciones simultáneas: motivación,
experticia y técnicas de pensamiento
divergente (ver figura 1). La motivación
es fundamental, ya que si el ser humano
no está motivado por un tema
específico, la mente simplemente no
gastará energía para pensar en dicho
tema. Por esto, la motivación es el
principal motor de la creatividad. Ahora
bien, existen dos tipos de motivación:
intrínseca y extrínseca. La motivación
intrínseca es aquella que mueve a la
persona a hacer una determinada
actividad, por el placer que le genera
hacer dicha actividad. Por ejemplo, la
motivación de andar en bicicleta por el
placer que genera el andar en bicicleta.
Por el contrario, la motivación
extrínseca es aquella que mueve a la
persona a hacer una determinada
actividad, por el placer que le genera el
resultado de dicha actividad. Por
ejemplo la motivación de subirse a una
bicicleta estática por el placer de estar en
buen estado físico (no por el hecho de
andar en una bicicleta estática en sí
genere placer). Es así que una persona
puede ser motivada a pensar
creativamente asignándole una tarea
que es entretenida para ella (motivación
intrínseca), o ofreciéndole un bono
monetario en caso que sea creativa en
una tarea que en sí no la motiva. Como
es de esperarse, ser movido por
motivaciones intrínsecas o extrínsecas
generan distintos resultados.
Figura 1: Fuente Teresa Amabile (1996)
El segundo ingrediente indispensable
para la creatividad es la experticia. Es
decir, la información que nuestras
mentes tienen a partir de los distintos
aprendizajes que hemos tenido a lo
largo de nuestras vidas. Si uno no es
experto en un tema en particular, es
difícil poder realizar conexiones
novedosas usando conceptos existentes
si ni siquiera se cuenta con los conceptos
para comenzar. Por ejemplo, sería muy
difícil para un historiador descubrir la
estructura del ADN. Sin embargo, la
experticia en ámbitos distintos si puede
ser particularmente valioso a la hora de
generar ideas novedosas, ya que, por ser
una visión muy distinta a la del experto,
se puede mirar el problema desde otra
perspectiva.
El tercer ingrediente son las técnicas
para fomentar el pensamiento
divergente. Muchas veces la rutina
diaria conduce nuestras mentes a lo
largo de caminos que se han recorrido
muchas veces. Esto lleva a que la mente
no cuente con nueva información que
podría juntarse con la información
existente en formas novedosas. Por ello,
se hace particularmente útil inducir a
que nuestra mente piense de manera
divergente o no-lineal, mediante
técnicas u herramientas (como las
lluvias de ideas, el cuestionamiento del
statu quo, y la dedicación temporal a
asuntos que no están vinculados al tema
sobre el cual se está tratando de ser
creativo).
Al entender la creatividad de la manera
descrita anteriormente, uno puede
comenzar a imaginar políticas para
administrar la creatividad (tanto
individual como de terceros). Una
política es una acción que se realiza para
modificar el statu quo. Es decir, en la
ausencia de una política, las cosas
seguirían su camino natural. Si uno
quisiera cambiar ese camino, puede
inventar una política para cambiar la
trayectoria natural. Una buena política
es aquella que permite lograr los
resultados esperados. Por ejemplo, si
supiéramos que las variables X e Y están
relacionadas, tal que un aumento en la
variable X hace que aumente la variable
Y, entonces, asumiendo que uno
quisiera más de Y, una política útil sería
aquella que hace aumentar el X con el
propósito de aumentar el Y. El problema
es que muchas de las políticas que se
inventan no son útiles (o incluso pueden
ser destructivas). Por ejemplo, si uno
cree (erróneamente) que más de X lleva
a más de Y, pero en la realidad más de X
lleva a menos de Y, entonces inventar
una política que aumenta X tendrá el
efecto opuesto al esperado. Por esta
razón es muy importante comprender
los mecanismos que subyacen los
fenómenos de interés. Es decir, si
sabemos que la motivación o la
experticia son factores claves para
mejorar la creatividad, podremos
inventar más exitosamente políticas
para fomentar la creatividad. De lo
contrario, si no conocemos los
mecanismos subyacentes, nos
arriesgamos a inventar políticas inútiles
o destructivas simplemente por falta de
conocimiento acerca de cómo funciona
el mundo.
Invención
A diferencia de la creatividad, la
invención es un proceso. Es una serie de
tareas y esfuerzos que lleva a la
creatividad un paso más allá. Es la
materialización de la idea en algo
concreto. Puede ser una cura para el
cáncer, una obra de arte nunca antes
vista, o una patente descrita en un
informe. En otras palabras, la invención
implica tomar la idea que fue
conceptualizada en la mente y
materializarla en algo concreto, que se
puede compartir con otras personas.
Sin embargo, no todos los inventos son
útiles. Existen muchos inventos que no
sirven para nada. Por ejemplo, el simple
hecho de patentar un invento no
significa que ese invento sea útil.
Simplemente significa que nadie lo ha
inventado antes.
Esta distinción es muy importante,
especialmente a la hora de diseñar
políticas para fomentar la innovación. Si
uno no reconoce que los inventos
también pueden ser inútiles, uno podría,
sin darse cuenta, diseñar una política
que induzca a aumentar el número de
patentes inútiles entre sus empleados.
Por ejemplo, uno podría diseñar una
política que entregue un bono
monetario por cada patente aceptada.
Esto induciría a que los empleados
trabajen arduamente para inventar
nuevas cosas, pero no implica
necesariamente que estén inventando
cosas útiles. Es decir, sería una política
inútil.
Ahora bien, incluso si un invento
tuviese el potencial de ser útil, no basta
inventarlo para que sea valioso. Hay
muchas patentes que son
potencialmente muy útiles que nunca
son puestos a disposición de la
humanidad. Están "guardadas en un
cajón". Basta ver la cantidad de patentes
que nunca se han implementado. Para
transformar un invento útil en una
innovación, se requiere
emprendimiento.
Emprendimiento (escalable)
El emprendimiento es la administración
de recursos necesarios para capturar
una oportunidad determinada. Hay dos
elementos claves en esta definición:
recursos y oportunidad. Los recursos
pueden ser financieros, recursos
humanos, capital social o contactos,
prestigio, conocimiento, credibilidad,
propiedad intelectual, etc. Las
oportunidades pueden ser grandes o
pequeñas. Sin una oportunidad, todo
esfuerzo por administrar recursos será
completamente inútil. Más aún, para
tener un emprendimiento escalable, es
necesario comenzar con una
oportunidad muy grande (ver definición
de "oportunidad" más abajo).
Es importante notar que el
emprendimiento puede materializarse
en la creación de una nueva
organización, o en la implementación de
una nueva iniciativa dentro de una
organización ya existente (i.e., intra-
emprendimiento). En otras palabras, es
una forma de pensar y hacer que
trasciende las formas organizacionales
mismas.
Innovación
La innovación es más que invención o
emprendimiento. Es la suma de ambas,
sin exclusiones. Se requiere de algo
novedoso (un invento) y de la
administración de los recursos
necesarios para tomar dicho invento y
ponerlo al servicio de las personas—
para que las personas puedan
“consumirlo”. Un invento por sí sólo
puede tener el potencial de resolver un
problema importante. Sin embargo, si
no existe el emprendedor o
emprendedora que tome ese potencial y
gestione los recursos necesarios para
que esa solución llegue al mercado
donde otras personas puedan
comprarlo, nunca será una innovación.
En definitiva, la innovación es invención
más emprendimiento.
uno comienza. Si la oportunidad que se
escoge es grande, esto llevará el
emprendimiento a lo largo de un
camino muy distinto a que si la
oportunidad que se escoge es pequeño.
Al fin y al cabo, el esfuerzo que uno
coloca para emprender una oportunidad
grande y chica es básicamente el mismo.
Por lo tanto, conviene mucho más
escoger una oportunidad grande.

Oportunidad
Las oportunidades de emprendimiento
surgen cuando se logra imaginar una
solución para un problema
determinado. Esta conexión cognitiva se
denomina “nexo problema-solución”. Si
bien pueden existir muchos nexos
problema-solución, sólo aquellos nexos
donde el costo de la solución sea menor
que el valor del problema se pueden
considerar como oportunidades de
emprendimiento. En otras palabras, el
precio que debe estar dispuesto a pagar
la persona que tiene el problema debe
ser mayor al costo de entregarle la
solución. Si no existe esta diferencia a
favor de quien provee la solución, no
será posible sostener el emprendimiento
en el tiempo.

Las oportunidades varían en su

potencial de creación de valor. Cuando
la diferencia entre el costo y el precio es
pequeña, no hay mucha creación de
valor. En cambio, cuando la diferencia
es grande, la creación de valor puede ser
sustancial. En otras palabras, mientras
más grande la diferencia entre el precio
del problema y el costo de la solución,
más grande la oportunidad. Esto es
crucial a la hora de emprender, ya que
no da lo mismo con qué oportunidad