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EL AMOR NO SE TRATA DE OBLIGAR A QUE TE AMEN

Mike J. Gonzales P.

El amor no consiste en obligar a que la otra persona te ame, en el sentido de forzar mediante una serie
de artimañas y actos desesperados para que te vean con otros ojos. Más bien, implica actos de respeto,
de cordialidad, de aprecio, de gestos amables y caballerosos, que buscan, en primera instancia, cortejar
a una mujer para que ella decida de igual manera si corresponderá a esos cortejos. En caso que los
rechace, es responsabilidad del varón no recurrir a actos desesperados y respetar su decisión ante una
respuesta concreta que la otra parte pueda haber expresado. Ahora, tanto el varón como pretendiente,
y la mujer como pretendida, deben tener en claro que todo esto no es un juego. En este sentido, un
hombre decide a cuantas mujeres pretender; si pretende a varias al mismo tiempo, no es serio. De igual
manera, una mujer decide por cuantos hombres se dejará pretender; si se deja pretender por varios al
mismo tiempo, tampoco ella está siendo seria. Así que, la seriedad sobre estos asuntos es coherente con
los principios bíblicos, pero “forzar” el amor no es lo es. En un matrimonio no se trata de “forzar” a que
las cosas mejoren, sino más bien, uno debería hacer todo lo posible para ser ese esposo y esa esposa
que Cristo nos llama a ser, negándose a sí mismo por el bienestar del ser amado, respetándose
mutuamente, valorándose mutuamente, perdonándose mutuamente, apreciándose el uno al otro, entre
otras acciones loables. Un varón no debe “forzar” a una mujer a que se fije en él. Si alguien te gusta,
crees y ves indicios de que ella muestra ser una mujer de Dios, cortéjala como un hombre de Dios, y si
ella decide tajantemente no corresponder, pues ya sabes lo que debes hacer. Si una mujer, explícita o
implícitamente, logra que termines avergonzado, subyugado o subordinado a sus caprichos, ten por
seguro, que esa mujer tiene un serio problema de orgullo y ego, y que está lejos de ser una mujer de
Dios. Una mujer de Dios, cuida los corazones de sus hermanos. Una mujer que le gusta ver a hombres
arrastrándose por ella jamás te respetara como novio ni como esposo.

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