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Los experimentos nazis más crueles

–¿Cómo puede conciliar eso con su juramento hipocrático como médico? –Preguntó la
doctora Ella Lingens-Reiner al señalar las chimeneas.

–Desde luego que soy médico y mi cometido es preservar la vida. Y en la consideración


a la vida humana, extirparía un apéndice gangrenoso de un cuerpo enfermo. El judío es
un cuerpo gangrenoso en el cuerpo de la humanidad –respondió el médico nazi Fritz
Klein.

A lo largo de la historia de la humanidad se han realizado innumerables crímenes cuyo


dolor difícilmente se puede explicar con palabras. Incontables libros se han escrito sobre
las atrocidades que ocurrieron en distintas épocas. Se ha hablado y se han documentado
hechos históricos como la Segunda Guerra Mundial, este periodo comprendido entre
1939 y 1945 y en el que murieron más de 60 millones de personas. El Holocausto fue
una época oscura para la humanidad. Durante el periodo del Tercer Rich se vio a la raza
aria como superior, mientras que la judía era un mal con el que había que terminar.
Adolf Hitler fue el hombre responsable de la muerte de más de 11 millones de personas,
en su mayor parte judíos, pero también comunistas, discapacitados, entre otros.

Mucho se ha dicho sobre los campos de concentración, esos guetos tan terribles que
albergaron a todas las personas que el régimen nazi consideraba como indeseables.
Auschwitz es un claro ejemplo de la explotación del hombre, de lo que su hermano
puede hacer porque se niega a verlo como tal. Porque tiene un pensamiento distinto, lo
que resulta intolerable para aquellos hombres que se niegan a aceptar la diversidad
cultural y racial del mundo.

Durante el régimen nazi se cometieron incontables crímenes, entre ellos los realizados
por científicos y médicos. La experimentación nazi tenía dos grandes finalidades: buscar
la fabricación y mejora de una raza única (aria) y solucionar problemas surgidos durante
la Segunda Guerra Mundial. Para la primera se realizaron experimentos que tenían que
ver con la esterilización, eutanasia y eugenesia. Mientras que para la segunda se
buscaba mejorar la resistencia al frío, así como a la altitud [1]. Para llevar a cabo los
experimentos se utilizaron a los prisioneros. Así, los campos de concertación se
convirtieron también en centros de experimentación; en grandes laboratorios en los que
nunca faltaban cuerpos para explorar y torturar.

Josef Mengele fue un oficial alemán de la SS en el campo de concentración de


Auschwitz, y quien, además de encargarse de seleccionar a las víctimas que morirían en
las cámaras de gas, realizó terribles experimentos con prisioneros.

El comandante en jefe de la SS, Heinrich Himmler, fue uno de los responsables de


ordenar la matanza de millones de personas, entre ellas judíos, homosexuales,
comunistas, enfermos mentales, etc. Desde el inicio Himmler estuvo muy interesado en
la experimentación, por ello ordenó que todos los experimentos debían ser consultados
con él antes de iniciar.
Experimentos con gemelos

La eugenesia o manipulación genética fue uno de los mayores intereses de los nazis. Y
se creía que los gemelos eran la opción ideal para descubrir más sobre la genética.
Según Otmar von Verschuer, biólogo y preocupado con el “higiene racial”, la
investigación con gemelos era el “método soberano para la investigación genética con
humanos”. Con estas pruebas se buscaba encontrar las similitudes y diferencias en la
genética de los gemelos. Josef Mengele fue el hombre encargado de liderar estos
experimentos. Más de 1500 pares de gemelos fueron sometidos a pruebas y sólo 200
sobrevivieron. Mengele fue seleccionado como el médico principal de Auschwitz por
haber realizado un estudio en el que según él, la raza de una persona podía identificarse
por la forma de la mandíbula.

Para llevar a cabo los experimentos, los gemelos eran separados por edad y sexo. Luego
eran encerrados. Los experimentos iban desde inyecciones con químicos en los ojos
para ver si así podían cambiar de color, hasta coser a dos gemelos para “crear”
siameses.

Experimentos con trasplantes

La finalidad de estos experimentos era la de estudiar la regeneración de músculos,


nervios y huesos. Para ello, se realizaron trasplantes de huesos y se extrajeron músculos
y nervios; todo sin anestesia. Este tipo de experimentos se realizaron en el campo de
concentración de Ravensbrück. La mayoría de las víctimas quedaron mutiladas o
discapacitadas, además que muchas murieron.

Experimentos de esterilización

Desde 1941 hasta 1945, se realizaron experimentos de esterilización sobre todo en


Auschwitz y Ravensbrück. La finalidad era la de esterilizar a millones de personas en
poco tiempo y con poco esfuerzo. Además de estos experimentos, como parte del
programa de esterilización compulsiva, el gobierno nazi esterilizó cerca de 400,000
personas. Los prisioneros recibieron inyecciones que contenían yodo y nitrato de plata,
mismas que causaron dolor abdominal y cáncer cervical. Para evitar eso, los pacientes
fueron tratados con radiación.

Entre las enfermedades de la época que acababan con las tropas alemanas en el campo
de batalla estaban la malaria, tuberculosis, fiebre, hepatitis tifoidea. Por ello, la segunda
clase de experimentos buscaba combatirlas.
Experimentos sobre malaria

En el campo de concentración de Dachau se realizaron investigaciones para tratar la


malaria. Lo que se hacía era tomar prisioneros, quienes eran infectados con mosquitos o
inyectados con extractos de una glándula mucosa de mosquitos. Lo que se buscaba era
que los prisioneros contrajeran la enfermedad para luego aplicarles diversas drogas y
ver cuál era más eficaz. Más de 500 personas murieron a causa de este experimento.

Experimentos sobre el tifus, viruela, cólera y difteria

En Buchenwald se realizaron experimentos para investigar la fiebre y su posible


solución. Los prisioneros fueron inyectados con la bacteria del tifus, lo que ocasionó la
muere de más del 90% de las víctimas. Otros prisioneros fueron vacunados con
sustancias químicas, para después de algunas semanas ser inyectados con gérmenes de
fiebre. El resto eran infectados sin protección previa para comparar los resultados.
También se realizaron experimentos con viruela, fiebre amarilla, cólera, difteria, etc.

Experimentos para combatir la hipotermia

Con estos experimentos se buscaba encontrar la mejor manera de combatir la


hipotermia. Como los soldados podían estar horas a temperaturas considerablemente
bajas, tratar la hipotermia era importante para los nazis. Estos experimentos fueron
dirigidos por la Luftwaffe, fuerza aérea de Alemania, así como por los comandantes de
Dachau y Auschwitz. Los prisioneros eran colocados en agua a una temperatura entre
los 2.5 y 12ºC; eran vestidos con el uniforme aéreo y con o sin casco [2]. Para medir la
temperatura corporal se insertaba una sonda en el recto. En algunos de los estudios se
dejaba a los prisioneros hasta por tres horas en el agua y en otros se sumergía la parte
posterior de la cabeza.

Con los experimentos se lograba ver a qué temperatura el prisionero moría, y el tiempo
que había estado en el agua. Además se buscaba saber cómo resucitar mejor a la persona
luego del congelamiento. El médico de la SS, Sigmund Rascher, publicó los resultados
obtenidos en la conferencia médica “Problemas médicos surgidos del mar y el invierno”
en 1942.

Experimentos con gas mostaza y fosgeno

En los campos de concentración de Natzweiler y Sachsenhausen, los prisioneros eran


sometidos a gas mostaza y fosgeno para probar posibles antídotos. Lo anterior para
evitar que los soldados nazis murieran en combate a causa de estos.
Experimentos con veneno y bombas

Para investigar el efecto de distintos tipos de veneno, entre 1943 y 1944 se realizaron
diversos experimentos en el campo de concentración de Buchenwald. Los venenos se
colocaban en la comida de los prisioneros, por lo que no sabían que estaban siendo
envenenados. Las víctimas morían como consecuencia del veneno aunque a veces eran
asesinadas para realizar la autopsia.

También se realizaron experimentos en este campo para ver el efecto de algunos


fármacos en las quemaduras con fósforo. Las quemaduras se realizaban a prisioneros
con sustancias que se extraían de bombas incendiarias.

Muchos de los prisioneros que fueron sometidos a experimentos, murieron durante las
pruebas y otros tantos fueron asesinados después para ver el efecto tras la muerte. Los
pocos que sobrevivieron quedaron marcados de por vida. Algunos mutilados y otros con
discapacidad de por vida; pero todos con un trauma psicológico que no se podía
comparar con nada.

Después de que la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin en 1945, muchos médicos
fueron llevados a juicio. El código de Núremberg fue el resultado de las disputas entre
médicos que establecieron que debía existir un consentimiento voluntario de los
pacientes, debía evitarse el dolor y el sufrimiento.

Lamentablemente el dolor nunca podrá desaparecer por completo; aun después de la


muerte de la mayoría de aquellos que vivieron las atrocidades del Holocausto, las
lágrimas derramadas han formado ríos tan grandes que ni el paso del tiempo logrará
secar.

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