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La telenovela: La mujer como receptora en la historia de la

paraliteratura, del melodrama a la ficción televisiva actual. Estereotipos y


problemáticas en América Latina (México y Brasil)
Roselis Batista R.
Si llorar puede ser un placer que mejor que ofrecer a las que se adaptan mejor
al llanto – o sea, la mujer – ese placer. Eso podría ser la introducción de un
estudio de la radionovela, ya que empezó allá y fue un cubano que, escribió
“llorar es un placer”, pero podría perfectamente explicar que la radionovela es
la madre de la telenovela, que las novelas por entrega es su abuela, que el
melodrama es su bisabuela, o algo así, aunque hayamos brincando algunos
peldaños como la novela ____________, como la fotonovela, al final la
paraliteratura puede ser en episodios o no. ¿Qué es y para qué sirve la
telenovela?
La telenovela es un género en general mal visto por los estudiosos de la
literatura y aún de la paraliteratura, como todo género hay ejemplares mejores
y peores; es una ficción para la televisión – como su nombre lo indica – y ella
surge en la década de los 60 en el siglo XX; se ha caracterizado como género,
con una estructura muy semejante a la radionovela, pero con algunas variantes
de contenido debido a la presencia de la imagen. Aunque existen formas
semejantes en otros continentes (Como la soap opera en EU, la miniserie en
Brasil, las series en varios países de 4 a 6 episodios en Francia o en Rusia,
España, etc. Las series que duran años y son repetitivas, o sea, con el mismo
personaje para el episodio es diferente y no una continuación del anterior,
ejemplos: Colombo, Sex and the City, Maigrot, etc.), es en América latina que
sobresale.
Es importante tener en cuenta que se trata de un género paraliterario y
como tal – “para”: “lo que está a lado de” “lo que se asemeja pero no es” en el
caso de la literatura – ya nació con un defecto, con una falla, que del lado de lo
popular, de lo oral, de los temas más universales – y banales – de lo cotidiano –
del discernimiento barato, del momento de pausa de una labor, por lo general
dura y pesada, por no exigir un público especial – la telenovela es democrática:
analfabetos o universitarios la pueden ver ya que leer no es un exigencia, y en
fin, un género que hace uso de la exacerbación de los sentimientos (melodrama)
para poner a su receptor en suspenso y así tomarlo como un fiel consumidor de
este producto de masa. Quizá deberíamos haber dicho “receptora”,
“consumidora”, ya que sabemos que el género, considerado pobre, es más bien
dirigido a la mujer.
[Por que la paraliteratura, una literatura menor ¿será por esta razón que
un blanco sea al público femenino, la mujer de cualquier edad? Es eso, entre
otras cosas, lo que pretende elucidar más en este trabajo, sobre todo en lo que
se refiere a la telenovela de 30-35 años atrás pero que sigue vigente; también
los estereotipos femeninos que hay en la narrativa y en la recepción. ¿hasta qué
punto esos estereotipos son válidos, o más bien, tienen una relación estrecha,
fantasmagórica y real con lo que pasa en la sociedad que produce este tipo de
ficción]. Además, es necesario aclararles desde un principio que la telenovela
tiene la pretensión de poseer un lado pedagógico, para el bien o para el mal, y
si se lo transmite es el elogio y la exaltación del status quo, es eso, lo que ella
quiere que se perpetúe, estando a lado de políticas gubernamentales de
conducción del pueblo de X país, volveremos a ello.
Otra temática relevante hoy en día es la modernización de la telenovela
que abarca los temas de la violencia del feminicidio y el narcotráfico. El tema
más variado aquí según la época y el género paraliterario, es el de la violencia,
ésta existió en el melodrama (teatro de melodrama) donde la víctima era, en
principio, la heroína salvada por el héroe, y que terminaba siempre “virgo
intacta, y aunque surja sólo por momentos, apareció en la novela por entregas,
en la radionovela, siempre han existido ladrones, bandidos pero sin más otra
excusa que ofrecer a la protagonista la ocasión de subrayar sus capacidades; y
al protagonista su valor y su fuerza; o simplemente para alargar la narración.
Volveremos a la violencia, que antes eras más doméstica ma non troppo.
El tema del Amor ocupaba el núcleo de la telenovela. Pero no cualquier amor,
sino el poderoso que abrirá todos los caminos y vencería todos los obstáculos.
Ejemplos: donde le amor no está en el centro: “O Salvador da Patria” (Brasil);
“Por estas calles” (Venezuela).
El tema de la función principal de la mujer: casarse por amor, tener hijos y ser
siempre fiel, el tema de la ABNEGACIÓN de la madre, de la renuncia a su
propia felicidad, de aceptar el sufrimiento. Allí entran todas las madres: solteras,
casadas, viudas, de casa grande o de casa chica, etc. Y cuando ella no sufre y
no se entrega de cuerpo y alma a sus hijos, es mala.
El tema de la moral oficial, del machismo (suavemente castigado) de las clases
sociales, donde todo pasa por un maniqueísmo atroz que es casi tan divino como
el mismo Dios, de la religión cristiana, mucho más invocado en las telenovelas
de México, que en las de Brasil o de otros países (Argentina, Colombia). El
protagonista masculino acostumbra ser económicamente fuerte, o casi de eso
no se habla, pero se supone que vive bien o viene de una familia casi siempre
abastada, cuando mucho, su profesión es citada: Médico, Abogado, Ingeniero,
Heredero de tierras, etc. Pero por lo general, el surge en el ámbito doméstico
(AB) donde la o las rivales de la heroína aparecen, físicamente o virtualmente.
Aquí viene el tema del ODIO entre mujeres (VIDEO ROSALINDA). El tema
del feminismo se presenta casi nunca.
En esta lista de temas señalamos que la gran mayoría pertenece a un tipo de
telenovela, la Tradicional-Romántica y hay un segundo tipo que clasificamos
de Realista-Moderna, en la tesis doctoral sobre el tema de la representación de
la mujer en la telenovela mexicana y brasileña. En los dos tipos de telenovela
(1989-1992) no encontramos el tema del feminicidio ni de la violencia
consentida (solamente “inducida” en la telenovela mexicana) mientras que el
tema del narcotráfico es algunas veces mencionado en una telenovela brasileña:
“O Salvador da Patria”, pero es fuera de Brasil, y no se ve ninguna escena de
violencia; ésta es sobre todo mencionada. La escena del asesinato que ocurre,
se da por problemas locales de la ciudad donde se pasa la intriga, y no es por
razones de tráfico de droga sino por motivos políticos y algo posicionales.
Tanto en una, tradicional-romántica, como en la otra, realista-moderna;
encontramos la cuestión de los estereotipos, de los cuales hablaremos en un rato.

En la división sexual de la sociedad vamos a tener el lado objetivo y


subjetivo, y el tema del Amor, que pertenece a este último y que acostumbra ser
mucho más importante para la mujer que para el hombre, imperó durante
décadas, haciendo de la mayoría de los héroes y galanes, lo que tenían su vida
financiera resuelta – de allí eran buenos partidos – sin embargo, hoy día la
ambición por tener muchísimo dinero parece suplantar el tema del Amor, que
antes y siempre había sido el tema principal.
Eso conlleva a la videncia fatalmente que implica, a su vez, una
banalización de la muerte, ésta sugiere que hay que aprovechar la vida al
máximo, pasando por arriba de todos, torturando si es necesario, hablando,
matando a quienes contraríen sus objetivos. Eso desplaza en gran parte a la
mujer receptora que ya no se identifica con los personajes femeninos – sólo si
acepta la frialdad y la indiferencia de las mujeres narcotraficantes, de bandidos,
de criminales – y eso por su vez, atrae otro tipo de público – que antes decía no
existir para la telenovela, el público masculino (Es el caso de “El señor de los
cielos’’ y no es sorprendente que sea una telenovela patrocinada por un canal
americano (Telemundo) y que junte a los especialistas del tráfico de drogas, los
colombianos, con los mexicanos para que aprendan más rápido, volveremos a
ese tema).
PERSONAJES, ESTEREOTIPOS, RECEPCIÓN (en la paraliteratura, en el
siglo XX y hoy día)
Los personajes de telenovela son estereotipados, y la clasificación de los
estereotipos en cualquier tipo de literatura por el francés Hamond, nos lo
confirma. El estereotipo, sin embargo, siempre aparece, es inevitable en la
telenovela, funciona como un elemento necesario al proceso de identificación.
Análisis psicológicos están, por lo general, ausentes de esta producción – es así
que en Esmeralda, por ejemplo, guapa – porque hay mujeres guapas – ciega –
porque hay mujeres guapas y ciegas – gentil y amable – porque hay jóvenes
guapas, ciegas, gentiles, amables, aprende rápido aunque sea pobre, es
desgraciada, víctima de los malos, desprotegida, ingenua se enamora de un rico,
guapo e inteligente heredero – en fin en el paulatino proceso de identificación
del público femenino con lo que ve en la pantalla le alimenta la ilusión de que
aquellos “milagros’’ son posibles. Por lo general las encuestas contestadas por
una relación más estrecha entre la credulidad y la falta de instrucción, aunque
no siempre (ejemplo: jóvenes muchachas de la favela de Rio de Janeiro han
dicho que lo que pasaba en la telenovela casi nunca era cierto y que ellas no lo
tomaban como ejemplo para solucionar sus problemas personales. Como dijo
Félix Caignet el autor cubano de “El derecho de nacer’’ de 1948, hay que regalar
sueños, regalar a las mujeres que tienen largas horas de trabajo doméstico
diario, y ningún otro entretenimiento. Pero hay también un buen porcentaje de
público femenino que confunde la realidad con la ficción, como por ejemplo,
en la versión brasileña de Teresa la 1ra (en México con Salma Hayek), una
mujer que le dio una cachetada a la actriz que interpretaba a Teresa.
El público nunca fue mayoritariamente femenino en el teatro del
melodrama francés, cuyas representaciones antes y después de la Revolución
Francesa, llevaba a militares, comerciantes e incluso hombres nobles a los
espectáculos. El prolifero escritor de melodramas, género paraliterario y muy
popular, Pixere Court, decía: “J´écris por ceux qui ne savent pas liré’’ (escribo
para aquellos que no saben leer), puesto que a finales del XVII y XVIII pocos
sabían leer (Court fue propuesto para figurar en la Academia Francesa de
Letras, pero nunca lo aceptaron, aunque, dicen, tenía más de una centena de
melodramas) – nobles incluidos – el éxito de su obra era inmenso, y es probable
que el público masculino fuese mayor que el femenino.
En el caso de las novelas por entrega en Francia, por ejemplo, era la regla
que una persona que sabía leer se pusiera en el centro de un grupo por las
noches, a leer para todos los que se ponían a su alrededor el folleto capítulo de
la semana. El público no era nada más femenino, y algunos escritores famosos
empezaron con la paraliteratura que eran esas novelas por entrega, como Balzac,
por ejemplo, el público de la paraliteratura, como vemos era en un principio, no
marcado por el sexo, sino por la sencillez enredada de historias contadas con
situaciones comunes a la mayoría de los humanos, pero ubicados en el medio,
la ciudad, el país y la época en que vivían.
La radionovela va a marcar muy claramente que era una producción
consagrada a la mujer: la que lavaba, planchaba, hacía la comida, trapeaba,
limpiaba todo el tiempo, sus tareas se vuelven más intensas – aburridas con
aquellas historias con las cuales se identificaban.
América Latina no es como dice el comentarista Álvaro Cueva (Sangre
de mi sangre), en su libro: el cotinente que está unido por el melodrama. Como
ya señalamos que le melodrama ya existía en varios países europeos mucho
antes del aparecimiento de la telenovela. El melodrama puede ser visto como
un elemento o técnica narrativa, utilizada para exagerar una situación que pasa
por un tipo de drama; parece un pathos pero este nunca es logrado, de allí una
“cacería” iterativa y constante.

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