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Introducción
En el marco del Proyecto Facebook y a partir del principio de “comprender desde el uso”,
nos dispusimos a desmontar y comprender el éxito de esta red social constituyéndonos, a la vez,
como usuarios y analistas. De este modo, llevamos a cabo las mismas prácticas que estudiamos:
localizamos nuestra investigación dentro de Fecebook, analizamos nuestra propia experiencia como
usuarios, y expresamos nuestros resultados en formatos afines al lenguaje de la Web 2.0, tales como
presentaciones audiovisuales, publicaciones textuales en blogs y foros de debate, y
videoproducciones.
Por otro lado, en una indagación preliminar sobre los dispositivos y prácticas dentro de
Facebook, observamos que una gran cantidad de ellos se orientan a que los usuarios hablen sobre
ellos mismos. Es decir, a construir una especie de narrativa multimedia e instantánea sobre sus
propias vidas, presentes y pasadas. Nos interesaron entonces todos los aspectos relativos a la
“construcción del yo” (Bruner, 2003) dentro de la red social, y de qué manera éstos se imbricaban y
se vinculaban con la construcción de la identidad y la subjetividad de los usuarios. Dimos el nombre
de dimensión Identidad al abordaje de estos aspectos.
Otro punto visiblemente fuerte de Facebook es que las prácticas que allí se desarrollan se
orientan más a la participación del usuario en la producción de contenidos, modalidad por otro lado
coherente con los principios de la Web 2.0 (Cobo Romaní, 2007), que en las centradas en su
consumo, modalidad mayormente vinculada a los medios de comunicación audiovisuales o gráficos.
Este cambio en la producción de contenidos y en el rol de los usuarios instala la tensión entre la
posibilidad de una nueva lógica de producción cultural o la subordinación del usuario, ahora
devenido en productor, a las lógicas impuestas por los medios masivos de comunicación. La
dimensión Participación indaga las particularidades del usuario productor en el interior de
Facebook.
En las siguientes páginas presentamos las hipótesis de trabajo y las conclusiones parciales de
las cinco dimensiones de análisis.
Dimensión Arquitectura
La arquitectura permite o prohíbe. También consolida, establece, los límites entre lo público
y lo privado, entre lo prohibido y lo permitido. La arquitectura de una red social implica
limitaciones impuestas "desde arriba" de ese "jefe" que "construye" los parámetros mediante los
cuales los habitantes podrán circular y convivir en ese espacio. Nuestro análisis intenta por un lado
identificar estos límites, y por otro detectar posibilidades de transformación y de superación de los
mismos. Nuestro análisis se centró en tres conceptos: interfaz, contenidos y circulación.
Scolari (2004) define la interfaz como un conjunto de procesos, reglas y convenciones que
permiten la comunicación entre el hombre y las máquinas digitales”. El autor distingue entre dos
tipos de interfaz: la transparente y la opaca. Una interfaz transparente es una interfaz que no se ve.
Por otro lado, llamamos “opacidad” a todo aquello que se interpone entre el sujeto y la interfaz,
aquello que la vuelve más visible, haciendo más difícil nuestra relación con las máquinas digitales.
A simple vista, la plataforma de Facebook es tan sencilla de utilizar que inmediatamente las
operaciones se vuelven transparentes. Esto ocurre con todas las formas tecnológicas de vida (Lash,
2005), con los celulares, los autos, las computadoras. Hay elementos en FB que hacen que la
interfaz pase casi desapercibida y sea más accesible, y que otros la sacan a la luz. La mayor parte
de los elementos más transparentes tienen que ver con la individualidad del sujeto, como ser la foto
de cada perfil, la información personal, el recuadro “qué estoy pensando” o el muro propio.
Por otro lado, Facebook como plataforma es un lugar que da diversos espacios para ser
llenados con contenido variado. Más allá de algunas adaptaciones que el usuario pueda hacer a su
gusto o fines específicos, estos espacios no son maleables ni versátiles, sino que muy por el
contrario hablamos de áreas predeterminadas y preconfiguradas. Cuando actualizo mi estado,
usando la herramienta que ocupa el lugar central de mi perfil, digo qué estoy pensando: soy
netamente autorreferencial. Eso no implica que no se genere una interacción con otros usuarios,
pero la misma tendrá la particularidad de darse a partir de lo que “yo digo” o de “lo que yo
pienso”. En cambio, otras aplicaciones de corte mayormente heterorreferenciales ocupan lugares
menos visibles, se encuentran en zonas mas opacas de la interfaz. Aunque en el caso de Facebook
no es el usuario el que decide la visibilidad de las herramientas que más usa, sino que es algo dado
ya por la interfaz. La misma no es estática, sino que ha tenido ya varios rediseños, los cuales no han
sido ni casuales ni inocentes. Entonces la interfaz es la que prioriza algunas herramientas sobre
otras. En Facebook el espacio central está reservado para la autorreferencialidad, Entonces, la
prioridad la tendrán el muro, el “¿qué estás pensando?”, las fotos y los videos. Por otra parte, las
herramientas que apelan a la heterorreferencialidad ocupan un evidente segundo plano. Un claro
ejemplo es el de los grupos, que solo tienen un pequeño ícono azul y negro en la barra de
herramientas al final de la pantalla. Con esto no queremos decir que la plataforma impida o dificulte
la construcción de comunidades, grupos o redes, sino que el modo de construirlas es muy particular:
el objetivo pareciera ser diferenciarse de los foros y otras plataformas similares, para formar
comunidades a partir de la suma de egos.
Asimismo, todas las herramientas conducen a que la información circule con distintos fines.
Identificamos cuatro modos de circulación información. Denominamos al primero “puerta a
puerta”. Tiene lugar a través del uso de eventos, avisos, recomendaciones, notas, el muro y algunas
aplicaciones. El emisor hace llegar información a muchos destinatarios pero de manera
personalizada. Llamamos “colectivo” al segundo tipo, identificado con la circulación ocurrida en lo
grupos y páginas de fans. Aquí la información circula hacia varios usuarios miembros de un mismo
colectivo. No aparece en el inicio y circula de modo pull , ya que el usuario tiene que ingresar a ese
grupo para enterarse las novedades. En tercer lugar, denominamos “barrilete” al tipo de circulación
que observamos en posteos de videos, álbumes de fotos, publicidad y algunas aplicaciones como los
tests. Los usuarios las envían, las publican, salen en todos los inicios y quedan como a la
expectativa de que otro usuario las comente, se sume o interactúe con ellas. Por último,
identificamos un tipo de circulación de ámbito privado, persona a persona, a la que denominamos
“boomerang”, y que tiene lugar en el chat y la bandeja de entrada del correo electrónico.
Dimensión identidad
Entonces, si suponemos que FB es una plataforma que refuerza lazos con personas que ya
conocemos nos preguntamos ¿qué novedad aporta al conjunto de tecnologías de información? FB
nos da la posibilidad de contar nuestra vida fácilmente, públicamente y masivamente. Lo que
hacemos en Facebook es hablar de nosotros, de nuestra vida, de nuestros lazos sociales e
institucionales, pero no de un modo preexistente, sino de un modo constructivo: no damos cuenta de
una identidad anterior, sino que la construimos allí, en el uso, en la interacción con los dispositivos
y con los usuarios, de un modo dinámico y cambiante, a partir de diferentes lenguajes, y en la
interacción con los otros. La importancia del nombre real es una pieza fundamental que une
fuertemente al mundo off line con el mundo on line. En esa construcción, realizamos un proceso de
selección de lenguajes, de imágenes, de contactos, de información a publicar, de aplicaciones que
utilizar, que constituyen nuestro perfil de usuario pero que hacen mucho más que eso: en ese
proceso de selección narramos nuestra vida, eligiendo algunos materiales y descartando otros. Es en
ese proceso de selección donde desplegamos como usuarios una narrativa y una estrategia de
construcción de identidad. La narrativa se da en el proceso de contar nuestra vida a partir de
diferentes tipos de lenguajes y prácticas tecnológicas, y la estrategia en su proceso de selección.
En este tipo de relatos, el yo interior se manifiesta en las memorias, las creencias, los
sentimientos. En Facebook, la interioridad del yo se refleja, por ejemplo, a través del
microblogging, en el que el usuario expresa a sus contactos su estado de ánimo. También los
quizzes y test exteriorizan algunos aspectos interiores de nuestro yo. Asimismo, el yo exterior se
proyecta a partir de fotos y videos, en los que los usuarios se muestran, en general, en situaciones
deseables y aceptadas. Pero tanto en uno como en otro caso, los usuarios construyen estrategias
basadas en reforzar los aspectos aceptados socialmente y ocultar los no aceptados. Así, la tristeza o
la queja tienen poco espacio en los comentarios, los muros y los estados. En lo que refiere al uso de
la imagen, las fotos que se publican representan momentos felices, ausentes de todo conflicto. En
ellas pocas veces aparecemos solos, y los comentarios textuales a las imágenes son la mayoría de
las veces superficiales, sin detenemos en dejar lo que verdaderamente nos pasa.
Así como no hay yo sin otro, en Facebook nunca estoy solo. Mi perfil es un lugar social
entre mis “amigos” de distintos lados. Los roles del otro y de lo socialmente aceptado aparecen así
condicionando fuertemente la construcción de identidad. Las identidades son construidas
colectivamente o co-construidas en la suma de las interacciones con otros. La mirada del otro está
presente en diferentes posibilidades de la arquitectura: comentarios, tags, pulgares hacia arriba, la
opción “me gusta”. El comentario es el lugar de la mirada y la opinión, y también el comentario del
comentario. En la relación uno/otro, se dan un conjunto de interacciones interesantes y superadoras
de la dicotomía. Distnguimos tres tipos de relación entre la identidad y la alteridad. En primer lugar,
construyo mi yo para el otro. En Facebook no hay autismo: un perfil sin amigos sería invisible. En
segundo lugar, para ser yo, también tengo que ser otro: comento para que me comenten, miro para
que me miren. En tercer lugar, el otro construye mi yo: comenta en mi muro, me etiqueta en fotos,
sube fotos en mi perfil: elige, o no, mostrarme y mostrarse mostrándome.
En cambio, no encontramos en Facebook lugar para la polémica y el disenso. ¿Quién se
pelea muro a muro? Uno puede elegir la opción “ya no me gusta” para calificar un comentario,
pero lo interesante es que la arquitectura de FB invisibiliza la operación. En la actualización de
estado no aparece si a uno le deja de gustar algo. Por el contrario, la estrategia es la del refuerzo de
lazos: eso hacemos cuando usamos “me gusta esto” o “pulgares para arriba” lazos que se refuerzan.
La cuantificación también adquiere valor de refuerzo.
A su vez, los relatos del yo se insertan y toman elementos de la cultura en la que tienen lugar. La
idea de identidad es histórica y cambiante, lo que se supone es la identidad del sujeto se modela a
partir de los contextos culturales en donde la construcción de identidad tiene lugar. La identidad es
una expresión sobresaliente de nuestra cultura. Asistimos a un clima de época que revaloriza el
nombre propio: realities, blogs, vidas ajenas, biografías. Facebook es el espíritu de ese clima.
Además de ser un entorno en donde los usuarios construyen identidades, Facebook es el lugar por
excelencia donde se puede leer el concepto de identidad de la sociedad postmoderna. El criterio es
cuantitativo: cuantos más vean mi vida, mejor. Construimos nuestra identidad en Facebook, pero
Facebook construye el modelo de identidad socialmente aceptada en los tiempos que corren.
Dimensión Participación
A partir del análisis de los diferentes niveles de participación expuestos construimos una tipología
de usuarios. Pusimos en discusión la división de Pasivos/Activos, ya que el concepto de pasividad
es redefinido en FB: adherirse a un grupo supone ya un nivel mínimo de participación, de
identificación, conformada por el hecho de “ser parte” de ese grupo. Como señalaba un alumno: "si
me uno a un grupo, ya estoy expresando una opinión". Esta primera tipología fue armada en base a
las prácticas de los usuarios individuales, y comprende a los siguientes: adhiriente, comentador,
conversador, linker, productor y crítico. Llamamos usuario adhiriente a aquél cuya participación se
limita a “formar parte” o “pertenecer” a grupos o páginas de fans, lo cual, lejos de ser un mero
“estar por estar”, expresa ya una opinión o posicionamiento que construye su identidad como
usuario y la del grupo en cuestión. En el caso del usuario comentador o linker, su participación se
da especialmente en perfiles de usuarios, fotos, asociado a posteos de estado y en grupos o páginas
de fans. Es aquel que enriquece el contenido publicado por otros usuarios, agregando información
de contexto, opinión, etc. La denominación de linker se vincula con su rol social, ya que su
participación suele inducir a la participación de otros usuarios. Por otro lado, el usuario
recomendador se encuentra bastante próximo al caso anterior, pero su participación se caracteriza
por señalar, marcar, compartir su selección de contenidos producidos por otros usuarios
generalmente fuera de FB. En el caso del usuario productor, su participación supone producción
de contenidos en múltiples formatos, ya sea dentro de FB o fuera de él. Incluimos en esta categoría
a aquellos usuarios que diseñan una aplicación para FB. También identificamos al usuario crítico,
que es bastante cercano al anterior, ya que su participación refiere a/cuestiona las características de
la plataforma poniendo en juego lo que un alumno denominaba como “conocimiento estructural”,
adquirido mediante el uso de FB. Puede encontrarse básicamente en aquellos grupos que cuestionan
los cambios implementados en la interfaz. Al incluir a otros usuarios como emprendedores,
grandes marcas, instituciones, etc. aparece otro tipo de usuario, el conversador, llamado así porque
su participación saca provecho de las características propias de esta plataforma, buscando generar
un diálogo o conversación con los consumidores de una marca devenidos en prosumidores.
Como conclusión, postulamos que Facebook avanza hacia la autoconciencia entendiendo ésta
última como conocimiento estructural de la plataforma. El Proyecto Facebook es un ejemplo de
esta autoconciencia.
Dimensión Comunidades Virtuales
Dimensión convergencia
El concepto de convergencia cultural (Jenkins, 2008) sostiene nuestro análisis sobre la convergencia
en Facebook. Esta se apoya, a su vez, sobre tres conceptos: convergencia mediática, cultura
participativa e inteligencia colectiva. La convergencia mediática no es un punto de llegada, sino un
proceso en marcha que tiene lugar en varias intersecciones entre tecnologías mediáticas, industrias,
contenidos y audiencias (Jenkins, 2006). La convergencia mediática altera la relación entre
tecnologías, industrias y audiencias preexistentes. En ese contexto, los consumidores que forman
parte de la cultura participativa juegan un papel cada vez más decisivo en la construcción,
distribución y recepción de los contenidos mediáticos, pasando a ser pro-sumidores. En este sentido,
el consumo está abocado a la producción: consumir es comentar, opinar, participar. Planteamos que
en este escenario de convergencia siempre hay estrategias y tácticas, que no somos todos iguales,
quizás todos estemos en Facebook pero allí también hay grandes corporaciones y pequeños
“granitos de arena”. La cultura participativa se encuentra tensionada entre la subordinación a los
grandes medios y la producción de innovaciones pertenecientes a la cultura popular. Por último, el
concepto de inteligencia colectiva, que el autor retoma de Lévy (1999) refuerza la construcción
recíproca de conocimientos a partir de la comunicación desterritorializada y en tiempo real creando
nuevas comunidades de conocimiento voluntarias, temporales y tácticas. La inteligencia colectiva
resulta una fuente alternativa de poder mediático. La convergencia es en sí misma un concepto
desterritorializado: se produce en la mente de los consumidores individuales. Como individuos
conectamos los contenidos, somos los que los ponemos en relación, mediante las interacciones con
otros. En resumen, convergencia de medios, cultura participativa e inteligencia colectiva fueron los
conceptos que guiaron nuestra observación participante, que tuvo lugar en aquéllos espacios de
Facebook que permiten la participación colectiva, tales como grupos y páginas de fans.
A partir del análisis de páginas de deportistas y músicos, de fenómenos culturales relacionados con
la fanfiction, prácticas donde los fans de las series televisivas escriben sus propias ficciones, o de la
música electrónica japonesa, j-music, Facebook se nos presentó como un espacio convergente,
receptor de diferentes prácticas culturales, pero también como un espacio virtual complementario a
otros donde los usuarios centran sus prácticas e intereses culturales. La participación de los usuarios
es estos espacios no es demasiado activa, pero aportan a los procesos de identificación e identidad
virtual. Por consiguiente, el análisis de la convergencia, el todo, nos devuelve la imagen de la
identidad, el uno. Es claro que como soporte tecnológico, Facebook es una plataforma convergente.
Pero como práctica cultural, aporta más a la construcción de la identidad del usuario que a la
construcción de culturas convergentes. Estas tienen lugar en espacios virtuales preexistentes y
exteriores a Facebook.
Conclusiones preliminares
El trabajo realizado hasta el momento en el análisis de las diferentes dimensiones nos permite
establecer algunas conclusiones preliminares, en las que intentaremos integrar el análisis efectuado
en cada dimensión.
En Facebook, la arquitectura determina fuertemente el carácter de las prácticas sociales y culturales.
Si la arquitectura privilegia visual y constructivamente el perfil del usuario, se ejercen con mayor
frecuencia las prácticas asociadas a la construcción identitaria que a los entornos destinados a la
participación colectiva, tales como páginas de grupos o fans. En ese sentido, no puede decirse que
no haya sociabilidad en Facebook, sino que la misma se centra en la subjetividad del usuario, antes
que en intereses y conocimientos compartidos.
La participación activa en los espacios colectivos es baja, aunque es posible diferenciar diferentes
maneras de ponerla en práctica. Además, hemos señalado que el hecho de compartir la plataforma
con otros usuarios es una manera de participar vinculada estrechamente al consumo sea de bienes y
servicios, o del servicio que la misma plataforma ofrece.
Hemos observado también que la convergencia aparece fuertemente en Facebook, pero que la
misma se encuentra asociada tanto a la arquitectura, en el sentido en que convergen en ella
diferentes dispositivos tecnológicos, como a la construcción de identidad, en tanto los diferentes
dispositivos y lenguajes multimediales convergentes en la red social se orientan a ese propósito
antes que a la construcción de espacios colectivos de participación. De la misma manera, la
ausencia de debates, conflictos o transgresiones a las normas sociales parecen hablar de una
construcción subjetiva orientada a la mirada de otros, es decir, socialmente aceptable. La adhesión
a grupos, causas o páginas de fans parecen confluir también en la construcción de una identidad
virtual, y la posibilidad de construcción de una cultura convergente y participativa parece ser
todavía potencial. Por el contrario, la sociabilidad refirma los lazos fuertes de las personas,
remitiendo nuevamente a la construcción de la subjetividad. A falta de otros, los lazos fuertes
parecen ser los que mantienen la cohesión de la red, sus atractores, que se encuentran siempre fuera
de ella.
Referencias bibliográficas
Ellison, N. B., Steinfield, C., & Lampe, C. (2007). “The benefits of Facebook "friends:" Social
capital and college students' use of online social network sites.” Journal of Computer-Mediated
Communication, 12(4), article 1. http://jcmc.indiana.edu/vol12/issue4/ellison.html
Fidler, R (1998) Mediamorfosis. Comprender los nuevos medios. Buenos Aires, Granica.
Jenkins, H (2006) Fans, Bloggers, and Gamers: Exploring Participatory Culture New York: New
York University Press.