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UNIVERSIDAD NACIONAL

AGRARIA LA MOLINA
Facultad de Agronomía-Departamento Académico de Horticultura

FRUTICULTURA GENERAL

Tema: Aplicación de ácido giberelico para la producción de


fruto sin semilla en “Anona cherimola”.

Curso: Fruticultura General

Grupo: *

Integrantes:

 Ccanchi Santiago, Daniela Hillary (20151016)


 Donayre Martinez, Manuel Isaac (20151029)
 Lucero Rafael, Victor Antonio (20151052)
 Ore Ramirez, Lizbeth Milagros (20151061)
 Pacheco, John
 Ruth

Profesor de Prácticas:
Ing. Bautista

Año : 2019
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA
FACULTAD DE AGRONOMIA
Departamento de Horticultura

CONTENIDO:

I. INTRODUCCIÓN

La chirimoya es considerada una de las frutas más deliciosas del genero


Annona, muy agradable de consumir por su suave textura, característico aroma
y sabor, generando una gran aceptación como fruta comercial. Sin embargo,
presenta un serio inconveniente, posee un gran número de semillas (12 semillas
en 100gr de pulpa). (Pino,2008), lo que genera un gran rechazo por el
consumidor. Por todas estas problemáticas, se empezó a implementar ideas, las
cuales buscaban cubrir la problemática ya mencionada. La propuesta de una
investigación fue la de obtener frutos de chirimoya sin semillas, con tamaño
adecuado para el consumo individual de las personas, sin variación respecto a
sus características organolépticas, permitiendo ofrecer al consumidor un
producto que satisfaga sus necesidades.

Debido a sus características es una fruta cultivada en países como Chile, Perú,
Ecuador, Bolivia, Estados Unidos, España y Sudáfrica entre otros. Siendo
España uno de los principales productores. En Perú, la zona de producción está
en los departamentos de Lima, Cajamarca, Piura, Junín y Apurimac.En Lima, la
zona donde más se produce chirimoya es Santo Toribio de Cumbe, Huarochirí y
la localidad de Callohuanca.

En Sudamérica, Chile está considerado dentro de los principales países


productores de chirimoya a nivel mundial. En los últimos años las técnicas de
cultivo en chirimoyo han experimentado gran cantidad de variaciones;
aumentando la densidad de plantación, mejorando los sistemas de conducción,
creando un nuevo concepto de poda con centros de producción frutal y se ha
innovado perfeccionando las técnicas de conservación de la fruta en post
cosecha. Siendo las variedades Concha Lisa y Bronceada las más usadas en el
país sureño. Además, a nivel de productor se hace atractiva la posibilidad de
obtener chirimoyas partenocárpicas, si disminuyen los costos de producción del
cultivo, específicamente de polinización manual, o se obtiene un mayor ingreso
que la fruta tradicional al no poseer semillas, como también desarrollar un
proceso eficiente que concentre las aplicaciones de reguladores de crecimiento
y no requiera de mano de obra continua.

Por otro lado, en países asiáticos como Japon, se han realizado trabajos con
reguladores de crecimiento en chirimoyos donde la producción de fruta sin
semilla es posible, similar a una polinización artificial. También se sabe del uso
de giberelinas para producir partenocarpia en otros frutales como vid, perales y
en algunas hortalizas.
Esta técnica de producción de fruta partenocárpica contribuye a la extensión del
cultivo y del mercado de chirimoyas, ya que la fruta sin semillas inducida por
reguladores de crecimiento puede llegar a ser de excelente calidad.

En recopilaciones de investigaciones se pudo obtener resultados significativos,


en producir frutos partenocarpicos en frutales con aplicaciones de ácido
giberelico. En el siguiente cuadro se presenta algunos. (Saez,2016).

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Figura n°1: Uso de giberelinas de síntesis para obtener frutos partenocarpicos,


en distintas especies y variedades de frutales en uno de los países
exportadores de Sudamérica.

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II. OBJETIVOS

OBEJTIVOS GENERALES:

 Determinar el efecto de la aplicación de reguladores de crecimiento como el


ácido giberelico en la obtención de frutos partenocarpicos de chirimoyo.

OBJETIVOS ESPECIFICOS:

 Evaluar el número de frutos de chirimoyo totales obtenidos con el uso de


reguladores de crecimiento.
 Evaluar el número de frutos partenocarpicos obtenidos con el uso de ácido
giberelico.
 Establecer la viabilidad de la aplicación de un regulador de crecimiento para la
obtención de frutos partenocarpicos.
 Evaluar la factibilidad practica-económica de aplicaciones de reguladores de
crecimiento.

III. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

3.1 Morfología del chirimoyo (forma botánica del fruto)

3.2 Factores climáticos y edáficos del cultivo

3.2.1 Factor climático

3.2.2 Factor edáfico

3.3 Floración (cuajado y amarre)

3.4 Polinización (dicogamia)

3.5 Fases de fecundación

3.6 Etapa de cuajado del fruto

3.7 Reguladores de crecimiento (Ácidos giberélicos y citokinas)

3.8 Factores hormonales implícitos en la partenocarpia que influyen en el

cuajado y amarre

3.9 Partenocarpia

3.9.1 Tipos de partenocarpia

3.9.1.1 Partenocarpia natural

3.9.1.2 Partenocarpia artificial

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3.9.1.3 Partenocarpia por mutaciones natural

3.10 Situación de la chirimoya en el Perú

3.10.1 Has del cultivo en el Perú

3.10.2 Principales variedades cutivadas

3.10.3 Cantidad (tn) que se exporta

3.10.4 Cantidad (tn) para el mercado nacional

3.1 Morfología del chirimoyo (forma botánica del fruto)

3.2Factores climáticos y edáficos del cultivo

3.2.1 Factor climático

El chirimoyo, debido a su origen semitropical, requiere climas templados, siendo muy


sensible a las heladas en crecimiento activo y plena vegetación. En condiciones tropicales
sólo prospera en alturas superiores a 600 m sobre el nivel del mar, dónde la temperatura y
la humedad no son excesivamente altas (Gardiazábal y Rosenberg, 1993).

Se encuentra adaptado a un clima subtropical fresco, con temperatura media entre 14 y


23°C, según la latitud y la estación. Por debajo de 14°C la calidad del fruto disminuye
marcadamente. Se puede decir que las temperaturas entre 15 y 25°C definen el óptimo de
crecimiento, siempre que no haya limitaciones en el aporte hídrico (Guirado et al., 2003).

Este frutal es muy sensible a las temperaturas extremas, a 2°C se producen daños
importantes en hojas, frutos y tallos. También se producen daños considerables cuando se
alcanzan en verano los 33°C, a esta temperatura la calidad del polen disminuye y sus efectos
negativos se dejan sentir durante varios días. El cuajado del fruto se ve seriamente afectado
cuando la temperatura media máxima supera los 29°C, también se produce la caída de
frutos recién cuajados, así como quemaduras en hojas y frutos muy expuestos al sol
(Guirado et al., 2003).

Se ha comprobado, que las altas temperaturas del verano, principalmente en los meses de
diciembre, enero y febrero, traen consigo bajas en la producción del chirimoyo. Esto
+posiblemente se debe a que las altas temperaturas acentúan la dicogamia de esta especie,
o el calor genera una menor humedad relativa del ambiente, lo que provocaría un

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desecamiento de los pistilos de la flor, disminuyendo el tiempo de receptividad del estado


femenino (Gardiazábal y Rosenberg, 1993).

Debido que el chirimoyo es una especie susceptible a las bajas temperaturas, sólo prospera
bien en climas templados. Por otro lado, según Ibar (1986), no se debe tener la plantación
de chirimoyos en lugares expuestos a vientos marinos o vientos fuertes y se recomienda
una humedad atmosférica relativa media entre 50 y 70%.

Para una buena polinización, es precisa una temperatura de 16 a 20°C, lo cual confirma los
pocos frutos obtenidos de las floraciones iniciales cada temporada cuando la temperatura
ambiente es baja. (Guirado et al. 2003) señalan que los vientos continuos durante la
floración del chirimoyo disminuyen el cuajado de los frutos y también, influyen
negativamente en el crecimiento vegetativo de los árboles. Además, el viento afecta en la
formación de los árboles de chirimoyo, en invierno los vientos muy fuertes son capaces de
soltar y arrancar árboles nuevos e incluso adultos (Gardiazábal y Rosenberg, 1993).

3.2.2 Factor edáfico

El chirimoyo es poco exigente en suelos, desarrollándose desde pesados a muy ligeros,


aunque los mejores resultados se obtienen en los suelos de tipo franco, con buen nivel de
materia orgánica y buen drenaje. Tolera cierta alcalinidad, vegetando bien en suelos con
pH 7,5-8,5 y hasta un 30% de carbonatos (Guirado et al., 2003).

Sin embargo, se ha observado que los árboles de chirimoyo logran un máximo desarrollo y
producción, en suelos arenosos y bien aireados, decreciendo su vigor a medida que los
suelos se hacen más densos. El pH del suelo más adecuado sería entre 6,0 y 7,5 (Gardiazábal
y Rosenberg, 1993).

3.3Floración (cuajado y amarre)

Las flores del chirimoyo son hermafroditas, poco aparentes, aromáticas y colgantes. Son
producidas en ramillas desarrolladas en la misma temporada de crecimiento vegetativo,
crecen opuestas a una hoja, solitarias o en grupos. La mayoría de las Annonas se
caracterizan por ser dicogamas y protogineas, lo que explica, la mala cuaja y la obtención
de frutos de peso reducido y deformes (Gardiazábal y Rosenberg, 1993).

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Fisiológicamente las flores, pese a ser completas, presentan maduración de los sexos a
destiempo, fenómeno que se conoce como dicogamia y que para el caso de esta especie,
es del tipo protoginea, es decir madura primero la parte femenina (Cautín, 1988).

La dicogamia del chirimoyo provoca que el cuajado natural sea frecuentemente errático,
especialmente en zonas ventosas. Existen grandes áreas dónde sólo cuajan del 1 al 2% de
las flores (Guirado et al., 2003).

El hábito dicogamico de esta especie es el responsable del bajo porcentaje de polinización


y fertilización de flores. Los estigmas permanecen receptivos durante todo el período en
que la flor esta en estado femenino. En cambio, a medida que se acerca el momento que la
flor muestra su apertura total para iniciar el estado masculino, un gran número de pistilos
dejan de ser receptivos (Gardiazábal y Rosenberg, 1993).

Se ha visto que la antesis o apertura floral comienza desde la parte superior de la copa de
los árboles hacia abajo y desde la periferia hacia el interior (Gardiazábal y Rosenberg, 1993).

La flor de chirimoyo permanece abierta durante unas horas, diferenciándose los siguientes
estados florales: flor cerrada, flor en estado pre-hembra, flor en estado hembra y flor en
estado macho (Guirado et al., 2003).

La flor una vez alcanzada el estado hembra en su segundo día, pasará a estado macho, tanto
si continúa en el árbol como si es separada del mismo. Estas flores cambian de estado
durante el día, de las 13:00 h a las 14:00 h suele pasar de estado pre-hembra a estado
hembra, y de las 16:00 h a las 18:00 h de estado hembra a estado macho (Guirado et al.,
2003).

Según Schroeder (1943), la fase receptiva dura de 2 a 7 h. Además, señala que esta fase se
acorta bajo condiciones de alta temperatura o baja humedad. Sin embargo, con las nuevas
técnicas de cultivo hoy en día esta fase ha aumentado considerablemente.

Finalmente, se ha observado que transcurren de 4 a 7 meses desde el cuajado de la flor


hasta la maduración del fruto, según el cultivar y la temperatura media del ambiente
(Guirado et al., 2003).

Los frutos, en general, se ajustan a dos modalidades de crecimiento de acuerdo con su


aumento progresivo de tamaño, desde la cuaja hasta lograr su pleno desarrollo. Unos
crecen siguiendo una curva sigmoidea simple, mientras que otros lo hacen ajustándose a
una sigmoidea doble, como la chirimoya (Razeto, 1999).

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3.4Polinización (dicogamia)

La polinización es el proceso de transporte de los granos de polen desde los estambres


(órganos masculinos) al pistilo (órgano femenino) de la flor. Una vez que el grano de polen
cae sobre el estigma, es hidratado por el líquido estigmático, comienza a germinar y
desarrolla el tubo polínico, el cual penetra a través del estilo y fecunda el óvulo, originando
la semilla del fruto (Razeto, 1999).

Según Saavedra (1977), los insectos raramente visitan las flores de chirimoya en Chile, lo
cual sugiere que esta polinización entomófila sólo juega un rol secundario.

Aunque no se conocen con exactitud los insectos polinizadores del chirimoyo en los Andes
centrales, se cree que la polinización es realizada por coleópteros. Es probable que no se
hayan introducido en las nuevas regiones productoras de Chile. El chirimoyo fue
introducido por semilla, lo cual impidió la importación conjunta del insecto polinizador. Las
especies autóctonas se han mostrado incapaces, en la mayoría de los casos, de garantizar
una polinización suficiente en las nuevas áreas de cultivo (Soria et al., 1990).

Schroeder (1941) señala que la fisiología de la flor hace muy dificultosa la autopolinización
debido a que este frutal muestra dicogamia del tipo protoginea, lo que significa que los
pistilos han dejado de ser receptivos cuando se difunde el polen.

La polinización artificial, a pesar de constituir una práctica lenta y tediosa, puede resultar
viable en frutales con problemas naturales de polinización, cuya fruta es de alto valor. En la
mayoría de las especies frutales, la presencia de semillas es indispensable para que el fruto
cuaje, crezca y madure. De modo que, si no hay polinización y posterior fecundación de los
óvulos, la flor o el frutito pequeño aborta y cae. Incluso, en aquellos que tienen varias o
muchas semillas, el tamaño que logra el fruto es proporcional al número de semillas
presentes. Esto ocurre en la chirimoya (Razeto, 1999).

Por otro lado, el fruto del chirimoyo corresponde a un sincarpio procedente de una sola
flor, formado por un conjunto de pistilos unidos, constituyendo una estructura sólida. Para
que el fruto tenga un tamaño y forma adecuada, deben ser polinizados todos estos pistilos.
Es por ello que la polinización artificial frente a los problemas descritos, surge como una de
las normas de manejo de mayor importancia en la producción comercial (Cautín, 1988).

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El mayor inconveniente de la polinización artificial es la gran exigencia de mano de obra,


lo que constituye más del 40% de los costos de producción del cultivo (Soria et al., 1990).

3.5Pasos de fecundación

Según Usman et al. (1999) los sucesos de polinización y fecundación dependen de que
algunas señales transportadas por el polen sean reconocidas por receptores específicos
ubicados en el pistilo. Además, para que la fecundación tenga lugar, debe darse una serie
de pasos que incluyen la hidratación del grano de polen, su germinación, la penetración del
tubo polínico en el estigma, su elongación a lo largo del estilo, la entrada del tubo polínico
al óvulo y la liberación de dos núcleos espermáticos dentro del saco embrionario, dando
lugar a la fertilización y formación del cigoto.

Según Herrero y Dickinson (1981), el crecimiento del tubo polínico a través del estilo es
heterótrofo, esto es, a expensas de las reservas del tejido, por lo que cualquier reducción
en la disponibilidad de estas reservas puede afectar el número de tubos polínicos en el
estilo o su tasa de crecimiento. La velocidad de crecimiento del tubo polínico; fluctúa entre
900 y 1000 μm·día-1, alcanzándose el saco embrionario en 48 horas. Una importante
particularidad observada durante el crecimiento de los tubos polínicos y en la fecundación
de los óvulos del chirimoyo, es su aporogamia (Strassburger, 1974), fenómeno derivado de
una disfunción del micrópilo y que le obliga a alcanzar el saco embrionario rodeando la
cálaza y penetrando por ésta lo que contribuye a dificultar el cuajado espontáneo en esta
especie.

3.6Etapa de cuajado del fruto

Al final del proceso de floración se inicia la formación de la semilla y del fruto, comenzando
un importante proceso fisiológico de la fructificación de los frutales que es el proceso de
desarrollo del fruto (Urbina, 2002). El cuajado es el primer paso en el desarrollo del fruto;
se establece durante y poco después de la fertilización, es el proceso que marca la
transición del ovario de la flor a fruto y equivale en general a un estadio en que el ovario ha
duplicado su diámetro (Agustí, 2008; Mcatee et al., 2013; Kumar et al., 2014). Este paso
supone la iniciación de un crecimiento rápido de los tejidos del ovario; si dicho crecimiento
no se inicia, o cesa una vez iniciado, el ovario se desprende y, por tanto, no cuaja (Agustí,
2008).

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El cuajado tradicionalmente se ha atribuido a la acción de tres hormonas, auxinas,


giberelinas y citoquininas las cuales juegan un papel importante en la regulación del
cuajado. Individualmente, cualquiera de estas reguladoras de crecimiento vegetal solo
puede iniciar el desarrollo de la fruta hasta cierto punto; sin embargo, se ha encontrado
que su aplicación combinada induce el crecimiento normal del fruto incluso en ausencia de
fertilización, conocido como partenocarpia (Urbina, 2002; Mcatee et al., 2013). El desarrollo
de la fruta generalmente se desencadena por la fertilización del óvulo y requiere
coordinación entre las semillas desarrollo y el crecimiento y la diferenciación del ovario
para albergar las semillas. Los reguladores de crecimiento vegetal son conocidos por
sincronizar estos dos procesos, pero el papel de cada hormona y el mecanismo por el que
interactúan son aún desconocidos (Dorcey et al., 2009).

Según Agustí (2008), tras la fecundación o el estímulo partenocárpico del ovario, éste inicia
su desarrollo hasta convertirse en fruto maduro. Esta transición tiene lugar en fases
sucesivas, con características bien definidas, pero variables en duración según las
condiciones ambientales, las especies y las variedades.

El mismo autor acotó a que el crecimiento acumulado de un fruto sigue una curva sigmoide
o, en algunos casos, doble sigmoide. En ella se distinguen tres fases: un período inicial
caracterizado por la división celular (fase I), seguido de un período de alargamiento celular
(fase II), y un período final en el que el fruto cesa prácticamente en su crecimiento y madura
(fase III).

En algunos frutos, los que poseen el endocarpo duro (hueso), la transición de la fase I a la
fase II se caracteriza por presentar un estado intermedio en el que el crecimiento del fruto
se detiene, al mismo tiempo que se lignifica el endocarpo; esta fase sin crecimiento es la
que da lugar a una curva doble sigmoide.

Según Razeto (1999) los frutos de chirimoyo se ajustan a dos modalidades de crecimiento
de acuerdo con el aumento progresivo en tamaño desde el amarre hasta su pleno
desarrollo. La chirimoya crece siguiendo una curva doble sigmoidea, al igual que el durazno,
damasco, ciruela, cereza, kiwi, uva y aceituna. González (2007), citado por Rodríguez
(2013), afirmó que el chirimoyo presenta tres fases de crecimiento, en el cual se presenta
una primera fase de crecimiento rápido del fruto, que ocurre aproximadamente entre los
21 y 56 días después de la polinización; después de dos meses, el crecimiento del fruto es

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menor durante unos 40 días, considerando este como la segunda fase. La tercera y última
fase, de crecimiento rápido, se inicia en torno a los 100 días después de polinización
extendiéndose hasta su recolección. En cambio, Saavedra (1979) precisa que la primera
fase de crecimiento del fruto tendría una duración entre 110 a 140 días después de la
antesis; la segunda fase se prolongaría por 30 a 50 días y la tercera fase de 90 a 100 días.

Ensayos realizados por Páez (1985), citado por Herrera (2005), en 15 cultivares de
chirimoyo, le permitieron determinar que las curvas de crecimiento en base al diámetro
ecuatorial y diámetro polar a partir de los 71 días después de polinizado se ajustan a una
curva doble sigmoidea, para todas las variedades se aprecia que tanto el diámetro
ecuatorial y diámetro polar manifiestan dicha tendencia en el crecimiento.

La misma fuente precisó en el cultivar “Concha Lisa” valores de la relación de diámetro


ecuatorial con diámetro polar de 0,99 y 1,03 respectivamente, resultando muy cercanos al
equilibrio entre ambos diámetros, señalando una tendencia hacia una forma esférica en los
frutos.

3.7Reguladores de crecimiento (Ácidos giberélicos y citokinas)

3.8Factores hormonales implícitos en la partenocarpia que influyen en el cuajado y

amarre

3.9Partenocarpia

La partenocarpia es un fenómeno por el cual las flores pueden producir frutos sin haber
sido fecundadas y, por lo tanto, sin semillas. Es un carácter genético que se manifiesta en
muchas especies, total o parcialmente, y con diferente grado de unas variedades a otras,
incluso, excepcionalmente. Está influenciado también por las condiciones ambientales y
hormonales (Urbina, 2002).

Según Urbina (2002), no todos los frutos sin semilla son partenocárpicos, ya que después
de ser fecundadas las flores e iniciarse el desarrollo del embrión puede producirse su
aborto, y, por lo tanto, no tienen la semilla desarrollada; aunque sí haya tenido un
desarrollo inicial de los tegumentos, lo que también puede suceder en los frutos
partenocárpicos que presentan una pequeña "semilla" sumida. Asimismo, no serán
partenocárpicos los frutos procedentes de la fecundación cuyas semillas han sido dañadas
por las heladas y, sin embargo, se ha conseguido forzar su desarrollo con la aplicación de
reguladores de crecimiento vegetal.

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3.9.1 Tipos de partenocarpia

Los frutos sin semillas o partenocárpicos pueden ser obtenidos a través de mutaciones,
métodos tradicionales o biotecnológicos aplicados al mejoramiento, o mediante el
tratamiento de las flores con reguladores de crecimiento aplicados antes de la polinización
(Gorget et al., 2005; Lora et al., 2011).

3.9.1.1 Partenocarpia natural

Ocurre numerosas especies, como banano, piña y cítricos que tienen una tendencia natural
a producir todos los frutos por esta vía, o en cantidades elevadas. Las condiciones
ambientales hacen variar de un año a otro esta capacidad partenocárpica (Urbina, 2002).

La partenocarpia genética se denomina obligatoria, cuando la expresión del rasgo


partenocárpico no está influenciada por factores externos y es facultativa, si se produce
solo en condiciones adversas para la polinización y la fertilización. El nivel elevado de
hormonas endógenas en el ovario en ausencia de polinización y fertilización causa la
partenocarpia natural (Gillaspy et al., 1993; Dhatt y Kaur, 2016).

Según Dhatt y Kaurm (2016), la partenocarpia genética puede resolver el problema de la


baja viabilidad del polen y la escasa liberación de polen, que a menudo ocurre bajo
condiciones de poca luz, bajas o altas temperaturas, condiciones abiertas y de invernadero.

3.9.1.2 Partenocarpia artificial

Implica la estimulación para el crecimiento de una fruta utilizando hormonas vegetales


(Urbina, 2005; Dhatt y Kaur, 2016). Cada vez se conoce mejor la respuesta partenocárpica
de las diferentes especies y variedades a determinados tratamientos hormonales. Se han
obtenido resultados favorables, principalmente, con giberelinas y auxinas o combinación
de ambas, además de otras sustancias como el uso exógeno de polen irradiado (Urbina,
2005).

3.9.1.3 Partenocarpia por mutaciones natural

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Estudios realizados por Lora et al. (2011) citado por Castro et al. (2017), en una planta de
annona identificada por un agricultor español al observar un extraño fruto sin semillas,
lograron descubrir las mutaciones genéticas que permitían producir frutos sin semillas. El
estudio, publicado en marzo en Proceedings of the National Academy of Sciences USA,
revela la base molecular de la ausencia de semillas. Concomitantemente con lo anterior, la
misma fuente sostiene, que la planta originaria de Tailandia es comestible y presenta una
mutación natural que impide que desarrolle semillas en sus frutos. Los resultados que
obtuvieron fueron que, durante el proceso reproductivo de las plantas de la familia de
Annonaceae, el óvulo presenta dos integumentos, especie de envolturas que lo rodean,
mientras que el mutante carece de una de esas capas; según el estudio, la base de todo se
encuentra en el gen INO, presente en las plantas con frutos con semillas y ausente en las
que no las tienen.

3.10 Situación de la chirimoya en el Perú

3.10.1 Has del cultivo en el Perú

3.10.2 Principales variedades cutivadas

3.10.3 Cantidad (tn) que se exporta

3.10.4 Cantidad (tn) para el mercado nacional

I. DISCUSIONES

Las giberelinas estimulan la partenocarpia de los frutos de chirimoyo, ya que al


aplicarlas de forma exógena, sustituyen las hormonas entregadas por los embriones en
formación. Esto es corroborado por Saavedra (1979), Carter (1981) y Koura et al.
(2004), ya que, son las paredes del ovario las que asumen el papel de órgano principal
de síntesis hormonal en casos de partenocarpia, por lo que se pueden obtener frutos
de tamaño y forma muy similar a los polinizados.

Las giberelinas, en conjunto con la acción de las citoquininas, también estimulan el


crecimiento del fruto, sobre todo si estas se aplican al inicio de la floración, lo que
genera un gran impulso inicial en el crecimiento.

Además las aplicaciones posteriores de giberelinas y citoquininas, en etapas iniciales


del crecimiento del fruto, ayudaron a su crecimiento final y a obtener un normal

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desarrollo. Esto es corroborado por Gil (2000), quién señala que el papel de las
citoquininas en la primera fase de desarrollo de los frutos es de vital importancia, ya
que activa la división celular, pudiendo prolongar esta etapa. Su acción es similar a las
giberelinas, incrementando la capacidad sumidero del ovario y activando hacia él el
transporte de elementos minerales y carbohidratos (Agustí, 2000).

También, el estado floral afecta el número de frutos sin semillas, es mejor realizar las
aplicaciones en flores en estado hembra, ya que se generan mayor número de frutos
sin semillas, que en estado hembra tardía. Finalmente, existe un efecto combinado
entre la dosis y el estado floral sobre el número de frutos sin semillas obtenidos, por lo
tanto, hay una dependencia entre estos dos factores

Determinación del mejor estado fenológico floral y del mejor tratamiento de


aplicación de reguladores de crecimiento para la obtención de fruta sin semillas

El mejor estado fenológico floral de aplicación es el estado hembra, obteniendo un


mayor número de frutos totales que su homólogo el estado hembra tardía, debido a
que las flores hembras se encuentran más receptivas, presentando menos
deshidratación del estigma y con mayor funcionalidad, ya que no se encuentran en
transición para pasar al estado macho, como las flores hembras tardías.

Guirado et al. (2003) quienes señalan que se producen daños considerables con
temperaturas superiores a 29°C generando la caída de frutos recién cuajados, como
quemaduras en hojas y frutos muy expuestos al sol. Si no existe un aporte hídrico
adecuado comienza la deshidratación y ennegrecimiento de pedúnculos quien impide
el transporte de agua y nutrientes, lo que genera la abscisión del fruto.

II. CONCLUSIONES

 Según la bibliografía consultada, el número de aplicaciones de


reguladores de crecimiento incide en el número final de frutos.
 El estado fenológico floral hembra es el que presenta la mayor
eficacia en la producción de fruta partenocarpica.
 Las temperaturas ambientales extremas, tanto máximas como
mínimas, afectan el número total de frutos de chirimoyos
obtenidos, las temperaturas máximas acentúan la abscisión de
frutos y las temperaturas mínimas y bajo cero logran el quemado
del fruto.
 Del análisis técnico-económico se puede concluir que la
producción de chirimoyas sin semillas es posible, similar a una
polinización artificial.

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III. RECOMENDACIONES

 Se recomienda la aplicación de ácido giberelico cuando las flores estén en estado de


hembra tardía.
 Evitar las temperaturas extremas al momento de la aplicación, ya que el efecto sería
minino o inexistente

IV. BIBLIOGRAFÍA

 Agustí, M. (2008). Crecimiento y Maduración del fruto . En J. Azcón-Bieto, & M.


Talón, Fundamentos de Fisiología Vegetal (págs. 519-557). Barcelona, España:
Ediciones Mc. Graw. Hill.
 Cautín, R. 1988. Floración y polinización. p. 38-41. In Curso de producción de
chirimoyas, La Serena, Chile. 17-19 de octubre de 1988. Universidad Católica de
Valparaíso, Facultad de Agronomía y ASOPROEX, La Serena, Chile.
 Dhatt, A., & Kaur, G. (2016). Parthenocarpy: A potential trait to exploit in
vegetable crops: A review. Agricultural Reviews, 37(4):300-308.
 Dorcey, E., Ubez, C., Blázquez, M., Carbonell, J., & Pérez, A. (2009).
Fertilizationdependent auxin response in ovules triggers fruit development
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