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La prometheida o las oceanides : tragedia lírica / Franz Tamayo.

Tamayo, Franz, 1879-1956.


[s.l. : s.n], 1917

http://hdl.handle.net/2027/uva.x000719933

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ALDERMAN LIBRAR!*
UNJVF^SITY OF VIRGINIA
V ..•£:

*?

FRANZ TAMAYO

LA PROMETHEIDA
O LAS OCEAMDES
/
TRAGEDIA LÍRICA

LA PAZ. -- «OLIVIA

IMP. Y LIT. ARTÍSTICA. «OCABAVA 22.

MCMXVII.
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DEDICATORIA
antaba el mar. Rubor de rosa el iris
Dilataba al palor de los nelumbos.

La Tierra era Memnón de un nuevo Osiris.

Sobre los diáfanos erectos tumbos


Labraba el sol en lazulitas rubias
Líricas bóvedas de altos retumbos.

Como tropel de caravanas nubias


Iban los montes en sus mantos blancos

Que esmaltó el ampo de las niveas lluvias.

En el verde cantil de ocultos bancos


Tétis telaba sus azules túnicas,
Mientras bañaba el sol sus nudos ílancos.
Trazaba en ñna arena y cifras rúnicas
L' alba espuma sus leves desvarios
Y el mar vestía yá púrpuras púnicas.

Fué esa la hora de los sueños míos,


Ese fué el día de mi gloria llena
De águilas que eran dáctilos bravios.

Unía el alma a un vuelo de falena


Una certeza y rigidez de dardo.
Aun era térra incógnita la pena.

La senda ñorecía rosa y cardo,


Y era yá, de mirar ñores y setas,
Un manso Abel que fuese un Abelardo.

Hada rosada o bruja de mil tretas,


La vida amanecía fascinante:
Risas y rosas, tórtolas inquietas!
Y así, con mi ceguez de luz delante
Y el olvido detrás, llevando iba
Paz de paloma y calma de elefante.

Así ñuyó la infancia pensativa,


Claro arroyo escondido, perla a perla,
Fugitivo cristal, de riba en riba.

Llegó la hora del ardor. Al verla


Cantaba el mar. El mar era mi alma
Con voz de ola y tez de madreperla.

Fastigio del laurel, prez de la palma,


Osadías que sois corceles rábidos,
Cómo turbasteis la impoluta calma!

^Águilas ñeras, dáctilos impávidos,


Cómo saltasteis en tropel entonce
De alas ñamígeras y picos ávidos!
La nota de cristal y el son de bronce
Luchaban, y latía en mí un afán
Como ala de zafir en áureo gonce.

Sobre mis labios un oculto imán


Derramaban los cálices florales
De rojo ardiente y pálido azafrán.

Y como dulce grey de recentales,


Vellones niveos sobre verdes gramas,
Balando se derrama en los riciales,

Mis ansias en tropel, fiebres y bramas,


Los hondos valles y las altas lomas
Poblaron con sus cantos y orífiamas.

Cual se truecan al fin flores en pomas,

Y qué milagro vencedor y ufano


Transforma en gerifaltes las palomas!
Creció sobre el zenit el tallo enano;
La liviana burbuja se hizo un monte,
Y algo divino ñoreció en lo humano.

Al ñn mostró su faz el Dios bifronte;


Bajo el azur cantaba el mar su oda,
Y el ensueño llenaba el horizonte.

Carne vil y alma luz, celeste boda,


Trenzaron sus nupciales frenesíes,
Y fué sólo una ñor la vida toda !

Oh fuga montaraz de jabalíes


Al raudo aparecer de gerifaltes.
Bajo un cielo de rosas carmesíes!

Rompió la espada de épicos esmaltes


X,a turba vil, y en el cerúleo raso
Gtabó su gloria en líricos resaltes!
Ululaban procela y lobo al paso;
Silbaba el áspid, zollipaba el buho,
Mas yá en Tabor trocábase el Parnaso!

Y al ñn bronce y cristal, lírico dúo,


La Musa maridó, que ahogara válida
De la ñera cercada el ronco arrúol

La vida dio su ñor. L' áurea crisálida


Ya es mariposa azul al aire rosa,
Y es pomo de oro la corola pálida.

Sobre la frente que nubló la prosa


Ya riega azahares de sus dedos puros,
Sonrisas nieva el labio de la Diosa.

No más, no más los vórtices obscuros!


Salud, desde los vértices etéreos.
Yertos Arquitas, tristes Palinuros!
Tras la noche letal de humos cinéreos

Brotó un capullo que era un sueño vivo:


Para rosas de luz campos sidéreos!

Sobre el canoro mar de canto esquivo,


Oh invictos gerifaltes del orgullo,
De ala audaz, pico férreo, vuelo altivo!

A vos la Lira de apolíneo arrullo,


Que unís bronce y cristal, laurel y palma!
A vos el vivo sideral capullo,

A vos el alma en ñor, la flor con alma!


LA PROMETHEIDA

LAS OCEANIDES
Skitts onar anthropos.

PÍNDARO
Dramatis Personse

P s i q u i s, oceánide,
Palas Athena,
Apolo,
Ares,
Iris,
Coro de Oceánide s,

M e ! i f r ó n, ruiseñor invisible,
La sombra de Prometheo
Las sombras de los Dioses.

Sobre el Cáucaso. Al rayar el alba. Paisaje


esquiliano.
I

i
PSIQUIS

obre el invicto Cáucaso


De erectos riscos rígidos
Y hondas cavernas lóbregas,
Luz blanca y fresco orvallo
Funde el naciente día.
Héos en el oriente
Es aún la rosa pálida

Que ignora los carmines.


Sobre el cristado monte
Leves vapores vuelan,
Y al viento matutino
Son cendales de nieve
Con finbrias de coral.
16 LA PROMETHEIDA

Anfítrite a lo lejos
Sus coros sinfoniza;
Los pávidos Temores
Y los confusos Sueños
Hacia el ocaso huyen;
El día va a nacer !

Oh rumor, oh tremor
Del ondulante llano,
Del bosque centenal !

La tierra siente el roce


De unos dedos de rosa,
Y el éter arde en oro:
Salve, tithonia Aurora,
Salud, titanio Sol !

He aquí de nuevo el día

Que de la sombra brota,


Como capullo ígneo
De renegrido tronco !

Bajo el candente raso,


He aquí el monte titánico
Testigo de dolores
O LAS OCEANIDES 17

Trofeo de venganzas !

Sobre las cosas una


Terrible primavera
Llueve lirios y rosas

Que un día al hielo hiberno


Serán polvo y pavesas.
Para volver un día
A ser rosas y lirios !

Oh inmortal primavera,
Primavera implacable!
Soplo fatal y tierno,
Numen genial y dulce!
Tú que tramas la urdimbre

Dorada de los días


Con hilos de la noche,
Mientras la vida inflamas
Con gérmenes de muerte!
Sobre el invicto Cáucaso
Heme aquí, ninfa triste,
Resurrecta ufanía
Cual esta primavera,
Cual esta primavera
18 LA PROMETHEIDA

Ya recidiva gloria !

Oh cuál las vidas giran


Como ruedas aladas !

Cuál las horas revuelan


Como guirnaldas vivas !

Voz del tiempo pasado,


Fantasmas redivivos !

Yo conozco esa música


De las fuentes perennes,
De los bosques idénticos,
De los ríos constantes
Y los paisajes fieles !

En los caminos arduos,


Misteriosa, invisible,
Deja una huella propia
Nuestro eternal viaje.
Peregrinos inmémores
Corrimos la jornada.
Más fieles los senderos
Guardan el eco mudo
De nuestros pasos fútiles;
Y cuando tras los años
O LAS OCEANIDES 19

Peregrinando vuelve
Nuestra inquietud por ellos,
De las veras desiertas
Se levanta la música
De los afanes muertos
Y de las horas idas.
Es una voz de ensueño
Y el roce de una sombra.

Oh voz del tiempo ido!


Yo conozco esa plática
Sin hálito, ese beso
Sin labio, esa caricia
De una mano intangible.
Mas hoy sobre el talud
Del monte soberano,
A esa voz insonora
Vuelve a poblarse el aire
De los días pretéritos !

Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometheo!

Sobre el invicto Cáucaso


Vuelve a correr ligera
20 LA PROMETHEIDA 101

La teoría blanca
De blancas Oceánides!
Yo soy la ninfa flébil

Que en el fraterno coro


Llora tu vieja pena
Cual en los viejos días!
Oh glorias, oh memorias!
Oh días, oh agonías!
Cantaba el mar. El tibio
Meridiano cantaba.
Las húmedas planicies
Dilataban combando
Su placidez sonora.
Frescor, verdor! Sonreía
El viejo padre Océano.
Entonce en la profunda
Calma del mar profundo
Repercutió distante
Desgarrador lamento.
Venía de los montes,
Bajaba de las cumbres
Donde solas anidan
O LAS OCEANIDES 21

Aguilas y tormentas.
Era un grito de muerte

Que desgarraba el aire


Y al agua daba timbre

De sollozo marino.
Callaron las sirenas
De zambullentes torsos;
Enjugó la nereida
Su cabellera de algas;
El viejo padre Océano
Mesó la barba undosa,
Y los claros berilos
De sus viejas pupilas
Nubló el dolor cual súbita
Tinta de jibia inquieta.
Las ninfas despertamos
En los antros de nácar
CORO

Me acuerdo. Era un terror desconocido,


Y era el clamor de una piedad suprema !

PSIQUIS
Y el éxodo ninfeo
22 LA PROMETHEIDA

Fué. Las ninfas pávidas


Cruzamos la llanura
Víride, como blanca
Procesión de tristezas.
Al través de los campos
Virentes y silentes,
Cortejo de congojas,
Al Cáucaso llegamos.
CORO

Psiquis, tu voz derrama en mí de nuevo


Las lágrimas de aquellos muertos días !

PSIQUIS
Jamás dolor más grande .

Se vio en más alto pecho.

Sobre la escarpa estéril,


Frente al dolor titánico,
Las ninfas desbandáronse,
Fresca lluvia de azahares
Dispersa al rudo viento.
Hacia el Titán insigne
Sus voces gemebundas
Volaban como dulces
163 O LAS OCEANIDES 23

.
Palomas mensajeras.
De las liliales palmas
Hacia la cima extensas
Se elevaba una ofrenda
De purezas y aromas.
CORO

Lloramos del Titán la pena injusta,


Y a sus pies derramamos las piedades.

PSIQUIS
Era el lugente coro
De las consolaciones
Y las misericordias.
Nuestra voz era triste
Más que el gemir del viento,
Más que el plañir del mar;
Y el Titán escuchaba.

La piedad de las ninfas


Mullía sus torturas,
Y era lluvia de rosas

Sobre abrasadas plagas,


Y era bálsamo fresco
Sobre abiertas heridas !
24 LA PROMETHEIDA 183

CORO

Oh tesoro fragante de ternezas


Disperso al viento y al azar perdido !

Lágrimas mías, inmortal anhelo,


Pávido afán, agónicos clamores !

Qué fué de aquellos dulces frenesíes


Y de tantas fragancias y frescuras?
Se aplacó el hado del Titán egregio
Al llanto y a las preces de las ninfas?

PSIQUIS
Todo fué vano. El viento
Se llevó nuestras ansias,
Bebió nuestros clamores,
Y ebrio de lloro vago,
Llevó de risco en risco
Las congojas ninfeas,
Cómo un lamento errante
Desconocido y triste.
Todo fué vano. El monte
Bajo el peso callaba
De aquel dolor titánico;
Y el llanto de las ninfas
203 O LAS OCEANIDES 25

Sobre la roca estéril


Era como un libámen
De aromas sobre arena.
Como exfoliar de nardos
Sobre el escollo undífrago.
CORO

Renovado dolor, memoria grave !

PSIQUIS
He aquí vueltas las horas
De los pasados duelos !

Este es el grande Cáucaso

Que el Titán diviniza,


Y esta la ninfa triste

Que consoló sus males!


CORO

Yo sé la gloria de esa muerta historia.


Mas lo que aun no comprendo en mi temor
Es esta nueva pena, este lamento
Que hay en tus ojos y en tus labios plañe.
Tú de las ninfas la más dulce y bella,
Que arrulló el mar, gloria del padre Océano,
¿Por qué dejaste el mar natal y verde
26 LA PROMETHEIDA

Cual otra vez al grito del Titán?

¿Qué genio oculto, qué terrible Numen


Volvió a tu pecho una zozobra ida?
Tú abandonaste el antro fresco y húmedo,

tí,
Y en pos de fraterno coro pávido,
El mar dejamos hasta monte huímos.

el
y
tu partida, sobre verde escollo

el
A

fúlgida arena de las playas,


la

en
Y

Fué ola un sollozo dilatado


la

Que estremeció sirenas delfines.


y

■'Psiquis" decía agua gemebunda,


el

viento "Psiquis" resonaba "Psiquis"


el
Y

En los marinos cóncavos, oh Psiquis!


PSIQUIS.
Yo dejé dulzura
la

De onda inviolada,
la

cual en otros días


Y

Me seguisteis fraternas.
Un encantado arcano
Me halaga me despierta.
y

Soplo de un mundo ignoto


afán de nuevo cielo,
Y
243 O L,AS OCEANIDES 27

Es un ansia infinita
Y un anhelo invencible.
Sobre mis labios áridos
Una sed implacable,
Sobre mis ojos vívidos
Es un sueño obsesor.
Y a ese sueño no basta
Toda la luz del cielo,
Y esa sed no satura
Todo el frescor del mar !

Vivía. Entre las olas


Del viejo mar reidor,
Ninfa de mármol vivo,
Mi voz de ola trémula
Despertaba a la aurora,
O adormecía al día
Final y occidental.
Yo dí a los remansos
El verde misterioso
De mis ojos obscuros
Como esmeraldas negras.
El frescor de las grutas
28 LA PROMETHEIDA

Marinas es mi aliento,
Y la espumante risa
De la ola en las playas
Fué mi risa de rosa.
Oh días, oh harmonías !

Fué en uno de esos días


Tan silentes y claros

Que la onda es más honda


Y el mar parece amar,
Cuando azorada y trémula
Sentí en el corazón
La dulce mordedura
De una oruga divina,
De un gusano de luz.
Una sirena rosa
Cantaba junto a mí.
CORO

No eran aquel desvelo, aquel afán


Memorias del dolor de Prometheo?

PSIQUIS
No sé. Mi pecho opreso
Sentía la atracción
O LAS OCEANIDES 29

De la montaña, el ansia
De la altura, el anhelo
De lo desconocido.
Las brumas vesperales
Fingían a mis ojos
La imágen del Titán,
Y era obsesor y dulce
Un sueño de mi oído
Su lamento inmortal.
Desbordaba en mi pecho
La piedad intocada,
La congoja impoluta

Que dá la pena ajena;


El pesar de no haber
Llorado y consolado
Más; el remordimiento
De ser dichosa; un vago
No sé qué, un impreciso

E indeciso anhelar
CORO

Sabemos la terneza de tu pecho.


Cuando el Titán agonizaba exsangiie
30 LA PROMETHEIDA 306

Sobre el peñón de la venganza fijo,


Las pías Oceánides rodeamos
Su alta tortura; y tu rasgaste entonces

(Fiero dolor despavorido y túrbido)


La glauca zona y el cendal ligero

Sobre tu pecho de alabastro cálido.


Tus lágrimas bañaron la montaña
Cual una fuente de aguas tenebrosas

Que oculta el bosque; y tu protesta flébil


Se levantó hacia el Titán cautivo
Como un lirio friunfal se yergue al sol !

PSIQUIS
Amé el dolor sin nombre
Del dulce Prometheo.
Su brazo poderoso
Roto entre roca y bronce
Me dio un horror divino
Más fuerte y más potente

Que el zumo de las rosas


De Eros, y de los pámpanos
Del saltante Dioniso.
Su labio que rasgaba

N
327 O LAS OCEANIDES 31

La mueca del tormento


Fulgía más que el riso
Del victorioso púgil
En la corintia arena;
Y el ay de su alarido

Penetraba en el pecho
Más hondo y más sutil

Que los melifluos cantos


De las humanas liras.

CORO.

Di dolorosa ninfa, triste Psiquis,

Qué amaste más en el Titán excelso?


PSIQUIS.
La tristeza celeste
De sus celestes ojos !

CORO.

Tan grande era tu pena que un instante


De no poder ya más, clamaste a Zeus:
"Toma mi vida en cambio
De un solo de sus ayes" .

Zeus callaba y el Titán gemía !


32 LA PROMETHEIDA

PSIQUIS.
Qué mal cerrada herida
Reabres en mi pecho !

Mi frente cual la vuestra


Lleva el signo preclaro
De la inmortalidad.
Divino don terrible,
Largueza inenvidiable,
Dádiva que es un sino
Y astro que es un estigma !

Qué importa un don celeste


En un terrestre pecho,
Y un inmortal destino
A una mortal congoja?
Hija de un Dios, yo sufro
Como una hembra humana.
Mis ojos inmortales
Lloran amargo lloro,
Y en mi marmóreo pecho
Late una entraña viva !

CORO.

Oh dolorida Psiquis, nadie sabe


O LAS OCEANIDES 33

La verdadera mente de los Dioses !

PSIQÜIS.
Si ellos velan su mente,

¿Por qué celar la mía?


El solo alivio lícito
Del sufrimiento inmérito
Es cantarlo o contarlo.
Oh hermana, que las horas
Del sufrimiento sabes !

Cuando la verdad miente,


Cuando la virtud quiébrase
Como carrizo al viento;
Cuando han falseado todas
Sus pesas la balanza,
Las cosas su sentido,
Sus números el cielo;
Cuando en silencio reina
El poderoso injusto,
Y el lobo es juez, y el asno
Pontifica, y el cisne
Cede al ganso, oh entonce,
Tristes ninfas, vivir
34 LA PROMETHEIDA Sí

Es un mal, e infinito
Si es inmortal. Yo amé
Morir de ver el Cáucaso,
Ver lo que el poder puede
Y el mérito merece !

Basta a tener el dulce


Deseo de la muerte
Conocer a los Dioses
Autores de la vida.
Yo amé morir, morir,
Morir, morir, morir !

CORO.

Psiquis, tu pena no tendrá consuelo?


Oh del dolor progenie misteriosa !

El sufrimiento engendra el sufrimiento,


Y reflorece, primavera fúnebre.
Heme aquí condenada a nuevas lágrimas,
Ayer por el dolor de Prometheo
Y hoy por tu duelo, desolada Psiquis !

Mas tu renuevas el conjuro impío


Contra los Dioses, amos de la vida,
Como si fuera tu dolor el solo.
407 O LAS OCEANIDES 35

Escucha, y mira en torno de tu duelo.


Desde que alzaron a correr los ríos,
Menos aguas fluyeron a los mares

Que lágrimas bebió la tierra estéril !

Mas tú, doliente enloquecida ninfa,

¿Por qué nuevo Titán plañiendo imprecas?


Quién te arrancó de la espumante y fresca
Gruta marina en que jugando moras,
Y en pos de tí las ninfas acorrimos
Cual blanca grey que lleva dulce esquila?

¿Qué nuevo afán tu corazón remuerde


Como oruga voráz en tierna rosa?

¿Qué me traes al pié del bronco monte,


Trofeo de dolor, lugar de oprobio,
Y reabres fiera el manantial de lágrimas?

¿Qué sendero faláz tu planta busca,


Qué fuente ignota el sitibundo labio,
Qué sombra de árbol tu rendida frente?
Di qué dolor debo llorar ahora,
Constante adormidora de tormentos,
Perenne arrulladora de tristezas !

Heme aquí con los brazos extendidos,


36 LA PROMETHEIDA 42'.)

Y el ánfora sellada de mis lágrimas,


Oleo restañador de toda herida !

PSIQUIS
Calla, que me estremezco
De pensar en mí misma !

Mi labio palidece
Cual una rosa seca.
Dentro mi pecho el ritmo
Se pára de la vida
Como ala herida al vuelo.
Tu voz cálida y blanda
Como plumón de ave
Mis quebrantos arrulla
Y en mi tiniebla canta.
Pero qué afán te lleva
A descubrir mis plagas?
Al potro semejante

Que en el ardor del Cancro


Rasca la gleba putre
Con la tundente uña.
¿Por qué escarbas intrépida
Las ansias de mi pecho
O LAS OCEANIDES 37

Y en mis entrañas cebas


Tu anhelo de pesares?
Que por qué sufro? nadie
Lo sabe y yo lo ignoro.
Para el que sufre basta
Saber que sufre, y sobra.
Como la fuente fluye
Su humor fatal e indocto,
Y el viento gime ciego
Su obscura queja indócil,
Así las horas graves
Filtran un mal impune

Que sangra, y no razona,


Que no perdona, y mata.
Jamás los Dioses dieron
El porqué de las penas
Porque celaron siempre
Los rumbos de las vidas.
Mas yo de nada inquiero,

Que al mayor viento soy


Pluma caída, hoja
De otoño y bruma leve.
38 LA PROMETHEIDA

Un día (es el más mole


Sueño de mi memoria)
El grande Prometheo
Llenó mi pecho vírgen
De su penar titánico.
Nunca vieran mis ojos
Tánto dolor divino !

Jamás bebiera el labio


Tánta piedad humana !

Como una nueva aurora

Que rompe sombras viejas,


Vi en sus ojos la luz
De una ternura ignota.
Mientras los Dioses rudos
Prósperos e inmortales
Del corazón del hombre
Labraron su ambrosía
Y de su sangre el néctar,
El manso Prometheo
Celó en su pecho un grande
Corazón de pelícano
Y un alma dadivosa
s
O LAS OCEANIDES 39

De cisne moribundo.
Sus arduos días fueron
Un desgranar de estrellas
Sobre las frentes lóbregas,
Y fué su verbo flébil
Un deshilar de linfas
Sobre los labios áridos.
Sus ojos florecieron
De luz la noche humana,
Y en las tinieblas férreas

Del milenario olvido


Brillaron como harmónicas
Corolas siderales.
Aun palpita el prodigio
De sus potentes manos,
(Sacras manos titánicas,
Manos de un mundo artífices
Y orífices de un sueño).
Esas manos robaron
Del más potente cielo
La más divina presa.
Lo que aprisiona el sílice,
40 LA PROMETHEIDA

Breve agudo relámpago,


Y los volcanes celan,
Flagrante rubro piélago;
Lo que en la hoguera de Helios
Devorándose vive,
Y hace un mar de centellas
Del lácteo mar cerúleo;
Lo que en las manos fulge
Del funesto Cronida,
Veloz sierpe metálica
Tras el aire incendiario;
Lo que entibia la onda,
Y es fatal y epifánico
Celo floral del bosque,
Fragante ardor invicto
Del florecido sexo;
Lo que late en los sémenes,
Y fulmina en los Dioses;
El pasto de la vida
Y el bozal de la muerte,
Y el ánima del mundo,

Y el verbo indescifrado,
O LAS OCE ANIDES 41

La llama sacra, el fuego


Sempiternal, un día
Bajó de las esferas
A los tristes mortales
Prisionero en los dedos
Del Titán sobrehumano !

Oh día, eterno día !

Cómo la frente excelsa


Nublóse de los Dioses,
Y apuntó el rayo tenue
De una alborada humana !

De los tronos forjados


En las eternas fraguas
Crujieron los pilares
Que eran soberbia olímpica
Y a un tiempo oprobio humano.
Palideció la hoguera
De las aras hostiarias
Y esfumaron rebeldes
Sus sahumerios de víctimas.
En las greyes humanas
El balar se hizo un himno,
42 LA PKOMETHEIDA

Y a los ojos sorpresos


Fué el terror menos vasto

Que el océano, y menos


Profundo que la noche !

Oh día, eterno día !

La frente hundida en polvo


Se coronó de estrellas,
Y el hombre osó ser Hombre
Mas el ladrón de soles
Bajo el peso ya erraba
De su audacia suprema.
Corrió el llano y el monte,
Los bosques y las playas.
Un terror de alegría
Vulcanizaba obscuro
Sus titánicos ojos.
Sus manos aun fulgían
De la lumínea presa
Y aun su frente cercaba
Leve ninbo de azur.
Todavía las rosas
Sonreían de sus labios,
5S2 O LAS OCEANIDES 43

Y ya la furia olímpica

A su talón mordía
Y poblaba sus horas
De terrores presentes
Y futuras venganzas.
En los golfos humanos
Dejaba ya una estela
De ingratitud y asombro.
Su ojo conoció el vano
Celaje de la gloria
Y vio cómo las rosas
Duran más que los loores.
Supo su labio incauto
Cómo del mejor vino
Se hace el peor acíbar,
Y que el olvido humano
Y el desconocimiento,
Siniestra abeja muda,
Labra una miel ponzoña
Wás negra que la muerte.

Tal el Titán errante


Como un espectro flébil,
44 LA PROMETHEIDA

En uno de esos días


En que agoniza todo,
Sintió bajo la lumbre
Del son indiferente

Que sola, sola, sola,


Junto a él, su sombra triste
De él se compadecía !

La venganza de Zeus
Era que comenzaba.
Oh la prueba suprema
Del supremo abandono !

Viva agonía larga,


Mudo adiós de las cosas,
Incontenible fuga
De almas y corazones !

La tristeza sin nombre


De haber vivido en vano,
Del esfuerzo perdido
Como extraviada flecha,
Y de un sol que se pone

Diciendo para siempre !

Y en la hora desierta
O LAS OCEANIDES 45

Vivir con el recuerdo

Las batallas perdidas


Por victorias soñadas
Y los triunfos borrados
En las almas inmémores !

Palor de astro poniente,


Rumor de hoja volante,
Voz de fontana exhausta,
Soledad desolada
De un cielo sin estrellas
Sobre un mar sin orillas !

Mas el Cronida fiero,


Flagelador de cimas,
Incendiario de nubes
Y domador de Dioses,
Aun le guardaba el último
En su arca de tormentos.
En el confín remoto
De la tierra hospitable
Buscó el monte más alto,
Más bronco y más desierto.
Soledad, rocas, nieves !
46 LA PROMETHEIDA

Odio los montes, odio !

Toda altura es funesta.


O es pedestal de gloria,
O es peana de suplicio,
Todo igual ! Mas el hombre,
Trasunto de ave, pájaro

Que en vez de volar piensa,


Miró siempre nostálgico
Al sol y a los azures:
Tal su amor de la altura.
Prometheo tenía
Menos de dios que de hombre
Cuando entre humanos iba;
Y era más dios que humano

Cuando hablaba a los Dioses.


Oh piedad de sus ojos
Cuando al suelo miraban !

Oh titánico orgullo
Si miraban al cielo !

Mas los Dioses conocen


El solo imperdonable
Pecado, la grandeza.
O LAS OCEANIDES 47

Y el soberbio Cronida
Para el Titán soberbio
No guardó como cárcel
Las entrañas del Etna
Sino el filo del Cáucaso !

Oh terrible venganza !

Oh esplendorosa afrenta !

La magestad infame
De un excelso cadalso,
La picota de prófido,
La mordaza de bronce,
Y el Titán amarrado

Cual dios que fuese un perro


Sólo el roquedal sabe
De aquellas penas épicas,
Sólo la ninfa llora
Aquel dolor titánico !

Su sueño no era el muelle


Mullir de las fatigas,
Ni el dorado nepenthe
Del ardoroso esfuerzo.
El cabezal de piedra
48 LA PROMETHEIDA

Que escarchas esmaltaron


Acosaba la escuálida
Jauría de los vientos .

El vértigo insensato
Aullaba en las cavernas,
Y en los rasgados riscos
Las procelas plañían.
Como un águila en fuga
Vergonzoso y cobarde,
Velaba el sol sus ojos
Ante el Titán hermano,
Y era la bruma dubia

Peor que noche franca.


Luego el asalto fiero
De los dolores todos,
Como un saltar de múltiples
Garras de toda estirpe.
Las cuitas de grandeza
Como harpías voraces

Que devoran golosas


No pechugas plebeyas
Sino heroicas entrañas.
O LAS OCEANIDES 49

El recuerdo vigil
De pasadas auroras
Y más radiantes días,

Que atisba, espera y guarda


Como cuervo ladino

Que conoce la hora.


La muerte de mil alas,
Mil garras y mil fauces,
Con vuelos y revuelos
De pájaro proteico,
Y el fiel remordimiento,

Más fiel que la esperanza,


Buho espectral que enciende
Su ojo rubro en la honda
Noche de todo olvido,
Y en el silencio inmóvil
Punge más que uña fiera,
Hinca más que arduo diente.
Mas sobre el orto alado
De tantas pennas fieras,
Caudal y obsidional
Sobre el Titán volaba
50 LA PROMETHEIDA

Su propio Pensamiento,
Y era en la forma fúnebre
De un buitre danzarín.
Oh pájaro de un huevo

Que puso un ave ignota


En un nidal de víboras
Donde hidras empollaran !

Yo sé el pájaro insólito.
Su estirpe es regia; cierne
Sólo sobre las cumbres.
Lleva en la frente un signo
Como un astro de sangre.
Su ala llueve una sombra
Mortal para las frentes

Que sombrea. Los aires


No mecieron elásticos
Ave más silenciosa,
Pájaro más voraz.
Devora lo que vive,
Devora lo que muere,
Simientes o cenizas,
Poma y nuez, grano y paja,
O LAS OCEANIDES 51

Lo efímero, !o-eterno,
Lo abyecto y lo sublime.
Devora el cuenco estéril
En que aloja y el árbol

Que le abriga y la palma


Que le dio un mijo triste.
Menos feliz que el dulce
Pelícano suicida,
Supo el letal secreto
De vivir devorándose,
Y al devorarlo todo
Ser su propio verdugo !

A esa garra implacable


Y al esuriente pico
Libró el impío Zeus
El hígado titánico.
Mas lo que el pecho eneo
Cual un arca insondable
Colmó de sangre y lágrimas,
No fué la pena propia
Sino el dolor ajeno !

Oh extraño sino de héroe,


52 LA PROMETHEIDA

Raro mal de grandeza

Que de agonías vive,


Que de tormentos crece,
Y en las tormentas forja
Lecho de beatitudes !

Vana es la sed de gloria

Que no se abrevó en llanto,


Y el grito de una boca

Que no es boca de herida !

Jamás moverá el mundo


Con su latir- errátil
Un corazón de insecto
Ni un alma de falena.
Dolor, dolor, dolor !

Un corazón se mide
Por la hoz que lo arranca,
Roble alto o brizna efímera;
Y el mundo busca un vaso

Que reciba sus lágrimas


Y contenga sus penas.
Prometheo, a la cumbre

De tu pasión excelsa,
O LAS OCEANIDES 53

Cual marea invisible


De insonoros sollozos,
Llegaba el ansia unánime
De los tristes humanos,
Y era el son de un misterio

Y el misterio de un son.
Hay un lamento errante
Que el ala de la noche
Mece en la sombra a un viento
Desconocido y triste.
Respiro de la tierra
Tras su afanar diurno,
Suspiro de almas mudas
Que enmudeció la pena,

Difuso hálito isócrono


De la vida cansada
Cual caballo anhelante
Tras sudoroso día;
Sollozo contenido
De inolvidados males
Y mal cerradas plagas,
Voz de esperanzas muertas

s
54 LA PROMETHEIDA

Y áyes de fe vencida,
Todo en el ala vuela
De la noche encantada
Y al cielo obscuro sube
Cual sahumerio diáfano
De un altar escondido !

Bajo un Sahara estelado


Sólo el hombre oye al hombre,
Ni hay puentes ni senderos
Sobre el piélago azul !

En la hora más muda


Y en la más sola cima,

Oh humano Prometheo,
Tu oíste el inaudito
Recóndito tañer
De esa campana loca

Que es corazón del hombre.


Su seco golpe oculto
Repercutió en ti mismo
Cual si fuera tu propia
Víscera palpitante.
Saltos y sobresaltos !
O LAS OCEANIDES 55

Oh tumbos y retumbos !

Martillo enloquecido
Sonando los rebatos,
Badajo arambelado
Del toque de agonía !

Y era un batir la carga


Como tambor guerrero,
Y era un forjar la vida

Sobre sangrante yunque,


Golpe a golpe, orto a orto !

En tu pecho brocíneo
Tumbando y retumbando,
Era el dolor de todos,
Era tu dolor propio,
Padecimiento ubicuo
De la raza unigénita,

Que en ti brotó centrífugo


Y a ti voló centrípeto,
Titán que eras un hombre
Y hombre alzado a Titán I

CORO.
Piedad, piedad, inagotablemente,
56 LA PROMETHEIDA 867

ti,
Piedad a mí, piedad a piedad

!
¿Por qué mi alma de un frescor ninfeo
Despiertas un terror desconocido?

a
¿Por qué en fano de mi pecho enciendes

el
Una lámpara de odio de venganza?

y
¿Qué lección de maldad das mis días

a
Qué enseñanza de excidio mis ternuras?

a
Hija del mar, jamás en verdoso
el
Palacio especular de jade límpido
Sentí lamento más desesperado,
Ni supe cómo puede ser en veces
La vida más amarga que muerte.
la

¿Cabe tánto dolor bajo del cielo?


¿Puede algún corazón, sangrante criba,
Sangrar así sin estallar mil veces
?

Oh pena extraña, inconocido duelo.


Nuevo sabor salobre de las lágrimas,
Revelado secreto de las Horas
!

Psiquis, alma de amor, alma de llama,


Hay en tu voz un eco tan lejano,
Tan de otras almas de ajenos mundos,
y

Que eres ya sombra de antigua ninfa,


la

">
O LAS OCEANIDES 57

Y eres ya larva de una nueva Psiquis.

¿Qué mago te enseñó a sentir tan hondo


Que en ti la fibra de la vida arranca?
Yo sé de un himno demonial que deja
Rota la lira que por él vibrara !

De los pasados candorosos días


Cuál te ha mudado el tiempo milagrero !

Antes que al monte nos llevase el Hado,


Titán lugente y vengativo Zeus;
Antes que el verde mar y el campo verde
Corriésemos, tropel de alciones pávidos,
O desbande veloz de codornices,
Tú fuiste alegre triunfo de las ondas
Y la espumante rosa de la vida !

Del mar natal recuerdo matutino !

Salsas fragancias de un paisaje claro !

Líquido mullir de olas en caireles !

Oh días, oh harmonías ! En vosotros


Más viva estoy que en mis presentes duelos.
La hora más genial del cielo rubio
Sonreía al día y sonrosaba el mar.
Himno espumante saludaba al día,
58 LA PROMETHBIDA

Y era un tritón de caracol de plata,


Canoro pez de escamas nacarinas.
La espuma hervía en cuencos de zafiro;
El verde escollo florecía azahares,
Y un viento musical henchía blando
La clámide flotante de las olas.
Todo filtraba luz y paz y cantos,
Y entre el sutil cristal del aire zarco
Y el llameante espejo de las aguas,
Triunfaba el Dios de la sonante aljaba,
Príncipe de la luz y la harmonía !

A esa hora magnífica y sonora


Tálamo fué para las dulces nifas
Verde azotado escollo que bordaron
Líqúenes blancos y marinos musgos.
Allí los nudos torsos reclinamos
A contemplar la magestad del día,
Y el lírico bailar de los delfines
Bajo el vuelo cantor de los azores.
Tú fuiste entonce la radiosa ninfa

Que floró el verde mar cual flor de Paros.


El cerúleo raudal de tus cabellos
933 O LAS OCEANIDES 59

Perfumaba los antros penumbrosos,


Y tal la lumbre de esmeralda líquida
Bebían de tus ojos verdinegros,

Que una luz nemoral se dilataba


Por bajo su artesón de estalactitas.
Mas si el Euro travieso desceñía
De tus hombros tremente peplo de olas,
Cuál emergía al sol el mármol cándido
E invicto y luminoso de tu forma !

Ninfa que fuiste el sueño de los lises !

Morbidez de jasmín, tez de azucena,


Curvas cicneales, anforales sesgos,
Lirado torso, oval y uval turgencia !

Blancor de luna en la apolínea pierna


Y albor de perla rosa en las mejillas:
Tal emergías al claror del día
Sobre el móvil tapiz del agua verde
Y bajo el palio azul del cielo tinto !

¿Donde huyeron los días de cuando eran


Una sonrisa el cielo, el mar un canto?
Oh remoto esplendor, caduco lustre !

De tantas glorias como fueron, queda


60 LA PROMETHEIDA

Sólo llorar un hado que ni entiendo


Y sufrir un dolor que ni merezco !

PSIQUIS
Incomprensible hado,

E inmerecida pena !

CORO

Grande el tormento fué de Prometheo

Que consolamos piadosas ninfas.


Mas hoy que huídos son aquellos duelos,

¿Por qué revives un dolor cadáver


Y resucitas los difuntos días?
¿Por qué me traes a plañir de nuevo
Sobre la escarpa del siniestro monte?
Por ti dejé la placidez del antro,
Dulce beatitud del Dios marino,
Por ti que ha dementado, triste Psiquis,
No sé si un dios benigno y poderoso
O un genio obscuro de tortuosas artes.
Cual un mortal que acosan las Euménides
O suplicante que desoye el Númen,

¿Qué buscas en tu afán?


973 O LAS OCEANIDES 61

PSIQUIS
A Prometheo !

CORO

El monte está desierto, el tiempo es ido.


No más, no más resonará en los valles
La honda queja del Titán cautivo.
Como se desvanece estiva nube
Y evapora su fábrica irisada
Que fingió en luz alcázares y" monstruos,
Así del Cáucaso rugoso y rígido
Huyó la magestad de Prometheo,
Dolor arcano, atroz epifanía,
Tránsito míítico. agonía de astro !

De un vórtice fugaz la rueda loca


Lleva en su giro todo cuanto nace,
Un imperio, una flor, un continente;
Y el mismo Zeus que estremece el cielo

Con un guiño de su alto supercilio


Pasará un día corno pluma al aura.
Sólo las Parcas el secreto leen

Que sus ruecas giróvagas ovillan !


62 LA PROMETHEIDA 992

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometheo !

CORO.

Gemir, gemir, gemir ! Para los Dioses


Es un idioma incógnito, lo mismo

Que para el hombre su habla de Inmortales !

Entre las setas del zarzal odioso


Menos vano es el lamentar del viento

Que el suplicar de un alma abandonada !

Gemir, gemir ! Esa ala ensangrentada

Que vuela a las alturas suplicante


No abre el palacio erguido y constelado:
Tapia es el cielo de granito azul !

Yo sé del sabio solitario lobo

Que enseñó al bosque su lección de muerte.


Cuando su oculta hirsuta madriguera
Sorprendieron mastines y molosos,
Delante de su loba y sus lobeznos,
Ensaya en la servil trailla fieros
La fulva zarpa y el colmillo níveo.
Mas cuando al fin se tiende acribillado
O LAS OCEANIDES 63

Junto al despojo que ya fué su gloria

De su hembra inánime y su cría exsangüe,


Sólo halla la jauría vencedora
En el lobo que aun sopla intermitente
Un ojo despectivo que agoniza
Y una garganta que en silencio muere !

PSIQUIS.
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometheo !

CORO

Irrevertible, irrevertiblemente
Pasa el río cantor y la hora muda.
No hay prez enronquecida, ojo escaldado,
Palma tendida ni rodilla en sangre

Que el vuelo tuerzan del instante huído.


Huevo es el Hoy de víbora o paloma

Que una vez roto no se suelda nunca.


Dos veces no se vive el mismo día,
Y lo escrito en la nieve o en la roca,

Si una vez se ha borrado es para siempre !

Sobre el recuesto del adusto monte


Tú de las ninfas la más dulce y bella
64 LA PROMETHEIDA 1,032

Tu raudal derramaste de ternezas


Y el virginal lamento que era un canto.
Lloramos todos del Titán cautivo
La horrenda pena en la venganza olímpica.
Dulce fué nuestro lloro a Prometheo
Como rumor de arroyo entre rosales
O eco de palomar en primavera.

Mas en el albo coro de Oceánides


Lloraste más que las fraternas ninfas
Y fué tu llanto más humano y triste.
Ya tus pupilas encendía entonce
La luz remota y fiera que hoy me espanta.
No era tu voz la del consuelo pío,

Beso de hermana o arrullar materno,


Lluvia de rosas sobre abierta herida,
Claro celaje en la borrasca púrpura.
Un secreto cantaba en tu garganta.
Era la voz enloquecida y trémula

Que Eros despierta en los humanos pechos.


Son que desgarra el labio que lo canta
Con un vibrar de liras y puñales;
Voz inmortal con que el Deseo ulula
1,054 O LAS OCEANIDES

Su eterna gloria y su suplicio eterno;


Doble grito del alma y los sentidos,
Bramar de fiera y arrullar de tórtola;
Voz paradisial, cálida caricia
A medias beso agónico y sollozo
Con que la muerte piden o se dicen
Un adiós que no acaba los amantes !

Flora letal, primaveral efluvio


Y oculto mal, ponzoñas y fragancias !

Voz del Amor con la muerte canta


Siempre, siempre. . . .Tu amaste a Prometheo!

PSIQUIS
Mi vida por mirarme
El tiempo de un relámpago
En sus celestes ojos !

CORO

Llorad alciones que bogáis soñando,


Llorad oh ninfas que plañís cantando !

Psiquis la virgen inmortal y bella


Rompe en sus manos el colmado cáliz
De la Inmortalidad y la Hermosura !

Psiquis siguió al Titán y amó la muerte;

¿
66 LA PROMETHRIDA 1,074.

Psiquis amó, desventurada Psiquis !

Como rosas de llama arden sus ojos

Que su alma consumió, y hay en su frente


Palor de lirio vesperal y lánguido.
Su cabellera azúrea esparce al viento
Cual una llamarada de zafiros,
E hinche el marmóreo pecho la zozobra
Cual una pleamar de tardo otoño.
No ya a su paso regará la olímpica
Serenidad suprema de los Dioses.
En el errar de sus pupilas húmedas
Y en el anhelo de sus labios trémulos
Habla algo humano que ya fué divino.
Es el amor que lo humaniza todo,
Lo transfunde, transforma y transfigura !

Funesta exhalación de los abismos,


Su hálito sepulcral da al hombre un aire
De pájaro nostálgico de azures,
Ebrio de luz, irremediable ciego,
Buzo de sombras, tentador de cimas;
Y a la mujer, rosa carnal, las trazas
De flor errante envenenada en sueños.
O LAS OCEANIDES 67

Fugaz arcana llama serpentina,


Desborda y filtra el fuego de sus fiebres
En bestias y almas, y despierta súbito
El calambre frondal de primavera
Y el calofrío germinal del mar.
Sólo a los Dioses no se llega nunca
Su vértigo de besos y torturas;
Inmóviles, serenos y divinos,
El padecer ni la piedad les toca,
Pues los sempitemales Dioses no aman 1

PSIQUIS.
Como la piedra estéril

Y menos que la bestia.

Oh miserables Dioses 1

CORO.

Calla, terrible dementada ninfa !

Sólo se juzgan bien pares o iguales,


El hombre al hombre; mas supraterrestre
Sólo un Dios pudo ser censor de Dioses.
Ay de los ojos que del sol presuman !

Ay de la boca que responda al rayo !

/.
68 LA PROMETHEIDA

PSIQUIS
Mal hora a todo sol,
Mal hora a todo rayo

Que no sean el sol


De sus viriles ojos,
Y su mirar profundo,
Dardo mortal y dulce !

Mal hora al viejo Cronos


Dios vencido y cobarde

Que entregó al fiero Zeus


El cetro omnipotente !

Mal hora a la servil


Aguila envilecida
Que el rayo y la venganza
Lleva de cumbre en cumbre,
De Titán en Titán !

En vano el vuelo espléndido,


La garra de diamante
Y ojo que mira al sol.
Grandeza abyecta y harta,
Pájaro esclavo, apenas
Logró azurar su infamia
1,136 O L.AS OCEANIDES 69

Y encandecer su oprobio !

Mal hora al viejo Olimpo,


Madriguera celeste
E inverecundo antro !

Mal hora a la funesta


Caterva de Inmortales,
Grey de Dioses y Diosas
Que devora en silencio
Y en silencio obedece !

Mal hora a Zeus fiero,


Señor fulgipotente,
Padre de hombres y Dioses,

Que el cetro esgrime indemne


Del cielo y de la tierra !

Mal hora a mí que en vano


Del monte expiatorio
Sobre la escarpa estéril
Arrastré suplicante
La humildad de mis preces
Y mi desesperanza,
Como un peplo de sangre
De lágrimas bordado !
70 LA PROMETHEIDA

Mal hora a mí que un día


Cual del iluminado
Fondo de un lago místico,
En los ojos sin fondo
Del Titán sobrehumano
Bebí el licor celeste
De un sueño irreparable !

Mal hora a mí, mal hora !

CORO

Guarda ! que agita en mí un terror sagrado


Tu voz de imprecaciones aceradas !

Oh funesto Titán que el justo Zeus


Castigara no en vano y sin justicia !

Tarde lo veo por mi mal, y tarde


Mi afán intenta remediar el daño.
Cuál te ha trocado con sus negras artes
Aquel rebelde de fatal memoria,
Impúdico hechicero de inocencias
Y burlador osado de Inmortales !

Su sacrílega audacia

PSIQUIS.
Calla o muero !
1,177 O LAS OCEANIDES 71

CORO.

Pero di qué furor desconocido


Te dio a beber astuto Prometheo
En el líquido filtro de sus ojos?
A! sortilegio audaz de sus gemidos,

Cual lámpara tumbal que apaga el viento,


Se apagó tu razón esclarecida !

Tarde conozco el raro veneficio.


Hay un imán en el dolor que plañe,
Rosa de sangre de un letal aroma

Que embebe aleve al viento que lo bebe,


Y el alma ulcera que lo aspira pura.
Ante la gloria de vencer divina
Se alza una gloria de sufrir humana.
No hay miel como el dolor para almas grandes.
Esclavos y enemigos de los Dioses,
Siempre inventaron los mortales cosas
Que los Dioses no entienden pero aplastan.
Rebeldes hombres, implacables Dioses !
Tenía aquel Titán encadenado
La fiera rebeldía de los libres
Y la audacia indomable de los grandes.
72 LA PROMETHEIDA 1,108

Qué mucho si en el épico suplicio


Tendía la atracción de la serpiente !

Su verbo musical tras si llevaba,


Como un Orfeo poderoso y dulce,
Las muchedumbres, fieras encantadas.
La magia luminosa de su manos
Tentó amarrar los látigos de Zeus
En haz de rayos, y entregarlo al hombre,
Su hermano. Audaz, titánico y humano,
El alma indócil, la cerviz indúctil,
Osó imposibles y tentó las cumbres. .

Inerme y solo, sin carcáj ni escudo,


Su brazo in frágil esgrimía un sueño,
Y en su pupila lánguida dormía
La onda en que se bañan las sirenas.
A su fascinación de mago y vate
No escapó el Dios abscóndito en la llama,
Ni tú, ni tú
PSIQUIS.
Qué sabes tú de encantos
Y de misterios crueles
Como pueblan los pechos
1,218 O LAS OCEANIDES 73

Que no son inmortales !

Sabes qué frutos sápidos,

Qué pétalos de nieve,


Qué fragancias de cielo,
Qué follares divinos
Llueven del hombre triste
Cual de un árbol errante?
Sobre la arena insípida,
Sobre la mar salobre,
Sabes qué semen fúlgido
Se derrama a su paso,
Como germen de triunfos,
Como polen de estrellas?
Misterio de misterios,
Que estupeface bestias
Y encoleriza Dioses !

Una miel luminosa


Los leves labios unta
Del hombre, y es su verbo.
A su conjuro sacro
Rompen rejos de oro
Las tenebrosas rocas,
74 LA PROMETHEIDA 1,240

Y aran quillas de plata


Los turquesados piélagos !

Los mármoles letárgicos


Cantan las formas vivas,
Y los carbones sordos
Se hacen cristales líricos.
Su ensueño es una arcilla
De luz, su audacia un estro,
Y el estro se hace estrofa
En el labrado barro.
Fué la vida esa forma,
Y ese ritmo fué el alma !

Que de los seres viles,


Opacos y deformes,
A su hálito de estrofas
Surge un pueblo de estatuas !

El es el dueño espléndido
De azures y de azares

Que entre sus cejas bullen,


Y él es el rey que reina

En la plutonia noche

Que en páramos de angustia


O LAS OCEANIDES 75

Y en légamos de sombra
Rasgarán sus denuedos
Cual espadas de oro !

El es nuncio y conviva,
La cifra y el intérprete.
El cerco de sus ojos
Inscribe la montaña,
Y en su oído se acendran
Todo son, todo verbo
Cual en un cáliz mágico,
Desde un tremor de briznas
Hasta las pleamares
Del alma de la bestia !

En la verde hebra viva


Del árbol frondecido
Lee, y enmienda el texto
Del hieroglifo sacro;
Y ante él dicen su pauta
Desmelenados vientos,
Descabelladas aguas.
Oh líquidos eloquios
Del manantial, del río,
76 . LA PROMETHEIDA

Del lago y del torrente !

El hombre da a las cosas


Su nombre y su renombre.
Por él la noche su hálito
Puebla de confidencias,
Siembra de confesiones,
Y ante él sacude trémula
De sus luceros pálidos
Una luz de ultratumba

Que es claror de ultracielo.


El es la sal del mundo
Y el signo y la verdad ....
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometheo !

CORO

Cuánto le amas ! En tu seno férvido


Rebulle todo un mar estremecido
Y despierta un volcán desenfrenado.
Hay corazón que viva tánto, tánto?
Oh terrible Titán, oh Prometheo !

Su magia y su misterio hasta mí vienen


Como el calor de una invisible fragua.
1,305 O LAS OOEANIDES 77

Ahora entreveo de tu pena el fondo


Y en mí padezco tu padecimiento.

Oh extraño imán, fascinación remota


Del genio, del dolor y de la muerte !

Sólo el dolor con el dolor se hermana,


Sólo el dolor en el dolor se mira !

PSIQUIS
Oh corazón hermano,
Oh espejo en que me miro !

Como la vocal Eco


Devuelve un son equísono,
La piedad rima unánime
Su voz a nuestros gritos,
No ya del fondo umbroso
De los antros vibrátiles,
Mas del sonoro vaso
Del padecer fraterno !

CORO

Psiquis, oh ninfa abandonada y triste !

Cómo se inclina al peso de las lágrimas


Mi frente, semejante a copa de árbol
Al peso de una tenebrosa nieve !
78 LA PROMETHEIDA x.325

Vírgenes olvidadas de los Dioses,


Sólo hay a nuestra sed pozos de llanto.
Sólo queda plegar la frente humilde,
Cual sauces pronos sobre fuentes lóbregas
Do empapan sin cesar las cabelleras.
Prometheo es perdido para siempre !

Dolor, dolor !

PSIQUIS
Mientes, o no estoy viva 1

Todo, menos perderle !

La montaña y el buitre
Y el lazo de diamante,
Todo, menos perderle !

Para mí la agonía
Sin fin de contemplarle !

Para mí la tortura
De morir cada instante
En cada ay de sus labios,
Y revivir en cada

Mirada de sus ojos !

De consolarle en vano
Yo amé su pena inicua
O LAS OCEANIDES 79

Más que una madre, y casi


Cual un perro, cuando ama.
Hermana que comprendes
Y al comprender te dueles !

El es para mi vida
Lo que el sol a tus ojos
Y el aire a tu garganta.
Como los Dioses viven
De ambrosía, y los hombres
De pan, así yo triste
Viví de su dolor,
Su dolor he vivido !

Que el poderoso Zeus


Divorciando imposibles
Arrebate y separe
De la luz los colores,
De su frescor la onda,
Mas no de mis entrañas
El dolor acerado
De que sangrando laten,
De que muriendo viven !

Suya soy cual la esencia


80 LA PROMETHEIDA 1.3G7

Del viento que la sorbe,


Cual es la arista seca
Del fuego que la traga !

Por él supe el vital


Secreto de las vidas
Y el triunfo de los cálices

Florales y fatales

Que mueren perfumando


Como incensarios místicos.
Por él la herida canta
Y el dardo es salvador,
Y el inefable orgullo
De amar hasta morir.
Por él, por él, por él !

Hija del Dios marino,


La herencia y el tesoro
De su inmortalidad
No valen el instante
De eternidad que acendran
Dos bocas que se juntan
Y se sorben las almas !

Muera Psiquis si muere


i,3S9 O LAS OCEANIDES 81

De amar a Prometheo !

CORO

Adiós sonoro edén de algas y espumas,


Frescor del mar natal, onda dorada
Por el rayo primer del primer día !

Yo llevo en mi, dulce inmortal tesoro,


La música floral de tus cristales
Y el ámbar aromado de tus antros.
Fugitivo tropel de alegres ninfas,
Me arroja el hado hacia la tierra negra,
Ya procesión de penas y zozobras.
Mas al dejar tus playas para siempre
Yo llevaré en mis ojos lacrimosos
Todo el misterio azul de tus abismos
Y el amargor salobre de tus linfas.
Adiós desde el talud del monte humano,
Mar de inmortalidad y de victoria

Que cantó un día bajo el cielo límpido


La gloria de las ninfas Oceánides !

Psiquis quiere morir, Psiquis se muere !. . .

PSIQUIS
No, mientras caliente
82 LA PROMETHEIDA

La fiebre de mis besos


El escabel helado
De los indemnes Dioses.
Mientras mi voz aliente
Su gemir infinito,
Y hable el idioma múltiple

De todos los dolores,


Desde en la alondra huérfana
Hasta en la hiena viuda !

Prometheo divino !

Su genio robó un día


La llama que era el solo ,
Tesoro de los Dioses.
Pero, hermana que lloras
Mi hado, escucha y calla,
Y en tí guarda este numen:
El amor es más grande

Que el genio y que la muerte.


Si él robó el fuego sacro,
Robaré de los Dioses
Al Titán que cubrieron
Antes, de férreos lazos,
1,4.31 O LAS OCEANIDES 83

Después, de negro olvido!


CORO

Miedo me dá ese ardor que no comprendo.


Galopante arrebátate a mis ojos
El rábido corcel de un sueño loco.
Tras él me afano de tu amor prendida,
Temblorosa conviva de tus lágrimas,
Partícipe inocente de tu vértigo.
Piensas, y ese fué el mal de Prometheo,

Que con su amor fatal virtió en tu alma.


Despeñadero de águilas y Dioses,
El escaló las cimas pensativas
Donde osar es morir, y que celoso
Prohibió el Omnipotente en su cordura.
Yo ignoro dónde vas y a qué me llevas.
Un doble afán hasta hoy llenó mis horas:
El temor de los Dioses y la dicha.
Dichosa fuí sin pensamiento errátil,
Dichosa de ignorarlo y no pensarlo,

Que la dicha que piensa ya es desdicha.


Mas hoy tu hado se encadena al mío
Y el mismo Dios paterno está en nosotros.
84 LA PROMETHEIDA 1,4.52

Uno es el mármol cárneo en que latimos,


Y uno el efluvio acuátil que animamos.

Y como es mi belleza tu belleza,


También es tu dolor el dolor mío.
Si al triunfo vas que Prometheo osara,
Guíame, y si al abismo corres, guía !

PSIQUIS
Espera y calla; calla
Y espera: Ese es el arte
De vivir, y mis dedos
Conocen do está el nudo
Que anuda toda cosa.
Yo te diré el secreto

Que callan Dioses y hombres.


¿Conoces la Esperanza,
La Dea misteriosa

Que emerge de las ruinas


Y de agonías vive?
Nada el milagro iguala
De sus manos intáctiles,
Ni-la constancia vence
De su silencio insomne.
1,473 O LAS OCE ANIDES 85

Su magia envuelve al mundo


Como nimbo invisible
Donde beber parecen
Su peso los planetas
Y los soles su lumbre.
Nadie ha visto a la Dea,
Pero todos la saben
Honda, remota, íntima,
Presente y fugitiva.
Sus incorpóreas palmas
Llueven sobre los seres
Un manjar infinito
E inefable que es menos

Que viento y más que pan.


Cuando todas las luces
Se apagaron, sus ojos
Contemplan todavía,
Y cuando al fin callaron

Todas las voces, todas,


Sus oídos sin fondo

Quedan aún escuchando.


Su cara tiene el gesto
86 LA PROMETHEIDA 1,495

De la vida, sus trazas


Miman la muda mímica
Del Destino; en sus ojos
Mira la eternidad.
Es ella si las huesas
Resucitan en flores,
Y cuando el viento aparta
Las semillas, y esparce
Favilas que ya fueron
Fragantes frondescencias.
Es ella, es ella, es ella
Cuando el árbol hiemal
Funeral y espectral
Sus nudos negros brazos
Tiende hacia una invisible
Remota primavera.
Señora de los ortos
Y de los perigeos,
Tiene en su mano el radio
Del círculo y la oculta
Clave de la parábola,
Y así en la tela viva
1.817 O LAS OCEANIDES 87

Del tiempo traza el rumbo


Para las eutanasias
Y la curva proyecta
De las palingenesias.
Yo conozco a la Dea
Y he tocado el sutil
Flujo de sus imanes.
La vi sin verla un día,
La sentí sin sentirla.

Llegaba inmensa y honda


Como las primaveras,
Y en el silencio íntimo

Con que la nieve cae.


Su ser indefinible
Cual un efluvio mágico,
Fluctuaba en la leve
Sombra de Prometheo.
Tenía la indecisa
Realidad de los éteres;
Fugaz e intáctil era
La carne de un ensueño,
La sombra de una sombra;
88
'
LA PROMETHEIDA ii5?2_

Y así inmaterial era


Más vivaz que la vida,
Más eterna que el mundo !

Me habló con el silencio


De mis desolaciones,
Mi miró con la cara
De mi dolor recóndito.
Dea sin lar ni fano,
Flota en su torno el ánima
Del eco y del espejo.
De mirarme en sus ojos,

De oirme en sus mudeces,


Supe el secreto un día

Que yo, la ninfa súplice,


Era la Dea Victrix !

Oh tornos y retornos,
Tránsitos y trasluces !

Grande es sobre los seres


El poder de los Dioses;
Mas el Titán un día
Me enseñó el arte único
De osar. Si él tuvo el genio
O LAS OCEANIDES 89

Yo tengo la Esperanza
Oh ninfa ! Espera, espira !

Yo tentaré a los Dioses !

CORO

No ! Yo honraré sus aras inmortales.


Sólo humildes alcanzan a los Dioses
Mirra sacrificial e incienso rubio.
Todo desvío su piedad aduerme,
Toda soberbia su furor despierta.
Sordos y fríos al dolor y al llanto,
Sólo la hostia servil propiciatoria
Su pétreo corazón desensordece.
Sentados en sus tronos diamantinos
Yace a sus piés nuestro destino frágil,
Y su capricho nos exalta en gloria,

O en juego y pasatiempo nos destruye.


Juguetes somos que su ardor hastían.
Todo lo tienen, y en su altar reposan
La fuerza, el genio y la sabiduría !

PSIQUIS

Qué intentas?
90 LA PROMETHEIDA 1,579

CORO

Oye a mi ternura y sigue


La dulce voz de su consejo amigo.
La hermana soy que tu dolor comparte,
Nodriza fiel de tu naciente ensueño,
Lazarillo leal de tus locuras.
Sabe que todo ser y toda vida
Se nutre y mueve en la energía eterna.

La fuerza rige al mundo. Todo cede


Bajo su impulso vencedor y vasto
Como campo de espigas bajo el viento.
Nada a su ley escapa ni a su alcance,
Y es eje de diamante para el Cosmos

Donde estriba sus giros y sus vuelcos,


Alado carro de cristal sonoro.
Si un mágico poder te ha arrebatado,
Triste Oceánide, al Titán cautivo,
Llama al Dios de la fuerza en tu impotencia,
E invoca su piedad. Invoca a Ares.
PSIQUIS
A Ares, el Dios potente,
Señor de las batallas?
O LAS OCEANIDES 91

CORO

A Ares, el Dios del triunfo. En él habita


La viril fortaleza; en él se acendran
La fuerza y el esfuerzo y la firmeza.
Su ley es dura, su furor nefasto.
Alzase, y a su carro amarra indócil
De las victorias la feroz cuadriga.
Su lanza enloquecida en las batallas,
En la sangre en que ahoga los imperios
Unge al nacer las nuevas realdades.
A él sólo, a su valor cede Afrodita,
Diosa de los deliquios fecundantes;
Y como a la sonrisa de la Diosa,
En leche y luz, en besos y temblores
Se renueva nupcial la fauna cósmica,
Así, bajo el mirar cruento de Ares
Se renueva también en sangre y lágrimas.
Invoca a Ares potente, invoca al fuerte !

PSIQUIS

¿Curará el Dios terrible


Del amor y sus penas?
92 LA PROMETHEIDA 1,618

CORO

A los hierros pregunta vengadores,


Y a la hija triunfal del Cisne y Leda !

psiquis
¿Es su fuerza tan grande,
Puede su brazo tanto?
CORO

Sangre de vencedores y vencidos,


Cantad la gloria y la potencia de Ares !

PSIQUIS
Romperá al fin el negro

Torzal de mi garganta?
CORO

Su brazo férreo, su talón triunfante


Durrueca muros y sepulta urbes !

PSIQUIS
Devolverá a mis ansias
Al Titán que he perdido?

CORO

Pide al potente Dios su ayuda y sabe

Que los Dioses no en vano son los Dioses !


1,632 O LAS OCEANIDES 93

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometheo !

CORO

Derrama en el altar del Dios potente


La líquida esmeralda de tus ojos
En un raudal de lágrimas precales.
Mezcla al olor de los braseros férvidos
El volátil sabor de tus suspiros,
Como una exhalación de tuberosas.
Cual en la playa las natales aguas
Gimiendo y espumando se extenúan,
Tal derrama ante el Dios todas las rosas
De tu beldad triunfal que ha florecido
Como un ramo lilial el mar sonoro.
Oh fresca lluvia de femíneas rosas,
Carne floral y tibia cuya sangre
Es una leche luminosa y rubia !

Nada la majestad adula tanto


De los Dioses olímpicos y adustos
Cual la ofrenda sin par de la belleza.
Ni la pingüe hecatombe en que descuellan
94 LA PROMETHEIDA i,r>."¡2

La bidente becerra y el cordero

Lanígero, ni el cáliz florecido


De vino rubio, ni el festón purpúreo
De pámpanos que enlaza obscura hiedra,
Nada su hambre y su sed de Dioses sacia
Cual la poma carnal de la hermosura

Y^el vino fresco de las juventudes.


Los Dioses son voraces de lo eximio.
PSIQUIS
Si el divino guerrero
Conquista de los hados
La prenda de mis ansias,
El voto de mis días;
Si al pié de Prometheo
Me devuelve de hinojos
Y el sol azul retorna
De los ojos que adoro
A iluminar los míos,
Por la fúnebre Estigia

Que los Dioses invocan,


Lo juro, eternos cielos,
Suya soy, soy su esclava,
_ 1,673 O LAS OCEANIDES 95

Y el glorioso guerrero
Sorberá si es su grado
La vida de la ninfa,

La gracia de la virgen,
Y en mi pecho de nieve
Clavará su ígnea !snza !

CORO

Es la hora magnífica y solemne.


Su carro inclina hacia el zenít el día,
Y las sublimes bóvedas profundas
Se expanden a la luz y se ¡limitan.
Sacude el monte su corona excelsa
De nieblas y de nieves seculares.
El árbol del camino se estremece,
Y ausente, en el silencio iluminado,
Se oye el canto del mar. Esta es la hora
De la serena fuerza y la harmonía.
Por verla y por vivirla el viejo Caos
Arrancó de su seno el Cosmos vivo
Como una rosa de cristal inmensa.
La línea esquicialas divinas formas,
Y el ritmo escande las eternas músicas.
% LA PROMETHEIDA 1,694.

No es la hoguera del sol; lo que ilumina


La tierra es la sonrisa de los Dioses !

PSIQUIS
Oh día azul y sacro
Cuyo cristal translúcido
Se enciende en llamas épicas
Y en luz sacramental !

Hora muda y vibrátil


De las epifanías
Y las consagraciones !

Oh día, eterno día !

CORO

Juntemos a la eterna sinfonía


De las esferas nuestro laude unánime.
Todo la gloria de los Dioses canta
Cuyas manos munífices soltaron
La dádiva divina de la vida !

Loe toda garganta y acompañe


Su himno sacerdotal lira epinicia.
Yo he visto la Victoria de los Dioses.
Es una virgen como Palas pulcra.
Sus manos tiende a un invisible lauro,
O LAS OCEANIDES 97

Y abre en su dorso inmarcesibles alas.


Sus plantas bañan los crinados mares,
Y su frente corónase de estrellas.
Nada su vuelo vencedor detiene,
Y en su pupila diamantina brilla
Como un rayo cautivo el triunfo cierto.
Antes que el aire rompan nuestras preces
Como azorados pájaros mendigos,
Digamos alta en la mitad del día
La gloria de los Dioses inmortales !

PSIQUIS
En el clangor divino
De sistros y de trompas

Que derrama en los aires


El ditirambo egregio,
Como una flauta flébil
Tañe mi pena indocta.
Cual un laúd sin pauta
Mi lloro estéril plañe.
Bajo el tropel bravío
De águilas que estremecen
La nube con el reto
13
98 LA PROMETHEIDA 1,735

De sus gritos salvajes,


Rimaba sus congojas
En la enramada oculto
Nocturno ruiseñor

Que enmudeciera al alba !

CORO

La hora excelsa. Bajo el áureo dombo


Despierta el himno casto de las aguas
Y el coro religioso de los bosques.
Es la hora ritual de las plegarias.

PSIQUIS
Señor de las batallas,
Ares terrible y vasto

Que el potente abolengo


Proclamas con tu lanza !

Vuelve los ojos fúlgidos


En que los triunfos arden
A esta doliente ninfa,
Y a su miseria inerme
Presta el divino apoyo
De tu poder invicto !
O LAS OCEANIDES 99

CORO

Ares triunfal, a la doliente ninfa


Presta el favor de tu poder invicto !

IRIS; llega sobre la. montaña..

Qué dolorosa voz llama al Dios fuerte?


CORO

La voz de siempre que a los Dioses llama


De la necesidad y el sufrimiento.

PSIQUIS
Voz del amor que clama,
La más dulce voz si
No fuese la más triste.
Yo llamo a Ares potente.
IRIS, avanza.

Albas de sangre, enardecidos campos !

Corcel demente, canto de la espada !

Cascos de llama, forjas de la muerte !

Clarín, tropel, clangor ! Ares despierta !

(Área llega en un carro alado),

CORO

Estrofa.
En la escarpa del viejo monte cano

s
100 LA PROMETHEIDA

Y al tímido conjuro de las ninfas


Se alza en su gloria el Dios de las batallas.
Clarín, tropel, clangor ! Cantemos a Ares !

En los clamantes campos de la sangre


Reina sin par el hijo de Hera y Zeus.
La magra pierna y el robusto pecho,
El ojo en llamas, el fruncido labio
Hacen tremer al mismo Olimpo. El Miedo
Y el Terror le acompañan. En la diestra
Vibra la ingente lanza; el combo escudo
Retiene la siniestra. Como un perro
Le sigue enorme lobo. A su mirada
Se trueca el cielo azul en cielo púrpura.

Antistrofa.
Qué sordo son invade la llanura
Como remoto trueno tras los montes,
Como tumbo del mar lejano? Es Ares !

Eres tú que te anuncias agitando


La espumante cuadriga de tu carro.

Rasga el aire el clarín como una espada.


Las notas de su canto en los escudos

Que bruñe el sol encienden llamas vivas


O LAS OCEANIDES 101

Y enarcan la cervíz de los caballos.


A su aguijón sonoro se desbordan
Terríficos torrentes. Canta el bronce.
Tumbos, asaltos, choques. Gime el suelo.
Volar de ruedas férvidas. Los carros
Trenzan el sibilante vuelo. Cintas
De llama. Espesa cáligo de polvo
Se alza. Se oye el chocar de las corazas
Y las espadas: fraguas de la sangre !

Vasto clamor ondula en la llanura,


Como la sábana del mar sonante.
Ares triunfa ! Clarines y clangores !

Epodo.
Ares fatal, mortífero lancero !

El himno a ti rugiente y rutilante

Que las mil bocas de la guerra cantan.


Desde en la ancha nariz del potro rábido,
Hasta en la abierta herida sitibunda !

A ti la voz del viento embebecido


De repiques, relinchos y redobles,
Y el trepidante son de los trofeos,

Y el crepitar de las voraces llamas !


102 LA PROMETHEIDA

Tu lanza rompe la falange y abre


Cauce a la cruenta sed; tu lanza el muro
Derriba enhiesto y vuelca el carro célere.
Si pasas a tu paso el aire pueblan
Remotos alaridos de ciudades.
Y el cielo manchan de violas fúnebres

Lóbregos cuervos de sangrantes alas.


A ti la sangre, icór solar, magnética
Linfa, llama floral, zumo de razas !

A ti la sangre, onda lustral y férvida


En que los reyes sus coronas lavan
Y ungen sus esperanzas las naciones !

Su púrpura sonrosa las auroras,


Y su calor es el calor del día !

En su bullir fluvial beben las razas


De su fuerza el misterio; y cuando el héroe
La derrama, derrama el patrio genio !

Fervor de lavas y frescor de olas,


Nutre las entelequias y los númenes,
Y los trasmite a los remotos siglos.
Gloria a la sangre, hija del sol preclaro
Y al Dios que en sus altares la consagra !
1,832 O LAS OCEANIDES 103

ARES
La sápida oblación del mundo amamos.
De las llanuras vírides ó negras,
Del mar salobre o de la gleba pútrida,
La ofrenda de la vida agradecida
Sube al cielo: sahumerios expiatorios,
Canto eterno del mar, llanto del hombre
Amamos el patético ofertorio !

PSIQUIS
Divo terrible y sacro

Que al vibrar de tu lanza


Retuerces los destinos
Y los vivires quiebras !

Óyeme, Brotoloigo,
Y enséñame la causa

De mi hado insensato,
De mi dolor inmérito !

ARES
No hay hado ciego ni dolor inmérito.
Recibe inagotable don la tierra
De orvallo fecundante y luz sagrada,
Y en cambio su piedad se eleva al cielo,
104 LA PROMETHEIDA

Columna inagotable de dolores.


No hay hado ciego ni dolor inmérito !

CORO

Vosotros habitáis, eternos Dioses,


Las cumbres irisadas de la vida.
De vuestro ojos mana el lácteo río
De astros. Sois el calor y el pan del mundo !

Tened piedad de las humildes ninfas.


ARES
Miráis la cumbre y añoráis el iris:
Son un misterio el iris y la cumbre !

PSIQUIS
Triste ninfa yo ignoro
Los sagrados misterios
Y el verbo de los Dioses;
Pero sé lo que sufro
Y el mal de que padezco.
Vuélveme a Prometheo !

CORO

Oh Prometheo, triste Prometheo !

Era el río incansable de las penas,


Y hoy es la fuente viva de las lágrimas !
1,869 O LAS OCEANIDES ....I9«L

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometheo !

ARES
Yo no exilé al Titán sobre los riscos,
Ni a martillazos descuajé sus brazos,
Ni le desjarreté sobre la peña.
Soy el encendedor de las batallas,
Soy el ultimador de los combates !

Amo la lid equipotente y fiera.


Mientras los campos que inflamó mi lanza
Se cubrían de mútilos trofeos
Y cantaban clarines y clangores,
Se oía en lontananza el alarido
Del Titán. El horror de su tormento
Estremecía de pavor los campos
Y helaba los gloriosos exterminios.
La muerte fuera un bien a Prometheo !

PSIQUIS
Tu brazo es prepotente,
Tu gloria inmarcesible.
Tu eres la fuerza indómita
14.
106 LA PROMETHEIDA 1,888

Y eres la audacia indemne !

Destroncador de pueblos,
Eversor de ciudades !

Clarín, tropel, clangor,

Que la llegada anuncian


Del triunfante guerrero,
Del lancero divino !

Volvedme a Prometeo !

Vuélveme al Titán, oh Ares !

CORO

Oh Prometheo, Prometheo, Pro


metheo, Prometheo, Prometheo !

ARES

El monte está desierto, el tiempo es ido,


Prometheo no es más, no es más el grande
Titánico dolor que hizo del Cáucaso
Fantástico trofeo palpitante !

Cumplida está la voluntad de Zeus !

psiquis
Eres un Dios, o burlas !

Vuélveme a Prometheo !
1,906 O LAS OCEANIDES 107

ARES
Sólo las Parcas el secreto leen

Que sus ruecas giróvagas ovillan !

PSIQUIS
Tú eres más que las Parcas
Lentas y sofiolentas,
Y es menos que tu lanza
Su rueca musitante.
Tu eres el Fuerte, el Dios

Que tus iras impones,


Que tus quereres logras !

Dame al Titán, o trueca


Tu lanza en una rueca !

ARES
Cómo el dolor aumenta tu belleza
E imanta de esmeralda los tus ojos !

Menos de aljófar se embellece el alba

Que tu cara de lágrimas. Las rosas


A tu palor divino enrojecieran
Y al mirarte los Dioses del Olimpo
Mansos buscaran ser cisnes y toros !

Psiquis, nunca Afrodita tuvo aquel


108 LA PROMETHEIDA 1,925

Aroma luminoso que derramas

Que no se sabe si es fragancia o luz !

PSIQUIS
Dolor, dolor, dolor !

En qué lago encantado


.De azulados cristales
Y magnéticas aguas;
En qué rincón de cielo
De zafiros seráficos
Y purezas cerúleas
Beberé rediviva
La tristeza celeste
De sus celestes ojos !

CORO

Vuelve a tanto dolor el ceño umbrátil,


Ares terrible, y mira si en la ninfa
Su dolor es mayor o su hermosura !

Si en el regio convite de los Dioses


Fué su manjar el padecer terrestre,
Su vino arcano la inmortal Belleza,
Por la belleza y el dolor ninfeos

Que gimen a tus piés y resplandecen,


1,945 O LAS OCEANIDES 109

Oye la voz de la fatal doncella !

Al implacable golpe de tus brazos


Rompe el misterio que al Titán persigue,
Y haz que retorne el triste Prometheo

Al amor de la triste Prometheida !

PSIQUIS
Piedad, potente Ares,
Para la Prometheida !

ARES
Ninfa por quien virtieran los mortales
Toda su sangre en rútilas batallas !

Lirio del mar, capullo de la onda

Que embriagas de amor el aire vago


Con sólo sacudir tu cabellera !

Hija del Dios marino que en tu carne


Puso el tesoro de su reino undoso,
Sus ámbares, sus perlas, sus corales
Y el juego lácteo de su espuma hirviente !

Tú que en los ojos misteriosos llevas

El verde turbador de los remansos,


Y en la fragante boca la frescura
De los sagrados antros submarinos !
110 LA PROMETHEIDA 1,965

Tú que a la magestad de Hera harmonizas


En tu única beldad la pecadora
Gracilidad de la mujer terrestre !

Pídeme el don más caro a tu capricho


Y el voto que soñó tu fantasía
PSIQUIS
Vuélveme a Prometheo !

ARES
Pídeme que la lid desencadene
Como un alud; que caiga el héroe espléndido
Como tronchando mástil; que la sangre
Tremole su oda fúnebre y radiosa.
Pídeme el trono a que se asciende sólo
Sobre cabezas mútilas; el lauro

Que lágrimas regaron seculares


Y fecundó sangre ancestral; las grímpolas
Pídeme, y las panoplias inmortales
Donde escojen su espada las victorias
Y vibran con un timbre de epopeya.
Pide el corcel que arrasa las ciudades,
La llama que devora miés y pámpano
Y el carro en que viaja el negro Excidio.
1,985 O LAS OCEANIDES 111

Ares es inmortal y prepotente.


Toma a placer su carro de diamante,
L' alta cuadriga con enjalma de oro,
O él rayo de su lanza si deseas,

Oh Psiquis, mas no pidas lo imposible !

PSIQUIS
¿Existe lo imposible
Para los Dioses prósperos?
ARES
Oh cálculo insensato de la fiebre !

Construcción del delirio galopante,


Arquitectura audaz del torbellino !

Si el signo de la bestia no comprendes,

¿Entenderás la cifra de los Dioses?


Oh ninfa que acongoja la tristeza
De ver correr los ríos de la vida

Que arrastran en sus vuelcos y remolques


Glorias y amores, lágrimas y flores !

PSIQUIS
Ni el dolor es eterno?
ARES
La dicha es una sombra que sonríe,
112 LA PROMETHEIDA

Y es el dolor cuando la sombra llora.


Divina plañidera de una sombra

Que el incendio ilumina de tus sueños !

Por la sacra belleza de tus ojos

Que un dolor sobrehumano diviniza,


Ares, Dios de la sangre y del Excidio,
Será confidencial tu amigo Numen.
Sabe la clave del divino sino:
Hay un oculto Dios sin voz ni faz,
Sin nombre ni renombre, íntimo, extraño,
Vago y fatal. El es a un tiempo mismo
La ley, la grey, el rey. Verdad y ensueño,
El es flor y raíz, semilla y fruto,
La cítara a la vez y el citaredo,
Cáscara y nuez, la piel y la serpiente;
Y él es el nudo que ata lo imposible.
¿Conoces a ese Dios desconocido?
Tiene un altar en la sagrada Atenas !

PSIQUIS
Dolor, dolor, dolor !

Quién mi dolor comparte?

">
2,023 O LAS OCEANIDES 113

CORO

Oh Ares potente ! En tu divino eloquio


Se destila un dulzor inesperado.
Al fin, al fin los Dioses sois los Dioses !

Perdona la congoja de las ninfas


Y su audacia. Tu sabes la distancia

De la nereida humilde al Dios olímpico !

Tu sabes la inocencia de las ninfas

Y el inicuo penar de Prometheo.


Tu eres el fuerte, y tu divina fuerza
Restaurará al Titán, aunque en prisiones.

¿La fuerza acaso no lo puede todo?


ARES
La fuerza sólo puede lo que puede.
Soy un Dios entre Dioses, y mis pares
El néctar beben en la misma crátera.
CORO

Hay algo que el poder de tu ira iguale?


ARES
Una sonrisa de Afrodita, un signo
De Palas Triste ninfa, tu no sabes
Medir la gloria etérea de los Dioses
1S
114 LA PROMETHEIDA

Ni el terrible misterio de su fuerza !

CORO

Nada amengua, Ares exicial, tu gloria !

En el rico metal de tu armadura


Se forja la armazón del universo !

Gloria a tu lanza que es la ley de bronce,


Y a la fuerza inmortal, calor del mundo !

ARES
Del oculto vigor visibles formas,
El terror acendraron en sus ojos
Amnícola esmaltado crocodilo,
Gateado lustroso leopardo.
Mas sube el águila al zenít diáfano,
Y el rayo enjoyelado en su pupila
Sonríe en luz del monstruo y de la fiera.
Sólo mi lanza estremeció impalpable
Saeta voladora y luminosa
CORO

¿Dónde la flecha está que estremeciera


Tu invicta lanza?
ARES
En el carcáj de Apolo.
2,032 O LAS OCEANIDES 115

CORO

Apolo, claro Dios de excelsitudes !

Su nombre es el comienzo de unas músicas


Lejanas; en la plata de su arco
Quedara la ternura de su lira
Nunca, Ares exicial, su flecha leve
Valdrá la llama roja de tu lanza !

ARES

Oh ilusión incurable de la fuerza !

Mosto grosero, embriaguez letárgica


De almas plebeyas ! Su deliquio buscan
La bestia, la mujer, la muchedumbre,
Fauna femínea. Mientras de la fuerza
Se embeben el felino y el cetáceo,
En su soledad sacra se embriagan
De luz la abeja, el ruiseñor de ensueño !

Tú, teme a cuanto vuela, dardo o pluma !

CORO

Mas tú eres Ares !

ARES
Es mi hermano Apolo.

-
116 LA PROMETHEIDA

CORO

Tu lanza es fuego.

ARES
Su saeta es luz !

CORO

Y es más fuerte que tú el divino arquero?

ARES
Calla, oh hermosa ninfa temeraria,
Falena escrutadora de una hoguera,
Libélula hurgadora del abismo !

CORO

Responde, Ares !

ARES
Escúchame, Oceánide,
Y sea la señal de despedida !

El enigma es bifronte, el juego doble.


Mientras Apolo es luz, Ares es llama !

CORO

No me abandones aún. Amo tu eloquio

Que no entiendo. Mas di, ¿lucháis los Dioses?


ARES
Como el viento y el mar, eternamente,
2,080 O LAS OCEANIDES 117

En una lid sin triunfo ni derrota !

CORO

Y Prometheo?
ARES
Adiós, ninfas marinas
Cuyo plañir de amor es más suave
Que el canto de las liras convivales !

CORO

Escucha, Ares divino, Ares terrible


ARES
Adiós, descabelladas Oceánides,
Mármoles frágiles, llorosos lirios

Que consteláis el verde mar de alburas


Como llovidos pétalos astrales !

(Ares se rá lentamente en su carro alado).

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro
metheo, Prometheo !

CORO

Piedad, piedad inagotablemente !


ti,

Piedad a mí, piedad a oh Psiquis


!

Ares fuerte, poderoso es ido


el

el

!
118 LA PROMETHEIDA 2,094

Clarín, tropel, clangor ! Adiós, fantasmas


De imposibles batallas vengadoras !

Cobres occidentales, sistros graves !

Trompas solemnes, épicos clarines !

Tañed la mi tristeza con el timbre


De las fúnebres marchas imperiales !

PSIQUIS
Dolor, dolor, dolor !

¿Conoces el dogal
Que anuda las gargantas
Que se dicen adiós?
Y el silencio sin lágrimas
Con que se entierra un sueño
Muerto en el corazón?
Tremor de despedidas,
Verano que se parte,
Valle que muere ya !

Mustias sombras errantes


De las melancolías;
Funerales tambores
De los otoños pálidos !

Crepúsculos supremos !
2,115 O LAS OCEANIDES 119

Tristeza de tristezas !

Decidme la congoja
De un sueño que se entierra
Muerto en el corazón !

Silencio. El instante se ahonda como si el tiempo hubiese perdido

su medida. Luego el

CORO

¿Sientes que el aire llena al paso de Ares


Un eco de clarines y clangores?

PSIQUIS
Yo siento el aire lleno
De una agonía muda !

CORO

El raudo carro del fatal lancero


Riega una estela de épicas bravuras !

PSIQUIS
Aun desmaya en mi oído
Su adiós sin esperanza !

CORO

Reclínalo en mi pecho, y oye cómo


Del corazón me sale un son sublime,
Son de torrente, cual del fondo de una
120 LA PROMETHEIDA 2,13o

Caracola espiral rumor de océano !

PSIQUIS
Del mío sólo sale

f Rumor de fuente oculta

Que llora, llora, llora


Inagotablemente !

CORO

Ninfa que amaste del Titán la gloria !

Su gloria fué de amor y sufrimiento !

Su amor era más grande que su pena !

PSIQUIS
Cual penó Prometheo
Pena la Prometheida !

CORO

Psiquis, que desfalleces como un lirio


Allá en la sombra vesperal y lánguido !

El alma del Titán en ti despierte


Y el soplo de los épicos anhelos !

Sólo es grande el amor que amando muere !

¿Dónde está el alma ciencia que bebiste


En la mirada del Titán? Su honda
Pena de amor celeste no era un verbo
2,148 O LAS OCEANIDES 121

Renovador de mundos? ¿Qué enseñanza


Cual la de su titánico tormento?
¿Su labio seco no era fuente lírica,
Y su ojo agónico eclosión de auroras?
Su gemido de amor atormentado
¿No encendió este volcán de sacras llamas
En que acendras tus sacras alegrías?
Por él un mundo conociste nuevo;
Por él tuvo un sabor la hora insípida !

El te enseñó en la magia de sus ojos


La caricia triunfal de que se muere
Y el ay resurrector con que se nace !

Prometheo es la aurora de las almas,


Y su mirada fecundó tu seno !

CORO

Oh hermana, un fuego ignoto


Brilla en tus ojos. Llamas
Son tu verbo, tus labios
Un tráter rosa, Apenas
Te conozco. Pareces
Una Penthesilea
Con voz de pitonisa !
16
122 LA PROMETHEIDA 2,169

Cómo el son de terneza


Con que arrullas se torna
Clamor de heroico brío !

Dónde las ufanías


Bebes de tu esperanza?
CORO

Tú me enseñaste a amar a Prometheo;


Mas yo doy a tu amor la fuerza de Ares.
Nunca en vano llamamos a los Dioses !

PSIQUIS
Gallarda escanciadora
De los divinos jugos I

Dame a beber el vino

Que se hace sangre de héroe,


Y el hidromel suave
De las constantes almas !

CORO

Te doy lo que me diste, la Esperanza.


De tu propio raudal mi mano escancia,
Y la riqueza mía es tu tesoro !

¿Cómo no ves que lo que humilde imploras


Se acendra en ti como en la flor la esencia?
O L.AS OCEANIDES 123

Oh achaque humano, solamente humano !

Sonambulismo en que perece el hombre,


Cazador insensato de su sombra,
Buscador incurable de si mismo !

PSIQUIS
Mi esperanza se viste
De gasa incandescente

Que transparenta un rayo


De tenue lumbre azul !

Mi oído sueña como


Con el cantar de un astro !

CORO

Es el apolíneo soplo que despierta


Dentro los pechos que Ares fortalece.
La gracia más divina es flor de fuerza,
Y el dorado capullo del ensueño
Sólo flora en las almas poderosas !

PSIQUIS
Es en la fiebre humana
Una embriaguez divina !

CORO

La luz azul que da la brasa roja !


124 LA PROMETHEIDA ?,206

PSIQUIS
Mi alma trémula y pálida
Es un barco encantado
De cárbasos sedeños
Y proales orgullos,

Que cual dormido cisne


Boga en el terso lago.
Las penas apaciguan
Su áridos martirios,
Como plegar de alas,
Como llover de pétalos.
Mi tenebroso llanto
Se hace auroral rocío,
Y en mi plañir indocto
Nace un compás de estrofa.
Poder fecundador
De los padecimientos !

Arcanas energías
Del sufrimiento sacro !

Sólo el Dolor es fuerte,


Sólo el Dolor es grande;
Y el vino de las lágrimas
2,227 O LAS OCEANIDES 125

Labra el más alto sueño !

CORO

Mi alma boga en la esperanza plácida


Cual pez dorado en el remanso azul !

PSIQUIS
La mía vibra como
Dardo de luz canora

Que iridescentes nimbos


Corta del aire rubio.
Ya cruza el silencioso
Piélago opalescente
De evanescente polen

Que es la mente divina !

Despierta en mí tremante
Soplo desconocido,
Constructor de poemas,
Soñador de universos !

CORO

El mundo es un poema realizado,


Y el ensueño es semilla de universos !

PSIQUIS
Como corcel de llama
126 LA PROMETHEIDA 2.245

Tiende mi afán e1 vuelo,


Y el voto de mis días

Presiente ya sus lauros.


Yo tentaré a los Dioses !

CORO

Yo honraré sus altares !

PSIQUIS
Oh dorado horizonte

Que enciende un nuevo día


Y esmalta en llamas como
La flor de un alma nueva !

Cual esas albas de oro


Sobre horizontes rosa,
Volverán, Prometheo,
Los fugitivos días,
Las encantadas horas.
Volverá la divina
Tristeza de mirarte
Más honda y más extática

Que las venturas todas.


Sobre el trémulo mármol
De mi ferviente seno,
_ 3,265 O LAS OCEANIDES 127

Volverá como un río


De lazulitas líquidas
A fluir de tus ojos
Honda melancolía !

Sobre el abrupto monte


Que tu suplicio enclava,
Volverá el trance único
De enjugar con el crespo
Vellón de mis cabellos
La sangre de tus plantas
Yo tentaré a Apolo !

CORO

Yo precaré en sus aras. Ya conozco


La divina virtud del rubio arquero.
Leto engendróle del potente Zeus,
Alegría y fruición de los mortales !

A su andar juvenil y majestuoso

Que ritma de su aljaba el son metálico


Tremen los Dioses del sagrado Olimpo,
Y es temor de su fuerza o es asombro
De su hermosura, nadie sabe ! El suelo
Brota a su paso abejas y cigarras.
128 LA PROMETHEIDA

Su vista aquieta el mar, y sólo entonce


Se oye cantar a los delfines. Tímido
Juega el viento enredado en su cabello:
Se dora el aire al oro de su clámide !

Su cólera es terrible cuando baja


Fiero y umbrátil del montuoso Olimpo,
Y el cielo cruza, imagen de la noche !

Yo sé la forma y el vigor del Divo


De labio imberbe y de talante regio,
De la cadera angosta y !' alta frente !

El es el gozo, él salud del mundo,


Y es su sonrisa el clarear del día !

PSIQUIS
Apolo es el Dios lúcido !

En sus ojos se enciende


La estrella matutina
Y el bólido nocturno.
En la más densa noche
Visten de luz sus manos
A la fugaz luciérnaga
Y al mar fosforescente.
Rompe su dardo rútilo
O LAS OCEANIDES 129

La más letal tiniebla


Del dormido pasado
O del helado olvido.
Tras él las almas vuelan
De lumbre sitibundas,
Y en él los Dioses beben
De claridad sedientos !

En sus fuentes lumíneas


La Vida enciende en flámulas
Sus triunfales hogueras;
Y en los mismos raudales
La misma Muerte prende
Su dulce antorcha pálida !

El es el verbo excelso,
Y en él su origen cobran
Toda divina idea,
Todo pensar humano !

CORO

Libertarán sus fulgurales flechas


Del poder que encadena a Prometheo !

PSIQUIS
Triunfador de crepúsculos
ir
130 LA PROMETHEIDA 2,327

Y vencedor de eclipses,
El mismo hado enlaza
Apolo a Prometheo.
Sólo al Titán piróforo
Salvará el Dios lúcífero !

CORO

La hora sacra ! Invoca a Apolo, oh ninfa !

Los hieráticos áureos lampadarios


Flamean. De los trípodes vibrantes
Vuela en volutas leves el espasmo
Pítico. Los sagrados bosques llena
Penumbra mística. Sus aguas límpidas
Las fuentes inspiradas perlan. Hora
De lírico arrebato, hora sutil
En que acendran su verde inmarcesible
Los ramos dáfnicos, y en nueva pauta
Templan los vientos sus broncíneas trompas:
La ola ritma un cascabel de plata !

Hora en que sopla el apolíneo soplo


Sobre las frentes pálidas y ardientes;
Hora divina ! Invoca a Apolo, oh Psiquis !
O LAS OCEANIDES 131

PSIQUIS
En mi cuerpo ninfeo
Siento un tremor de lira !

CORO

La lira dio a tu cuerpo sus harmónicas


Curvas; mas hoy le da su alma sonora !

PSIQUIS
El aire me enbriaga
Como un vino volátil !

CORO

Su celeste diáfano es casi índigo,


Y en el cristal de iridescentes brumas
El hondo mar deslíe sus violas
Y el alto monte azura sus verdores !

PSIQUIS
Mar rosa, monte azul !

Que esmaltasteis rientes


Mis meridianos cálidos
Y mis mañanas frescas !

Ya sé que tintas mágicas

Tiñeron vuestras frentes


Y el fanal empaparon
132 LA PROMETHEIDA 2,304,

Del aire tornasol !

CORO

Es la hora diáfana, hora lírica,


La hora del laurel. Invoca a Apolo !

PSIQUIS
Liróforo, en el fano
De la materna Delos
Inmolaré graciosa
La conspicua hecatombe,
Y el libamen sagrado
Derramará mi crátera.
Mas hoy, celeste arquero,
Foibos Apolo, escucha
La virginal plegaria
De la doliente Psiquis,
Y en su abandono huérfano

De amor su mal socorre !

CORO

Oye la prez de la doliente Psiquis,


Foibos Apolo, y a su mal acorre !

IRIS
Dulce plegaria trae el viento errátil
2,382 O LAS OCEANIDES 133

Al reino de la luz y la harmonía.


Su tierno acento hace vibrar unánime
La fibra de harmonía oculta en todo
Y el recóndito son. Las cosas tienen
Almas sinfónicas: la misma nota
De. gama en gama hace vibrar los sones,
Cuerdas concordes y metal simpático.
Las cosas se responden misteriosas
Cual espejos sonoros. Cuando cantan
Despierta el Dios de luz y de harmonía.
PSIQUIS
Llamó la ninfa flébil
Al inmortal arquero.
CORO

Yo llamé con mi voz de ola al Cintio


Príncipe de la luz y la harmonía !

IRIS
La oda y el laurel. Foibos Apolo !

Piedras pentélicas, ebúrnea cítara !

Palor de augur, furor sacerdotal !

Bosques del Helicón, castalias linfas,


Y el cielo lila de la dulce Delos !
134 LA PROMETHEIDA 2,401

(Llega Apolo en un carro alado).

CORO

Estrofa.
Dios del arco de plata, que protejes
La verde Claros y la sacra Delfos,
Y en Ténedos imperas ! Dios harmónico,
Oh Sminthio ! Escucha el canto de las ninfas
Que en el orgullo y el claror del día
Dicen tu loor. Yo canto el quinto cielo !

Recóndito poder que geometrizas


En la flor, el cristal y los zodiacos,
Fauna astral ! Tú las cataratas abres
Del mar opalescente y latescente
De la idea, y en él te miras ! Labras
Las formas vivas, escultura eterna,
Y el sueño arquetipal de sus contornos
Sobrevive a las cosas. Te obedecen
La línea y el instante. Tú compasas
Nadires y zeníts, y tú edificas
Las trigonometrías genitales.
Por ti hasta en lo arítmico hay un ritmo
Desconocido o superior. Lo que anda,
2,420 O LAS OCEANIDES 135

Lo que serpea o lo que vuela, todo


Responde a un logaritmo que hace estrofa !

Por ti las mentes prenatales trenzan


Sus fijas criptogamias que más tarde
Serán epifanías. Diste el radio
Del astro y la pupila. La naranja
Como el cielo circuíste en doce partes,
Fruto sacro. Contó en tu mente el mar
Sus olas, cual sus pétalos el trébol.
Tu diste al cráneo pensativo el molde

De la bóveda astral, tú que sonríes


Al cielo lila de la dulce Delos !

Antistrofa.
En el sacro terror los seres lactan.
En todo late un mito milenario,
Y es sudor de las cosas el misterio.
Abraza el mundo aún con sus escamas
El Pitón mago que su cola muerde.
No viene ya su aliento de los antros
De Eleusis o de Endor; sale del hombre.
Su milenario afán te buscó ubicuo.
Te llamó con sus gnosis y sus mánticas,
136 LA PROMETHEIDA 2,*4l

Délfico padre del humano cálculo;


Y el día en que latente enmudeciste
Las vísceras, los vuelos y espeluncas.
Sintióte hablar en sí ! Terror divino !

Tu numen devoraba sus entrañas.


Enardecido augur, sigue escrutando
Prodigios, vuelos de almas, almas antros,
Y escarba un hígado augural, el propio !

Pitio, un día feral, mientras dorabas


El cielo lila de la dulce Delos,
Cubría el Cáucaso cruel crepúsculo.
Jamás tristeza fué más triste. Zeus
Se empedernía en el Titán exsangüe;
Mas lo que agonizaba sobre el Cáucaso
No era el Titán; era tu propia audacia !

Epodo.
Harmonía, harmonía ! Liras, rosas !

Oda que escande es una flor sonora,


Y oda fragante la corola en flor !

La cifra misteriosa escribe el iris


De la lira heptacorde, oh Heptamenio !

Lo que transfunde un vuelo arquitectónico


2.462 O LAS OCEANIDES 137

De Laomedón a los sillares móviles


Es el lírico son. Números, almas.
La piedra torpe se destila en música
Como el carbón el luz. El son es sacro.
El alma sorda que no cela abscóndito
Canto es la bestia ya, sin la inocencia.
Harmonía, harmonía ! Éter infuso !

Ritmo natal del cisne navegante,


Signo gentil del ruiseñor aeda !

El árbol de la vida canta; el genio,


Pájaro cándido de alas cerúleas,
Pone en su rama verde un huevo de oro !

Foibos Apolo, rubio citaredo,


La voz secreta a ti de toda vida,
Y el cielo lila de la dulce Delos,
Y el mar de múrice mugiente y mármol !

IRIS
Liróforo, a lo lejos se oye el canto
Del mar mamóreo bajo el cielo lila:
La lira loa el loor de tus laureles !

APOLO
Serenidad ! Sobre la cumbre moran
138 LA PROMETHEIDA 2,482

Un aire que es espíritu del aire


Y un agua que es el alma de las aguas !

Id a la cumbre en que el dolor es éxtasis !

PSIQUIS
Apolo, tu conoces
Mi afán y mi quebranto,
Ya que todo lo sabes,
Tú que en las almas lees.
Prometheo es perdido:
Su dolor y su genio,'
Como dos bocas ígneas,
Me han bebido la vida
Y el alma me han sorbido.
La sombra soy de Psiquis

Que busca a Prometheo,


Mariposa viuda
De una llama divina.
Dios del arco de plata,
De las flechas de oro;
Dios de la eterna lira,
Vuélveme a Prometheo !
2,502 O LAS OCEANIDES 139

APOLO
El monte está desierto, el tiempo es ido.
¿Dónde el aroma está de tantas rosas
Que ya fueron, de tantas primaveras?
Dulce ninfa, alegría de los Dioses !

Tu pena calme el apolíneo mito:

Todas las primaveras mueren fútiles,


Y es inmortal la Primavera al cabo !

CORO

Amamos un dolor tan hondo y grande

Que lo soñamos inmortal y sacro !

APOLO
Sabe, el dolor florece y reflorece

Como la rosa efímera y eterna.


También tiene el dolor su primavera.

CORO

Flora nefasta, ramos de la muerte

APOLO

Cálices son en que la vida flora.

¿Qué sabes tú si son entre las rosas


Las rosas del dolor las menos bellas?
140 LA PROMETHEIDA r.Slí

CORO

Yo conocí al Titán; sé la hermosura


De su humano dolor que era divino.
APOLO
Gloriosa aparición de la Belleza !

Todo sigue su ley. Sed de harmonía


Fatiga al mundo. Todo tienta o busca
Una eclosión floral, ortos o partos.
El misterioso afán sangrando triunfa.
Vientre o capullo, iguales se desgarran !

CORO

Oh imperio luminoso e implacable !

Nada la faz del rubio Dios conmueve,


Montaña de dolor ni mar de lágrimas !

APOLO
Serenidad ! Ni viento ni torrente

Quiebra el rayo de luz: dardo de oro


Perfora infrágil, ilumina inmóvil
Cataratas y vórtices. ¿Qué sabes?
Un corazón que sangra es que florece !

CORO

Tú descubres un mundo en que fulguran


2,535 O LAS OCEANIDES 141

Rayos de luz, como un cruzar de espadas.


La belleza, Liróforo, es impía.
Conozco ya que cuanto vive es víctima,
Y que el mundo es un Cáucaso gigante.
Sminthio, el dolor ¿tiene un sentido nuevo?
APOLO
Nuevo no, más divino sí. No hay Paros
Tan raro y caro, ni ébano ni sándalo
Ni pórfido volcánico en que labre
Mejor que en él su estatua la Hermosura.
Y el Cosmos y los Dioses están hechos
De ritmo, de harmonía y de belleza.
El mal es la fealdad. Sed de belleza
Fatiga al mundo; y el dolor impávido
Es el pasto divino de la vida.
Sobre la humilde gleba dolorosa
Todo se arrastra, -y la impotencia en vano
Mira a la altura. Al pájaro persigue
Feroz mirada de impotente envidia,
Vuelo voluble de veloz libélula.
Oh vértigos, vorágines y vórtices !

No hay ala ni hélice como el dolor !


142 LA PROMETHEIDA 2,556

CORO

¿A todos muerde el áspid de ese anhelo?


APOLO
A todos tienta la ascensión sagrada,
Y una escala de luz ve todo ser.
Mas lo que a unos parece cima o vértice
Apenas es tramo inicial para otros.
Mira en el alma astral de mis poetas,
Como en la sacra umbría de los antros.
Lo que las llena de penumbras mágicas
E imanes tenues es el alto arcano,
Luz tan sutil que llega a nebulosa,
Voz tan profunda que parece muda;
Y es como el claro zumo de las vidas,
Como el vibrante jugo de las Horas !

Un solo son dulcísono de lira


Es un mar condensado en una gota,
Sonoro, delirante y doloroso !

La lira es ánfora de esencias sacras.


CORO

Frentes que ciñe dulce lauro verde !

Nada el claror de vuestra gloria mancha !


2,575 O LAS OCEANIDES 143

APOLO

No son coronas de laureles frescos;


De llama son que fulgen y devoran.
Su inmarcesible lustre se alimenta
De la palente fiebre de las frentes.
Un misterioso ritmo distribuye
De gama en gama la infinita tónica.
Velado un ímpeto arrebata idéntico
Al dáctilo y al águila que escanden.
Traza el lago su obscuro contrapunto
Si leve lasca hiere sus cristales:
Modulando, ondulando y reculando,
De ciclo en ciclo, el inicial olaje
Se hace en la orilla canto periférico !

De las bermejas rosas de la infancia


La muerte hace sus cárdenos agónicos,
Y en el livor helado de unos labios
La gloria enciende su candente azur !

Fugas, escalas ! Harmonía múltiple !

Todo final preludia un nuevo canto;


Todo crepúsculo es lejana aurora !

f~
144 LA PROMETHEIDA

CORO

Pitio, que vaticinas en los trípodes


Y en los tétricos antros pitonizas !

'
El ecuador de la harmonía muéstrame
Y el signo genital de todo ritmo !

APOLO
El ritmo es numen y es esfinge. Su hálito
Sintoniza las tibias primaveras
En que el amor bailando vocaliza,
Y orquesta las mecánicas celestes.
Su milagro mayor es más recóndito.

¿Conoces el rumor acompasado


Con que durmiendo laten las semillas,
Con que soñando se abren las corolas?
Tú que la ley del sufrimiento inquieres

Y el sangrante porqué de los dolores !

Mide primero el ritmo de las almas

Que es más hondo y sutil que el de las floras.


CORO

Dios del arco de plata y áureo dardo,


Príncipe de la luz y la harmonía !

La luz más luminosa es invisible,


2,614 O LAS OCEANIDES 145

Y el canto más divino es inaudito !

APOLO
A veces lo invisible se hace audible.
Ve el oído también y el ojo escucha.
Como un cáliz floral es el oído
Con siete estambres vivos y vibrátiles;
Pero no hay astro como el ojo sacro !

CORO

Oh vértigos, vorágines y vórtices !

APOLO
Dónde está du dolor, alma ninfea?
CORO

Sobre una cumbre que la vida irisa !

A esta cima que merge en las honduras,


No sé de dónde llega un son sin nombre
Vocal y musical, sutil y acuátil,
Agonía de amor serafizada,
Dolor sonoro más divino y lírico

Que el coro alegre de las dichas todas !

PSIQUIS
Yo soy el grito extático
Y el sacro soplo pítico !
146 LA PROMETHKIDA 2,631

Yo soy el arco tenso,


Yo soy la lira viva,
Y en mi propia graganta,
Dulce, inmortal arcano,
Treme el dardo de oro
Y el cordaje de plata.
Yo soy el arco tenso,
Yo soy la lira viva !

CORO

Tu alma es un ruiseñor que sólo canta

Cuando tiene un puñal en la garganta !

APOLO

Psiquis, cuya mejilla diafaniza


Palor mortal que es inmortal dolor !

Tu dolor, tu palor cantan un canto


Que redora las rosas mortecidas
Yrenciendelas llamas desmayadas !

Eres el arco, eres la lira ! El cisne,


Ave suave que ama el verso terso,
Se embriaga de amor si besa exánime
El raso rosa de tu risa róscida !
O LAS OCEANIDES 147

PSIQUIS
Mi sueño es más potente

Que las espadas rútilas.


Sobre los labios cantan
Las llamas vencedoras !

No los marfiles prístinos


De virginales manos;
Lo que las liras tañe
Son garras de leones !

Salud triunfal vigor

Que de mi pecho arrancas


Al fin aquel langor !

IRIS, aparte.

Clarín, tropel, clangor !

PSIQUIS
Y en la aurora sonora
De la esperanza vistes
El alma temblorosa
De incandescente tul !

IRIS, aparte.

Mar rosa, monte azul !

.■
148 LA PROMETHEIDA 2.GG7

PSIQU1S
Yo soy el arco tenso !

Viejas tinieblas férreas


Del milenario olvido,

Que devoráis los ortos


Y sepultáis los astros !

Sois el terror brumoso


Del amor y la gloria,
Y el taciturno hielo
Del genio y del valor !

Sobre el verde árbol lúcido

Que esmaltan blancas flores


Y ornan pomos de oro,
De vuestros velos lóbregos
Llueve aleve y letal
Le tenebrosa nieve
Del sepulcral silencio.
Viejas tinieblas férreas
Del milenario olvido,
Yo soy el arco tenso

Que lanza el áureo dardo !


O LAS OCEANIDES 149

Golfo amargo y helado


De las ingratitudes,
Tendido a todo remo
Y abierto a toda proa,
Como una red de muerte
Y una emboscada muda !

Sus hielos y sus hieles


Toda virtud ponzoñan,
Hielan toda terneza,
Y desmayan de lejos
A las almas que vuelan,
Como una solfatara
Maligna y tenebrosa.
Todo cisne errabundo
Apaga el canto insigne
Bajo su algor, y el cuello

Lilial pliega por siempre


Sobre el siniestro témpano
Toda barca riente

Que aparejó a la aurora


Y a su vela dio límpida
Luz de lis, trazo de ala;
150 LA PROMETHEIDA 2,709

Toda proa canora

Que esmaltan las espumas


Y escoltan hipocampos
Y coros de delfines,
Al cortar la onda gélida
Halla un día el alud

Que sus glorias sepulta.


Oh témpanos y algores !

Yo soy el arco tenso

Que lanza el ígneo dardo !

APOLO
La ninfa exalta el sibilino mito:
Eres el arco y a la vez la flecha !

PSIQUIS
Yo soy la lira viva !

Aureo melifluo vuelo


De las abejas ebrias;
Zumbel fosforescente
De las ígneas cantáridas;
Blandas violas breves
De las cigarras líricas;
Móviles camafeos
2,729 O LAS OCE ANIDES 151

De escarabajos vírides,
Brotad bajo mis plantas
Ágiles y liliales
Y poblad el sendero

Que a las alturas lleva !

Yo soy la lira viva !

Gloria a la eterna lira !

Dónde despierta un canto


Más potente y divino? •

Ni en las trompas del bosque


Ni en las urnas del mar !

Tañidos fontanales,
Torrentales clamores,
Líquida alma vibrátil
De las aguas polífonas !

Si un ritmo y un encanto
Tenéis, son de la lira !

Su creador concento
Da el molde de los mundos,
Y al tañer de su eburno
Se edifican eurítmicos
Sobre montes de oro
152 LA PROMETHEIDA

Firmamentos de paz !

Entre sus siete cuerdas


De séptuple metal
Cantan las siete almas
Cromáticas del sol.
Alma de oro pálido
De las odas marmóreas,
Y alma rubente y rábida
Del ditirambo báquico.
Alma celeste y casta
De las virginidades,
Y olma víride y fresca
De la siringa pánica.
Alma profunda y mágica
De los nocturnos éteres,
De las cerúleas noches
Y el mar equinoccial,
Zafiro tenebroso
De las profundidades
En que Athenea empapa
Sus ojos enigmáticos.
Y al fin como los polos

~-
O LAS OCEANIDES 153

Sonoros de una estrella,


El alma carmesí
De los clarines épicos,
(Clarín, tropel, clangor),
Y del peán hierático
El alma mordoré !
Mas la lira heptacorde

Que pulsa el Heptamenio,


Cual bajo templo prístino,
Entre sus siete erectos
Metálicos pilares
Difunde un sacro flúido
Más tenue y más sutil

Que fugitiva onda,


Que evanescente aire.
Canto de las penumbras,
Trasluz crepuscular,
La sombra del sonido
Y el alma del matiz !

Fúsil matiz sutil,


Fútil tamiz de tul.
Color que no es color,
20
154 LA PROMETHEIDA 2,795

Cambiantes del ópalo,


Glauco falaz de ola,
Moarés tornasoles,
Misterio del bemol !

Vaga música alquímica

Que funde en un crisol


Cristal de flautas flébiles
Y cobres de clarín !

Su magia exprime el jugo


De los sonidos claros,
Y en él deslíe el melos
De las ansias recónditas.
Mezcla en copa de plata
Dulzor de rubias mieles
Y olor de frescas rosas
A la embriaguez del vino;
Y en la paleta mágica
Hace cantar morendo
La perla tenue rosa,
Las rosas-té vernales,

El ágata pulido
De los tobillos púberos
8,817 O tiAS OCEANIDES 155

Y el tibio ámbar mórbido


De las carnes nupciales !

Oh musitante música
Que cual en sueños traza
La geometría lírica,
Sensitiva y floral,
Y en corolas dibuja
Sus estigmas y enigmas,
Y en pétalos trasunta
Sus tintas y sus pintas !

Errático pincel
De lúnulas y umbelas,

Que dá a la flor inmóvil


Alas de mariposa,
Y al ardor de la abeja
La deja inerme y loca
De luces y fragancias.
Luz de lis, miel de flor,
Miés de sol, loor de mar !

Pecadores odores
De rosa y tuberosa;
De los jazmines cálidos
156 LA PROMETHEIDA

La tez, la morbidez !

Música, sacra música,


Ultraverbal coloquio
Del aura y la fontana,
Del ave y el rosal !

Cópulas del sonido

Que lacera y macera


Las almas en caricias,
En besos las deslíe
Y en lágrimas las funde !

Solfa de silfo, baile


De silvano y oréade;
Genio alado que un día
Fuera el acorde sacro,
(Forminga y caracol,
Sal de mar, luz de sol),
Y en su afán epifánico
Hiende los leños físiles,
Funde los bronces fúsiles,
Y harto de vuelos fáciles
Duerme en las conchas fósiles
Música, sacra música !
O JLAS OCE ANIDES 157

Una excelsa y recóndita


Sabiduría riegan
Cisnes y ruiseñores !

Sólo el lago se empapa


Del cicneal misterio,
Sólo el bosque en su idioma
Comprende al ruiseñor !

Mas su ritmo inasible


Si calla al oído surge
Resurrecto en la línea

Que plasma vida y forma.


Triunfa al fin en el sesgo

Que ondula serpentino


En las ánforas jónicas
Y en los núbiles torsos.
El es la muda música

Que escuchan las pupilas


En la línea canora
De la apolínea pierna
Y en la femínea curva
De la cadera invicta !

La callada harmonía
158 LA PROMETHEIDA 2,883

Late en la estatua humana


Y en la forma ninfea;
E hinche las uvas tibias,
Los alabastros vivos
Con los vitales ícores
Del seno uval y oval

CORO

Calla, oh Psiquis ! Tu canto me devora !

Yo no quiero morir de tu deleite.


Eres un alma que se agota en besos
Y un corazón que palpitando estalla.
No hay genio ni procela que así agote
La ola en espuma y el volcán en lava !

APOLO
Calla ! Un alma es un vaso más divino

Que el tumbo mádido y el cráter ebrio.


No vale el tumbo eflorescente y férvido
La risa róscida en que Amor retoza,
Ni la lava en que el monte se extenúa
La sacra fiebre en que el amor se inmola
Nada son lira que no agota el numen,
2,902 O LAS OCEANIDES 159

Cisne que no urde en su cantar la muerte,


Beso incapaz de dar o ahogar la vida !

Ama agotarse el alma inagotable !

PSIQÜIS
Soy una flor errante
Envenenada en sueños,
Nocturno aroma erótico
De los túrgidos nardos,
Fragante y embriagante
Licor de los nectarios,
Hálito de asfódelos,
Pudor de las mimosas
Yo soy la flor errante

Que envenenara un sueño !

CORO

Oh veneno sutil de extraños juegos ......


PSIQUIS
Era hieles y mieles,
Almíbares y acíbares
Era un hondo alarido
Y una mirada azul !
160 LA PROMETHEIDA

CORO

Oye ése canto enloquecido y dulce,


Cintio ! La ninfa es más que ninfa y más
Que el arco tenso y que la lira viva !

APOLO
Es más, es más. En la irisada cumbre
Donde el dolor. es éxtasis, y amor
Es agonía y la belleza un sino,
Psiquis es ya la eterna Prometheida,
Carne celeste, femenil estrella,
Tangible ensueño, doloroso mármol,
La rosa sexual y el beso púdico,
El rocío de luz en flor de llamas,
Un soplo humano en un divino cuerpo,
Una mujer, una mujer, oh éxtasis !

CORO

Liróforo, la lira es implacable !

La belleza, Liróforo, es impía !

Labra el soplo apolíneo si despierta


Una mujer de la marmórea ninfa !

APOLO
Por la lira los Dioses se humanizan,
2.93S O LAS OCEANIDES 161

Y su canto a los hombres endiosea.


A ella no llega el soplo de la muerte,
Y es la belleza un manantial de vida.
La lira hará inmortal a Prometheo !

PSIQUIS
Mi sueño es más potente

Que las espadas rútilas !

Su llama creadora
Vencedora de eclipses
Sabe el misterio pítico
Y el apolíneo arcano.
Sabe que todo ocaso
Preludia un nuevo oriente
Y es orto resurrecto
De las eternidades !

Gloria al eterno Sol


Eternamente oriente !

IRIS

Decrece el día, el astro palidece.


La tarde triste entinta de amatista
El cielo lila de la dulce Delos !
H32 LA PROMETHEIDA

PSIQUIS
Foibos Apolo, canta
Sobre el volante carro
Del rubio Hyperionida !

Sobre el raso turquino


Cruza el fuego del astro
Como torrente púrpura !

No son dardos de oro


De tu carcáj; son himnos
Con que brillando alumbras
IRIS, aparte.

Canto de las penumbras !

PSIQUIS
Gloria al astro surgente
De los renacimientos
Y de las redenciones !

Cruza el piélago gélido


De las traidoras sombras
Cual un delfin astral;
Y en la auroral orilla
Bate su ala de soles,
Y alza un morrión de sol !
2,975 "'O LAS OCEANIDES 163

IRIS, aparte.

Moarés tornasoles,
Misterio del bemol !

PSIQUIS
Salud triunfal vigor

Que los sueños revives


Y los montes redoras !

Liróforo, tu canto,
Calor, claror, clamor,
Es llama, rayo y verbo !

Cual águila tricéfala,


Rasgue el mar del olvido
Y el olvido del mar !

IRIS, aparte.

La sombra del sonido,


Trasluz crepuscular !

APOLO
Sobre el eterno Cáucaso ilumina
Con su sueño de amor la Prometheida
La sombra del dolor de Prometheo !

IRIS
La silueta del Cáucaso agiganta
164 LA PROMETHEIDA 2,992

La hora especular y vespertina.


La tarde tarde; a fogaradas arde
Ef imeral y vesperal el día.
Bronces occidentales, sistros graves !

Tambores del otoño, lentos tímpanos !

CORO

Apolo, hacia el poniente un incendiario


Carro volante te arrebata y lanza.
Sobre el monte a tu soplo embriagada
Muda y extática la ninfa espera !

APOLO
Su mirada de llama sobre el monte
Animará la sombra del Titán.
CORO

Sólo una sombra, doloroso asombro !

APOLO
Y eres más que una sombra que se asombra?
Conoce al Dios que rompe eternamente
La eterna sombra con su dardo eterno !

La sombra es enigmática y divina.


CORO

Sobre la cumbre en que el dolor es éxtasis


3,009 O LAS OCEANIDES 165

Comienza un nuevo ciclo tenebroso,


Comienza el nuevo reino de la sombra.

APOLO

Gamas sin fin tiene la eterna tónica


Por donde escanden águilas y dáctilos.
Todo crepúsculo es lejana aurora.

CORO

Siento un nuevo dolor desconocido:


La infinita congoja de la altura.
Soledad, soledad, la muerte viva !

Dónde estoy? Oh. dolor ! Yo huello el risco

Que el suplicio enclavó de Prometheo.


El apolíneo soplo me ha arrojado
Sobre la cumbre de la atroz montaña.
Nadie sabe el terror de las alturas

Que esmaltan sordas las eternas nieves


E irisan mudas las celestes fraguas !

Ay de mí, ninfa miserable y triste !

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro
metheo, Prometheo !
166 LA PROMETHEIDA

APOLO
A todos tienta la ascensión sagrada,
Y en la cima del monte eterno moran
La mayor gloria y el dolor más grande !

Sobre el divino Cáucaso no llegan


Sino águilas y Dioses. Allí un día
Dejó un Titán su sombra prisionera.
Pálida ninfa que tus rosas todas
De juventud, de gracia y de belleza
Sembraste en el sendero de la altura,
Y eran gotas de sangre de tus plantas

Que regaron raudales de tus ojos !

Es esta, oh Psiquis, la montaña ingente;


De aquí se mira la llanura inmensa,
Horizontes que siguen a horizontes,
Lontananzas detrás de lontananzas !

Al claror de un crepúsculo supremo,


Muy lejos ya, a tus ojos se ilumina
Del mar natal la costa blanca y fresca,
Y el dulce despertar de tus mañanas.
¿Ves a un lampo irreal un mar de ensueño,
Bajo un cielo espectral un mar fantasma?
O LAS OCEANIDES 167

Y oyes un canto mágico y distante


Cual insonoro son que suena en sueños?
Es el pasado luminoso y yerto

Que se levanta visional y agita


El lírico bailar de sus delfines
Bajo el vuelo cantor de sus azores !

Es el pasado que revive efímero,


Espuma o bruma que se esfuma en suma,
Ampos y lampos de pasadas pompas,
Rayo de luz fugaz tras de una nube

Que forja leve alcázares y monstruos


Para desvanecerse en polvo gris !

Es el pasado estéril, es tu vida

Que huye veloz cual este sol poniente,


Distante, muy distante, mas distante,
Postrer adiós de fugitiva sombra
Y último beso del dorado día !

CORO

Ciégame por piedad los ojos, Cintio,


Rompe mi oído, el pensamiento quítame
Y el corazón arráncame del pecho !
168 LA PROMETHEIDA 3,O08

PSIQUJS
Cual penó Prometheo
Pena la Prometheida !

APOLO
Sobre la cumbre del Titán habitan
La mayor gloria y el dolor más grande.
Para llegar aquí se dejan todas
Las galas y las gulas. Es un páramo
Donde la muerte pareciera oasis.
¿Dónde el Titán está? D'entre sus dedos
Un ramillete erguíase de estrellas,
Y era raudal de auroras y alegrías.
Rosas de luz, ensueños constelados !

En un crepúsculo cual este triste


Deshojáronse al fin pétalo a pétalo
Sobre el risco glacial de la montaña !

¿Dónde el Titán está? Tu viste, oh ninfa,


Brillar un sol postrer entre sus dedos.
Era su amor divino, amor sin tasa,
Femenil, infantil y varonil,
Titánico y tantálico ! La estrella
Más que brillar, cantaba en su mirada
3,088 O LAS OCEANIDES 169

Honda, lejana, estremecida, intáctil,


Y era estrella genial de un nuevo cielo.
Rosa azul de una nueva primavera !

¿Dónde el Titán está? Llorad, oh ninfas !

El monte está desierto, el tiempo es ido;


Decrece el día, el astro palidece:
Todo es sombra, el Titán, el monte, el cielo
PSIQUIS
s
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Promelheo !

CORO

Morir, morir, morir ! No haber nacido !

IRIS
Hálito de asfódelos y amapolas !

Pompas crepusculares, sistros graves !

Regio terliz de violados paños !

Los lampadarios épicos llamean


Ocre, minio, granate y amatista.

Magestad de agonías imperiales !

APOLO
Crepúsculo ! Esplendores, resplandores !

La apoteosis púrpura del día !


23
170 LA PROMETHRIDA

Bajo el sangrante pleplo de los éteres


Canta una trompa con su bronce rejo
La obscuración del astro florecido
Y la eclosión de tenebrosas rosas !

Gloria al astro caduco y moribundo


Cuyo secreto ser es sol de soles !

En su jornada luminosa y lírica,


Cual una flor que agota sus aromas,
Regó todo el vigor sobre la tierra;
Y en cambio, errante abeja encandecida,
Sorbió voraz todo el dolor del mundo !

Esa es la sed del Dios que da munífice


La dádiva divina de la vida !

Ninfas, cráteras vivas de alabastro

Que la dorada miel y el vino ardiente,


Belleza y juventud, férvidas colman !

Romped vuestros vivientes manantiales


Sobre el altar de la montaña sacra;
Cráteras de alabastro, derramaos !

Es hora del divino sacrificio,


Y ama el Dios el patético libamen !

Y tú, Psiquis, corola mortecida,


O LAS OCEANIDES 171

Quema la última gota de tu esencia


Sobre el hogar del apolíneo sol |

IRIS, aparte.

Crepuscular misterio del bemol.

APOLO
Silencio, soledad !
¿Qué eco responde?
Dónde la ninfa está? ¿Por qué callaron
Del mar sonoro las vocales vírgenes?
IRIS
Liróforo ! No más las dulces ninfas !

Mujeres son que enmudeció la pena !

APOLO
No, veloz mensajera de los Dioses !

Son almas que extasió la llama lírica !

IRIS
Mira la blanca procesión ninfea.
Sobre la escarpa del abrupto monte
Yace, inánime lluvia de azahares,

Dispersión muda de alabastros mútilos !

£! astro, fué. La noche llega súbita


172 LA PROMETHEIDA 3,1*3

Sembrando sus asombros y sus sombras.


Liróforo, es la hora en que la noche
Florece, inmensa tenebrosa rosa !

APOLO
Serenidad ! Sublimidad silente !

Cumplida está la voluntad de Zeus.


Tras del volante carro hyperionida
Vuela también el inmortal arquero !

Adiós, montaña en que el dolor es éxtasis !

Se desvanece el apolíneo soplo


Cuando ha circuído el séptuple periplo.
El canto sube en ciclos y espirales.
Preludia el mar donde la tierra acaba,
Y el aire canta lo que calla el piélago.
Sobre la ninfa dolorosa y lírica
Cierne la noche su tiniebla arcana,
Velo inconsútil del abismo azul !

IRIS, aparte.

Fútil tamiz de tul !

APOLO
La sombra es enigmática y divina.
Hay una luz suprema que es ceguera
3,162 O LAS OCE ANIDES 173

Para el efímero claror del día.


Es una luz que en la tiniebla duerme
Como la chispa en el sopor del sílice.
Presiente el ave su latir sagrado,
Y el cisne vesperal la anuncia agónico,
Y la vislumbra el ruiseñor frenético.
Sólo el buho sonámbulo y nictálope
La ve soñando, pájaro silente !

Sagrado pájaro que Athena gláucope


De una mirada deslumbrara un día,
Su vuelo anuncia a la lejana Dea,
Y augura la partida al Dios febeo. .

Adiós montaña en que el dolor es éxtasis !

IRIS
Sobre la cumbre enmudeció la pena !

APOLO
Honda es la sombra del lejano ocaso.
IRIS
Más hondo es el silencio de la muerte !

APOLO
Serenidad ! Sobre la cumbre sacra
Se ha cumplido el misterio de la Lira !
174 LA PROMETHEIOA 3,180

(Apolo en su carro alario se desvanece lentamente hacia el ocgmo).

IRIS
Oh altitud 1 Paz de la montaña, cimas
Donde toda ansia apaga su vaivén !

Cumbre en que la quietud finge insondable


Fondo de mar, profundidad de cielo !

País nocturno que ¡limita un Numen


Allende el mar y el llano, allende el cielo,
Más allá del dolor y la alegría !

Lejos espuma el canto sollozante


De la vida, y su amargo afán de ola.
Lejos la pleamar canora, lejos
El himno vencedor y el ay de muerte.
Lejos la empresa delirante donde
La nave es vértigo, la onda vórtice.
Aquí es la Cólquida en que al fin las cosas
Pierden su voz, su luz y su sentido,
Donde no encuentran sendas ni posadas
El dolor nómada, la fiebre ubicua,
Rendido pié, talón triunfante, y donde
Vive la soledad, habla el silencio !

Aquí para las almas desgarradas


O LAS OCEANIDES 175

Baño de luz cerúlea es el Olvido !

Oh altitud, paz de la montaña, vértices !

¿Qué divino poder lejano llega


Sobre el mortal silencio de las ninfas
Y en la desolación de la montaña?

¿Qué soplo ultraestelar la noche anima


Y da un sentido a su insensata cáligo,
Y transparenta la tiniebla férrea
Cual pedernal translúcido? Oh letargos
En que palpita una visión clarífica
Más honda y vasta que el claror del día !

Así palpita en la bellota breve

La- encima colosal. ¿Será la noche


Más divina que el día y más potente?
Ascua diurnal de los rubíes ígneos !

Llama triunfal de los diamantes vígiles !

Cantad la gloria de la luz que duerme


Cual una esencia en los zafiros negros !

La noche empapa allí sus alas lóbregas


Cual en taza de místicos cristales,
Y el vuelo de sus plumas silencioso
176 LA PROMETHEIDA 3,221

Tiende, como cendal de sombras lúcidas,


Visionario sopor sobre las cosas !

Palas Athene ! Es tu mirar inmóvil


(Fondo de mar, profundidad de ci?!o)

Que hace la noche tan profunda y vívida


Y azura las tinieblas animadas !

Es tu pupila condensada y fija

Que hace brotar del raso las estrellas


Con un tremor de lágrimas heladas,
Y del dolor en el mayor crepúsculo
Enciende del amor ignotos ortos.
Oh Dea grave, taciturna y dulce !

No alzas las manos sin que el aire llenen


Nuevas sapiencias y viejas sofías.
Como un llover de copos estelares.
Por ti las últimas miradas turbias
Préndense de invisibles esperanzas,
Y cada alma columpia de una estrella !

En la hora más hunda y más callada,


Sagrada virgen, eres tú que llegas.
El monte sacro se estremece inmóvil,
O LAS OCEANIDES 177

La noche inmensa te saluda muda


Y el eterno dolor te espera extático.
Te siente ya llegar la ninfa triste,
Nocturno imán, encanto taciturno,
Viento fantasma que durmiendo viaja,
Río espectral que ya perdió sus linfas !

Ya llegas. Oh altitud ! Está la noche


Más viva y el silencio más despierto.
Es hora en que el dolor es más divino,
Más vertical la cumbre, el val más hondo !

(Palas aparece sobre el monte, de pié y armada).

ATHENA
Este es el monte del Titán excelso,
Y esta la cumbre en que el dolor es éxtasis.
La memoria del dulce Prometheo
Vaga aún por los riscos desolados
Cual la sombra de un sueño. Duermen mudos
En la peña empapados que obsediaron
Los ecos de titánicos lamentos.
Mis plantas huellan como polvo vívido
Pavesas áureas de apolínea hoguera.
Conozco las proezas del Liróforo.
23
178 LA PROMETHEIDA 3.262

PSIQUIS, como despertando de un

sueño más toado que ln


muerte.

Te reconozco, oh virgen,
Hija de Zeus fiero.
Athena, eres tú sola,
Tú sólo fueras, Palas.
Donde llegó mi pena

¿Quién sino tú? La copa


Vacía está; mis labios
Mádidos son: conocen
El sabor de las heces.
Athena, eterna Athena !

CORO

¿Por qué arrancarme a mi dolor profundo


Cual de una tumba? El manantial de lágrimas
Seco es, y sangró ya su última sangre
Mi corazón; ¿qué más queréis, oh Hados?
ATHENA
Mira, es Athena, dolorida ninfa !

CORO

¿Quién te llamó, severa Diosa inmune


3,278 O LAS OCEANIDES 179

Cuyo trono es al lado del Cronida?

ATHENA
Tu silencio más hondo que la muerte.

Sabe, la fuerte Palas sólo acorre


A un gran dolor que hasta calló, y al alma

Que ya ni llora, ni blasfema, ni ora !

CORO

Ya reconozco la mirada, oh Dea,


En que acendra el misterio sus turquíes;
El casco victorioso de amazona,
El escudo en que mira la medusa
Y el regio mástil de la invicta lanza.
Virginal y guerrera, sacra y fuerte,
Tu labio no conoce de Afrodita
La risa rosa que floró el deseo,
Ni la sonrisa con que el mundo alumbra
Lírico y matinal el rubio Apolo.
Frente viril que amplían las vigilias,
Lobo nasal que ritma soplo isócrono
De los espirituales castos númenes;
Pálpebra abierta a mundos invisibles,

Que ignora el llanto del amor muliebre,


180 LA PROMETHEIDA 3,298

Del vil deseo y de la pena indocta !

Te reconozco en la mirada, oh Dea !

ATHENA
Mi mano riega el aire de invisibles
Semillas de sapiencias infinitas !

CORO

Sí, de tu aire respiran misterioso


La serpiente enigmática y magnética
Y el pájaro nictálope y noctívago.
Son bestias sacras y por ti conocen
La sombra viva y el silencio insomne.
ATHENA
Ninfa que sabes ya y sabes que sabes,
Y probaste la hez del cáliz último,
Mortal sabor que es inmortal saber !

Por ti la noche su terror zafira,


Y hablan los cielos, página de estrellas !

CORO

Muéstrame el signo y el camino, Palas !

Siento un presentimiento que es tormento


Y es deliquio. Tus ojos en mí llueven
Un divino terror paradisial.
O LAS OCEANIDES 181

Una voz llora en mí con un acento


Más hondo y dulce y más fatal que nunca

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometheo !

ATHENA
Es el dolor que es verbo, luz y sal !

CORO

Reconozco la voz maravillosa


De mi viejo dolor maravillado.
Mas, ¿fué siempre dolor el dolor mío?
Oh rara alquimia, tenebrosa magia !

Esto sin nombre que palpita en mí


Antes fué sueño y fué después dolor.
Tanto era sueño que al fin fué dolor !

Y es tal dolor que me parece sueño.


Tanto es dolor y tal que llega a sueño !

ATHENA
Tus ojos se han limpiado. Sólo alcanzan
Mirada tal ilacrimables ojos.
CORO

¿Pálpebra que escaldó la postrer lágrima?


182 LA PROMETHEIDA 3,333

ATHENA
Corazón que sangró su ultima sangre.
Sabe la alquimia audaz, la magia pávida.
La vida es llama, el corazón es bronce.
El fiel metal arde a la llama abscóndita,
Arde, y el dulce ardor se hace tormento.
Se ensombrece de lágrimas primero;
Se enrubece después color de sangre.
Brasa candente, pinta el rojo blanco
Del astro incandescente y del diamante,
Hasta alcanzar aquel azul en que arde
Color de uelo el corazón de bronce !

La luz azul que da la brasa roja !

CORO

El signo y el camino, oh virgen, eres


Del país nublo que es mi alma triste !

ATHENA
La noche llena son de ocultas vidas,
Viento fantasma que durmiendo vuela,
Río espectral que ya perdió sus aguas !

IRIS
Un aire que es espíritu del aire,
3,351 O LAS OCEANIDES 183

Y un agua que es el alma de las aguas.


La hora paladial ! En las honduras
Adquieren una voz las mudas cosas
Y despiertan los fósforos dormidos.
Ortos y vidas son que al sol se apagan,
Y a la sombra se animan espectrales.
Noche sacra ! Su sombra ya es asombro:
La nocturna sordera es ya sordina !

La hora paladial ! Athena impera !

CORO

Psiquis, hermana dolorida ninfa !

Mira los ojos de la Diosa virgen !

Diríase que anima su mirada


Un nuevo ser y un universo nuevo.
Este es el monte del Titán sublime,
Trofeo de su gloria y de tus penas !

¿La Prometheida olvida a Prometheo?


PSIQUIS
En la vigilia agónica,
En el dormir exánime,
Callando o delirando,
En el dolor o el éxtasis
184 LA PROMETHEIDA 3,371

El es la trama abscóndita
Del telar de mis sueños !

El es la savia viva
Del árbol de mis penas !

ATHENA
Donde llegue tu pena dolorida,
Pálida ninfa, llegará tu gloria !

PSIQUIS
Dónde el Titán está,
Divina Palas, dónde?

ATHENA
Más allá, dulce Psiquis, más allá !

PSIQUIS
Oh lejana memoria
De los lejanos días !

Ese fué el canto mágico


De la esperanza heroica 1

Palas, divina Athena,


Si tus labios conocen
Aquel divino eloquio,
Deveras eres Diosa !
O LAS OCEANIDES 185

IRIS, aparte.

Ultraverbal coloquio
Del ave y de la rosa !

PSIQUIS
Yo sé la noche sacra
Y el milagro de Athena.-
Junto a mí se zafira
La noche tenebrosa,
Y al signo de la virgen
Llueve sobre mis ojos
Una luz de ultratumba

Que es claror de ultracielo.


¿Dónde el Titán está?
IRIS
Más allá, más allá !

PSIQUIS
Ese era, Prometheo,
Tu misterioso nombre;
Pronóstico y promesa,
Tu nombre es más allá !
Mágicos y distantes
Resucitan los días
186 LA PROMETHEIDA 3,4.06

Y en mi pecho repican
Más allá, más allá !
Bajo el peplo espumante
Del fresco mar natal,
Y en el cristal dorado
De su eterna canción,
Cantaba eternamente
La voz exiladora,
Mecedora y canora
Más allá, más allá !
Lejos del verde piélago
Eran los campos vastos
Y los profundos valles,
Los senderos perdidos
Bajo la fronda unívoca
O entre el césped unánime;
Y el silencio del llano,
Y el nemoral rumor
Perlaban el son mágico
De su ser más allá !
Y fué el eterno monte
Sacrosanto y terrible,
3,428 O LAS OCEANIDES 187

Con sus riscos soberbios


Como erectos orgullos,
Con sus lóbregos cóncavos
Sonoros como cajas
De liras colosales !

Y el viento en las aristas,


El eco en las cavernas
Y aquel terror divino

Que habita la montaña


Cantaban más allá !
Yo sé la magia oculta
Del inaudito grito,
Del reclamo del alma
Recóndito y políglota,
Universal y ubicuo;
Del son con que habla al hombre
Su sombra luminosa,
Más suave y velado

Que suspirar de ave,


Más potente y profundo

Que rugir de león !


Voz con que la esperanza
188 LA PROMETHEIDA 8,450

Genial y demonial
Cambia las perspectivas,
Los horizontes muda
Y el rescoldo renciende
De las eternas ansias !

Conjuro trismegisto
Que acendra en triple intento
Son de sirena, canto
De musa y voz de parca.
Caricia y amenaza,
E irresistible arrullo,
No nace adormidor
En las cunas pueriles,
En los viriles lechos
O en los tálamos núbiles !

Sobre el dolor insomne


Viene de más allá
De los maternos vientres
Y el seminal acerbo.
Viene de un mundo en germen
Y de un cielo en proyecto;
Y es intáctil y vívido
3,472 O LAS OCEANIDES 189

Resorte de los ortos, .

Y de las ascenciones,
Alma de todo vuelo,
De éxodos y periplos !

En su afán migrador
Aguza la saeta,
Aligera la nube,
Y hasta da a la montaña

Su forma escaladora
Más allá, más allá !
Oh Prometheo, intáctil
Atracción invencible !

Inasible fantasma
Obsesor y fugaz !

Heme aquí más allá


Del mar y la llanura,
Del valle y la montaña
Y en la cumbre suprema
De la suprema hora !

Todavía en mi oído
Llamas tú más allá !

¿Dónde más allá, dónde?


190 LA PROMETHEIDA 3,494

ATHENA
Más allá de los mares de la pena,
Más allá de los valles del olvido,
Más allá de los montes de la gloria !

PSIQUIS
Yo llegué más allá,
Palas, divina Palas.
Mira mis ojos nuevos
Tan altos y tan límpidos
Como tus cielos mágicos !

ATHENA
Más allá de mi cielo y de tu zelo,
Más allá, para siempre más allá !

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro-
metheo, Prometeo !

ATHENA
Más allá de los pérfidos senderos,
Más allá de los vértices precípites.
Más allá de las rosas que mintieran
Y del laurel falaz; de las auroras

Que se apagaron, de los vanos vésperos


3,511 O LAS OCEANIDES 191

Que huyeron, de las noches que regaron


Polvo de estrellas sobre el alma pálida,
Y encendieron al fin de nuevo impías
La aurora del dolor y del deseo !

Más allá, para siempre más allá !

IRIS
Horizontes que siguen a horizontes,
Lontananzas detrás de lontananzas !

PSIQUIS
Por ti el vital secreto
Ya sé, Palas Athena,
De todo sueño heroico,
De toda empresa egregia !

Sobre el altar del Hado


Hay que ofrendarlo todo,
Cadena misteriosa
De sacrificios puros:
No basta el vino sacro;
Hay que ofrendar el cáliz
Y el brazo que lo tiende,
Y en último libamen
El corazón que sangra !
192 LA PROMETHEIDA

Más allá delos lindes


Últimos, más allá
De las supremas cumbres;
Más allá de la vida
ATHENA
Más allá de la vida es poco, es poco;
Más allá de la muerte es más, es más !

IRIS
Ama agotarse el alma inagotable !

CORO

Oh virgen inmortal, gláucope Athena !

Sobre qué altura los eternos Dioses


Habéis traído a las dolientes ninfas !

ATHENA
Sobre una cima que la sombra azura !

CORO

Ya no conozco el monte ni la sombra !

Donde llegó mi pena y mi esperanza


No llega el pensamiento ya. Las cosas
Perdieron o cambiaron su valor,
Y hasta el dolor su signo. ¿Acaso vivo?
Aquí la realidad se ha vuelto un sueño
3,548 O LAS OCEANIDES 193

Y los sueños son más que realidades.


Sopla de lo hondo un aire inverisímil
Como impregnado de silencio inmóvil.
Por él en mí siente un sentido nuevo
La vida estupefacta de la piedra
Y la palabra ultraverbal del astro.
Y es más. Al soplo audaz de las honduras
Trasuda el pedernal su íntimo ritmo

Que quiere ser latido; y al fin mística


La hostil sordera de la piedra escucha !

Oh impotente piedad, piedad recóndita


Del árbol que nos mira y de los sílices !

Mas sobre el monte las tinieblas fingen


Un mágico cendal de transparencias.
La noche es un tamiz de tules fútiles

Que tamiza las almas de las cosas.


Este es el monte del Titán excelso;
Su sombra habita todavía el Cáucaso.
La vesperal tristeza que entristece
L'árida escarpa es su fatal memoria.
El eco intáctil que en las cuevas duerme
Guarda su último grito; estos peñascos
194 LA PROMETHEIDA 3,570

Transpiran un terror tan hondo y mudo


Porque los empapó un plañir titánico.
Es en el sacro espejo de la noche
Do el Titán se revela resurrecto.
Su humano dolor se hace más divino,
Y su piedad divina más humana !

Su verbo excelso llena el aire como


Semillas de sapiencias infinitas,
Sonoro polen de futuros gozos,
Disperso germen de lejanos astros !

Oh Psiquis, tú que sus pupilas buscas


Como dos gotas de un fulgor turquí !

Mira la gloria azul que el cielo llena !

Es el mismo zafiro tenebroso

Que te miraba en el Titán, la misma


Melancolía luminosa y dulce
De su dolor sin esperanza; el mismo
Cristal arrobador de sacro azul !

PSIQUIS
Oh hermana, es el milagro

De los ojos de Athena.


Con sus saetas áureas
O LAS OCEANIDES 195

Apolo dora el día;


Mas con su honda mirada
Palas la noche azura.
Oh hermana, es el misterio
De su pupila gláucope !

IRIS
Nocturno azur de los divinos ojos !

Hay un enigma y un encanto vagos


En la linfa que duerme en su pupila
Y en el cristal que fluye en su mirada.
CORO

Psiquis, los ojos son de Prometheo !

IRIS
En los nocturnos velos constelados
Vela la soledad, canta el silencio,
Y al alma que mil zarpas desgarraron
Baño de luz cerúlea es el olvido !

CORO

Es el fin, es el fin. Athena gláucope,


Es la hora más honda y más callada !

Urnas nocturnas, taciturnas fuentes


Que derramáis sobre la sed eterna
196 LA PROMETHEIDA 3,609

El frescor de un licor desconocido,


Como cerúleo, sideral beleño !

Sobre el monte volcaos donde esperan


Aridos labios y escaldados ojos !

Lloved copos de sombra, ampos de estrella,


La de la muerte tenebrosa nieve
Y el del olvido misterioso orvallo !

ATHENA
Ninfa que siente palpitar ya infusa
Su alma es el alma inmensa de las cosas,
Como la gota de óleo en llama viva,
Como aroma floral en aire estivo !

Tú beberás del infinito piélago


A donde van los sueños y las vidas,
Ríos sin fin, y que infinita fuente,
Mana tambien las vidas y los sueños !

IRIS
Es la hora más honda y más silente !

CORO

La hora más divina y más humana


Cuando habla como un piélago el silencio !
O LAS OCEANIDES 197

IRIS
El silencio es el padre de los Dioses,
Fuente divina, eterno sumidero !

CORO

D'él nacen todo son, toda palabra;


Todo son, todo verbo en él fenecen !

IRIS
Toda alma es un vibrar sutil, sutil,

Que es mudez antes y después silencio !

CORO

De flor y mar, del verbo, almas vibrátiles,


Olor, onda sonora, ampo de luz !

IRIS
Así todo revela un ser oculto,
Su chispa el pedernal, su verbo el alma !

CORO

Adiós sueño cantor, pasión vibrátil,


La nota de cristal y el son de bronce !

IRIS
De Athena bajo la mirada inmóvil
La noche es más nocturna, el val más hondo,
El cielo más turquí, más alto el monte.
198 LA PROMETHEIDA

El ritmo se atenúa, se extenúa,


Latir del corazón, vaivén del ansia !

Una suprema luz filtra la sombra


Como la roca un agua no soñada !

CORO

Palas, en el instante en que me siento


Infusa, imbíbita en la sacra noche,
Cual lágrima que vuelve al mar salobre,
Como suspiro que se entrega al viento;
Cuando en mi pecho al fin su cifra dicen
El estupor inmóvil de la piedra,
El mudo, sensitivo afán del árbol
Y de la bestia humilde el ansia ciega;
En el supremo instante cuando siento
(Dilatación que es elación) romperse
Las cárceles obscuras de las cosas,
Y una liberación de almas fugaces,

¿Qué inaudito lejano son se escucha


Cual insonoro son que suena en sueños?
¿Es la voz fantasmal de Prometheo,
La sombra del sonido de sus pasos,
La huella de sus ayes en el aire
3. 603 O LAS OCEANIDES 199

Y el alma del matiz de sus pupilas?

¿Quién canta así cual canto que se oyese


De orilla a orilla tras el vasto mar,
O del fondo sin nombre del océano,
O de un país ultratumbal y afónico?
Yo sé las más secretas hondas voces:
Voz de mujer con que el recuerdo plañe,
De la añoranza voz de lago vago,
Y voz sin voz de la desesperanza;
Hoy es la más desconocida voz !

ATHENA
¿Oyes la más desconocida voz?
Ojos divinos que soñáis despiertos,
Oídos del milagro ensordecidos !

Aquella ignota vos es Psiquis dulce,


El ninfeo cristal, todo el océano !

Voz de la ola que el misterio canta,


Ola que fué sollozo y es corola,
Y que el sol arrebola y tornasola !

La voz más honda, el primigenio mar,


El arrullo primer, el verbo prístino,

Toda el alma ninfea, eres tú misma !


200 LA PROMETHEIDA 3,684

IRIS
Sobre la dulce eterna Prometheida
Nunca tuvo el azur tantas estrellas
Ni la noche filtró tantos misterios.
Oh Psiquis, sobre tus supremos labios
Canta la hora más arcana un canto
Esferal, funeral y sideral
CORO

Psiquis, hermana, el canto que volita


Sobre tus labios como abeja etérea
Es esta alma oceánica y sonora

Que en mí palpita. El fuego que en tus ojos


Arde muriendo es mi hálito supremo;
Y en el tremor de tu garganta trema
Mi corazón su prostrimer calambre.
Tu canto que agoniza es ya mi vida

IRIS
Canta en la Prometheida Prometheo !

CORO

Adiós, sueño cantor, amor, mi vida !

ATHENA
Calla ! A la sombra de la eterna Palas
O LAS OCEANIDES 201

Prometheo y la múltiple Oceánide,


(Olas del mar, lenguas del mar, miríadas,)
Son el mismo cantar, el mismo éxtasis:
Un amor y un dolor, un duelo, un cielo !

IRIS
La sombra tiembla.
ATHENA
Es el postrer concento
Del adiós a la vida. Escucha, escucha !
i En el silencio que preludia la muerte y en medio de las tinieblas
transparentes, Psiquis canta su último canto, el adiós a ¡a vida.)

PSIQUIS
Bajo el polvo de oro

Que llueve el raso obscuro,


En el marmóreo pecho
Mi corazón marino

Despierta cual si fuese


Canoro pez dorado

Que ensayase el gorjeo


De un pájaro profeta.
Jamás estrellas tantas,
Jamás tantas pupilas
Me miraron temblando
26
202 LA PROMETHKIDA 3,71 i

Cual congeladas lágrimas !

El titánico monte
Como obscuro navío
Baña su proa erecta
En el piélago astral.
Sobre el barco fantástico
La virgen exilada
Se acuerda todavía
De otro cielo, otro mar !

Oh infinita epopeya
Del vasto mar genial !

Yo he visto los embates


De las salobres aguas
Y las apoteosis
Del piélago cantor !

Los matinales tumbos


En que se lava el día,
Las trombas espirales
Cual torres de esmeralda,
Las marejadas nómadas
Como palacios ebrios
3,739 O LAS OCEANIDES 203

Y el regio orgullo que hincha


La vasta pleamar !

Yo sé la faz de esfinge
De los verdes escollos
Y el florecer de mármoles

Que son los archipiélagos.


Yo sé el nidal de nácares
De las borrascas gélidas,
El rencor tumultuoso
De las resacas álgidas
Y las corrientes sordas
Como ríos traidores !

Yo sé el falaz espejo
Bajo el bajel sonámbulo,
Y en la noche letárgica
Los imanes recónditos,
Los fósforos fugaces
Y los rumores mágicos
Del pérfido cristal.
Yo sé el canto del nauta
Sobre las proras frágiles,
El verde sortilegio

■"
204 LA PROMETHEIDA 3,761

Del agua en su pupila,


Y el alma que tremola
De ola en su barcarola !

Oh vértigos y vórtices !

Yo he bebido, he vivido
El poema del mar !

No más la ninfa cándida


En la llanura víride
Como un triunfo de Paros
Bajo el dorado azul !

Un día, el más divino,


Como un sueño en capullo,
Como un beso de botón,
Floreciera mi pecho
De amor y de piedad.
Sobre el tépido mármol
Era una herida rosa
Y un corazón en flor.
Alzad, horas extáticas
Y agónicos instantes

Más dulces y más hondos


...3.782 O LAS OCEAlSaDES 205

Que las venturas todas !

Sobre el supino monte


Era el Titán excelso
Y a sus piés pavorida
La ninfa flébil era !

Sobre la roca estéril


Era un plañir inerme
Y un desmayo del alma
Como ola sollozante

Que en la brillante arena


Se extenúa espumando !

Sobre la ninfa agónica,


Ares, fatal lancero,
Tú tendiste el prestigio

De tu fuerza divina.
Salud, triunfal vigor

Que de las almas pávidas


Arranca y de los pechos
Al fin aquel langor !

IRIS, aparte.

Clarín, tropel, clangor !

(Ares llega en un carro alado y espectral).


206 LA PROMETHEIDA

PSIQUIS
Adiós, desvanecidos
Fantasmas de imposibles
Batallas vengadoras !

No vale el hierro de Ares


El áureo dardo, Cintio !

La lira es más potente

Que las batallas rútilas,


Y Homero es más que Aquiles
Canta, Foibos Apolo,
Sobre los altos cielos !

IRIS, aparte.

El cielo lila de la dulce Delos !

(Apolo llega en un carro alado y espectral) .

PSIQUIS
Adiós, el arco tenso,
Adiós, la lira viva !

No más la oda fúlgida !

La aljaba está sin flechas


Y el corazón sin lágrimas !

Donde llegó mi pena,


Sólo tú, dulce Palas,
O LAS OCEANIDES 201

Athena, eterna Athena !

ATHENA
Eternamente los eternos Dioses
Del mal eterno oyen la eterna queja !

PSIQUIS
Fulgid sobre las ruinas
De nuestras vidas, "Dioses !

Lo que consume el fuego


Labra su propia gloria,
Nutre su propio ardor !

Lo que en mí castigásteis
Fué vuestra propia 2udacia !

Fulgid sobre las ruinas,


Celestes inmortales !

IRIS, aparte.

Magestad de agonías imperiales !

(Lentamente llegan sobre el Cáucaso mudas sombras de Dioses.

PSIQUIS
Los ojos de la ninfa
Eran la fuente azul;
Su corazón tremante
La copa de rubí.
208 LA PROMETHEIDA 3.s37..

Celestes Inmortales

Que amáis las linfas claras


Y los vinos de sol !
Ya secásteis la fuente
De los cristales límpidos
Y rompísteis la copa
Del vino del amor
IRIS, uparte.

Luz de lis, miel de flor !


(Siguen llegando lentamente mudas sombras de Dioses
sobre el Cáucaso.)

PSIQUIS

¿Qué vale el lirio mártir


De las virginidades?
Mal hora al huevo seco
Y a la larva infecunda !

La vida era un flor


Irisada y divina.
Yo deshojé sus pétalos,
Consumí sus aromas
Y bebí de sus llamas:
Hoy en mi mano tiembla
Un cáliz sin corola !
O LAS OCEANIDES 209

IRIS, aparte.

Hálito de asfódelo y amapola !

PSIQUIS
Oh Dioses inmortales !

Tomad el cáliz yerto

Que enflorásteis un día,


Favila de una estrella,
Cadáver de un ensueño !

La ninfa os hace el don


De la sangrante entraña

Que devoráis gloriosos !

Tomad mi corazón,
Roja criba sonora !

IRIS, aparte.

Ya nada llora ni flasfema ni ora !

tEl móntese ha llenado de fantásticas sombras de Dioses.)

PSIQUIS
En la hora más muda
Y en el más alto monte,
Ya consumida pena,
Ya evanescente anhelo,
La sombra soy de Psiquis,

r
210 LA PROMETHEIDA 3,873

Imagen del olvido,


Fantasma del pasado !

Soy un parlar de ensueño

Que dice cuando yo era !


Yerta brilla en mis ojos
El alma del espejo;
Sólo canta en mis labios
La sombra del sonido
Y el reclamo del eco.
La voz que vaga en torno
De las fontanas secas;
El río inmaterial
De los álveos desiertos,
El incorpóreo roce
De bullentes memorias !

La sombra soy de Psiquis,


Un ay sin hoy, un grito
Sin son, un sol sin luz,
Una luz de ultratumba
Y un claror de ultracielo . .

La sombra soy de Psiquis !


O LAS OCEANIDES 211

ARES
Es un clarín cadáver donde fueron
Cantos de sangre y épicos anhelos !

APOLO
La lira viva en que agoniza el numen,
El arco tenso en que se quiebra el dardo !

ATHENA
Un sueño y un dolor ! La Prometheida.
Una mujer, una mujer, oh éxtasis !

IRIS
El adiós a la vida en que se apagan
La nota de cristal y el son de bronce !

PSIQUIS
Torrente errante y riente

Que al matinal reclamo


Fuiste el resol del sol
Y el donaire del aire
Vocal y musical !

Tú que fuiste en los días

El espumante canto

Que con sus ampos rompe


Los arenales áridos
212 LA PROMETHEIDA a,9n

Y el peñascal traidor !

Y en la llanura verde
Fluyendo y refluyendo
Tus linfas y tus triunfos
Hacia la costa vasta,
Fuiste el amor del mar
En pleamar de amor !

Torrente horrendo y raudo

Que fuiste arisco y triste


Raudal de las ternuras,
El río de las horas
Y el salto de las iras !

Torrente irreverente

Que lanzó a las alturas


Sus tumbos y sus trombas,
Sus vuelcos y remolques;
Y fué tropel de audacias,
Conquistador de estrellas,
Y a un tiempo alud de lágrimas,
Tesoro de congojas,
Coro *onoro y lírico,
Lloro y oro canoro !

>
3,933 O LAS OCEANIDES 213

Torrente irreal y tórrido


Cuyos cristales trépidos,
Cuyos légamos túrbidos
Corren por llanos tórpidos,
Fluyen por valles tépidos !

Torrente azul que bañas


En un país de sueño
Sobre arenas de perlas
Áureas montañas líricas,
Ciudades de corales
Y alcázares de nieve !

Torrente de torrentes,
Oh Vida, oh Vida, oh Vida !

Desde el más alto monte


Y en la hora más muda,
Arrebata esta flor
Sin color, sin olor,

Que fué la ninfa un día !

IRIS
Adiós, Titán, adiós la ninfa, adiós
La noche, adiós el día, adiós la vida 1

r
214 LA PROMETHEIDA

Melancolía ! Adiós ! Melancolía !

ARES
Se ha cumplido el milagro de la fuerza !

APOLO
Consumóse el misterio de la Lira í

ATHENA
Cumplida está la voluntad de Zeus !
Súbitamente, en la noche sin fondo, se oye un lejano dulce gorjea
de ave. Es

MELIFRON, ruiseñor invisible.

Oh vilo, vilo, vilo !

Roto el fatal sigilo,


Oh vilo, vilo, vilo !

IRIS
Canto de ruiseñor, voz de la noche !

APOLO
Resuena el monte el canto de la ninfa.
ARES
Es el cristal fatal del eco hueco !

ATHENA
Es la canción del pájaro profeta !

MELIPRÓN
Oílo, oílo, oílo
3,905 O LAS OCEANIDES 215

Tremar como un pistilo


Eréctil y vibrátil.
Era el misterio umbrátil
Sutil, sutil, sutil,
Gentil como el abril
Y hostil como el reptil.
Era el misterio errátil,
Volátil y versátil !

Roto el fatal sigilo,


Oílo, oílo, oílo,
Oílo, oílo, oílo !

ARES
Canto de ruiseñor, silbo de cobra !

APOLO
Florilegio cantor que es sortilegio !

IRIS
Melancolía ! Adiós ! Melancolía !

MELIFRÓN
Y reílo, reílo, reílo.
Mi pico cual un filo
Punzón de oro afilo,
Y en él como un cairel
216 LA PROMETHEIDA 3,9íi3_

Baila el misterio aquel,


Y es el secreto hilo

Que en mi trinar deshilo.


Oh son que el bosque cela
Y ulula, alela y vuela !

Rompí el fatal sigilo,


Y reílo, reílo, reílo !

APOLO .

La sombra bebe el inefable arcano !

ATHENA
En el mismo crisol al fin se funden
El olvido, los sueños y la muerte !

APOLO
La sombra es enigmática y divina,
Y es la obsesión vital de los letargos.
ATHENA
La sombra sacra guardará el misterio !

MELIFRÓN
Hilo de agua tranquilo

Que en la sombra deslíes


Mis dulces frenesíes
Y el cristal que destilo !
4,000 O LAS OCEANIDES 217

Hilo de agua tranquilo,


Si sabes el sigilo

Que en mis trillos instilo,


Oh dilo, acuátil hilo,
Dulce hilo, dilo, dilo !

Tilo en que el nido asilo,

Alto coposo tilo,


Si sabe tu suave
Follar mi verbo de ave,
Tilo en que el nido asilo !

Al hombre que intranquilo


Sabe que nada sabe,
En su lóbrego silo
Oh tilo, dilo, tilo, dilo, ti
lo, dilo, tilo, dilo, tilo, dí !

IRIS
Oblicuo eloquio, umbrílocuo deliquio !

Pájaro brujo cuyo canto baila


Con quiebros y requiebros de culebra,
Canto de ruiseñor, silbo de cobra !

Suspende el hálito del aire vago.


218 LA PROMETHEIDA

Y es filtro infuso en la floresta unánime.


La flor exhala eróticas ponzoñas.
El lascivo rigor templa los élitros,
Y un calambre las vértebras del hombre.
Callan extáticos los mismos Dioses,
Y el mismo canto de la lira olímpica
Se apaga vaga entre tus manos, Cintio !

APOLO
Estro genial que es en la lira oda
Lo trueca en trino el ruiseñor aeda !

IRIS
Oh magias, oh prestigios, oh prodigios !

Sobre la cumbre del sagrado Cáucaso


El pájaro insensato que escuchara
Los pasados titánicos lamentos,
Evoca con su canto peregrino
La sombra inmensa del Titán excelso !

i La sombra de Prometheo se proyecta sobre el Cáucaso).

APOLO

Salud triunfal vigor !

ARES
Clarín, tropel, clangor !
O LAS OCEANIDES 219

PSIQUIS
Oh Prometheo, Pro

i Muerta. Un aire de marcha fúnebre se deslíe en el son del mar


lejano y del viento premrttinal).

Erratas: Pág. 123, verso 2198, dice: "Bs el apolíneo soplo qüc
despierta". Léase: "Es ct soplo apolíneo que despierta" . No se ano-
tan aquí algunas erratas de acentuación que se han deslizado sobre
todo en la primera parte del libro.
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YX OOG 711 133

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YX OOD ?n 133

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