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ISBN: 978-956-7074-10-5
RPI: 180.989
(Editores)
ÍNDICE
Presentación ............................................................................................7
Conocer lo que ocurre con los conflictos sindicales en Chile, a comienzos del siglo
XXI, es el principal interés de esta publicación. Para tales efectos, los autores abordan
diversos temas, proporcionando antecedentes que permitan al lector introducirse en
una problemática que, pese a su relevancia, no es muy estudiada en nuestro país. Los
textos permiten conocer las tendencias emergentes en materia de conflictividad laboral
y, al mismo tiempo, participan de un debate más amplio sobre la forma en que se
distribuye el poder en nuestra sociedad y las estrategias que utilizan los actores para
mejorar sus posiciones en un campo de disputa.
El Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (ICAL) viene desarrollando desde
comienzos de la década de los ochenta esfuerzos por comprender los que ocurre en la
sociedad chilena tanto en términos políticos como sociales y laborales, inspirado en el
pensamiento crítico y el compromiso con el movimiento sindical y el mundo popular.
En los últimos años, de manera especial, un equipo de investigación se especializó en
el seguimiento de las transformaciones que operaban en el mundo del trabajo y en las
dinámicas de la acción sindical. Esto permitió mejorar no sólo la actividad académica,
sino que también las iniciativas de formación, difusión y aquellas que el Instituto
dirigió al fortalecimiento de las organizaciones de trabajadores.
En este sentido, es posible entender el interés por el estudio de los conflictos
laborales como parte de la misión que se ha impuesto ICAL, a través de la cual expresa
su compromiso con la construcción de una sociedad realmente democrática. El título
del libro no es antojadizo. Crisóstomo Pizarro publicó hace varios años La huelga
obrera en Chile, sin embargo, por diversas razones el tema dejó de concitar el interés del
mundo académico. En las últimas décadas aparecieron teorías que hablaron del “fin
del trabajo” y la crisis de los sujetos sociales, lo que llevó a pensar que dirigir la mirada
al trabajador y particularmente al obrero era anacrónico. En las siguientes páginas
esperamos mostrar algo distinto. El trabajo es un ámbito crucial en la vida de los
sujetos y la figura del trabajador continúa siendo relevante para pensar lo que ocurre
en nuestra sociedad, más allá de los cambios que efectivamente se han producido en la
estructura social chilena y en las formas de representación social hoy predominantes.
El Renacer de la Huelga Obrera en Chile es una invitación a pensar los cambios
que se han suscitado en el mundo laboral y específicamente en lo concerniente a los
7
conflictos y luchas sindicales. No se consideran todas las expresiones de la conflictividad
ni se muestran los conflictos que ocurren en otros ámbitos o sectores, que pueden ser
igualmente valiosos desde el punto de vista de sus implicaciones teóricas o políticas.
El libro proporciona un marco general para comprender el tema y analiza con más
detalle tres conflictos que tienen lugar entre el 2007 y el 2008. Lo interesante es que
estos casos se inscriben en un escenario de gran agitación social, donde los trabajadores
aparecieron nuevamente como actores protagónicos de la sociedad chilena. Además,
remiten a sectores claves del modelo económico vigente en el país. Finalmente, hay
que señalar que los conflictos han tenido el mérito de colocar en el centro del debate las
debilidades existentes en el plano de las relaciones laborales y la necesidad de mejorar
el marco legal que las regula.
Los textos que forman parte de esta publicación son cuatro. En primer
lugar, un artículo donde se entregan algunas coordenadas teóricas e históricas para
familiarizarse con el estudio de la conflictividad. A la vez, en esta sección, a cargo
de Antonio Aravena, se introducen los tres casos de conflicto que se exponen en los
siguientes capítulos. El segundo artículo, realizado por Daniel Núñez, presenta el
conflicto de los trabajadores del subcontrato de la minería del cobre. El autor estudia
el conflicto minero considerando una serie de antecedentes históricos y teóricos y,
además, entrevista a los protagonistas de las luchas ocurridas recientemente. Luego,
Rolando Álvarez analiza el conflicto ocurrido en la empresa salmonera Aguas Claras,
discutiendo sobre las implicancias de la acción sindical por fuera del marco legal. Y,
finalmente, Nelson Ruminot muestra el desarrollo de la huelga en Forestal Arauco.
Debemos agradecer, al finalizar esta breve presentación, a todos quienes facilitaron
el trabajo de los investigadores. El equipo de investigación se reunió periodicamente
y recibió el apoyo de diferentes organizaciones y personas. Los resultados que ahora
exhibimos constituyen la mejor forma de corresponder a todos y todas por su valiosa
colaboración.
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas
de análisis y tendencias emergentes.
Antonio Aravena
1. Introducción
Los estudios sobre los trabajadores, sus formas de acción y de conflictividad,
han representado ámbitos de especial interés para la sociología y la historia. Tal como
lo señalan diferentes autores, durante el siglo XX diversas investigaciones colocaron su
atención en el trabajo y entendieron que los trabajadores eran los protagonistas de los
cambios sociales y políticos1. Sin embargo, en el marco de profundas transformaciones
políticas, económicas y sociales esta situación experimentó modificaciones en la década
del setenta y ochenta y a partir de los noventa con mayor claridad los estudios dieron
menor importancia y centralidad al trabajo y sus actores históricos e incorporaron
preocupaciones más amplias. Lo que ocurre con la empresa como actor económico y
social, los cambios tecnológicos, la situación de la mujer en el trabajo, son algunas de
las nuevas orientaciones2.
Los estudios se vieron afectados por el momento de debilidad que experimentaba
el actor sindical en esta década. En aquellos años se produce un fuerte cuestionamiento
a su papel e importancia social y no eran pocos los que sostenían la necesidad de
modificar sus estrategias históricamente vinculadas a la movilización social y el
conflicto. Lo que comenzó a predominar en el imaginario político y social en nuestro
país fue la idea de concertación, vinculado a un proceso de reconstrucción nacional post
dictadura donde se esperaba que el sindicalismo aumentara sus capacidades de diálogo
y disposición para lograr acuerdos tanto con el gobierno como con los empresarios. Es
decir, se aspiraba a que el sindicalismo realizara una contribución a la consolidación del
1 Francisco Zapata: “La historia del movimiento obrero en América Latina y sus formas de investigación”, en Enri-
que de la Garza Toledo (coordinador): Tratado Latinoamericano de Sociología del Trabajo (El Colegio de México,
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Universidad Autónoma Metropolitana, Fondo de Cultura Econó-
mica, México, 2000). Jorge Rojas: “Los trabajadores en la historiografía chilena: balance y proyecciones”, en Revista
Economía y Trabajo, N°10 (PET, 2000).
2 Antonio Aravena: La sociología del trabajo en Chile: contribuciones y temas de estudio, en Revista Economía y
Trabajo, N°10 (PET, 2000).
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mayor reconocimiento y una mejor posición social, sin pretender alterar la estructura
de poder de la sociedad11.
Durante muchos años predominaron los estudios que examinaron la sociedad a
partir de la contradicción capital-trabajo, la idea de lucha de clases y el protagonismo
de la clase obrera como sujeto transformador de la sociedad capitalista. Desde este
prisma el sindicato se acercaba a representar un instrumento para la lucha de clases y
la revolución. Pero esto no implicó que otras perspectivas dejaran de influir o tuviesen
gran impacto en la organización concreta del trabajo. Así, en los primeros años del siglo
XX el desarrollo de la escuela de relaciones laborales estuvo fuertemente vinculado a
corrientes que concebían la empresa como un espacio de colaboración entre los actores,
donde se propiciaba el respeto por la autoridad y el cumplimiento de las funciones
establecidas en la organización del trabajo. En ese sentido, se conectaba con miradas
que creían posible que industriales y obreros tuviesen intereses comunes.
11 Robert Ezra Park: Race and culture (The Free Press, 1950). George Ritzer: Teoría sociológica moderna, op.cit.
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
ocurrida el 2007 en celulosa Arauco en el sur de Chile esto ha sido un factor clave en
el desarrollo de los conflictos. Basta recordar el impacto social y mediático que tuvo
la muerte de uno de los trabajadores en dicho conflicto y la relevancia de este suceso
como recurso que propició su resolución.
O el caso de la huelga de los mineros de La Escondida en los meses de agosto
y septiembre de 2006 donde los trabajadores utilizaron una serie de recursos que les
permitieron equilibrar su poder de negociación frente al empleador. Entre ellos se pueden
mencionar su capacidad económica, la planificación del conflicto, la disposición de
asesores, la capacidad de resistencia y el apoyo de las bases y sus familias. Confluyeron,
además, factores políticos que incrementaron las opciones de los trabajadores como la
intervención del ministro del trabajo en el norte del país, donde tenía lugar el conflicto,
que en sus momentos más álgidos tuvo episodios de extrema violencia. Para Francisco
Zapata esta huelga mostró que junto a las continuidades era posible identificar nuevas
formas de acción colectiva por parte de los mineros en Chile12.
La movilización de recursos permite alcanzar mejores posiciones de poder para
negociar, razón por la cual es pertinente estudiar las condiciones en que se encuentran
los trabajadores en los distintos sectores productivos para utilizar tales recursos. Puede
ser que en un sector de punta, como la minería, las condiciones sean más favorables,
pero ello no limita esta opción a los sectores más estratégicos o con mayor proporción
de participación en la fuerza de trabajo nacional. Los funcionarios del sector público
también movilizan variados recursos, como el respaldo de las bases, el uso de
plataformas tecnológicas, las influencias políticas, etc. No obstante, si miramos en la
década de los noventa nos encontramos con los conflictos de los y las vendedores/as
de AFP que pese a no ser el sector sindical más fuerte a nivel nacional exhibieron una
interesante capacidad para hacer uso de recursos movilizadores, llamando la atención
de los medios de comunicación.
Los repertorios de acción aluden a un conjunto de prácticas políticas y culturales,
conformadas históricamente, es decir, aprendidas en procesos de lucha colectiva. Su
concreción se produce de acuerdo a una multiplicidad de factores, como las formas
de organización de los movimientos sociales, los recursos que pueden movilizar, su
identidad y cultura de protesta, las oportunidades políticas y la experiencia colectiva
12 Francisco Zapata: “La huelga de los mineros de La Escondida (Chile)”. Documento de Trabajo, Seminario de
conflictos laborales, ICAL, 2008.
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13 Charles Tilly: Repertorios de acción contestataria en Gran Bretaña: 1758-1834 (Editorial Hacer). Utilizamos
versión disponible en internet http://www.hacereditorial.es/contingut/m_pujadocuments/documents/File/Articul
o%20Tilly%20en%20traugott.pdf
14 Charles Tilly: Repertorios de acción contestataria en Gran Bretaña, op.cit.
15 Javier Auyero: La protesta. Retratos de la beligerancia popular en la Argentina democrática (Libros del Rojas,
Universidad de Buenos Aires, 2002), p.19
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
16 Dough McAdam, John McCarty; N.Mayer Zald: Movimientos sociales: perspectivas comparadas (Editorial Ist-
mo ,1999). Como apoyo para esta parte ocupamos Kathya Araujo: Género y movimientos sociales en Chile. Retos
para la acción colectiva (Programa Mujer y Democracia en el Mercosur, 2002).
17 Sidney Tarrow: El poder en movimiento. Los movimientos sociales, la acción colectiva y la política (Alianza
Editorial, 1998), p. 22.
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
e irreflexiva y que puede ser clasificada en dos tipos. Por un lado, un tipo que “no
supone hostilidad hacia las máquinas como tales, sino que constituye un medio de
presión sobre los patrones”. Por otro, una destrucción que sí implicaba rechazo a las
máquinas, especialmente a aquellas que afectaban el trabajo obrero24. Para el autor, “la
destrucción era simplemente una técnica del sindicalismo en el período previo y en las
primeras fases de la revolución industrial”.
En el mismo sentido, Rudé va a señalar que hacia fines del siglo XVIII los
sindicatos desarrollaban tácticas de conflicto muy concretas. Es decir, “aunque los
objetivos de las huelgas eran con frecuencia similares a los de hoy, su ritmo y sus
formas eran diferentes. Como los sindicatos eran ilegales, de corta vida y locales, o muy
escasos, las luchas solían producirse cuando escaseaba la mano de obra y no cuando
había en abundancia, es decir, más en la cumbre del boom que cuando se producía una
depresión. Sus métodos eran a veces pacíficos, tomando la forma de colectas de dinero,
marchas y peticiones…Pero estas eran más la excepción que la regla, sobre todo en las
luchas provincianas inglesas. Con más frecuencia, las huelgas se convertían en motines
y ataques a la propiedad, acompañados por la destrucción de la casa, maquinaria o el
molino del empresario”25.
Estos autores dotaron de historicidad el análisis de las clases sociales y
reconstruyeron la trayectoria de la constitución de la conciencia colectiva, la cultura
obrera y las distintas formas de presión y lucha por derechos (voto, libertad de prensa,
asociación, etc.). Según Thompson las clases se constituyen a partir de sus propias
experiencias históricas y proyectos compartidos, siendo necesario considerar tanto la
dimensión socioeconómica como la político-cultural. En este sentido, la comprensión
de la realidad social implica un proceso activo que tiene relación tanto con la propia
acción de los sujetos como con los elementos que condicionan dicha acción26.
3. Transformaciones del trabajo, crisis del conflicto.
Desde los años noventa del siglo pasado se ha venido desarrollado un amplio
debate en las ciencias sociales sobre los cambios producidos en las sociedades modernas
y en el mundo del trabajo. Los diagnósticos realizados por autores como Ulrich Beck,
Zygmunt Bauman y Richard Zennet, entre otros, han sido muy influyentes en el
24 Eric Hobsbawm: Trabajadores, op.cit, cap. 2. pp.16-35.
25 George Rudé: Europa en el siglo XVIII, op.cit, p.248.
26 Edward Palmer Thompson: La formación de la clase obrera en Inglaterra, op.cit.
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mundo académico. Según sus análisis estamos en presencia de cambios inéditos, que
se expresan en una mayor inseguridad y deterioro de la vida de las personas, así como
en la precarización laboral. Producto de los cambios en el trabajo predominaría la
fragmentación social, la descomposición de las identidades colectivas, la irrelevancia de
los trabajadores como sujetos políticos y actores centrales en la producción, quedando
dislocadas las experiencias cotidianas de los individuos. Lo que estaría en crisis es un
tipo de sociedad, sus instituciones, sus actores, las formas de establecer lazos sociales y
de dar sentido a la vida personal.
Beck, por ejemplo, señala que estamos en presencia del pasaje desde la
sociedad laboral a la sociedad del riesgo, donde ya no es posible el pleno empleo y los
trabajadores quedan situados en un contexto de mayor precariedad e informalidad.
Lo que predomina en esta sociedad del riesgo son individuos que se mueven por
intereses personales, donde el componente colectivo y el peso de las normas pierden
relevancia27. Bauman menciona la polarización social como característica fundamental
de la sociedad actual, relacionada con la tensión que se produce entre los planos global y
local, que conduce a una segregación y marginación social global progresiva28. Zennet,
en tanto, destaca los impactos del “capitalismo flexible” en el ámbito personal. Para el
autor la flexibilidad conduce a la inseguridad de las personas, la pérdida de sentido de
las relaciones duraderas y de confianza y a un sentimiento de desorientación29.
Otros autores se refieren a la “nueva cuestión social” como proceso que surge
en este contexto de cambios. Desde esta óptica se hace énfasis en el quiebre de las
bases institucionales de la sociedad protectora y también de la civilización del trabajo.
Los estudios de Robert Castel y Pierre Rosanvallon van en esa dirección. En medio
de la desestructuración política, social e institucional, los sujetos ven que sus vidas
pierden sentido y, desconfiando de las formas de representación tradicionales, les es
más difícil crear vínculos sociales. La construcción de la existencia humana se desplaza
desde su referencia a las normas colectivas a comportamientos individuales. La lucha
y formas de rebeldía o conflictividad cambian desde su expresión pública y colectiva
a una realización privada o individual. En este marco, Rosanvallon se interesa por los
27 Ulrich Beck: ¿Qué es la globalización?, Falacias del globalismo, respuestas a la globalización (Editorial Paidos,
1998).
28 Zygmunt Bauman: La globalización. Consecuencias humanas (FCE, 2001). Zygmunt Bauman: Modernidad
líquida (FCE, 2004).
29 Richard Zennet: La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo
(Editorial Anagrama, 2000).
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
30 Pierre Rosanvallon: La nueva cuestión social. Repensar el Estado Providencia (Ediciones Manantial, 1995). Jean
Paul Fitoussi y Pierre Rosanvallon: La nueva era de las desigualdades (Ediciones Manantial, 1997).
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31 Enrique de la Garza: El futuro del trabajo, ¿Identidad o fragmentación (críticas a Sennet, Bauman, Beck), en
http://docencia.izt.uam.mx/egt/congresos/El%20trabajo_identidad%20o%20fragmentacion.pdf
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
grupos movilizados en la guerra del agua en Bolivia o contra las privatizaciones en Perú
son sólo algunos ejemplos32.
Para el caso chileno hemos visto en anteriores estudios el desarrollo de nuevas
estrategias y articulaciones sindicales en un contexto de profundas transformaciones.
Pese a quienes declaran la irrelevancia de la acción colectiva en el trabajo ella se
produce y recrea frente a nuestros ojos, con dinámicas y perspectivas muy diversas,
con obstáculos disímiles, con ritmos que no siempre se pueden prever, involucrando
a actores tradicionales y otros que han emergido más recientemente. Los trabajadores
precarios o atípicos no sólo pueden abandonar una situación de pasividad social, sino
que en algunos casos han sido quienes han impulsado las principales luchas en nuestro
país. A fines de los noventa fueron los trabajadores eventuales quienes constituyeron
sindicatos en diferentes regiones y sectores productivos, pese a las magras condiciones
laborales y la desprotección legal. También cabe mencionar a los sindicatos de
trabajadores contratistas de la minería o las asociaciones de trabajadoras temporeras y
otros sindicatos más estables que han desarrollado interesantes estrategias33.
4. Surgimiento y desarrollo de los estudios del conflicto laboral
en América Latina
Los estudios del trabajo en América Latina comienzan a desarrollarse en los
años cincuenta y sesenta, recibiendo influencias de la sociología del trabajo francesa
y la sociología industrial estadounidense. La figura del obrero y la situación del
sindicalismo ocupaban un lugar central en las reflexiones de aquellos años. Por esta
razón, predominaban temas como el comportamiento político de los trabajadores y
sus niveles de conciencia. Hasta estos años los estudios sobre la clase obrera estaban
marcados por las visiones heroicas e ideológicas. Por eso, el desarrollo de los estudios
sociológicos permitió ampliar su conocimiento y reconocer que los trabajadores tenían
comportamientos muy distintos a los que les eran atribuidos hasta ese momento. La
preocupación por la generación de conocimiento empírico, a través de encuestas, por
32 José Seoane (Compilador): Movimientos sociales y conflicto en América Latina (CLACSO, OSAL, 1999). Mirta
Lobato y Juan Suriano: La protesta social en la Argentina (Fondo de Cultura Económica, 2003). Maristella Svampa:
“Argentina: una cartografía de las resistencias (2003-2008). Entre las luchas por la inclusión y las discusiones sobre
el modelo de desarrollo”, Año IX, N°24 (CLACSO, OSAL, 2008).
33 Rolando Álvarez y Antonio Aravena (Editores): Los trabajadores y la nueva cuestión social. Repensando la reali-
dad laboral y sindical en Chile (Ediciones ICAL, 2004).
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económicos, como salarios y nivel de vida, y otra que mira los aspectos políticos que
condicionan la acción sindical. Así, en países como Chile, Argentina o Perú las huelgas
se explicarían por deterioros económicos, a diferencia de lo que ocurre en México o
Venezuela donde el conflicto está ligado a las relaciones políticas entre el movimiento
obrero y el partido político. Profundizando en el estudio de la huelga económica el
autor dice que ellas buscaban como principal objetivo mejorar los problemas salariales
y en el nivel de vida de los trabajadores. Actuaba con autonomía respecto al Estado y
cuando se vinculaba con los partidos políticos era para lograr el apoyo necesario para
mejorar su capacidad negociadora frente a los gobiernos de turnos40.
Además, el autor sostiene que no existe una correlación entre épocas de recesión
económicas y luchas sociales. Es decir, no se puede sostener que los conflictos en el
trabajo aumentan en momentos de mayores aflicciones económicas. Lo que se observa
es, contrariamente, que los sindicatos exhiben mayores niveles de combatividad en
momentos de auge económico. En esos momentos de bonanza económica lo que se
produciría sería una lucha por la justa distribución de los beneficios económicos. Por
tal razón, sería importante identificar la correlación de fuerzas en el sistema político
y social que genera condiciones más o menos favorables a esas luchas. Es decir, “la
estructuración de acciones colectivas de gran envergadura descansa en la existencia de
tensiones derivadas de un cierto equilibrio de fuerzas en el sistema social y no en el
predominio del capital sobre el trabajo…”41.
En definitiva, según el autor no habría que establecer una relación mecanicista
entre situación salarial y conflicto laboral. Si bien los salarios son factores a considerar,
existen otros elementos que adquieren importancia, como el carácter del régimen
político, la coyuntura económica, las condiciones laborales, la coyuntura ideológica y
los aspectos más subjetivos.
5. Situación de los conflictos laborales en Chile
La comprensión de los conflictos laborales ocurridos recientemente en Chile
nos conduce en esta última sección a reconocerlos como un momento dentro de un
40 Francisco Zapata: La historia del movimiento obrero en América Latina y sus formas de investigación”, op.cit
41 Francisco Zapata: “¿Crisis del sindicalismo en América Latina?”, en CENDES: El sindicalismo latinoamericano
en el marco de la globalización: crisis y retos a comienzos de siglo (CENDES, 2001), p. 16. A una explicación similar
se ha llegado al estudiar los conflictos sindicales en las primeras décadas del siglo XX. Ver Peter DeShazo: Trabajado-
res urbanos y sindicatos en Chile: 1902-1927 (Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 2007).
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
sindicales y las organizaciones del sector público en Chile han realizado históricamente
grandes paralizaciones, independientemente de lo permitido por la ley. Actualmente
todos los paros del sector público son ilegales, pero se efectúan de hecho y con gran
convocatoria. A la vez, hay que decir que en el sector privado los conflictos no remiten
sólo a la huelga legal y que en ocasiones las empresas tienen sus propias maneras de
encarar los problemas, ya sea que refieran a estrategias autoritarias o verticalistas o más
democráticas y participativas. Al mismo tiempo, los procedimientos para resolverlos
no siempre se circunscriben a las normas que establece la ley.
La huelga legal está relacionada con el conflicto que se produce en el marco
de la negociación colectiva y las normas que establece el Código del Trabajo. Para los
sindicatos la huelga ha constituido la principal forma de presión para lograr mejoras
laborales y salariales desde que se promulgaron las leyes del trabajo. Pero actualmente su
eficacia ha sido muy cuestionada. Hoy, por ejemplo, la huelga está reconocida por ley
para quienes negocian colectivamente y en virtud de un contrato colectivo, condición
que es cumplida por una proporción baja de los trabajadores46. Existe coincidencia
que las tendencias de sindicalización y conflictividad laboral en este sector se tienden
a situar en niveles bajos.
Las acciones de conflicto, específicamente en el sector privado, se estimaban
intrascendentes y habitualmente implicaban mayores costos para sus impulsores o
participantes. La desprotección legal, la precaria inserción de los trabajadores en el
trabajo, el miedo a perder el empleo, han actuado muchas veces como inhibidores del
conflicto. En términos más concretos este panorama adverso se expresó en los cada
vez menores logros económicos que alcanzaban los sindicatos en las negociaciones
colectivas. Los reajustes salariales (que expresan las mejorías salariales), por ejemplo,
pasaron de 4,06% a 0,76% entre 1989 y el 200447. Todo esto reforzó el menor interés
por el estudio de este actor y sus formas de acción. Pero, a la vez, creemos que estos
46 Los trabajadores involucrados en instrumentos colectivos, incluyendo tanto a sindicatos como a grupos nego-
ciadores, y los dos tipos de instrumentos (contratos y convenios), han sido 255.226 en 1993, 161.834 en 1999,
137.985 en 2003 y 232. 667 en 2007. Dirección del Trabajo, Series Estadísticas, 1990-2007, capítulo II. Negocia-
ción colectiva, p.81. Ver en http://www.dt.gob.cl/documentacion/1612/articles-62612_recurso_1.pdf Una tenden-
cia significativa en este sentido es el paso desde los contratos a los convenios, asociado a la preferencia de los emplea-
dores por un proceso de negociación menos rígido, pero que despoja a los sindicatos de diferentes derechos, entre
ellos el derecho a huelga. Ver Asesorías estratégicas: Tendencias emergentes en la negociación colectiva: el tránsito del
contrato al convenio, Cuaderno de investigación, N°11 (Dirección del Trabajo, 2000).
47 Jorge Salinero: Veinte años de afiliación sindical y negociación colectiva en Chile. Problemas y desafíos, Cuaderno
de Investigación Nº29 (Dirección del Trabajo, 2006), p.98.
31
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48 Cifras de sindicalismo y huelgas obtenidas en Dirección del Trabajo, Series Estadísticas, 1990-2007, capítulo I.
Sindicalismo, p.98; capítulo III. Huelga, p.103. Véase http://www.dt.gob.cl/documentacion/1612/articles-62610_
recurso_1.pdf Información obtenida el 12 de enero de 2009.
49 Alberto Armstrong y Rafael Águila: Evolución del conflicto laboral en Chile. 1961-2002 (Ediciones Universidad
Católica de Chile, 2006).
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
Por otra parte, existen una serie de aspectos que inciden en los niveles de
conflictividad laboral y que requieren estudios más detallados. Por ejemplo, las estrategias
y mecanismos de resolución de conflictos que son establecidos internamente por las
empresas, así como la cooptación sindical que permiten evitar huelgas; el mecanismo
de la mediación que se comenzó a aplicar el 2003 y que ofrece salidas pacíficas antes o
una vez declarada la huelga; la disposición de los trabajadores a resolver los problemas
por la vía del diálogo al interior de la empresa, situación que ha quedado expresada
en encuestas de carácter nacional; las prácticas anti sindicales que operan como un
inhibidor de los conflictos; etc. Asimismo, es posible afirmar que la baja incidencia
de los conflictos desde el punto de vista cuantitativo no refleja las controversias de
distinto tipo que se producen en las empresas o el trabajo50.
En el sector público la situación es distinta y la fuerza sindical es más evidente.
Ahí se registraron algunas movilizaciones que convocaron a un número importante de
trabajadores, por ejemplo, las que impulsaron las organizaciones de los funcionarios
del Estado, los profesores o los gremios de la salud, que han mantenido un apreciable
nivel de movilización. El rechazo al modelo económico, las críticas a la modernización
del Estado, la inestabilidad laboral, el daño previsional, los cambios legales en materia
de negociación y en otros temas laborales y sociales, son algunas de sus demandas.
La mayor actividad en este sector también ha sido observada desde el punto de vista
de los indicadores cuantitativos. Armstrong y Águila señalan que a diferencia del
primer período que estudian (1961-1973) en el segundo (1989-2002) los conflictos
tienen alta presencia en los sectores público y municipal, aumentando el porcentaje de
trabajadores en huelga y los días hombre perdidos, aunque disminuyendo la proporción
de número de huelgas. Además, registran un mayor protagonismo de las asociaciones
públicas, como la ANEF, en lugar de la CUT que en el primer período tenía un papel
más central51.
Los problemas no han estado ausentes en este sector y muchas de las
negociaciones entre las partes están marcadas por la falta de diálogo y respeto por
la posición de los trabajadores. De hecho, no siempre se logró acuerdo y muchos
50 César Guzmán: “La huelga y el conflicto laboral en los noventa”, en Rolando Álvarez y Antonio Aravena (Edi-
tores): Los trabajadores y la nueva cuestión social, op.cit., pp. 157-191. Sobre una práctica antisindical de fuerte
impacto en los sindicatos y muy presente en la situación chilena se puede consultar Jorge Salinero: La destrucción
del sindicato: intolerancia a un derecho fundamental (un estudio empírico a nivel nacional sobre separación ilegal de
dirigentes sindicales durante el 2002), Cuaderno de investigación, N°20 (Dirección del Trabajo, 2004).
51 Alberto Armstrong y Rafael Águila: Evolución del conflicto laboral en Chile, op.cit.
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proyectos de ley relacionados con temas salariales fueron enviados por el gobierno
al Congreso Nacional sin el acuerdo de los trabajadores52. Con todo, era indudable
que las organizaciones lograban importantes niveles de cohesión y se movilizaban sin
temor al conflicto con su empleador.
Es pertinente observar también lo que ocurre con la CUT en esos años,
pues sus orientaciones tienen un impacto concreto y simbólico en la evolución del
proceso político nacional y en el imaginario colectivo de los trabajadores. Se aprecian
variaciones no menores en la política sindical de la central, que pasa de una estrategia
de acuerdos y desmovilización social a jugar un papel más crítico del modelo de
desarrollo y a apoyar las luchas de diferentes sectores sociales que a fines de esa década
se mostraban descontentos con los resultados que obtenían de la transición política.
Estas modificaciones, a la vez, se relacionaron con cambios en la correlación de fuerzas
al interior de la CUT donde los dirigentes que adherían a posiciones socialistas y
comunistas comenzaron a desplazar a sectores más de centro que habían predominado
en los primeros años de esa década.
La presencia de las fuerzas políticas en las organizaciones sindicales es un
elemento que se debe tener en cuenta a la hora de visualizar las tácticas y acciones
de conflicto. La mayor presencia en la CUT de dirigentes con militancia política de
izquierda llevó a un programa sindical que colocó nuevamente a la movilización social
en un lugar central. “Diálogo y movilización”, decían sus dirigentes en aquellos años.
Pero, naturalmente, la emergencia de estos liderazgos obedecía a un cambio efectivo en
las disposiciones subjetivas de los trabajadores. No sólo en la central se puede ver esta
situación. Lo mismo ocurrió, por ejemplo, en el gremio de los profesores, que después
de un cambio en su conducción en 1996 experimentó también una modificación en
su actividad reivindicativa.
El 2003, como resultado de este nuevo escenario político - sindical, se llevó a efecto
la primera protesta nacional desde que asumieran los gobiernos de la Concertación,
acto que fue visto por algunos dirigentes sindicales como un relanzamiento de la
actividad sindical en nuestro país. Pasarían algunos años para que tuviese lugar en
Chile un ciclo de protestas que revitalizarían con mayor claridad la acción colectiva en
el mundo del trabajo.
52 Jorge Rojas y Antonio Aravena: “El mundo sindical y el trabajo asalariado en Chile”, en Patricio Escobar (editor):
Trabajadores y empleo en el Chile de los noventa (Universidad ARCIS, PET, LOM Ediciones, 1999).
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El conflicto laboral en Chile. Perspectivas de análisis y tendencias emergentes.
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Antonio Aravena
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El movimiento de los trabajadores
contratistas de CODELCO: una experiencia
innovadora de negociación colectiva
Daniel Núñez
1. Introducción
Durante el año 2007 la sociedad chilena se vio sorprendida por las dos grandes
huelgas de trabajadores contratistas que, con escasos meses de diferencia, se sucedieron
primero en el sector forestal y luego en la actividad cuprífera estatal. De hecho, en la
retina de la opinión pública quedaron grabadas las dramáticas imágenes de televisión
que muestran el cuerpo sin vida del obrero forestal Rodrigo Cisterna, quien yace inerte
sobre una máquina montacarga producto de los impactos de bala que recibió por parte
de Carabineros. Así como también las impactantes fotografías y filmaciones con que
los medios de comunicación ilustraron el comienzo de la huelga en el mineral de El
Teniente. En ellas se aprecia, en medio de una carretera que serpentea entre los cerros,
una hilera de buses completamente calcinados que obstruyen el tránsito e impiden el
acceso a este yacimiento. A pesar que en ambos casos las imágenes de violencia fueron
profusamente difundidas por la prensa, ellas no inhibieron la simpatía que estas luchas
despertaron en la población. Es más, dichos conflictos laborales lograron importantes
niveles de apoyo en la ciudadanía, lo que se vio refrendado a través de los resultados
que arrojó una encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea
(CERC), realizada en julio de ese mismo año. Dicha medición constató que existe
una imagen positiva de los trabajadores en huelga, ya que un 53% de los consultados
afirma sentir solidaridad ante ellos. Además existe una amplia mayoría que legitima
la utilización de la huelga, lo que se manifiesta en que un 82% de los encuestados
comparte la afirmación “que los trabajadores recurren a las huelgas porque no tienen otra
alternativa”.53
Los conflictos laborales en Bosques Arauco y en la Corporación de Desarrollo del
Cobre (CODELCO) también atraen la atención de la opinión pública por su carácter
atípico. Entre otros aspectos, destaca el hecho que dichas paralizaciones traspasan las
53 Informe de Prensa, Encuesta Nacional Julio 2007, CERC, www.cerc.cl, 18/072008.
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55 La historiadora María Angélica Illanes hace un análisis más detallado de las movilizaciones que se suceden en
dicho mineral, en un artículo titulado “La sublimación de la ira. Chuquicamata ante el advenimiento del Frente
Popular”, ponencia presentada al III Encuentro de Historiadores y Cuentistas Chilenos-Bolivianos, La Paz, 17-20
julio de 2002.
56 Jorge Barría: Los sindicatos de la gran minería del cobre (Instituto de Administración, Universidad de Chile,
Santiago, 1970), p.14.
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
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Daniel Núñez
que desarrollaron los investigadores Clark Kerr y Abraham Siegel,59 quienes teorizan
respecto a los motivos por los cuales los asalariados de la minería y los puertos presentan
mayores niveles de recurrencia a la huelga. En el corazón de esta formulación teórica
se encuentra la tesis que la mayor propensión al conflicto se explica por factores de
tipo estructural, en este caso vinculados a su lugar y condiciones de trabajo. Para Kerr
y Siegel son aspectos como la residencia en campamentos mineros y el uso extensivo
de la mano de obra, los que contribuyen de manera significativa para que -tanto en
las minas como en los puertos- nos encontremos con masas obreras relativamente
homogéneas, capaces de desarrollar una elevada cohesión social.
Barrera considera que es precisamente esta situación la que ocurría en Chile con
la fuerza de trabajo cuprífera. Debido a que en esa época la mayoría de los trabajadores
residía en campamentos como Chuquicamata o Sewell, toda la convivencia de los
mineros se desarrollaba en un espacio geográfico acotado. Eso quiere decir que los
compañeros de trabajo junto con ser colegas, también eran vecinos, que muchas
veces se veían casi obligados a compartir en los limitados lugares de esparcimiento
que estaban disponibles. De esta manera surgen férreos lazos de amistad y un sentido
de comunidad que no sólo identifica a los mineros sino también a sus familias.
Este sentido de pertenencia reforzaba la solidaridad entre los trabajadores, lo que
se expresaba en el férreo apoyo que alcanzaban las manifestaciones de descontento
laboral. Los movimientos huelguísticos alcanzaban rasgos de una verdadera rebelión
contra la compañía minera.
Para completar la tesis de Barrera hay que rememorar una de las marcas de
nacimiento de la gran minería del cobre. Dicho autor postula que la propiedad extranjera
de las grandes minas de cobre unido a las magras condiciones laborales, facilitó la
concreción de una lucha reivindicativa de características muy peculiares. En concreto
esto quiere decir que para los mineros del cobre sus demandas no sólo expresaron
sus justas reivindicaciones gremiales, sino que también implicaron la recuperación
para la nación de una parte de esa inmensa riqueza minera que era apropiada por las
compañías norteamericanas. En definitiva, la consecución de mejores condiciones de
trabajo terminó convirtiéndose para la conciencia obrera en una causa patriótica de
alcance nacional, que supera con creces el interés gremial. Para Barrera este proceso de
toma de conciencia habría ido de la mano con una creciente aceptación del discurso
59 Clark Kerr y Abraham Siegel: La propensión a la huelga en las industrias: comparación internacional
(Instituto de Administración, Universidad de Chile, 1965).
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
60 Un análisis detallado de esta huelga se puede encontrar en el libro de Sergio Bitar y Crisóstomo Pizarro, titulado
“La caída de Allende y la huelga de el Teniente” (Ediciones Ornitorrinco, 1989).
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Daniel Núñez
En este contexto se abren camino a inicios de los años ochenta las primeras
expresiones de descontento laboral, las que afloran a través de los “viandazos” y otras
tímidas acciones de protestas como los atrasos colectivos. Dichas acciones remecen al
mundo minero y favorecen una rápida rearticulación de las alicaídas organizaciones
sindicales que los agrupan. Sólo han de transcurrir unos meses, para que una
recientemente democratizada Confederación de Trabajadores del Cobre logre unificar
las demandas de los asalariados de los cuatro yacimientos de CODELCO61 y convoque
de manera abierta a una primera jornada nacional de protesta. La protesta de mayo de
1983, junto al posterior paro nacional de junio, concita el apoyo de los partidos políticos
de oposición así como también de una amplia gama de organizaciones estudiantiles
y sectores poblacionales, convirtiéndose en los años siguientes en multitudinarias
manifestaciones de descontento popular contra la dictadura militar.
Estos sucesos renovaron un debate académico que a la fecha estaba anclado
en postulados propios del período previo a la nacionalización del cobre y que se
mostraba incapaz de captar el complejo escenario que se abría con la constitución de
CODELCO. En este contexto surgen nuevas propuestas que buscan interpretar las
razones de este renacimiento del conflicto laboral en la minería del cobre y ponderar
sus proyecciones.
Oscar Mac-Clure es uno de los autores que escribe motivado por los vientos
de cambio que acarrean las protestas antipinochetistas y que expresa de manera más
diáfana las posiciones optimistas que emergen en esos años. Este autor destaca el papel
que jugaron los trabajadores del cobre en la configuración del naciente movimiento
opositor. Efectivamente, el sindicalismo cuprífero se convierte en el soporte de entidades
como el Comando Nacional de Trabajadores y otros referentes de concertación social
y político, que resultarán fundamentales para la unidad de las fuerzas opositoras y
el avance que experimentó el proceso democratizador hasta 1986. A esta elevada
politización Mac-Clure suma otra característica, al constatar que nuevamente los
asalariados del cobre exhiben niveles más altos de conflictividad laboral. Por lo tanto,
durante la era pinochetista vuelve a manifestarse esa famosa tradición combativa de
los mineros.
Sin embargo, hay que tener presente que para Mac-Clure este protagonismo
sociopolítico no sólo se explica desde la perspectiva de la acción, pues en él también
61 A esa fecha ya había entrado en operación el mineral de Andina, ubicado en la comuna de Los Andes.
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
están presentes aspectos de tipo estructural. Este autor postula que la centralidad
que posee el cobre en la economía chilena le otorga un mayor poder de presión al
sindicalismo cuprífero, en comparación con otros grupos asalariados. También es
interesante destacar como las conquistas reivindicativas que obtenían los trabajadores
del cobre se convertían en verdaderos referentes para el resto de la clase obrera
chilena, configurándose así un fenómeno que este mismo autor denomina como un
“efecto de demostración”. Este se verá favorecido por el hecho que los conflictos en la
minería gozaban de una alta visibilidad pública. Es decir, debido al elevado impacto
económico que genera una paralización en el cobre, existe una atención especial por
parte de la opinión pública respecto a lo que allí suceda y también de las autoridades
gubernamentales de turno.
Por último, esta visión valora la trayectoria que dicho actor ha tenido en el
siglo XX, destacando el significativo aporte que los trabajadores cupríferos realizan a la
democratización del país. Mac-Clure postula que las luchas económicas y reivindicativas
de los mineros del cobre han promovido la defensa de la clase trabajadora frente a
políticas salariales y laborales que la han perjudicado. Incluso este autor señala que
estas luchas han traspasado las fronteras de clase para representar demandas de alcance
nacional, como sucedió en el período en que el metal rojo estaba controlado por las
compañías norteamericanas y también cuando hace suya la lucha por el retorno a
la democracia apelando al fin del régimen autoritario. En conclusión, -y utilizando
sus propias palabras-, “su acción ha estado objetivamente lejos de encerrarse en un
corporativismo estrecho, sino que su centralidad social y política ha jugado un papel la
mayor parte de las veces favorable a las mayorías populares del país”62.
En una vereda opuesta se ubican las reflexiones que desde el exilio en México
formuló el profesor Francisco Zapata. Este destacado académico remece hasta sus
cimientos las tesis predominantes sobre el sindicalismo del cobre. Zapata postula
que el comportamiento de los mineros como actor social presenta cierta continuidad
histórica que se manifiesta tanto en el período desarrollista como en los tiempos
de la nacionalización, e incluso, bajo la dictadura. Dicha continuidad encuentra su
fundamento en la permanencia en el tiempo reciente –siglo XX- de las bases que
estructuran la relación que se establece entre el cobre y la sociedad chilena. Según
sus propias palabras “la acción sindical de los mineros ha conservado un carácter
62 Oscar Mac-Clure: Sindicalismo en el cobre, nacionalización y autoritarismo (Institut D´Etude des Pays en Dele-
loppement, Univeriste Catholique de Louvain, 1985), p. 115.
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63 Francisco Zapata: “La acción sindical en la gran minería del cobre”, op.cit, p. 190.
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
de un accionar sindical que tiende a quedar encerrado dentro de las fronteras de esa
“mega” empresa minera. Es así como mientras que al interior de CODELCO reina un
clima laboral de armonía entre el personal de planta y la gerencia de la estatal, desde
la periferia va expandiéndose una nueva realidad laboral –el subcontrato- que penetra
hasta el corazón mismo de la cadena productiva y que en un corto tiempo dará mucho
que hablar.
64 Dicha ley fue aprobada en 1967 y limitó la presencia de las empresas contratistas al establecer que las labores
inherentes a la producción principal o permanente, al igual que las labores de reparación o mantención habitual de
equipos, no podían ser realizadas por contratistas.
65 Corporación de Desarrollo del Cobre: Reporte de Sustentabilidad 2007, en www.codelco.cl, acceso
18/06/2008.
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66 Taller de Análisis de Coyuntura Económica y Política, “Informe de Coyuntura trimestral, Nº14”, 2007, en www.
cctt.cl, acceso 22/06/2008.
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
producción cuprífera nacional frente al avance de las mineras privadas67. Pero por otro
lado, la cuprífera continúa realizando un aporte fundamental a los ingresos fiscales, los
que por cierto también han experimentado un alza espectacular en los últimos años, al
igual que las ganancias de CODELCO. Por lo tanto, a pesar del tiempo transcurrido
y los enormes cambios que se han producido, los trabajadores de la estatal continúan
disponiendo de una importante capacidad de presión. Aunque la situación es muy
distinta según se trate del personal de planta o de los asalariados contratistas, pues los
primeros están en una posición bastante más favorable para negociar sus condiciones
de trabajo. Entre otras ventajas, se cuenta que son herederos directos de esa trayectoria
de protagonismo sindical a que se ha hecho mención, lo que se refleja en los altos
niveles de afiliación sindical existentes en el personal de planta, que alcanza a un 97%.
Una situación diferente es lo que ocurre en el mundo del subcontrato, ya que aquí los
niveles de organización se asemejan mucho más a los alicaídos porcentajes de afiliación
sindical que reflejan las estadísticas nacionales y la asimetría de poder en la relación
laboral se inclina claramente a favor del empleador.
Una de las problemáticas claves se refiere a la propia constitución histórica de los
mineros del cobre como sujeto social y a las particularidades de este proceso. Aunque
es indudable que los asalariados del cobre forman parte de la clase trabajadora chilena,
ellos se reconocen como un cuerpo diferenciado, que posee una fuerte identidad con
los oficios mineros y que se ubica en una posición de privilegio en relación a otros
sectores asalariados no-profesionales. Por lo tanto, sus salarios, patrones de consumo
y expectativas aspiracionales, están muy por encima del resto de la clase trabajadora68.
Ahora bien, el problema es que los trabajadores cupríferos distan de ser un cuerpo
homogéneo y, como ya hemos señalado, en su interior coexisten dos grandes mundos
laborales; el personal de planta y los trabajadores contratistas. En el caso de los
asalariados externos ellos viven en una permanente tensión. Por una parte, su práctica
laboral concreta se desarrolla en el cobre, empapándose con ese especial medio laboral
que es el mundo minero y también con sus aspiraciones y estilos de vida. Pero en su
condición de asalariados externos viven una situación de precariedad laboral, que los
acerca a la realidad de miles de trabajadores subcontratados. Por lo tanto, estos nuevos
asalariados cupríferos tienen una vinculación con una problemática nacional -el
67 Orlando Caputo y Graciela Galarce: “De la Nacionalización del cobre por Allende a la desnacionalización de la
dictadura y la concertación”, 2007, en www.olca.cl, acceso 22/06/2008.
68 Francisco Zapata: “La acción sindical en la gran minería del cobre”, op.cit., p. 213.
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69 Abarzúa, Eduardo. “Acción Sindical de Trabajadores Contratistas”, en Álvaro Soto (editor): Flexibilidad laboral
y subjetividades, hacia una comprensión psicosocial del empleo contemporáneo (Universidad Alberto Hurtado,
2008), p.84.
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CODELCO. Él relata que en ese proceso: “sacamos las 50 lucas que estaban en la mesa,
entonces hubieron aumentos de sueldo y todos los viejos que estaban con contrato por
obra o servicio pasaron a tener contrato a plazo fijo, primero, y ahí nosotros metimos
a todos estos viejos al sindicato, y empezamos a negociar de nuevo”.75 Efectivamente,
empleando una prerrogativa legal el sindicato recién constituido comienza su primera
negociación colectiva reconocida por la ley, pues el proceso anterior había sido un
acuerdo de hecho sobre la base de la fuerza que les entregó el haber creado el sindicato.
Miguel nos cuenta que “no nos fuimos a huelga, no alcanzamos irnos a huelga, pero
tuvimos una muy buena negociación colectiva, de hecho todos los viejos que estaban
a plazo fijo pasaron todos a indefinido”76. La rapidez con que se avanza en estas
negociaciones genera un estado de ánimo muy combativo. Los trabajadores del CIMM
Andina pierden el temor a las represalias del empleador, se identifican plenamente con
el movimiento contratista, y unas semanas más tarde, estarán embarcados de lleno en
la huelga general del 2007.
Es justamente la confianza que ganan los trabajadores a través de estas luchas
exitosas lo que legitima la organización sindical, superando el estigma despolitizador
que introdujo la dictadura. Debido a que la mayoría de los trabajadores contratistas no
participa en sindicatos es a través de estas luchas reivindicativas locales como ellos se
van enterando de los logros que obtienen los asalariados que deciden movilizarse.
Al calor de estas luchas también se van fraguando otros rasgos distintivos del
movimiento de los contratistas de CODELCO. Un primer aspecto que destaca es la
juventud de los dirigentes que encabezan dicho movimiento. Existe un significativo
proceso de relevo generacional que se grafica en que la gran mayoría de los líderes
son menores de 40 años, con una breve trayectoria sindical (en general cuatro o
cinco años de experiencia). Pero hay otro aspecto que tal vez resulte más determinante.
Los principales dirigentes comparten una visión muy crítica respecto al perfil que
ha asumido en los últimos años el movimiento sindical y las prácticas burocráticas
que se incuban en su interior. Para ir avanzando se han visto obligados a superar a
un sindicalismo tradicional fuertemente atomizado, que según sus propias palabras
estaba “entregado al empresariado”. En este sentido, reivindican la vuelta a lo que
algunos denominan un sindicalismo de clase, lo que puede interpretarse como tener
una opción política e ideológica nítida, de compromiso con la clase trabajadora.
75 Entrevista con Miguel Santana, 20 de agosto de 2008.
76 Ibid.
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78 Rolando Álvarez: “La identidad precaria: Sumisión y resistencia laboral en Chile. El caso de los trabajadores
precarios del Salmón”, en Revista Alternativa, Nº 24 (ICAL, 2006), p.68.
79 Ibid, p.70.
80 Eduardo Abarzúa: “Acción Sindical de Trabajadores Contratistas”, op.cit., p.80.
57
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81 Taller de Análisis de Coyuntura Económica y Política: “Informe de Coyuntura trimestral Nº14”, op.cit.
82 Entrevista con Manuel Ahumada, 15 de julio de 2008.
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trabajadores empezaron a perder el temor con esa huelga”83. Ahora bien, el punto
decisivo es que los líderes de la coordinadora estaban conscientes de lo acotado de
las reivindicaciones y por eso se la juegan por incorporar demandas que doten de
mayor proyección a esta paralización. De esta manera, comienza a implementarse una
articulación mucho más estrecha entre luchas económicas y aquellas reivindicaciones
que atacan aspectos estructurales del subcontrato como las demandas que persiguen
igualar beneficios con los asalariados de planta en materia de salud y educación, por
ejemplo.
Después de varios entreveros, que incluyeron potentes emplazamientos por la
prensa a los candidatos que disputaban el repechaje presidencial (Sebastián Piñera y
Michelle Bachelet) y de complejas negociaciones con la cuprífera estatal, se llega a
un acta de avenimiento que pone término a la movilización. Entre otros puntos este
acuerdo considera materias tan elementales como el cumplimiento por parte de los
empresarios contratistas de la Ley 19.404 sobre trabajos pesados y la Ley 16.744 sobre
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. A lo cual se suma la exigencia
que se entreguen vestimentas de trabajo adecuadas y que los empleadores se hagan
responsables del lavado de las mismas. Por parte de CODELCO se asume el compromiso
de implementar casas de cambio de ropa en la mina Andina. Pero el precedente que
traerá más consecuencias es que CODELCO reconoce a la coordinadora como un
interlocutor válido e instala una mesa permanente de concertación social con dicha
organización. Varios dirigentes entrevistados señalan que gracias al quehacer de dicha
mesa de diálogo se logró ampliar el radio de acción del movimiento contratistas y
penetrar en la zona norte del país, que hasta ese momento se había mostrado esquiva.
También surgen demandas que servirán de base para la huelga larga del 2007, referidas
al otorgamiento de beneficios en materia de educación y salud.
Por último, hay que consignar que comienza a perfilarse una ruptura con
una acción precaria incapaz de imponer sus tiempos. En efecto la huelga general del
2007 va a responder a una elaborada planificación, que incluye la creación el 8 de
junio de ese año de la Confederación de Trabajadores del Cobre, junto a otra serie
de actividades preparatorias para la huelga. La creación de esta Confederación es el
hito organizativo más importante del sindicalismo contratista cuprífero y en el evento
constitutivo participan cerca de 200 delegados provenientes de las cinco divisiones
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88 www.cooperativa.cl, 28/06/2007.
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Emilio Zárate nos cuenta como se las ingeniaron para ganarse “el corazón de
la ciudad” de los Andes. Lo primero que señala es que ellos ocuparon las principales
calles y plazas, realizando un intenso trabajo informativo respecto a las razones de la
huelga. La férrea disciplina que mantuvieron también hizo su aporte, pues la gente
veía la responsabilidad con que estaban actuando los huelguistas. Las marchas eran
ordenadas y se desarrollan “sin desmanes ni destrozos” de ningún tipo. Es probable
que los propios vínculos familiares y el mismo sentido de comunidad que aún reina en
ciudades pequeñas como la recién mencionada, también hayan ayudado a estrechar la
simpatía que emergió con los huelguistas.
La sintonía que lograron los trabajadores contratistas con la comunidad local
quedó en evidencia cuando Carabineros desató un desproporcionado operativo policial
contra una marcha que en forma ordenada se desplazaba hacia el terminal de buses
“JM”. Emilio señala que la manifestación era pacífica y que resulta inexplicable la
violencia con que actuó la fuerza policial. De hecho la arremetida de Carabineros dejó
varios detenidos y muchos trabajadores sufrieron heridas de mediana gravedad como
fracturas y contusiones. En medio de esa circunstancia tan difícil, los trabajadores
sintieron como nunca el respaldo de la comunidad. La solidaridad se expresó en un
contundente repudio a la represión y en la adhesión casi espontánea a la movilización
de la tarde. El mismo dirigente ya citado recuerda la vehemencia con que reaccionaron
los “viejos” frente a estos acontecimientos: “esa fue la cuestión más fuerte que tuvimos,
la represión más fuerte que tuvimos, fue por la mañana, nosotros andábamos con 300
personas en la calle, fue como a las 10, 11 de la mañana, poca concurrencia ese día.
Fue como remecer, como te comentaba, el panal de avispas, porque a las 8 de la tarde
se llamó a otra asamblea y me sorprendió que llegaran como 2 mil personas, sucedió
el efecto contrario, entonces ese día volvimos a marchar para demostrar que nosotros
no teníamos miedo y esa fue la única vez que vi a los trabajadores tan exaltados”89.
Los incidentes de ese día nos permiten apreciar cierta actitud de los huelguistas que
va a resultar determinante en los momentos claves del conflicto. Nos referimos a una
explosiva decisión de lucha, que re-emerge con más radicalidad cuando las injusticias
se hacen más visibles, como sucedió en esa ocasión.
La búsqueda de apoyo político va a representar otra de las orientaciones
permanentes que guían las prácticas de los manifestantes. A diferencia de lo que sucede
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
con la minería privada, en este caso las acciones destinadas a sumar adhesión social y
política son un elemento sumamente efectivo para presionar al empleador. CODELCO
es una empresa del Estado de gran figuración pública y en su directorio participan
autoridades de gobierno como el ministro de Hacienda y Minería. De hecho, las
máximas autoridades de la cuprífera deben rendir cuentas tanto al ejecutivo como al
parlamento. Los líderes del movimiento estaban conscientes de esta situación y por eso
procuraron interlocutar con todos los partidos del espectro nacional. En otras palabras,
intentaron hacerse de los mayores contactos posibles que les permitieran presionar
desde “arriba” al presidente ejecutivo de CODELCO, José Pablo Arellano. El máximo
dirigente de los huelguistas Cristián Cuevas es quien encabezó de manera directa la
relación con los partidos políticos y los parlamentarios. Los esfuerzos desarrollados se
concretan en una carta abierta al presidente ejecutivo de CODELCO, que fue suscrita
por diputados de todas las bancadas. En la misiva se sostiene “que la intención es buscar
una justa solución a las reivindicaciones planteadas por los trabajadores contratistas,
y poner así término a un conflicto que hace tanto daño a la economía del país así
como a las propias familias de los trabajadores”90. La carta en cuestión fue entregada
personalmente por el diputado socialista Sergio Aguiló al presidente ejecutivo de
CODELCO y forzaría el primer y único encuentro que se produciría entre José Pablo
Arellano y Cristián Cuevas.
Habiendo transcurrido veinte días de huelga la situación se hace insostenible
para la cuprífera. CODELCO no sólo debe hacer frente a las movilizaciones que se
generan en las divisiones y que a esa fecha había logrado interrumpir por varias horas,
e incluso días, la producción de cobre. También debe lidiar con una emergente presión
política y con la simpatía que genera este movimiento en la opinión pública. En este
escenario, el domingo 15 de julio la compañía estatal decide dar un nuevo impulso
a unas estancadas negociaciones y el vice-presidente de servicios compartidos Daniel
Barría entrega una primera respuesta a las peticiones de los huelguistas. En ella se
contempla una solución parcial a dos de las demandas centrales de la paralización,
a través de la implementación de un seguro por muerte accidental e invalidez total
equivalente a 1.000 UF y un seguro complementario de salud de 500 UF anuales. Sin
embargo, esta propuesta resulta insuficiente en temas muy sentidos por los trabajadores.
La minera estatal se niega a resolver el tema de los descuentos por los días no trabajados
y agrega que no realizará ninguna gestión para dejar sin efecto los despidos producidos
90 www.areaminera.com, 13/07/2007.
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
para los mineros y actualmente es la única división que utiliza un antiguo campamento
para alojar a los trabajadores. Por lo tanto, estamos hablando de un espacio geográfico
y un medio social que encierra toda la memoria combativa que ha caracterizado a los
trabajadores del cobre, y en especial de este mineral.
Unos cientos de kilómetros más al sur los trabajadores de El Teniente hacen
sentir su voz de protesta, protagonizando una masiva marcha que recorre las principales
calles de Rancagua. Esta movilización es el fruto de un activo proceso de construcción
de alianzas sociales. En ella participan, junto a los trabajadores contratistas, otros
grupos organizados de la comuna como los estudiantes secundarios, los deudores
habitacionales y una amplia gama de sindicatos del comercio y servicios. Pero lo que
realmente sensibilizará a la comunidad local, es la masiva participación que tienen las
familias de los trabajadores. Aquí se muestra una cara desconocida del drama social que
conlleva el subcontrato, ya que por primera vez salen a la calle abuelos, niños y esposas,
que se suman entusiastas a una movilización que consideran justa. Que las familias
respalden con tanta decisión la paralización es un gesto que remarca la legitimidad
de las demandas y deja en claro que, con un apoyo tan contundente, los huelguistas
pueden resistir varios días más. Hay que señalar que la participación de los parientes
más cercanos en la lucha reivindicativa es una vieja tradición en la cultura minera, ya
que antiguamente la familia cuprífera respondía como un cuerpo único frente a una
lucha reivindicativa. Por lo tanto, en esta acción se puede visualizar la apropiación
de las experiencias de lucha del sujeto social cuprífero. Manuel Ahumada, hijo de un
dirigente de El Teniente despedido por la dictadura, rememora algunas de los mitos
de la cultura minera que reflejan la intensidad del compromiso de las esposas con las
luchas de sus maridos: “por ejemplo en los campamentos, los viejos que no adherían a
las huelgas las mismas señoras de los viejos llegaban, los pescaban, los vestían de mujer
y para afuera, para que los pescaran para el hueveo o prácticamente les pegaban”93.
El viernes 20 de julio se abre una luz de esperanza y diversos medios de
comunicación anuncian una pronta solución al conflicto. El diario La Nación señala
“El optimismo reinó en la reinstauración de la mesa de negociación. Los representantes
de la minera y de los trabajadores coincidieron en la necesidad de lograr un pronto
acuerdo”94. Pero estos anuncios son incapaces de contemplar los movimientos
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subterráneos que se ciernen en las más altas esferas de CODELCO, donde se prepara
un golpe de fuerza que pretende derrotar la huelga.
Este intento por liquidar la huelga forma parte del enrarecido clima político
que promueve la elite económica chilena, que en esos días cuestiona en forma agresiva
la innovadora negociación colectiva impulsada por los contratistas de CODELCO.
Destacados dirigentes del gran empresariado advierten que la efervescencia laboral
que se está creando atenta contra la paz social y abogan por volver a un clima de
entendimiento entre capital y trabajo. Francisco Costabal, presidente del Consejo
Minero es aún más explícito y señala que el conflicto que vive CODELCO: “Lo
estamos observando de cerca y creemos que la única forma de resolverlo es cuando
la relación y las condiciones laborales se den entre empleador y empleado, a nivel de
empresa; es decir, cuando el contratista y sus trabajadores llegan a un acuerdo porque
son ellos quienes conocen su negocio”95.
Las presiones del gran empresariado repercuten al interior del gobierno, donde
se agudizan las diferencias. Las tensiones dentro del gabinete quedan en evidencia
en la reunión del equipo político que sesionó el fin de semana. El diario El Mercurio
informa: “el comité político exigió a la empresa estatal acceder al pago de las peticiones
que hacían los contratistas para terminar con el extenso conflicto. Esta idea no era
aceptada ni por el ministro de hacienda, ni por la mesa de Codelco”. Un poco más
adelante el mismo artículo señala: “Según altas fuentes cercanas al directorio de la
estatal, el presidente ejecutivo de ésta, José Pablo Arellano, evaluó renunciar a su cargo
el domingo pasado, debido a la intervención del gobierno. Pero a última hora, el
gobierno echó pié atrás y respaldó la postura de los ejecutivos de Codelco, lo que
descomprimió el ambiente”96.
Una vez resuelto el aval del gobierno, el presidente ejecutivo de CODELCO dio
el vamos a una maniobra urdida desde hace días por sus colaboradores más cercanos.
Lo que se busca es propinar un contundente golpe comunicacional que quiebre la
unidad de los huelguistas y produzca el descuelgue, aislando al núcleo más combativo.
Desde hace días renombrados gerentes de la cuprífera estatal habían mantenido varias
reuniones con un heterogéneo grupo de sindicatos contratistas, que nunca se plegaron
a la huelga y que gozan de escasa representatividad. Esta maniobra sale a la luz pública
95 La Nación, 20 de julio 2007.
96 www.emol.com, 24/07/2007.
68
El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
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Daniel Núñez
98 www.radiocooperativa.cl, 24/07/2007.
70
El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
99 Hay que destacar que tanto en El Salvador como en El Teniente se expresaron voces sindicales disidentes, que ma-
nifestaron públicamente su solidaridad con los huelguistas, aunque estas posiciones eran francamente minoritarias.
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El movimiento de los trabajadores contratistas de CODELCO: Una experiencia innovadora de negociación colectiva.
100 La tesis que es posible construir identidad a partir de la acción colectiva es defendida por Enrique de la Garza
en un artículo titulado: “El futuro del Trabajo ¿Identidad o Fragmentación (críticas a Sennet, Bauman, Beck)”.Aquí
se sostiene que “la identidad también se construye en lo extraordinario de la acción colectiva, a través de puntos de
ignición que pueden desencadenar rápidos y novedosos procesos de identificación de amigos y enemigos, de genera-
ción de proyectos y organizaciones”.
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¿Desde fuera o dentro de la
institucionalidad? La “huelga larga del
salmón” y las nuevas estrategias sindicales
en Chile (2006-2008)
1. Introducción
A comienzos del año 2008, la X región de Los Lagos, en el sur de Chile,
se vio conmovida por la crisis de su principal actividad económica. La industria
salmonera, una de las hijas predilectas el modelo primario-exportador, basada en el
aprovechamiento de las ventajas comparativas de la región, era golpeada por dos flancos.
La irrupción del virus ISA derrumbaba las tradicionales ganancias del sector y una
explosiva huelga en la compañía “Aguas Claras”, ubicada en la localidad de Calbuco,
hacía temblar la confiabilidad de la actividad para los inversionistas nacionales y
extranjeros. Caracterizaron el conflicto tomas de centros de cultivo, marchas callejeras,
represión policial, irrupciones de trabajadores en actividades oficiales, visibilidad a
nivel nacional, la intervención de la Iglesia Católica, virulentas declaraciones por lado
y lado, terminando por convertirse en la huelga más larga y de mayor repercusión en
la historia del movimiento sindical en el sector salmonero.
La acuicultura en la zona sur de Chile arrastra desde sus inicios una mala imagen
por sus bajos salarios y las condiciones de trabajo que padecen sus operarios, aunque las
críticas más conocidas contra el sector han provenido del mundo ecologista, producto
de las fuertes consecuencias ambientales que la actividad ha generado en los ecosistemas
de los ríos y mares subyacentes a la actividad. Con todo, a pesar de las malas condiciones
laborales, salvo contadas excepciones, los movimientos huelguísticos en esta industria
habían tenido escaso éxito y repercusión. Por regla general, eran aplastados al poco
tiempo, en un contexto que a duras penas lograba concitar el interés de la prensa
regional, por lo demás simpatizante mayoritariamente de los sectores patronales. En
este contexto, ¿cómo explicar las repercusiones públicas de la huelga de Aguas Claras?,
¿cómo explicar su prolongación inusitada para un sindicalismo acostumbrado a grandes
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¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
oficialista; la derecha política y el empresariado. El centro del debate eran los alcances
de las tres incorporaciones hechas por los diputados al aprobar la ley en una primera
instancia. Según la prensa, para el ministro Velasco estas tres medidas “tendrían
un impacto económico y empañarían el clima de entendimiento entre gobierno y
empresarios”107. La Secretaria General de Gobierno, Paulina Veloso, compartía la
posición de Velasco.
Por su parte, un sector de la Democracia Cristiana, encabezado por los
senadores Adolfo Zaldivar y Hosaín Sabag, también criticaban los tres puntos, porque
“se habían aprobado en época electoral…y esto se tradujo en indicaciones que no iban
en el sentido de proteger a los trabajadores”, según señalaba Sabag108. Los empresarios
también se jugaron contra el proyecto que debía ser aprobado por el senado. Eliodoro
Matte, presidente de la empresa Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones
(CMPC) y poseedor de una las mayores fortunas personales en Chile, advertía que “la
subcontratación es un elemento fundamental en la búsqueda de la mayor productividad
y eficiencia por parte de las empresas”, por ello, agregaba el magnate de la celulosa,
“esperamos que finalmente haya un equilibrio…y se alcance un acuerdo razonable que
no le haga daño al empleo en Chile y que cuide la competitividad de las empresas”109.
Más específicos en la crítica fueron los dirigentes de la Confederación de Producción
y el Comercio (CPC), encabezada por Hernán Somerville, quienes puntualizaron sus
observaciones contra el proyecto que sería discutido en el senado: “…una definición
de empresa que elimina su individualidad legal y abre la puerta a negociaciones
colectivas interempresas… y que el concepto de subcontratación queda muy amplio”.
También cuestionaban la mediada establecía que si la empresa mandante no certifica
el comportamiento laboral de su contratista, “será solidariamente responsable de las
fallas de esta con sus trabajadores…”110. Por su parte, la prensa (de derecha) publicó
numerosas notas y columnas de opinión de “expertos” y “especialistas” que repetían las
mismas críticas contra estas tres indicaciones, bajo la línea argumental de impedir la
denominada “modernización” del mercado laboral. Una editorial de La Tercera resumía
todas estas posiciones: “el proyecto de subcontratación, como está hoy definido,
107 “Veloso reúne a Velasco y Andrade para aunar postura sobre subcontratación”, en La Tercera 27 de abril de
2006. Ver también “El ultimo round” en La Tercera, 30 de abril de 2006.
108 “La Moneda intenta mediar en fuerte pugna PS-DC por subcontratación”, en La Tercera 25 de abril de 2006.
109 “Matte alerta por impacto de ley de subcontratación”, en La Tercera 29 de abril de 2006.
110 “Bachelet y Somerville se reúnen en La Moneda y analizan subcontratación”, en La Tercera 28 de abril de
2006.
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111 “Proyecto sobre subcontratación laboral”, en La Tercera 1 de abril de 2006. Otras opiniones en contra de las
tres indicaciones por ejemplo en El Mercurio, 26 de abril de 2006, La Tercera 1 de abril de 2006, donde se publica la
columna de opinión de Andrés Concha, secretario general de la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA). La Tercera
24 abril de 2006 publicó la opinión de Álvaro Pizarro, Director del Programa Laboral del Instituto Libertad y De-
sarrollo; La Tercera el 3 de mayo de 2006 la de Rodrigo Delaveau, abogado del mismo Instituto ligado al derechista
partido Renovación Nacional. Y El Mercurio el 30 de abril, aunque entrevista a Andrade, igualmente inserta dentro
de la misma entrevista las criticas al proyecto.
112 “Eduardo Frei condiciona apoyo a ley de subcontratación tras intenso lobby del gobierno”, en La Tercera, 3 de
mayo de 2006.
113 “Andrade rechaza acuerdo con la derecha y busca respaldo de la Iglesia en ley de subcontratación”, en La Tercera,
10 de mayo de 2006.
114 “La defensa de La Moneda a los puntos en disputa”, en La Tercera, 4 de mayo de 2006.
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115 Ver detalles en “Gobierno asegura subcontratación tras firmar pacto con la Alianza”, en La Tercera, 18 de mayo
de 2006. El acuerdo recogió dos demandas fundamentales para la derecha y el empresariado: que la responsabilidad
de las empresas mandantes se limitaría a las indemnizaciones legales que corresponden por término de relación
laboral y que el subcontrato no incluiría a las obras o servicios que se ejecuten o presten de maneta esporádica. Este
acuerdo se realizo mediante el compromiso del ejecutivo que mediante vía veto presidencial, se harían las enmiendas
al proyecto en la dirección pactada con la derecha.
116 Al respecto ver “Subcontratación: Alianza recurrirá al Tribunal Constitucional”, en La Tercera, 12 de mayo de
2006.
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en la que se aprobó la nueva ley fue el escenario en donde se resumió el estado del
debate en el país.
El senador socialista Juan Pablo Letelier, integrante de la comisión de Trabajo
de la cámara alta, denunciaba las injusticias que la nueva ley supuestamente vendría a
reparar. Respecto a la definición de empresa, Letelier señalaba su intención de “subrayar
la importancia de esta modificación. Por ejemplo, Almacenes París o Líder tienen, cada
una, 100 a 200 razones sociales. Dividen la empresa como realidad con el solo objeto
de dificultar el ejercicio de los derechos colectivos de los trabajadores. El cambio de
definición de empresa representa un inmenso avance para reconocer un hecho básico:
no es correcto el abuso, desde el punto de vista jurídico, consistente en subdividir las
empresas, y, de esa forma, generar las condiciones para fragmentar el movimiento de
trabajadores”117. En esta misma línea, el senador del Partido por la Democracia Nelson
Ávila denunciaba “absurdos…como el que se observa en Valparaíso, donde Falabella
tiene “un” empleado: su gerente. El resto pertenece a las ‘chapas’ jurídicas, de modo que
queda absolutamente inhabilitado para ejercer cualquier derecho, por elemental que
sea…”118. Por si quedaba alguna duda acerca de la importancia de la modificación del
concepto de empresa, el senador democratacristiano Jorge Pizarro afirmaba la urgencia
de “terminar de una vez por todas con el abuso reiterado, permanente y consistente de
las empresas, particularmente de las más grandes, que han mal utilizado la definición
de empresa establecida en el Código, para engañar a los trabajadores, no pagarles los
salarios que corresponden y no cumplir con las normas mínimas allí consignadas”119.
El propio Ministro Andrade, en el texto que presentó en la sesión del 17 de mayo,
denunciaba la existencia de las “empresas de papel”, “creadas con el propósito de eludir
las responsabilidades laborales de las empresas mandantes e imposibilitar el ejercicio de
los derechos colectivos. Así se fragmentan y atomizan las organizaciones de trabajadores
y se niega el derecho a negociar colectivamente. No es razonable tolerar eso”120.
Como sabemos, más tarde esta normativa, aprobado por la mayoría en el
senado, fue impugnada y finalmente desechada por el Tribunal Constitucional,
quedando un verdadero vacío en la legislación social chilena, en donde la mayoría de los
representantes populares reconocieron las aberraciones cometidas por los empresarios
117 En “Historia de la Ley Nº 20.123”. op.cit. pp. 590-591.
118 Ibid. p.606.
119 Ibid. p.607.
120 Ibid. 564.
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¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
contra “el soberano” (las y los trabajadores chilenos), situación que finalmente
continuó en la impunidad. Es decir, a pesar de la certeza de estar en presencia de
una interpretación abusiva de la normativa legal, el trabajador quedó igualmente en
la indefensión jurídica. Esta conciencia de estar en la razón y de luchar contra una
situación que la propia autoridad había denunciado un año atrás, estuvo presente en el
espíritu que motivó el inicio la huelga larga del salmón. En el fondo, los trabajadores
de la salmonera “Aguas Claras” estaban luchando por un derecho legitimado por la
mayoría del senado, pero que vía subterfugios legales, se les había escamoteado.
Por su parte el senador Girardi, del Partido por la Democracia, declaró
que en Chile existía “trabajo indecente y seguirá habiéndolo si los trabajadores no
tienen derecho a negociación colectiva y a sindicalización….”. Más adelante agregaba
que en el país “se están incumpliendo todos los tratados internacionales. Seguimos
siendo un país retardatario en relación a los estándares de los trabajadores de otras
latitudes….”. De acuerdo a su visión, “nosotros hemos sido cómplices de los peores
abusos laborales. Y eso es algo que debemos remediar”121. La conciencia pública de
la ausencia de una debida protección del trabajo en Chile se convirtió en un sentido
común en la opinión pública chilena. Este debe ser considerado el principal logro de
los primeros meses de la gestión de Osvaldo Andrade como Ministro del Trabajo, más
allá de los resultados parciales y limitados que tuvo la batalla por la aprobación de la
ley de subcontratación.
Por ello que el anuncio de un nuevo programa de reformas laborales no
sorprendió al mundo político nacional, concientes del poderío del Ministerio del
Trabajo en el cuarto gobierno de la Concertación. Aunque con críticas provenientes de
todos los sectores, la temática laboral seguía estando en la agenda publica122. Mientras
tanto, se hacían notar los primeros efectos de la recientemente aprobada ley de
subcontratación. La compañía transnacional Telefónica internalizaba a 900 trabajadores
hasta entonces subcontratados. Eran las primeras señales de una lucha en la que no
todas las empresas tendrían la misma actitud de la gigante de las telecomunicaciones
en Chile. El año 2007 estaría marcado por la “correcta interpretación” de la nueva ley y
por la certeza para algunos trabajadores que, tal como lo indicara el Ministro Andrade,
ciertas condiciones laborales ya no se podían seguir tolerando.
121 Ibid.pp.597 y 598.
122 Ver “El fuego cruzado que amenaza la viabilidad de la reforma laboral”, en La Tercera, 5 de noviembre de 2006 y
la entrevista al Presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) Arturo Martínez en la misma edición.
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¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
legislación laboral. Ciertamente que las empresas mineras también fueron supervisadas
por la repartición dependiente del Ministerio del Trabajo. Producto de la huelga de los
subcontratistas de CODELCO en el mes de junio, muchos ojos se posaron sobre la
emblemática empresa cuprífera perteneciente al Estado chileno. Así, el 3 de diciembre
de 2007, transcurridos más de tres meses desde que fuera efectuada la fiscalización, la
Dirección del Trabajo comenzó a notificar a las mineras las conclusiones de su labor:
en el caso de CODELCO, su obligación era “internalizar” a 4743 trabajadores.
Las principales constataciones que la Dirección del Trabajo realizó en las mineras
pertenecientes a CODELCO como a las privadas, fueron las típicas características de
empresas que no respetaban los derechos de los trabajadores, manteniéndolos en un
régimen de subcontratación de manera injustificada, violando, según el ente fiscalizador,
la nueva ley referida a esta materia. Algunas de las observaciones señalaban la “falta de
autonomía de la empresa contratista en el desarrollo de las labores subcontratadas; la
forma y oportunidad de ejecutar las labores es definida directa e indirectamente por
CODELCO….(ésta) controla y determina las dotaciones que deben tener las empresas
contratistas; la asistencia de los trabajadores y el pago de horas extraordinarias…
notoria y evidente injerencia de CODELCO en el proceso productivo…existencia de
instrucciones permanentes en la ejecución de las labores por parte de CODELCO…en
la mayoría de los casos los trabajadores contratistas reciben órdenes directas de trabajo
que emanan de trabajadores de CODELCO….”124.
Una vez conocido el fallo, las mentadas “dos almas” de la Concertación volvieron
a aparecer. El Presidente Ejecutivo de CODELCO, el democratacristiano José Pablo
Arellano, argumentando cuestiones legales, cuestionó esta resolución derivando todo
en un recurso de protección en contra de la Dirección del Trabajo. De esta manera, el
potencial papel regulador de la nueva ley de subcontratación quedaba en entredicho, el
gobierno con una evidente división interna, la coalición oficialista sin posición única,
y, por otra parte, irrumpía un empresariado unido tras la estrategia de CODELCO.
Como suele ocurrir en la política chilena, se “judicializaba” el debate, quedando en
manos de los jueces la interpretación de la nueva ley de subcontratación.
Antes de concretar su presentación judicial, dos hechos fortalecieron la posición
de CODELCO. Primero, que las mineras privadas rechazaron de plano las exigencias
124 “Dirección del Trabajo: CODELCO no aportó datos suficientes en fiscalización”, en La Tercera, 14 de diciem-
bre de 2007.
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¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
“controla Aguas Claras S.A. y Procesadora Aguas Claras Ltda. (dueña de la planta
de Calbuco), Antarfood (que comercializa), Bowrain Corp (que exporta) y Servicios
Aguas Claras (que es la que contrata a los trabajadores”134.
Por este motivo, el argumento de los trabajadores planteaba que la verdadera
empresa era Antarfish y el resto solo una burda simulación de empresa (falta
consagrada en el Código del Trabajo), pero que por distintas argucias jurídicas, podía
existir legalmente. En el fondo, en el caso de “Aguas Claras” se estaba en presencia
de una abusiva utilización de la carta ancha que entrega la legislación social chilena
a los empresarios, pero que los organismos regulatorios pertinentes, específicamente
la Dirección del Trabajo, a sabiendas de la injusticia cometida, poco o nada podían
hacer.
En el caso de los trabajadores de la salmonera “Aguas Claras” de Calbuco, ni
siquiera fueron notificados del cambio de empleador, sino que el rumor comenzó
a correr cuando a algunos trabajadores y trabajadoras no les autorizaban préstamos
en entidades financieras, bajo el argumento que el empleador carecía de la solvencia
económica exigida. Así se enteraron que su nuevo empleador era “Servicios Aguas
Claras”, aunque conservaban su antigüedad laboral, salario y demás condiciones de
trabajo. De esta manera se preparó la patronal para hacer frente a la próxima negociación
del convenio colectivo. La indignación entre los operarios de la empresa fue el caldo
de cultivo para que surgiera la idea que el sentido común dictaba: querer negociar el
nuevo convenio colectivo con los verdaderos patrones y no con una empresa que todo
el mundo sabía no tenía existencia real 135.
De acuerdo a la versión de los trabajadores, así se inició un camino para
desenredar una madeja que los llevó a enterarse que la firma Antarfish S.A. era su
patrón, la que a su vez dependía de AquaChile. De los 900 operarios que trabajaban
en la planta, el sindicato de Aguas Claras Calbuco logró agrupar a 656 trabajadores
para hacer frente a la negociación colectiva. No conformes con eso, se contactaron
con los centros de cultivos, ubicados en zonas interiores de la X región, agrupados
en la empresa “Aguas Claras Gente de Mar- Estuario”. Estos, aunque tenían un
convenio colectivo vigente, aceptaron sumarse a los operarios de Calbuco y presentar
un pliego conjunto. Finalmente, los trabajadores reunidos en “Pesquera Antar Food”,
134 “Salmonera obtiene grandes utilidades a través de 29 RUT”, en La Nación, 3 de marzo de 2008.
135 Entrevista del autor con Yuri Godoy Montero, asesor del sindicato de “Aguas Claras”, agosto de 2008.
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¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
sindical salmonero, en el sentido de estar conciente del éxito del negocio del salmón
en Chile, pero que ello no se ve reflejado ni en las condiciones salariales ni laborales
de los operarios del sector. En este sentido, es posible afirmar que esta huelga reflejó
las demandas históricas de los trabajadores del sector y por ende representó una
continuidad con los procesos anteriores, todos ellos por lo general derrotados; segundo,
rompía con la estrategia clásica de los sindicatos de la industria, al evitar negociar en
forma particular. Más allá del número de personas implicadas en la negociación, el
principal desafío contra la patronal era la unión de sindicatos de empresas. Como lo
demostrarían los hechos posteriores, éste fue el principal punto que los empresarios
no estuvieron dispuestos a negociar, inclusive más allá de las demandas económicas
propiamente tales. Por este motivo, es posible afirmar que aunque el fundamento del
conflicto era un tema salarial y en ese sentido era una clásica huelga económica, el
trasfondo de la huelga, lo que la radicalizó, lo que la hizo mediática y probablemente
la condenó a su derrota, fue el contexto político en el que se desenvolvió. En este
sentido, no fue casual el mundo empresarial, y no solo los directamente afectados,
ni siquiera la asociación gremial de los salmoneros, sino que su más alta dirigencia,
pusieran los ojos sobre lo que ocurriría en la X región. Si los trabajadores se sentían
fuertes al unirse en su acción colectiva, los dueños de “AquaChile” también contarían
con el respaldo del poderoso gremio de los empresarios y estos no estaban dispuestos
a tolerar que comenzara a rodar una bola de nieve de negociaciones inter-empresas
en distintos sectores. A diferencia de lo ocurrido en el sector forestal y minero, el
empresariado había endurecido su posición y estuvo dispuesto a pagar altos costos
económicos para detener el “efecto dominó” que pudiese tener haber aceptado sentarse
a negociar conjuntamente con los tres sindicatos.
Una vez recibido el documento con las peticiones de los tres sindicatos,
la empresa respondió como se esperaba: a principios de enero de 2008 rechazó la
propuesta por considerarla ilegal, ya que dos de los sindicatos tenían vigentes sus
convenios colectivos. A partir de este momento, se generaron dos situaciones que
caracterizaron al conflicto. Por un lado, la notoria capacidad de movilización de los y
las trabajadores de los tres sindicatos, que irrumpieron mediáticamente en los medios
de comunicación de masas a través de acciones de fuerza, como tomas de las industrias,
de los centros de cultivo, barricadas en las carreteras, lucha callejera con carabineros
y actividades propagandísticas en la ciudad de Puerto Montt, capital de la región.
Por otro lado, el rechazo inicial de la patronal se convirtió, a la larga, en la conducta
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demandas laborales. Asimismo, en una estrategia que más tarde se seguiría repitiendo,
emplazaba al gobierno a “defender la legalidad”, en referencia a reprimir las acciones
de fuerza de los trabajadores, especialmente las tomas de los centros de cultivos y la
industria. Al respecto Puchi apuntaba que “no soy nadie para pautear al gobierno
sobre lo que tiene que hacer, pero es cierto que hay un problema que resolver y que
seguramente se requiere más claridad y enfatizar el rayado de cancha en el cual todos
tenemos que convivir y respetar”147.
Los empresarios del salmón contaron con el respaldo oficial de la SOFOFA,
que “calificó como un desafío al planteamiento de la Presidenta Michelle Bachelet
de hacer cumplir la ley frente a hechos que alteren el orden público”, y se mostró
“poderosamente preocupado respecto a lo que denominó una ‘cultura de la violencia
sindical como herramienta de negociación”148. Para no dejar dudas de la ofensiva
patronal y el ejercicio abierto de su poder fáctico, Alfredo Ovalle, presidente de la
CPC, telefoneó al Ministro del Trabajo “para expresarle la inquietud del empresariado
ante el rebrote de movilizaciones emprendidas por agrupaciones sindicales en firmas
frutícolas en el valle de Copiapó y en la filial de la salmonera AquaChile, Aguas Claras,
en la X región”149. Como parte de la campaña del empresariado, El Mercurio, su
tradicional vocero oficioso, ayudaba a la campaña del terror contra las movilizaciones
de los trabajadores, anunciando a propósito de la huelga de Aguas Claras, que se
avizoraba un “complejo escenario laboral 2008”150. Semanas más tarde, publicaba una
foto catalogada como “polémica señal”, donde se saludaban amistosamente el ministro
Andrade y el “instigador laboral” (sic) Cristian Cuevas. El sentido de la información
era “acusar” al gobierno de amparar a los promotores de los conflictos sociales del
caliente verano social de 2008 en Chile151.
En el fondo, la táctica del sector empresarial se basaba en rechazar las acusaciones
sobre malas condiciones de trabajo y salario, ubicando la discusión en el terreno
tanto del gobierno como de los trabajadores. Al primero, exigiéndole que reprimiera
las movilizaciones, para así aislar la posición de Andrade y el sector “flagelante” del
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En este punto, la estrategia sindical inicial había sufrido una notable metamorfosis
no deseada, impuesta por la fuerza de los hechos, básicamente por el fallo adverso de
la Dirección del Trabajo. En efecto, a pesar de la activa y masiva movilización callejera
de los trabajadores a fines de enero y principios de febrero de 2008 y la persistencia
de la toma de los centros de cultivo, que le daban un perfil radical al conflicto, este
se convirtió técnicamente en una huelga legal tradicional154. En el caso de Chile,
esto significa quedar atrapado en una legislación social que vuelve muy complicado
doblegarle la posición de la empresa. Justamente, esta situación había sido una de
las razones por las que se había implementado la negociación supra-empresa con el
holding Antarfish. Por este motivo, el 11 de febrero de 2008 no solo marcó el inicio
de la huelga legal en Aguas Claras Calbuco, sino el fracaso de la estrategia sindical de
imponer desde fuera de la institucionalidad una negociación inter-empresa.
Con todo, la constatación de este hecho objetivo, no significa que la “huelga
larga del salmón” haya significado una derrota total de los trabajadores movilizados.
Si bien los 53 días de huelga significaron un enorme desgaste para el sindicato y sus
socios, la empresa y el sector salmonero tampoco saldrían completamente victoriosos
de la coyuntura. Afectados en Chile y el mundo en su imagen empresarial y con un
conjunto de millonarias demandas laborales cursando en tribunales, AquaChile deberá
recorrer un largo camino para recuperar su sitial como empresa líder mundial en el
sector salmonero.
A fines de enero, con un 97% de apoyo de los trabajadores de los tres sindicatos
(Aguas Claras, Chonchi y Estuario), aunque vinculante solo para la primera, se
aprobaba la huelga legal en Calbuco. Durante esos mismos días de espera legal para
iniciar el conflicto, dos noticias ensombrecieron las ya complicadas posibilidades de la
huelga que se venía. Primero, se hacía cada vez más concreta la posibilidad del cierre
–lo que semanas más tarde se concretaría- de algunas plantas de procesamiento de la
salmonera noruega Marine Harvest, tradicional líder del sector, lo que se traducía en
el fantasma de la cesantía para unos 600 operarios. Era el factor “virus ISA” (sigla en
inglés de anemia infecciosa del salmón), cuya veloz propagación significó millonarias
pérdidas para los empresarios. En términos prácticos, era un factor negativo para los
trabajadores en huelga, porque aparecían reclamando mejoras económicas justo en
154 Sobre las movilizaciones antes que se proclamara la huelga legal, ver “Empleados de Aguas Claras se enfrentan
a carabineros tras nuevo intento de toma”, en La Tercera, 29 de enero 2008 y El Siglo 9085 del 25 de enero al 1 de
febrero de 2008.
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155 Sobre el inminente de la planta de Marine Harvest, El Llanquihue, 9 de febrero de 2008. Sobre las consecuen-
cias del virus ISA en la industria del salmón, La Tercera, 16, 21 y 22 de febrero de 2008.
156 Ver “Ley de subcontratación: fallos que ponen las cosas en su lugar”, en La Tercera, 6 de febrero de 2008.
157 “Comunicado público Sindicato Aguas Claras S.A”. 11 de febrero de 2008.
158 Ver El Llanquihue, 12 y 13 de febrero de 2008, La Tercera, 13 de febrero y La Nación, los mismos días.
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generar un hecho político que obligara a otros actores, como la propia Iglesia Católica
y el Gobierno, a pronunciarse e intervenir de alguna manera en el conflicto. En los
primeros días del conflicto, esta estrategia fue exitosa, ya que tuvo una importante
cobertura mediática. Sin embargo, a mediano y largo plazo, la posición inflexible de la
empresa, la hizo fracasar parcialmente, producto que no logró forzar la negociación.
Por su parte, Agustín Ugalde, gerente general de Aguas Claras, fijó la posición
de la empresa. En primer lugar, se establecía la doctrina de la empresa ante todo el
conflicto: “No negociaremos bajo condiciones de violencia ni imposición de fuerzas”159.
En segundo lugar, exigía al gobierno, siguiendo la línea de lo planteado por Puchi en
enero, que actuara para terminar con las tomas, especialmente la de los centros de cultivo,
donde el principal capital de la industria, los salmones, quedaban fuera del control de
la empresa160. En tercer lugar, Ugalde aseguraba que los movilizados era un grupo
minoritario manejados por el Partido Comunista y arremetiendo contra la estrategia
sindical de negociación inter-empresa, remataba señalando que “tenemos tres centros
tomados ilegalmente y eso no depende de las relaciones con nuestros trabajadores.
Incluso están tomados por personas que no laboran en nuestras empresas, y ese es un
problema de orden público, no de nosotros”161. El cuarto aspecto que caracterizó la
reacción de la empresa, fue la de volver a negar la existencia de problemas laborales
y salariales en Aguas Claras. En este sentido, paradigmática fueron las declaraciones
Víctor Hugo Puchi en una larga entrevista en un matutino de circulación nacional:
“aquí la gente lo tiene todo”162. Finalmente, la empresa intentó judicializar el conflicto,
centrándolo en las tomas de los centros de cultivo. Para revertirlas, presentó un recurso
de protección por usurpación, daños, lesiones y amenazas contra los responsables y
partícipes de las “acciones de violencia”163. Confirmando la posición anti- negociación
de la empresa, ésta, en una medida de fuerza solo comparable con las tomas de sus
adversarios trabajadores, decretó el “lock out” o cierre indefinido de la planta de
Calbuco. Esta medida buscaba atemorizar con el fantasma de la cesantía a los casi
mil operarios de la empresa, dejando en tela de juicio su continuidad en la pequeña
159 El Llanquihue, 14 de febrero de 2008. La editorial de La Tercera del día anterior planteaba exactamente la misma
posición de la empresa. “Toma en salmonera: cómo dialogar bajo amenaza”.
160 Sobre la toma de los centros de cultivo y la posición de la empresa, ver La Tercera, 14 de febrero de 2008.
161 “Salmonera acusa de intervención del PC y sindicato amenaza con extender tomas”, en La Tercera, 13 de febrero
de 2008.
162 La Tercera, 17 de febrero de 2008.
163 La Tercera, 19 de febrero de 2008.
102
¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
localidad del sur de Chile, en donde, como se preocupaba de difundir la prensa afín
a los empresarios, generaba casi el 20% del empleo. En este contexto, el cierre de la
planta constituiría un desastre social para Calbuco y la estrategia de la empresa era
responsabilizar al “pequeño grupo de violentistas” de esta situación.
Ante el estallido abierto del conflicto y las interpelaciones que los dos bandos
le hacían, la respuesta del gobierno tuvo tres dimensiones. Primero, dirigió un duro
discurso contra la empresa, responsabilizándola de las malas condiciones laborales en
que se encontraban sus operarios. Segundo, que el gobierno había asegurado “el orden
público” mediante la presencia de carabineros, que ciertamente había actuado contra
las movilizaciones en Calbuco. Tercero, el vocero de gobierno Francisco Vidal estableció
el criterio de la autoridad ante el conflicto: “este es un conflicto entre privados. Lo que
atañe al gobierno es que las reglas del juego, la ley y el estado de derecho se cumplan…
una negociación colectiva es entre la empresa y el sindicato, el gobierno no está para
ser árbitro laboral…”164. Y por último, por omisión, quedaba claro que no jugaría
ningún tipo de papel para interceder a favor de los trabajadores. Salvo las posteriores
declaraciones del intendente Eduardo Galilea, en las que interpelaba a la compañía a
hacer un gesto y mejorar las condiciones salariales de los trabajadores, primó entre
las autoridades de gobierno el criterio de la “neutralidad” ante el conflicto. La visita
relámpago a Puerto Montt del Ministro del Interior Eduardo Pérez Yoma, ratificó esta
doctrina.165.
A pesar de las declaraciones de apaciguamiento del gobierno, los sindicatos
continuaron con su postura radicalizada. El 12 de febrero en la madrugada se tomaron
la carretera de Quellón, en la isla de Chiloé, lo que terminó con más de 15 detenidos.
El día anterior, el edifico corporativo de AquaChile había sido tomado por los
trabajadores, generándose una reyerta donde se produjo la ruptura de vidrios y un
“ataque” contra Mario Puchi, uno de los directores de la compañía y perteneciente
a la familia propietaria de la empresa166. Para terminar de complicar el escenario, el
conflicto entre los subcontratistas del cobre y CODELCO amenazaba con convertirse,
164 “Salmonera acusa de intervención del PC y sindicato amenaza con extender tomas”, en La Tercera, 13 de febrero
de 2008.
165 Las declaraciones del intendente Sergio Galilea y del ministro Edmundo Pérez Yoma en El Llanquihue, 19 de
febrero de 2008.
166 Este incidente en apariencia anecdótico, simbolizó el quiebre definitivo entre los dueños de Aqua Chile y el
sindicato, pues fue Benjamín Teneb, presidente de éste último organismo quien alegando defensa propia, golpeó al
hermano de Puchi. Al respecto, ver las declaraciones de Teneb en La Nación, 3 de marzo de 2008.
103
Rolando Álvarez Vallejos
de acuerdo a las amenazas del dirigente de los trabajadores Cristian Cuevas, en un gran
movimiento huelguístico. El clima político social del verano de 2008 parecía anunciar
grandes tempestades167.
Durante las dos últimas semanas de febrero de 2008, se conjugó una trama de
hechos que fueron determinando el acorralamiento de los trabajadores sindicalizados
y la imposición poco a poco de la estrategia anti-negociadora de la patronal. Contra
la ofensiva patronal, la directiva del sindicato se hizo irreductible basado en el apoyo
mayoritario con el que contaba entre sus socios. Debilitaron la posición de los
trabajadores en huelga los siguientes acontecimientos: el papel de la Iglesia, la estrategia
mediática de la empresa, la devolución de los centros de cultivos que se mantenían en
toma y la aparición de un grupo de trabajadores contra la huelga.
La Iglesia Católica, en voz del arzobispo de Puerto Montt Cristian Caro,
prometió en un primer momento mediar en el conflicto. De acuerdo a las palabras
de la alta autoridad eclesial, “por lo menos intentaremos facilitar el encuentro para
que se puedan conversar las cosas y se busque una salida pacífica y digna para los
trabajadores y la empresa”168. Sin embargo, días más tarde, el propio arzobispo Caro
declaraba que la Iglesia se restaba de la mediación en el conflicto, perdiendo de esta
manera los trabajadores un segundo aliado con el que contaban (ya habían perdido
el apoyo del gobierno y de la Dirección del Trabajo, declarados “neutrales” ante la
huelga). Las posteriores declaraciones de los dirigentes sindicales y el despliegue de
un lienzo durante una de las marchas de los trabajadores que aludía a la “falta de
sensibilidad social de la Iglesia”, enemistaba definitivamente al movimiento de un
supuesto aliado169.
Por su parte, la empresa continuó su estrategia mediática destacando los
supuestos altos sueldos que ésta pagaba, el violentismo de los huelguistas y las notables
pérdidas que habría sufrido en el último año. El gerente de Aguas Claras, Agustín
Ugalde había afirmado que el sueldo promedio de sus trabajadores era cercano a los
400 mil pesos mensuales. Demostrando que la iniciativa política la comenzaban a
perder, el sindicato tuvo que responder a la empresa. En una declaración pública,
emplazaban a Humberto Fischer y Víctor Hugo Puchi, dueños de Aqua Chile, “a un
167 Sobre estos temas, ver La Tercera, La Nación y El Llanquihue de los días 12, 13 y 14 de febrero de 2008.
168 El Llanquihue, 15 de febrero.
169 Ver el editorial de El Llanquihue, 4 de marzo de 2008.
104
¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
debate abierto, transparente, de cara a la gente, con la prensa incluida, en el lugar que
ellos escojan, de forma inmediata, en las que demuestren sus afirmaciones, las que de
resultar ciertas el Sindicato de Trabajadores Aguas Claras S.A., se compromete de forma
inmediata a firmar un acuerdo con la Empresa y deponer en el acto las movilizaciones
que estamos desarrollando en el marco de nuestra huelga legal”170. Consecuente con su
estrategia, los dueños de la industria ni se molestaron en contestar este emplazamiento,
quedando sembrada la duda en la opinión pública nacional el supuesto carácter de
privilegiados de los trabajadores de Aguas Claras. Como es sabido en Chile, este
argumento ha sido utilizado en innumerables ocasiones contra los trabajadores del
cobre y ahora el turno era para los del salmón. Esta fórmula se fortaleció cuando en
medio del conflicto, se informaba que “la principal compañía del sector salmonero
–Aqua Chile, de propiedad de las familias Puchi y Fischer- vio caer sus utilidades
durante el año pasado en 82%”171. De esta manera, la empresa mantuvo su estrategia
de victimizarse ante la supuesta “inflexibilidad” de los trabajadores, quienes estarían
demandando nuevos privilegios cuando Aqua Chile y el conjunto del sector salmonero
vivía un mal momento económico.
Por otra parte, luego de cinco días, los trabajadores devolvieron los centros de
cultivo de salmón que mantenían “tomados”. Estos eran cuatro –Colulli, Canutillar,
Serapio y Desagüe- y constituían un punto estratégico para presionar a la empresa. El
sindicato levantó las tomas primero que todo justificando su realización: “La ocupación
la realizamos con el objeto de hacer realidad el derecho de huelga, como se entiende
a nivel internacional, esto es paralización efectiva de las actividades y no una ficción
jurídica, como muchos en el país pretenden”. Sin embargo, a pesar de considerarlas
la forma real y efectiva de hacer una huelga, paradojalmente los trabajadores cedían
ante la exigencia de la empresa de terminar con ellas: “La empresa había insistido que
la negociación se reiniciaría si dichas ocupaciones terminan, este pedido, lo hemos
escuchado con la voluntad de destrabar las negociaciones y encontrar una solución,
esperamos que ahora no surjan otras excusas para seguir dilatando la solución del
conflicto”172. En este punto, nuevamente la “huelga larga del salmón”, puesta en la
encrucijada, tuvo que optar por el único camino realista que el momento político
105
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¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
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¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
109
Rolando Álvarez Vallejos
encontrar solución. Ya había pasado el tiempo de las tomas de los centros de cultivo y
de las industrias, así como también de las grandes marchas. Por ello, no debe extrañar
que la última movilización del sindicato estuviese compuesta por unos 50 operarios que
irrumpieron en la Quinta versión de “Aqua Sur”, considerada por sus organizadores “la
exposición acuícola más importante del continente”. Allí reclamaron por una solución
al conflicto, obteniendo solo declaraciones de buena crianza y presencia mediática,
para una huelga que hacia fines de marzo, prácticamente había dejado de ser noticia
para los medios de comunicación de masas184. Junto con estas acciones, el sindicato
presentó nuevas denuncias contra la empresa en la Dirección del Trabajo, en las que se
le acusaba de prácticas anti-sindicales y persecución contra los trabajadores en huelga.
Estos recursos interpuestos ante la autoridad laboral chilena, anunciaban el camino
que correría el conflicto una vez finalizada la huelga, basado en la “judicialización”
de los diferendos entre los operarios y la patronal. Ante la castración operativa de la
Dirección del Trabajo, que podía encontrarle la razón a los trabajadores, pero carecía
de autoridad para obligar al empleador a tomar las medidas pertinentes –tal y como
lo había demostrado el caso de los contratistas de CODELCO- el largo camino de los
Tribunales de Justicia era el único que le quedaba a los trabajadores.
A fines de marzo se preparó el camino para terminar la huelga de Aguas Claras
Calbuco. El 29 y el 30 de marzo firmaron acuerdo con la empresa los sindicatos de
“Estuario” y “Chonchi”, respectivamente. De acuerdo a quien llevó estas negociaciones,
los primeros lograron un acuerdo que en la práctica significó un reajuste salarial
de 120 mil pesos por trabajador. Por ello, según el negociador de los trabajadores,
los operarios de los centros de cultivo, ubicados en remotos lugares al interior de
la X región, agrupados en el sindicato “Estuario”, “fueron los grandes ganadores de
esta lucha”. En el caso de Chonchi, la misma fuente asegura que “hubo un buen
reajuste….por ejemplo lo que es la línea de filete tuvo un bono de 70 mil pesos fijo y
toda la línea anexa un bono de 50 mil pesos fijo. Entonces estamos hablando casi de
un promedio de 60 a 65 mil pesos que ganaron los trabajadores….en general, también
salieron bien…”185.
Preocupados de perder el quórum ante el progresivo retiro de socios del otrora
monolítico Sindicato de Aguas Claras S.A., y confirmados los acuerdos en “Estuario”
y “Chonchi”, el día 2 de abril de 2008, ante un oficial de la Dirección del Trabajo que
184 El Llanquihue, 27 de marzo de 2008.
185 Entrevista con Yuri Godoy, agosto de 2008.
110
¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
legitimó la acción en su calidad de ministro de fe, más del 80% de los trabajadores en
huelga decidieron aceptar la última oferta de la empresa, lo que significaba el fin de la
huelga. Lo que se aprobó fue lo mismo que se había rechazado al iniciar el conflicto el
11 de febrero, es decir, la oferta del 8 de febrero, que consistía en un reajuste del 5,6%
del sueldo base, de un 9% de aumento del bono de producción y 240 mil pesos de bono
de término de conflicto. A esto, el presidente del sindicato Benjamín Teneb declaraba
que se debían sumar un bono de 4 unidades de fomento, “ya que se envió a maquilar
durante el periodo de huelga a otras plantas, como una de la empresa Ventisquero, por
ejemplo”. A pesar de los hechos, Teneb se resistía a reconocer que el fin de la huelga
significaba el fracaso del movimiento: “no se trata de una derrota y vamos a hacer todas
las gestiones posibles para mejorar la situación dentro de la empresa”186.
De acuerdo a la versión del sindicato, haber terminado la huelga el 2 de abril
habría significado un golpe a la empresa, pues esta esperaba al día siguiente firmar
públicamente un acuerdo con el grupo del convenio colectivo. Al adelantarse, el
sindicato podría exigir el cumplimiento de la última oferta de la empresa, algo que
posteriormente fue desconocido por la patronal, quedando en manos de la justicia
ordinaria la resolución de este diferendo.
El comunicado público del sindicato declaraba que el término del conflicto
finalizaba en un “virtual empate entre trabajadores y empresa...”, destacando que
los trabajadores construimos nuestra propia salida, pero ganando todo lo que ellos
habían juramentado no entregarnos…”. Además, volvían a apuntar al problema de
fondo, referido a la necesidad de “cambiar el Código el Trabajo, que en lo esencial debe
cambiarse el concepto de empresa y los derechos a negociar colectivamente y a huelga,
para que estos sean reales con el verdadero empleador, tal como lo hemos demostrado
al incorporar a los trabajadores de Chonchi y Estuario y no con la formalidad de la
Ley laboral”187.
Por su parte, la empresa se negó a reconocer el bono de término de conflicto
y el bono de remplazo, reduciendo lo ganado por los trabajadores de Calbuco solo
al reajuste del 5,6% del sueldo y al aumento del 9% del bono de producción. Ante
esto, Benjamín Teneb declaraba que “los trabajadores somos enfáticos, no aceptaremos
que la empresa vulnere la ley, no le regalaremos ni un peso a los Puchi y Fischer y
186 El Llanquihue, 3 de abril de 2008.
187 Declaración del sindicato Aguas Claras S.A, en la La Nación 3 de abril de 2008.
111
Rolando Álvarez Vallejos
todo lo que hemos ganado producto de nuestra unidad y movilización tendrán que
cancelárnoslo”188. Junto con no reconocer lo que el sindicato decía haber ganado,
una vez reiniciada las actividades laborales en Calbuco, la empresa implementó las
consabidas represalias contra los trabajadores que habían participado en la huelga. En
este sentido, construyeron un solo turno con los ex huelguistas, no pagaron el salario a
los socios del sindicato que no acogieron su llamado y siguieron en huelga hasta el final
y “judicializarían” todos los diferendos con los trabajadores, alargando eternamente el
conflicto y retrasando los supuestos beneficios que los trabajadores tendrían.
El último conflicto que cerró el ciclo de la huelga largo del salmón, fue la
polémica estrategia del sindicato para impedir que la empresa echara de la empresa a
los trabajadores y trabajadoras que habían destacado a lo largo de los 53 días de huelga.
El método utilizado fue un subterfugio legal, que permite crear sindicatos inter-
empresa, cuyos dirigentes a su vez quedan aforados, es decir, legalmente no pueden
ser expulsados por la empresa. El argumento de los dirigentes sindicales se basaba en
la necesidad de “proteger a los trabajadores que participaron en las movilizaciones…
porque aún recordamos que cuando fue la huelga de AquaChile, a fines de 2005, la
empresa echó a varios empleados que habían sido parte de ella, y no queremos, ni
estamos dispuestos a que eso suceda”. Junto a las obvias críticas de los representantes
patronales, se sumaron las del Presidente de la CUT provincial, que acusó al Partido
Comunista de crear sindicatos para preparar las elecciones municipales de octubre de
2008 y las del seremi del Trabajo Fernando España, que consideró “desproporcionado”
el número de sindicatos que se pretendían crear, aunque se mostró comprensivo ante
las represalias que podría tomar la empresa189.
Evidentemente, si bien la coyuntura de la huelga finalizó, el conflicto entre los
trabajadores de Aguas Claras Calbuco y los dueños de la empresa, se encuentra lejos de
terminar, porque en alguna medida, serán los tribunales de justicia los que determinen
los nuevos capítulos de este enfrentamiento. Sin embargo, independientemente de
lo que estos resuelvan, es posible evaluar los resultados de la huelga larga del salmón.
En primer lugar, la estrategia sindical basada en la negociación inter- empresa puede
ser considerado una especie de triunfo a “lo Pirro” para los trabajadores. Es decir, si
112
¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
bien es cierto que en la práctica la empresa negoció con los sindicatos de “’Estuario” y
“Chonchi”, otorgándoles además mejorías económicas significativas, esto fue posible
gracias a pagar un altísimo costo, que fue perder la negociación en Calbuco. Tal como
los propios trabajadores de esa ciudad lo declararon al principio del conflicto, el 11 de
febrero de 2008, el aumento obtenido fue “una burla” por parte de la empresa, por lo
exiguo de sus montos. Los costos de la negociación fue el descalabro del sindicato de
Aguas Claras S.A., la salida de sus dirigentes históricos y la obtención solo hipotética
de una beneficios cuyo futuro están en manos de los tribunales de justicia, los que
normalmente fallan a favor de los empresarios luego de largos y agotadores procesos.
En segundo lugar, en la práctica, no hubo negociación inter-empresa, pues
la empresa logró imponer negociaciones diferenciadas entre los tres sindicatos,
resultando especialmente perjudicados los de Calbuco. En este sentido, es evidente
que la estrategia inicial de negociar desde fuera de la institucionalidad, no obtuvo los
resultados deseados y estuvo lejos de lo que ocurrió con los trabajadores forestales y del
cobre. En este sentido, la estructura de oportunidades política en el que se desarrolló
el conflicto, se caracterizó por una disposición de la patronal de no estar dispuesta a
que se multiplicara el “nocivo” efecto de las huelgas de 2007 en el sector forestal y
cuprífero. Es decir, lo mismo que sirvió de incentivo para que el movimiento sindical
salmonero organizara su primera negociación inter-empresa, se convirtió en el factor
que obstaculizaría el éxito de su movilización.
En tercer lugar, producto de la presión fáctica y explícita del gran empresariado
nacional, los sectores más afines a los trabajadores dentro del gobierno, encabezados por
el Ministro del Trabajo y secundado por la Dirección del Trabajo, vieron disminuida
su influencia política. Las acusaciones de avalar la violencia y situaciones de ilegalidad,
hicieron retroceder a la administración Bachelet y dejar en el desamparo al movimiento
salmonero. Con todo, el hecho que “Estuario” y “Chonchi” tuvieran convenios
colectivos vigentes, amarraba de antemano a la Dirección del Trabajo, ya que desde
el punto de vista legal, la empresa AquaChile tenía razón en su cuestionamiento de
la negociación propuesta por los tres sindicatos pertenecientes a las distintas empresas
del consorcio. Pero para entender el accionar de los trabajadores y no reducirlo a un
mero suicidio político, era una legalidad que la propia autoridad de gobierno, en voz
del Ministro del Trabajo y de los senadores oficialistas, habían calificado como un
subterfugio para violar el espíritu del Código del Trabajo. Es más, era una legalidad
113
Rolando Álvarez Vallejos
que la mayoría del senado había modificado el año 2006, al cambiar el concepto de
empresa, pero que basado en un argumento técnico, realizado por un organismo no
electo por la voluntad popular y caracterizado por su conservadurismo político, había
preservado su existencia. De esta manera, desde la perspectiva sindical y basado en los
hechos ocurridos en los conflictos del sector forestal y de los contratistas del cobre,
pensaron que al ser legítima su causa –mas no legal- contarían con el respaldo del
gobierno y otros sectores sensibles a las materias laborales, como la Iglesia Católica. Al
no obtenerlos y no lograr imponer su estrategia inicial de negociación inter-empresa y
caer en la trampa de la “huelga legal”, el movimiento huelguístico vio reducido desde
su inicio las posibilidades de éxito.
En cuarto lugar, más allá del resultado de la negociación, el movimiento sindical
del sector salmonero, compuesto por una nueva generación de dirigentes sindicales,
ganó una importante experiencia de lucha sindical. La radicalidad inicial de la huelga,
demostró la existencia de un nuevo estado de ánimo y predisposición de parte de los
y las trabajadores. En este sentido, si bien la empresa resultó victoriosa e impuso sus
términos para terminar con el conflicto, dejó una larga secuela de conflictos judiciales
pendientes y un ambiente interno levantisco, que la obligará a repensar la modalidad
de imponer sus prácticas de relaciones industriales al interior de la empresa.
6. Epílogo
El ciclo de movilizaciones sindicales que comenzó con la huelga de los
contratistas del cobre a comienzos de 2006, que continuó con la aprobación de la ley de
subcontratación meses más tarde, que en 2007 conoció de la huelgas de los trabajadores
forestales y nuevamente los contratistas del cobre y que se cerró con la huelga de Aguas
Claras, dejó como legado la urgencia de continuar las reformas laborales chilenas,
viga maestra de la continuidad del modelo neoliberal en Chile. La importancia de las
experiencias de luchas sindicales de este ciclo y por cierto relacionado con lo ocurrido
en la huelga de Aguas Claras, se refleja en las nuevas iniciativas de reformas que maneja
el ministerio del trabajo, de las cuales al menos cuatro tienen directa relación con la
problemática que generó la huelga de Aguas Claras190. Primero, se propone que sea
solo el sindicato quien pueda negociar con la empresa, terminando con la negociación
paralela con grupos de trabajadores. En el caso de Aguas Claras, la creación del grupo
190 Las referencias a los planes de nuevas reformas laborales del ministerio del trabajo extraídos de La Tercera, 24
de agosto de 2008.
114
¿Desde fuera o dentro de la institucionalidad? la “huelga larga del salmón” y las nuevas estrategias sindicales en Chile
del “convenio colectivo” fue decisivo para restarles legitimidad ante la opinión pública
a los huelguistas y en definitiva, poder de negociación real a los trabajadores en
conflicto. Segundo, se propone limitar el uso de múltiples razones sociales de empresa
durante los procesos de negociación colectiva. La idea es que ésta se realice entre el
sindicato y el empleador real, es decir, la empresa matriz. Esta sería una nueva fórmula
intentar terminar con los abusos que permite la definición de empresa que hace la
actual legislación laboral chilena. Este punto, como lo hemos desarrollado a lo largo
de este capítulo, fue la piedra de tope que generó el conflicto entre AquaChile y sus
trabajadores. Aunque no significa reponer la negociación inter-empresa, inviable de
ser aprobado con la actual composición del senado chileno, al menos es un intento de
normar lo que hoy se denomina en la ley como “simulación de empresa”. Tercero, se
busca fortalecer las huelgas legales, dificultando el reemplazo de trabajadores durante
el curso de una huelga legal. La propuesta es encarecer el bono que los empleadores
deben pagar en caso de hacer reemplazo y limitar el número de éstos191.
Durante el conflicto en Calbuco, la empresa realizó reemplazos, sin siquiera
mostrarse dispuesta a pagar el bono una vez que éste finalizó, cuestión que deberá ser
zanjada por los tribunales de justicia. Cuarto, asignarle más facultades a la Dirección
del Trabajo. El objetivo es que este organismo pueda denunciar en los tribunales a los
empleadores aparentes. De acuerdo a versiones de prensa, “esta idea es la consecuencia
directa del fracaso de la estrategia fiscalizadora de la Dirección del Trabajo en la gran
minería del cobre…De aprobarse, convertiría a la DT en una fiscalía laboral propiamente
tal…”192. Si bien el papel de la Dirección del Trabajo en el conflicto del cobre fue
protagónico, al intentar forzar la “internalización” de los trabajadores contratistas de
CODELCO, en el de los salmoneros en ningún caso fue menor. Aunque respaldó
la posición de la empresa bajo el argumento de la vigencia del convenio colectivo de
dos de los tres sindicatos en conflicto, su intento de dar una mano a los trabajadores
haciendo referencia en aquel fallo a que “probablemente” se estaba en presencia de una
“simulación de empresa”, no tuvo ninguno efecto concreto. La huelga de Aguas Claras
fue una muestra más de la debilidad legal de la Dirección del Trabajo en la defensa de
los derechos de los trabajadores.
El conjunto de estas propuestas gubernamentales demuestran que el ciclo
de protesta sindical y social en la que se insertó la huelga de Aguas Claras, no dejó
191 Sobre este punto, ver El Mercurio, 2 de septiembre de 2008. Cuerpo B, p.6.
192 Ibid .cit.
115
Rolando Álvarez Vallejos
indiferente a los sectores más sensibles a los problemas de los trabajadores dentro del
gobierno y la coalición gobernante. Visto en una perspectiva más amplia, este ciclo
podría estar inserto en un ciclo mayor de cambios y ajustes de la realidad política
chilena, que durante años basó su estabilidad política en el consenso neoliberal entre
las dos coaliciones mayoritarias. Puesta en tensión parte de la legalidad que sostiene
este consenso, la hora de nuevas definiciones políticas en Chile cada vez se hace más
realidad. Conflictos como los de Aguas Claras, con todas sus limitancias y problemas,
demuestran que el papel de los trabajadores y sus organizaciones, dado de baja por los
ideólogos de la “pax neoliberal” chilena, están llamados a ocupar un lugar central en
este proceso.
116
La huelga en Forestal Arauco:
de las acciones sindicales al forzamiento
de la negociación colectiva inter -
empresa
Nelson Ruminot
1. Introducción.
El siguiente artículo tiene por objeto reflexionar sobre el conflicto laboral que
se desarrolló en Forestal Arauco S.A entre los meses de marzo y mayo de 2007. Este
conflicto involucró a trabajadores forestales de cerca de 100 empresas contratistas y se
caracterizó por el despliegue de una serie de interesantes estrategias y acciones de lucha
por parte de las organizaciones sindicales. Una de las ideas centrales que queremos
destacar en este sentido es que dichas acciones fueron fundamentales para establecer
una negociación colectiva inter empresa que abarcó a más de ocho mil trabajadores,
situación que representó un cambio sustantivo en las formas predominantes de
negociación colectiva en Chile, ya que la ley favorece explícitamente la negociación
por empresa y no por rama de la producción.
Las principales acciones a las que hemos aludido se relacionan con tres grandes
áreas: en primer lugar, la unidad alcanzada por las diversas organizaciones sindicales
del sector; en segundo lugar, el establecimiento de eficientes redes de comunicación; en
tercer lugar, la construcción de alianzas con otros actores, como la iglesia y los partidos
políticos. En gran parte, ellas contribuyeron a superar los obstáculos que se registraron
en el conflicto. Por ejemplo, las dificultades derivadas de la organización del trabajo
en el sector forestal, del lugar físico donde se realiza el trabajo, la invisibilización y
criminalización del conflicto, entre las más significativas. En base a estas acciones, la
movilización de los trabajadores forestales pudo doblegar la posición patronal.
El texto ha sido organizado en tres secciones: la primera muestra las
características productivas y económicas de la empresa Forestal Arauco, lo que
permitirá situar el conflicto y conocer un elemento que resulta central para entenderlo:
la contradicción entre la concentración de grandes utilidades económicas en la
117
Nelson Ruminot
193 Preferimos considerarla en una tercera clasificación y no como parte directa de Forestal Arauco para hacer más
comprensible el análisis sobre su organización; en rigor, Arauco Internacional es parte de Forestal Arauco.
194 Toda la información corporativa de la Empresa CELCO fue obtenida de las páginas electrónicas de las empresas
del grupo COPEC S.A. Ver http://www.arauco.cl/
195 Instituto Nacional Forestal. INFOR. En www.infor.cl/estadisticas_mercado/sistema_exportaciones.htm
118
La huelga en Forestal Arauco: de las acciones sindicales al forzamiento de la negociación colectiva inter – empresa.
196 El conjunto de mediciones monetarias se realizaron con cifras correspondientes al día 3 de mayo de 2007. U$
= $525, día de la muerte del trabajador Rodrigo Cisternas.
119
Nelson Ruminot
197 Revisar El Sur, “Forestales Decididos a conseguir $300.000”, 13 de marzo de 2007; “Forestales van a paro por
mejoras salariales”, 30 de Abril de 2007; “Desgarrador testimonio de trabajadores en huelga”, 5 de mayo de 2007.
En www.elsur.cl/edicionesanteriores/hoy/secciones/articulos.php
198 Entrevista con Jorge González, junio de 2008.
120
La huelga en Forestal Arauco: de las acciones sindicales al forzamiento de la negociación colectiva inter – empresa.
199 Ver Juan Muñoz: Los cambios socio espaciales producidos por la explotación forestal en la región del bio bio.
Particularmente en la comuna de Mulchen, Tesis para optar al grado de Licenciado en Educación, mención en His-
toria y Geografía (Universidad de Concepción, 2005).
121
Nelson Ruminot
122
La huelga en Forestal Arauco: de las acciones sindicales al forzamiento de la negociación colectiva inter – empresa.
que para “el año 2006 tuvimos una reunión en la CTF, donde nosotros dijimos que
no importaba el tiempo que nos llevara, pero nos vamos a ir de cabeza a todas las
comunas a trabajar para lograr un gran paro contra la empresa y en eso vamos a tener
que generar la unidad con los demás sindicatos”201.
Cabe decir que la acción unitaria permitió aprovechar las fortalezas de cada
organización. Por ejemplo, el sindicato de trabajadores transportistas de INOCHENTI,
que agrupaba a cerca de 300 socios, radicado en Curanilahue, fue muy importante en
el mejoramiento de la comunicación entre los trabajadores, debido al desplazamiento
que debían realizar por la región producto de su labor. Su trabajo sindical permitió
difundir el conflicto en ciudades cercanas a la zona de Arauco como Valdivia, Los
Ángeles, Chillán, Constitución, Bucalemu y Nacimiento.
Es interesante observar que el sindicato INOCHENTI había recibido la afiliación
de socios pertenecientes a otras empresas contratistas de transportes. No obstante,
decidió no trabajar con la figura del sindicato inter empresa, pues entendía que les
otorgaba poca capacidad de maniobra en el marco de la legislación laboral nacional.
Lo que hizo fue formar la coordinadora de sindicatos del transporte, promoviendo la
figura del sindicato de empresa. Según el dirigente de este sindicato Pascual Sagredo,
“nunca apostamos a un sindicato inter empresa, hubo una experiencia de un sindicato
inter empresa, pero nunca pudo negociar, porque si quiere el empresario te recibe el
contrato…partió de ahí la formación de sindicatos de empresa, en Chillan en Mininco,
en todo Arauco...”202
Los distintos intereses y formas de enfrentar la actividad sindical provocaron
problemas. La FETRAFOR, presidida por Juan Miranda, tenía una estrecha vinculación
con el Partido Socialista y estaba afiliada a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT),
central sindical paralela a la Central Unitaria de Trabajadores de Chile (CUT). La
CTF era encabezada por militantes del Partido Comunista y estaba relacionada a la
CUT. Jorge González, de hecho, era miembro de su directorio nacional al momento de
estallar el conflicto. A la vez, Pascual Sagredo, presidente del Sindicato de trabajadores
INOCHENTI, era miembro del directorio de la CTF y tenía una estrecha relación
con la iglesia evangélica, ejerciendo como pastor en la ciudad de Curanilahue203.
201 Ibid.
202 Entrevista con Pascual Sagredo, julio de 2008.
203 Es necesario destacar que la Iglesia Evangélica en la Provincia de Arauco tiene una presencia masiva y que ha
desarrollado una fuerte vinculación con las estructuras políticas, presentando gran cantidad de veces a candidatos
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para ocupar puestos de concejalías, alcaldes y diputados. En este sentido, podemos considerar a sectores de la Iglesia
Evangélica como una fuerza política. En este conflicto la influencia de la iglesia evangélica, de sus líderes y en parti-
cular de Pascual Sagredo van a servir para generar una fuerte identificación de la comunidad con el movimiento.
204 El Renacer, “quiebre es total entre empresa y trabajadores, ya no hay dialogo”, 3 de mayo de 2007; “trabajadores
llegan a acuerdo con celulosa”, 15 de marzo de 2007.
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La huelga en Forestal Arauco: de las acciones sindicales al forzamiento de la negociación colectiva inter – empresa.
que me preocupa como pastor, y en la homilía dije que en la región había una enorme
riqueza forestal que era un bien para toda la región, y en primer lugar, es un bien para
las personas que viven en la región, los trabajadores; invitaba al diálogo, a superar el
conflicto”205.
En la segunda fase del conflicto, que transcurrió entre el 3 al 9 de mayo, éste
comenzó a ser más conocido y adquirió carácter nacional, especialmente cuando se
produjo la muerte de un trabajador en un enfrentamiento entre los huelguistas y
carabineros. El día 3 de mayo, a la espera de la respuesta por parte de la patronal,
los trabajadores, en un número estimado en 6 mil personas, se enfrentaron durante
más 5 horas con las fuerzas de carabineros en las afueras de la planta de Horcones.
En un incidente no aclarado totalmente aún, el joven trabajador Rodrigo Cisternas,
motivado por la fuerte represión policial contra sus compañeros, se subió a un carro
montacargas ubicado al interior de la planta de Horcones y condujo contra un bus
policial, resultando acribillado por las fuerzas policiales. Este desgraciado hecho motivó
la reacción de la prensa nacional, los actores políticos y la sociedad civil. En ese marco,
se registraron fuertes protestas de organizaciones sindicales y estudiantiles el día 4 y 5
de mayo en Concepción y Santiago con más de 100 detenidos206.
A pesar de los intentos de criminalización de la movilización207 este
acontecimiento hizo que las acciones sindicales cobraran un alto grado de legitimidad.
Los trabajadores asumieron una actitud de reflexión por la muerte de su compañero,
decidiendo paralizar todo tipo de negociación con la empresa hasta después del funeral
de Rodrigo. Así, la presión se trasladó, de manera no intencional, a la patronal. Las
reacciones en la empresa no se hicieron esperar. El viernes 4 de mayo ocurrió un cambio
en la presidencia de CELCO, debido a la renuncia de Alberto Etchegaray, asumiendo
el abogado José Guzmán Dumas208. Mas allá de las razones que pueden explicar esta
situación, lo concreto fue que se observó un cambio en las tácticas de negociación de
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La huelga en Forestal Arauco: de las acciones sindicales al forzamiento de la negociación colectiva inter – empresa.
le entregábamos a los socios era que se venía un conflicto, que se estaba negociando,
de que tuvieran calma, pero siempre conscientes de que si nosotros nos uníamos, se
podrían conseguir cosas, que todos teníamos que ir en la misma dirección, sin eso no
hubiese sido posible lograr lo que se logro”209.
El 11 de marzo Jorge Cerón, gerente general de Bosques Arauco, entregó la
respuesta de la empresa al petitorio presentado por los trabajadores el 27 de Enero.
De los 23 puntos, se aceptaron 21, negándose a considerar el reajuste salarial de
sueldos. Además, dejaba fuera de la negociación a los trabajadores de aserraderos, en
una clara maniobra por mantener la negociación colectiva dentro de Bosques Arauco.
No hacerlo, significaba reconocer que la negociación se llevaría a efecto directamente
con Forestal Arauco. Frente a esta respuesta, la USINFA, en asamblea general en el
gimnasio de Curanilahue, decide iniciar una paralización de actividades, que se hace
efectiva a partir de las 7 de la mañana del día 12 de marzo, ocupando con cerca de 3 mil
trabajadores las instalaciones del complejo de Horcones. También fueron paralizados
los aserraderos de la Araucana y el Colorado. A la vez, el día 12 los trabajadores
acordaron no conversar ni dialogar. Solo la Dirección del Trabajo mantiene presencia
en el lugar, pero no logra acercar posiciones210.
La empresa se vio sobrepasada por la rápida y audaz acción de los trabajadores.
Por eso buscó establecer una mesa de negociación que le permitiera un mayor margen
de acción, apuntando a dividir y desgastar al movimiento. En este marco, es importante
resaltar la actitud rupturista de los trabajadores forestales en huelga, ya que en general
los paros y conflictos en Chile no son acompañados de maniobras tan audaces como la
inmediata toma y cierre de los espacios productivos de las empresas.
El 13 de marzo, los trabajadores decidieron participar en la negociación ofrecida
por la patronal, que se realizó en la biblioteca de la municipalidad de Arauco. La
propuesta presentada por Jorge Cerón fue la misma que anteriormente se había dado
a conocer. Frente a este panorama, la respuesta de los trabajadores fue nuevamente
negativa, porque a pesar de entender que estaban situados de hecho en una negociación
colectiva inter empresa con Bosques Arauco, no estaban dispuestos a recibir menos
del 40% de reajuste. Además, no aceptaban excluir del acuerdo a los trabajadores de
aserraderos (empresa distinta a Bosques Arauco). La idea era incorporar al conjunto
209 Entrevista con Renato Toledo, octubre de 2008.
210 El Sur, “Forestales decididos a conseguir $300.000”, 13 de marzo de 2007.
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movilización. Hay que considerar que el acuerdo incluía a cerca de 8 mil trabajadores
y para muchos de ellos el reajuste salarial implicaba más que doblar sus ingresos. Es
decir, tenía un alto impacto en la situación socioeconómica de los trabajadores y sus
familias.
En este marco, el 1° de mayo los trabajadores realizaron una masiva movilización
contando con gran apoyo político, social y de la iglesia. Es decir, la posición de los
trabajadores se había fortalecido y los colocaba en un buen pie frente a la empresa.
El 2 de mayo las acciones sindicales continuaron desarrollándose y el complejo de
Horcones fue tomado por los trabajadores. Además, habían paralizado nuevamente
los aserraderos del Colorado y la Araucana. El número de trabajadores se acercó según
nuestras fuentes a los 6 mil trabajadores en las afueras de Celulosa Bosques Arauco.
Los trabajadores se organizaron en comisiones de trabajo, dando vida al desarrollo de
una ocupación que recibió diversas muestras de solidaridad. Desde distintas partes de
la provincia llegaron animales y alimentos para sostener la paralización, por ejemplo.
El mismo 2 de mayo en la tarde se incorporó a las negociaciones el obispo de
Concepción, pero ante la sorpresa de los trabajadores, ya no era Jorge Ceron quien
negociaba, sino que representantes de las distintas empresas contratistas de Bosques
Arauco. O sea, en ese momento la empresa cambió su táctica y decidió no reconocer
ningún tipo de negociación colectiva interempresa, procediendo a situar la negociación
en las tres razones sociales existentes por separado, aunque en una misma mesa, y
cerrando una posible negociación como Forestal Arauco. Ahora bien, la capacidad
real de maniobra de los empresarios contratistas era inexistente. Jorge González relata:
“Ellos no tenían ningún peso, ahí manda Arauco, salían a buscar a Ceron Y a hablar
por teléfono con él cada 5 minutos; se complicaban con el tema de las platas, nosotros
les decíamos que no es de ustedes las platas y que tienen que ponerse de acuerdo”213.
El jueves 3 de mayo, una vez realizado el último intento de negociación, se llegó
al momento más dramático del conflicto La situación es la que ya hemos descrito: los
puntos de discordia tenían relación con la diferencia en el aumento salarial y la exclusión
de la negociación de los trabajadores de aserraderos. Bosques Arauco manifestó que
no podía mejorar su oferta y que el conflicto se debía terminar. Lo que debía ocurrir,
entonces, era retomar la producción del complejo. En caso contrario los trabajadores
deberían asumir las consecuencias. La empresa no transaba y recurría a las amenazas.
213 Ibid.
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214 El Sur, “Forestales acuerdan tregua tras sepultar a trabajador”, “Curanilahue desbordó dolor y amargura”, 5 de
Mayo de 2007.
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evidentes. Monseñor Ezatti describía del siguiente modo lo que ocurría: “yo creo que
lo que ocurre en ese momento es el punto de tensión más grave, yo creo que cuando la
ideología se pone por delante de la racionalidad entonces no hay comunión, y ante la
voluntad de que fuera más inter empresa estaba la situación legal, que no se podía eso
y por supuesto la empresa que tampoco aceptaba eso”217.
Nuevamente la posición y voluntad de la iglesia fue clave para el desenlace del
conflicto, particularmente en el momento en el que el obispo de Concepción decidió
comunicarse directamente con José Guzmán, gerente general de CELCO. Dice
Monseñor: “y me acuerdo que ahí me fui a mi casa, y oré, y decidí llamar a la empresa
desde el arzobispado, y finalmente esa fue la solución…al final de todo logré que
CELCO organizará el adelanto de los contratos colectivos de las otras empresas”218.
Los trabajadores sabían que estaban en plenas condiciones de soportar una
huelga por más tiempo y probablemente este fue un factor que también consideró
CELCO al momento de entregar su última respuesta. El clima en Arauco daba para
mucho. Finalmente, el acuerdo fue satisfactorio para los trabajadores. Se estima en 8
mil los trabajadores beneficiados. Si el acuerdo hubiese sido firmado directamente por
Forestal Arauco, el beneficio habría llegado a los 35.888 trabajadores, pero esto no
ocurrió porque fue firmado por cada una de las empresas. Así, se eliminó formalmente
la figura legal de una negociación colectiva inter empresa con Forestal Arauco, aunque
en los hechos así ocurrió. Los trabajadores terminaron negociando directamente con
CELCO a través de la Iglesia y cerraron un petitorio de 22 demandas exitosas de un
total de 23 puntos del petitorio. El reajuste final obtenido fue del cien por ciento. La
negociación colectiva inter empresa involucró a 97 empresas contratistas, todas ellas
propiedades o dependientes de Forestal Arauco S.A.
5. Conclusiones.
El conjunto de injusticias y exclusiones sociales que se registraban en el sector
forestal derivó en el desarrollo de acciones sindicales que no tenían precedentes similares.
La unidad de los trabajadores fue un elemento central, pues facilitó la obtención de los
objetivos propuestos y permitió aprovechar lo mejor de cada organización. A la vez,
la capacidad de sumar a otros actores en momentos claves del conflicto dio cuenta de
un proceso de creación de alianzas que resultó determinante en el forzamiento de la
217 Entrevista con obispo Ricardo Ezatti, septiembre de 2008.
218 Ibid.
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negociación colectiva inter empresa con Forestal Arauco. Desde la perspectiva de las
tácticas empleadas por los actores, es preciso señalar que la trágica muerte de Rodrigo
Cisternas fue un lamentable hecho dinamizador del conflicto. En otras circunstancias,
el conflicto habría tenido más posibilidades de dilatarse, como ha ocurrido en
muchos otros casos. Hay que recordar que la empresa, ubicada en posiciones más
defensivas, apostaba por pasar de la negociación colectiva inter empresa directa de
Bosques Arauco, a una negociación circunscrita a las empresas contratistas. A esto se
agregaba el cerco comunicacional impuesto y la criminalización de la movilización por
parte de la empresa y el gobierno, que en otras condiciones pudo jugar un papel más
preponderante.
Finalmente, hay una serie de temas que no han sido considerados en esta
ocasión y que deben ser incluidas en futuras investigaciones. El primero de ellos es la
configuración de la identidad laboral en el proceso de conflicto. Creemos que se observó
la configuración de un imaginario social relacionado con el auto reconocimiento de los
trabajadores como herederos del pueblo araucano y el sentimiento de irreductibilidad
que se hizo presente en las decisiones y las disposiciones subjetivas de los trabajadores,
sobre todo en los momentos de mayor tensión. Lo segundo es la existencia de lazos
comunitarios que involucraron a los trabajadores y sus familias. Probablemente el
aislamiento de las comunidades que participaron en el conflicto, como Curanilahue y
Arauco, está relacionado con esta situación. Un tercer elemento es la participación de la
iglesia evangélica en este conflicto, especialmente a través del dirigente de la USINFA
Pascual Sagredo. Esta iglesia tuvo un papel dinamizador de la base sindical que afectó
la marcha del conflicto. Un cuarto aspecto es el impacto ecológico y ambiental de
la producción de la empresa. Aunque parece no relacionarse directamente con el
conflicto, cabe decir que el nivel de contaminación existente ha perjudicado la calidad
de vida de los habitantes de la provincia de Arauco. Por último, concluimos diciendo
que este conflicto tiene un importante significado para el sindicalismo nacional,
permite repensar las estrategias de negociación de los trabajadores, razón por la cual
es pertinente profundizar en el estudio en los diferentes factores que incidieron en su
desarrollo.
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