Está en la página 1de 18

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD FERMÍN TORO


DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
UNIDAD CURRICULAR: MÉTODOS CUALITATIVOS EN INVESTIGACIÓN
FACILITADORA: DRA. THANIA VILLAMIZAR

LA METODOLOGÍA ETNOGRÁFICA DESDE LA PERSPECTIVA DE ROSANA GRUBER


(Parte I: Ensayo reflexivo)

EVENTO COMUNICATIVO EN EL CONTEXTO DEL HABLA (USO DE LA LENGUA)


DE LOS ESTUDIANTES QUE ACUDEN AL CAFETÍN DE LA UNIVERSIDAD
POLITÉCNICA TERRITORIAL DEL ESTADO MÉRIDA “KLÉBER RAMÍREZ” (UPTMKR)
(Parte II: Ejercicio de observación participante)

Autores:
María A. Socorro
CI: 7832738
Nelson Corredor Trejo
CI: 4484976

Mérida, 22 de junio de 2017


LA METODOLOGÍA ETNOGRÁFICA DESDE LA PERSPECTIVA DE ROSANA GRUBER

En el método etnográfico, de acuerdo a los planteamientos de Rosana Gruber, no se trata sólo de


realizar una observación, sino de saber interpretar la realidad del grupo estudiado. En este sentido,
existe una serie de etapas o características propias de la etnografía que no tienen por qué ser
tratadas linealmente, considerando el hecho de que la metodología etnográfica no estudia variables
aisladas, sino realidades, por lo que los investigadores etnográficos deben adaptarse al carácter
cambiante de ellas.

La etnografía puede ser entendida como una sucesión de actividades de investigación que se
realizan en un periodo de tiempo relativamente extenso. En tal sentido, considerando este punto
de vista, podemos complementar que esta disciplina de investigación, no sólo aporta el objeto
empírico de investigación –un pueblo, una cultura, una sociedad– sino que conforman la
interpretación –descripción– sobre lo que el investigador percibió y escuchó. Una etnografía enfoca
la problematización del autor, en relación con algún aspecto de la realidad de la acción humana.

Se podría considerar, entonces, que la etnografía se sustenta en la comprensión a la que debe llegar
la descripción de un pueblo, una cultura o una sociedad, para que pueda ser llamado trabajo
etnográfico, ya que es la que da respuestas a la comprensión de los fenómenos de la sociedad, desde
la perspectiva de sus miembros, que cumplen el papel de actores, agentes o sujetos sociales.

En este orden de ideas, podemos señalar que el método etnográfico posee un carácter
fenomenológico, pues este modelo de investigación le permite al investigador etnográfico tener
conocimiento interno de la vida social dado que pretende describir e interpretar los fenómenos
sociales desde la perspectiva de los participantes del contexto social.

Por otra parte, el conocimiento empírico se refiere a la noción sustentada en el contacto directo con
la realidad, por la experiencia, por la percepción que se hace de ella. El conocimiento empírico radica
en todo lo que se sabe sin que se posea un conocimiento científico, por ejemplo, los merideños
saben que en los primeros días de julio se dan las primeras nevadas sobre la sierra que adorna la
visual panorámica de los citadinos, como resultado de la observación empírica en épocas anteriores,
en las que por costumbre se dan estas nevadas.

En el campo de las ciencias sociales, e incluso en el sector educativo, se utiliza el método empírico,
entendido como un modelo de investigación que se fundamenta en la lógica empírica, es decir, este
método permite al investigador, por medio de un conjunto de procedimientos prácticos, con el
propósito y los medios de investigación como: el inductivo, hipotético-deductivo, dejar ver
cualidades y relaciones primordiales del objeto.

Asimismo, en los escritos que conforman la obra de Gruber, se pretende comprender los fenómenos
sociales desde la perspectiva de los sujetos, entendidos como actores, agentes o sujetos sociales, a
través de tres niveles de comprensión: el reporte, la explicación y la descripción; fases que el
investigador etnográfico realiza utilizando herramientas de recolección de información que le
permiten tener un acercamiento más amplio, conduciéndolo desde el desconocimiento hasta el
reconocimiento de la experiencia social del grupo o comunidad en estudio.

En este sentido, la etnografía consiste en la descripción detallada de eventos comunicativos,


personas, interacciones y comportamientos o actitudes que son observables. Esta metodología
incorpora lo que los actores hablan, sus experiencias, actitudes, creencias, pensamientos y
reflexiones, tal como son expresadas por ellos mismos y no como el investigador los pueda describir.
Una de las características más importante de las técnicas de investigación cualitativa es que
pretenden percibir el sentido que las personas dan a sus actos, a sus expresiones, a sus
pensamientos y al mundo que les rodea.

Es importante hacer hincapié en que uno de los criterios a considerar como requisito de rigor para
toda investigación cualitativa, se fundamenta en la credibilidad, que equivale al concepto de validez
interna, es decir, que se reconozca que las conclusiones a las que llega el investigador, en este caso
etnográfico, responden a la realidad social estudiada y, en tal sentido, existen algunas estrategias
que dan cuenta de la credibilidad, tales como la triangulación, basada en la observación permanente
de espacio, tiempo y métodos; la recolección de material para contrastar la información; la
coherencia interna del informe de investigación etnográfica y la comprobación de los actores. En
este punto, la escritura, en el contexto de la metodología etnográfica, juega un papel muy
importante por su carácter subjetivo que involucra los conocimientos previos del investigador, los
cuales influir en sus percepciones sobre la comunidad en estudio.

A través de la palabra, el investigador etnográfico procura una forma concreta, a través de la


subjetividad, de ser consciente y de entender el mundo; lo que implica, una visión holística y
naturalista, pues un estudio etnográfico recoge una visión global del entorno social estudiado desde
diferentes enfoques: una perspectiva interna (la de los integrantes del grupo) y una visión externa
(la interpretación del propio investigador etnográfico).
De la misma forma, la metodología etnográfica tiene un carácter inductivo, ya que está basada en
la experiencia y la exploración inmediata sobre un escenario social, por medio de la observación
participante como estrategia primordial para recabar información. A partir de este punto, se van
generando categorías conceptuales y se develan regularidades y asociaciones entre los fenómenos
observados que permiten establecer modelos, hipótesis y posibles teorías para explicar la realidad
del grupo en estudio.

La observación participante facilita recordar, en todo momento, que se participa con el fin de
observar y que se observa con el propósito de participar, es decir, el involucramiento y la
investigación no son dos factores opuestos, sino que forman parte de un mismo proceso de
conocimiento social.

Como conclusión, podemos afirmar que la metodología etnográfica utiliza un paradigma


metodológico cíclico, contrario al patrón lineal que utiliza otras disciplinas de las Ciencias Sociales.
Los procedimientos de la etnografía se inclinan hacia la superposición y ocurrencia de manera
simultánea; la información recabada y las teorías emergentes se usan para reorientar la recolección
de la nueva información y, en tal sentido, el trabajo de campo se constituye en la característica
distintiva de la metodología etnográfica, en la que se considera la observación participante y la
entrevista, como instrumentos principales, considerando que la entrevista es una relación social a
través de la cual se obtienen enunciados y verbalizaciones en una instancia de observación directa
y de participación.
INFORME DE OBSERVACIÓN PARTICIPANTE

Introducción

Proceder al análisis semántico de un evento comunicativo en el marco de una dinámica de


recolección de información es un ejercicio complejo pues requiere de una observación detallada de
las características propias del evento, lo que implica que a pesar los investigadores al formar parte
del contexto, implica que de alguna manera sus subjetividades ejercerán un papel muy importante
en las interpretaciones e interacciones, lo que conlleva un gran reto al momento de desarrollar la
metodología de la investigación.

Este evento comunicativo se encuentra enmarcado en las instalaciones del cafetín de la Universidad
Politécnica Territorial del estado Mérida “Kléber Ramírez”, espacio que constituye uno de los puntos
que con mayor frecuencia utilizan los estudiantes para sus encuentros grupales. Este evento en
particular está conformado por elementos muy interesantes, tales como los roles jerárquicos, el
conjunto de emotividades y la fuerza del discurso de convencimiento utilizado entre ellos.

Registro: Observar un evento comunicativo en el contexto del habla (uso de la lengua) de los
estudiantes que acuden al cafetín de la Universidad Politécnica Territorial del Estado Mérida “Kléber
Ramírez” (UPTMKR), núcleo principal, ubicada en la población de Ejido, municipio Campo Elías del
Estado Mérida.

Localidad: Sede principal, Núcleo Ejido-UPTMKR, Ejido, municipio Campo Elías

Duración: Lunes 19 de junio. Inicio: 8 am. Finalización: 10 am

Martes 20 de junio. Inicio: 10:30 am. Finalización: 12 m.

Situación de contexto: El reloj marca las 7 y 30 de la mañana. Los encargados del cafetín proceden
a la limpieza de los mesones, utilizando una mezcla de agua y jabón, que extienden en la superficie
y luego secan con un trapo descolorido por el uso. En pequeños grupos, los estudiantes se acercan
al lugar, conversan y ríen entre ellos, portan morrales donde cargan sus útiles escolares: cuadernos,
algunos libros, lápices, borradores, instrumentos de dibujo, calculadoras y algunos de ellos
muestran sus tablas, las canaimas que el gobierno nacional les entregara como aporte a su
formación académica. Los muchachos visten bluejeans en su mayoría, a la moda, rasgados en partes
clave, franelas con motivos juveniles, gorras de diferentes colores con la visera hacia atrás, a la
usanza de los cantantes de rap y reguetón, botas deportivas y algunas pulseras tejidas
artesanalmente en sus muñecas. Las muchachas visten de forma similar, con pantalones rasgados y
algunas de ellas con franelillas llamativas de escotes propios de la moda, calzan zapatillas en su
mayoría aunque otras utilizan calzado deportivo. Ambos grupos, en su mayoría, portan suéteres con
capuchas. Una característica muy importante y común a todos los estudiantes es el uso del celular
en todo momento, sin apartarse de ellos, si no hablaban entre ellos se entretenían operando los
modernos aparatos de comunicación digital, revisando las redes sociales o su mensajería personal.
Quienes primero llegaban, ubicaban los mesones más cercanos a los enchufes de energía eléctrica,
donde procedían a conectar sus celulares o en tal caso, sus máquinas portátiles o sus tablas
Canaima.

Participantes: Estudiantes e investigadores.

Escenario: La ubicación del cafetín de la UPTMKR ocupa un área aproximadamente 400 metros
cuadrados. En el lugar funciona el servicio de fotocopiado, impresión y transcripción de
documentos. Cuenta con dos salas de baño, una para damas y otra para caballeros. Es un espacio
abierto, sin puertas y ventanas. Por las mañanas se sienten las corrientes frías de aire proveniente
del cañón del Chama. El cafetín cuenta con ocho mesones de 3 metros de largo por un ancho de
1,20, lo que permite una capacidad de 10 personas sentadas alrededor de cada uno de ellos. Lucen
desgatados por su uso y el tiempo de vida útil. Están expuestos al sol, la lluvia y el polvo. El piso, al
igual que los mesones, está desgastado, un poco sucio y descuidado. Alrededor hay poca vegetación
y plantas ornamentales, sin embargo, se puede observar una mesa, que aunque no es
reglamentaria, los estudiantes la utilizan para practicar tenis de mesa. Un pasillo largo, de
aproximadamente 1,20 metros conduce al cafetín, a sus lados existen unas bancas de cemento que
los estudiantes utilizan para sentarse, conectar sus celulares a los enchufes de energía eléctrica y en
sus tertulias cotidianas; en ocasiones, el pasillo se utiliza para realizar las exposiciones de los
estudiantes de los Programas Nacionales de Formación en Turismo y Agroalimentación, como parte
de sus procesos de evaluación final de proyectos socio-productivos. En uno de los mesones los
partidarios de la Asamblea Nacional Constituyente pintaron mensajes alusivos a ella: La
Constituyente Va!!!... en toda su superficie, en letras de color rojo, mientras en otros mesones, a
lápiz piedra, se pueden observar mensajes que hablan de libertad y predomina un mensaje que dice:
Venezuela SOS!!!, ambos mensajes adornados con corazones, lo que refleja la polaridad política que
existe en el país.
Actos:

ESCENA 1: Un grupo, conformado por 10 estudiantes, ocupa uno de los mesones. Cinco de ellos
juegan al póker, otros tres revisan apuntes que comparan con otros textos mostrados en la pantalla
de una tabla, otro revisa su celular y una muchacha se pasea por detrás de los jugadores de cartas,
observando el juego de cada uno de ellos. Hablan entre risas y hacen comentarios después de cada
jugada.

- Me planté en 2 ases y un par, pero nada, no me llegó la que esperaba… dice uno de los
jugadores.
- Claro, usted es un gallo pal juego, ni sabe qué es lo que tiene en las manos.

Las risas no se hacen esperar. Uno de ellos toma el pilón de cartas, las mezcla rápidamente con sus
manos. Sus compañeros se ríen y uno de ellos dice: Cuidado marico, cuidadito con la barajada. El
que maneja las cartas dice que está acomodando un “mono”. Un tercer jugador le hace una seña
con su mano derecha, con el puño cerrado y el dedo medio levantado, e inmediatamente le arrebata
las cartas de la mano, procede a mezclarlas y a repartirlas rápidamente. La muchacha vuelve a
pasearse alrededor de los jugadores y cada vez que mira el juego de cada uno de ellos, sonríe y guiña
el ojo derecho a un jugador ubicado a su mano izquierda. Uno de ellos se da cuenta del gesto de la
muchacha y le dice:

- Mire marica, mejor se sienta antes que yo la siente.

Ella le responde que no hay espacio y que es mejor estar parada. Vuelve a sonreír y le dice al que la
increpó:

- Chamo, me siento si me brinda una empanada y una maltica. Mire que el olor de esas
empanadas está inaguantable y la boca se me hace agua.
- Nojoda, le dice el jugador, ni que usted fuera mi chicle, vaya y le dice a Pedro que la brinde.

Uno de ellos mira el reloj y exclama:

-Nojoda maricos, son las 8 y 15 y seguro que la ladilla de profe ya llegó, esa no pela clase así llueva
o truene, terminemos el juego y ahora nos echamos otra.

Los jugadores recogen sus pertenencias, uno de ellos guarda el paquete de naipes en su morral, los
demás toman sus morrales y junto a la observadora se marchan rápidamente, se despiden del resto
entre risas y golpes en el hombro. Se quedan los que revisaban los apuntes, aunque uno de ellos
que para el momento de la despedida estaba embelesado revisando su celular, reacciona y grita:

- Lily, ya va, deje el pujo. Es la expresión que utiliza para pedir que lo esperaran.
- Apure marico que la profe ya llegó, responde la muchacha, “mire que si llegamos tarde,
atraviesa una silla detrás de la puerta para no dejarnos entrar al salón, apure nojoda”.

El muchacho, guardando su cuaderno en el morral, corre hacia el pasillo, donde Lily lo esperaba para
ir a su aula de clase.

En el mesón quedaron tres estudiantes, dos muchachos y una muchacha. Uno de ellos, que lucía
una barba bien cuidada, franela blanca y un suéter gris de capucha, lleva la batuta de la
conversación.

- Los panes son muy buenos, aparte de que son una vaina como así de larga (con sus manos
trata de hacer una medida imaginaria de la extensión del pan).

La muchacha lo mira de reojo, cambia su mirada hacia la pantalla del celular, sonríe y sin despegar
sus ojos del aparato, dice:

- Sí, pero pá esa vaina hay que ir muy temprano. El chocolate es una vaina muy buena, pero
la cola también es larga.

El muchacho de barba repite su explicación sobre los panes, cierra las manos en forma de puño y
con los nudillos golpea la superficie del mesón tratando de originar un ritmo musical de percusión,
tatarea algo y vuelve a tomar la palabra, mira la pantalla del celular de la muchacha y señalándola
le dice al otro muchacho:

- Ella es una vaina, los pasos los da de un solo intento, marico pasó cinco de un coñazo.

El otro, impávidamente se quita los auriculares, mira a su interlocutor y luego a la muchacha, se


levanta y estira su cuerpo, luego dice a sus amigos:

- Marico, mejor vámonos pá la marcha, que esta joda aquí está muy aburrida.

Los otros lo miran, recogen sus pertenencias y las colocan en sus morrales, la muchacha saca una
gorra con los colores y las estrellas de la bandera nacional, la coloca en su cabeza luego de recogerse
el pelo y dice:
- Ok, vámonos en el trole hasta Pie del Llano, de ahí agarramos buseta pá Glorias Patrias,
desde donde sale la marcha.

Se levantan, se ríen entre ellos y toman el camino del pasillo que los llevará hasta la salida de la
universidad.

ESCENA 2: En otro mesón, un grupo de estudiantes se dedica a desarrollar las tareas de las unidades
curriculares que cursan. Sacan de sus morrales los instrumentos necesarios. Uno de ellos extrae su
calculadora, otro las herramientas de dibujo, una muchacha su tabla Canaima y mientras se
organizaban hablaban de sus profesores, cada uno de ellos con su teléfono en las manos.

- Marico, dijo uno de ellos dirigiéndose a otro del grupo, ese profesor no sabe explicar y si
uno le pregunta algo, se lo come vivo.
- Matemática me ha quedado dos veces, nunca entiendo, por eso, es que el profesor no sabe
explicar, dijo una de las muchachas uniéndose al tema de conversación.

Otro de los muchachos los mira, se sonríe y dice:

- El profesor llega rasca´o y cuando empieza a explicar el tufo, el olor a licor, nos marea. No
sabemos si calarnos el mareo o tratar de entenderlo.

En ese momento, uno de ellos se despidió expresando lo siguiente:

- Bueno marico, güevón, me voy….

El resto del grupo, conformado por cuatro estudiantes, permaneció en el sitio. Extendieron una
lámina de dibujo, revisaron el cuaderno de apuntes y uno de ellos dijo:

- Marico, revisemos bien las medidas, no vaya a ser que el profes nos clave por eso.
- Coño, dijo una muchacha, ustedes ponen esa mierda ahí y no se fijan que el mesón estaba
lleno de grasa, ahora sí que nos jodimos.
- Nojoda, marico, no importa, le decimos al profe que este es un borrador, como él nos dijo
que hiciéramos un borrador primero, cuál es el peo, nojoda.
- Chamo, qué tal si nos vamos de rumba el sábado, parece que la Mariela cumple años, la
llamamos y listo.
- Coño güevón, verdá que sí nojoda, porque con tantas trancas y peos hay que aliviarse.
- Marica, ¿usted va con nosotros?, le preguntan a la muchacha del grupo.
- Claro que sí marico, ya veré que carajo le invento a la vieja para irme de rumba, yo no la
pelo. Ajá, y pá dónde vamos?
- Coño marica, invitemos a Pedro, compramos una curda y nos vamos pál metropolitano, ahí
jodemos hasta la madrugada.

Luego de unos minutos en que se dedican a hacer algunos trazados sobre la hoja de dibujo, uno de
ellos mira el celular y dice a los otros.

- Maricos, recojamos todo y vámonos pál comedor, ya es la hora de hacer la colita pal
almuerzo.
- Verdá güevón, vámonos a papear y en la tarde terminamos esta verga.

Rápidamente recogieron sus instrumentos de dibujo y cuadernos, la chica guardó la tabla en su


morral, uno de ellos la abrazó y le dio las gracias por haber llevado la tabla. Se retiraron en grupo,
conversando y riendo entre ellos, con la alegría y el ímpetu propios de la juventud de hoy.

ESCENA 3: Minutos después llega un grupo de estudiantes, se empujan entre ellos y ríen a
carcajadas. Uno se acerca al mostrador del cafetín y alguien del grupo hace una pregunta en voz
alta, mirando a su alrededor:

- Marico, ¿dónde nos vamos a sentar?


- Ahí marico, le responde otro, señalando con su mano izquierda un mesón desocupado.

Rápidamente tratan de ubicarse en las bancas, se empujan y ríen al momento de sentarse. Uno de
ellos se sienta en la banca pequeña, ocupando la cabecera del mesón. De su morral extrae dos
cuadernos de apuntes, el suyo y el de un compañero que se lo dio prestado. Toma un lápiz y
comienza a copiar de un cuaderno a otro. Lo hace a intervalos, pues sus compañeros interrumpen
a cada momento su labor.

- Marico, ¿qué está haciendo?


- Copiando güevón. No tengo nada para el examen.

Dos muchachas se acercan a los jóvenes que conversan. Una de ella lleva en sus manos un plato con
dos empanadas y una malta. Se sientan a la diestra del muchacho que trata de copiar los apuntes
de su compañero de clases.

Una de ellas se dirige a la que come empanadas y le dice:


- Coño chama, yo no quiero exponer.

La muchacha contaba dinero mientras dirigía esas palabras a su amiga. Para tratar de dar
continuidad a su conversación, miró a la joven que masticaba un pedazo de empanada y se llevaba
un pitillo a su boca para degustar un sorbo de la malta.

- Coñooooo chama, no quise salir con él. Está loco. Se apareció en la madrugada. De paso
marica, la moto no quiso prender.

El joven que copia apuntes se dirige a ellas con estas palabras:

- Coño, voy a comerme una empanadas, con el estómago sin nada no entiendo esto. Con sus
manos señaló los cuadernos de apuntes.

Regresa con una empanada y un refresco de botella. Habla masticando a la vez una parte de la
empanada.

- Yo no estoy estudiando, ese profe es pura paja.

Las muchachas lo miran y se sonríen. La que contaba dinero le dice:

- Me da arrechera porque quiere un proyecto global.

El muchacho le responde:

- Chamas, se acuerdan que el 24 de diciembre la pasamos de “canapial”, primero nos fuimos


a jugar fútbol.

La muchacha que comía empanadas interrumpe la conversación, mira sobre su hombro izquierdo,
frunce las cejas y fija la mirada en un joven que se encontraba a pocos metros del mesón y lo llama:

- ¡Goooooyo, venga acá!

El joven la mira y le hace un ademán de espera con su mano izquierda. Unos minutos después se
acerca a ella y le pregunta:

- ¿Cuánto vale una empanada?


- Mil bolívares, responde la muchacha.
- Uhis… me salió cara su llamada…
- Me sentí robada, oyó Goyo, respondió la chica de las empanadas.
Seguidamente los muchachos se agrupan alrededor de las muchachas. Cada uno extrae dinero de
sus bolsillos, cuentan y aportan trescientos bolívares, uno de ellos dice que es para comprar más
empanadas y enseguida la muchacha que contaba dinero, le aclaró la situación con estas palabras:

- Nojó… dáme esos trescientos bolos, la plata no es para empanadas sino pá pagar la
impresión y anillado del proyecto.

El joven que copiaba apuntes mira a su alrededor, tratando de entender la situación y otro de los
muchachos le dice:

- Marico, con ese corte de pelo casi que le tumban las orejas.
- Sí marico, un peo le armé al chamo que me hizo el corte, me dejó como un gallo.
- ¡Gooyo! Vuelve a llamar en voz alta una de las muchachas a su amigo.

Uno de sus compañeros, sentado frente a ella, toma una lámina enrollada en forma de tubo y le da
un golpe suave en su frente. Miró al resto del grupo y dijo:

- Vamos al salón.
- Ya va, pero espérenme. Dijo el joven que copiaba apuntes.

Los muchachos se ponen de pie, cierran sus morrales y comienzan a retirarse del lugar. El joven que
copiaba queda solo, con lentitud y mirando ocasionalmente al grupo para saber en qué dirección
van, guarda los cuadernos en su morral, el lápiz lo coloca en el bolsillo de su suéter y emprende una
veloz carrera para darles alcance.

ESCENA 4: En otro de los mesones del cafetín, 4 muchachos y una chica conversaban entre ellos. El
muchacho luce una gorra con los colores y las estrellas de la bandera nacional. Tiene colocados en
sus oídos unos audífonos que están enlazados a su celular. Se juntan para tomarse una fotografía,
con el teléfono de una de las muchachas del grupo. Una de las muchachas es quien dirige la
conversación.

- Chamos, las guarimbas están fuertes, por todas partes. Es como ir de aquí a Mérida
caminando, hay guarimbas en todas partes.

El resto de las muchachas conversan entre ellas mientras que el muchacho poca atención les presta.
Se enfoca más en su celular y en los íconos que reflejan su pantalla. Planifican ir al cine.

- Vamos mañana, dice la muchacha que lleva la voz cantante en el grupo.


El muchacho se quita los auriculares para incorporarse al diálogo grupal.

- Yo las acompaño si me pagan la entrada.

Las muchachas se miran entre ellas y sonríen.

- Tenemos que ir temprano, hay mucha cola. Dice la muchacha que dirige la conversación.

Otra de las muchachas la interrumpe.

- Más alantico, más alantico, y fuimos. Más alantico, fuimos a buscar a otra amiga, más allá
de Tabay. Como no encontrábamos la dirección y la llamamos y ella nos decía: más alantico,
más alantico de la cruz, así nos dio la una de la madrugada, cuando regresamos nos fuimos
pá La Culata y después llegamos como a las 3 de la mañana a Campo Claro. Todos son unos
aburridos. Cuando me dejaron anoche en mi casa, me mataba el aburrimiento.

Al grupo de estudiantes, conformado por cuatro muchachas que lucían sus uniformes de Radiología
(la prenda superior en forma de bata de hospital, de color verde oscuro al igual que el pantalón, en
su hombro izquierdo el logotipo de la UPTMKR en colores fuertes y en la manga derecha la palabra
Radiología), se incorporó otro muchacho. En su caminar hacia el grupo mostraba una sonrisa a flor
de labios. Miró a cada uno de ellos y se acercó lo suficiente para estrechar la mano del otro
muchacho en primer lugar, luego hizo lo propio con la muchacha que estaba a su lado, miró al resto
de las chicas y les dijo:

- Yo cobro en especies.

El otro muchacho respalda el comentario de su amigo con las palabras siguientes:

- No se hagan del rogar.

Las muchachas ríen a carcajadas. El recién llegado permanece de pie. Se acomoda el suéter y revisa
la capucha. El grupo planifica salir al otro día. Una de las muchachas dice que ella hará licor de maíz
y le dice a una de sus amigas que invite a Luis. Todos le hacen una bulla y en coro gritan:
aaahhhhhhh!!!!!!!

Uno de los muchachos dice que pueden ir a ver en Alto Prado “La mujer maravilla”, revisa en su
celular e informa que la función comienza a las 4 y 20 de la tarde en la sala 1, que si van a ir hay que
salir temprano de Ejido. Hablan de comprar chucherías en la distribuidora.
- Yo me encargo de eso, dice el recién llegado, yo sé dónde queda esa distribuidora.
- Bueno, dice una de las muchachas, vas tú y después cuadramos cuentas.
- Claro, siempre y cuando mi mamá me deposite.

Entre risas se pusieron de pie, las muchachas se retiraron en grupo. Una de ellas les dijo a sus amigos
que tenían clase en el salón A-9. Los muchachos se estrecharon las manos y quedaron en verse
nuevamente al otro día, pare terminar de cuadrar su ida el cine.

Normas

a) De interacción: Las normas de interacción se refieren a las formas de comportamiento


lingüístico de los participantes. Quién puede asumir la vocería principal de la comunicación
y quien no, cuando es oportuno un chiste y cuando es desubicado, entre otros aspectos. En
el caso de la primera escena podemos señalar que entre ellos utilizan palabras cuya
denotación tiene un significado distinto al que ellos le dan en sus interacciones
comunicativas. Aunque para cualquier diccionario del idioma español la palabra “marico”
hace alusión a una persona que tiene tendencia femenina, en el argot de los jóvenes
venezolanos esta palabra se utiliza como forma expresiva para sustituir la palabra “amigo”
y le dan un sentido como el que podemos observar en el ejemplo siguiente: Marico vamos
a jugar; chamo tu si eres marico (achantado, pajuo, tonto). La palabra “mono” la utilizan al
hecho de montar trampa en el juego de cartas; al igual que la palabra “gallo”, utilizada para
denotar la ingenuidad de una persona en un momento dado; “pujo” para sustituir las ansias
de lograr un propósito; “vaina” como vocablo es utilizado para expresar distintas
situaciones, entre ellas problema, contrariedad, cosa, asunto, comportamiento sospechoso,
perjuicio, broma o como expresión para saludar; “peo”, hace alusión a un problema de
grandes dimensiones o a un conflicto en particular; “mierda”, como como expresión de
asombro; “pal” la utilizan como contracción gramatical de la frase “para el”; “papear” se
refiere al proceso de alimentación en una hora determinada (desayuno, almuerzo o cena);
“verga”, palabra utilizada para expresar despectivamente el rechazo a un hecho dado;
“coño”, la utilizan para dar inicio a una frase con denotación expresiva y de admiración.
“Guarimba”, es una palabra de recién introducción en el habla del venezolano; se utiliza
para identificar una protesta organizada en zonas residenciales, con cierre de calles,
avenidas, impidiendo el libre tránsito vehicular y en algunos casos, peatonal; “alantico” es
un modismo con el que se pretende sustituir la palabra “adelante”; “chucherías”, palabra
con la que se pretende representar los productos comestibles que normalmente se ingieren
en un espectáculo público; “chicle”, hace alusión a la pareja de una persona.
b) De interpretación: estas normas permiten leer entre líneas, comprender ironías, sentidos
figurados o de doble intención, presuposiciones. No solo entendemos por qué alguien no
puede hablar directamente sobre un tema en particular en determinadas circunstancias,
sino también podemos inferir qué es ese algo “no dicho”. Por supuesto, no somos
conscientes de estas normas que organizan los eventos comunicativos de los que
participamos, los vivimos como una segunda naturaleza.

En el caso que nos ocupa, podemos señalar que los estudiantes utilizan frases cargadas de
ironía, con doble sentido o sentido figurado, a veces con tonos sarcásticos para aludir el
comportamiento o la práctica pedagógica de un docente o para hacer referencia a sus
amigos ausentes o a aquellas personas con las que comparten pero que no se encuentran
presentes en el evento comunicacional del momento.

En tal sentido utilizan palabras como “rascao”, para referirse a un docente que según la
percepción de ellos da sus clases bajo la influencia del licor; “me come vivo”, para referirse
al hecho que cuando piden una consulta los atiende con cierto desdé y rabia. También
utilizan palabras que para el oído común resultan un tanto extrañas, como el vocablo
“canapial”, por su poco uso y que según el diccionario de venezolanismos significa
“borracho”, pero que ellos la generalizan un pocos más al tratar de darle el significado de
tomar licor en cantidades abundantes.

Por otra parte utilizan frases irónicas y con doble sentido, que aunque no hablan del tema,
lo entienden en su jerga juvenil: “cobro en especies”, que significa que su saludo no tiene
valor monetario sino está representado en otro tipo de acciones. Entre las palabras propias
del habla cotidiana de los estudiantes, aparece el término “güevón”, que de acuerdo al
diccionario de venezolanismos se usa entre amigos, como una expresión de confianza y no
se le da el sentido despectivo que en otras lenguas suele representar.

“Ese profe es pura paja”, se refiere a la manera como ellos califican la actitud del docente,
es decir, es una persona que no es creíble en sus argumentos. Asimismo utilizan otra frase
como la siguiente: “la ladilla del profe”, para referencia a la insistencia que un docente
puede poner para que los estudiantes cumplan con las actividades asignadas de acuerdo a
las instrucciones giradas por él.
Tanto las palabras como las frases utilizadas por los jóvenes en sus prácticas
conversacionales cotidianas, conforman el corpus oral generado en su contexto social y
cultural. Es importante recalcar que la manera de expresarse a través de la palabra oral, es
un hecho que caracteriza el habla de los jóvenes que inician una carrera universitaria y
depende en sí, de la cultura de su entorno.
ANEXOS
ESCENARIO DEL EVENTO COMUNICATIVO; CAFETÍN DE LA UNIVERSIDAD POLITÉCNICA
TERRITORIAL DEL ESTADO MÉRIDA KLÉBER RAMÍREZ

También podría gustarte