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INTERVENCIONES EN EMERGENCIA

Situaciones catastróficas
Los textos de este volumen han sido evaluados

por el Comité Académico

El contenido de los trabajos publicados

es responsabilidad exclusiva de los autores


Diego Benegas Loyo
Ayelén Colosimo
(editores)

INTERVENCIONES EN EMERGENCIA

Situaciones catastróficas

Timbó Ediciones
Benegas Loyo, Diego
Intervenciones en emergencia : situaciones catastróficas / Diego Benegas Loyo y
Ayelén Colosimo. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Timbó Ediciones, 2015.
E-Book.

ISBN 978-987-45882-0-3

1. Psicología. 2. Emergencia. 3. Catástrofes. I. Colosimo, Ayelén II. Título


CDD 155.935

Fecha de catalogación: 03/06/2015

Cubierta y diseño: Ayelén Colosimo

Primera Edición 2015


© Timbó Ediciones
Buenos Aires – República Argentina
Queda hecho el depósito que previene la ley.
Índice

Comité Académico .....................................................................................................................................9


Llamado: situaciones catastróficas .................................................................................................. 10
I. LLEGAR........................................................................................................................................................... 13
1. Natalia De Avila
Cuando el duelo lastima identidades .............................................................................................. 14
2. Daniela Fernández
La catástrofe de Eric .............................................................................................................................. 23
3. Karina Di Benedetto
No hay prevención del trauma........................................................................................................... 24
4. Nelly Velázquez
Intervención psicológica en abuso sexual infantil desde la resiliencia.............................. 27
II. INSISTIR ....................................................................................................................................................... 30
5. Eduardo Viera
Derecho a tener derechos – memoria e identidades para la lucha...................................... 31
6. Dinorah Otero
Extranjeridades y silencios ................................................................................................................. 40
7. María Laura Romero
La urgencia en salud mental: consideraciones desde el enfoque de derechos
humanos ..................................................................................................................................................... 43
8. Romina Cuevas
Argentinazo versus crisis orgánica 2001 ...................................................................................... 45
III. ESPERAR ..................................................................................................................................................... 46
9. Ayelén Colosimo
Catástrofes, crisis y desastres: conceptualizando lo disruptivo en las ciencias
sociales........................................................................................................................................................ 47
10. María Teresa Ravagnan y María Laura Zanatta
Intervención temprana interdisciplinaria en personas damnificadas por la
inundación en la ciudad de La Plata el 2-3 de abril de 2013.................................................. 49
11. Mariana Czapski, Gerardo Laube y Alejandro Palma
Situaciones catastróficas: impacto en el psiquismo de las víctimas, descripción
clínica e instrumentos diagnósticos ................................................................................................ 51
12. Estefania Berengan Mendaña
La ciudad que desnudó el temporal................................................................................................. 53
13. Diego Benegas Loyo
Catástrofe y red social: representaciones y prácticas en agrupaciones activas de
Buenos Aires ............................................................................................................................................. 55
8 Situaciones catastróficas

IV. SALIR ........................................................................................................................................................... 56


14. Carina Tumini
Castillo de Abelín: historias de juegos de construcción después de una
explosión .................................................................................................................................................... 57
15. Carolina Thomaz da Fonseca
La importancia y los cuidados con la comunicación en trabajos de intervención
en emergencias ........................................................................................................................................ 65
16. Juliana Agustoni
Catástrofe después de la catástrofe: reflexiones en torno a la problemática
habitacional post terremoto en Haití .............................................................................................. 67
17. Carlos D. Russo
Terremoto en Haití – experiencia sanitaria.................................................................................. 70
18. Walter Behobi Baudou y Tamara Zapponi
La traumatización secundaria: definiciones y diferencias en daños a clínicos............... 71
19. Diego Benegas Loyo
La primera estrofa: palabras para interrogar la catástrofe y el amor................................ 74

COLABORADORES............................................................................................................................................. 82
Comité Académico

Lic. Hebe Perrone

Lic. Marina Vega

Lic. Claudia Ruiz

Lic. Claudia Huergo

Dr. Diego Benegas Loyo

Mg. Dinorah Otero

Lic. Walter Behobi

Lic. Javier F. Ruiz

Lic. Juliana Agustoni

Lic. Ayelén Colosimo

Emiliano Vega
Llamado: situaciones catastróficas

Asistimos hoy a la presencia generalizada de situaciones que llamamos


“catastróficas”. Por un lado, el campo del estudio de las emergencias y catástrofes
es muy amplio y diversificado: distintas disciplinas estudian diversos tipos de
catástrofes, las analizan cuestionan y exploran y hasta cuestionan su naturaleza.
Por otra parte son varias las profesiones que intervienen en los primeros momentos
de acontecimientos devastadores y proveen esa atención inmediata que no admite
demora ni duda alguna. Entre las perspectivas macroscópicas de las ciencias
sociales y la inmediatez de la respuesta eficiente de quienes atienden los desastres,
la experiencia de la clínica introduce para nosotros una pregunta por la dimensión
subjetiva en estos procesos.

Exactamente en esa confluencia es donde intentamos abrir un espacio para


el diálogo. Proponemos un encuentro donde discutir experiencias y propuestas
desde esos tres ámbitos. Para ello planteamos grandes ejes que intentamos hacer
converger: la intervención, la clínica y la crítica. La intervención, aquellas
experiencias, prácticas y modelos de abordaje en emergencias y catástrofes,
aquellos discursos, saberes y preguntas que nos vienen desde el punto de
intervención, el lugar de impacto, aquellos que atienden la primera llamada de lo
disruptivo. La clínica, con sus experiencias de de las catástrofes subjetivas, los
derrumbamientos singulares y aquellos momentos donde todo deja de tener sentido,
si bien para una sola persona. La crítica, investigación y reflexión sobre catástrofes y
emergencias, sobre la historia, antropología y sociología de las catástrofes.

Los trabajos aquí reunidos son, en algo que empieza a constituirse en


tradición, de una heterogeneidad mayúscula. Una variedad desde muchos sentidos,
donde tensamos quizás el límite de la inteligibilidad. Tenemos primeros esbozos de
inquietudes y anhelos, inicios de preguntas en distintos lenguajes y en tiempo futuro
que a la vez desafían los cánones y las certezas establecidas. Tenemos algunos
que cuentan de procesos en su punto medio, con carreras de investigación y
desarrollos de preguntas considerables, pero aún navegando para encontrar
sentidos y rumbos. También acercamos escritos y presentaciones que responden a
Intervenciones en emergencia 11

trayectorias profesionales desarrolladas, donde los rumbos están establecidos al


punto de transmitir enseñanza y comunicar experiencias maduras.

Aquellos tres ejes que proponíamos, intervención, clínica y crítica, se han


convertido en las cuatro partes de este volumen, al que hemos nombrado en
términos de movimiento, y en términos de intervención: llegar, insistir, esperar, salir.

La primera sección, “llegar”, engloba trabajos que cuestionan o expanden la


clínica de las catástrofes subjetivas, y lo subjetivo de las catástrofes, allí se reúnen
cuestiones sobre abuso sexual, sobre lo traumático en análisis y el análisis de lo
traumático y sobre las posibilidades de una clínica en situaciones catastróficas.

La segunda sección, “insistir”, nos lleva a una mirada que decididamente


involucra lo social, cuestionando el devenir y el sobrevivir a la violencia social en su
presentación más descarnada, pero también en sus versiones más establecidas y
silenciosas, en aquellas formas estructurales de desigualdad y exclusión. Tenemos
aquí preguntas sobre crisis sociales y el emerger del discurso de los derechos
humanos, de alguna forma llamado a responder ante estas violencias.

Nuestra tercera sección es una pausa, de allí “esperar”, y la pensamos desde


la necesidad de agrupar otro tipo de contribuciones. Allí reunimos trabajos sobre
inundaciones y sobre estrategias de acción comunitaria, con reflexiones
conceptuales sobre cómo pensar lo disruptivo y cómo conceptualizar e intervenir en
lo subjetivo. La propuesta de las praxis de intervención de las agrupaciones activas
viene aquí como un inicio de una respuesta posible.

La última sección, “salir”, agrupa historias de intervención en situaciones de


desastre, desde incendios en Córdoba a terremotos en Haití. Experiencias de
contacto directo con estas catástrofes y la pregunta sobre los aspectos
comunicacionales allí. El cuestionamiento sobre el cuidado de los cuidadores cierra
esta sección y también nuestro volumen.

Con todo, presentamos aquí secciones heterogéneas, materiales disímiles:


un desparramo de preguntas, investigaciones, ideas y propuestas, todos fragmentos
de distintos desarrollos. Sin embargo, distinto que en el terremoto, donde se
acumulan los restos de lo que queda, en estos, nuestros textos nos asomamos a
momentos fragmentarios, instantáneas de diferentes trayectos. Fotografías de
12 Situaciones catastróficas

distintos viajes, unos planes de viaje, otros de mochilas y algunas peregrinaciones.


Son fragmentos de caminos, que se cruzan e intersectan. Son voces y sonidos,
melodías y ruidos que esperamos generen en cada uno distintos acordes, aunque
también disonancias. Pues si el tocar la misma música nos hace apreciar la belleza,
las situaciones catastróficas son aquellas que desafían todo lo previsto. Y como
imprevisto y como derrumbe ellas son siempre imperativas y así nos fuerzan a
encontrar nuevos sonidos, nuevos acordes, nuevos sentidos.

Agradecemos la ayuda de la Dirección de la Carrera de Psicología del IUCS


Fundación Barceló, en todos los estadios de este emprendimiento. Agradecemos
también el auspicio de la Secretaría de Relaciones Internacionales y de Relaciones
Institucionales de la Fundación. Por otra parte, este trabajo ha sido posible gracias al
apoyo del Instituto Universitario de Ciencias de la Salud Fundación H. A. Barceló
para el Proyecto de Investigación “Trauma, Catástrofe y Redes Sociales”.
Agradecemos a los compañeros y compañeras del Comité Académico que
trabajaron en las diferentes instancias tanto de organización como de evaluación,
corrección y edición para producir esto, y a las alumnas de la Cátedra de
Interconsulta y Emergencia 2015 que aceptaron el desafío y nos confiaron su
trabajo. A nuestros invitados que acudieron al llamado, algunos desde muy lejos,
gracias por su expectativa.
Y a quienes nos leen, agradecemos su interés, que nos compromete y
motiva, y esperamos que recorriendo estas páginas encuentren entre estos
fragmentos, materiales para sus propias reconstrucciones. Les damos nuestra mejor
bienvenida.
I. LLEGAR
1. Cuando el duelo lastima identidades

Natalia De Avila

Introducción:

La experiencia…….

8 de Mayo de 2009

Son casi las 9 de la noche, o las 10, más o menos…

El básquet en Uruguay acababa de llevarse un golpe durísimo.

Los hechos:

Partido de la Liga entre dos cuadros rivales (25 de agosto y Nacional) con
problemas previos de violencia en la cancha. La Federación de Básquet, decide que
el partido se juegue en cancha neutral, neutral?... se designa la cancha de club
Aguada, debido a la seguridad que la misma presenta ediliciamente (entradas
separadas), los hinchas del club no están de acuerdo.

Cerca de la hora mencionada un adolescente de 15 años, Rodrigo, jugador del Club,


hincha de toda la vida, uno más en la comunidad Aguada y en el barrio del mismo
nombre; sale del club después de un entrenamiento físico, con su camiseta puesta,
y decide pasar por la casa de un amigo y compañero de equipo. A unos 50 metros
del club, conversan en la puerta de la casa de este último. Javier, siente que del
Club le gritan “vamos 25 de Agosto y Peñarol”, responde “Aguada y Nacional”, y
cruza…

Hechos confusos, Rodrigo recibe una puñalada frente a la mirada de sus


amigos, corre, se encuentra con su hermano, parece decir algo, y el hermano lo
lleva al hospital más cercano, a un par de cuadras (hospital especializado en
embarazos y partos). Es trasladado rápidamente con una herida que le atraviesa la
aorta.

En el club, el partido empieza…

Los amigos se juntan rápidamente, bajo la consigna de enfrentarse a él, o los


asesinos…
Intervenciones en emergencia 15

Rodrigo, otro Rodrigo N, íntimo amigo del primero, llega al barrio, corridas,
balazos, uno a él…muere, en el mismo hospital del barrio…

Las 6 de la mañana del 9 de mayo, muere Rodrigo N.

Hasta ahí los hechos.

Acontecimiento: mueren asesinados dos amigos del mismo barrio, del mismo
club, con los mismos amigos…y hasta con el mismo nombre…

Una comunidad impactada, instituciones impactadas y cuestionadas… el


deporte, la violencia, las hinchadas, los adolescentes….una tragedia
mediatizada…uno de los asesinos, un menor de edad, es condenado a un régimen
de privación de libertad que le permite “mostrarse” continuamente en espacios
públicos…. Varias causas se han abierto con relación al proceso judicial vinculado a
este caso… El otro… un asesinato que la justicia uruguaya aún no sentencia…

¿Qué se hace? El club convoca a un equipo de psicólogos. Tres por la


Universidad.

En este trabajo me propongo por un lado compartir las principales líneas de


trabajo desarrolladas a partir de ese momento, identificando claramente dos
momentos de la intervención: la intervención inmediata después de la situación
crítica vivida y a un año de los acontecimientos.

Partimos de pensar lo sucedido como una situación crítica, que interroga a


una comunidad y la coloca frente a su propia identidad. Abordamos el trabajo desde
un enfoque psicosocial, que considera el trauma como trauma psicosocial (Martín –
Baró), reconociendo en ese sentido que, el efecto de un hecho de estas
características moviliza la representación compartida de la realidad, impactando
directamente en la forma en la que se procesan a nivel individual los
acontecimientos. Trauma colectivo que, al decir de Pau Pérez “genera un tipo de
discurso (o narrativa social) asumido por una mayoría del colectivo.” Narrativa que
tiene relación con el carácter de los acontecimientos, el modo en el que se enfrentó
así como las consecuencias del mismo. Trauma colectivo en tanto “es un proceso de
interacción y de reinterpretación constantes con la narrativa social compartida que
emerge de los procesos históricos (memoria histórica socialmente construida), de la
16 Situaciones catastróficas

situación presente (hechos de violencia extrema) y de la perspectiva compartida de


futuro como individuos y como grupo.1”

Es así que, los asesinatos de ambos adolescentes, pasa a ser narrado con detalles
aún por quienes se encontraban lejos del lugar donde sucedieron. Al parecer, todos
saben qué fue lo que paso y cómo. ¿Saben? En realidad, la claridad del cómo y
desde dónde cada uno de los integrantes del club han vivido esta experiencia (y nos
referimos con integrantes a todo aquel que se siente parte de este colectivo),
comienza en el marco de la intervención a dejar ver, escuchar, sentir, los “sin
sentido.”

Como bien dice Sartre, no hay verdad, sino interpretaciones de hechos, y con
eso nos encontramos. Con la interpretación de cada uno de los actores en juego, de
lo sucedido. Verdades para cada uno de ellos, que producen distinto sentido. Y en
este juego de verdades, una versión hegemónica, que intenta tapar los demás
relatos. Con esto también hay que trabajar, lo cierto, son las muertes, los ruidos, los
sentidos, varían. El derecho a sentir la muerte del otro es social…por más que
desde el Club, y sobre todo desde los amigos, se reclame un derecho a sentir
particular, que los define, los identifica, los mantiene unidos, y otra vez, separados
del resto. Repetición de la misma lógica de la hinchada.

En la primer etapa de la intervención se aposto a colectivizar los sentires,


para proyectar apoyos y articulaciones intragrupales e intergrupales. Compartimos
con M. Beristain que, “El apoyo social que valida y reconoce la experiencia
traumática de las personas y que ayuda a entenderla y darle significado, parece ser
muy importante para asimilar las catástrofes y los hechos traumáticos.2”

Reconociendo también que “Construir la historia de lo sucedido constituye la


mejor parte de luchar contra las peores expresiones del olvido: la injusticia, el
acostumbramiento, y la indiferencia”3

Sin embargo no podemos dejar de realizar cada una de nuestras


intervenciones recordando que, “Rescatar la memoria trabajar, los valores que

1
Pérez Sales, Pau. Trauma, culpa y duelo. Hacia una psicoterapia integradora. Biblioteca de
Psicología. Desclée de Brouwer. 2006.
2
Beristain, Carlos Martín. Diálogos sobre la reparación. Qué reparar en los casos de violaciones de
derechos humanos. Ministerio De Justicia y Derechos Humanos. 2009.
3 Romero, Graciela. Memoria y olvidos de nuestra identidad.
Intervenciones en emergencia 17

hagan más sana y vigorosa la sociedad, promover el conocimiento y el ejercicio


fraterno de la defensa social de los derechos humanos, difundiendo y aprovechando
las experiencias anteriores, son tareas imprescindibles pero que indefectiblemente
requieren para su implementación la conciencia colectiva y del compromiso
socialmente asumido.”4

En esta línea nos propusimos trabajar con los diversos grupos que fuimos
identificando. El club (en tanto institución) posiciona los afectados directos como los
familiares y compañeros de los chicos asesinados. Algo cierto, sin duda… pero
¿sólo ellos?.. En lógicas deportivas rápidamente comienzan a hacerse escuchar
otras voces, esas que están acostumbradas a ser escuchadas cuando hay un
problema: los chicos de la hinchada. Un grupo de amigos, adolescentes todos,
posicionados desde un lugar de victimas ¿víctimas?

Entendemos como víctimas directas, los adolescentes asesinados, sin


embargo dadas las implicaciones psicosociales que el concepto de victima supone
apostamos a un trabajo que los posicione desde otro lugar. Pensarse desde el lugar
de “víctima” supone hacer foco en el dolor y en el sufrimiento dejando limitado la
capacidad de afrontar lo vivido. (Sin dejar de reconocer como plantea M. Beristain
que “El reconocimiento de víctima alude más bien a la violación de sus derechos y a
su derecho a la reparación”)

Enfrentados a un proceso de duelo, que supone asumir la pérdida como algo


irreversible, se vuelven necesarios los espacios para expresar los sentimientos que
van apareciendo (dolor, culpa, impotencia, tristeza, angustia), la “escucha de otro” y
entre pares es valorada, y la necesidad de esclarecer lo sucedido y de hacer justicia
son necesarios. Duelo y melancolía (1917): Aquí define Freud al duelo así: "es la
reacción frente a la pérdida de una persona amada, o de una abstracción que haga
sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc." Caracteriza Freud al duelo por el
talante dolido, la pérdida de interés por el mundo exterior en todo lo que no recuerde
al muerto, la incapacidad o limitación para el trabajo productivo. Fácilmente se
comprende nos dice Freud que esta inhibición y este angostamiento del Yo
expresan “una entrega incondicional al duelo que poco o nada deja para otros
intereses”.

4
Romero, Graciela. Memoria y olvidos de nuestra identidad.
18 Situaciones catastróficas

El colectivo del club organiza marchas, reclamando justicia, acompañado de


un número importante de uruguayos/as, en su mayoría adolescentes. Un reclamo de
justicia recordando de alguna forma las tantas marchas de reclamos de justicia que,
por décadas hemos llevado adelante, quienes defendemos los derechos humanos.
Reclamo de justicia que supone cambios culturales, sociales, buscando algo que
sabiéndolo difícil de lograr, seguimos creyendo y sosteniendo es necesario
alcanzar… la lucha contra la impunidad.

En cada uno de los espacios de trabajo, y sobre todo los adultos vinculados al
club se sienten nuevamente (considerando nuestro pasado como uruguayos de
miedo, dolor, violación de los derechos humanos e impunidad) posicionados ante
estos temas… Se re actualizan situaciones, y se presenta las siguientes
interrogantes en los adultos… ¿cómo transmitir a los jóvenes la necesidad de lucha
constante por los derechos humanos y de lucha contra la impunidad? ¿Cómo lograr
que estos jóvenes no naturalicen estos procesos de modos de vincularse, de
resolver los conflictos? ¿Cómo hacer para que la Justicia (considerando sus
omisiones) siga siendo el camino para la resolución de estos casos? ¿Cómo lograr
entender la continuar violación de los Derechos Humanos?

Se vuelve en este trabajo, necesario trabajar la lucha contra la impunidad,


como plantea Graciela Romero no como un proyecto de pasado que mire sólo y
exclusivamente hacia el pasado (ya sea reciente o lejano) sino como “un proyecto
presente y futuro, enmarcado en la construcción democrática actual y en su fortaleza
futura.”

Esta vez, un ámbito diferente quizás desde donde se hace necesario


condenar la impunidad y promover una actitud de lucha constante por la justicia.
Sosteniendo con esta autora que, este proceso de construcción colectiva de una
“cultura para la justicia y la dignidad” fortalece las instituciones democráticas.

Siguen quedando más aspectos… que nos movilizan a seguir pensando en


conjunto…En todo proceso de duelo y de afectación psico – social, como es lo
referido a los procesos de simbolización.

En lo que hace a la posibilidad de simbolización, nos parece importante, el


surgimiento de, lo que luego se repetirá en otros lugares, marcas en el cuerpo.
Marcas, tatuajes, rostros tatuados en cuerpos dolientes, la necesidad de que la
Intervenciones en emergencia 19

memoria no borre lo acontecido. El cuerpo, y sus marcas lo recordarán. Este


fenómeno, se da casi como pasaje al acto, el lunes siguiente a las muertes ya
habían aparecido. El más común de los tatuajes: la cara de los chicos, y la frase
“nunca los olvidaremos, Los ángeles de Aguada”.

En estas formas, no nuevas, más bien bastante antiguas, que han tenido la
sociedades de sostener dolores, o acontecimientos varios, con marcas en el cuerpo,
nos preguntamos, que sucede con lo que no está escrito?, obviamente, el paso del
tiempo, y la afectividad ligada a los actos hacen su trabajo en la conciencia. Pero ahí
están, las marcas, impidiendo o tratando de impedir, aquello que como sociedad
hemos aprendido, y tanto ha lastimado, el olvido…

Aquellos grupos de personas, con los que trabajamos en esta primera etapa,
mostraban un repliegue sobre sí mismos, y sobre el club, no cómo Institución, sino
como sentimiento común, incluso, compartido con los muertos.

No lograban separarse, conciliar el sueño, compartir otras actividades que no


fuera estar juntos para simplemente, y no tan simplemente…estar.

Los adolescentes, se veían por todos los alrededores, en las esquinas, tantas
veces compartidas, o en la plaza que frecuentaban. Ante la pregunta del porqué, la
respuesta de que esos eran sus lugares de seguridad.

Rescatamos la posibilidad de crítica y autocrítica, y con mucho trabajo el


reconocimiento del dolor compartido que se hace carne en sentimientos de
venganza, de bronca, de impotencia. La necesidad de hallar a los culpables, y la
propia visión de encontrarse ellos mismos, entre los responsables. En estas frases
significativas por demás: esto nos pasó (a todos), por no haber bajado 10 cambios
en diciembre.

Intentamos sostener algunos espacios de encuentro, trabajar sentimientos y


sentidos, darle sentido a lo que obviamente, ellos encontraban sinsentido.

Tarea difícil, el dolor adolescente, es un dolor en acto, dolor que piensa poco,
pero que se mueve rápido. Dolor que no les permitía reírse, y se sorprenden al
hacerlo con nosotros, recordando anécdotas, recuperando otras memorias.

Por otro lado, adultos, adultos desmembrados, entre la responsabilidad y el


dolor, y el sentimiento interno de sentirse felices porque no fue su hijo el que murió.
20 Situaciones catastróficas

Claro, muy oculto, porque genera culpa. La culpa y el autorreproche de qué no hice,
que no vi, que no…

Los adultos se muestran débiles ante la necesidad de sostén de los más


chicos. Depositan sus carencias en el Club, y en nosotros. Hay un sentimiento de
espera que los acompaña, algo así cómo veremos que hace los demás, porque yo
no puedo…

Así, y después de varios trabajos, un día de Jornada General en el Club, con


consignas claras, y horas de análisis, nos vamos retirando. Esperando que se hayan
empezado a tramitar duelos, y permitiendo que éstos sigan su cauce, como parte de
procesos normales en la vida de los seres humanos.

Un año después… el club nos vuelve a convocar…con objetivos de trabajo


más amplios, que exceden los límites de este artículo… sin embargo... se vuelve
necesario seguir acompañando el proceso de duelo del colectivo del club Aguada.

Así en esta segunda etapa del trabajo, nos enfocamos en acompañar al


colectivo en la búsqueda de medidas simbólicas, reconociendo que las mismas al
decir de C. M. Beristain, “están dirigidas a reconocer la dignidad de las víctimas,
fomentar el recuerdo de hechos históricos relevantes, expresar una crítica o sanción
moral hacia los perpetradores, así como a señalar la importancia de la prevención;
también tiene que ver con los procesos de duelo o las formas de recuerdo familiar o
colectivo 5” En este trabajo sostenemos que, la importancia de la medida simbólica
en el proceso de recuperación no ocurre a través del “objeto”, sino del proceso que
se produce a través del objeto (Hamber, 2006).

Nos proponemos acompañar entonces el proceso de “selección” de la medida


simbólica que el colectivo del club sienta necesaria. Vamos trabajando en este
proceso, identificando sensaciones algunas, se mantienen con igual intensidad a la
que se manifestaba un año atrás, otras, en un proceso esperable van disminuyendo
en intensidad. La bronca, el dolor y la tristeza, ya no están tan vivos, sin embargo la
sensación de impotencia, se re significa en el día a día de la lucha contra la
impunidad. Un grupo se propone “hacer algo”, a un año de los asesinatos. Pensando
juntos no sólo el qué sino el por qué, aparece la necesidad de no olvidar, dejando

5
Beristain, Carlos Martín. Diálogos sobre la reparación. Qué reparar en los casos de violaciones de
derechos humanos. Ministerio De Justicia y Derechos Humanos. 2009.
Intervenciones en emergencia 21

una vez más en evidencia como las medidas simbólicas que los colectivos elijen
apuestan a que la sociedad mantenga viva su memoria colectiva, aprendiendo de
cada experiencia. Acompañamos este proceso, entendiendo el mismo como un
punto clave en el proceso de duelo, Sin embargo, no podemos dejar de diferenciar el
impacto de esta medida en los diversos actores que construyen esta historia. Para el
club, supone reforzar el compromiso social, “a la vez que minimiza el sentimiento de
indefensión”, (Pau Pérez. P 233) sin embargo, para los familiares de las víctimas
supone reactivar “memorias traumáticas” y con ellas la afectividad negativa puesta
en juego.

En este proceso, el colectivo del club resuelve llevar adelante una marcha,
que finalizará con una breve “ceremonia” donde amigos y compañeros de los chicos
asesinados leerán algunas “proclamas”, se colocará para finalizar una placa
recordatoria en una plaza pública (punto de encuentro y reunión de los aguateros)

“En un sentido más social, las medidas simbólicas son un testimonio de los
hechos, una sanción moral de los responsables y una llamada de atención sobre la
relevancia de la prevención de las violaciones” (Pau, Pérez, 2006, p.233)

Trabajamos algunos aspectos calves ante esta propuesta.

El nivel de exposición que resultaría de la colocación de una placa


recordatoria en un espacio público. Sin embargo, no podes dejar de considerar y
seguir apostando a que como proclaman diversos autores, estas expresiones
deberían de ser cuidadas por los Estados, en este caso el Estado uruguayo, en
tanto símbolos de la defensa de los derechos humanos.

Un proceso lleno de aprendizajes…. Este ensayo un espacio más para


continuar compartiendo sentires, saberes, pensares……

Referencias

Beristain, Carlos Martín. 2009. Diálogos sobre la reparación. Qué reparar en los
casos de violaciones de derechos humanos. Ministerio De Justicia y Derechos
Humanos.
Pérez Sales, Pau. 2006. Trauma, culpa y duelo. Hacia una psicoterapia integradora.
Biblioteca de Psicología. Desclée de Brouwer.
Romero, Graciela. Sf. Memoria y olvidos de nuestra identidad
Viñar, M. y Viñar, M. 1993. Fracturas de Memoria: Crónicas para una memoria por
venir. Montevideo, Trilce.
22 Situaciones catastróficas

Natalia De Avila. Licenciada en Psicología, Universidad de la República, Uruguay.


Especialista en actuaciones psicosociales ante situaciones de violencia política y
catástrofes, Universidad Complutense de Madrid. Profesora Adjunta Unidad de
Extensión y Actividades en el Medio, Escuela de Nutrición y Profesora Agregada
Asistente de Dirección Programa Apex-Cerro, UdelaR. Integrante equipo de
Coordinación y Evaluación de Desastres y Consultora Oficina de Coordinación de
Asuntos Humanitarios, ONU.
2. La catástrofe de Eric

Daniela Fernández

El caso de Eric nos permitirá diferenciar tres dimensiones de la catástrofe: la


subjetiva, la universal, la estructural. A la manera del “trauma en dos tiempos”
descripto por S. Freud, este paciente de 42 años comenzará presentando su
“catástrofe” subjetiva, que tuvo lugar hace dos años, desencadenando el comienzo
de sus “ataques de pánico” que lo llevaron a consultarme. La cadena significante
que el sujeto producirá nos permitirá situar una segunda catástrofe, universal,
anterior a la subjetiva. El relato que iremos construyendo a lo largo de las
entrevistas, nos conducirá a ubicar la catástrofe estructural propia del ser hablante,
que J. Lacan describe como la intrusión del goce para el ser hablante, el mal
encuentro con el goce. Mediante dos operaciones analíticas ayudaremos a este
sujeto a fabricarse un punto de apoyo para poder vivir su catástrofe sin tanto mal.

Daniela Fernández. Psicoanalista, miembro de la EOL, la ECF y la AMP. Master en


psicoanálisis Université de Paris 8. Profesora en la materia “Psicoanálisis:
Orientación Lacaniana” y en la especialización en clínica psicoanalítica, Facultad de
Psicología Universidad de Buenos Aires. Libros publicados: “Mujeres de papel”,
Buenos Aires: Grama, 2015; “Variaciones psicoanalíticas para pasar de un siglo al
otro”, París: Ed. Michèle, 2012.
3. No hay prevención del trauma

Karina Di Benedetto

Llamaremos traumáticas a las excitaciones externas que poseen la fuerza suficiente


para romper la barrera de protección antiestímulo”1, con esta definición Freud
propone la abolición de la primacía del principio de placer pero además introduce la
función lógica del trauma entendiendo que la misma quiebra el equilibrio propuesto
por aquel. Dicho de otro modo más simple, lo traumático rompe con cierto bienestar
o acomodación en la vida del sujeto.

Expuesto así podría pensarse una clínica de la urgencia subjetiva subrayando


la cualidad de subjetiva. Este remarcado evita la ecuación trauma igual a una
catástrofe en el orden de la realidad ya que tiende a pensarse que lo traumático
consiste en un acontecimiento de gran magnitud que afecta a muchos individuos a la
vez. Lo traumático siempre es un accidente que provoca urgencia subjetiva ya que se
altera la realidad del sujeto sea de la intensidad que sea el acontecimiento que la
provoque. Teniendo como referencia la clínica lo que estalla es la homeostasis
subjetiva por un episodio imprevisto para, a partir de allí comenzar un trabajo.

Desde este punto de vista cómo pensar en la prevención cuando el trauma


tiene el sentido de advenir ante lo inesperado. Inesperado significa que algo no puede
anticiparse, por lo tanto, no sabemos qué es lo que puede provocar la ruptura del
equilibrio. Freud continúa “ya no podrá impedirse que el aparato anímico resulte
anegado por grandes volúmenes de estímulo, la tarea planteada es más bien esta
otra: dominar el estímulo, ligar psíquicamente los volúmenes de estímulo que
penetraron violentamente a fin de conducirlos, después, a su tramitación”2 Después, a
su tramitación, no antes. La invasión es algo repentino y lo deja al sujeto sin algún
sentido que hasta ahora lo sostenía, es luego de la ocasión cuando se iniciará su
tratamiento.

1
Sigmund Freud, Más allá del principio de placer, Amorrortu, Buenos Aires, 1995,cap iv, pag. 29
2
Ibíd.
Intervenciones en emergencia 25

Indicación clínica

Resalto esta cuestión ya que muchas veces nos encontramos en el marco de una
terapia con algunos sujetos que piden evitar lo doloroso o recurren a la búsqueda de
ciertas maniobras para no angustiarse. Hago un paréntesis y a modo de ejemplo,
como modalidad extrema, manifiesto que las fobias son el intento forzado de
prevención del imprevisto. Un sujeto que no se entrega a la ruptura de ese bienestar y
cree que lo vital pasa porque nada le suceda, teniendo una firme creencia en el
principio de placer

Las intervenciones terapéuticas justamente deben apuntar a hacer soportable


la irrupción de lo inesperado y darle un estatuto a que ello pueda ocurrir. No existen
garantías porque la vida está cargada de episodios que de un momento a otro
pueden cambiar el rumbo que habíamos tomado. Ese sentido que la vida tenía, de
repente estalla por episodios que a veces parecen mínimos. Por eso, tanto el estupor
como la angustia son efectos y respuestas al trauma. El primero, muestra la
detención de las respuestas que elaboró el sujeto, es decir, el sentido que el aparato
construía se ha interrumpido. Es así como podemos pensar en el fantasma o en el
síntoma como modos de respuesta o de otorgamiento de sentido. La segunda, la
angustia, da señal de que no hay saber ante lo que desestabiliza, que no hay
solución pero es una vía para encontrarla e ir construyéndola aunque sea
provisoriamente.

Evitar ambos efectos es imposible porque es imposible evitar lo traumático.


Son la manifestación de que algo en la vida ha ocurrido. Dejando de lado lo doloroso
de la irrupción sostengo que es lo que permite que esa vida no quede falta de
vitalidad. En definitiva el principio de placer no es más que esto: pura acomodación a
una realidad teniendo como consecuencia la falta de potencia del deseo. Tengamos
en cuenta que la aparición del mismo produce cierta incomodidad y desregulación
propia del movimiento vital. Sólo lo menciono ya que ese tema merece un capítulo
aparte.

Por todo lo dicho en la superación de un trauma no es suficiente con la vía


elaborativa menos aún pensada como racionalización sino en conducir al paciente a
tomar posición frente al imprevisto y por consiguiente ante el deseo. De esta manera
ya podemos afirmar lo siguiente: en definitiva el tratamiento del trauma como
26 Situaciones catastróficas

accidental es tratarlo también como estructural, es decir, rescatar su función lógica.


Por vía de otorgar sentido a lo ocurrido calmamos la angustia que lo inesperado
genera porque construimos un saber pero lo que se trata es la urgencia y no el
trauma. Del trauma no hay cura, sólo ir transitando y pasando una y otra vez por
situaciones que nos dejen sin sentido para ir construyendo cada vez uno nuevo que
pueda volver a caerse. Lo vital se caracteriza por el movimiento, no por el placer
como principio y esto, es estructural.

Karina Di Benedetto. Licenciada en Psicología. Psicoanalista. Miembro de


Asociación Argentina de Salud Mental. Profesora de Educación Media y Superior en
Psicología. Docente Universitaria. Adjunta de Cátedra de la materia Fundamentos de
Filosofía de IUCS Fundación Barceló.
4. Intervención psicológica en abuso sexual infantil desde la resiliencia

Nelly Velázquez

El Abuso Sexual Infantil (ASI) se ha entendido de diferentes maneras. La


Organización Mundial de la Salud, lo define como una situación en la que un niño es
víctima de un adulto con fines de satisfacción sexual (OMS 1986). El Fondo de
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), indica que en 190 países del mundo,
los niños con frecuencia sufren abuso sexual en sus propias comunidades, casas y
escuelas.

El presente trabajo pretende realizar una revisión de los aspectos teóricos y


de los datos estadísticos sobre el abuso sexual infantil. A partir de diferentes
artículos de investigación y leyendo la ley Nacional N° 25.087 de delitos contra la
integridad sexual, se propone abrir un espacio de reflexión. Pensamos esta como
una situación traumática, y desde un enfoque terapéutico de resiliencia, enfatizamos
los aspectos saludables del psiquismo.

El ASI se encuentra dentro de los delitos contra la libertad sexual. La ley


Nacional N° 25.087, impone prisión para quien abuse sexualmente de una persona
“cuando, ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza,
abuso” o cuando por cualquier causa la persona no haya “podido consentir
libremente la acción”.

El ASI sucede en todos los niveles sociales, ocurre de manera reiterada,


crónica y no es una cuestión accidental; es una forma de abuso físico y psicológico.

El ASI es una situación en la que la infancia se ve violentamente


quebrantada, en tanto el niño queda como objeto del goce sexual de un adulto. Así,
la sexualidad adulta irrumpe en el campo del niño con una modalidad de goce ante
la cual el mismo no cuenta aún con recursos para responder (Raimundi, 2009).

Se considera que es fundamental contener a las víctimas, desde la


intervención judicial y clínica, ya que las circunstancias traumáticas suelen llevar a
las víctimas a estados de conmoción de tal magnitud que requieren de cuidados
especiales.
28 Situaciones catastróficas

Algunos autores resaltan el hecho de que la coerción emocional y física que


ejerce el abusador sobre la víctima tiene como fin garantizar su silencio. Para ello la
labor psicológica debería brindar un espacio donde pueda poner palabras a esa
situación traumática, donde algo de lo simbólico pueda ponerse en juego (Ruiz,
2014).

Desde la física, resiliencia es la capacidad de los materiales de volver a su


forma cuando son forzados a deformarse. En psicología entendemos resiliencia
como la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o
transformado por las experiencias de adversidad (Grotberg, 1995). El enfoque desde
la resiliencia en psicología, nació en el Hemisferio Norte, con Rutter en Inglaterra y
Werner en Estados Unidos. Ellos trabajaban con personas que padecieron grave
estrés en situaciones de guerra y evolucionaron favorablemente. Se propicia un
enfoque terapéutico donde se favorece el afianzamiento de los vínculos
interpersonales y la búsqueda en conjunto de un sentido a su padecimiento (Melillo y
Suárez Ojeda 2008). Entonces, se trata de conducir a estas víctimas hacia una
nueva fase de la existencia en la que las cicatrices de los traumas se integren en un
nuevo crecimiento, priorizando la vida a pesar de las experiencias dolorosas
(Vanistendael y Comte. 2000).

A partir de este recorrido, pensamos que el Abuso sexual infantil afecta de


forma profunda la vida cotidiana de las personas, por eso es necesario que se
conozca en profundidad este tipo de problemáticas. El enfoque desde la resiliencia
nos brinda una perspectiva esperanzadora en el afrontamiento de esta problemática.

Referencias

Carmona Arango, Piluca. 2015. Arte entre cenizas: una historia de resiliencia.
Cuadernos de Crisis y Emergencias 14 (1): 61-72.
Ferrari, Lucia Haydee. 1998. La urgencia en la intervención judicial en el abuso
sexual de niños. Psicoanálisis y el Hospital 13: 100- 102.
Galo, María Emilia. 2014. Trastorno por Estrés Postraumático: Un enfoque
terapéutico desde la resiliencia, en Intervenciones en emergencia: Encuentros
Interdisciplinarios, ed. Diego Benegas Loyo, 33-35. Buenos Aires: Timbó Ed.
Raimondi, M. 2009. La urgencia en niños, en Intervenciones y dispositivos clínicos,
en Perspectivas de la clínica de la urgencia, 156- 161. Buenos Aires: Grama
Ed.
Ruiz, Claudia. 2014. La emergencia en la urgencia, en Intervenciones en
emergencia: Encuentros Interdisciplinarios, ed. Diego Benegas Loyo, 15- 17.
Buenos Aires: Timbó Ed.
Intervenciones en emergencia 29

Melillo, A. y E. N. Suárez Ojeda. 2008. Resiliencia: Descubriendo las propias


fortalezas. Buenos Aires: Paidós.
Sarmiento, Varela. 2005. Violencia Familiar, en La psicología en el campo Jurídico,
Buenos Aires: E.U.A.
Vanistendael, S. y J. Lacomte. 2000. La felicidad es posible. Despertar en niños
maltratados la confianza en sí mismos: construir la Resiliencia. Barcelona:
Gedisa.

Nelly Velázquez. Estudiante de último año de la Licenciatura en Psicología en el


IUCS Fundación Barceló. Intereses académicos incluyen psicología evolutiva, de
emergencias y psicoterapia sistémica. Objetivos profesionales incluyen el trabajo
con niños y adolescentes y las problemáticas de violencia familiar, maltrato y abuso
sexual infantil.
II. INSISTIR
5. Derecho a tener derechos – memoria e identidades para la lucha

Eduardo Viera

Primera imagen, obreros tirados en la vereda (banqueta) de las calles de mi barrio


con las manos en la nuca y fusiles apuntándoles; las sirenas de las fábricas
llamando a lucha y alerta; la camiseta blanca de mi primo manchada de sangre
traída “gentilmente” por las fuerzas conjuntas en una reunión familiar; los
comunicados en la radio y en la tele.... Y la indignación actual cuando un líder
popular -al que queremos y reconocemos mucho, el “Pepe” Mújica- cree que “esto
se va a acabar cuando nos muramos todos los que estuvimos en eso”; una
indignación mucho más profunda cuando nuestro presidente, representante de la
izquierda nacional –que tanto costó lograra llegar a gobierno- plantea la posibilidad
de reunir a los viejos líderes del movimiento guerrillero y a los mandos del ejército
para una charla que permita construir la paz; indignación que prosigue cuando se
habla del día del Nunca Más con desfiles militares conmemorando el natalicio de
nuestro prócer histórico, el libertador libertario José Gervasio Artigas.

En fin, muchas imágenes que vinieron, de antes y de ahora, que permiten


comprender que no hay tiempos lineales, desde la propia vivencia. Reconocimiento
de las elecciones de praxis que elijo desarrollar en mi tarea como psicólogo.
Encuentros con el dolor, la bronca y la esperanza de que hay mundos posibles y
necesarios por conquistar. Sentimiento convencido e implicado de que es
imprescindible integrarnos cada vez más los países latinoamericanos para hacer real
los nunca más y para pelear el día a día contra las violencias a los derechos
humanos que se siguen realizando con los oprimidos de siempre, los vulnerados a
quienes se llama vulnerables, marginados, excluidos. Sentimiento e idea de que los
derechos humanos deben dejar de ser lindas declaraciones de intenciones “pour la
gallerie”. Ganas que todas y todos los que creemos que hay que luchar por una
justicia real –no de papeles y trámites burocráticos- estemos cada vez más
unidos/as para apoyarnos y construir una paz verdadera, no sostenida en la
impunidad a tanto dolor provocado por proyectos políticos, filosóficos, económicos,
donde las personas pasan a ser números o costos sociales a favor de los $.
32 Situaciones catastróficas

Se hizo mucho en nuestra historia, se hace mucho aún y hay mucho por
hacer.

“Pero al hablar de trauma psicosocial se quiere subrayar también otros dos


aspectos, que con frecuencia tienden a olvidarse: (a) que la herida que afecta a las
personas ha sido producida socialmente, es decir que sus raíces no se encuentran
en el individuo sino en su sociedad, y (b) que su misma naturaleza se alimenta y
mantiene en la relación entre el individuo y la sociedad, a través de diversas
mediaciones institucionales, grupales e incluso individuales. Lo cual tiene obvias e
importantes consecuencias a la hora de determinar qué debe hacerse para superar
estos traumas.”

En este planteo se juntan diversas vivencias y consideraciones importantes


para la temática del post conflicto que deseamos trabajar ahora: la dictadura en
nuestro país, Uruguay1 Una “huella desfavorable” ha quedado en cada uno de
nosotros/as y esto no depende de las lógicas de un tiempo lineal. Pensamos que las
situaciones socio-políticas deben pensarse en un sentido genealógico donde aquello
vivido tiene efectos actuales y los sucesos no tienen “fecha de cierre”. Mucho de lo
que nos sucede o actuamos como ciudadanos actualmente seguro tiene
componentes de lo sufrido y aún por elaborar. Nos preocupan las dificultades para la
participación (convocatoria, eficacia, logro, posibilidades); nos cuestionamos la
instauración de un cierto individualismo y de vínculos competitivos (“sálvese quien
pueda”); el policía, el militar ha quedado signado en la imagen de la desconfianza y
el represor; la justicia con una balanza no fiable; las utopías como un sueño idealista
para los “loquitos”... Tantas cosas, tanto por conocer, por asumir, por develar. El
mismo hecho de asumir que hubo una derrota, que el movimiento social fue
arrasado en un momento histórico, que se perdieron batallas cargadas de muchos
sueños2 . Como plantea Elizabeth Lira trabajando la memoria de la dictadura en
Chile: “...ampliar el conocimiento del pasado contribuyendo a que la memoria de ese
pasado no quede anclada únicamente a la represión política y sus consecuencias”3.

1
Trabajaremos sobre el trauma psicosocial específico en nuestro país, aunque consideramos que
debemos hacernos cargo de la situación vivida en todo el continente, apropiarnos de nuestros dolores
y esperanzas colectivas pues sólo así también podremos encarnar un NUNCA MAS que deberá ser
del continente agredido y explotado desde hace demasiado tiempo
2
Pero no se perdió la guerra.
3
Lira, Elizabeth, “Chile: Dilemas de la memoria política” en Coloqui Memorial Democratic: Politiques
Publiques de la Memória.
Intervenciones en emergencia 33

Creemos que importa considerar todo lo vivido, asumir las contradicciones, no hacer
una lectura simplista de “héroes y malditos”4 que nos hace daño para enfrentar la
lucha por el Nunca Más de estas situaciones vividas, pero también para la
construcción de proyectos colectivos hacia mundos posibles y necesarios.

En nuestro país la instauración del régimen dictatorial tuvo resistencias y


complicidades, análisis visionarios y visiones ingenuas. Se creyó en militares
progresistas (“peruanistas”) que iban a enfrentar a la oligarquía y romper con la
corrupción económica y política. Se peleó y se negoció. Aún hoy quedan dudas y
sospechas sobre las posiciones y posicionamientos de cada uno: el que denunció, el
que no soportó la tortura y confesó, el que “vendió” una huelga, el que decía una
cosa y hacía otra, el que pudo haber sido “tira”5 , el político que se acomodó, el que
se fue, el....La dictadura como tal instauró espacios de sospecha y miedo6 La
sospecha, el miedo, son un excelente insumo para cualquier proyecto neoliberal que
apuesta a la libre competencia y el individualismo. El otro es una alteridad rival, no
un Compañero para co-operar en un proyecto colectivo.

Entonces, luego hablamos del “post conflicto”. Nos preguntamos si resulta


adecuado ese término. ¿Será que ya no estamos en el conflicto? o ¿hay un conflicto
reprimido, ocultado, que insiste desde lo no resuelto? Torturados, exiliados,
detenidos-desaparecidos, un país entero encarcelado, categorizado, controlado. Un
país con miedo y des-esperanzado.

En este país surgen naturalizaciones como que vivimos tiempos donde “la
violencia se ha acrecentado de forma alarmante, de una forma nunca vista antes”7
quedando fuera de registro que durante 12 años -y con varios años previos- de
enfrentamientos urbanos, acciones paramilitares, asesinatos y golpizas,
apresamientos, cierres de medios masivos de comunicación, etc.. El país vivió
situaciones de violencia en todos los planos en los que podemos definir a ésta8

4
Usamos esta expresión pues refiere a una reciente confrontación de ideas con un compañero
guatemalteco referido a lo vivido en nuestro continente.
5
Término utilizado para los miembros de las fuerzas conjuntas infiltrados en los movimientos
populares y clandestinos.
6
Lira, Elizabeth, “Chile: Dilemas de la memoria política” en Coloqui Memorial Democratic: Politiques
Publiques de la Memória, p. 10.
7
Comentario habitual referido por los medios de comunicación y repetido a-críticamente por personas
de diversas pertenencias y formación educativa.
8
A este respecto dice Elizabeth Lira: “La violencia delictual y callejera y el aumento de las denuncias
de violencia doméstica fueron aspectos destacados en algunos países al término de las dictaduras.
34 Situaciones catastróficas

Como dice Paul Ricoeur: “Podemos hablar de un olvido de huida, como


estrategia de la evitación, como empresa de mala fe, que hacen del olvido una
empresa perversa. Es la obstinación de no saber...”9

El primer presidente, culminada (¿culminada?) la dictadura fue Julio María


Sanguinetti, del Partido Colorado, uno de los partidos tradicionales de derecha en
nuestro país. La consigna electoral de su candidatura era “Por un Cambio en Paz” y
en su discurso, ya presidencial, nos recomendaba “No tener los ojos en la nuca”10

Algo del orden del no recuerdo, de no querer volver a revivir situaciones


traumáticas, ha quedado instalado en nuestra cotidianeidad. De hecho, durante
mucho tiempo, se siguió utilizando de forma subrepticia o evidente el recurso al
miedo, a la posibilidad de “que podían volver”. Por ello, se pudo establecer en el
país una ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, refrendada en las
urnas, por miedo. Trauma psicosocial no elaborado que sigue insistiendo desde sus
silencios ruidosos.

Consideramos que la última dictadura militar uruguaya ha producido y


produce efectos en las personas afectadas directamente, y en la sociedad toda, y
marcó y marca huellas indelebles de atropellamiento a los derechos humanos.

La aplicación de un régimen de terrorismo de Estado, y estrategias como la


desaparición forzada, la prisión política prolongada, la aplicación sistemática de la
tortura y el exilio, se utilizaron como forma de control social, y se dirigieron como una
amenaza abierta contra el conjunto de la sociedad, para que se advirtiera el horror
de lo siniestro como realidad concreta. Acordamos con Lira que “la elaboración

Se podría pensar que los efectos de la guerra y la represión política habían sido factores que habían
influido en la exacerbación de otras formas de violencia, pero se hace difícil distinguir los efectos
específicos de la represión en los distintos grupos sociales, y entender estas formas de violencia
como desplazamientos o secuelas de la violencia política. El discernimiento se hace más complejo
aún al combinarse el empobrecimiento, el desempleo, las distintas formas de exclusión, el
alcoholismo, las drogas, las discriminaciones de diverso tipo, la represión política como tal y en
algunas partes, los efectos de la desmovilización de los ex combatientes y una gran disponibilidad de
armas entre los civiles” (Lira, E. “Consecuencias psicosociales de la represión política”)
9
Ricoeur, Paul, “Mémoire, oubli, pardon” en Alain Houziaux, 1998, La religion, les maux, les vices,
Presses de la Renaissance, Paris, p 197; citado en Lira, E; Morales, G., Derechos humanos y
reparación. Una discusión pendiente, Lom Ediciones
10
Entre otras cosas porque con los ojos en la nuca también podíamos reconocer su propia acción en
tiempos de la dictadura siendo el autor de una ley de educación que reprimió toda acción colectiva de
transformaciones posibles.
Intervenciones en emergencia 35

social del pasado conflictivo implica un proceso político y psicosocial, requiere:


Verdad, Reparaciones para las víctimas, y Justicia”11

En el caso uruguayo, consideramos que los efectos se continúan (y se


agudizan) por la “solución” que los dirigentes políticos propusieron, y que “el pueblo
refrendó en las urnas”. Este intento de “clausura del pasado” con la Ley de
Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (Ley Nº 17.848), y la modalidad de
aplicación sistemática que han asumido los gobiernos de turno, al legalizar la
ilegalidad y alentar las políticas de desinformación de lo sucedido, subvierte el orden
democrático y profundiza el daño psicosocial.

“(…) el daño no es algo que cese porque la causa haya cesado con la
terminación de las dictaduras y el terror de Estado, sino algo que sigue aconteciendo
sustancialmente como efecto de la impunidad y la no reparación y la consiguiente
frustración en relación a los ideales de Justicia, con la repercusión que esto tiene en
las expresiones subjetivas”12

Estos elementos afectan a la institucionalidad y la socialización a través del


descrédito, la desconfianza y “sensación” de peligrosidad de los proyectos
colectivos. Efectos que la resistencia social ha intentado sistemáticamente combatir,
y que políticamente se han intentado abordar desde lógicas diversas en la última
década.

Oficialmente, es con la Comisión para la Paz (2002) que se reconoce la


existencia de desaparecidos en Uruguay, y con diversos mecanismos legales se
intentan “saldar” los vacíos legales producidos (fundamentalmente ligados a las
situaciones de los afectados directos).

Desde 2005, comienzan a aparecer ciertos atisbos de aplicar la justicia y


reconstruir la verdad: inhumación de restos de detenidos desaparecidos,
procesamientos judiciales de algunos de los más conspicuos torturadores, asesinos
y delincuentes; creación de Museos de la Memoria, etc.

Sin embargo, nuestro país que se ha caracterizado por firmar diferentes


acuerdos internacionales en materia de Derechos Humanos incluso en plena etapa

11
Lira, E. Material modulo Memoria, Justicia y …
12
Scapusio, Miguel. Transgeneracionalidad del Daño. En. VII Jornadas de Psicología Universitaria.
Diez años de la creación de la Facultad de Psicología. Tradinco. Montevideo, 2004.
36 Situaciones catastróficas

dictatorial, ha omitido en muchos casos dar cumplimiento efectivo de estos avances


legales, en el ordenamiento interno tanto a nivel de la incorporación de figuras
legales como a nivel de dar la más amplia difusión a los ciudadanos.

Sigue pesando sobre el aparato judicial una ley de impunidad o de


“Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado” que ata las manos, los ojos, la
palabra a tanto dolor que construye la memoria a construir, y que limita las
posibilidades de reparación integral a los afectados directos y la sociedad toda.13

“A nuestro juicio, nada de lo que se destruyó se logrará recuperar en las


mismas condiciones como se perdió. Nadie podrá dar vida a los muertos, hacer
reaparecer a los detenidos-desaparecidos, eliminar la experiencia de la tortura de la
mente de las personas que la sufrieron. Tenemos que intentar reparar, pero sin la
ilusión, como se expresa en las palabras respectivas en idioma alemán, que se
podría recuperar lo perdido”14

Los intentos de reparación a las víctimas, se reducen a tenues aspectos


jurídicos, y la asistencia psicosocial continúa -como desde la re apertura
democrática- a cargo de organizaciones civiles.

En diversos ámbitos, fundamentalmente en el político- mediático, continúa


pesando la “teoría de los dos demonios”, las ideas de “eso era una guerra” (idea
mantenida por sectores castrenses); y la idea fuerza que “esto se arregla cuando se
mueran los actores directos” (idea sostenida públicamente por José Mujica, miembro
de la dirigencia del Movimiento de Liberación Tupamaros, rehén de la dictadura
militar, diputado, senador, y ex ministro del actual gobierno nacional). Hay ciertas
“banderizaciones” que continúan vigentes, al tiempo que nuestros sistemas
educativos costosamente incorporan algunos elementos del pasado reciente, y el
bombardeo mediático poco colabora con las posibilidades de construcción de
memorias.

Carlos Madariaga, trabaja el concepto de retraumatización de la impunidad,


señala que “la impunidad es el mecanismo fundamental de esta recurrencia del

13
Actualmente la organización sindical de los trabajadores PIT - CNT, junto con organizaciones de
familiares y ex presos políticos y otras organizaciones sociales se encuentran abocadas a una
campaña para anular dicha ley.
14
Becker, David; Calderón, Hugo. “Traumatizaciones extremas, procesos de reparación social, crisis
política”, pp. 67-75
Intervenciones en emergencia 37

trauma; cada nueva circunstancia o suceso que pone en evidencia la impunidad en


la conciencia de las víctimas y sus familiares opera como gatillante del sufrimiento
psíquico”.15

Y sin embargo, los procesos desarrollados por grupos y asociaciones de


personas afectadas directamente, y sus profundos intentos de dar testimonio,
sostienen la lucha por la verdad, la justicia y el “nunca más”. Adolfo Pérez Esquivel
decía, respeto a los relatos orales: “La memoria nos ayuda a iluminar el presente y a
generar el futuro en la vida de los pueblos y en nuestras propias vidas. La historia es
memoria de la vida de los pueblos, que se fue construyendo en el tiempo, entre
luces y sombras, entre el dolor y la resistencia.” (8 marzo 2006)

Creemos que es responsabilidad de la Psicología universitaria aportar desde


su especificidad tanto en el proceso de reconstrucción de la memoria colectiva, que
aparece como imprescindible a más de veinte años de finalizada la dictadura, y
luego del intento infructuoso e imposible de cancelar, un pasado que todavía es
presente en nuestra sociedad.

Porque vivimos en un país donde la pobreza, el desempleo, la discriminación


de género, niñ@s adolescentes y adult@s en situación de calle, violencia doméstica,
cárceles desbordadas espacial y jurídicamente, parecen irse naturalizando.

Porque los derechos humanos –no sólo singulares, sino los derechos de
colectivos y de pueblos- siguen siendo una constante búsqueda por construir más
allá de cualquier acuerdo internacional firmado.

Porque también se producen ese tipo de catástrofes puntuales, donde


comunidades enteras sufren el dolor de la ruptura drástica de su cotidianeidad y
donde los propios agentes encargados de la acción urgente, cuentan con muy pocos
recursos materiales y simbólicos para sostener y apoyar.

Pensamos a la Universidad, y específicamente a nuestra Facultad en tanto


ámbito social y de salud, como un imprescindible espacio para extender, investigar,
producir conocimientos; sensibilizar, multiplicar y fomentar la acción y generación de
agentes aptos para trabajar y enfrentar el tipo de situaciones antes enunciadas.

15
Madariaga, C. Modernidad y retraumatización: lo público y lo privado en el sujeto social chileno.
CINTRAS, EATIP, GTNM/RJ, SERSOC. Paisajes del dolor, Senderos de esperanza. Salud Mental y
Derechos Humanos en el Cono Sur. Buenos Aires: Ed. Polemos, 2002.
38 Situaciones catastróficas

Nuestro compromiso es aportar desde lo profesional y ciudadano en las


tareas necesarias para lograr que los derechos humanos, en su dimensión de
defensa, protección y promoción de la dignidad humana, sean realmente parte de la
vida cotidiana de las personas. –

Desde estos marcos de referencia: la tarea es liberar de los efectos de la


violencia y liberar de los opresores internalizados que oprimen la acción hacia
“mundos posibles” siempre necesarios.

Como un referente de estas luchas históricas en búsqueda de esas


liberaciones queremos culminar esta reflexión con José Luis Rebellato: “El gran
desafío de hoy en día es la construcción de la esperanza, no como ideal abstracto,
sino como alternativa, donde los sectores populares sean real y efectivamente
protagonistas. La tarea es enorme, pues el modelo neoliberal persiste con su fuerza,
arrogancia y dogmatismo. Más aún, está encontrando caminos para darse un rostro
social y humano. Los organismos internacionales – como el Banco Mundial- han
tomado nuestras banderas y hablan de combate contra la pobreza, de investigación
– acción, de alianzas, de participación, de empoderamiento. Se requiere de nosotros
una profunda exigencia y rigurosidad en expresar lo que realmente buscamos
construir cuando utilizamos esas categorías. Pero, sobre todo, se requiere una
fidelidad creativa a un proyecto donde los sectores populares, sus organizaciones,
sean fuente inspiradora y protagónica. Vivimos tiempos de crisis, de desafíos, de
esperanzas. Vivimos tiempos de encrucijadas históricas. Esto requiere de nosotros
lucidez, entrega a una tarea liberadora, adhesión a la utopía mediatizada en
proyectos efectivos. Requiere resistencia y propuesta, radicalidad y sentido del
límite. Requiere adhesión a un proyecto de autonomía que encuentra en la
construcción del desarrollo local y sostenible, basado en los poderes de los sectores
populares, una tarea de importancia insustituible, pero que busca proyección a nivel
continental y mundial. Requiere construir una globalización de signo contrario a la
globalización neoliberal. Una globalización de la solidaridad. Una verdadera
internacional de la esperanza. Un mundo donde quepan todos los mundos”
Noviembre. 1991
Intervenciones en emergencia 39

Bibliografía

CINTRAS, EATIP, GTNM/RJ, SERSOC. 2002. Paisajes del dolor, Senderos de


esperanza. Salud Mental y Derechos Humanos en el Cono Sur. Buenos Aires:
Ed. Polemos.
Lira, E. sf. “Consecuencias psicosociales de la represión política” Lira, E., “Chile:
Dilemas de la memoria política” en Coloqui Memorial Democratic: Politiques
Publiques de la Memoria.
Lira, E; Morales, G. sf. Derechos humanos y reparación. Una discusión pendiente,
Lom ediciones.
Rebellato, J. L. 2000. Ética de la Liberación. Montevideo: Nordan / Comunidad.
Riquelme, H., ed.1990. Era de nieblas. Derechos humanos y terrorismo de Estado y
salud psicosocial en América Latina, editorial Nueva Sociedad, Venezuela.
Scapusio, M. 2004. Transgeneracionalidad del Daño. En. VII Jornadas de Psicología
Universitaria. Diez años de la creación de la Facultad de Psicología. Tradinco.
Montevideo.
SERPAJ. 1991. Vale la pena. 10 años por la paz y los derechos humanos, Serpaj,
Uruguay

Eduardo Viera. Licenciado en Psicología y Magíster Estudios Latinoamericanos,


Universidad de la República, Uruguay. Diplomado y Especialista en Intervenciones
en Violencia Política y Catástrofes, Universidad Complutense de Madrid. Profesor
Adjunto, Instituto Psicología de la Salud, Facultad de Psicología, Coordinador
investigación “Derecho a la ciudad e inseguridad”, UdelaR. Responsable
intervenciones en coordinación con Ministerios, Red contra Violencia y Maltrato y la
ONU.
6. Extranjeridades y silencios

Dinorah Otero

Walter Benjamin (1936) sitúa un quiebre en la tradición narrativa desde la “Gran


Guerra”; nota que los que regresan de la misma lo hacen enmudecidos, sin historias
que contar, sin la posibilidad de narrar1. Así pensaba también yo, en mi práctica
clínica, ante lo que podría bautizar como “pequeñas guerras” relativas a posibles
efectos subjetivos de la segregación y el racismo. No escuchaba, había solamente
silencios, quienes llegaban a consulta tampoco parecían tener historias para narrar.
¿Pero es que no había historias para contar o no había espacio para la escucha?
¿Había un silenciamiento de las voces? ¿Se trataba de silencios o sorderas?

Del silencio fueron emergiendo voces. Cuando las primeras voces se alzaban
o cuando las pude empezar a escuchar, cuando de los silencios o de las sorderas
surgieron voces, se escuchaba que ellas nombraban, enunciaban, producían dichos
que daban cuenta de un malestar, que denunciaban sufrimientos. Esas voces
revelaban distintas maneras de subjetivar lo que socialmente los atravesaba.

De acuerdo al psicoanálisis, existe una dimensión social del síntoma. Cada


voz iba contando de manera diferente modos de vivir las extranjeridades. Teniendo
en cuenta que lo social/cultural es constituyente del sujeto, no se puede desconocer
que cuando se padece del racismo y la segregación, cuando se sufre el rechazo del
Otro social, cuando lo extranjero no es alojado, produce efectos subjetivos.
Nuevamente, la manera de subjetivar ese rechazo es singular.

¿Cómo pensar la segregación, el racismo? Si desde el psicoanálisis se las


puede considerar como formas que adopta el malestar en la cultura, pienso que en
el marco de los desarrollos de Walter Benjamin, pueden ser asociadas con
catástrofes. De este modo se refiere a un cuadro de Paul Klee que se titula Angelus
Novus:

“En él se muestra a un ángel que parece a punto de alejarse de algo que le


tiene paralizado. Sus ojos miran fijamente, tiene la boca abierta y las alas
extendidas; así es como uno se imagina al Ángel de la Historia. Su rostro está
1
Benjamin distingue entre la transmisión “boca a boca” de aquella que tiene que ver con la escritura
de libros acerca de la guerra.
Intervenciones en emergencia 41

vuelto hacia el pasado. Donde nosotros percibimos una cadena de


acontecimientos, él ve una catástrofe única que amontona ruina sobre ruina y
la arroja a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos y
recomponer lo despedazado, pero desde el Paraíso sopla un huracán que se
enreda en sus alas, y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas.
Este huracán le empuja irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda,
mientras los escombros se elevan ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo
que nosotros llamamos progreso” (Benjamin, publicado en 1942).

Las palabras de Benjamin resuenan para mí con aquellas de Jacques Lacan del año
1973 en "Televisión", cuando es interrogado acerca del racismo: “¿De dónde le
viene a usted la seguridad de profetizar un ascenso del racismo? ¿Y por qué diablos
decirlo?” A lo cual Lacan responde: “Porque no me parece divertido y sin embargo
es verdadero”. Cuando uno “se mezcla”, el otro aparece como el intruso, el invasor.
La intolerancia es en relación con el goce del Otro. El odio, el no soportar la
extranjeridad conduciría a extremos como la reducción del otro a la condición de
resto. Así, Lacan anticipa en el porvenir las formas más extremas del racismo,
formulando la posibilidad amenazante del retorno de un “pasado funesto”.

La segregación apunta a eliminar la diferencia. Siguiendo a Freud (1921), el


extranjero, en su alteridad introduce lo extraño, conmoviendo en el sujeto su
posición respecto del Ideal del yo. Recordemos, también, las referencias freudianas
acerca de lo siniestro (1919) como ello que sale a la luz cuando “ciertos complejos
infantiles reprimidos son reanimados por una impresión exterior”. Una de las
referencias de Lacan acerca de la segregación la encontramos en la “Proposición
del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”, cuando hace
mención de los campos de concentración: “Lo que vimos emerger, para nuestro
horror, representa la reacción de precursores en relación con lo que se irá
desarrollando como consecuencia del reordenamiento de las agrupaciones sociales
por la ciencia, y especialmente de la universalización que esta introduce en ellas.
Nuestro porvenir de mercados comunes encontrará su contrapeso en la expansión
cada vez más dura de los procesos de segregación”. La universalización conlleva,
así, un borramiento de la singularidad, invisibilizando y/o silenciando lo propio, lo
singular.
42 Situaciones catastróficas

De acuerdo a Walter Benjamin, la Creación y la Caída/la catástrofe


pertenecen a un mismo momento, entonces la única salida posible es trabajar a
partir de -y con- la catástrofe. ¿Y cómo pensarlo desde el psicoanálisis? Si los
silencios o las sorderas se relacionan con efectos de segregación y racismo; el
contar y el escuchar aparecerían como maneras de nombrar el malestar, de cernirlo,
alojando la diferencia, la extranjeridad. Y, creo yo, esa es la apuesta de aquel en
posición de analista.

Referencias

Benjamin, Walter. 2000. “El Narrador”, Ed. Metales pesados, Santiago de Chile.
Benjamin, Walter. 2009. “Sobre el concepto de historia” en Conceptos de filosofía de
la historia, Terramar Ediciones, Buenos Aires.
Freud, Sigmund. 1989a. “Lo siniestro” en Obras Completas, Vol. XVII, Amorrortu,
Buenos Aires.
Freud, Sigmund. 1989b. “Psicología de las masas y análisis del yo” en Obras
Completas, Vol. XVIII, Amorrortu, Buenos Aires.
Lacan, Jacques. 2012a. “Televisión” en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires.
Lacan, Jacques. 2012b. “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista
de la Escuela” en Otros Escritos, Paidós, Buenos Aires.

Dinorah Otero. Licenciada en Psicopedagogía (Universidad CAECE), Master en


Social Work (New York University), Maestranda en Psicoanálisis (UBA). Se
desempeña en el área clínica y educativa. Autora de artículos, docente en el nivel
terciario, profesora en el IUCS Fundación Barceló y capacitadora de profesionales
psicopedagogos, psicólogos, trabajadores sociales y docentes.
dinorahotero@yahoo.com
7. La urgencia en salud mental: consideraciones desde el enfoque de derechos
humanos

María Laura Romero

El presente trabajo tiene como objetivo reflexionar sobre la urgencia en salud mental
desde el enfoque de derechos humanos, siguiendo los lineamientos de la ley
nacional 26.657, de salud mental. Allí la salud mental es definida como: “un proceso
determinado por componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y
psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una dinámica de
construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales
de toda persona”.

Entendiendo la salud mental como un proceso multideterminado, en las


intervenciones en situaciones de urgencia en salud mental es necesario tener en
consideración la complejidad y la particularidad de cada situación en su contexto.

En la urgencia se pueden distinguir distintas dimensiones (Sotelo 2005, 100)

Las ligadas a la gravedad del caso, implica el cuidado y la promoción de


mejora de la salud mental.

Las de orden social y jurídico: vinculadas a derechos y responsabilidades.

La de orden psíquico: vinculada a las vivencias subjetivas.

Un abordaje adecuado de la urgencia en salud mental que tenga en cuenta


estas dimensiones puede facilitar que la crisis resulte una oportunidad para
favorecer el bienestar mental y evitar que se altere de manera significativa las
condiciones de vida preexistentes.

La intervención en las urgencias de salud mental puede resultar determinante


en la evolución de la salud por eso desde el enfoque de derechos humanos se
plantea brindar una atención pronta, digna, receptiva y humanitaria.

En los lineamientos para la atención de la urgencia en salud mental (MSAL


2013), el Ministerio de Salud de la Nación Argentina, define la urgencia como:

Toda situación transitoria que irrumpe y altera las funciones psíquicas, el


desempeño habitual y que supone un alto nivel de padecimiento, de tal manera que
44 Situaciones catastróficas

la persona, el entorno y/o el personal sanitario, consideran que requiere atención


inmediata. Implica una crisis que puede tener causas orgánicas, psíquicas y/o
sociales y constituye una ruptura del equilibrio vital. La urgencia es un emergente del
estado de malestar. No es un acontecimiento aislado sino parte del proceso de
salud-enfermedad, en el que la persona debe ser asistida de manera integral (bio-
psico-social) en el ámbito socio-sanitario y requiere de un seguimiento para evitar la
recurrencia.

Teniendo presente las consideraciones sobre la urgencia en salud mental,


urgencia que “convoca a respuestas siempre urgentes” (Benegas Loyo 2014,10) y
siguiendo el enfoque de derechos humanos que “supone la presunción de capacidad
de todas las personas así como el respeto de sus derechos ciudadanos como
requisito para el desarrollo y sostenimiento del bienestar mental” se puede concluir
la presente reflexión invitando a pensar la urgencia como una oportunidad espacio-
temporal para el trabajo en equipo interdisciplinario. Este es entonces, un trabajo en
el que las responsabilidades son compartidas, ya que cada situación es particular,
compleja y está atravesada por múltiples determinantes. Se trata de un trabajo en el
que cada profesional se implica humanamente en la tarea y se nutre en el
intercambio de manera tal que cada situación de urgencia resulta un aprendizaje
constante que provee de mejores instrumentos para un abordaje eficaz y, porqué no,
exitoso.

Referencias

Benegas Loyo. 2014. Manifiesto urgente, en Intervenciones en emergencia:


encuentros interdisciplinarios, ed. Diego Benegas Loyo, 10-12. Buenos Aires:
Timbó Ed.
MSAL (Ministerio de Salud de la Nación – Argentina). 2013. Lineamientos para la
atención de la urgencia en salud mental. Buenos Aires: Ministerio de Salud de
la Nación. Disponible en: http://www.msal.gov.ar/saludmental/ images/ stories/
info-equipos/ pdf/2013-10_lineamientos-atencion-urgencia-salud-mental.pdf
(1/6/2015)
Sotelo, Inés. 2005. La invención de un lugar para la urgencia, en Tiempos de
urgencia: estrategias del sujeto, estrategias del analista, comp. Inés Sotelo,
97-104. Buenos Aires: JCE.

María Laura Romero. Estudiante de quinto año Licenciatura en Psicología IUCS


Fundación Barceló. También cursó estudios en Psicopedagogía y en Sistemas en la
Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Ayudante en proyecto de
investigación. Intereses en psicoanálisis y psicología social y comunitaria.
8. Argentinazo versus crisis orgánica 2001

Romina Cuevas

La ocurrencia de grandes y drásticos cambios en las estructuras conocidas, que en


otros ámbitos llamamos “catástrofe”, es referido en los estudios histórico-sociales de
diferentes formas, como “crisis”, “rebelión” o incluso “revolución”. En el presente
trabajo abordamos diferentes lecturas, análisis e interpretaciones que se han hecho
sobre la crisis política-económica-social del 2001 ocurrida en la Argentina. Ponemos
a dialogar dichas interpretaciones construidas por diversos sectores políticos,
protagonistas fundamentales de los acontecimientos que cristalizaron el fin del
neoliberalismo en la Argentina.

Por un lado, destacamos la interpretación y accionar de los partidos de la


izquierda trotskista, como el Partido Obrero (PO), el Movimiento Socialista de los
Trabajadores (MST) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), como así
también por el Partido Comunista Revolucionario (PCR) y la Mesa Nacional
Piquetera que han calificado a los sucesos de diciembre de 2001 como una rebelión
popular, llamándolo “Argentinazo”. Por otro lado tenemos la interpretación de estos
acontecimientos como una “crisis orgánica” que también acompañó el accionar de
los partidos de izquierda y que abordaremos desde lo producido teóricamente.

Argumento que esas interpretaciones determinaron los modos de intervención


sobre la realidad material-concreta que estos diversos actores políticos desarrollaron
durante el periodo de esa crisis. Destaco fundamentalmente una cierta la dificultad
para articular con otros sectores, o con el conjunto de la sociedad movilizada, la
posibilidad de construir una alternativa política que diera una respuesta “superadora”
a tal crisis; es decir los obstáculos para la construcción en ese contexto de una
alternativa política de izquierda.

Romina Cuevas. Estudiante de Licenciatura en Historia en el Instituto Universitario


Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMa)
romyfjc@hotmail.com
III. ESPERAR
9. Catástrofes, crisis y desastres: conceptualizando lo disruptivo en las
ciencias sociales

Ayelén Colosimo
48 Situaciones catastróficas

Ayelén Colosimo. Licenciada en Historia (IUNMa), especializando en Gestión


Cultural y Políticas Culturales (UNSAM), docente universitaria. Investigación sobre
construcción de la memoria colectiva en la historia argentina reciente. Integrante
equipo de investigación “Trauma, Catástrofe y Redes Sociales”, IUCS Barceló.
ayelen.colosimo@gmail.com.
10. Intervención temprana interdisciplinaria en personas damnificadas por la
inundación en la ciudad de La Plata el 2-3 de abril de 2013

María Teresa Ravagnan y María Laura Zanatta

El presente trabajo describe la experiencia de una intervención temprana


interdisciplinaria realizada en un grupo de 30 empleados del Correo Oficial de la
República Argentina, damnificados por la inundación de la ciudad de La Plata el 2-3
de abril de 2013, por el equipo de Salud Mental de la Gerencia de Salud y Seguridad
Ocupacional de la misma empresa.

Se refiere la finalidad del diseño acordado: –la prevención de patologías


psicológicas-psiquiátricas, derivadas del impacto traumático inmediato y –la
promoción del fortalecimiento de los recursos potenciales hacia la salud.

Se señala la metodología utilizada para cumplir los objetivos: -una evaluación


del impacto traumático inmediato a través del Cuestionario de Estrés Inmediato, de
L. Crocq, D. Cremnitier y J. M. Coq; -una orientación médica-psicológica-psiquiátrica,
-un seguimiento hasta el año de todos los empleados, incluso de los no afectados
inicialmente y –un acompañamiento en la etapa de reconstrucción.

Se describe la importancia de las visitas domiciliarias iniciales, durante las


cuales se efectuó una escucha empática, que favoreció la expresión afectiva de lo
vivido. Y también la facilitación de una guía escrita de orientación frente a las
catástrofes, (realizada por el Grupo de Emergencias del Colegio Oficial de
Psicólogos de Madrid). Posteriormente se refieren las entrevistas de manera
individual y grupal en los lugares de trabajo y en los consultorios, con la
administración de cuestionarios especialmente diseñados para el cotejo de la
evolución.

Se menciona dentro de la población afectada (6 mujeres y 24 hombres) un


porcentaje del 52 % de impacto traumático inmediato, dentro del cual el 50%
presentó una intensidad leve, el 42% una intensidad moderada y un 8% una
intensidad alta. Se aclara que el 8% estaba atravesando al momento de la catástrofe
una situación adversa personal (separación matrimonial, pérdida de familiares, etc.).
50 Situaciones catastróficas

Se reseña también el acompañamiento realizado durante la etapa de


reconstrucción material y recuperación emocional, a través de las entrevistas
grupales.

Como resultados se refiere que la totalidad de los empleados retomaron a los


pocos días sus puestos de trabajo, logrando una creciente adaptación, sin
registrarse a la fecha síntomas de estrés post-traumático.

Se concluye entonces la contribución de este tipo de intervención para la


prevención de sintomatología en el área de la salud mental y la posibilidad de un
futuro desarrollo resiliente, dependiendo éste último de otros factores intervinientes.

María Teresa Ravagnan. Licenciada en Psicología UB. Especialista en


Psicodiagnóstico de Rorschach. Docente asociada en la Universidad del Salvador.
Docente adjunta en la Fundación Barceló y Docente titular en Asappia. Investigadora
Asociada en la Universidad del Salvador. Colaboradora en el Equipo de Salud
Mental del Correo Oficial de la República Argentina.

María Laura Zanatta. Licenciada en Psicología U.B.A. Psicóloga de Servicio de


Salud de Correo Oficial. Colaboradora de investigación “Persona bajo la lluvia y
Wartegg” de la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del
Salvador. Práctica clínica en consultorio particular y Centro Dos.
11. Situaciones catastróficas: impacto en el psiquismo de las víctimas,
descripción clínica e instrumentos diagnósticos

Mariana Czapski, Gerardo Laube y Alejandro Palma


52 Situaciones catastróficas

En el trabajo se parte del concepto de situación catastrófica para pensar que uno de
los impactos posibles en el psiquismo es el trauma, que deviene en uno de los
diagnósticos posibles como Trastorno por Estrés postraumático. Se realizó una
búsqueda bibliográfica de los instrumentos diagnósticos. Y se concluye poniendo
énfasis en la importancia del diagnóstico temprano y la orientación a un tratamiento
adecuado.

Mariana Czapski. Doctora en Psicología, Especialista en Psicología Clínica,


Docente Titular del IUCS Fundación Barceló – Facultad de Medicina en grado,
maestría y doctorado. Psicóloga de Guardia y Becaria del Hospital de Infecciosas F.
J. Muñiz.

Gerardo Laube. Médico infectólogo, pediatra. Director de posgrado IUCS Fundación


Barceló. Profesor Titular de Microbiología e Infectología Facultad de Medicina IUCS
Fundación Barceló. Jefe de Guardia Hospital F. J. Muñiz

Pablo Alejandro Palma. Médico especialista en Psiquiatría y Medicina Legal.


Diplomado en Bioética. Vicedirector de la Maestría en Neuropsicofarmacología
Clínica, Profesor Titular de Salud Mental I y Profesor Adjunto de Salud Mental II
Facultad de Medicina del IUCS Fundación Barceló.
12. La ciudad que desnudó el temporal

Estefania Berengan Mendaña


54 Situaciones catastróficas

La ciudad que desnudó el temporal: Un estudio de caso en el que se describen los


modos de organización y participación territorial de las Brigadas Solidarias Hugo
Chávez del Barrio de Los Hornos de la ciudad de La Plata, conformadas en el marco
de la trágica inundación del 2 de abril de 2013 en la ciudad de La Plata. Se
describen y analizan las prácticas y las representaciones asociadas a la
participación y a la intervención comunitarias.

Estefania Berengan Mendaña. Estudiante tesista en la Licenciatura en Sociología,


Universidad Nacional de La Plata. Trabaja en la Subsecretaría de Tierras,
Urbanismo y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires. Docente en el Liceo Víctor
Mercante y en el Rafael Hernández, colegios preuniversitarios de la UNLP.
Participación en proyectos de extensión universitaria vinculados a Salud Campesina
y Salud Comunitaria.
13. Catástrofe y red social: representaciones y prácticas en agrupaciones
activas de Buenos Aires

Diego Benegas Loyo

Diego Benegas Loyo. Psicólogo clínico, docente e investigador social especializado


en trabajo con víctimas de violencia, trauma y población transnacional. Doctorado en
New York University, Licenciado en Universidad Nacional de Córdoba. Profesor
Titular “Interconsulta y Emergencia” IUCS Fundación Barceló. Director proyecto de
investigación “Trauma, catástrofe y acción colectiva”; benegas.loyo@gmail.com.
IV. SALIR
I.
14. Castillo de Abelín: historias de juegos de construcción después de una
explosión

Carina Tumini

“Soy bombero y no tengo miedo.” Así se expresaba un niño que horas antes había
hablado de su miedo a la explosión. Tras un rato de dibujar temores, ocultarlos con
telas sumado a hacer carreritas y saltos de sustos les propusimos a los niñ@s
presentes atar miedos. En el patio había tirados varios pedazos de cintas,
abandonados por los diferentes agentes de seguridad actuantes en la zona (defensa
civil, bomberos, policías). Fue un instante de mirarnos con David, quien prestamente
fue en búsqueda de un rollo nuevo. A lo que en cada viaje fue sumando objetos:
cascos, guantes, mochilas apaga fuego. El entusiasmo se desplegó. Nos habíamos
convertido en una dotación de bomberos dispuestos a salvar nuestro territorio.

El jueves 6 de noviembre de 2014 cuando la ciudad de Córdoba se aprestaba


para dormir fue sacudida por un estallido que se oyó en gran parte de la metrópoli.
Un depósito de la firma Raponi Industrial Química SRL. sufrió primero un incendio y
luego una explosión, cuya onda expansiva causó graves destrozos en la mayoría de
las viviendas cercanas. “La explosión de Barrio Alta Córdoba” tuvo varias
consecuencias, entre ellas una mujer fallecida, 66 personas heridas, una veintena
de viviendas destruidas y otro medio centenar con daños.1 Desde el primer momento
de lo ocurrido empieza a intervenir en el lugar la Dirección General de Emergencias,
comúnmente denominada Defensa Civil Municipal.2 La misma cuenta con una
psicóloga, acompañada de un equipo de intervención en crisis con entrenamiento en
primeros auxilios emocionales. Los mismos realizaron diversas tareas: contención
emocional, visitas domiciliarias, asistencia en la carpa municipal, derivaciones y
asesoramientos varios. Desde el gobierno se planteó un radio de afectación de
nueve manzanas. El Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba en función
del convenio que tiene con Defensa Civil (DC) se pone a disposición de la misma

1
Para mayores datos consultar en www.lavoz.com.ar; http://www.infobae.com/2014/11/07/1607338-
asi-fue-la-explosion-del-deposito-productos-quimicos-cordoba.
2
Cabe destacar que fueron diversos los sectores del estado provincial y municipal intervinientes, no
voy a desarrollar aquí dicha participación sino que me voy a abocar a lo estrictamente vinculado a
esta experiencia puntual.
58 Situaciones catastróficas

con lo cual algunos psicólogos comienzan a colaborar en dichas acciones, siendo mi


función coordinar la participación del Colegio en la zona.

Uno de los dispositivos que desarrolló la Lic. Vega, junto a su equipo de DC-
municipal más el aporte del área operativa, fueron reuniones grupales donde se
aplicó la técnica de Debriefing. Todas las tardes en el Hogar de día “El hornero”
(centro de actividades para adultos mayores perteneciente a la Municipalidad de
Córdoba) durante aproximadamente una semana se acercaban personas que
necesitaban un espacio para compartir lo vivido. Varias madres asistían con sus
niñ@s, otras expresaban su inquietud sobre cambios en las conductas habituales de
los pequeñ@s. Al estar pensada la dinámica para adultos debimos implementar un
espacio separado donde los menores pudieran estar entretenidos. Acompañando y
dando continuidad a esta propuesta de intervención planteada por Defensa Civil
Municipal desde el Colegio de Psicólogos, junto a otros sectores y profesionales,
organizamos y brindamos un espacio de expresión y recreación para los niños y
niñas vecinos de la explosión durante el mes siguiente (diciembre- 2014).

A dos semanas de la explosión las demandas de los padres eran recurrentes:


los niñ@s habían dejado de controlar esfínteres, tenían alteraciones en el sueño –no
podían conciliarlo, pesadillas, querían pasarse al lecho paterno-, no querían alejarse
de los padres, hipersensibilidad a luces o ruidos, hiperactividad entre otras
enumeraciones. En los diálogos con las familias se evidenciaba un cambio de hábito
en la rutina de las mismas. Un ejemplo de esto fue una consulta por una pequeñina
ofuscada, cuyo carácter estaba alterado. Invitamos a la niña de tres años a que
dibujáramos sobre un afiche, el papel fue poblándose de seres y colores (arco iris,
mariposas, árboles, princesas, etc.) Al conversar con la mamá se percató que ya no
había más idas a la plaza, a lo de la abuela; las palabras con los vecinos, en la
mesa familiar, en la televisión y al celular tenían un solo eje: la explosión y sus
daños. Los niñ@s ya no salían a jugar ni a pasear no sólo por sus propios temores
sino porque sus padres ahora estaban esperando a que pasaran las asistentes
sociales, vidrieros, herreros, etc. sumado al temor a los robos al estar las viviendas
expuestas. Además observábamos que en las filas frente al camión del Registro
civil, a la carpa municipal, a la oficina móvil de Desarrollo Social estaban adultos con
niñ@s de diferentes edades. La continuidad de un espacio para los más pequeñ@s
del barrio fue vista como una posibilidad de seguir dialogando con los padres acerca
Intervenciones en emergencia 59

de sus preocupaciones y permitir a los jóvenes un retorno al juego y el


esparcimiento.

Diseñar una propuesta implica pensar en destinatarios, modalidad,


lugar a desarrollarse entre otras cuestiones. Esta propuesta fue un entretejido donde
ordenar la narrativa de una manera lineal y consecutiva se me dificulta. Recuerdo un
momento clave donde la Lic. Passamonte, psicóloga vecina de Alta Córdoba se
ofrece para colaborar, trayendo con ella su trayectoria por escuelas, su amor por el
origami, sus saberes en juegos cooperativos y otras herramientas de inclusión
social. Ella sugiere la labor de una artista brasilera: Flavia Mielnik. Sobre su obra
leímos

“En las paredes de una casa demolida -que permanecen a espera de una
futura construcción- Flavia encuentra la posibilidad de entrar en contacto con
residuos de historias sobrevivientes a través del dibujo, busca formas de acercar el
espacio arquitectónico con el espacio de la memoria, reconstruyendo atmósferas
hipotéticas de ambientes vividos -experimentado por los humanos- siempre
habitantes de algún lugar”3

Fue así que dimos inicio a una idea interdisciplinaria. A la psicología se sumó
la arquitectura y el arte4. Surge un primer esbozo, un recorrido por el barrio,
recolección de fotografías, impresiones personales y fragmentos de materiales
(vidrios, maderas, etc.) posibles de ser incorporados a alguna producción.
Finalmente se suma al equipo un grupo de profesores de Educación Física del
Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia. Tras algunas vueltas entorno al lugar
Defensa Civil realizó las gestiones para que pudiésemos usar el predio del Club
Sportivo Unión Alta Córdoba, ubicado a unos metros de la cuadra critica.

Al recorrer el barrio fuimos dialogando con vecinos, con los expertos


intervinientes, observando daños, alteraciones de la cotidianeidad espacio público.
Varias cuadras estaban cercadas al acceso de automóviles, se habían convertido en
peatonales por las que caminaban aquellos que iban a realizar sus reclamos; los
3
Para ampliar texto e imágenes se puede consultar en http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-
171269/arte-y-arquitectura-obras-en-dialogo-flavia-mielnik
4
Esta primer parte del equipo se conforma desde la psicología con la Lic. E. Boatti (terapeuta de
niños), Lic. S. Passamonte, la estudiante A. Machado y yo, Lic. C. Tumini. Desde la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo, la Cátedra de Morfología IIA con su titular Arquitecto-docente D. Ceconato
y las arquitectas-docentes M. Inardi, L. Resnik y C. Delfino. Aportaron su experiencia en talleres de
arte para niños la arquitecta V. Quaranta y la Lic. en artes S. Gonzalez (vecina del barrio).
60 Situaciones catastróficas

empleados municipales y provinciales encargados de relevamientos, seguridad,


construcción, etc. Las instituciones de la zona estaban llenas de nuevos habitantes y
roles. Tanto en las calles como en las viviendas convivían la explosión, la demolición
y la construcción. Vidrios rotos por doquier, persianas quebradas, escombros,
contenedores, pilas de arena, ladrillos, palets. Este escenario nos interpeló acerca
de los sentidos de una vivienda. Inquilinos de años, usurpaciones, propietarios,
techos volados, muros derrumbados, ventanas rotas nos generaron una
multiplicidad de preguntas. ¿Cuáles son los límites entre lo público y lo privado?
¿Qué veo del otro, que muestro? ¿Qué es una vivienda: qué funciones cumple,
cuándo es un hogar? ¿Qué significa, que consecuencias trae ver-tener dañado o
perder el lugar a donde vivo? El desastre como una posibilidad de vernos. Una de
los relatos oídos era acerca de una señora que había donado la ropa de su madre
fallecida tiempo atrás, dono para aquellos que necesitan. Una acción que muchos
hemos hecho en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo en esta ocasión
los que necesitaban no eran “otros”, lejanos, ajenos, diferentes. La señora quedó
impactada al cruzarse con una vecina que tenía puesta la ropa de su madre. Al
ropero de donaciones no habían acudido los “otros” sino la vecina.5

Salimos a invitar. Nos sentamos con algunos niños que seguían viniendo al
Hogar a armar afiches con la información y a pegarlos por el barrio. Imprimimos
unas hojas con los datos del taller y a repartir casa por casa. Dimos aviso en la
escuela, en la carpa, en los negocios. Aquí tuvimos algunos dilemas éticos y
teóricos. ¿A quién invitábamos y cómo? Necesidad de espacios de recreación para
niños y jóvenes es una recurrente en muchos barrios. En un relevamiento que nos
facilitó Desarrollo Social había más de 300 jóvenes y niños en las manzanas
afectadas. Ofrecimos entonces un turno mañana y otro a la tarde, dividimos en días
para niños y otros para adolescentes. La realidad fue que sólo vino una adolescente
con lo cual ocupamos los días previstos para jóvenes en continuar trabajando con
los pequeños. Si nuestro presupuesto teórico era que no podíamos hablar de un
daño a priori no podíamos hablar de daño en la invitación (niños víctimas, afectados,
etc.) Razón por la cual salimos a invitar a los niños ‘vecinos’ de la explosión, como
un modo de referenciar de qué hablamos, qué radio geográfico abarcábamos.
5
La otredad, el extranjero, son conceptos ampliamente abordados, debatidos desde la antropología y
la psicología. Para ampliar se puede consultar www.antropologiasyc-106.com.ar/constructores.htm;
antropologiasyc-106.com.ar/constructores/22cap4_balbi.pdf
Intervenciones en emergencia 61

Diagramamos entonces una posible propuesta desde el arte, la arquitectura y


la psicología que iba a ser complementada con actividades deportivas. Con
objetivos:

Desde la Psicología:

1- Posibilidad de los niños de expresarse, compartir, comunicar lo vivido.

2- Recuperar la vivencia de un lugar seguro (casa-barrio).

3- Pasar de rol pasivo a rol activo a través del juego.

4- Rescatar aspectos positivos, afortunados del hecho o de sus acciones, que


hicieron bien.

5- Trabajar con los niños como “multiplicadores” de estas experiencias en sus


familias.

6- Acompañamientos en casos de niños que ya vienen con dificultades adaptativas


(de lenguaje, de integración, etc.).

7- Asesoramiento a padres.

Desde la Arquitectura y el Arte:

1- Trabajar una reconstrucción lúdica- afectiva del habitar la casa, de su espacio de


intimidad y cobijo. Interpelar la relación público- privado, la ventana, mirar a través
de, ser mirado. El cobijo, refugios para otros. La pared, el muro. La calle como
espacio de rituales colectivos. Reconstruir huellas y memoria.

2- Trabajar desde materiales reciclables y su posibilidad de transformación/


reconstrucción.

3- Transferir contenidos desarrollados en la cátedra Morfología IIA, FAU-UNC, desde


la Unidad temática 1: “La casa fenomenológica. Habitar tópico. El espacio lugar”. Y
desde parte del equipo del Proyecto de Investigación- Subsidio 2014/ 2015- SECyT-
UNC. “Derivas del habitar contemporáneo: espacio doméstico/ público en
Latinoamérica”. Subgrupo: “Atopías y Utopías emergentes en el espacio doméstico.
62 Situaciones catastróficas

Las formas espaciales como dispositivos tecnológicos en la delimitación público-


privado”.

A tal fin pensamos para la primera semana Taller “Filtros. La ventana, mirar a
través. Objetos lúdicos”, para la segunda Taller “El muro, el cobijo, refugios para
otros” y para la tercera “Construcción colectiva en el espacio público: la calle, el
barrio”. El dinamismo de los niñ@s hizo que los tres talleres convivieran cada
semana y a su vez se sumaran nuevas proposiciones. Desde el primer instante los
asistentes se vieron atraídos hacia los materiales, inmediatamente sin mayores
consignas se ponían a dibujar o pintar. Dimos inicio con una visualización, en la cual
la consigna era recordar algún momento placentero vivido o deseado en sus casas o
la de algún pariente. ¿Cómo es ese momento, en qué lugar es, qué luz tiene, hace
frío o calor, etc.? y luego plasmar ese momento en un dibujo. Para una niña esto era
el jardín de la casa de la abuela, para un jovencito la cancha para ir a ver Talleres.
Continuamos con la tarea de armado de filtros ¿si viéramos el mundo que color
tendría? Verde! Azul!! Así que ahí estuvimos viendo objetos y personas color “azul
Talleres”. Dibujaban y luego colocábamos encima celofanes de colores y
observábamos como cambiaba el dibujo a través de cada filtro. Días soleados,
azulados… Construir filtros (la reconstrucción de la ventana), capas de materiales
translúcidos, de colores, planas, con figuras y superponerlas y en la superposición
aparecen figuras insólitas, inesperadas que abren el campo del imaginario del
habitar la casa.

Algunos retazos de nuestras bitácoras diarias:

“Pintaron, encintaron, miraron. Hubo fútbol, básquet. Armamos ventana


grande tricolor: idea de uno de ellos. Una contó que en la escuela habían
armado antejo de color azul un lente y rojo el otro, así que ahí fuimos...
Pidieron hacer máscaras. Ahí están las caras de pizza! Uno empezó a
inventar cascos, así que las cajas de helados se convirtieron en guerreros.
Una cámara de fotos inventada. Ruidos de tormenta con las hojas de acrílico
más duro. Para finalizar empezaron a sacar las telas, aparecieron las
princesas y todo terminó en una obra de teatro que una de las pequeñas
narraba donde había princesas y guerreros. Fuimos compartiendo a los
Intervenciones en emergencia 63

padres lo que los chicos habían producido. Dos pequeñinas se largaron a


llorar al irse, les dimos tarea para la casa, algunas temperas, y objetos para
pintar así no nos extrañan. Felices del agotamiento.” “D. (2 años), quien se
asusta mucho ante dos ruidos que se producen (caída de un tablón-tiraje de
cadena del baño) abrazando con fuerza al adulto que tenía cerca. No llora,
pero se mantiene abrazada y alerta.”

“Hola, les cuento q hoy jueves por la mañana fueron 5 chicos. Hicimos
los ATRAPASUEÑOS, quedaron bellísimos. Adaptamos el diseño a: los
materiales que había y la edad de los chicos que fueron. Cortamos en 10
minutos los círculos de cartón, sacamos hilos, pinturas y largamos. Como
viene sucediendo, los chicos se engancharon al toque. Tanto que algunos
hicieron más para regalar, para cuidar el sueño de hermanitos. También hubo
básquet, disfraces, jugaron en la casita de cartón, luchitas... Les comparto
algunas fotos...saludos!!”

“Este día fue el día más caótico (no por ello un mal día). Llegaron a ser
20 chicos por lo cual encausar a todos en una tarea en común fue
complicado. Se logró sólo por momentos. La tarea del día fue trabajar los
miedos y elaborar tarjetas para colgar en los árboles dedicadas para aquellos
que han tenido miedo o que tienen miedo. También se hicieron casitas para
proteger a los pájaros asustados y darles refugio. Se jugó al fútbol, se
hicieron cascos, se disfrazaron e hicieron una obra de superhéroes que
salvaban a las princesas. Hermoso día”

“Hola, esta mañana con lluvia y todo fue un solo niño: M. Pintamos e
hicimos guirnaldas y en la última media hora comenzamos a construir un
castillo sobre el palet. La idea es que lo sigan mañana con los que estén.
Seguir levantando los muros, más ventanas, pintarlo, ponerle techo... M. está
entusiasmadísimo y yo también. Usamos cajas chicas y tubos como ladrillos,
los pegamos y atamos con hilos. Para las ventanas usamos las bandejas que
me diste ayer Cari. Nos quedamos sin cajas, si tienen lleven!

“Guau se dio con el gusto!! el viernes cuando le dijimos del cierre del
taller y de la obra dijo que quería hacer un castillo de madera!! vos y él unos
genios. M. arquitecto!!” “Me preguntó si el año que viene seguíamos. Está
64 Situaciones catastróficas

muy entusiasmado. Se sabe los días y horarios de cada taller mejor que
nadie. ¡Es el guardián del castillo! pusimos unos personajes que son los
habitantes y él les empezó a recortar ropa, quiere ponerle filtros a las
ventanas y está muy preocupado pensando en cómo techarlo.”

Carina Tumini. Licenciada en Psicología Universidad Nacional de Córdoba.


Diplomado en Actuaciones Psicosociales, Violencia Política y Catástrofes, Grupo
Acción Comunitaria, Universidad Complutense de Madrid. Con el Archivo Provincial
de la Memoria investigación sobre terrorismo de Estado, acompañamiento en
exhumaciones, juicios de lesa humanidad e historias de vida de desaparecidos. Con
el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba tareas
de articulación e intervención en los últimos desastres de la provincia 2014 y 2015.
Coautora de “Marcas que no se borran: cartografías de la memoria”. Córdoba:
Ediciones del Pasaje, 2011.
15. La importancia y los cuidados con la comunicación en trabajos de
intervención en emergencias

Carolina Thomaz da Fonseca

Este trabajo pretende aclarar la importancia de los cuidados con respecto a la


comunicación en trabajos de intervención en emergencias. Una revisión bibliográfica
evidencia las fallas ocurridas en el pasado y se buscan alternativas de solución y
cuidados posibles.

La comunicación está constantemente presente en nuestras vidas, y de ella


depende la organización de todo plan de acción que se desarrollará en cualquier
evento. Es primordial para empezar cualquier trabajo, sobre todo en emergencias,
donde hay urgencia en empezar porque hay personas en sufrimiento extremo y
muchas veces en situación de riesgo.

Por ejemplo, Humberto Marín Uribe relata la llamada “Operación San


Lorenzo”, un dispositivo de apoyo psicosocial a familiares de los 33 mineros
encerrados en la Mina San José, en Chile en 2010. En este caso hubo un trabajo
inicial de ordenamiento comunicacional, porque al principio estaban siendo
prestados los mismos servicios por más de un equipo, justamente por fallas en la
comunicación. Otro cuidado que se tuvo con la comunicación y fueron tareas
esenciales en esta operación, fueron la disminución de la incertidumbre y el cuidado
por el respeto de la privacidad de los afectados, creando rutinas comunicacionales,
en que los profesionales tenían primero una reunión con los familiares y sólo
después con la prensa. Eso para que los familiares fueran los primeros en saber las
novedades del proceso de búsqueda, tuvieran la posibilidad de resolver dudas con
los expertos de la perforación y con ello disminuir espacios para la aparición de
rumores, lo que les causaba aún más angustia.

Con ello, uno puede concluir que si hay fallas con esa potente herramienta,
se puede no solamente dejar de ayudar como empeorar el escenario. O sea, la
eficiencia de todo el trabajo de intervención puede verse mejorada o perjudicada por
la comunicación.
66 Situaciones catastróficas

Referencias:

Marín Uribe, Humberto. 2015. Operación San Lorenzo 2010, dispositivo de apoyo
psicosocial a familiares de los 33 mineros encerrados en la Mina San José.
Cuadernos de Crisis y Emergencias 14: 24-35.Online en
www.cuadernosdecrisis.com.
Albert, Hugo Daniel. 1998. La interconsulta médico-psicológica en el hospital
general. Psicoanálisis y el Hospital 14: 71-75.
Lorente i Gironella, Ferran. 2009. Gestionar el caos. Cuadernos de Crisis y
Emergencias 8(2): 10-19. Online en www.cuadernosdecrisis.com.

Carolina Thomaz da Fonseca. Estudiante de Licenciatura en Psicología Centro


Universitario San Camilo, San Pablo, Brasil y en el IUCS Fundación Barceló, Buenos
Aires. Curso de atención humanizada a los mayores, Centro de Humanización de la
Salud San Camilo, Madrid, España. Acompañante Terapéutica, expositora en
Congreso de AT, Universidad Católica del Uruguay.
16. Catástrofe después de la catástrofe: reflexiones en torno a la problemática
habitacional post terremoto en Haití

Juliana Agustoni

El terremoto, de 7,3, ocurrió el 12 de enero de 2010 en Puerto Príncipe, Haití, una


ciudad saturada de gente, aproximadamente 2 millones de personas, que
sobrevivían hacinados y obligó a poner en marcha una de las mayores operaciones
humanitarias de la historia.

Cinco años después del devastador terremoto de Haití, que dejó más de
200.000 fallecidos y 300.000 heridos, y afectó a otros 2 millones de haitianos, de los
que 1,5 millones se vieron obligados a desplazarse, aproximadamente 80.000
personas (de 21.218 familias) siguen viviendo en 105 campamentos de desplazados
ubicados en la zona metropolitana de Puerto Príncipe, según los últimos datos
proporcionados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de las
Naciones Unidas.

El jefe de misión de la OIM en Haití, Gregoire Goodstein, ha señalado que el


número de haitianos desplazados se ha reducido en un 94% y el de campamentos
ha caído un 93%, pero ha añadido que la comunidad internacional no debe olvidarse
de las casi 80.000 personas que continúan esperando su oportunidad de reconstruir
sus vidas con un techo digno sobre sus cabezas. Los programas de regreso a casa,
liderados por el Gobierno de Haití en colaboración con la OIM y otras
organizaciones, han permitido el cierre de 475 campos y la reubicación de 259.200
personas (75.500 familias) desde 2011.

La organización destaca que los desalojos forzosos son un problema


constante en el país. Según sus datos, más de 60.000 personas habrían sido
desalojadas a la fuerza de sus refugios levantados en campos improvisados desde
2010, y a la mayoría no se les habría ofrecido un lugar alternativo donde
reasentarse.

Por otro lado, Cruz Roja Española ha subrayado que en Haití continúa siendo
necesaria la ayuda humanitaria cinco años después del terremoto para que el país
supere las dificultades derivadas del terremoto y otras relacionadas con su situación
68 Situaciones catastróficas

de pobreza. La falta de infraestructuras y servicios, enfermedades como el cólera y


los altos índices de contaminación son algunos ejemplos.

El 12 de enero de 2010, la mayoría de los hospitales en la zona afectada por


el terremoto quedaron destruidos o gravemente dañados. A día de hoy, decenas de
miles de haitianos reciben atención médica de calidad y gratuita en los hospitales
gestionados por Médicos sin frontera (MSF), y la posibilidad de que la organización
pueda traspasar estas actividades a las autoridades haitianas parece aún lejana.

Cuatro años después de la aparición del cólera, el sistema de salud de Haití


todavía se enfrenta a la escasez de financiación, de recursos humanos y de
medicamentos. Este hecho demuestra la falta de preparación de las autoridades
ante epidemias que ya son de sobra conocidas y previsibles

En Haití, la epidemia de cólera es particularmente grave durante la temporada


de lluvias. Durante los últimos años la población ha ido perdiendo lentamente su
inmunidad a la enfermedad, y en comparación con el mismo período del año 2013,
el número de casos atendidos este año por MSF casi se ha duplicado.

La falta de infraestructuras sanitarias y la ausencia de medidas de


saneamiento de agua adecuadas hacen que la epidemia se agrave. "No podremos
erradicar el cólera si no tomamos medidas drásticas para prevenir y tratar esta
enfermedad. Es necesario asegurar que el nivel de cloración del agua distribuida en
los barrios es el adecuado para evitar la propagación de la enfermedad", explica
Oliver Schulz. "Las autoridades de Haití, en colaboración con sus socios
internacionales, deben activar una respuesta de emergencia e integrar rápidamente
las medidas para la gestión de los casos de cólera en sus estructuras de salud.”

Por su parte, se ha indicado que una gran parte de niños haitianos aún tienen
un acceso limitado a la educación, algunos son sometidos a la explotación y
violencia sexual, muchos continúan mostrando signos de estrés emocional y
psicológico, necesitando asistencia y protección. La ONG Plan Internacional apuntó
que sigue siendo necesaria una inversión continuada en las comunidades para
aumentar su resistencia a los desastres y romper el círculo de la pobreza,
especialmente entre los niños. Y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), de las
Naciones Unidas, trabaja actualmente junto al gobierno de Haití para construir un
país fuerte que pueda soportar futuros desastres naturales.
Intervenciones en emergencia 69

Muchos niños y niñas haitianos siguen mostrando signos de estrés emocional


y psicológico, y permanecen en una situación de vulnerabilidad y necesitan ser
protegidos.

Los niños y niñas que han perdido a uno o ambos de sus padres, que no
están acompañados de ningún miembro de la familia, o que siguen viviendo en
campamientos para los desplazados internos, se encuentran particularmente en
riesgo de explotación. La violencia sexual contra menores de edad es un problema
común debido a la problemática habitacional en Haití.

Juliana Agustoni. Licenciada en Psicología (Universidad Católica Argentina),


cursando la Especialidad en Psicoterapia Individual y Grupo en la Fundación Aiglé.
Se ha desempeñado en Hospital Garrahan, Hospital Fernández, Fundación
Huésped, Fundación San Agustín, FASAM. Coordinadora de Ateneos, Profesora
JTP “Interconsulta y Emergencia” y asistente Comité de Ética de Investigación, IUCS
Fundación Barceló.
17. Terremoto en Haití – experiencia sanitaria

Carlos Russo

Se describe la experiencia del equipo de salud en el desastre siguiendo los


lineamientos óptimos en esa tarea y la adecuación del grupo humano de trabajo en
circunstancias adversas. Haciendo hincapié en la actitud individual y grupal para
conformar una tarea satisfactoria. Por último se concluye con el perfil considerado
ideal que deben tener los participantes en los desastres con víctimas múltiples.

Carlos D. Russo. Subsecretario de Atención Integrada de Salud del Ministerio de


Salud Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Médico recibido en la Universidad de
Buenos Aires (1976), Especialista en Clínica Médica, Atención Primaria de la Salud,
Emergentología y Homeopatía Unicista. Miembro Voluntario de Cascos Blancos
ONU misiones en Haití, Palestina y Malvinas. Presidente de la Sociedad Científica
de Emergentología Argentina (SCEA).
18. La traumatización secundaria: definiciones y diferencias en daños a
clínicos

Walter Behobi Baudou y Tamara Zapponi

En los últimos años, la investigación sobre los riesgos y daños de la práctica clínica
ha aumentado de manera sostenida. Se han aislado síndromes específicos que
están directamente relacionados con la atención a personas, especialmente el
burnout, la traumatización secundaria y el síndrome de fatiga crónica. El presente
trabajo intenta definir estas tres entidades y compararlas para contribuir a una mayor
precisión diagnóstica sobre daños a clínicos, detallar herramientas de evaluación, y
aumentar la conciencia de los clínicos de la necesidad de aprender estrategias de
prevención de dichos cuadros.
Desde su misma concepción, la psicoterapia ha sido vista como una profesión
difícil o riesgosa. El propio Freud (1937) la coloca dentro de las “profesiones
imposibles”. Más allá de diversas concepciones y teorías de la mente ligadas a las
formulaciones de determinado modelo terapéutico, es claro que los clínicos en
general y los psicólogos clínicos en particular están expuestos a daños y riesgos
emocionales derivados de la práctica de su trabajo.
Los daños a clínicos están comprendidos dentro de los riesgos laborales
conocidos. Los más conocidos son el Burnout (Freudenberguer, 1974; Pines,
Aronson, Kafry, 1989), y la traumatización secundaria.
Mientras que el síndrome de Burnout está bien establecido, existen
numerosos cuadros que se solapan entre sí y generan confusión terminológica,
especialmente en lo que refiere a la traumatización secundaria.
El Burnout, (síndrome de "estar quemado"), es una manifestación del
desgaste personal del trabajador resultado de la interacción diaria, entre el trabajo
que realiza y sus especiales circunstancias que lo distinguen como persona. Crea
una gran insatisfacción con el trabajo realizado y constituye un agotamiento en todos
los niveles del yo interior (Acinas, 2012).
El sujeto experimenta un estado de agotamiento físico, emocional y mental
causado por el involucramiento en situaciones emocionalmente demandantes
durante un tiempo prolongado (Pines, Aronson, Kafry, 1989).
72 Situaciones catastróficas

Además, el Burnout tiene una serie de efectos o de relación con el desgaste


por empatía puesto que afecta negativamente a la resiliencia del trabajador,
haciéndolo más susceptible al Desgaste por Empatía (Compassion Fatigue) y
favorece la respuesta silenciadora (Baranowsky 1997; Danieli, 1984) que es la
incapacidad para atender a las experiencias de los consultantes, que resultan
abrumadoras, redireccionando al cliente a material menos estresante para el
profesional.
Existe además una correlación inversa con la traumatización secundaria
puesto que padecer traumatización secundaria reducción de la competencia para
establecer relaciones sólidas con los pacientes (Pastore, Gambert, Plutchik, &
Plutchik, 1995) y aumenta el riesgo de padecer Burnout (Spickard, Gabbe, &
Christensen, 2002).
Charles Figley (1995), define que el estrés traumático secundario son las
conductas consecuentes naturales como consecuencia de los conocimientos acerca
de un evento traumático experimentado por un otro significativo. Es el estrés
resultante de querer ayudar a una persona traumatizada o sufriendo.
Los síntomas son similares al estrés postraumático (APA, 2013) con la
diferencia que el origen no está en experimentar la situación traumática, sino en ser
testigo de otros que han recibido el trauma de primera mano.
En general, las personas en situación de riesgo de desarrollar traumas
secundarios son aquellos que tienen la responsabilidad de brindar atención a una
persona que ha tenido algún tipo de crisis. Históricamente, las personas con mayor
riesgo son aquellas en las profesiones de servicios de emergencia: policías,
bomberos, técnicos médicos de emergencia, policías, bomberos, trabajadores de
crisis como enfermeros, y el clero. En los últimos años esa lista se ha ampliado para
incluir una amplia gama de profesionales que trabajan con niños y familias en crisis.
Se incluyen en esta lista los pediatras, psicólogos, psiquiatras, abogados de la
familia, adultos profesionales de la salud mental, los trabajadores de servicios de
protección infantil, guardias de prisiones, agentes de libertad condicional de
menores, padres adoptivos, y maestros. (Perry, 2014)
Aunque ambos cuadros parecen ser similares y suelen encuadrarse bajo el
término de “estrés laboral”, las diferencias entre burnout y traumatización secundaria
son variadas y deben ser reconocidas por los clínicos, sus supervisores y sus pares,
Intervenciones en emergencia 73

puesto que son síndromes diferentes y requieren intervenciones específicas para


mejorarlos.

Bibliografía

Acinas, M. P. 2012. Burn-out y desgaste por empatía en profesionales de cuidados


paliativos. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, 2(4), 1-
22.
American Psychiatric Association (APA). 2013. Diagnostic and statistical manual of
mental disorders (5th ed.).Washington, DC: APA.
Baranowsky, A. 1997. The silencing response in clinical practice: On the road to
dialogue. (Vol. II). New York: Brunner/Mazel.
Daniel, Y. 1984. Psychotherapist’s participation in the conspiracy of silence about the
Holocaust. Psychoanalytic Psychology, 1 (1), 23-42.
Figley, C. 1995. Compassion Fatigue: Secondary Traumatic Stress Disorders from
Treating the Traumatized. New York: Brunner/Mazzel.
Freud, S. 1937. Análisis Terminable e Interminable. Vol XXIII. Buenos Aires:
Amorrortu.
Freudenberger, H. J. 1974. Staff burnout. Journal of Social Issues, 30 (1), 159-165.
Pastore, F. R. 1995. Empathy Training for Medical Students. New York Medical
College.
Perry, B. D. 2014. El Costo de Cuidar El Estrés Traumático Secundario y el Impacto
del Trabajo con Niños de Alto Riesgo y Familias. 10/05/2015, de The
ChildTrauma Academy Sitio web: www.ChildTrauma.org
Pines, A. Y. 1988. Career Burnout: Causes and cures. New York: The Free Press.
Spickard A, G.S. 2002. Mid-career burnout in generalist and specialist physicians.
JAMA, 288 (12), 1447-1450.

Tamara Zapponi. Licenciada en Psicología, IUCS Fundación Barceló. Profesora


Ayudante en “Psicoterapias” y forma parte del equipo de investigación “Inteligencia
emocional y estrategias de autocuidado en ciencias de la salud”. Estudiante de la
especialidad en psicoterapia, Fundación Aiglé.

Walter Behobi Baudou. Licenciado en Psicología, Universidad de Buenos Aires,


Especialista en Psicoterapia, Fundación Aiglé. Profesor Titular Cátedra
“Psicoterapias”, IUCS Fundación Barceló y Profesor Adjunto en “Clínica de Adultos y
Tercera Edad”. Director proyecto de investigación “Inteligencia emocional y
estrategias de autocuidado en ciencias de la salud” Buenos Aires y La Rioja.
19. La primera estrofa: palabras para interrogar la catástrofe y el amor

Diego Benegas Loyo

“Una catástrofe es la primera estrofa en un poema de amor”, así Jean-Luc Godard


hace decir a un personaje de su película Pasión, de 1982. Será tan interesante esa
formulación para el propio director que dos décadas después creará un corto basado
principalmente en esa frase para la Viennale en 2008. No nos interesa investigar
aquí la cinematografía de Godard, un proyecto de por sí complejo. Sí nos importa sin
embargo utilizar esa genial expresión como un aglutinante de algunas ideas para
poder analizarlas desde la tensión allí planteada.
Nos preguntamos las razones de su fuerza semántica, es decir, ¿por qué nos
llama la atención? ¿Qué se dice allí que impacta como novedoso? Ése es el punto
que me interesa interrogar. No sólo para meditar sobre la labor de los psicólogos
frente a la catástrofe, sino más bien para destacar una de las dimensiones
fundamentales de nuestro trabajo, objeto de nuestra increíble habilidad para inventar
nombres técnicos y prosaicos, y que los poetas llaman “amor”. Voy a recorrer
algunos artículos de investigación sobre desastres tanto desde la intervención
psicosocial como desde la sociología de la ciencia y la tecnología para poder situar
allí una pregunta por la subjetividad y el trabajo con lo subjetivo. Voy a recorrer
algunas investigaciones sobre catástrofes para terminar planteando un ejemplo de
trabajo comunitario con la catástrofe del cual quizás podamos extraer alguna noción
que ayude.
Empezamos por una línea de trabajo que plantea la catástrofe como
oportunidad. Una línea de trabajo es la de Médicos del Mundo (Pérez-Sales et al.
2011; Kohan et al. 2010). Ellos plantean tomar las catástrofes humanitarias como
una ocasión para no sólo solucionar lo urgente, sino también interrogar y replantear
los sistemas de salud. Señalan cómo algunas situaciones de desastre han
significado una crisis que deja ver las falencias de los sistemas de salud y de
seguridad. Así, las catástrofes desnudan y evidencian lo que ya estaba desde antes,
aunque no era evidente para todos. Por otro lado, estas mismas situaciones de
destrucción y crisis, muchas veces han llevado a los estados nacionales a prestar
atención a diferentes aspectos estructurales que hasta entonces no habían sido
tenidos en cuenta. En el campo de los sistemas de salud, entonces, las relaciones
Intervenciones en emergencia 75

entre sistemas estatales y catástrofes son complejas y van en ambas direcciones,


tanto los sistemas afectan el desenlace de los desastres como su complementario,
ya que las catástrofes pueden afectar el desarrollo de los sistemas de salud.
En una línea similar encontramos algunos estudios sociales sobre ciencia y
tecnología que investigan la forma en que las catástrofes afectan el desarrollo de
líneas científicas. Gómez González y otros (2014) por ejemplo proponen considerar
la electrónica como “catástrofe silenciosa”. Esta categoría de “catástrofe silenciosa”
es interesante para nosotros porque subvierte lo que usualmente definimos como
catástrofe. Comúnmente llamamos catástrofe a una destrucción que es a la vez
súbita y llamativa. En el caso que estudian Gómez González y otros, la electrónica,
no tiene una irrupción súbita ni tampoco llamativa, por el contrario, se integra a la
cotidianeidad y no llama demasiado la atención del público. Sin embargo, sus
efectos son igualmente devastadores. Estos autores no son tan optimistas en cuanto
a que las catástrofes impulsen cambios y crecimientos. Si bien afirman que a veces
los desastres fomentan una línea de investigación, también ellos pueden incidir
determinando su detención o abandono. Las interacciones entre desastres y
tecnologías son complejas y sus influencias son mutuas.
Aún otra línea de investigación es la que plantea la investigación psicosocial,
que también aborda las catástrofes, aunque desde otro punto de vista. De la Yncena
y Ruiz (2013) investigan estrategias, fortalezas y buenas prácticas de las
comunidades en relación con desastres. Su caso es de comunidades costeras de
Pinar del Río, Cuba. Si bien el abordaje más común de las investigaciones sobre
memoria colectiva es aquel que busca en la memoria trazos de las marcas que
como trauma han quedado de una catástrofe o una masacre, en el caso que
estudian De la Yncena y Ruiz, buscar allí las buenas prácticas y el saber hacer de
las comunidades. Es decir, aquello que la comunidad aprendido históricamente y
que transmite a través de sus formaciones culturales. En este sentido, mucho de lo
que encuentran es mencionado por los pobladores en términos de “solidaridad”.
Ellos describen un sentimiento de confianza que se distribuye en redes ya sea lazos
familiares, de amistad o de vecinazgo y que en el caso que estos investigadores
abordan llega también al Estado nacional. Este punto es significativo, especialmente
desde dónde lo estamos leyendo. Es decir, es significativo para nosotros por el
contrapunto con nuestra memoria colectiva, en otras latitudes de Latinoamérica. Allí
76 Situaciones catastróficas

ilustramos refiriendo a los procesos que reportan las realidades tanto de México
como de Argentina.
En un reporte reciente Bezanilla y Miranda (2014; 2015) nos muestran casi en
forma contemporánea el proceso de descomposición de la confianza en el Estado.
Están en un momento de la elaboración teórica, o del desarrollo del proceso de
violencia en el que dudan en las categorías analíticas a emplear en su afán de
documentar y a la vez comprender lo que ellos nombran como “violaciones graves a
los derechos humanos”, una categoría que parece querer traducir la extrema
preocupación por un proceso social cuyos resultados los autores no arriesgan
aventurar. Preguntan estos autores sobre la forma en que los sujetos incorporan,
asimilan y se adaptan a ese rol ambiguo, contradictorio del Estado frente a hechos
de violencia extrema. Estos hechos son silenciados en base al terror y también son
excluidos del debate público. Por otro lado también son invisibilizados por su
cotidianeidad. Es decir ya no son sorpresivos pues su multiplicación los torna
cotidianos y ya no son escandalosos principalmente por la existencia de una
intención de ocultamiento. Entonces, en estos casos estamos más cerca de lo que
pensábamos de las situaciones planteadas por aquellas “catástrofes silenciosas”, a
la vez invisibles y cotidianas, de las que hablábamos más arriba. Y aunque aún no
hay acuerdo en cuanto a la nominación de este proceso, los hechos de violencia y
los discursos que los actores producen en relación con ellos los asemejan a otros
casos de terrorismo de estado en Latinoamérica, por ejemplo el argentino.
Nuestra experiencia argentina con la violencia estatal está documentada en
diversas investigaciones, pero es el ámbito de los estudios sobre la memoria y la
memoria colectiva, donde se ha desarrollado esta discusión (Calveiro 1998; Vezzetti
2002). Kordon y otros (2005) analizan varias décadas de un proceso que ya no
dudan en llamar “terrorismo de estado”. Los autores documentan y teorizan las
consecuencias de este proceso de violencia estatal en la descomposición del tejido
social. La destrucción de confianza significa un desmembramiento de las redes de
solidaridad comunitaria y es tal vez una de las repercusiones más extendidas y
persistentes del terrorismo de estado. También es una de las consecuencias que en
mayor medida incapacita a las comunidades para responder a lo imprevisto de otras
catástrofes.
Intervenciones en emergencia 77

Querría utilizar estos elementos enumerados en estas diversas


investigaciones para poder sostener dos argumentos, uno sobre otro. Una línea a
tener en mente es aquella que va desde la catástrofe como destrucción a la
catástrofe como construcción, también ejemplificada con la idea de los desastres
como crisis y como oportunidad de cambio (Pérez-Sales et al. 2011; Kohan et al.
2010; Gómez González et al. 2014). Sobre esa línea planteada por estas
investigaciones, necesitamos desarrollar una pregunta sobre la especificidad de la
dimensión afectiva, pues es ella la que nos interesa. Más precisamente, sobre la
dimensión pasional de la catástrofe.
De esa manera me gustaría tener en mente esas indicaciones sobre qué es lo
que se afecta socialmente en una catástrofe, es decir, en qué formas afecta al
cuerpo social esa destrucción que llamamos catástrofe. Y allí aparece la idea de
“solidaridad y confianza”, mencionada tanto en su presencia por De la Yncena y
Ruiz (2013) como en su destrucción por Bezanilla y Miranda (2014; 2015) y también
por Kordon y otros (2005). Y ahí me gustaría precisar la cuestión sobre la forma en
que la catástrofe, en tanto ocurrencia de lo inusitado depende de un desgarramiento,
rompimiento, o al menos un corrimiento de lo que es esperado. Querría plantear que
esto del suceso inesperado y cuantitativamente masivo tiene su impacto no
solamente en el plano de lo empírico sino en algo que es una materialidad formada
por afectos, expectativas, confianzas. Ese tejido afectivo constituye la red social, y
es esa materia la que se ve afectada. Por supuesto, no es que no haya otras
consecuencias más graves, más patentes, y más desgarradoras, pero esas ya
tienen quien las documente. Yo querría dar cuenta de esos mundos sutiles que sin
embargo construyen nuestra relación con el mundo más concreto.
Ahora, si es ese tejido el que se ve afectado, entonces la reconstrucción
tendrá que pasar por un trabajo de re-tejido, que en este sentido significa, un trabajo
de re-afectación. Y esto, para decirlo una vez más, es la pasión. O mejor dicho, son
las pasiones las que entrelazan ese tejido una vez más. Y entonces llegamos al
tema del amor. Porque después de todo, empezamos este escrito para poder hablar
de un poema de amor. No sé si la frase del personaje de Godard, aquello de la
primera estrofa, será científicamente cierta: quizás no siempre una catástrofe es la
primera estrofa de algo. Sí creo que la definición describe una relación entre
destrucción y construcción que es la que estábamos ilustrando, dos polos o dos
78 Situaciones catastróficas

momentos de un mismo proceso, que tensionan la realidad hacia ambos lados y la


dinamizan, y son por esto mismo inseparables. Pero hay otro nivel de significación,
es una relación entre devastación y apasionamiento. Éste es el sentido que me
gustaría que ilumináramos.
Para pensar en esto necesitamos traer a colación el trabajo de las baldosas
de la memoria, un trabajo que realizan organizaciones que colectivamente se llaman
Barrios por Memoria y Justicia. Estas agrupaciones están realizando este trabajo
desde 2006 y consiste en una intervención en distintos barrios de la Ciudad de
Buenos Aires y de algunos barrios del conurbano, y ha sido documentado tanto por
los propios actores (Barrios 2014) como por artistas (Guarini 2013). La intervención
tiene distintos pasos: comienza con una investigación sobre una persona
desaparecida por el terrorismo de estado en Argentina en la década de 1970,
especialmente poniendo atención a sus redes sociales y a sus espacios, sus lugares
y sus recorridos en el barrio. Continúa con un trabajo de articulación con distintos
colectivos, familias, amigos y personas que se por cualquier motivo se sientan
cercanas a ese vecino desaparecido o asesinado. Luego se produce el evento de la
construcción colectiva de una placa de cemento en la que se incrustan letras y
vidrios de colores. Y finalmente el acto de colocación de la baldosa de la memoria
que reemplaza a una baldosa común de la vereda y que marcará “aquí vivió” o “aquí
fue secuestrado” o “aquí trabajó” esta persona en particular. Esta baldosa quedará
allí y se integrará al paisaje de la ciudad (Benegas Loyo, Colosimo y D’Alessio 2014;
Benegas Loyo 2013; 2014a; 2014b).
Esta actividad, esta intervención, es uno de los procesos de concretización y
de apasionamiento más significativos de los que puedo dar cuenta. Se produce allí
una intervención sobre las redes sociales, se tensan los afectos, se recuerda, se
comparte, se decide entre todos. Por supuesto, esto aviva los conflictos y las
pasiones se exacerban. No es tarea fácil darle lugar a los desaparecidos. Pero a lo
largo de este proceso se construyen, se crean objetos que quedan cargados de
significados, de simbolismos, que hacen cosas con los pedazos de lo que quedó y
que anudan retazos de sentimientos. Alguna gente literalmente conoce en estos
eventos a miembros de su familia que no conocía y algunas familias se constituyen y
reconstituyen. No vamos a abundar mucho más en esta experiencia, documentada
en otros escritos, sino en tanto y en cuanto nos sirve para replantear los términos de
Intervenciones en emergencia 79

cómo y dónde intervenir en la catástrofe. Estas intervenciones de los vecinos nos


guían a pensar nuestras intervenciones por la vía de la pasión. Pero aún hay otra
vuelta para plantear nuestro rol y en eso, una vez más volvemos a nuestra frase
inicial.
Es que un poema de amor no es necesariamente lo mismo que enamorarse.
Un poema es más bien, un canto, una incitación a enamorarse. Deberíamos
preguntarnos si quizás nos quede bien la posición del juglar. Es decir, el juglar como
aquel que se dice embajador de un mundo donde el amor es posible. Quizás sea un
lugar interesante o potente para ocupar en relación con la intervención en la
catástrofe.
Acota Fanny Seldes, experta baldosera por cierto, que los juglares de la Edad
Media europea cantaban sobre un amor que no conocían, y lo cantaban a aquellas
que no lo conocerían tampoco. El amor tal vez en estos casos funciona en tanto
ilusión, como el espejismo que nos hace cruzar el desierto. Tal vez ese lugar de
semblante no sea una posición para ocupar todo el tiempo, y tampoco sé si ese es
un lugar analítico. En cierta forma, pienso que hay que preguntarse si hay algo para
analizar en el momento de la destrucción. Lo que sí creo es que hay una función
analítica en la indicación de lo pasional de ese arrasamiento. Aquí responde Dinorah
Otero que el amor de transferencia nos hace atravesar un psicoanálisis. Y allí, en la
función psicoanalítica de ocupar por un tiempo ese espacio de amor debemos dejar
este escrito. La cuestión está ahí hasta ahora: una catástrofe como primera estrofa
de un poema de amor.
Resumo retomando las imágenes más cotidianas de los desastres.
Usualmente representamos la catástrofe como el final de algo, el punto donde todo
se destruye. Godard nos invita a sentirla como la primera estrofa, el principio de otra
cosa. Mirada desde ese punto, podemos pensar esa destrucción generalizada que
significa el desastre también como un momento de potencia. Potencia en términos
de la pasión que allí se desata, pero más interesantemente para indicar aquello que
allí germina, de lo que podría crecer en ese lugar, de eso que existe aún solamente
como potencial. Eso está así, en potencial, de lo que podría advenir. Lo que nos
queda es ver qué hacemos con eso.
80 Situaciones catastróficas

Referencias

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Intervenciones en emergencia 81

Diego Benegas Loyo. Psicólogo clínico, docente e investigador social especializado


en trabajo con víctimas de violencia, trauma y población transnacional. Doctorado en
New York University, Licenciado en Universidad Nacional de Córdoba. Profesor
Titular “Interconsulta y Emergencia” IUCS Fundación Barceló. Director proyecto de
investigación “Trauma, catástrofe y acción colectiva”; benegas.loyo@gmail.com.
Colaboradores

Juliana Agustoni. Licenciada en Psicología (Universidad Católica Argentina), cursando la


Especialidad en Psicoterapia Individual y Grupo en la Fundación Aiglé. Se ha desempeñado en
Hospital Garrahan, Hospital Fernández, Fundación Huésped, Fundación San Agustín, FASAM.
Coordinadora de Ateneos, Profesora JTP “Interconsulta y Emergencia” y asistente Comité de Ética de
Investigación, IUCS Fundación Barceló.
Walter Behobi Baudou. Licenciado en Psicología, Universidad de Buenos Aires, Especialista en
Psicoterapia, Fundación Aiglé. Profesor Titular Cátedra “Psicoterapias”, IUCS Fundación Barceló y
Profesor Adjunto en “Clínica de Adultos y Tercera Edad”. Director proyecto de investigación
“Inteligencia emocional y estrategias de autocuidado en ciencias de la salud” Buenos Aires y La Rioja.
Diego Benegas Loyo. Psicólogo clínico, docente e investigador social especializado en trabajo con
víctimas de violencia, trauma y población transnacional. Doctorado en New York University,
Licenciado en Universidad Nacional de Córdoba. Profesor Titular “Interconsulta y Emergencia” IUCS
Fundación Barceló. Director proyecto de investigación “Trauma, catástrofe y acción colectiva”;
benegas.loyo@gmail.com.
Estefania Berengan Mendaña. Estudiante tesista en la Licenciatura en Sociología, Universidad
Nacional de La Plata. Trabaja en la Subsecretaría de Tierras, Urbanismo y Vivienda de la Provincia
de Buenos Aires. Docente en el Liceo Víctor Mercante y en el Rafael Hernández, colegios
preuniversitarios de la UNLP. Participación en proyectos de extensión universitaria vinculados a
Salud Campesina y Salud Comunitaria.
Ayelén Colosimo. Licenciada en Historia (IUNMa), especializando en Gestión Cultural y Políticas
Culturales (UNSAM), docente universitaria. Investigación sobre construcción de la memoria colectiva
en la historia argentina reciente. Integrante equipo de investigación “Trauma, Catástrofe y Redes
Sociales”, IUCS Barceló. ayelen.colosimo@gmail.com.
Romina Cuevas. Estudiante de Licenciatura en Historia en el Instituto Universitario Nacional de
Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMa) romyfjc@hotmail.com
Mariana Czapski. Doctora en Psicología, Especialista en Psicología Clínica, Docente Titular del
IUCS Fundación Barceló – Facultad de Medicina en grado, maestría y doctorado. Psicóloga de
Guardia y Becaria del Hospital de Infecciosas J. F. Muñiz.
Natalia De Avila. Licenciada en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Especialista en
actuaciones psicosociales ante situaciones de violencia política y catástrofes, Universidad
Complutense de Madrid. Profesora Adjunta Unidad de Extensión y Actividades en el Medio, Escuela
de Nutrición y Profesora Agregada Asistente de Dirección Programa Apex-Cerro, UdelaR. Integrante
equipo de Coordinación y Evaluación de Desastres y Consultora Oficina de Coordinación de Asuntos
Humanitarios, ONU.
Karina Di Benedetto. Licenciada en Psicología. Psicoanalista. Miembro de Asociación Argentina de
Salud Mental. Profesora de Educación Media y Superior en Psicología. Docente Universitaria. Adjunta
de Cátedra de la materia Fundamentos de Filosofía de IUCS Fundación Barceló.
Daniela Fernández. Psicoanalista, miembro de la EOL, la ECF y la AMP. Master en psicoanálisis
Université de Paris 8. Profesora en la materia “Psicoanálisis: Orientación Lacaniana” y en la
especialización en clínica psicoanalítica, Facultad de Psicología Universidad de Buenos Aires. Libros
publicados: “Mujeres de papel”, Buenos Aires: Grama, 2015; “Variaciones psicoanalíticas para pasar
de un siglo al otro”, París: Ed. Michèle, 2012.
Claudia Huergo. Psicoanalista, Licenciada en Psicología, Profesora Asistente Cátedra de
Psicoanálisis, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Integrante de la Mesa de
Trabajo en Salud Mental y Derechos Humanos de Córdoba. Integrante de Casandra Asociación Civil.
Intervenciones en emergencia 83

Gerardo Laube. Médico infectólogo, pediatra. Director de posgrado IUCS Fundación Barceló.
Profesor Titular de Microbiología e Infectología Facultad de Medicina IUCS Fundación Barceló. Jefe
de Guardia Hospital F. J. Muñiz
Dinorah Otero. Licenciada en Psicopedagogía (Universidad CAECE), Master en Social Work (New
York University), Maestranda en Psicoanálisis (UBA). Se desempeña en el área clínica y educativa.
Autora de artículos, docente en el nivel terciario, profesora en el IUCS Fundación Barceló y
capacitadora de profesionales psicopedagogos, psicólogos, trabajadores sociales y docentes.
dinorahotero@yahoo.com
Pablo Alejandro Palma. Médico especialista en Psiquiatría y Medicina Legal. Diplomado en Bioética.
Vicedirector de la Maestría en Neuropsicofarmacología Clínica, Profesor Titular de Salud Mental I y
Profesor Adjunto de Salud Mental II Facultad de Medicina del IUCS Fundación Barceló.
Hebe Perrone. Licenciada en Psicología (UBA). Directora de la Carrera de Psicología en el Instituto
Universitario de Ciencias de la Salud Fundación Barceló. Secretaria Científica Asociación de
Psicólogos de Buenos Aires (APBA).
María Teresa Ravagnan. Licenciada en Psicología UB. Especialista en Psicodiagnóstico de
Rorschach. Docente asociada en la Universidad del Salvador. Docente adjunta en la Fundación
Barceló y Docente titular en Asappia. Investigadora Asociada en la Universidad del Salvador.
Colaboradora en el Equipo de Salud Mental del Correo Oficial de la República Argentina.
María Laura Romero. Estudiante de quinto año Licenciatura en Psicología IUCS Fundación Barceló.
También cursó estudios en Psicopedagogía y en Sistemas en la Universidad Nacional de la
Patagonia Austral. Ayudante en proyecto de investigación. Intereses en psicoanálisis y psicología
social y comunitaria.
Claudia Ruiz. Licenciada en Psicología (Universidad Nacional de Córdoba). Profesora Titular de
“Interconsulta y Emergencia” y Profesora Adjunta de “Clínica con Niños” y “Psicopatología II” en la
Licenciatura en Psicología del IUCS Barceló La Rioja. Psicóloga Clínica en el Hospital de la Madre y
el Niño de La Rioja.
Javier Fernando Ruiz. Licenciado en Psicología (Universidad del Salvador), doctorando en Ciencias
de la Salud, IUCS Fundación Barceló. Especialista en adicciones con trabajo clínico en instituciones y
consultorio particular en Capital y Provincia de Buenos Aires. Profesor Adjunto de Interconsulta y
Emergencia en el IUCS Fundación Barceló; javyfernruy@yahoo.com.ar.
Carlos D. Russo. Subsecretario de Atención Integrada de Salud del Ministerio de Salud Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Médico recibido en la Universidad de Buenos Aires (1976), Especialista
en Clínica Médica, Atención Primaria de la Salud, Emergentología y Homeopatía Unicista. Miembro
Voluntario de Cascos Blancos ONU misiones en Haití, Palestina y Malvinas. Presidente de la
Sociedad Científica de Emergentología Argentina (SCEA).
Carolina Thomaz da Fonseca. Estudiante de Licenciatura en Psicología Centro Universitario San
Camilo, San Pablo, Brasil y en el IUCS Fundación Barceló, Buenos Aires. Curso de atención
humanizada a los mayores, Centro de Humanización de la Salud San Camilo, Madrid, España.
Acompañante Terapéutica, expositora en Congreso de AT, Universidad Católica del Uruguay.
Carina Tumini. Licenciada en Psicología Universidad Nacional de Córdoba. Diplomado en
Actuaciones Psicosociales, Violencia Política y Catástrofes, Grupo Acción Comunitaria, Universidad
Complutense de Madrid. Con el Archivo Provincial de la Memoria investigación sobre terrorismo de
Estado, acompañamiento en exhumaciones, juicios de lesa humanidad e historias de vida de
desaparecidos. Con el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba tareas
de articulación e intervención en los últimos desastres de la provincia 2014 y 2015. Coautora de
“Marcas que no se borran: cartografías de la memoria”. Córdoba: Ediciones del Pasaje, 2011.
Emiliano Vega. Estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad
Argentina de la Empresa. Forma parte del Taller de Investigación en Ciencias Sociales y
Humanidades de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Se desempeña en periodismo gráfico y
en producción radiofónica. emilianovega.comunicacion@gmail.com
84 Situaciones catastróficas

Marina Vega. Licenciada en Psicología, Universidad Nacional de La Plata. Docente de la Facultad de


Trabajo Social, Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La
Plata. Directora Provincial de Políticas Reparatorias de la Secretaría de Derechos Humanos de la
Provincia de Buenos Aires.
Nelly Velázquez. Estudiante de último año de la Licenciatura en Psicología en el IUCS Fundación
Barceló. Intereses académicos incluyen psicología evolutiva, de emergencias y psicoterapia
sistémica. Objetivos profesionales incluyen el trabajo con niños y adolescentes y las problemáticas de
violencia familiar, maltrato y abuso sexual infantil.
Eduardo Viera. Licenciado en Psicología y Magíster Estudios Latinoamericanos, Universidad de la
República, Uruguay. Diplomado y Especialista en Intervenciones en Violencia Política y Catástrofes,
Universidad Complutense de Madrid. Profesor Adjunto, Instituto Psicología de la Salud, Facultad de
Psicología, Coordinador investigación “Derecho a la ciudad e inseguridad”, UdelaR. Responsable
intervenciones en coordinación con Ministerios, Red contra Violencia y Maltrato y la ONU.
María Laura Zanatta. Licenciada en Psicología U.B.A. Psicóloga de Servicio de Salud de Correo
Oficial. Colaboradora de investigación “Persona bajo la lluvia y Wartegg” de la Facultad de Psicología
y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador. Práctica clínica en consultorio particular y Centro
Dos.
Tamara Zapponi. Licenciada en Psicología, IUCS Fundación Barceló. Profesora Ayudante en
“Psicoterapias” y forma parte del equipo de investigación “Inteligencia emocional y estrategias de
autocuidado en ciencias de la salud”. Estudiante de la especialidad en psicoterapia, Fundación Aiglé.
ISBN 978-987-45882-0-3

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