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La red social Facebook parece haber surgido como el “hada madrina” de muchos
“cenicientos y cenicientas modernos”, que se encuentran solos, ya sea porque no
se animan a exponerse o porque desde hace tiempo no encuentran la horma de
su zapato.
El príncipe azul, cuando aparece, conlleva otro mito pernicioso: el amor verdadero
junto al hombre ideal que las haga felices.
Si bien el amor ya no es cuento de hadas ni parece dar resultado mantener viejos
mandatos, podemos correr el riesgo de quedarnos solos y atrapados en las redes
sociales.
Hoy, cuando las relaciones, que para muchos son efímeras y desechables y, para
otros mucho más prácticas, relajadas y auténticas que en viejos tiempos,
Facebook gana adeptos en lo que podría llamarse un “club de amigos” o una
“agencia de citas virtuales” donde todo se vale, donde todo puede llegar a suceder
o quedar en el intento.
Parece tan difícil vincularse, en esta época, y tan necesario intentarlo que todo
vale cuando resulta satisfactorio y saludable.
¿Nos alcanza con sumar contactos, recibir mensajes, chatear o acumular ideas y
promesas en el muro?
¿Le tenemos miedo al fracaso por el exceso de exigencias que nos proponemos a
la hora de encontrar amigos u otro tipo de amor?
¿En materia de relaciones, qué lugar ocupan hoy, para cada uno de nosotros las
redes sociales: son una moda, un hobbie, una comodidad o una llave que abre o
que encierra?
El amor y todas sus posibilidades están ahí, afuera, esperando. Nosotros ¿Qué
estamos haciendo? ¿Qué estamos buscando? ¿Qué estamos esperando?
Si hay algo a lo que tememos es a la exclusión. Hoy, las redes sociales son un
espejo cotidiano de este ataque de impulso vital, al ego, al frenético deseo de
“pertenecer” y “ser querido”. El amor, la aceptación y el estatus social han sido y
será un motivo central de nuestra existencia.
Si hablamos de "amor" hoy deberíamos sumar otras palabras claves tales como
"relaciones, amigos, seguidores, contactos... ". Es que las redes sociales parecen
haber llegado, en algunos casos, para estar enredados (EN-RED-DADOS) con el
afuera y tener mayor posibilidad de encuentros e intercambio de fotos e
información.(Chaktoura,)
Ahora, cuando conoces a una persona no tienes que pedirle una cita para tomar
un café y preguntarle qué le gusta, dónde nació, cuál es su película favorita. Solo
debes (mirar o espiar) su cuenta de Facebook, buscar algunos amigos en común,
sacar conclusiones, analizar sus likes, sus comentarios… y obviamente fijarte en
su estado civil: divorciado /separado / viudo / en una relación abierta / es
complicado / casado / prometido/ tiene un relación/ soltero.
Diez años atrás estos pasos podían tomar meses, varias citas, salidas al cine,
invitaciones al teatro, etcétera. Hoy, en menos de una semana (a veces horas de
no dormir) podemos saber si él o ella es medianamente compatible contigo.
Incluso, algunos dicen que se enamoraron de solo contemplar la foto de portada
de Facebook y recibir una sobrecarga de likes.
En juego está la imposibilidad del diálogo. Por no saber escuchar, por no saber
qué y cuándo decir las cosas, por no tener cuándo hablar, por vivir
interrumpiendo, por hacer oídos sordos, olvidar o negar lo que se escucha, por
tener la costumbre de elevar el tono, por miedo a la impulsividad.
(http://publimetro.pe/actualidad/9959/noticia-amor-tiempos-facebook)