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sofiando en la piramide Eltérmino “globalizacién” fue acufiado a principios de los afios ochenta en las escuelas de administracién de empresas de Harvard, Columbia y Stanford, y se difundié y popularizé rapidamente - una serie de articulos sobre estrategias de mereadotecnia disefiadas para sacar a las economias de los paises mas avanzados del estanca- miento que sufrian desde la primera crisis del petrdleo de mediados de los setenta, que habia interrumpido el continuo crecimiento de la posguerra —el més largo de la historia—. Concepto econdmico ensus inicios, el vocablo tuvo una rapida fortuna critica fuera del ambito estrictamente mercadotéenico, al apropiarselo el discurso politico neoliberal para definir la orientacién de un “nuevo” capi- talismo. El término contaminé muy pronto el andlisis sociolégico yantropoldgico —particularmente, en sus aplicaciones al campo cultu- ral—, ya que el concepto amenazaba las estructuras y los mecanismos de insercién sociales, las propias ideas del mundo. Las lenguas latinas ya posefan una palabra para ello, “mundia- que en los primeros anos anglosajén de “lo- nite, La mundializa- lizacién”, acufiadaa principios del siglo xx, dela década de 1980 corrid pareja con el concepto balizacién”, al cual parecia traducir impecablemente setenta, no - cidn, sin embargo, tal y como se entendia hasta los A ees 'mplicaba el adelgazamiento de las funciones eta balizaci : del Estado-N; acion, introducidas por los tedricos dela , om RTE DE MOSTRAR EL ARTE MEXICANO aricion de fronteras, burocra ias an iduidificacién de la economia ¢ chi Ohmae en su libro The Bo, ecisa el economista marxista Fr; 0. Como a eee tiene el defecto de dis; i Jos términos ‘global’ y ‘global: cision Cones ite introducir, con mayor fuerza que § lob ‘mundial’ permite ha mundializado, se requiere const que, sila oon politicas mundiales susceptibles, brevedad — to es precisamente lo que rechazan = aes que rigen los negocios del mundo en laac Aprincipios de la década de 1980, los tedricos de lay s6lo buscaban, segiin sus propios andlisis, reactivar ampliando las demandas de productos manufacturado guir renovadas clientelas en paises no hegemonicos que, pc —el aislamiento geografico, el rezago econdémi particular de México y de otros paises de América Lati internas en extremo proteccionistas—, atin no particip: so integrador. Como propuesta no era nueva en absoluto .S laban ahi los dispositivos fundamentales del satanizado im decimonénico, despojandolo (por lo menos en apai agresividad intrinseca, al implicar en el sistema —medi taciones, fusiones o franquicias— a socios tan diversos locales e incluso agencias gubernamentales. Esta glol ae eee i miiltiples agentes, de ciertas tom ee privilegio Monicos, en un sistema anulaba as{ tafora— le desap' eles, necesaria ala és de Harvard, Kent nilaineludib! aranct japon! en 199 4e| término ‘mun’ nceptual de »ya.en los afiog noventa, llegaria a ser la Int sién Conceptual, z » POr supuesto, pe: ié impecable utopia de Be Pero también la aparentes nj trabas buro, for tuna politica é lai ea menos dindmi ™ino, el desplazamiento dela Guerra Pig se de “mundializacion”: | i ee “Permitia imaginar un planeta hon a Ne = | ~s! aciones generales y consensualmente condmicos que habian sido, desde finales a s limpio ya de esos T°" Naciones paranoicos ante cualquier amenaz; Siglo xx, los stados torial y/o teleol6gica. El reconocer laoiedidae Suintegri- dad Cal jos diversos socios y agentes incorporados, ibaa “tj yelaceptarcon fingida humildad que para luirsin tropes 2 ya alobalizada tenia que distinguir,reconocery apropimrecy neon nes ynecesidades locales, ofrecia una indudable venta} 4 conic ia con cierto “pacto social” al anlar en sus principios ie ae osibilidad de grandes conflagraciones ideolégicas. Sin em. ns af jesmantelamiento sistemstico de las estructuras nacionales vanrolAbIeS, instauradas por los paises europeos desde finales del ct vit con la creaci6n de Estados-Naciones hasta cierto punto anti ‘ales, particularmente en el sureste asiatico y en el Islam, pero wt anen lamisma Europa después del derrumbe delos imperios ci rohiingaros yus0s,desembocaba ahora en conflictos étnico-reli- as intensificados con la descolonizacién de inmensos territorios de ‘fray la violenta rebaleanizacién de Europa Central eon la ruptura delas disposiciones del tratado de Yalta a principios de los afios no- yenta, que conllevaron intensas migraciones, desplazamientos de poblaciones que empezaron a reconstruir “naciones” desterritoriali- zadas en el corazon mismo de los paises hegemonicos —en barrios de Hamburgo, Estocolmo, Nueva Yorky Los Angeles— y en algunas franjas fronterizas. La misma pulverizacién de la nocién de Estado-Nacion, ysu reconfiguracién en términos étnicos fijos o desterritorializados, desemboes en conflictos localizados mas controlables a priori, cuya responsabilidad, ademas, como en el caso de la hegemonia serbia, fue y esatribuida en exclusiva a los residuos del Estado-Nacion yugoslavo, alapermanencia de una historia nacional, y nunca al ejercicio deem- Presas y agencias globalizadas. fi ae otra vez a Francois Chesnais en su minucioso desmonte de “Mecanismos de implantacién de la globalizacion: yroett pe gren0s © tin mds legs due eneleaso del “progreso téenico”, se presenta invaria- ee ala globalizacién como un proceso benéfico ynecesario. alg a oficiales admiten que la globalizacion tiene, de ae Sere 4s desventajas, al lado de ventajas muy dificiles de definir. “quiere, sin embargo, que la sociedad se adapte (esta eslapalabra ee Te

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