Había una vez una linda familia de ratones, mamá ratona y su
pequeño ratoncito, que Vivian felices en su humilde morada,
pero percatándose con ciertas visitas de un gato llamado Micifuz. Que siempre merodeaba astutamente su casa, observando al menor descuido para comérselos. Un día el ratoncito salió a la puerta de su casa para curiosear y el gato astuto como estuvo observando de lejos se acercó y le dijo “Que lindo y gracioso eres, ven conmigo angelito ven”.
- No vayas hijo, tú no sabes las artimañas que tiene ese
embustero. Dijo su madre.
- Ven pequeñito ven, mira este queso será para ti amor
mío. – Gato.
- ¿Voy mamá? pregunto el inocente ratoncito.
- Déjame ir mamá, volvió a suplicar.
- Y sin que su madre lo pudiera detener salió el ratoncito y
al instante grito aterrorizado. “Socorro mamá, socorro me aruño el gato.
- Pero… La madre no pudo hacer nada para salvar a su