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1 LA SOBERANIA DE DIOS SOBRE EL PECADO HUMANO Los impulsos que dieron luz a este libro Y no escuché el rey al pueblo; porque la causa era de Dios 2 de Crénicas 10:15 "Y ahora, he aqui Jehovd ha puesto espiritu de mentira en Ia boca de estos tus profetas; pues Jehovd ha hablado el mal contra ti”. 2 Crénicas 18:22 Mos Amasfas no quiso oir; porque era la voluntad de Dios, que los queria entre- q org que les ¢ (gat en manos de sus enemigos, por cuanto habjan buscado los dioses de Edom. 2 Cronicas 25:20 | primer impulso para escribir este libro vino cuan- do estabamos de vacaciones en el aiio 2007. Yo es- taba sentado en el porche de una casa en Asheville, Ca- tolina del Norte. Estabamos a mitad del verano, lo cual significa que yo estaba leyendo 2 de Crénicas. Mi plan de lectura biblica anual' me habia Ilevado al mismo lugar de la Biblia lo cual ocurre cada verano. Leer la Biblia usando el mismo plan todos los afios me permite hacer algunas asociaciones interesantes entre pueblos que visito y textos biblicos. La asociacién con Asheville ese afio fue la soberania de Dios sobre la maldad demo- niaca y el pecado humano. PECADOS ESPECTACULARES LO QUE VI EN ASHEVILLE Permitame ayudarlo a que fe dé un vistazo a lo que yo vi y a lo que me refiero cuando digo la soberania de Dios sobre el pecado. Estaba sentado a la entrada de la casa y observaba las montajias de Blue Ridge —Borde Azul—, las cuales realmente son azules a ciertas horas del dia, y estaba leyendo cosas como la siguiente: La causa era de Dios En primer lugar, Salomon, rey de Israel, habfa muer- to. Su hijo Roboam estaba a punto de ser coronado como rey, Jeroboam, quien se habia opuesto a Salomon y habia sido enviado en exilio a Egipto, retorné rapi- damente y reunié al pueblo en derredor suyo como lo hace un lider popular, Llev6 al pueblo hasta donde se encontraba Roboam y se ofrecié a servirlo si les ali- viaba la carga. “Tu padre agrav6 nuestro yugo; ahora alivia algo de la dura servidumbre, y def pesado yugo con que tu padre nos apremi6, y te serviremos”. (2 de Crénicas 10:4). Roboam buscé el consejo de los ancianos, quienes lo aconsejaron sabiamente: “Si te condujeres humana- mente con este pueblo, y les agradares, y les hablares buenas palabras, ellos te serviran siempre”. (2 de Cr6- nicas 10:7). Pero Roboam abandoné el consejo de los ancianos y buscé el consejo de “los jévenes que se habian criado con él”. Elfos le dieron un consejo necio: “Asi diras al pueblo... ‘Mi dedo mas pequefio es mas grueso que los lomos de mi padre. Asf que, si mi padre os carg6 de grave yugo, yo afiadiré a vuestro yugo: mi padre os castigd con azotes, y yo con escorpiones”. (2 Crénicas 10:10-11). 26 La soberania de Dios sobre el pecado humano Roboam acepté el necio consejo de los jévenes y el re- wultado fue la trdgica divisién de Israel en dos reinos que luchaban entre sf: diez tribus al norte y dos tribus al sur. Por qué reaccioné Roboam de esta forma necia y pecaminosa? Hay varios niveles de respuestas, pero el eacritor de 2 de Crénicas nos dice cual es la respuesta liltima: “Y no escucho el rey al pueblo; porque la causa era de Dios”. (2 Cronicas 10:15). A.eso es a lo que me refiero cuando hablo de la sobera- nnfa de Dios sobre el pecado. Dios puso un espiritu de mentira en las bocas de los profetas En segundo lugar, unos cuantos capitulos mas adelante, Acab, rey de las tribus de Israel en el norte, hizo una allanza con Josafat, el rey de las tribus del sur. Irian a la guerra en contra de Siria. Antes de ir, buscaron el consejo de los profetas; cuatrocientos profetas les acon- agjaron enfrentarse a Siria. Dios la entregarfa en sus manos, segtin ellos (2 Crénicas 18:11). Pero esos profetas estaban engafiados. El profeta ver- dadero, Micaias, le describié a los reyes lo que estaba sucediendo, Abrié una ventana hacia el cielo. Les ex- plicé que entre las huestes que se habian reunido de- lante de Dios habia un “espiritu de mentira” que se ofrecié a engaiiar a los profetas. “Saldré y seré espiritu «le mentira en la boca de todos sus profetas”. (2 Croni- iw 18:21), Entonces Dios le dice: “Ti le inducirds, y lo logrards; anda y hazlo asi”. Entonces el profeta ver- dadero, Micaias, le dijo a Acab: “Ahora, he aqui Je- hovd ha puesto espiritu de mentira en la boca de estos ttm profetas; pues Jehova ha hablado el mal contra ti”. 27

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