La función directiva es la que permite que permanezca en funcionamiento la
organización. Su definición y la naturaleza de sus actividades es compleja y su labor puede recogerse en estas tres áreas de actividad según exista un paradigma u otro de organización:
- Actividades estratégicas: formulación de los objetivos y metas de la organización.
- Actividades ejecutivas: Especificación y comunicación de las actividades que han de ser realizadas por cada Persona para que la organización alcance aquellas metas u objetivos. -Actividades de liderazgo: Motivación de las personas para que efectivamente desarrollen aquellas actividades.
REGLAS: 1.-Saber ordenar las prioridades 2.-Jamás delegar lo esencial 3.-Exigir mucho 4.-Actuar rápido 5.-Informarse bien 6.-Comprometerse
Las capacidades y habilidades que necesita un directivo para desarrollar esas
actividades son bastantes diferentes. En todo caso, si hay un tipo de cualidad que parece que siempre es necesario que los directivos posean es el relativo al liderazgo, ya que su inexistencia puede hacer que la organización tienda a desintegrarse. La dimensión estratégica de la dirección tiende al logro de buenos resultados en el plano de la eficacia de la organización. Supone también descubrir oportunidades en el entorno que permitan generar un alto valor producido por las operaciones de la organización, es decir conseguir una adaptación estratégica adecuada.