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Trabajo para el curso de Urbanismo

Madrid

Índice
1.- Introducción

2.- Historia
2.1-Madrid antes de ser Madrid
2.2-Origen de la ciudad de Madrid

3.-Evolución urbanística de la ciudad (por épocas)


3.1.-Madrid Islámico
3.2.-Madrid Medieval
3.3.-Madrid de Austrias
3.4.-Madrid de los Borbotes

4.-Geografía
4.1.-Ubicación
4.2.-Clima
4.3.-Ríos
4.4.-Suelos

5.-Morfología

6.-Demografia

7.-Estructura Urbana
7.1.-Sistema de viviendas
7.2.-Sistema de áreas verdes y recreación
7.3.-Sistema de centros
7.4.-Sistema de transporte y comunicación
7.5.-Sistema de infraestructura técnica
7.6.-Sistema de instalaciones especiales
7.7.-Sistema de industrias

8.-Uso de suelos y zonificación

9.-Normas vigentes

10.-Conclusiones

11.-Bibliografía
1.-Introducción

Madrid se ha convertido en relativamente pocos años, en una gran urbe cosmopolita,


llegando a ser nombrada en 1992 la Capital Europea de la Cultura.

La calidad de vida de sus habitantes es uno de sus grandes logros, llegando a ser
Madrid la primera ciudad europea en espacios verdes.

Pero también es Madrid un cruce de caminos. Enclavada en el centro de España, es


ruta obligatoria para las comunicaciones de un extremo a otro de nuestra geografía.
Aquí tienen su sede la Administración del Estado, el Gobierno y también reside la
Familia Real.

Sus gentes son muy heterogéneas, ya que Madrid ha sido un importante foco de
atracción de otras regiones. Por lo tanto, la mezcla de estilos, costumbres,
gastronomía y acentos enriquece su cultura
2.-Historia

2.1.-Madrid antes de ser Madrid


La ocupación urbana de los barrios que hoy flanquean ambas márgenes es
recientísima, pero la arqueología nos ha demostrado cómo allí se inicia lo que siglos y
siglos más tarde sería Madrid.

Muchas ciudades tomaron su nombre de un río, un lago, una montaña, o de cualquier


otro accidente físico o natural, y en Madrid esto se plasma de forma bien elocuente.

El nombre de Madrid, que quiere decir "abundante, rica en aguas", vino determinado
por una realidad externa al hombre, al habitante del lugar, el que sería llamado
"madrileño".
En vez de tomar su nombre del cerro, del castillo, de los agrestes barrancos que
rodeaban la fortaleza, Madrid lo tomó de lo que era consustancial a la entraña misma
de la tierra, sobre la que los hombres levantarían muros, casas y torres: "el agua, el
agua subterránea, rica bajo la ciudad"

Mucho antes de que los hombres decidiesen vivir agrupados en ciudades, y de que
existiese, por tanto, el fenómeno urbano, lo que siglos y siglos más tarde sería la gran
urbe de Madrid, el paisaje de Madrid ya estaba poblado, habitado.
El primitivo valle del Manzanares era un paraje idóneo para que los nómadas de la
Prehistoria diesen caza a enormes animales, además desarrollaban estos hombres de
aquel lejano Madrid toda una variada industria lítica.
El nomadismo Paleolítico dio paso a la ocupación sedentaria, más o menos estable.
Durante el Neolítico, alrededor de cuatro mil años de antigüedad, el valle decayó en
intensidad de población y ocupamiento, pero aún así, siguió ofreciendo albergue a
diversos agrupamientos humanos.

Se podría arriesgar a suponer que los árabes, en la segunda mitad del siglo IX, al
decidir levantar una fortaleza, no albergaban intención de provocar el desarrollo de
una ciudad, ni se sentirían, de modo especial en el papel de "fundadores", ya que las
circunstancias específicas de la construcción del castillo, hacen pensar que éste solo
perseguía finalidades defensivas, estratégicas y militares.

La abundancia de aguas, tanto del arroyo, que nacía en el seno mismo de la aldea,
como de otras fuentes y manantiales, que brotaban en las laderas de los cerros,
suministraban un abastecimiento de agua para la población, más que suficiente.

Y en esta situación, llegamos al momento histórico de la invasión musulmana de la


Península Ibérica, en el año 711.

Durante el primer siglo y pico de su dominación, en esa época casi total en el territorio
peninsular, el Vallejo de San Pedro no sería más que un puntito insignificante en una
inmensa geografía. La soldadesca musulmana, encontraría una extensa área natural

Aunque el emirato, primero, y el califato cordobés, después, no mostraran nunca


mucho mimo hacia Toledo, ésta seguía teniendo cierto carisma, acrecentado con el
hecho de emplazarse en el centro de la península.

Fue por tanto, en este altozano, donde los musulmanes deciden, en la segunda mitad
del siglo IX, levantar una fortaleza, para vigilar el camino que quedaba entre la sierra y
la comarca toledana.
Es, en ese momento, cuando oficialmente, comienza la historia de Madrid, una ciudad,
antes sólo enclave, llamado a ambiciosos destinos.

Zonas Paleolíticas madrileñas más representativas


2.2.-Origen de la ciudad de Madrid

El origen de la ciudad de Madrid es incierto, hoy se afirma por los hallazgos


arqueológicos que estuvo habitada en la época prehistórica. Durante la dominación
Romana Madrid fue un poblado aún de escasa importancia según las fuentes
romanas. Posteriormente los árabes fundaron una fortaleza Magerit formada por un
Alcázar y un pequeño poblado.

En el año 931, Ramiro II en la lucha contra los moros ocupó la ciudad como también
Fernando I la sitió. Fue en año 1083 cuando Alfonso VI la ocupo definitivamente y
transformó la mezquita mayor en un templo de la Virgen de la Almudena.

En el siglo XI la población de Madrid ascendía aproximadamente a 2.000 personas, el


trazado urbano era muy desordenado, las calles eran muy estrechas, no había
alcantarillado. Fue en el 1202 con el Monarca Alfonso VIII concedió a la villa el "Fuero"
de Madrid, texto que abarca derecho penal y procesal y en el que se reconocen
nombres de la ciudad como Magerit, Magirto, Mageritum , Madrit, Madride y Madrid.
En esta época fue cuando la ciudad se comenzó a llamar Villa del oso y del Madroño,
a finales de este siglo una epidemia arrasó la ciudad.

El primer ayuntamiento de la Villa se formó bajo el reinado de Fernando IV, estaba


formado por doce regidores que se reunían dos veces por semana.

Enrique III, en el siglo XV, comenzó con la tradición de Villa Real y fue en su reinado
cuando se construyó El Pardo.

Enrique IV fue el primer Monarca que falleció en Madrid en el año 1474.

Los Reyes Católicos dieron órdenes para limpiar y aumentar la higiene en la ciudad de
Madrid.

Luego continuaron los Austrias y finalmente hasta el momento actual los Borbones.
3.-Evolución urbanística de la ciudad
3.1.-Madrid Islámico
Madrid entra en la Historia de la mano del Emir cordobés Muhammad I (850-866),
cuando ordena construir un baluarte defensivo. La finalidad de este castillos era el
establecer un sistema estratégico, una muralla infranqueable, que permitiera conocer
los posibles avances de las tropas cristianas con suficiente antelación y que sirviera
también de freno a estos ataques.
La construcción del baluarte madrileño se debió plantear como fortificación de
empeño, con recios y sólidos muros y fortificaciones Además, el hecho de que el
castillo de Madrid quedase a mitad de camino entre las montañas de Guadarrama y
Toledo, le otorgaba carácter de llave o bisagra en la seguridad de los árabes.
En esta primera "almudena" del siglo IX hubo habitantes, además de soldados.
Nos hallamos por tanto, no sólo ante un hecho físico, el castillo, embrión del futuro
Madrid, sino también ante una primera población de madrileños. Esos habitantes,
aunque se dedicaran a menesteres no directamente bélicos, dependerían de los jefes
militares de las guarniciones.

Dentro de este recinto pueden diferenciarse tres áreas: al norte, el castillo; en el


centro, un espacio vacío a modo de campo de maniobras, llamado luego Campo del
Rey, y hoy Plaza de la Armería, que suele darse siempre en fortalezas importantes; y
al sur, la "almudayna" o pequeña ciudad.
El itinerario que dibujaba la primera muralla del siglo IX alcanzaba cerca de dos
kilómetros, abriéndose varias puertas cuya localización aproximada se conoce,
aunque no se conserven.función. La más importante debió desempeñarla la Puerta ó
Arco de la Almudena, situada en la actual calle Mayor, frente a la del Factor.
Otra puerta importante fue la de la Sagra o de Al-Xagra, que formó parte de la muralla
de Madrid del siglo XII. Esta puerta, debió ser de uso preferentemente militar por su
inmediatez a la fortaleza y porque el caserío del Madrid árabe se extendía en el lugar
opuesto a éste, separados ambos por el posteriormente llamado Campo del Rey.
La primera muralla de Madrid, construida con piedra de pedernal unida con cemento,
formado por una mezcla de agua, cal y arena, alcanzó gran popularidad en el mundo,
en tiempos medievales, por su fuerza y solidez. La altura de la muralla sería
ligeramente mayor de la que es posible ser apreciada en la única sección conservada,
la de Cuesta de la Vega.
Dentro de la superficie de la Almudena, de unas nueve hectáreas, el callejero
enmarañado y tortuoso, a juzgar por lo típico de las ciudades musulmanas, incluso las
situadas en llano y las edificaciones civiles se situaban al sur.
No destaca realmente ninguna vía, aunque sí hay una, que debió ser forzosamente
notable y que unía, de forma algo retorcida, pero con trazado claro y continua, las dos
puertas principales, las de la Vega y de la Almudena. De
esta calle, en su margen norte, salían otras dos calles, a espaldas de la mezquita, y
que unidas, conducían a lo que luego llamarían Campo del Rey
En el Madrid musulmán pudo haber algo de mercado delante del castillo, ante la
mezquita o en las inmediaciones de las puertas, sobre todo de la de Santa María o
Almudena, tanto a intramuros como fuera, ya que el paraje era llano, al contrario que
en la Puerta de la Vega.
Para atender las demandas de las tropas acuarteladas, debieron existir talleres de
oficios vinculados al ejército musulmán, que debían situarse no lejos del
acuartelamiento estricto, o sea el Alcázar.
Se cree que el mantenimiento de un barrio, en la época de los Austrias, donde
predominaban oficios militares, tenía sus raíces en el Madrid árabe, al tener la zona
indicada, junto a la Puerta de la Vega, carácter de barrio militar, con sus herreros,
carpinteros, caballerizas, armeros, guarnicionerías, fraguas, etc.
Pero tanto la población militar como la civil, no se abastecían sólo de estos productos
o faenas ligados a lo bélico. Por muy pequeño que fuese Madrid en estos siglos de
presencia musulmana, debían darse forzosamente otros oficios, normales en toda
población medieval.
Estos oficios, podían atender las necesidades del castillo, pero sobretodo las de la
población civil de la medina. En Madrid, vivirían y trabajarían zapateros, alpargateros,
sastres, teleros, barberos, panaderos y quizás algún orfebre o algún especiero entre
otros. Una de las actividades de Madrid, que alcanzó fama y prestigio, posteriormente
perdida, fue la alfarería.
Junto con los quehaceres generados por la presencia militar, y los demás oficios
propios de toda población, la ocupación mayoritaria entre los madrileños, fue la
agrícola y hortelana.
También se sabe que, toda población hispano-musulmana aparecía siempre dentro de
un gran anillo vegetal, como consecuencia de la afición de los musulmanes de España
a poseer cada uno su trozo de tierra donde plantar árboles y flores.
Existe un interesante documento del siglo XIV, donde se hace una descripción del
entorno natural de la villa, que admitiendo cambios y modificaciones, no debía ser muy
diferente del aspecto de varios siglos antes.
Este documento, habla de cebadales, campos de pan llevar, garbanzales, azafranales,
viñas, parrales, nogaledas, melonares y huertos, donde se cultivan manzanas, higos,
cerezas, granadas, ciruelas, almendras, peras, albaricoques, cermeñas, duraznos,
membrillos y moras, además de rosales.
La impronta del Madrid musulmán fue quizás mucho mayor de lo que hoy imaginamos
en el posterior desarrollo de la Villa y de la Corte.
Representación imaginaria, en 1956, de la muralla árabe,
en la que se aprecia claramente la Puerta de la Vega.
Autor P. Schild.

Casas Hispano-Musulmanas.
La de la izquierda consta de tres habitaciones, una de ellas de estar y las otras, dormitorios
que en el caso del de la derecha , también sirve de almacén.
La casa central es poco usual en nuestras ciudades. Posee dos pisos, cocina independiente,
entrada con zaguán en zig-zag para preservar la intimidad del patio, sala de estar y
habitaciones definidas.
La costumbre de colorear la parte baja de los muros exteriores se continúa,
hasta nuestros días, en muchos pueblos de la zona.

Atalaya Musulmana hacia los siglos VIII y IX.


3.2.-Madrid Medieval

Se puede afirmar ,que, la clásica segunda muralla medieval es de la segunda mitad


del siglo XII. La muralla cristiana debió levantarse para encerrar y proteger los
nuevos barrios consolidados, los diez distritos parroquiales y la superficie urbana que
la misma abarcaba, que era considerablemente mayor que la "almudena",
aumentando también el número de puertas de entrada a la ciudad.
Y se sabe, porque con posterioridad, dicha muralla se utilizó para adosar casas a
ambos lados, sirviendo la muralla de medianería entre ellas.
Se ha comentado anteriormente que la superficie y población de Madrid debió crecer
enormemente en la primera mitad del siglo XII, así como también que, durante el siglo
XI, y antes de la conquista cristiana, debieron surgir arrabales fuera de la primera
muralla, la musulmana. El crecimiento del siglo XII se tradujo en la consolidación de
barrios, todos situados a oriente de la vieja Almudena.
Estos sectores se irían viendo definidos a lo largo del siglo, y en diferentes momentos,
se procedería a la construcción de edificios parroquiales, estas parroquias
suministraron la clásica estructuración en distritos parroquiales de la ciudad medieval
cristiana.
Un enigma inquietante es la cuestión de si la trama urbana del siglo XII existía ya
antes de la conquista cristiana o es producto, íntegra y culturalmente, de la civilización
cristiana.
La división política y religiosa de la Villa, siguiendo este esquema, es inequívocamente
occidental, pero aún en nuestro siglo XXI el urbanismo de estos barrios, aún contando
con las innumerables reformas, amputaciones y apertura de nuevas calles, operadas a
lo largo de los siglos, rezuman un inconfundible sabor mudéjar.
Las manzanas de casas no eran regulares, y las calles y plazuelas se disponían, por
un lado, de manera caprichosa, laberíntica e irregular, y por otro lado, a veces, con
pasmosa economía, como las vías que van de puerta a puerta de la muralla o de
parroquia a parroquia, comunicándolas rápida y eficazmente.
El contraste entre los barrios medievales, de innegables características mudéjares, y
los surgidos luego, en la época de los Austrias, de calles rectas y manzanas regulares,
es incuestionable.
La escasez de espacios públicos, dentro de los muros, es otro factor mudéjar, pero la
presencia de pequeñas plazuelas, delante de cada parroquia, y a donde confluyen las
diversas calles de la collación, es signo inequívoco de mudejarismo.
La comunidad hebraica madrileña debió ser pequeña y humilde, habiendo salido
ciertas fortunas de la agricultura y de la artesanía, apareciendo a lo largo del siglo XIV
cambistas y arrendadores, siendo famosos los médicos de esta raza.
Pero en los siglos XIV y XV, con el desarrollo urbano dominante siempre hacia el este,
había quedado en una ubicación marginal y poco práctica, con las casas y calles
prácticamente al borde del escarpe que separaba el Alcázar del Campo del Moro.
Sin embargo, y al ser la aljama madrileña poco notable, se documentan judíos en los
puntos más diversos y distantes de la villa y arrabales.
Tres tipos de arquitectura popular.
A la izquierda, mampostería dada de llana con zócalos de color azul.
En el centro, casa de adobe y madera con soportal.
A la derecha, piedra en la parte baja y ladrillo en la superior.
En cualquier caso, es de notar la pobreza de los materiales.

Casa solariega de finales del siglo XIV o comienzos del XV.


Compagina la labor de ladrillo con mampostería de piedra dada de llana, forma muy peculiar
hasta bien entrado el siglo XVIII. La portada, gótica, está basada en las del hospital de La
Latina y de la casa de los Lujanes. La distribución es la típica desde época islámica, es decir,
con patio interior y entrada independiente a cuadras y corrales.

Esquema de tienda del periodo Bajo Medieval.


Simples cubículos en los que a duras penas cabe el artesano,
con poco más mobiliario que un armario y un mostrador.
La reproducida aquí es de un pañero con taller en la parte posterior.
Reproducción del plano de Madrid
en tiempos de los Reyes Católicos.

Muralla Musulmana siglo IX y Cristiana siglo XII


3.3.-Madrid de Austrias
El crecimiento de Madrid fue veloz y ambicioso durante los casi cuarenta años de
reinado de Felipe II, existían unos limites dados por una cerca o tapia de materiales
pobres - ladrillo, argamasa, escombrera - que dibujaba el siguiente perímetro: Esa
cerca arrancaba de la muralla del siglo XII, junto a la Morería no lejos de la Plaza de la
Paja, bajaba hasta la calle de Toledo, y giraba, en línea suave, más o menos continua,
hasta el portillo de Antón Martín.

Pero, una de las primeras consecuencias de la capitalidad de Madrid, y quizás la más


grave, fue la demanda de vivienda que generó la ingente población que cayó sobre la
ciudad.

El Ayuntamiento, se encontró en poco tiempo ante una situación de crecimiento


desaforado, caótico e incontrolado. Las casas fueron levantadas deprisa y corriendo,
sin garantías de salubridad, con materiales pobres y malos, y sin guardar las más
elementales normas de urbanismo.
Los propietarios de los solares, campo, fincas o huertas los vendieron o parcelaron
con rapidez, queriendo aprovechar la sorprendente demanda de vivienda o
alojamiento.

Las fachadas no guardaban, por lo general, una alineación continua, lo que hacía que
las calles tuviesen recovecos, entrantes y salientes continuamente. También en los
voladizos, se producían toda clase de excesos.

Esta situación, llevó a la necesidad de crear un organismo, mitad dependiente del


Concejo, mitad de la Corona, que pusiera freno a estos libertinajes y desarreglos
urbanos, que daban a la Corte un aspecto caótico e improvisado.

En 1625, el joven rey, Felipe IV, ordenará el levantamiento de una cerca o tapia, que
impida este crecimiento gigantesco, que ya producía sobre la vida cotidiana y legal de
los madrileños toda una serie de inconvenientes y problemas.

Esta cerca perseguía, no sólo cerrar, con fines fiscales y policiales, los numerosos
nuevos barrios surgidos, sino sobre todo, impedir que el crecimiento continuara.
Y se detuvo, pues la ciudad no volvió a crecer hasta el siglo XIX, dentro de los límites
marcados por dicha cerca de 1625.

La circulación interna de este Madrid, de 1625 en adelante, estuvo regulada o


canalizada por una serie de arterias principales que, partiendo de la Puerta del Sol o
de puntos cercanos al casco medieval, conducían en líneas más o menos rectas o
claras, a los puntos extremos mas alejados de la ciudad.

El crecimiento incontrolado también impidió la posible planificación, por parte del


Ayuntamiento, de plazas y espacios públicos.
El espontáneo caserío que fue amontonándose entre 1561 y 1625, no dejaba espacio
o plazas, ya que los vendedores de solares y constructores solo se preocuparon por
rentabilizar al máximo el terreno.

Esa era la razón por la que el Madrid de los Austrias carecía de plazas de cierto
relieve. Surgieron ciertas plazuelas, estrechas e irregulares, en el encuentro o
encrucijada de cuatro o cinco calles

Además del aspecto de sistema o red radial de las grandes calles, se advierte
también, cómo, desde el momento de construcción del Palacio del Buen Retiro, a partir
de 1629, Madrid se ve flanqueado, al oeste y al este, por sendos y representativos
palacios reales, el viejo Alcázar y el flamante del Buen Retiro.
Recreación del Madrid de mediados del XVI
partiendo del grabado realizado por Juan Wingaerde entre 1556 y 1560

Reconstrucción de la fachada principal del Alcázar


después de las reformas de Carlos I,
destacando la portada flanqueada por los cubos del castillo primitivo.

Reconstrucción de la fachada principal del Alcázar


después de las reformas de Felipe II,
quien ordena levantar una torre al oeste llamada "Dorada"
y una galería que la une con el cubo izquierdo de la portada.

Fachada del Alcázar madrileño en la primera mitad del siglo XVII.


Como se puede observar, se ha ampliado en su lado este buscando una simetría que,
la falta de presupuesto, deja solo a medias.
3.4.-Madrid de los Borbones
En el año 1700, a la llegada de los Borbones, Madrid tenía sustancialmente la misma
superficie urbana que cuando, en 1625, Felipe IV había ordenado levantar una cerca
que rodeaba la ciudad, cortando el vertiginoso crecimiento de la Corte.
Pero también, en 1700, Madrid seguía siendo una ciudad sucia, desordenada,
polvorienta, con edificios muy humildes, que carecía de servicios urbanos
Enseguida, la Corte borbónica se dio cuenta de lo inapropiado de Madrid como capital
de la dinastía borbónica, que era la hegemónica en el continente, y la carencia de esta
ciudad para ofrecer una suntuosidad acorde con la buscada por la grandeza de los
Borbones.
La primera esposa del monarca, María Luisa Gabriela de Saboya, preparó algunos
programas de embellecimiento de la Corte, que buscaban primordialmente el realce de
los espacios reales y cortesanos.
Uno de los proyectos que fomentó, ciertamente el de mayor relieve, fue la construcción
de un nuevo y suntuoso palacio, al este de Madrid Este nuevo palacio, en lugar
mucho más grato y soleado que el viejo Alcázar.
Ribera allanó el terreno, dispuso parterres y senderos, glorietas y fuentes, y a un lado
y no en el centro del paseo, junto a la antigua carretera de Castilla, levantó una
preciosa capilla o ermita, dedicada a la citada Virgen, su primera obra maestra en el
diseño arquitectónico.
El genio de Ribera, como proyectista urbano y como arquitecto, levantó un soberbio
puente, muy largo, ya que no sólo había que abarcar el cauce del río, sino la ancha
vaguada del mismo, tal como había hecho el gran Herrera con el puente de Segovia
en el siglo XVI. La fortaleza del puente admiró a las gentes. El puente, aún hoy,
sigue desafiando la garganta ventosa del río Manzanares, y después de un fustrado y
espantoso intento de derribo en tiempos franquistas, aún sigue admirando
Ribera llevó a cabo una innumerable serie de trabajos, tanto dentro del casco urbano
como en la periferia: fuentes públicas, ensanchamiento de calles, nuevas
canalizaciones, puentes sobre arroyos y vaguadas, y edificios públicos para servicios
del Concejo.
Con el reinado de Fernando VI, las obras avanzarían a un ritmo más bien lento,
absorbido el interés del nuevo rey por la mejora y urbanización de Aranjuez, cuyo
palacio había sido destruido por un incendio en 1748, aprovechándose para remodelar
el Sitio Real y todo el entorno, que se convirtió desde entonces en un paraje de belleza
inolvidable.
Al llegar desde Nápoles Carlos III, en 1759, se encontró con que las obras del Palacio
Real marchaban a un ritmo de tortuga. Puso al frente de las mismas a un arquitecto
siciliano, Francisco Sabatini, que había trabajado ya para el rey como ayudante de los
dos arquitectos encargados de remodelar la tortuosa Nápoles, Fuga y Vanvitelli.
Muy poco después de arribar a Madrid, en 1761, Carlos III ordenó la construcción de
dos edificios públicos, fundamentales para su política administrativa centralizadora:
una nueva casa para Aduana, en la calle de Alcalá, que edificó Sabatini, y una casa
central de Correos, en la Puerta del Sol, que se adjudicó a Marquet, desechando un
proyecto anterior del defenestrado Ventura Rodríguez.
Por otro lado, hay que reconocer que el siguiente período, el de Carlos III, fue
urbanística y arquitectónicamente tan interesante y fructífero, que acabó eclipsando lo
hecho anteriormente.
Los agradables paseos del sur, dispuestos entre la ciudad y el río Manzanares, se
comienzan en torno a 1750, aunque se trabajará en su urbanización hasta bastantes
años después. Son obra de un capitán del ejército, José Salcedo, que firma un plano
pormenorizado de la zona de los paseos.
Estos, son anchos y rectilíneos ejes, amenizados con grandes plantaciones de
árboles, hermanos de los famosos paseos verdes de los alrededores de Aranjuez.
Tomando como punto de partida las dos puertas del sur de la cerca, las de Toledo y
Atocha, se abren largas avenidas de árboles, que en decidida pendiente del terreno,
bajaban hasta el río.
Estos paseos, se agrupan fundamentalmente en tres sectores: el tridente que sale de
Atocha, los paseos paralelos al río, y el rombo de ocho ejes entre la Puerta y el Puente
de Toledo. Tanto su espíritu como su planta y el aprovechamiento urbano del paisaje,
responden a criterios barrocos.
La conjunción entre ciudad y paisaje responde asimismo a la idea ilustrada de llevar la
ciudad al campo y el campo a la ciudad.
Los urbanistas y arquitectos técnicos de la época de Carlos III no acometieron la
radical transformación del casco histórico de la capital, que siguió siendo, a grandes
rasgos, intrincado, tortuoso y laberíntico. Debieron comprender que tal transformación
encerraba tremendos e insuperables problemas y conflictos, además de ser costosa y
lenta.
Prefirieron sin embargo embellecer y dignificar la periferia, rodear la Corte de un
cinturón verde, con jardines y alamedas, salpicados de fuentes y monumentos. Dentro
de esta tendencia, y una de las primeras realizaciones del reinado, hay que situar el
proyecto de ordenar y dignificar el viejo y umbrío Prado de los Jerónimos, que pese a
ser el paseo predilecto de los madrileños, presentaba aún un aspecto casi silvestre.
El llamado entonces Salón del Prado, fue ordenado urbanísticamente por José de
Hermosilla El Salón del Prado se concibió, desde el primer momento, como una obra
ambiciosa y de carácter cosmopolita y europeo La dimensión urbana-jardinística del
Prado se completó de modo muy acertado, con la inclusión de dos realizaciones ad
hoc: el Jardín Botánico y el Museo de Ciencias Naturales.
El palacio neoclásico, de una modernidad sorprendente, pero también de un curioso y
práctico electicismo, dispuso una de sus tres fachadas autónomas, la de mayor
longitud y repercusión urbana, paralela al eje longitudinal del Salón del Prado.
Carlos III ordenó renovar la mayor parte de las puertas de la cerca de Madrid.
La puerta de Bilbao o Recoletos se atribuyó siempre a Carlier, arquitecto francés de
tiempos de Fernando VI, lo que plantea dudas, pues su lenguage arquitectónico y
ornamental es más rococó, y por tanto anterior.
Es cierto que no se modificó sustancialmente la trama urbana, ni se abrió una sola
plaza en el casco urbano. Quizás la situación histórica carecía de una madurez
asentada, que a buen seguro con el tiempo habría dado sus frutos.
Estan nuevas edificaciones, fueron aprovechadas por el Concejo para alinear casas,
ensanchar calles y hacerlas más rectas o coherentes.
Se levantaron también nuevos palacios de la nobleza.
La ciudad entera, aunque sustancialmente la misma, cambió de piel y se rodeó de un
gran cinturón verde. La población creció con el progreso y paz vividos desde la llegada
de Fernando VI, pero no hubo posibilidad de crecimiento urbano al quedar la Corte
encorsetada en la cerca de 1625.
Esto encareció los precios de los cuartos viviendas, hizo que se edificara en cualquier
espacio vacío, con los aumentos de insalubridad y falta de higiene, señalando ya
algunas voces críticas el estado de hacinamiento en que la población madrileña
estaba.
A pesar de la cerca, la población más desfavorecida, que ni siquiera podía aspirar a un
mísero cuartucho en el interior, fue estableciéndose fuera de aquella, surgiendo
algunos suburbios miserables al sur.
Ante eso creció la necesidad de resolver el hacinamiento de la población intramuros, y
aconsejando en fecha tan temprana, antes de 1800, la realización de un ensanche
para Madrid, que supusiera nuevo suelo para la vivienda y un crecimiento ordenado y
moderno de la Corte.
Para lograrlo, se tendría que esperar a 1859.
4.-Geografía

4.1.-Ubicación

La posición geográfica de Madrid, tomando como referencia el Observatorio


Astronómico de ésta, es de 40º 24´ 30" latitud Norte y 14º 45´ longitud Oeste de
Greewich.

4.2.- Clima

El clima de Madrid puede considerarse extremado. De una parte su situación en el


centro de la Península y de otra su altura sobre el nivel del mar (667 m.) dan como
consecuencia los excesos climáticos.
Las temperaturas medias mensuales en Madrid son: enero, 4´9º; febrero, 6´3º; marzo,
8´5º; abril, 11´1º; mayo, 16´8º; junio, 20´2º; julio, 23´8º; agosto, 23´9º; septiembre, 18
´9º; octubre, 13´4º; noviembre, 8´2º; diciembre, 5º. Una temperatura media anual de 13
´4º.
Madrid queda en pleno centro de España seca, con medio metro de precipitación
anual; febrero, mayo y, en menor medida, noviembre son los meses más lluviosos.
Los mismos de sequía corresponden a julio y agosto. Suele nevar un promedio de tres
días anuales, y las mayores frecuencias se alcanzan en los meses de diciembre y
febrero.
No son habituales las nieblas, salvo en diciembre, y las tormentas acostumbran a
tener su mayor intensidad y numero en mayo y septiembre. El promedio de dias
despejados al cabo del año es de 130, de nubosos, 172, y de cubiertos 63.

4.3.-Rios

Hidrográficamente, la comarca de Madrid esta en la llamada vertiente occidental de la


Península, y sus rios son de la cuenca del Tajo: Jarama, Lozoya, Guadalix, Henares,
Manzanares, Tajuña, Guadarrama y Alberche. De ellos, es el Manzanares el que pasa
por la capital, bajando desde el puerto de Navacerrada y yendo a verter sus aguas al
Jarama, que es, a su vez, el principal afluente del Tajo.

4.4.-Relieve

Desde el punto de vista geológico, se puede dividir su territorio en tres zonas


principales y casi paralelas. Es la primera la del noroeste, o la sierra, que constituye
una de las formaciones graníticas mas antiguas de la Península; la zona central, de
arenas y arcillas pliocenas y cuaternarias, y la del sureste, de calizas, arcillas, yesos y
pedernales del mioceno (terciario). La linea de separación de las dos primeras va
desde Villa del Pardo a las cercanías de Uceda, y limite de la segunda y tercera pasa
por el sur, para dirigirse, de un lado, por la carretera de Toledo y del otro hacia la
carretera de Aragón.
5.-Morfología
Al mirar en un mapa la Comunidad de Madrid, resulta así como un triángulo
equilátero, en cuyo centro se hallaría la ciudad.Parece que los límites de
geográficos resultan de considerar los elementos naturales: por un lado, el
sistema central, por otro el deseo de incluir el Real Sitio de Aranjuez (lo que llevó
a extenderlo hasta el tajo), y finalmente el tercer lado del triángulo, que resulta de
la ruptura de las cuencas fluviales y otras unidades geográficas.

La Comunidad de Madrid ocupa una superficie de 8.028 Km./2


(aproximadamente el 1,6% del total del territorio español. Poniéndonos pedantes
y si quieres más datos, su posición correcta es de 40º 24´30´´ longitud Oeste.
6.-Demografía
Según los datos del Padrón Municipal, de 1996, la población en la Comunidad de
Madrid es de 5.022.289 habitantes, mientras que cien años antes, en 1900, apenas
alcanzaba los 773.011. En lo que va de siglo, como media, la población de la región se
ha duplicado cada treinta y cinco años, siendo el municipio de Madrid el que ha
polarizado el crecimiento demográfico; en 1970 contaba con el 83 por ciento de la
población regional.

Esta dinámica se verá interrumpida, sin embargo, a mediados de los setenta, cuando
comienza a disminuir la tasa de crecimiento hasta llegar a ser, en los últimos años,
prácticamente cero. En los noventa, la población ha seguido disminuyendo y el
balance migratorio se ha vuelto negativo: en la actualidad son más las personas que
cambian su lugar de residencia a otra comunidad o al extranjero que las que vienen a
vivir a Madrid.

Estas variaciones en los procesos demográficos han venido acompañadas por


profundos cambios en las pautas de ocupación del territorio. A partir de 1975, la
población de la ciudad había comenzado a disminuir, al tiempo que se producía un
crecimiento vertiginoso en la corona metropolitana, principalmente en los municipios
del sur y del corredor del Henares. De los aproximadamente cinco millones de
madrileños, el 78 por ciento, casi cuatro millones, viven en tan solo siete municipios:
Alcalá de Henares, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Madrid y Móstoles.El
resto de la población, algo más de un millón de personas, se distribuye entre los 172
municipios restantes. Esta dispar distribución da lugar a una muy elevada densidad de
población en la capital, frente a otra muy reducida en determinados municipios del
norte de la región, y condiciona la estructura económica de la Comunidad. Los focos
urbanos de baja densidad y las zonas verdes se concentran en el oeste,
extendiéndose hacia la Sierra de Guadarrama. El arco suroeste-noreste acoge la
mayor parte de la actividad industrial. El uso terciario y los grandes equipamientos
afectan prácticamente a toda la ciudad y su periferia; destaca el aeropuerto de Barajas
en el noreste y la zona militar de Campamento en el suroeste. El municipio de Madrid
tiene actualmente el 57 por ciento de la población regional, mientras que la corona
metropolitana ha pasado de un 11 por ciento en 1970 a un 34 por ciento en 1996.
7.-Estructura Urbana

7.2.-Sistema de áreas libres


Madrid respira mejor que cualquier capital de Europa. Al menos así lo expresan las
estadísticas, que señalan que la capital de España es la segunda ciudad del mundo en
número de árboles de alineación, con 248.000 unidades, sólo superada por Tokio
Con esa cifra, la feria de los parques justifica su presencia en una ciudad en la que la
proporción de metros verdes por habitante supera también la media europea. Hasta 70
metros cuadrados por ciudadano se cuentan en Madrid, muy por encima de los cinco
metros del conjunto de las ciudades españolas, de los 15-20 metros de la UE o de los
30-35 metros de los que disfrutan en Estados Unidos.

Pulmones históricos
La posición privilegiada de Madrid tiene mucho que ver con los grandes pulmones
históricos que respiran en el centro de la ciudad. Pocas ciudades pueden presumir de
tener puntos de partida como el Parque de El Retiro o la Casa de Campo.
El Retiro: El otro "pulmón" de la ciudad. Este en pleno centro. Comienza siendo una
ampliación a monasterios de los Jerónimos, para el rey Felipe IV. Se construye el
Palacio del Buen Retiro, rodeado de un gran parque. Hoy de todos aquellos edificios
sólo queda el Casón y el Salón de Reinos, lo que es el Museo de el Ejército, que
quedan ambos fuera del recinto del parque. Con Isabel II se realizaron los diseños de
jardines, y trazaron paseos como el de las estatuas, hoy de Argentina. El parque es un
auténtico museo de escultura al aire libre, con un monumento único dedicado a
Lucifer: de Angel Caído de Ricardo Bellver, otro caso singular es el trabajo de Mariano
Benlliure a el general Martínez campos.
El estanque grande es el eje en torno al cual gira la vida del parque. Se puede
practicar el remo, pasear disfrutando de la variada oferta de mimos, barquilleros,
músicos o teatro de marionetas, e incluso tomar el sol.
La vida cultural es otro referente del parque. El Palacio de Velázquez, el de Cristal y la
Casa de Vacas, son habituales del circuito de exposiciones en la ciudad.

Casa de Campo: Sus 1800 hectáreas y su proximidad a Madrid han hecho de la Casa
de Campo el principal pulmón de la ciudad. Fue creado en 1560 por Felipe II, como
sitio de caza, y en 1931 pasó a ser público, siendo hoy uno de los lugares preferidos
por los madrileños para el descanso y entretenimiento. Conserva bastante bien sus
características de monte bajo, reflejadas en sus especies arbóreas y vegetales como
encinas, castaños, plátanos, fresnos, sauces, etc.
Se puede navegar en el lago artificial y tomar después, un refresco en cualquiera de
los múltiples chiringuitos mientras se disfruta de una de las mejores vistas del perfil de
Madrid.
Una forma especial de llegar a la Casa de Campo es tomando el Teleférico que sale
de Rosales y ofrece desde el cielo una imagen única de esta parte de la ciudad.
En las afueras
La política del Ayuntamiento también incluye otra línea de actuación dedicada a la
recuperación de los parques históricos de los distritos centrales: desde el saneamiento
de El Retiro hasta el acondicionamiento del eje de la Casa de Campo y el Parque del
Oeste.

Sin embargo, las intervenciones más destacadas se han seguido en las afueras de la
ciudad. Al desarrollo de los grandes parques de distrito –Pradolongo, Rodríguez
Sahagún, Cuña Verde de Latina, Las Cruces y Huerta del Obispo– se han sumado el
inicio de las obras en el Parque Lineal del Manzanares y la redacción del proyecto del
Parque de Valdebebas, que añadirán 1.700 hectáreas a la capital.
7.3.-Sistema de centros

Todo lo que no se refiere al centro de Madrid va a ser descrito por barrios y vecindarios
o por el tipo de actividad que predomina en la zona (negocios, comercios,
residencial...).

Madrid es una ciudad muy grande y en esta sección que describe las zonas vamos a
centrarnos en lo que está dentro del perímetro de la M-30 (carretera de
circunvalación). También tenemos disponible un mapa esquemático del extrarradio de
Madrid , donde se indican los principales acceso a la ciudad así como los barrios más
importantes.

Dejamos sin mencionar algunas áreas por ser exclusivamente residenciales o por
carecer de nigún interés el visitarlas. Debemos recodaros que existe una página
exclusivamente dedicada a las zonas del centro de la ciudad
Zonas centro

Madrid es una ciudad cuyo centro no tiene una estructura urbanística muy definida.
Las calles tienen en su mayoría, y especialmente en el casco antiguo, una disposición
un tanto arbitraria. Por ello, es poco común explicar la localizaciones en términos de
manzanas o bloques que es algo muy empleado en guías de ciudades con estructuras
lógicas como Nueva York.

Madrid puede dividirse de muchas maneras.


Nuestro criterio se ha guiado no tanto por los barrios de la ciudad como por las áreas
que tengan cosas en común.
Aquí hablaremos de las zonas que están en el centro o cerca del centro, pero también
puedes obtener información sobre otras zonas de menor interés o más alejadas del
núcleo de la ciudad.

Alonso Lavapiés
Martínez
Atocha Malasaña
Chueca Moncloa-
Argüelles
Las Cortes Opera
Gran Vía Paseo del
Prado
Huertas El Rastro
LaLatina Salamanca
Sol
Mapa de accesos a Madrid
En este mapa mostramos los principales accesos a Madrid, así como las zonas que rodean el
centro más importantes. Encontrarás más información en la sección de transporte: llegar y salir

Aparecen indicados los dos cinturones más cercanos a la ciudad: la M-30 y la M-40

Acceso en carro

Madrid tiene seis vías principales de acceso a la ciudad: desde la N-I hasta la N-VI
(la 'N' corresponde a Carretera Nacional). También cuenta con dos circunvalaciones, la
interior es conocida como la M-30 y la exterior como M-40.

N-I (Carretera de Burgos)


También conocida como la 'Autovía del Norte', conecta Madrid con Burgos y desde allí
se puede ir hacia Cantabria o hacia el País Vasco y es la ruta para llegar a Francia vía
Irún. También es la ruta para llegar a los puertos desde donde salen los barcos
transbordadores que van a las Islas Británicas. Lo más cercano es la Sierra Norte
Madrileña, y en su ruta Miraflores de la Sierra, San Agustín de Guadalix y más
adelante el pantano de el Atazar.
N-II (Carretara de Barcelona)
Es una autopista que va directa a Barcelona y a la Costa Brava, vía Guadalajara,
Zaragoza, cruzando el Desierto de los Monegros y pasando junto a Lérida (Lleida).
También conecta con el sur de Francia vía La Junquera.
N-III (Carretera de Valencia)
Se toma para viajar a Cuenca, Albacete, Murcia, a las ciudades costeras
mediterráneas de Alicante (Costa Blanca), Valencia y Castellón (Costa del Azahar).
N-IV (Carretara de Andalucía)
Es la ruta a las siguientes ciudades: Ciudad Real, Jaén, Córdoba, Sevilla, Granada,
Almería, Málaga y Cádiz, Jerez de la Frontera, Tarifa, y a las zonas turísticas de la
Costa del Sol y de la Costa Cálida, así como a Gibraltar y a los ferries que van a
Marruecos.
N-V (Carretera de Extremadura)
Es la autovía para llegar a Talavera, Trujillo, Cáceres, Mérida, Badajoz, a Lisboa y al
Algarve (en el sur de Portugal). También es una buena ruta alternativa para ir al oeste
de Andalucía.
N-VI (Carretera de la Coruña)

Por esta carretera puedes llegar a El Escorial, Segovia, Avila, SalamancaLeón, a las
regiones de Galicia y Asturias, y al norte de Portugal.
7.4.-Sistema de transportes y comunicaciones

 Metro de Madrid

El metro de Madrid es uno de los mejores del mundo, tiene 11 líneas y recorre 171
kilómetros y tiene un total de 158 estaciones. Su uso se puede hacer en el horario que
va desde las 6.00 hasta las 01.30 de la mañana funcionando todos los días del año.

Para viajar puedes comprar un billete sencillo o lo que es mejor comprar un billete para
diez viajes que no solo es más barato si no que también podrás viajar en autobús
dentro de Madrid; y si te vas a quedar por una estancia larga en Madrid y vas a viajar
mucho dentro de la ciudad, te convendría sacar un abono mensual que no solo te
permitirá viajar en metro, sino también en autobús y tren dentro de la ciudad.
(aproximadamente 32,30 euros)
 Trenes de larga y corta distancia

CERCANÍAS: El horario de servicio es de aproximadamente 6.00 de la mañana y


finaliza a medianoche aproximadamente.

Este tren va y viene de los pueblos alrededor de Madrid y debido a su calidad,


velocidad y confort puede ser también un buen medio de transporte para desplazarte
rápidamente y conocer más lugares. Muchas de las estaciones del tren de cercanías
coinciden con paradas de metro de Madrid lo que facilita aún más la comunicación y la
comodidad del pasajero para su desplazamiento en la ciudad y alrededores.

Para abaratar los costes se pueden sacar bonos de diez viajes.

LARGA DISTANCIA:

* Los billetes de tren se pueden adquirir en la propio estación, en algunas agencias de


viajes, incluso a través de servicios de mensajería que lo entre gan en donde usted
desee. En estos dos últimos casos tenga en cuenta que se paga una pequeña
comisión.
* También puede adquirir los billetes por Internet en la dirección (www.renfe.es) siendo
posible anular dicha compra sin gastos hasta dos horas después de haberla realizado
y con un 15% de retención hasta 1 hora antes de la salida del tren. Consultando la
página web de Renfe puede encontrar información detallada sobre horarios, precios,
itinerarios, etc.
* Es conveniente llegar a la estación con suficiente tiempo de antelación respecto a la
hora de salida para evitar perder el tren pero también con el fin de poder buscar
tranquilamente el vagón correspondiente y el asiento asignado e ins talar el equipaje
cómodamente, de esta forma iniciaremos nuestro viaje relajados.
* Se podrán destinar vagones y departamentos para fumadores, incluyen do cabinas
de literas y camas utilizadas por más de una persona, siempre e n cuantía igual o
inferior al 36% del total de plazas

 Autobuses
La red de autobuses de Madrid está formada por más de 180 líneas. El horario que
prestan de servicios son aproximadamente de 6.00 de la mañana a las 23.30 de la
noche, pero no te preocupes, a partir de esta hora hay 20 líneas de autobuses
llamados Búhos que realizan el recorrido nocturno por todo Madrid.
Bus a pila: Madrid sigue apostando por un servicio de transporte no contaminante. La
prueba de ello es la nueva incorporación del primer autobús de pila de hidrógeno que
circula por la vieja Europa.

El vehículo tiene una capacidad para 60 personas y alcanza una velocidad de 80


kilómetros, que para una ciudad como Madrid no está nada mal.

Este autobús es muy silencioso, por lo que no perjudicará con ruido en su entorno.

Ojalá la EMT incorpore muchos más vehículos de está índole, para así ir acabando
con los ascendentes índices de contaminación ambiental que hay en la capital.
7.7.-Sistema de industrias

Sector que dentro de la zonificación urbana se destina de modo dominante al uso


industrial. A diferencia del Parque Industrial no provee servicios comunes, sólo regula
los usos permitidos.
Su localización, habitualmente suburbana, asegura, desde las normas, el holgado
cumplimiento de lo necesario para la producción: condiciones eficaces para la
provisión de energía, transportes, agua, desagües, accesibilidad y terrenos vacantes
para crecimientos y readaptaciones de las unidades asentadas; también atiende la
calidad de vida de la propia ciudad que la alberga, asegurando distancias, controles y
márgenes de riesgo respecto del resto de las actividades.

Implica una clasificación de las industrias según su peligrosidad, grados de molestia y


tamaño. Es el recurso urbanístico primario y más simple para disminuir las
interferencias funcionales y garantizar la estabilidad ambiental, los valores de la tierra,
la tranquilidad jurídica y evitar las indeseables sorpresas del caos normativo.

Este ámbito abarca:

Coslada: Situada en el cinturón de la zona Este de Madrid, es una localidad producto


de la emigración. Esta zona periférica de Madrid es predominantemente industrial,
centrando su principal actividad en el sector servicios. En su municipio se establece el
más importante centro de transporte, el Centro Integral de Transportes Internacionales

Se organiza en cuatro grandes áreas:


1. Valleaguado, Norte y Sur: Inmigración externa, sobre todo.

2. El Casco y Ciudad 70: migraciones intermunicipales.

3. Santiago de Vicálvaro, La Cañada, La Estación y la Zona Industrial.

4. La Colina.

La oferta cultural se concreta con tres Centros Culturales (La Jaramilla, Margarita
Nelken y Buero Vallejo). Las instalaciones deportivas están diversificadas en la zona
(El Plantío, El Olivo, pabellón La Vía, polideportivo de Valleaguado y de la Rambla).
San Fernando de Henares: Es una población unida físicamente a Coslada. Está
situada en el cinturón industrial de la zona Este de Madrid y es también producto de la
emigración.

Aquí la población presenta características muy parecidas a las de Coslada. La


demanda cultural es también algo menor, existiendo dos centros culturales
municipales y una extensión de la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid.

Mejorada del Campo: Localidad situada en la confluencia de los ríos Jarama y


Henares. En los últimos años, ha comenzado a experimentar un gran desarrollo.

Loeches: Es una pequeña población situada al sureste de Coslada y que cuenta con
un entorno histórico-artístico de gran belleza. Es un municipio que se está
desarrollando urbanísticamente.

Velilla de San Antonio: Es también una pequeña población situada al Sureste de


Coslada. De igual forma que Loeches, en la actualidad, su población crece debido a
las nuevas construcciones de urbanizaciones, lo que está favoreciendo un aumento de
población escolar.
9.-Conclusiones

 Los parques urbanos los podemos considerar como las unidades ecológicas
que permiten mantener un equilibrio entre el desarrollo de una ciudad y las
condiciones del medio ambiente. Asimismo, podemos encontrar múltiples usos
de carácter social y servicios ambientales como la regulación del clima y el
hábitat de fauna.

 Pero también es Madrid un cruce de caminos. Enclavada en el centro de


España, es ruta obligatoria para las comunicaciones de un extremo a otro de
nuestra geografía
10.-Bibliografía

http://www.kobo.es/MEI/webmadrid/geografia.html
http://www.ciudadfutura.com/madrid/transporte.htm
http://www.nova.es/~jlb/mad_es89.htm
http://centros5.pntic.mec.es/ies.santa.engracia/engracia/geograf1.htm
http://www.eldiariodechihuahua.com.mx/diarioenlinea/ecologia/Doc1.doc
http://www.softdoc.es/guia_madrid/mapas/parques.html
http://centros5.pntic.mec.es/cpr.de.coslada/zona.htm

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