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La Misión
La Misión es una película de 1986 la cual se desarrolla en América del Sur en el
siglo XVIII, en las fronteras de Argentina, Paraguay y Brasil, más concretamente en la
jungla cercana a las cataras de Iguazú en Argentina. “La Misión” relata la historia del
padre Gabriel, misionero jesuita que se desplaza a esta zona para hacerse cargo de la
zona controlada por los Hispanos al haber muerto a manos de los nativos el ultimo
misionero jesuita de esta zona de la actual Argentina, en la cual crea la misión de San
Carlos tras ser aceptado por los indígenas.
Este pueblo nativo americano que habitaba la zona expuesta eran los guaraníes,
los cuales se ubicaban y ubican en Paraguay, en zonas de Argentina, en el sur de Brasil
y en el sureste de Bolivia. Este pueblo fue el primer pueblo americano que tuvo
contactos con los españoles debido a su localización geográfica.
También hay que destacar que en este procedimiento había una interacción entre
nativos y misioneros, ya que estos últimos precisaban de la ayuda de un nativo que le
ayudase a convencer al jefe del pueblo nativo de formar una misión de conversión en su
territorio. Esta no era el único momento en el que se ve que hubiera una interacción
entre indígenas y misioneros religiosos, ya que en algunos puntos geográficos los
misioneros se veían obligados a delegar funciones de gestión en los indios debido a la
falta de misioneros.
La música era para estos pueblos muy importante y atrayente, tal y como se
puede ver en el comienzo de la película, cuando estos escuchan la música que toca el
padre Gabriel y se acercan a él. También eran muy importantes y educativas las
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Paula García Banquetero Grado de Historia
imágenes, por eso se les entrega a estos pueblos pequeñas tablillas con imágenes
religiosas, ya que es algo mucho más cercano que la palabra, y sobre todo entre dos
culturas con distintas lenguas.
En la película se expone la visión que podría ser que tuvieran los hispanos
respecto a los nativos americanos, ya que los personajes se refieren a ellos como
personas peligrosas, no humanos, incluso los califican de animales. Estos nativos tenían
una gran confianza en los misioneros jesuitas hispanos debido a la larga relación a
través de varios siglos que ya tenían con ellos.