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\ Madera Ceay Sabre ak cas Fund La verdad en La verdad sobre el caso Savolta Toni Dorea (Macalester College) [La trayectoria narativa de Eduardo Mendoza alo largo de casi treinta anos de produceién se distingue por la alternancia entre los relatos ubieados en el pasod re. ‘lent, los que se sitdan en el presente y los futuristas, Enel grupo de los primeres figuran La verdad sobre ei ‘aso Savolia (1975) —Primers Guerra Mundial La dad de los prodigis (1986) —<1 periodo comprendido fnirelss Exposiciones Universals de Barcelona de 1888 1925—, El ato del diteio (1992) —década de 1950— Una comedialigera (1996) —aos 1940-1950 Late log protagonizada por el andnimo narrador de El mis: ‘ero de la cripta embrujada (1979), El labernto de las eeltunas (1982) y La aventura del tocador de seioras (2001) pertenece al segundo grupo al que eabriaaiadie 4simismo un relato de tonointimista cuya accidn trans fume en Venecia, Laisa inaudita (198). Por Ultimo, Mencia ha cultvade con él clencla ficeidn en Sit toticas de Gurb (1991) y Bl iltimo tayecto de Horacio Dos (2002). La aparicin de La verdad sobre el caso Savolia es tmblemstica desde el punto de vita de la historia liters fin Publisda pocos mses antes dela muerte de Franco, " se sucle considerar esta novela como In que inaugural ‘aratva espatiola de la Transicién. Ms destacable aia tel hecho de que esta opera prima suponga una impor {ante renovacion del canon dominante en aquellos aos [La experimentacin formal de Ia década de los sosent, de la mano de novelisas como Juan Benet, habla con ‘ertdo el ofiio de exeribi en un ejerciio de autocom: Placenciaestétiea al aleance slo de una minora! La ‘esatencién a los gustos del ectr medio estaba levand ‘ala novela a un calle sin sali, condenada a una ‘muerte por inanicin a menos que fuera capaz de suse tar de nuevo el entusiasmo del publico. De tal ensimis ‘mamiento viene a arranearla Eduardo Mendoza con La ‘serdad sobre eleaso Savolta, obra pionera de un realism renovado que combina eflcazmente cl gusto por una ‘sama bien undid yrepleta de interés (narratividad) eon In asimilacin de las tecnieas narrativas entronizadasa Jo largo de siglo x (experimentacion)? Junto al reconocimiento de su talento como fabula oy, a erica alaba el eardcter de palimpsesto que dis tingue la producsion del escritor barcelonés. La apro- placion de una ingente variedad de géneros se erige do ‘ste modo en la clave explicativa del arte de Mendoza, ‘on lo que ello supone de «uso consciente del radii, Tteraria» en ara dn creacion de un edscurso parodicor 1 Mana Vinge Mona a efi en eins dsp al cannons pit ete del foeions expat a Jaa os elvdarr de ede des err de an adppedanelamanimlad verbs (Vaqser Mota 909 Tavera propo sls eeypeacin enantio elt mdi cna es dfs to comic rca Smit ely a hao placer de er oie (aon As, ‘cede le rans (Suu 195719) Caren a ‘ee qe lnenctr nde eva penta Sah Tasos cna Lawn do vo lo ce enue ae (Santana, 1997: 140) EL erin parodia hay que enc Atari en el contexto del arte actual, donde la rica verb suele ceder el paso al homenajeimpleito: «The frodied texts often not at all under attack. Is often Respected and used aa model (Eutcheon, 2000: 103)3 Desde esta perspectva, y einéndome a La verdad sabre el ‘e380 Savotia, nos las habriarios en principio con una Ingeniosa celebracion de cSdigoslitratios Gautobiogra- fig, novela picaresca, novela de flletin, novela negra y novela historica) que hace patente Is imposbilidad de ‘lausura del relato posmoderno: «the inertextual game ‘fa muliple repertoire ie pursued without regard for fleas of closure revolving around casually linked concl slonse (Rodriguez-Garcia, 1992-1993: 416), La verdad 3 ue, hace referencia el titulo reflejria irénicamente, pues, a vana protensi de aelarar todos los Interrogen: fes.en relacién al caso Savelia: es el advenedizo Le- prince el hijo perdide de Cortabanyes?, seta por pro- Pia iniciatva 0 no es mas que un hombre de paja al ‘sevicio de alguien mas poderoso?; ze suleida en ein fenuio de la fabric; cqué cireunstancias rodean la muerte del comisario Vazquer? Estas yottas preguntas Auedan sin espuesta, cl lectorno tiene mis remedio ‘que conformarse con la indagacion de los recovecos de tun intigaresueta s6lo parlalmeate, ‘Aun cuando no es mi propésito megane «La verdad {2bree caso Savolta su condicion posmedema, la exeli slvided de esta interpretacién me parece problematica Porque no aquilataen su justa medida los merits dela novela que tenemos ent manos. Confieso de anterano {ysinarmbages mis prejuicos relist, los cuales me le. ‘mn a ver en esta obra una adecuacion entre forma y Soe gu es Sn tory raise mpl on kes acan sept (ot, 19s 150) Koon con, sli icin dela pordien vod tobe os Sarat pistemoldgies del ‘Alonso han percibido ya atinadamente la afinidad de Mendoza com el re imonénico, cifrada en la presentacin de «una Fealidad para poder explcarla y deseibir su funciona 1988: 13) Como espero demos- tes, hay una verdad en Laver ‘confiere unidad y sentido jera ademds una dimen- compromiso ideo €l posmo- reside precisamente el logro princi Superior incluso ala iqueza de voces con las que el ator compone un texto por tanto, Inia de una estructura Bk 9 social de Bareelor vo de st historias ‘anda Marfa Co Yeo novela de acelne (Alonso, 1988: 38), De no adver. vancia del conflict de clases en la obra'y ues (Soubeyrous, 1996: 15 n ha notado Yang, ses imprescinible tener en cues cliema dela lucha socal visto como la esencia de te tor (famng 2000: 65), La reivindicacin en favor de les sera as deltas ain SS

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