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Tema 2.

El ocio y el trabajo: una primera aproximación

histórico-sociológica


Descripción del Objetivo del tema 2.

El tema 2 aborda la dicotomía entre ocio y trabajo como herramienta para la comprensión
de la evolución de ambos conceptos a lo largo de la historia a través del marco sociológico
de la estructura y el cambio social. De forma breve, la historia del turismo anterior a la
configuración del turismo de masas reforzará la evolución de los conceptos anteriores.
Finalmente, la exposición de la evolución de un ritual festivo deberá servir para concretar
los aspectos teóricos expuestos en el tema 2.

2.1. Consideraciones previas: los conceptos de estructura y de cambio


social
La expansión del fenómeno turístico en el fenómeno de masas y su extensión global en
prácticamente todo el planeta dan una medida de la magnitud de esta concreción del ocio en
nuestros días . En conjunto, el turismo es el sector productivo que genera y mueve mayor
cantidad de recursos. Y eso tienes sentido cuando pensamos en las instituciones, empresas e
individuos implicados. En este sentido, desde la promoción institucional, el transporte, la
venta, el consumo de espacios o su regulación ... llegan a componer una nutrida red de
agentes e intereses. Sin embargo, hasta llegar al momento actual ya la materialización en toda
una diversidad de ofertas y demandas turísticas, se ha recorrido un camino histórico. El
turismo forma parte de la historia del Ocio y su evolución que, tal como pasamos a exponer en
los siguientes apartados, está condicionada, entre otros, por valores sociales, de clase,
religiosos o culturales. Antes de pasar a describir esta evolución, nos detendremos en dos
conceptos básico para la sociología, a saber, las ideas de estructura y cambio social.
Una estructura social nos hace pensar en pautas de relaciones sociales relativamente estables,
que no cambian cuando cambian las personas que en ellas actúan y permiten ciertas
oportunidades al tiempo que marcan otros límites (Garvía, 2003). Las acciones relativas al ocio
quedan enmarcadas bajo las condiciones de cada sociedad en cada momento histórico. Para el
caso del mercado turístico, los elementos estables que la componen (política turística;
agencias de viajes y touroperadores; clases y tipos de alojamientos turísticos; restauración y
gastronomía; transporte; actividades turísticas ...). Así, elegir qué hacer en los momentos de
ocio queda condicionado por la estructura social: las diferencias sociales, el acceso al trabajo
como medio para el ocio, los aspectos simbólicos de las diversas prácticas ociosas, etc.

Por su parte, entendemos el concepto de cambio social como la "transformación de la cultura


y de las instituciones sociales a lo largo del tiempo" (Macionis y Plummer, 2003: 640). Las
revoluciones, los cambios demográficos acusados, la innovación tecnológica o las crisis
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económicas profundas transforman nuestros comportamientos y la forma de afrontar la vida


cotidiana. Los cambios se producen en diversos ritmos, con o sin planificación y el proceso de
cambio y sus resultados suelen tener efectos desiguales para los diversos grupos sociales. Cabe
recordar aquí que, para el caso del turismo, existen efectos negativos que por falta de
planificación han conducido a la sobreexplotación de espacios y el deterioro de paisajes y
entornos sociales. El graduado en turismo, como experto en el fenómeno, reconocerá al
turismo como agente de cambio de pueblos y culturas.

El concepto de cambio social y de estructura social van de la mano. Hablamos de un cambio


de sociedad cuando las estructuras de relaciones han cambiado. Hablamos de cambio en la
sociedad cuando los cambios no afectan a la estructura de las relaciones. Para entender
esto, pasaremos a definir las cinco tipologías de sociedad definidas por Gerhard y Jean
Lenski. Los Lenski, como veremos, sitúan la tecnología como motor del cambio social (en
Macionis y Plummer, 2006: 84-94).
1. Sociedades cazadoras-recolectoras.
Tienen tecnologías simples para cazar animales y recolectar plantas. Desde la aparición de la
especie humana hasta hace 12.000 años, todos los seres humanos eran cazadores y
recolectores. Hace unos siglos, las sociedades cazadoras y recolectoras eran habituales, pero
ahora están en fuerte decadencia. Aunque ahora existen unos 300 millones de personas
indígenas, con un alto arraigo en la tierra, que todavía son cazadores-recolectores (los aka,
los pigmeos, los bosquimanos ...).

Pasan la mayor parte del tiempo cazando y recolectando, no disponen de tiempo libre.
Necesitan de un territorio extenso, debían vivir en grupos pequeños y separados. Son
nómadas que se desplazan a medida que agotan recursos (vegetación).

Establecen unas lazos de parentesco fuertes. La familia protege sus miembros y transmite
las habilidades de supervivencia. Las actividades son comunes para todos y se centran en la
búsqueda de alimento. Cierta especialización hay por edad y sexo.
No suele haber un liderazgo formal. Habitualmente se reconoce un líder espiritual que
acumula gran prestigio social. La organización social es relativamente simple e igualitaria.

Raramente hacen la guerra. Son altamente vulnerables a la acción de la naturaleza:


tormentas y sequías pueden destruir sus fuentes de alimentación. Son vulnerables también
a los accidentes ya las enfermedades. Es por ello que fomentan la cooperación y comparten
sus recursos para incrementar las posibilidades de supervivencia.
2. Sociedades horticultores y ganaderas

La horticultura es la tecnología basada en el uso de herramientas para cultivar: azada y


utensilios para hacer agujeros y depositar las semillas. El cultivo comenzó a las regiones
fértiles de Oriente y se extendió rápidamente. Sin embargo, no todas las sociedades
adoptaron la horticultura. En las zonas áridas, montañosas, etc., los pueblos vieron en la
ganadería (el pastoreo) una manera de producir más alimentos.

La domesticación de plantas y animales permitió alimentar un mayor número de personas.


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Los pueblos pastores continuaban siendo nómadas. Los horticultores, por el contrario,
formaron asentamientos que, unidos por redes de comercio, formaban sociedades extensas
con poblaciones que podían superar los miles de personas.

La domesticación de plantas y animales produce un excedente, que entregará algunas


personas de la tarea de conseguir alimentos: elaborarán objetos de cerámica, comerciarán,
realizarán tatuajes o servirán como sacerdotes. Son, por tanto, estructuras sociales más
complejas y especializadas.

Las sociedades horticultores y ganaderas practican la adoración de los antepasados y


conciben un Dios creador. Las religiones monoteístas nacen de los pueblos ganaderos de
Oriente Medio.

El incremento de la tecnología productiva también incrementó la desigualdad social. Cuando


unas familias producen más alimentos, asumen posiciones de privilegio y poder. Se
mantienen alianzas entre familias para preservar privilegios y surge un sistema formal de
desigualdad. También se establecen gobiernos rudimentarios para sostener el poder de las
élites.

3. Sociedades agrarias
El reunida del cultivo a gran escala con el uso del arado tirado por animales da paso a la
agricultura. Innovaciones técnicas como la rueda, la escritura, los números y el uso creciente
de los metales da lugar a la reunida de una nueva sociedad hace unos 5000 años.

Esta nueva tecnología permitió cultivar un mismo terreno durante décadas y, por tanto, dio
lugar a asentamientos permanentes. Excedentes crecientes y transporte con animales da
lugar a poblaciones enormes, como el Imperio Romano (que reunió a tener 70 millones de
personas alrededor del 100 aC).

Se incrementa la especialización y del trueque se pasa al intercambio de dinero, el


desarrollo del comercio y el subsiguiente desarrollo de las ciudades como centros
económicos con poblaciones que aumentaron hasta alcanzar cifras millonarias.
Las sociedades agrarias presentan una espectacular desigualdad social. Los campesinos o
esclavos constituyen una proporción significativa de ella población y trabajan para las élites.
Las élites, libres del trabajo manual, dedicarán su tiempo al estudio de la filosofía, el arte y
la literatura. En el contexto agrario se refuerza la división sexual del trabajo, y los hombres
adquieren una situación de dominación social.

La religión también refuerza el poder de las élites (construcción de pirámides). Las élites
consiguen un poder sin precedentes y, por administrarlo, aparece un sistema político
establecido como una esfera de la vida social bien delimitada.

4. Sociedades industrializadas
La tecnología que pone a funcionar máquinas sofisticadas con uso de formas de energía
avanzada fruto de la Revolución Industrial. Con la energía del agua y después del vapor, las
sociedades cambian rápidamente. Durante el siglo XIX, los ferrocarriles y los barcos de vapor
revolucionaron el transporte, y los rascacielos con estructuras de acero remodelan el paisaje
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urbano.

A principios del siglo XX, el motor de combustión interna vuelve amodificar las sociedades y
la electricidad será la base de muchas comodidades modernas. Las comunicaciones
electrónicas (teléfono, radio y televisión) dan lugar a los medios de comunicación de masas.
Tecnologías de transporte, energía nuclear ... y luego la computación han dado lugar a la
Revolución de la Información.
El mundo laboral ha cambiado. En las sociedades agrícolas, hombres y mujeres trabajan
cerca del hogar y en tareas relacionadas con la tierra. La industrialización crea fábricas cerca
de las Fonst de energía. Las relaciones de trabajo tradicionales se pierden, también los lazos
con las comunidades y, como consecuencia, también se pierden valores, creencias y
costumbres tradicionales que sirven de guía la vida agrícola.

La industrialización da lugar a prosperidad: incrementa la esperanza de vida (a pesar de las


muchas enfermedades infecciosas de las primeras épocas) y aumenta la población. Tiene
lugar el éxodo rural hacia las ciudades donde se construyen las fábricas. Si en las sociedades
agrarias 1 de cada 10 personas vivía en las ciudades, ahora lo harán 3 de cada 4.

Se da una mayor especialización ocupacional. La ocupación que se desarrolla es un


elemento de identificación (más que los lazos de parentesco). Los cambios rápidos y los
desplazamientos entre ciudades fomentan el anonimato y la diversidad cultural.

El significado tradicional de la familia disminuye, ya no es el centro de la vida social. La


familia ya no es el escenario principal de la producción económica, del aprendizaje y de la
vida religiosa.
La industrialización da lugar a una acumulación de capital sin precedentes y unas
desigualdades impensables. Con el tiempo, las desigualdades y la pobreza se ha matizado
(corregido) notablemente.

Mientras que en las sociedades agrícolas la majora partd y la gente es analfabeta, con la
industrialización se desarrolla la escuela pública y los derechos políticos. De hecho, la
industrialización provoca la demanda de derechos políticos.

5. Sociedades post

El término post fue acuñado por Daniel bello (1970) para hacer referencia a las tecnologías
vinculadas a las computadoras que sustentan una economía basada en la información.

Hay un cambio en la estructura ocupacional: vaciado del sector industrial e incremento de


un sector servicios basado en la información.
La sociedad es postmoderna, que quiere decir que surge un modo de pensamiento que
insiste en una pluralidad de perspectivas en oposición a un criterio único y unificado. El
cambio se acelera (aceleración social) marcado por la fractura de las fronteras clásicas de las
sociedades.

Este ejemplo de análisis del cambio social nos permite ver cómo estructura y cambio forman
parte del mismo proceso. No obstante, en sociología, ha habido dos maneras de mirar la
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sociedad: poniendo énfasis en que las estructuras, sistemas y funciones, latentes e


imperceptibles a simple vista, controlan y orientan las acciones humanas de manera
significativa. Este sería el caso de aproximaciones teóricas como las de Marx o Durkheim. De
acuerdo con estas perspectivas, no sólo las interrelaciones sociales tienen un alto grado de
normatividad, institucionalizado, permanencia y equilibrio externo más allá de los
comportamiento individuales (González Ramallal, 2009: 57), sino que los caminos del cambio
social están prefigurados.
La orientación centrada en la agencia argumentará que la sociedad se configura a partir de las
acciones individuales y las relaciones que se establecen entre los individuos. Los actores
sociales dan sentido y significación a sus acciones, teniendo en cuenta que son las
interacciones las que generan se hechos sociales. Esta orientación nace con Max Weber y sus
planteamientos sobre la acción social que dará lugar a teorías que se centrarán en la
potencialidad del individuo como agente protagonista del cambia social (González Ramallal,
2009: 57).

De estas visiones contrapuestas, a partir de los años 60 se inician las teorías de síntesis que
tratarán de equilibrar las visiones. Las estructuras pueden cambiar, a pesar de la consistencia,
estabilidad y estructuración. Y los individuos, aunque tienen capacidad de transformar su
realidad, topan con limitaciones estructurales, que se imponen a través de instituciones como
el estado, la familia, la religión, la escuela ...

Con todo ello, la exposición de las concepciones del ocio que se llevan a cabo a continuación se
desarrollan en el marco de la estructura y el cambio social que acabamos de definir. Usaremos
de forma ideal los conceptos de ocio tradicional, aristócrata y actual, con el objetivo de marcar
y acentuar las diferencias entre unos y otros, para así entender mejor las condiciones del tipo
de ocio que hoy practicamos.

2.2. Evolución histórica del ocio y el turismo y las concepciones históricas


del trabajo
El ocio y el entretenimiento son, por definición, la contrapartida del trabajo. Según Martínez
Quintana, las múltiples actividades calificadas como de ocio y entretenimiento están fuera del
ámbito del trabajo y de la producción destinada a la existencia inmediata. "El tiempo libre y el
ocio se han ido mezclando con el entretenimiento a través de los juegos, las fiestas, los ritos,
los viajes, las reuniones y otras expresiones diversas, que han conformado la cultura de cada
uno de los pueblos" (2006 : 79). Todas las sociedades tienen una parte lúdica, folclórica,
artística, recreativa y catártica que se inserta en la dicotomía tiempo de trabajo y tiempo libre.
Este binomio cambia a lo largo de la historia y en las diversas sociedades.
Para atender esta relación entre trabajo y ocio hay que identificar, en primer lugar, qué valor
le otorga una sociedad al ocio y el trabajo. En segundo lugar, como es la estructura de clases y
cómo se distribuye el tiempo de ocio en los diversos grupos y clases sociales. En tercer lugar,
es necesario identificar los usos que socialmente se le atribuyen a ese tiempo de ocio.
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Siguiendo este esquema, Martínez Quintana (2006: 81) distingue las siguientes etapas sobre la
relación del ocio, el tiempo libre, el trabajo y los viajes a lo largo de la historia:

1. La Skholé griega: el ocio es contemplativo, y se entiende como un saber no utilitario.


Sólo pueden disfrutar del ocio los hombres y las mujeres libres. No los esclavos y las
esclavas. El ocio es positivo y libre, el trabajo es negativo (por eso lo hacen los esclavos
y las esclavas). Se efectúan viajes por el mar Mediterráneo y por tierra con motivos
diversos.
2. El Otium romano: se introduce el ocio de masas (organizado por el Estado). Es un
tiempo de descanso del cuerpo y de recreación del espíritu, y es imprescindible para
volver al trabajo. El ocio es positivo y el trabajo también. Existe turismo residencial y
los grandes viajes por motivos educativos.

3. El ocio como ideal caballeresco: el ocio es diversión y adquiere formas de exhibición


social. Son actividades consideradas honrosas y demuestran una situación económica
elevada. El ocio es positivo y da prestigio social, el trabajo es negativo (se considera
despreciable). Son frecuentes los viajes para la guerra y los viajes religiosos.

4. El ocio como vicio en el puritanismo: el ocio se define como la ausencia de trabajo. El


trabajo se conceptualiza como un periodo productivo y el ocio como improductivo. El
ocio es negativo e improductivo, el trabajo productivo, con valor ético y religioso. Los
viajes más frecuentes son los religiosos y los comerciales, y el famoso Grand Tour.

5. El ocio burgués como tiempo ganado al trabajo: se vuelve a conceptuar el trabajo


como símbolo de vida, así que el tiempo libre es un tiempo perdido del trabajo. El ocio
es negativo y el trabajo positivo (símbolo de vida y fuente de riqueza). Fin del Grand
Tour y surgimiento de viajes profesionales e informativos, viajes de placer a balnearios
y playas de veraneo.

Según González Ramallal, no podemos hablar de ocio hasta Grecia. Aunque se ha considerado
que las sociedades primitivas eran las que tenían más tiempo libre del mundo, si tenemos en
cuenta la diferenciación entre tiempo libre y ocio, resulta difícil considerar que el tiempo libre
de las sociedades primitivas sea considerado como ocio, en el sentido de constituir una acción
elegida libremente, con sentido propio y sin fines utilitarios

Es por ello que será a Grecia cuando el ocio aparezca en todo su esplendor, aunque lo fuera
únicamente para las clases acomodadas, que dispondrían de tiempo libre para cultivar
actividades de ocio como las prácticas intelectuales, deportivas, culturales, artísticas. El
desarrollo de las actividades de ocio contemplativo al nivel que lo hicieron en la Grecia Clásica
sólo es posible bajo un régimen esclavista donde hay una separación clara entre una clase con
derecho al ocio (hombres y mujeres libres) y una clase con dedicación al trabajo (esclavos y
esclavas).

En Roma cambia el significado del ocio que pasa a ser considerado más como consumo que
como creación. La distinción entre otium (ocio) y negotium (negocio, comercio, trabajo), se
mantendrá, pero ahora al servicio de las clases dirigentes que, bajo el lema "pan y circo"
administraban y paliar las posibles insatisfacciones de la población. Los días de fiesta ocupaban
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gran parte del calendario laboral (llegó a haber 200 días de fiesta al año). Del ocio como
finalidad de la Grecia clásica se pasa a un ocio instrumentalizado para fines políticos.

Con la caída de Roma, en la Edad Media el ocio dejará de ser un elemento significativo en la
vida de las personas bajo el régimen eclesiástico que ordenará, con suerte, un ocio por y para
la gracia de Dios. El ocio al estilo griego y romano se considera frívolo y dará paso a la sanción
moral y religiosa del ocio. La negación del ocio, pero, alcanzará su punto álgido en el siglo XVII
y XVIII con la Reforma protestante en cuanto al ocio pasará a ser concebido como una de las
principales amenazas para la sociedad y los individuos (González Ramallal, 2009: 60-61).

El puritanismo inglés considerará el ocio como vicio y el tiempo de trabajo como un quehacer
totalmente productivo, espíritu que posteriormente se desarrollará por el puritanismo
americano. A La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Max Weber describe los
componentes de ese espíritu del capitalismo a través de los escritos de Benjamin Franklin, uno
de los padres fundadores de EE.UU. y ejemplo seguidor de la ética calvinista:

"Considera que el tiempo se dinero. Este a quien le está Dado ganar diez chelines por día
con super trabajo y se dedica a pasear la mitad del tiempo, o estar ocioso en super morada,
aun que destine tan solo seis peniques para sobre esparcimientos, no Debe calcular Sólo
esto, sino que , realmente, son cinco chelines más los que ha gastada, o mejor, ha
derrochado ".

"Considera que el credito se dinero. Si la persona a quien le un dinero deja que éste sea en
mí poder, Permite que, además, que yo disfrute de super interés y de todo cuanto me sea
posible ganar con Él en cuando transcurre el tiempo. De tal manera se puede acumular una
Cantidad considerable si se Tiene buen Crédito y Capacidad para emplearlo bien ".

"Considera que el dinero se fecundo y provechoso. El dinero Reducir texto <br> engendrar
dinero, los Sucesores puedo engendrar Aún más y así Unos a Otros. Si cinco chelines son
bien colocados, se convertirán en seis, éstos, a super vez, en siete que, asímismo, podrán
devenir en tres peniques, y legó en sumas sucesivas Hasta constituir un todo de cien libras
esterlinas. A cuanto más dinero invertido, tanto Mas es el producto. Así, pues, el beneficio
se multiplica con rápidez y en forma constante. Aquel que mata a una cerda, reduce a la
nada toda super descendencia Hasta el número mil. Aquel que derrocha una moneda de
cinco chelines, destruye todo cuanto habra podido originarse con ella: montículos
compactos de libras esterlinas ".

Benjamin Franklin en Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo.

La ética calvinista que describe y analiza Weber, y que se resume en la frase "si encuentras un
hombre solícito en su actividad, debe ser preferido a los reyes", identifica como en el orden
social moderno la capacidad de crear y acumular riquezas es consecuencia y manifestación de
la virtud humana.

Como consecuencia, el espacio del ocio adquirirá una connotación claramente negativa. La
burguesía reprochará a los ociosos, los considerará parásitos de la sociedad, y el trabajo será
valorado hasta el punto de que se puede imponer a todos en condiciones infames. Sue
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especifica que: "Hubo que esperar Hasta el 24 de marzo de 1841 para que se implantará una
ley que limitaba el Trabajo de los muñecos de 12 a 16 años. Sólo en 1884, con la ley Waldeck-
Rousseau, se obtuvó la libertad de formar Sindicatos, y Apenas el 30 de marzo de 1990 se
limitaba el Trabajo a 10 horas diarias ... Se imponente al individuo el rigor del Trabajo como
deber moral para super propia salvación y para el desenvolupament armonioso de la Sociedad.
Al Mismo tiempo, se criticaba el ocio desde el doble punto de vista de la economía y de la
moral. Desde el punto de vista económico, Porque el ocio se improductivo y, por el contrario,
incita al consumo: en el siglo XIX todo el sistema económico se orientaba Hacia la acumulación
y, por tanto, al ahorro destinadas a fortaleza un capitalismo naciente. Es una sociedad de
producción, en la que se reprueba el ocio, por oposición a la sociedad de consumo que
conocemos, en la cual se fomenta el ocio Porque Puede ser un factor de expansión. Desde el
punto de vista moral, el ocio se condena Igualmente, Porque predispone a la ociosidad ya las
costumbres relajadas, que generan comportamientos desviados de una moral rígida del
trabajo "(Sue, 1992; 20-21, citada en Martínez Quintana, 2006: 21).

El paso del capitalismo de producción al capitalismo de consumo dará lugar a la actual


concepción del ocio como tiempo de descanso pero también como tiempo de consumo,
producción de identidades, etc.

2.3. Ocio tradicional, artistòcrata y contemporáneo


De acuerdo con la disponibilidad tiempo libre, el peso de las instituciones que regulan y al que
sirve el ocio (religión, estado, mercado), así como según la estructura social (solidaridad
mecánica / orgánica) y la División Social del Trabajo, distinguimos entre ocio tradicional, ocio
aristócrata y ocio contemporáneo.

2.3.1 El ocio y el trabajo en las sociedades tradicionales


Podemos considerar este tipo de ocio como aquel practicado en sociedades más cerradas, en
las que la vigilancia de las normas y su violación son muy estrictas. Tomemos como ejemplo el
modelo medieval, en el que la división entre el trabajo y el ocio es débil. Para las personas que
viven en situación de vasallaje al servicio de un señor feudal, "casi no hay diferencia entre lo
que es trabajo y lo que es ocio, ya que ambas realidades se superponen en enmarcarse todas
las actividades de la comunidad en un marco ceremonial, ritual y religioso (junto al trabajo
tienen lugar juegos, canciones, etc.) "(González Ramallal, 2009: 62).

Las principales características son las siguientes:

El tiempo de no trabajo está impuesto por el paso de una estación climatológica en otra,
ritmos biológicos de los animales y vegetales, además de las imposiciones religiosas. Las
enfermedades, los malas cosechas u otros fenómenos naturales se traducen en jornadas de no
trabajo que se sufren más que se disfrutan. El tiempo de ocio es un tiempo de inactividad. El
ciclo festivo, marcado por la Iglesia y los señores feudales, se describe como una sucesión de
días de trabajo alternados con días de fiesta, y esto bajo una noción cíclica del tiempo que se
repetía año tras año.
Los días festivos, en el sentido que aquí se exponen, son para todos y todos tienen la
obligación litúrgica de cesar el trabajo los días de guardar, domingos y festivos. Además, existe
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la obligación de asistir a los actos ceremoniales marcados para la comunidad. Quedarse al


margen supone afrontar a la comunidad.

En este sentido, las formas de ocio en la Edad Media, por ejemplo, recogían bailes, canciones,
juegos ... actividades populares que se entremezclaban en la vida diaria, y en los días de
descanso marcados por la Iglesia. El tiempo muerto que marca el período de actividad no
productiva se convierte para las personas que ocupan las posiciones sociales más bajas en
actividades pseudoeconómicas: tejer, hacer canastas, reparar las casas y los graneros, etc.
El sentido del ocio popular en las sociedades tradicionales se recoge bien en la siguiente cita
de Sue:

"... a los escasos días feriados impuestos por la Iglesia, Muchas veces contra la voluntad de los
campesinos. Estas fiestas religiosas se transformaron con frecuencia en fiestas paganas, en las
que los campesinos dan rienda suelta a una Expresión más espontánea; pero no por ellos
Podemos hablar de una diversión como la concebimos nosotros. El carácter obligatorio las
someten a Normas que excluyente el libro albedrío de Quienes participan en ellos. La
Institución está presente en toda partes y vela Porque se respeten los días de fiesta, cerrando
los ojos a los excesos que puedan ocasionar, sin embargo, no existe un tiempo determinación
reservado al esparcimiento "(Sue, 1992: 19 citadas en Martínez Quintana, 2006: 21)

2.3.2 el ocio aristócrata


En este apartado se seguirá usando la Edad Media para exponer las características principales
del ocio aristócrata. En paralelo al ocio popular, se desarrolla un ocio como ideal caballeresco,
basado en la diversión (como elotium romano) que adquirirá un notable uso de expresión de
clase social, de exhibición social de la riqueza. Un ocio ostensivo como prueba manifiesta de su
éxito y poder. Para González Ramallal, "frente a las ocupaciones de las clases populares,
tenemos este ocio clasista y caballeresco, pura representación del prestigio social y de clase a
través de actividades como las grandes fiestas y banquetes, los paseos en carruajes, la
posesión de animales de lujo tales como caballos de carreras, los juegos de azar, los juegos de
pelota como la palma (posiblemente origen del frontón y tenis moderno), la navegación, la
caza, la pesca, el tiro ... "(González Ramallal, 2009: 63).

El disfrute de este ocio, por tanto, está motivado por la existencia de unos privilegios
económicos y sociales que hará que se suben permitirse esta ociosidad a través del trabajo de
sus esclavos, campesinos y criados. La idea de estado todo el tiempo sin trabajar sirve para ver
la ausencia de oposición entre otium-negotium, contrariamente a lo que ocurre con el ocio
actual.

La eliminación del trabajo (para ciertas clases sociales) permite desarrollar actividades
recreativas y de prestigio. Surge un interés renovado por el deporte, la ciencia, la política y la
religión, mientras que el trabajo se despreciado. El ocio como ideal caballeresco se sitúa entre
la Baja Edad Media y comienzos del Renacimiento.
Un claro ejemplo son los viajes de caballero, entendidos como uno de los precedentes del
turismo. El Grand Tour es uno de los grandes acontecimientos de la Europa de los siglos XVII y
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XVIII. La clase aristocrática joven y la incipiente burguesía por motivos educativos recorrerá los
principales centros culturales europeos con el objetivo de conocer otras culturas, aprender de
avances científicos y artes diversas y asentarse temporalmente en los centros culturales,
políticos, religiosos y económicos del momento (Londres, París, Amsterdam, Roma, Venecia,
Turín y Madrid). Viajes que duraban de uno a tres años y en los que no sólo se necesitaba de
medios económicos sino también de numerosas personas calificadas como administradores,
mentores, maestros, cocineros, sirvientes, traductores, etc. (Martínez Quintana, 2003: 85)

2.3.3. El ocio y el trabajo en las sociedades contemporáneas


Definiremos, a continuación, las condiciones descritas por varios autores sobre qué se
entiende por el ocio actual para finalizar con una concepción sociológica del trabajo. En primer
lugar, según Dumazedier (1964), que la sociedad (comunidad) deje de gobernar las actividades
mediante obligaciones de rituales comunes. El segundo prerrequisito reside en la
contraposición clara entre trabajo y ocio, así como su independencia del contexto religioso.
Estas condiciones, según Dumazedier, permitirán ganar en elección individual e
impersonalidad. Finalmente, cabe resaltar que existen otras presiones sociales, más allá de la
religión que siguen estructurando las sociedades.
Es por ello que, según este autor, no podemos hablar de ocio en las sociedades cazadoras y
recolectoras ni en las sociedades agrarias. En estas, el ocio y el trabajo se yuxtaponen y el
tiempo de no trabajo viene impuesto (climatología, enfermedades, festivos impuestos por la
Iglesia). Para Dumazedier, tampoco el ocio caballeresco sería un ocio en sentido estricto, ya
que estas clases no desarrollaban un trabajo. Así pues, es la relación opuesta trabajo-ocio la
que permite hablar de ocio moderno.
Por Sue (1982) son necesarias tres características: el tiempo (calidad material); una
generalización del ocio (calidad social); y el reconocimiento del derecho al ocio (calidad
institucional). Recuerde ahora que el artículo 24 de la Declaración de los Derechos Humanos
dice:
Toda persona Tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
RAZONABLE de la duracion del trabajo ya vacaciones periódicas pagadas

El ocio, por tanto, existe como a actividad separada del tiempo de trabajo. Ahora bien, hay que
problematizar el concepto de trabajo. El trabajo está socialmente construido: no existe algo
objetivo y concreta a la que podamos llamar trabajo. En un contexto, una actividad es trabajo y
en otra es ocio (por ejemplo, bordar, escribir poesía, cocinar ...) Los límites de la consideración
entre trabajo y no-trabajo cambia en el tiempo, en las ideologías y en las diversas culturas .
Hoy en día, en nuestra parte de mundo, aquellas actividades remuneradas suelen ser vistas
más claramente como trabajo. Sin embargo, hay todo un espesor de trabajo no remunerado
(trabajo doméstico y de cuidado, trabajo afectivo ...).
Dintre d'aquesta distinció, cal situar l'article de John Urry sobre la mirada del turista (Urry,
2001) en la qual s'exposa com el turisme i els viatges s'han d'entendre també en relació al
treball. Així doncs, situarà com el viatge i el fet turístic implica una cerca del plaer basada en
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eixa separació amb la vida quotidiana: “la contemplació en qualsevol període històric es
constitueix en relació al seu oposat, a formes no turístiques d'experiència i consciència social”
(Urry, 2001: 52).

Ara bé, Urry situarà la rellevància d'estudiar les pràctiques d'allunyament del turisme com a
mode d'entendre como és la societat. El turisme, dirà, desvetlla aspectes de les pràctiques
considerades normals en una societat donada. Els principals enfocaments teòrics que repassa
Urry —turisme com a pseudoevent inautèntic (Boorsdtin); turisme com a activitat altament
dirigida i circumscrita que simplifica per poder orientar la mirada del turista (Turner i Ash);
turisme com a cerca d'experiències singulars (Cohen); o de la cerca d'autenticitat i les
conseqüències (MacCannell)— en un context de mobilitat i cerca del plaer, allò lúdic en un
complex entramat de consum de signes.

2.4. De l'oci tradicional a l'actual, un recorregut a través d'una festa


Un exemple de ritual festiu servirà per recollir i posar en context la part teòrica exposada
anteriorment. Per les seves característiques, la festivitat de Sant Antoni permet evidenciar
moltes de les idees contingudes en aquest tema (aspectes d'estructura i canvi, institucionals,
religiosos…).

Pràctica 2: descripció evolutiva d'un ritual festiu proper. L'alumnat, de forma individual,
descriurà una festa o ritual, la seva evolució i els seus possibles significats.

Referències
González Ramallal, Manuel (2009). Ocio y Trabajo desde una perspectiva històrica. En Marrero
Rodríguez, J. Rosa y González Ramallal, Manuel, manual de Sociologia del Ocio Turístico.
Oviedo: Septem.
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