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Diciembre de 2016
Por C. Andrew Keisner, consultor, Julio Raffo y Sacha Wunsch-Vincent, División
de Economía y Estadística, OMPI.
*Este artículo se basa en el Informe Mundial sobre la Propiedad Intelectual en
2015: La innovación revolucionaria y el crecimiento económico
Hacia 1970, la fabricación mediante robots era una práctica extendida en la industria
automovilística en los Estados Unidos y el Japón. A finales de 1980, el Japón era ya
el líder mundial en la fabricación y uso de robots industriales. Desde la década de los
80, momento en que se generalizó el uso de robots industriales en la automoción y en
otras líneas de producción industrial en los Estados Unidos y el Japón, los
componentes mecánicos robotizados han ido evolucionando y son cada vez más
sofisticados y autónomos. El uso de nuevos materiales y los avances punteros en
inteligencia artificial, mecatrónica, navegación, tecnología de sensores,
reconocimiento de objetos y procesamiento de información, han transformado la
robótica en un ámbito multidisciplinar. Los robots se basan cada vez más en el uso de
datos y están conectados a redes inteligentes, como aquellas que se están
desarrollando para su uso en drones y vehículos autónomos.
Los robots pueden aumentar la productividad laboral, reducir los costos de producción
y mejorar la calidad del producto. Además, en el sector servicios han generado
incluso modelos operativos completamente nuevos. Los robots también contribuyen al
bienestar humano eliminando la necesidad de realizar trabajos pesados y peligrosos,
ayudando a una población envejecida y convirtiendo en realidad el transporte
sostenible.
La robótica industrial requiere fuertes inversiones. Pueden pasar años hasta que la
investigación dé sus frutos, pero son las empresas de origen universitario formadas al
hilo de los diferentes avances las que están impulsando la evolución del sector.
Empresas consolidadas más grandes, como ABB (Suiza), Kawasaki Heavy Industries,
Yaskawa y Fanuc (Japón) y KUKA (Alemania) son también muy activas en I+D en
materia de robótica. Grandes empresas de seguridad, de defensa y de tecnología
aeroespacial también han adquirido experiencia en robótica, al igual que empresas
dedicadas a la electrónica de consumo como Samsung (República de Corea) y Dyson
(Reino Unido).
Por otra parte, a medida que la robótica se vuelve más dependiente de la conectividad
y de las redes TIC, empresas como Amazon, Google, Facebook, Infosys, Alibaba y
Foxconn también se están sumando a la contienda. Muchas empresas procedentes
de muchos sectores están empezando a darse cuenta de los beneficios de la robótica,
que ocupa un papel cada vez más central en las estrategias empresariales.
La protección por patente puede cobrar especial importancia en este ámbito, sobre
todo teniendo en cuenta los elevados costos de I+D previos a la comercialización y la
necesidad de obtener el permiso por parte de las autoridades reglamentarias. Ello
permite a las empresas recuperar su inversión, les ayuda a obtener una ventaja
competitiva desde el punto de vista comercial y resulta en especial útil para proteger
invenciones que puedan ser fácilmente objeto de ingeniería inversa.
Una cartera de patentes robusta permite conceder licencias y licencias cruzadas
tecnológicas y, de ese modo, fortalecer las relaciones empresariales, generar nuevas
fuentes de ingresos y, en algunos casos, contribuir a evitar litigios. También puede
ayudar a las pequeñas empresas a atraer la inversión que tanto necesitan.