FORMACIÓN
LINEAMIENTOS DEL PROCESO DE FORMACIÓN
CONTENIDO
1. PRESENTACIÓN ................................................................................................................. 4
2. LA FORMACIÓN EN LA FUNDACIÓN FESCO ......................................................................... 4
2.1 FUNDAMENTOS CONCEPTUALES ................................................................................. 5
2.2 ENFOQUES PEDAGÓGICOS .......................................................................................... 7
2.3 PRINCIPIOS ORIENTADORES ...................................................................................... 8
2.3.1 Reconocimiento ....................................................................................................... 9
2.3.2 Interdisciplinariedad ................................................................................................ 9
2.3.3 Pertinencia ............................................................................................................ 10
2.3.4 Participación ......................................................................................................... 10
2.3.5 Diálogo de saberes ................................................................................................ 11
3. PLANEACIÓN Y DESARROLLO DE PROCESOS Y ACTIVIDADES DE FORMACIÓN ................... 11
3.1 Diagnóstico .............................................................................................................. 11
3.2 Planeación y desarrollo de procesos y actividades de formación ................................... 13
3.2.1 Planeación y evaluación de procesos de formación .................................................. 13
3.2.2 Planeación y evaluación de actividades de formación ............................................... 13
4. EVALUACIÓN DE LOS PLANES Y ACTIVIDADES DE FORMACIÓN ......................................... 18
5. DOCUMENTACIÓN DEL PROCESO DE FORMACIÓN ............................................................ 20
6. FORMACIÓN DE FORMADORES ........................................................................................ 21
7. COMITÉ DE FORMACIÓN ................................................................................................. 22
8. USO DE LOS LINEAMIENTOS............................................................................................ 22
9. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 22
ANEXOS
1. PRESENTACIÓN
Se pretende, así mismo, que estos lineamientos faciliten la formación de los formadores, contribuyan
al diálogo entre los proyectos y aporten a la consolidación de una apuesta institucional frente a la
formación de las poblaciones participantes en los proyectos de la Fundación. Su construcción parte
de un diagnóstico con los equipos vinculados a los proyectos desarrollados en 2015 y de la
sistematización de la experiencia de formación de la Fundación durante su trayectoria de treinta años.
A la vez que integra algunos principios y estrategias pedagógicas formuladas por la Fundación en el
pasado, retoma algunos elementos de la experiencia actual de formación y propone algunas
modificaciones.
Se busca que estos lineamientos se constituyan en un documento vivo –es decir, que realmente se
refleje en la práctica- y en un documento abierto, enriquecido con la participación de todos.
A diferencia de la formal, la educación informal se caracteriza por no seguir un orden fijo y sucesivo
tendiente a la obtención de títulos. Comparativamente con la formal, la educación informal tiene
Considerando el enfoque del curso de vida (Blanco, 2011; Lombardo y Krzemien, 2008; y Sepúlveda,
2013) la Fundación concibe el desarrollo humano como un proceso permanente, único y diverso,
generado en la relación con otros, en el que no existen patrones universales, etapas fijas, ni
secuencias únicas. A la vez que considera que los seres humanos son sujetos activos de su propio
desarrollo, acepta que éste es influido por condiciones sociales, económicas, políticas, culturales y
ambientales. Así mismo, entiende que el desarrollo humano contempla varias dimensiones,
mutuamente influyentes: biológica, socio emocional, cognitiva, sexual, ético moral, lúdico estética,
comunicativa, política y económica productiva.
Esta visión sobre el desarrollo humano implica aceptar que los seres humanos estamos siempre en
proceso de cambio y que la educación juega un papel fundamental en este proceso. Implica además
respetar la diversidad personal, trascender la perspectiva lineal, superar análisis basados
estrictamente en la edad, asegurar una perspectiva de análisis de largo plazo, relacionar cada
momento de la vida con los que lo precedieron, tener en cuenta el contexto y realizar, hasta donde
sea posible, procesos educativos que consideran las distintas dimensiones del desarrollo.
En relación con la sostenibilidad la Fundación FESCO parte de una concepción integrada que
contempla tanto aspectos ambientales como económicos y sociales. Como indica la UNESCO (2012),
los ideales y principios que constituyen la sostenibilidad incluyen conceptos amplios tales como
equidad entre las generaciones, equidad de género, paz, tolerancia, reducción de la pobreza,
preservación y restauración del medio ambiente, conservación de los recursos naturales y justicia
social.
Por último, la Fundación aborda la construcción de ambientes de paz a partir del establecimiento
y la promoción de relaciones de reconocimiento. El reconocimiento es una categoría que permite
abordar la justicia social y la construcción de paz desde una perspectiva integral. De acuerdo con
Honneth (1996) el reconocimiento puede ser entendido en tres dimensiones: reconocimiento en el
amor (referido a la aprobación afectiva y la estima por parte de la familia, los amigos, la pareja),
reconocimiento jurídico (referido al respeto y al cumplimiento de derechos) y valoración social,
entendida como el reconocimiento de las capacidades y particularidades de los distintos grupos
sociales, incluidas sus diferencias culturales.
La manera como se planean, ejecutan y evalúan las actividades de formación deben reflejar con toda
claridad los fundamentos conceptuales planteados, así como los enfoques pedagógicos que guían el
proceso de formación de la Fundación y los principios orientadores que se presentan a continuación.
1
Aunque cada uno de estos enfoques tiene sus especificidades, puede decirse que son más sus complementariedades. Incluso
la educación popular, con un énfasis claramente distinto en sus propósitos, se alimenta, entre otros enfoques, del
constructivismo (Mariño y Cendales, 2004).
Del constructivismo, el interés por crear ambientes propicios para el aprendizaje significativo, la
consideración de las experiencias y conocimientos previos de los participantes como requerimiento
para transformar sus estructuras mentales y la concepción del aprendizaje no como transmisión y
acumulación de conocimientos, sino como un proceso activo y permanente.
Interdisciplinariedad
gración
Pertinencia
Cada uno de estos principios exige reconocer a los participantes en las actividades y procesos de
formación, por lo que puede considerarse que el reconocimiento es el principio rector.
2.3.1 Reconocimiento
El reconocimiento puede entenderse como el comportamiento con el que demostramos a los otros
que valoramos y respetamos sus necesidades emocionales, sus derechos, sus particularidades y sus
capacidades.
El reconocimiento tiene varias implicaciones prácticas en los procesos de formación. Para dar
cumplimiento a este principio debemos garantizar lo siguiente: i) adoptar una perspectiva integrada
e interdisciplinar al planear, desarrollar y evaluar las actividades de formación; ii) llevar a cabo
procesos educativos pertinentes que reconozcan la diversidad cultural y las particularidades de los
participantes; iii) generar oportunidades para la participación como expresión del reconocimiento de
los derechos, capacidades y potencialidades de los participantes; iv) crear espacios para el diálogo
de saberes y, por tanto, reconocer los conocimientos y experiencias de los participantes en las
actividades de formación.
2.3.2 Interdisciplinariedad
En coherencia con los fundamentos conceptuales de los lineamientos del proceso de formación, es
necesario garantizar abordajes integrados e interdisciplinarios. Esto implica: i) realizar planes de
formación que integren distintas dimensiones o áreas del conocimiento; y ii) buscar intencionalmente,
durante el desarrollo de las actividades de formación, el establecimiento de relaciones entre distintas
áreas.
Así, la planeación y el desarrollo de los procesos y actividades de formación deben evidenciar hasta
donde sea posible, según el caso, las relaciones existentes entre las distintas dimensiones del
desarrollo humano (biológica, socio emocional, cognitiva, sexual, ético moral, lúdico estética,
comunicativa, política y económica productiva), las relaciones entre las dimensiones de la
sostenibilidad (ambiental, social y económica) y las relaciones entre las diferentes esferas del
reconocimiento: reconocimiento como amor, reconocimiento jurídico y valoración social. Esto exige,
por un lado, afianzar el trabajo interdisciplinario y, por otro, que cada formador asuma una visión
interdisciplinaria de los fenómenos que aborda durante el proceso de formación.
2.3.3 Pertinencia
La formación debe ser relevante para los participantes: ellos deben sentir que las acciones educativas
son acordes con sus características y capacidades, y que hacen un aporte real a sus intereses y
necesidades. Esto implica tener un conocimiento lo más cercano posible de los contextos de donde
provienen (su realidad social, política, económica, educativa y cultural) y de sus características
personales (nivel de escolaridad, género, generación, preferencias sexuales, creencias, costumbres,
formas de relación, concepciones del mundo, estilos y ritmos de aprendizaje). De la mano con este
conocimiento, se hace necesario reconocer el carácter heterogéneo de los grupos y prepararse para
responder, hasta donde sea posible, a esta heterogeneidad.
2.3.4 Participación
En la práctica implica promover la participación en los distintos momentos del proceso de formación
(diagnóstico, planeación, ejecución, evaluación) y superar las relaciones de poder que limitan a las
personas para participar, expresadas por ejemplo en la organización del espacio donde se realizan
las actividades, en las formas de interacción, en la importancia que se atribuye al conocimiento de
los participantes y en las estrategias elegidas (Mejía, 2001). Quizás no sea fácil en algunos casos –
por limitaciones de tiempo por ejemplo- garantizar la participación en todas las fases del proceso,
pero siempre será posible reconocer en el otro sus capacidades para la participación y promoverla al
menos en algunos momentos o en algunos niveles 2.
2
Trilla y Novella (2001) identifican cuatro niveles de participación: i) simple: las personas toman parte en un proceso o
actividad solo como espectadores o ejecutantes; ii) consultiva: los individuos o grupos tienen la oportunidad de dar a conocer
sus perspectivas, sus opiniones, sus propuestas; iii) proyectiva: las personas toman la iniciativa, se convierten en agentes; iv)
metaparticipación: los propios sujetos exigen o generan nuevos espacios y mecanismos de participación, reclaman su derecho
a tomar parte en las decisiones.
En estrecha relación con los principios de pertinencia y participación, es necesario reconocer y valorar
la existencia de diversos saberes, construidos dentro y fuera de la educación formal. Los
conocimientos previos de los participantes son eje fundamental de la formación, no solo por su valor
intrínseco en el diálogo respetuoso sino también porque es a partir de ellos que es posible construir
nuevos aprendizajes. Como han señalado los teóricos del constructivismo, es necesario entender que
los participantes que se vinculan a procesos de formación vienen siempre con saberes previos, con
una concepción del mundo, y que la transformación de estructuras mentales solo es posible cuando
esos saberes previos son puestos en diálogo, confrontados, con los nuevos conocimientos.
Una buena planeación es una condición necesaria para organizar la acción educativa y para garantizar
condiciones mínimas de calidad. No obstante, considerando los principios antes planteados –
reconocimiento, interdisciplinariedad, pertinencia, participación y diálogo de saberes-, la planeación
debe asumirse con flexibilidad.
En este apartado se ofrece una guía para la elaboración de planes de formación -cuya duración
depende de cada proyecto- y para la planeación de actividades. Aunque cada una de ellas tiene sus
especificidades, se cuenta, hasta donde es posible, con una estructura y un lenguaje común que
facilita el diálogo entre ambos tipos de planeación.
3.1 Diagnóstico
El primer paso para la construcción de un buen plan de formación, según se desprende de los
principios orientadores y según se determina en la Caracterización del Proceso (Anexo 1), es el
diagnóstico, el cual debe complementarse con el análisis del contexto en el que surge la acción de
formación: ¿se trata de un proyecto de formación o de un proyecto que, además de la formación,
desarrolla otros componentes?, ¿se trata de acciones de formación solo grupales o también
individuales?, ¿de cuánto tiempo se dispone para la experiencia de aprendizaje?, ¿con qué recursos
se cuenta?
Características de los participantes: se trata de identificar las características del grupo para el
cual se va a construir el plan de formación, dando prioridad a aquellos aspectos que pueden tener
mayor incidencia en la acción educativa y en el logro de los objetivos de aprendizaje. Los aspectos
mínimos a incluir en esta caracterización son los siguientes:
Necesidades identificadas por los profesionales: se trata, básicamente, de que los formadores
precisen las necesidades de formación que perciben en los participantes a partir de las interacciones
previas, bien sea en otros procesos de formación o en otro tipo de actividades. La pregunta básica
que debe hacerse el formador es: ¿qué aspectos deben ser considerados en la planeación, teniendo
en cuenta las características, necesidades e intereses identificados a partir del contacto previo con
los participantes? Naturalmente, si se trata de un primer contacto con el grupo, este aspecto no debe
ser considerado en el diagnóstico.
El resultado de los cuatro componentes del diagnóstico debe consignarse en el Plan de Formación
(Anexo 3). Además de los cuatro aspectos referidos, el registro contiene un campo para la síntesis
del diagnóstico. En él deben consignarse las decisiones respecto a los temas que se deben incluir
en el plan de formación considerando el análisis de las distintas fuentes de información. Esto exige
comparar la información disponible y buscar las temáticas que mejor den respuesta,
simultáneamente, a lo que el grupo expresó como necesidad, lo que los profesionales consideran
importante y lo que exige la entidad contratante. Así mismo, debe incluir decisiones respecto a las
metodologías y recursos a utilizar, teniendo en cuenta las características del grupo.
Cada proyecto debe analizar cuál es el período para el cual puede considerarse válido el diagnóstico
realizado y a través de qué estrategias debe ser actualizado. En cualquier caso, los formadores deben
estar abiertos a dialogar permanentemente con los participantes, escuchar sus necesidades,
comprender que éstas son cambiantes y realizar las modificaciones que el mismo proceso de
formación muestra como deseables.
De acuerdo con lo señalado previamente, la planeación puede estar referida a un período (un
trimestre, un semestre, un año, por ejemplo), o bien, a una actividad de formación. Un plan de
formación está constituido por varias actividades. A continuación se ofrecen algunas orientaciones
generales sobre estos tipos de planeación.
Un plan de formación puede abarcar la totalidad del período de ejecución de un proyecto o períodos
parciales. Cualquiera que sea el período elegido, los planes de formación se constituyen en el marco
para la planeación de actividades. Esto significa que quien vaya a planear un taller u otra actividad,
debe hacerlo considerando el contexto más amplio que ofrece el plan de formación, es decir, las
características y necesidades observadas en el diagnóstico, los objetivos y ejes de aprendizaje, las
estrategias generales previstas y las orientaciones para la evaluación.
El Plan de formación incluye tres apartados: el diagnóstico, el plan como tal y la evaluación. Esta
última puede ser realizada al final del proceso o en varios momentos, pudiendo remitirse cada
evaluación al período inmediatamente anterior o a todo el proceso de formación ejecutado hasta la
fecha. En cualquier caso la evaluación final debe valorar el último período y el conjunto del plan de
formación.
Esta evaluación debe hacerse durante los cinco días siguientes a la terminación de la actividad o plan
de formación, para no olvidar detalles importantes y para garantizar un adecuado análisis y posterior
sistematización.
Este registro debe ser utilizado para los siguientes tipos de actividad: talleres educativos, salidas
pedagógicas y cursos:
Los talleres educativos son una estrategia caracterizada por la integración entre la teoría y
la práctica, en la que el formador, como facilitador del aprendizaje, fomenta intencionalmente
la participación de los asistentes, genera oportunidades para aprender haciendo y promueve
el trabajo en equipo.
Las salidas pedagógicas son una estrategia que promueve el aprendizaje vivencial mediante
el contacto directo con el entorno, la observación, la interacción con otros y la realización de
experiencias prácticas en escenarios reales.
Para las conferencias, actividades informativas y actividades recreativas debe ser utilizado el registro
del Anexo 5.
En aquellos casos en los que se va a utilizar la misma planeación de una actividad de formación para
varios grupos, se debe diligenciar un registro para cada uno, de manera que la evaluación se oriente
a la experiencia específica de cada grupo en particular.
Considerando las recomendaciones planteadas antes en relación con las Estrategias de aprendizaje,
el Cuadro 3 incluye sugerencias adicionales que pueden tenerse en cuenta al planear y al desarrollar
actividades de formación:
Las visitas familiares se constituyen en una estrategia educativa muy valiosa, pudiendo tener un
carácter distinto en cada proyecto y exigir, por lo tanto, modos de planeación y evaluación diferentes:
por ejemplo, en un proyecto los objetivos y actividades pueden ser comunes para un número
importante de familias en un período determinado y, en otro proyecto, variar de familia a familia.
Considerando esta circunstancia, se deja abierta la posibilidad de usar el registro incluido en el Anexo
8, o bien, construir un registro diferente, ajustado a las necesidades específicas de cada proyecto.
En este último caso deben contemplarse los aspectos básicos que se incluyen a continuación:
Componente
Elementos Descripción
del registro
Participantes Total de hombres y mujeres que participaron activamente en la visita
Principales aprendizajes logrados y otros logros asociados con el
Logros
desarrollo de la visita
Aspectos que limitaron el logro de los objetivos de aprendizaje y otras
Dificultades
dificultades asociadas con el desarrollo de la visita
Evaluación
Compromisos Compromisos adquiridos por la familia o por el formador
Formador Nombre de la persona que llevó a cabo la visita familiar
Firma del jefe de hogar, de la persona que participa directamente en
Firma el proyecto o de otra persona que pueda verificar que la visita fue
realizada.
De acuerdo con lo estipulado en la Caracterización del proceso de formación (Anexo 1), la evaluación
se realiza en varios momentos:
Aunque existen limitaciones para conocer de manera profunda los aprendizajes generados a través
de actividades cortas, y en ocasiones esporádicas, propias de la educación informal, los formadores
deben identificar e implementar estrategias sencillas para aproximarse a la comprensión que tuvieron
los participantes sobre los temas tratados, sus motivaciones para poner en práctica los conocimientos
adquiridos y las habilidades desarrolladas. Como se señala en el Anexo 7, la evaluación de los
aprendizajes busca, ante todo, apoyar el proceso de formación al permitir a los formadores y a los
participantes tomar consciencia sobre los logros, las dificultades y los aspectos que deben ser
ajustados. Esta evaluación ayuda también a identificar qué personas necesitan mayor apoyo en su
proceso de aprendizaje.
La evaluación de los planes de formación debe llevarse a cabo una vez finalice el período
planeado o los períodos establecidos para realizar cortes evaluativos. Esta evaluación debe incluir
una reflexión en torno a la calidad y pertinencia de los contenidos, estrategias, recursos y ambientes
de aprendizaje, y una valoración general de los aprendizajes logrados, tomando como base las
estrategias planteadas en el Plan de formación. Se trata de valorar estos aspectos con los
participantes e identificar con ellos si se requieren acciones de mejora para el período siguiente del
plan de formación en curso (si se trata de un corte evaluativo) o para un nuevo proceso de formación.
Cuando se trata de un plan de formación con varios cortes evaluativos, las evaluaciones intermedias
deben evaluar el período previo y, a su vez, establecer si lo planeado para el período siguiente resulta
3
Esta encuesta está diseñada específicamente para jóvenes y adultos con habilidades básicas de lecto-escritura. La evaluación
del proceso con los adultos que tienen limitaciones en lecto-escritura y con los niños debe apoyarse en estrategias diferentes,
acordes a su nivel de escolaridad y su desarrollo.
pertinente. Al registrar la evaluación, los formadores deben integrar además sus propias percepciones
sobre el proceso, incluyendo la revisión de la asistencia a las actividades de formación, para lo cual
se pueden apoyar, cuando aplique, en el Registro de seguimiento a la asistencia (Anexo 10).
Los resultados de las evaluaciones realizadas deben ser oportunamente socializados con quienes
puedan hacer uso de esta información en el mejoramiento del proceso: el talento humano
responsable de la formación, los participantes y/o las instituciones contratantes.
Cada proyecto debe asegurar el oportuno diligenciamiento y archivo de los registros de diagnóstico,
planeación y evaluación. Se espera que cada proyecto cuente con una carpeta anual para estos
registros, bien sea física o digital, aunque este período puede variar dependiendo de la duración del
proyecto y de su fecha de inicio y finalización. En ella deben reposar, en orden, los siguientes
documentos: 1) registro del diagnóstico realizado con los participantes; 2) plan de formación; 3)
registro de seguimiento a la asistencia, cuando aplique; 4) registros de actividades que hayan hecho
parte de ese plan, cada uno acompañado de sus anexos, del registro de asistencia (Anexo 13 para
participantes y Anexo 14 para talento humano) y de las excusas que hayan presentado los
participantes en caso de inasistencia4.
En aquellos proyectos en los que sea importante realizar seguimiento a la asistencia de los
participantes, se sugiere, además del registro de asistencia firmado por ellos, que los formadores
usen el registro incluido en el Anexo 13. Este permite observar con facilidad la continuidad de la
participación y definir, en casos específicos, las medidas que deben tomarse en caso de inasistencias
reiteradas a las actividades de formación.
4
El registro de Planeación y evaluación de actividades de formación cuanta con una página final para los anexos, incluidas las
fotografías de la actividad.
ORIENTACIONES
Contar con una carpeta por grupo poblacional, en formato físico o digital según
requerimientos del proyecto
Organización Organizar los archivos en orden cronológico: los nuevos registros se archivan detrás de
general del los previos. Si el archivo es digital, marcar cada archivo con la fecha (aa-mm-dd)
archivo A menos que se trate de un requerimiento contractual, evitar el archivo de copias
individuales de los materiales utilizados o evaluaciones realizadas en los talleres. Esta
información debe ser previamente analizada e incluida en los registros de las actividades
Usar las últimas versiones de los registros y no modificar su estructura o contenidos
Diligenciar todos los campos e incluir en ellos información clara, suficiente y relevante,
que pueda ser comprendida por cualquier lector
Asegurar que la información incluida en los registros sea legible, bien sea que se haya
impreso el archivo digital o se haya diligenciado manualmente
Incluir los anexos que sean indispensables. Estos deben estar numerados y citados en la
planeación
Incluir evidencia fotográfica de las actividades, si se desea o requiere. Asegurarse de la
Manejo de los
calidad y pertinencia de las fotografías
registros
Registrar la evaluación de las actividades máximo dentro de los 5 días posteriores a su
realización
Asegurarse que haya consistencia entre la planeación de las actividades y el plan de
formación
Asegurarse que haya consistencia entre la información del registro de planeación y el
registro de asistencia
Justificar adecuadamente los cambios que hayan debido realizarse en las actividades
planeadas (cambio de fecha y cambio de tema)
6. FORMACIÓN DE FORMADORES
La formación de formadores se rige por las mismas etapas que la formación de participantes:
diagnóstico, elaboración del plan de formación, planeación y desarrollo de las actividades de
formación, evaluación del proceso, identificación e implementación de acciones de mejora. Así mismo,
se apoya en los formatos establecidos para la formación de los participantes.
Las necesidades de formación del talento humano son identificadas a través de varias fuentes: las
Evaluaciones del Personal que se llevan a cabo anualmente en cada proceso y/o proyecto, el
seguimiento en campo realizado por los coordinadores, los requerimientos contractuales y los
resultados de las auditorías internas y externas.
7. COMITÉ DE FORMACIÓN
El Comité de Formación fue creado como una instancia de discusión, de intercambio entre los
procesos y/o proyectos y de direccionamiento del proceso, considerando tanto la formación del
talento humano como la formación de los participantes en los proyectos. Para cumplir este propósito,
el Comité está conformado por el coordinador del proceso de formación, los coordinadores de
proyectos, el coordinador de gestión de calidad y los coordinadores de los procesos de apoyo: gestión
financiera y gestión administrativa. Al Comité pueden ser invitadas, además, aquellas personas que
por su trayectoria en la Fundación, por su rol y por su interacción con el proceso puedan realizar, en
un momento dado, aportes específicos.
Su plan de trabajo y las actividades desarrolladas en las reuniones periódicas son definidos
colectivamente con base en las necesidades identificadas durante el período y con los compromisos
establecidos en reuniones previas. Los formadores pueden solicitar, si así lo requieren, discusiones
sobre temas específicos, con miras al permanente fortalecimiento del proceso de formación.
El contenido de los lineamientos del proceso de formación puede ser utilizado en otros documentos
institucionales, evitando realizar cambios que modifiquen su sentido. Cuando se utilicen, deben
citarse con la fecha de la última versión e incluir la correspondiente referencia bibliográfica:
Cuando se considere necesaria una modificación a los lineamientos o a los registros utilizados, o bien,
un registro adicional, debe informarse al coordinador del proceso con el fin de acordar los ajustes
correspondientes. Por otra parte, las excepciones a lo establecido en este documento deben ser
comunicadas al coordinador del proceso de formación y al coordinador de gestión de calidad para
incluirlas en el listado maestro.
9. BIBLIOGRAFÍA
Blanco, M. (2011). El enfoque del curso de vida: orígenes y desarrollo. Revista Latinoamericana de
Población, 5 (8), 5-31.
Lombardo, E. y Krzemien, D. (2008). La psicología del curso de vida en el marco de la psicología del
desarrollo. Revista Argentina de Sociología, 6 (10), 111-120.
Mariño, G. y Cendales, L. (2004). Educación no formal y educación popular. Hacia una pedagogía del
diálogo cultural. Venezuela: Federación Internacional de Fe y Alegría y Fundación Santa María.
Alegría, Colombia “El presente y el Futuro de la Educación Popular”, Bogotá, 18-19 de octubre de
2001.
Perkins, D. y Blythe, T. (1994). Ante todo, la comprensión. En: León, P. (2002). Enseñanza para la
comprensión. Curso en línea para educadores. Universidad de Harvard.
Vásquez, M.J. (2014). Educación para el desarrollo sostenible (EDS). Un posicionamiento de jóvenes
progresistas en América Central. Perspectivas, 7, 1-11