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Desertificacion

La desertificación consiste en una degradación persistente de los


ecosistemas de las tierras secas producida por las variaciones
climáticas y la actividad del hombre. Está presente en todos los
continentes (salvo en la Antártida) y afecta al medio de vida de
millones de personas, entre los que se encuentran buena parte de los
pobres que viven en las tierras secas.
La Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la
Desertificación (UNCCD) define este proceso como «la degradación de
las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas
resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas
y las actividades humanas». Por su parte, la degradación de las
tierras se define como la reducción o pérdida de productividad
biológica o económica de las tierras.
Las tierras secas, que suponen un 41% de la superficie terrestre del
planeta, albergaban en el año 2000 a un tercio de la población
humana, es decir, 2.000 millones de personas.
Los servicios de los ecosistemas son los beneficios que el hombre
obtiene de los ecosistemas; por ejemplo, cosechas, forraje y madera.
En las tierras secas, la producción de estos servicios que
proporcionan los ecosistemas está limitada por la escasez de agua. La
reducción sustancial y persistente de la oferta de dichos servicios,
que está provocada por la escasez de agua, el uso intensivo de los
servicios y el cambio climático, supone una amenaza mucho mayor
en las tierras secas que en el resto de sistemas. Las zonas más
vulnerables a la desertificación son las tierras secas subsaharianas y
centroasiáticas.
La desertificación se produce como resultado de un desequilibrio a
largo plazo entre la demanda de servicios de los ecosistemas por
parte del hombre y lo que los ecosistemas pueden proporcionar. En la
actualidad, existe una presión creciente sobre los ecosistemas de las
tierras secas en cuanto al suministro de servicios como la
alimentación, el forraje, el combustible, los materiales de
construcción y el agua, que es necesaria para el hombre, el ganado,
el riego y el saneamiento. Este incremento se atribuye a una
combinación de factores humanos (como la presión demográfica y el
modelo de uso del suelo) y climáticos (como las sequías). Aunque la
interacción de dichos factores a escala mundial y regional es
compleja, sí es posible entenderla en la escala local.
Aproximadamente entre el 10 y el 20% de las tierras secas se
encuentran ya degradadas y, de no tomarse medidas al respecto, la
desertificación pondrá en peligro futuros avances en el bienestar
humano y posiblemente hará perder el bienestar ganado en algunas
regiones.
Acciones contra la desertificacion
El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, en al marco
de las actuaciones del Programa Nacional de Lucha contra la
Desertificación (PAND), invertirá 47 millones de euros para desarrollar
Convenios que se están suscribiendo con las diferentes Comunidades
Autónomas, para desarrollar actuaciones contra la desertificación
para el periodo 2009-2010.
Estos Convenios, que dan continuidad a los conformados para el
periodo 2005-2008, tienen como objetivo la protección del suelo
frente a la
erosión y desertificación,, la defensa contra la sequía y las
inundaciones, la preservación y mejora de la diversidad biológica en
ecosistemas forestales, así como la planificación dinámica de la
cuenca hidrográfica enfocada a una gestión sostenible y global de los
recursos naturales agua, vegetación y suelo, la fijación del carbono
atmosférico y mitigación de los efectos negativos del cambio
climático y la contribución al
desarrollo sostenible del medio rural.
Junto a estos Convenios, se están desarrollando actuaciones de
reforestación forestal en el marco del Plan E-2009 recogidas en 43
proyectos para la plantación de cerca de 4 millones y medio de
árboles en una superficie de repoblación de 4.300 Has,
complementando de esta manera las actuaciones a ejecutar en zonas
gestionadas por las Comunidades Autónomas, fomentando y
potenciando, entre otros efectos, el aumento de los sumideros de
carbono forestales.
Con estas iniciativas, se hace frente al fenómeno de la desertificación,
que en España afecta en grado alto y muy alto a un 17,85 por ciento
de la superficie, siendo el riesgo medio en un 19,20 por ciento del
territorio, si bien, y de acuerdo con los datos de los dos últimos
inventarios forestales 1995 y 2005, se constata que la superficie
arbolada de nuestro país ha aumentado en 600.000 Ha,
aproximadamente, más de un 1% de la
superficie nacional, y que la evolución de los incendios forestales, que
son el principal agente de desertificación a corto plazo, ha sido
positiva durante los últimos años.
Al margen de estas actuaciones y frente al riesgo de la
desertificación, son muchas las acciones que contempla en PAND,
relacionadas con la restauración hidrológico-forestal y el control de la
erosión y defensa contra la desertificación, financiando trabajos de
repoblación forestal, buscando la implantación de una cubierta
vegetal protectora y fijadora de suelos, tolerante a condiciones de
aridez extrema, mayor economía
hídrica y tensiones ecológicas derivadas del cambio climático.
Igualmente el Programa de Acción Nacional de Lucha contra la
Desertificación (PAND) desarrolla instrumentos para una adecuada
evaluación y seguimiento de la evolución de la situación en España,
como son: el Inventario Nacional de Erosión de Suelos (INES) que
tiene como objetivos localizar, cuantificar y analizar la evolución de
los fenómenos erosivos, con el fin último de delimitar con la mayor
exactitud posible las
áreas prioritarias de actuación en la lucha contra la erosión
Perdida de la biodiversidad
Nuestro planeta se enfrenta a una acelerada desaparición de sus
ecosistemas y a la irreversible pérdida de su valiosa biodiversidad.
Por diversidad entendemos la amplia variedad de seres vivos
-plantas, animales y microorganismos- que viven sobre la Tierra y los
ecosistemas en los que habitan. El ser humano, al igual que el resto
de los seres vivos, forma parte de este sistema y también depende de
él. Además, la diversidad biológica incluye las diferencias genéticas
dentro de cada especie y la variedad de ecosistemas.
Toda esta diversidad biológica provee al ser humano de recursos
biológicos. Éstos han servido de base a las civilizaciones, pues por
medio de los recursos biológicos se han desarrollado labores tan
diversas como la agricultura, la industria farmacéutica, la industria de
pulpa y papel, la horticultura, la construcción o el tratamiento de
desechos. La pérdida de la diversidad biológica amenaza los
suministros de alimentos, las posibilidades de recreo y turismo y las
fuentes de madera, medicamentos y energía. Además, interfiere
negativamente con las funciones ecológicas esenciales.
Las interacciones entre los diversos componentes de la diversidad
biológica es lo que permite que el planeta pueda estar habitado por
todas las especies, incluidos los seres humanos, ya que gracias a ella
se dan procesos tales como, la purificación del aire y del agua y la
destoxificación y descomposición de los desechos, la estabilización y
moderación del clima de la Tierra, la moderación de las inundaciones,
sequías, temperaturas extremas y fuerza del viento, la generación y
renovación de la fertilidad del suelo, incluido el ciclo de los nutrientes,
la polinización de las plantas, etc.
La forma más visible de este daño ecológico es la extinción de
animales tales como los pandas, los tigres, los elefantes y las
ballenas, debida a la destrucción de sus hábitat y a la cacería o
captura excesiva. Sin embargo, otras especies menos llamativas pero
igual de importantes también se encuentran en peligro. Como
ejemplo, podemos mencionar a la amplia gama de insectos que
ayudan a la polinización de las plantas.
Si bien la pérdida de especies llama nuestra atención, la amenaza
más grave a la diversidad biológica es la fragmentación, degradación
y la pérdida directa de los bosques, humedales, arrecifes de coral y
otros ecosistemas. Todas estas cuestiones son agudizadas por los
cambios atmosféricos y climáticos que ocurren de manera global y
que afectan directamente a los hábitats y a los seres que las habitan.
Todo ello desestabiliza los ecosistemas y debilita su capacidad para
hacer frente a los mismos desastres naturales.
La riqueza y la diversidad de la flora, la fauna y los ecosistemas, que
son fuentes de vida para el ser humano y las bases del desarrollo
sostenible, se encuentran en un grave peligro. La creciente
desertificación a nivel global conduce a la pérdida de la diversidad
biológica. Últimamente han desaparecido unas ochocientas especies
y once mil están amenazadas. Es fácil comprender que con esta
pérdida incesante de recursos está en riesgo la seguridad alimentaria.
La pérdida de la diversidad biológica con frecuencia reduce la
productividad de los ecosistemas, y de esta manera disminuye la
posibilidad de obtener diversos bienes de la naturaleza, y de la que el
ser humano constantemente se beneficia.
Cada año desaparecen miles de millones de toneladas de tierra fértil.
El proceso de degradación de los suelos, su mal uso y utilización, los
insostenibles modelos de consumo y la sobreexplotación de los
recursos naturales, junto a las guerras y los desastres, son elementos
que agravan la hambruna de más de mil millones de personas
Consevacion de la biodiversidad

La especie como tal podría tener una importancia ecológica


fundamental en el mantenimiento de la diversidad. Algunas especies
se pueden calificar como claves por la importante función que
desempeñan, o más aun pueden ser vitales dentro de una comunidad
para la diversidad de otras especies dentro de ella.

Tanto en especies animales como vegetales, se distinguen algunas


con funciones fácilmente reconocibles dentro de las cadenas tróficas,
por ejemplo determinados animales polinizadores como las abejas,
pero también organismos edáficos encargados de la descomposición
de la materia, o los animales que se encuentran en el nivel trófico
más alto, es decir los depredadores.
Es clarificadora la acción local sobre la biodiversidad que pueden
tener los árboles. Muchas especies animales y vegetales progresan
gracias al refugio y recursos que proporcionan las superficies
arbóreas. Las aves nidifican en sus ramas o troncos y se alimentan de
sus frutos, también muchos herbívoros encuentran alimento bajo la
cobertura de los árboles; igualmente los epífitos (plantas aéreas no
parásitas) pueden fijarse en lo alto de los árboles y alimentarse de la
luz, humedad y partículas de polvo ambiental que capturan y
absorben mediante hojas especializadas; y un buen número de
especies que viven y evolucionan gracias a los árboles, parásitos,
musgos, micofitos, hepáticas, etc.
La diversidad biológica o biodiversidad se refiere a la variabilidad de todos
los organismos vivos y los sistemas ecológicos de los que forman parte. La
biodiversidad juega un papel esencial en la regulación de la química de
nuestra atmósfera, en la generación del suministro de agua, el reciclado de
los nutrientes y la disponibilidad de suelos fértiles. Como el hogar de una
amplia gama de flora y fauna, los bosques juegan un papel clave en el
mantenimiento de la biodiversidad.
Los Bosques Modelo son muy diversos biológicamente y a menudo
incluyen áreas de paisajes con valores significativos de conservación
o preservación, como por ejemplo parques nacionales y bosques de
legado mundial que contienen especies en peligro.

Mediante la promoción de un planteamiento a nivel paisaje, los


Bosques Modelo albergan una reducción en la fragmentación de los
bosques, mejores hábitats para la vida silvestre y el desarrollo de
estrategias de colaboración con comunidades locales para la
administración de la biodiversidad.
Para saber cuáles Bosques Modelo trabajan en el área de la
conservación de la biodiversidad, visite nuestro base de datos.

Acuerdos para la conservasion de la biodiversidad

En 1992 se celebró en Río de Janeiro, Brasil, la Conferencia de las Naciones Unidas


sobre Medio Ambiente y Desarrollo, también conocida como la "Cumbre de la Tierra".
En esta reunión se firmaron dos acuerdos jurídicamente vinculantes de gran importancia
ambiental: la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(UNFCCC, por sus siglas en inglés) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica
(CDB), siendo este último el primer acuerdo mundial enfocado a la conservación y el
uso sostenible de la biodiversidad. El CDB ganó rápidamente una aceptación
generalizada y más de 150 gobiernos firmaron el documento en el marco de la Cumbre
en Río de Janeiro. Actualmente 191 países lo han ratificado. 1

El CDB tiene tres objetivos principales:


• La conservación de la biodiversidad,
• el uso sostenible de los componentes de la diversidad biológica, y
• la participación justa y equitativa en los beneficios derivados del uso de los
recursos genéticos.
Uno de los mayores logros del CDB es que aborda a la diversidad biológica desde un
enfoque integral, al definirla en sus tres dimensiones: genes, ecosistemas y especies.
Para el CDB la diversidad biológica es: “la variabilidad de organismos vivos de
cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y marinos y
otros ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte;
comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los
ecosistemas.”
El CDB contiene metas de gran alcance y aborda la cuestión fundamental del futuro de
la humanidad, por lo que constituye un hito en el derecho internacional. Reconoce, por
primera vez, que la conservación de la diversidad biológica es una preocupación común
para la humanidad y forma parte del proceso de desarrollo. El Convenio abarca todos
los ecosistemas, especies y recursos genéticos respetando la soberanía de las Partes.
Establece nexos entre las medidas tradicionales de conservación y la meta económica de
utilizar de forma sostenible los recursos biológicos. Sienta principios para la
distribución justa y equitativa de los beneficios resultantes del uso de recursos
genéticos. De la misma forma, abarca la rápida expansión en el ámbito de la
biotecnología, aborda los temas de desarrollo y transferencia de tecnologías, la
distribución de beneficios y la seguridad de las biotecnologías. El Convenio recuerda a
los encargados de la toma de decisiones que los recursos naturales no son infinitos y
establece una nueva filosofía para el siglo XXI: el uso sostenible. Así mismo, reconoce
que los ecosistemas, las especies y los genes deben utilizarse en beneficio de la
humanidad. Con todo, ello debe hacerse de manera y a un ritmo que no afecte a largo
plazo la diversidad biológica.
Entre los principales temas que se abordan en el Convenio pueden mencionarse:
• Conservación in situ y ex situ
• Uso sustentable
• Acceso a los recursos genéticos y distribución de beneficios.
• Acceso a la tecnología y transferencia de tecnología, incluida la biotecnología.
• Evaluación de impacto ambiental.
• Educación y conciencia pública.
• Suministro de recursos financieros.
• Presentación de informes nacionales sobre las medidas para poner en práctica
los compromisos asumidos en virtud del tratado.
• Medidas e incentivos para la conservación y uso sostenible de la diversidad
biológica.
Legislacion ambiental nacional

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