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Domingo 3 de diciembre de 2017

“Por tanto, examínese cada uno a sí mismo y entonces coma del pan y beba de la copa”. (1Corintios 11:
28).

VERNOS A NOSOTROS MISMOS

Cuando no había espejos, las personas rara vez se veían a sí


mismas; pero llegando éstos, todo cambió. Luego aparecieron las
cámaras fotográficas, las cuales otorgaron una dimensión
completamente nueva al aspecto exterior, la captura de imágenes
instantáneas nos acompaña durante toda la vida. Pero todo esto
puede llegar a perjudicar nuestro bienestar espiritual, al
preocuparnos más por la apariencia y dejar de lado nuestro
interior; es por ello que analizarnos interiormente es fundamental
para una vida espiritual saludable. Las Escrituras enseñan que no
debemos participar de la Cena del Señor si no nos examinamos antes (1 Corintios 11:28). El objetivo no
es sólo arreglar las cosas con Dios, sino también asegurarnos de que estamos bien con los demás. En la
Cena del Señor, recordamos el cuerpo y la sangre de Cristo y no podemos celebrarla sin armonizar con
los demás.

ADMITIR Y CONFESAR NUESTROS PECADOS PROMUEVE LA UNIDAD FRATERNAL Y BENEFICIA NUESTRA


RELACIÓN CON DIOS.

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