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Leccién 18 La gestién de los recursos y las prestaciones personales de los ciudadanos Regina M.* Pérez Marcos 1. LA HACIENDA A) Crisis financiera tras la guerra con Francia e Inglaterra, eintentos reformistas La crisis financiera heredada del Antiguo Régimen se vio acentuada desde co- mienzos del siglo xix con las guerras contra Inglaterra y Francia y, sobre todo, con la Guerra de la Independencia, las Guerras de emancipacion de los paises americanos, las Guerras carlistas, etc. Este déficit se intent paliar, ya desde la época de Carlos IV, mediante la puesta en marcha de un programa desamortiza- dor (la Hamada desamortizacion de Godoy) que seria continuado més adelante por Mendizaibal y Madoz. A comienzos del siglo XIx el gobierno de José Bonaparte intent6 la reforma del sistema financiero, y la Constitucién de Bayona preceptué que las contribu- ciones fuesen las mismas para toda Ja naci6n aboliendo los privilegios tributa- tios. La Contribucién directa de las Cortes de Cadiz De acuerdo con estos precedentes los constituyentes de las Cortes de Cadiz adoptaron las siguientes medidas: * Inspirados por la vieja ilusién de implantar la unificacién fiscal, abolieron las rentas Provinciales y establecieron una contribucién directa general desti- nadaa repartir las cargas del Estado entre todos Jos espafioles en proporcién asus medios, sin excepcidn ai privilegio. Cultura Europea en Ropafia Se establecié que anualmente las Cortes aprobarian la ordenacién racional de los ingresos y gastos del Estado en forma de presupuesto general. En 1813 un decreto de las Cortes de Cadiz limité la existencia de aduanas a los puertos de mar y a las fronteras. Se fijé una clara diferenciacién entre el patrimonio del Estado (que pasb ade- nominarse Patrimonio nacional) y el patrimonio teal o de la Corona que que- daba reduicido a una dotacién anual que el rey disfrutaba por asignacién de las Cortes. Se creé la Superintendencia de Rentas que en 1813 pasarfa a la Direccién ge- neral de Hacienda. La Contribucién general de Martin de Garay La restauraci6n de la monarquia absoluta en 1814 impidié la cfectiva instau- racién de las reformas financieras de la Constitucién de Cadiz, aunque en 1817 el ministro Martin Garay intent6 reorganizar la Hacienda con una orientacién semejante a la de las Cortes de CAdiz. Por decreto de 30 de mayo de 1817 se aprobé su propuesta consistente en la abolicién de las rentas Provinciales y sus equivalentes en la Corona de Aragén sustituyéndolas por una contribucion gencral proporcional a la riqueza del contribuyente. Al lado de esto se seguian mante- niendo las regalias de rey en relacibn a los ingresos proporcionados por el papel timbrado, la sal, el tabaco, etc. Bl plan de Martin de Garay fracas6 funcamental- mente por la inexistencia de un aparato que estableciera las bases reales de la ri- queza de los contribuyentes, siendo suprimido en 1820. En 1821, durante el trienio liberal, Canga Argtielles proyect6 una reforma fis- cal también llamada a fracasar, por la impopularidad que desaté, ya que suponia un aumento de la presién fiscal insostenible para los sectores rurales de la pobla- cién a los que se sometia a pagar los impuestos en dinero contante, cuando tra- dicionalmente habjan tributado en especie. Esto provocé en algunas regiones (Navarra y Vascongadas) una significativa afiliacién de las clases rurales al abso- lutismo en Ja medida en que encamaba la vuelta al antiguo sistema tributario. La reorganizaci6n de Lépez Ballesteros La reaccién absolutista de 1823 mantuvo el viejo sistema tributario, restaur6 el Consejo de Hacienda y, en 1828, creé cl Tribunal Mayor de Cuentas, que su- cedfa a la antigua Contaduria Mayor (incorporada al Consejo de Hacienda), Sin embargo, el ministro Lopez Ballesteros introdujo algunas reformas siendo la més importante la confeccién, desde 1828, de los primeros presupuestos equilibrados de ingresos y gastos del Estado. Pese a la tendencia hacia la unificacién fiscal las La gestion de los recursos y las prestaciones personales de los ciudadanos Provincias Vascongadas y Navarra conservaran de esta ctapa algunas peculiari- dades en esta materia. Bn esas regiones cl sistema de conciertos econémicos deter- mind que las Vascongadas contribuyeran a la Hacienda estatal mediante un do- nativo, y Navarra mediante un servicio voluntario. Las reformas de Mendizabal La guerra civil que siguié a la muerte de Fernando VII (1" Guerra carlista) agravé enormemente la situacién de la Hacienda y del crédito pablico. Los gastos aumentaron y el presupuesto se liquidé con un abundante déficit que ¢l ministro Mendizabal intenté amortiguar principalmente mediante el despliegue de una de- cidida politica desamortizadora y la emisién de empréstitos pero, al no conseguir los efectos deseados, hubo de recurrir al recargo de los impuestos existentes y ala creacién de otros nuevos, como el del servicio militar, por el que los no comba- tientes habfan de contribuir con un caballo ademas de pagar cierta cantidad. B) La reforma tributaria de 1845 Con todo, la situacion era hasta tal punto critica que, en 1844 cuando subié al poder el gobierno moderado de Narvaez y fue encargado del ministerio de Ha- cienda Alejandro Mon, éste realiz6 una trascendental reforma tributaria que puso fin a todo el arcaico sistema de la Hacienda espafiola (habia 101 impuestos dife- rentes) y senté las bases de los actuales sistemas tributarios. Las primeras medidas de Mon buscaban la sohucién de los problemas de la deuda publica realizando la conversién de una parte de los créditos del Estado en titulos de la deuda publica, yuna comisida especial preparé la reforma tributaria, tomando en ella parte muy activa Ram6n Santillan. Las contribuciones directas fueron después de Ja re- forma de Alejandro Mon: + La Contribucién de inmuchles, cultivo y ganaderta (mis tarde tansformada en contribucién territorial) que venta a sustituir en Castilla a las antiguas con- tribuciones de paja y utensilios. Fue ésta la pieza fundamental de la reforma Mon, constituyendo el principal ingreso de Ja Hacienda. Para su reparto entre las Provincias se recurrié al sistema de cupo. El Subsidio industrial y de comercio como mica contribucién industrial. Se trataba de una imposicién basada en los signos externos que quedaban gra- vados con una cuota excesivamente alta, lo que produjo su fracaso. Los impuestos sobre Inquitinato, que resultaron efimeros aunque constituye- ron un precedente de la contribucién sobre Ja renta.

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