Relata migrante vida difícil que lo tiene en calles de Sonora

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El migrante procedente del sur de México, Marcelino Ornelas, manifestó que años atrás viajó
con la esperanza de un mejor futuro en Estados Unidos, pero quedó varado en las calles de
esta frontera.

Marcelino, a quien se le ubicó en el exterior de un supermercado de la localidad, donde pide

unas monedas a los clientes del lugar, principalmente para comer, dijo que acepta "también
para echarme unos farolazos".

Descuidado en su aspecto personal, en las inmediaciones de donde se encuentra, está una

bolsa de plástico con lo que parecen sobras de alimentos y una cobija raída, de un color
oscuro.

Sólo pide que no le tomen fotografías, pues le da vergüenza que sus familiares se enteren del
momento que pasa y, por lo mismo, manifiesta que no quiere decir de dónde procede.

"Vengo del sur de México, así nomás", balbucea, luego su cara se torna seria y parece que va a
llorar, pero logra reponerse y asegura que espera en Dios que pueda recuperarse algún día.

Marcelino señaló que años atrás llegó de su pueblo natal con la esperanza de una nueva vida
en la Unión Americana, donde trabajaría en un buen empleo, empezaría a ganar dinero y salir
adelante.

Pero fue repatriado en repetidas ocasiones, tanto del estado de California como de Arizona,
hasta que los oficiales de la Patrulla Fronteriza le dijeron que en el próximo arresto lo meterían
seis meses a la cárcel.

"Entonces me puse a trabajar de peón con los albañiles y tomaba mucho, así que un día me
dijeron que ya no fuera a trabajar porque eran muchos problemas", expresó.

Confesó que, desde entonces empezó a vagabundear por la vecina ciudad de Mexicali, Baja
California, en otras partes que no recuerda y finalmente llegó a esta frontera sonorense.

"Pues aquí me la llevo pidiendo, porque donde pido trabajo no me dan porque yo creo que me
ven mal. Sí me gustaría trabajar para levantarme pero no me dan trabajo", comentó.

Manifestó que esto lo platica para sacarlo de adentro y para que a otros migrantes no les vaya
a pasar lo mismo.

Cabe señalar que de acuerdo con un despacho de Notimex, más de 109 mil mexicanos fueron
deportados desde Estados Unidos en los primeros seis meses de 2018, según cifras de la
Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación de México.

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Indicó que esto representa 32 mil 397 deportaciones más respecto a 2017, cuando en ese
mismo periodo se registraron 76 mil 899 eventos de este tipo.

En respectivos comunicados, los ayuntamientos de San Luis Río Colorado y de Nogales, dos
fronteras de Sonora, han manifestado que la presencia de estas personas requieren de un
esfuerzo presupuestal adicional.

Indicaron que estas personas requieren servicios de comunicación con sus familias, albergue,
alimentos, asesoría jurídica y psicológica, además de otras acciones para que tengan una
estancia humanitaria y con dignidad.

Entre las propuestas de municipios fronterizos y organizaciones no gubernamentales (ONG)

está que los gobiernos de entidades expulsoras de connacionales, deben contribuir con
presupuesto para esta labor social.

Mientras tanto, los migrantes como Marcelino siguen llegando a la frontera de México con
Estados Unidos, donde quizá algunos de ellos decidan o deban permanecer.

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