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Aprende a comunicarte con tu equipo de trabajo de manera eficiente

Uno de los aspectos más importantes que contribuyen a construir una cultura empresarial positiva y,
por tanto, a que nuestro propio trabajo se desarrolle en un ambiente agradable y de camaradería, es el
mantener una comunicación eficaz entre las personas que laboran en la empresa.

Sin embargo, si bien podemos creer que somos capaces de comunicarnos correctamente cuando se
trata, por ejemplo, de exponer un proyecto, no necesariamente sucede lo mismo cuando estamos en
un contexto de conflicto real o potencial con otra persona que puede ser nuestro superior, nuestro par
o nuestro subordinado. En cualquiera de los tres casos es vital que sepamos establecer un diálogo
constructivo en el cual, además, se demuestre un interés honesto por la opinión del otro y la búsqueda
de un consenso o acuerdo favorable para el proyecto común. Esto implica, necesariamente, un interés
genuino - y no solo por compromiso - por escuchar.

Pero mantener una comunicación eficaz y respetuosa requiere sí o sí de algunas condiciones que harán
que los mensajes intercambiados no solo sean recibidos, comprendidos y reformulados, sino que en
esta acción se contemple los sentimientos del emisor, con el fin de no herirlo ni menospreciarlo.

A continuación, enumeraremos algunas de esas condiciones que no podemos dejar de considerar a la


hora de comunicarnos con nuestros compañeros de trabajo y, por qué no, con cualquier otra persona
que se cruce en nuestros espacios personales:

1. No interrumpir al que habla


2. Sin ningún argumento, solo por capricho, no censurar al otro sin haberlo escuchado lo suficiente.
Además, no debemos lanzar mensajes de desaprobación ni tampoco enfrentarnos al diálogo con
prejuicios hacia el mensaje de nuestro interlocutor.
3. No ser los ‘profesores’ que dan lecciones poniendo como base una mayor experiencia. Muchas
veces, inclusive, ya tenemos lista una respuesta sin haber escuchado el argumento del otro.
4. No usar la ironía. Esta normalmente se utiliza para ridiculizar.
5. No dar sermones. Recordemos que estamos debatiendo con otro profesional y puede ser que
también tenga un punto válido. La soberbia no es una amiga buena para el diálogo.
6. No ofrecer una ayuda que no nos han solicitado. Tampoco ser el experto que ofrece soluciones a
todos.
7. No hay que dirigir la conversación a nuestros intereses manipulando los mensajes o los
sentimientos.
8. Debemos tener una disposición positiva hacia el diálogo, preparándonos para escuchar con
atención en todo momento.
9. Debemos hacer notar al otro que estamos escuchándolo, para lo cual el manejo adecuado de
nuestro lenguaje corporal es muy importante.
10. No hay que restarle importancia a lo que el otro nos dice. Puede ser que para nosotros lo que
expresa o lo que siente no sea tan grave, pero si para la otra persona lo es, debemos darle el peso
necesario. Para eso es importante ser empáticos y saber ponernos en su lugar.

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