Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Gran parte de nuestro conocimiento acerca del interior de la Tierra ha sido inferido
de otras observaciones. Por ejemplo, la fuerza de la gravedad es una medida de la
masa terrestre. Después de conocer el volumen del planeta, se puede calcular su
densidad. El cálculo de la masa y volumen de las rocas de la superficie, y de las
masas de agua, nos permiten estimar la densidad de la capa externa. La masa que
no está en la atmósfera o en la corteza debe encontrarse en las capas internas de
la tierra. La fuente más fiable de la estructura interna de la Tierra la proporciona el
estudio de las ondas sísmicas, cuya velocidad está en función de los diferentes
parámetros físicos y químicos de los materiales que atraviesan.
CORTEZA
Los fondos de las grandes cuencas oceánicas están formados por la corteza
oceánica, con un espesor medio de 7 km; está compuesta por rocas máficas
(silicatos de hierro y magnesio) con una densidad media de 3,0 g/cm3.
Los continentes están formados por la corteza continental, que está compuesta por
rocas félsicas (silicatos de sodio, potasio y aluminio), más ligeras, con una densidad
media de 2,7 g/cm3.
MANTO
El manto terrestre se extiende hasta una profundidad de 2890 km, lo que le convierte
en la capa más grande del planeta. La presión, en la parte inferior del manto, es de
unos 140 G Pa (1,4 M atm). El manto está compuesto por rocas silíceas, más ricas
en hierro y magnesio que la corteza. Las grandes temperaturas hacen que los
materiales silíceos sean lo suficientemente dúctiles como para fluir, aunque en
escalas temporales muy grandes. La convección del manto es responsable, en la
superficie, del movimiento de las placas tectónicas. Como el punto de fusión y la
viscosidad de una sustancia dependen de la presión a la que esté sometida, la parte
inferior del manto se mueve con mayor dificultad que el manto superior, aunque
también los cambios químicos pueden tener importancia en este fenómeno. La
viscosidad del manto varía entre 1021 y 1024 Pa·s.3 Como comparación, la
viscosidad del agua es aproximadamente 10-3 Pa.s, lo que ilustra la lentitud con la
que se mueve el manto.
La formación de esta zona puede ser explicada por la refracción de las ondas P
(cambia su ángulo de incidencia) cuando se encuentran con el límite del núcleo;
gracias a que la trayectoria de las ondas P pueden ser calculadas con precisión,
incluso el tamaño y la forma del núcleo pueden ser determinadas.
Una diferencia significativa entre las ondas P y las ondas S es que las ondas P
pueden viajar a través de materiales tanto sólidos como fluidos, mientras que las
ondas S pueden viajar únicamente a través de materiales sólidos.
La zona de sombra de la onda S es incluso más extensa que la zona de sombra de
la onda P y es precisamente debido a lo anterior. Las ondas S directas no son
registradas en toda la región comprendida a más de 103° de distancia del epicentro
del terremoto. De esta manera, la zona de sombra de la onda S parece indicar que
este tipo de ondas no atraviesan el núcleo en absoluto. De ello resultaría que el
núcleo de la Tierra sea líquido, o al menos que se comporte como uno.
La manera en la que las ondas P son refractadas en el interior del núcleo terrestre
(como muestran cuidadosos análisis de sismogramas) sugiere que el núcleo tiene
2 partes, a saber:
Por el contrario, los riesgos antrópicos son riesgos provocados por la acción del ser
humano sobre la naturaleza, como la contaminación ocasionada en el agua, aire,
suelo, deforestación, incendios, entre otros.
La amenaza o peligro natural hace referencia a la probabilidad de que se produzca
un determinado fenómeno natural, de una cierta extensión, intensidad y duración,
con potencial para causar daños a personas o al entorno.1