Está en la página 1de 11

1

¿CÓMO CALCULAR VARIANTES?

MI Boris Zlotnik

La fuerza práctica de un jugador de ajedrez depende a grandes rasgos del proceso de la toma
de sus decisiones. Este proceso en su turno depende estrechamente de la habilidad en el
cálculo de variantes. Es sintomática en este sentido la siguiente frase de T.Petrosian antes de
su segundo match por el título mundial contra B.Spassky (Moscú,1969): “Ni la estrategia ni la
infinidad de sutilezas en la apertura serán los más importantes. El destino del match decidirán
sobre todo nuestros reflejos en el cálculo de variantes. Es decir, va a tener éxito uno que
orienta mejor en tu mueves acá y yo muevo allá”. Hay que decir que al contrario de su rival en
este encuentro, que según las palabras de su entrenador GM Suetin, nunca utilizaba ejercicios
para entrenar sus habilidades, B.Spassky entrenaba su habilidad del cálculo y de fantasía
resolviendo los ejercicios especiales, estudios artísticos e incluso problemas. La siguiente
posición, una de las más favoritas del décimo campeón del mundo, y en cierto modo la prueba
final de su habilidad del cálculo antes del comienzo del match contra T.Petrosian, en el que
ganó la corona mundial, B.Spassky resolvió en 20 minutos.

Grigoriev
Shajmaty v SSSR,1932

No vale 1.a4 por 1...¢e4 y el rey negro detiene el peón pasado blanco. Por ello la primera
jugada es
1.¢f5 ¢e3 2.¢e5
Y aquí el negro tiene una defensa muy fina:
2...c6!
Minando la casilla d5. Perdían 2...c5 3.¢d5 y 2...¢d3 3.¢d5 ¢c3 4.¢c5 seguido de 5.a4.
3.a4 ¢d3
Una jugada con los dos objetivos: detener el peón pasado enemigo y apoyar el avance del
peón c6.
4.a5 c5 5.a6 c4 6.a7 c3 7.a8 £ c2
2

Como se sabe, el éxito del bando de dama contra el peón de alfil en la penúltima fila depende
de la posición de rey del bando fuerte. Aquí no da nada 8.£e4+ ¢d2 [8...¢c3? 9.£d4+ ¢b3
10.£a1+-] 9.£d4+ ¢e2 [o 9.. ¢c1! 10. ¢d5 ¢b1]10.£c3 ¢d1 11.£d3+ ¢c1 12.¢d4 ¢b2
13.£c3+ ¢b1 14.£b3+ (14.¢d3 c1£) 14...¢a1.
8.£d5+!!
La clave: las blancas ganan un tiempo decisivo.]
8...¢e2
O 8.. ¢e3 9. £g2!!
9.£a2! ¢d1 10.¢d4 c1£ 11.¢d3 1:0
Cuando B.Spassky ofreció este estudio a R.Fischer, éste le llamó el día siguiente exclamando:
"£g2!!"

El primer libro que abordó en una manera sistemática el tema de la técnica del cálculo de
variantes fue "Los secretos de pensamiento del ajedrecista", Moscú 1970, escrito por GM
A.Kotóv, que presentó un modelo del cálculo en la forma del árbol y las variantes como su
tronco y ramas y además estableció dos reglas principales:
1. Antes de comenzar a calcular uno debe determinar todas las posibles jugadas
apropiadas, que A.Kotov nombró las jugadas-candidatas. Después de fijarlas y
enumerarlas, se han de analizar una por una.
2. Las variantes que resultan se han de estudiar sólo una vez.

Estas reglas tienen un cierto valor para la organización del proceso de pensamiento de los
ajedrecistas, pero se puede aplicar sólo en casos bastante claros. Y su limitada naturaleza se
manifiesta sobre todo en situaciones difíciles. Esta es la razón por la que me permitió hacer las
siguientes sugerencias al libro de A.Kotov "Piense como un gran maestro", Moscú 1985 al
redactarlo ya después de la muerte del autor.

1. Es improbable determinar inmediatamente todas las jugadas-candidatas en posiciones


complicadas, sobre todo al comenzar a considerarlas. En realidad aparecen a medida
que vamos penetrando en la posición.
2. A veces, en el cálculo de las variantes, la jugada correcta de una variante o una idea
nueva aparece durante el cálculo de la otra como si proceso de investigación
funcionase paralelamente en la mente del jugador. Por lo tanto, en situaciones
intrincadas es inevitable volver a calcular.
3. Un importante indicador de la técnica de cálculo es su economía, lo cual presupone,
limitar el numero de las jugadas-candidatas y calcular detalladamente solamente las
variantes necesarias.

Déjenme ilustrar cada matización con unos ejemplos.


3

Kuzmin - Sveshnikov
Moscú, 1973

Al calcular la variante 1.¥xh7+ ¢xh7 2.£h5+ ¢g8 3.¥xg7 ¢xg7 4.£g4+ ¢h7 5.¦f3

descubrimos que el negro tiene una defensa suficiente: 5...¤xf4! 6.¦xf4 f5. Se nota que la clave
de la defensa negra es el ¤d5, lo que implica la idea de distraerlo. En la partida siguió:
1.¤b6! ¤xb6
Tampoco salvaba aunque fue más resistente 1...¦b8 2.¤xd5 cxd5 3.¥xh7+ ¢xh7 4.£h5+ ¢g8
5.¥xg7 £xc5+ 6.¢h1 ¢xg7 7.£g4+ ¢h8 8.¦f3 £c2 9.f5! £xf5 10.¦xf5 exf5 11.£h3+ ¢g7
12.£g3+ ¢h7 13.£xb8.
2.¥xh7+ ¢xh7 3.£h5+ ¢g8 4.¥xg7 ¢xg7 5.£g4+ ¢h7 6.¦f3 1–0

Es obvio que sin realizar el cálculo previo que comienza con la evidente 1. ¥xh7+ no está claro
por qué 1. ¤b6 podría incluirse en la lista de jugadas-candidatas. Por lo tanto, en la práctica, el
jugador de ajedrez primero hace normalmente un cálculo de una idea obvia que habitualmente
él había visto con antelación durante el desarrollo de partida y sólo entonces, si no está
satisfecho, aumenta el número de jugadas-candidatas.
4

Novopashin - Tal
Erevan, 1962

"En mi cálculo previo consideraba que lo mejor aquí era 1...¥c6 2.¤g5 ¦e7 3.¤xe4 £h4 4.¥d5
¥xd5 5.¦xd5 ¥xb2 6.¦f4 £h6 con una ligera ventaja negra. Pensaba además sobre la
arriesgada 1...¥b5, sin embargo tras 2.¤g5 ¥xf1 3.¤xf7 ¢f8 el blanco puede elegir entre la
tranquila 4.¦xf1 con una compensación suficiente por la calidad y la aguda 4.¤g5 £xf5 5.£c5+
¦e7 6.£d5! ¢e8 teniendo las tablas aseguradas con las posibilidades de encontrar un ataque
decisivo. Siguió pensando sobre la posición y de repente encontré que el negro tiene una
posibilidad de más"-M.Tal.
1...¦e7! 2.¤c5 £b6!¡La clave! La misma idea de la clavada ocurriría tras 2.¤g5 £h6! 3.£g5!?

Una jugada ingeniosa con la idea de 3...£xc5? 4.f6! ganando. Sin embargo el negro tiene una
defensa suficiente. Tampoco era mejor 3.f6 gxf6! [3...¥xf6? 4.¦xf6! gxf6 5.£g3+] 4.£xe4
¥c6[4...£xc5? 5.¦xd7 ¦xd7 6.£g4+] y la pareja de los alfiles negros es muy fuerte.
3...¥f6 4.¤xd7 ¦xd7

Según M.Tal, la posición blanca está perdida por tres motivos siguientes: el potente peón
pasado e4, la pasividad del ¥b3 y la presencia de los alfiles de distinto color, lo que favorece al
bando atacante en el medio juego.
5

5.£f4 ¦e7 6.¦fe1 e3 7.c3 h5! 8.¦e2 ¦ae8 9.£d6 £b5 10.£d3 £e5 11.¦f1 a6!
Para impedir la maniobra defensiva blanca: el ¥d5 y el peón c4.
12.¦f3 b5 13.g3 £c5 14.a4 £b6 15.£c2 £b7 16.¢g2 ¦d8 17.axb5 axb5 18.£c1 ¥g5 19.h4
¦d2 20.£f1 ¦xe2+
y las blancas abandonaron por 21.£xe2 ¥h6 seguido de 22...¦d7. 0–1

Este ejemplo demuestra que nuevas ideas habitualmente llegan a nuestra mente durante un
estudio profundo de posición y, como nos parece, "de repente" ilustrando de nuevo un famoso
en sicología proceso de iluminación (insight en inglés).

Evans - Tal
Amsterdam, 1964

La resolución de esta posición ilustra una de las exigencias más relevantes del cálculo:
economía gracias a la comparación. Ahora las negras tienen dos posibilidades para
aprovecharse de la expuesta situación del rey blanco: 1...f5+ y 1...h5+. En la partida las negras
ganaron después de:
1...f5+! 2.gxf6 h5+ 3.¢xh5 £f3+ 4.¢g5 £xf6+ 5.£xf6 gxf6+ 6.¢xf6 ¦xb8

En caso de 1...h5? 2.gxh6 f5+ 3.¢xf5 £f3+ 4.¢g5 £xf6+ 5.£xf6 gxf6 6.¢xf6 ¦xb8 la position
es similar a la variante 1...f5+, pero con un peón blanco adicional en h6, lo que llevaría a las
tablas tras 7.h7+! ¢xh7 8.d6 ¦f8+ 9.¢e7 ¦f2 10.d7 ¦e2+ 11.¢f8 ¦d2 12. ¢e7 ¦e2+.
7.d6 ¢f8 8.h5 ¦b7 9.¢e6 ¦h7 10.¢d5 ¢e8 11.¢c6 ¢d8 0–1

Otra forma de la economía del cálculo es reducir el número de jugadas-candidatas, lo que se


basa en el método de exclusión. La idea básica es que, si hay alguna posibilidad, se elige una
jugada porque todas las demás son malas. El famoso entrenador, MI M.Dvoretsky fue el
primero en llamar la atención sobre este aspecto en la literatura didáctica. He aquí un ejemplo
que él mismo presentó:
6

Dvoretsky - Alburt
Voronej, 1973

Las blancas tienen tres jugadas-candidatas que son 1.e4, 1.d6 y 1.¦d1. 1.¦d1 no pide un
análisis especial ya que tras 1...exd5 2. ¤xd5 ¦f7 3.¦xd3 ¦e8 4.¦d4 se crea una posición
tranquila donde las blancas están en condiciones de luchar por las tablas. Fijémonos en otras
posibilidades: 1.e4 exd5 2.exd5 [2.¤xd5 lleva a la variante con 1.¦d1.] 2...¦f4! Con la idea de
3. ¦d1 d4!-+; la última posibilidad es 1.d6 ¦f5 2.b4 a5!?con clara ventaja negra.
Por lo tanto, hay que elegir 1. ¦d1 no porque es especialmente buena, sino porque las otras
jugadas son peores.

A.Kotov resumió en la figura de un arbol lo esencial de su teoría. En él, las variantes y


subvariantes se representaban mediante ramas y tallos. Señala los siguientes casos
especificos en el arbol de variantes: "un tronco", es decir el cálculo de una sola línea, pero
larga, "una matorral", es decir el cálculo de muchas variantes cortas y una "jungla", es decir el
cálculo de muchas variantes largas e intrincadas.

Consideremos, desde el punto de vista de los jugadores prácticos, que rasgos significativos
caracterizan a cada una de ellas.

TRONCO

Este clase de variantes se caracteriza por la presencia de una idea dominante. En otras
palabras, la jugada-candidata es evidente ya a primera vista. Un análisis trivial de la variante
forzada, con jaques o con capturas, no es tan interesante y no tan frecuente. La propia
naturaleza de ajedrez crea habitualmente dos barreras típicas pasando las cuales es necesario
encontrar la belleza interna de ajedrez en la forma de una jugada intermedia o una jugada
explosiva.

Zelevinsky – Berezin
Moscú, 1957
7

Esta posición ilustra una variante forzada con una jugada intermedia.
1.¥h7+! ¤xh7 2.¦xf7! ¢xf7 3.£xh7+ ¢e6
El rey negro está en una posición peligrosa, sin embargo no da nada la evidente 4.¦e1? por 4...
¤xe5 y negras ganan. La clave de la solución es la jugada intermedia
4.¥c7!
Y tras
4...£d7 5.¦e1+ las blancas ganaron. 1–0

Como demuestra la práctica para muchos jugadores al encontrar una idea interesante es muy
difícil esperar un poco y buscar una jugada intermedia que refuerza esta idea.

Tal - Averbaj
Riga, 1961

Llama atención la variante siguiente 1.¥xc5 £xc5 2.¤xf6+ ¥xf6 3.£xf6 hxg5 4.¥b3 y parece
que las blancas tienen un ataque fuerte por la pieza sacrificada. Sin embargo tras 4...¦b7
[4...¢h7!?] las negras tienen recursos defensivos suficientes, por ejemplo 5.£xg6+ ¢f8
6.£xg5 ¦d6. Es sintomático que prácticamente todos, incluido los maestros, a los que ofrecí
esta posición indicaban la variante hasta 4.¥b3 sin dar mucha importancia a las posibilidades
defensivas negras diciendo que en la partida práctica jugarían así ya que por la pieza
entregada habrá casi seguro los tres peones. Sin embargo la solución correcta está
relacionada con una maniobra intermedia blanca antes del sacrificio, lo que lleva a una posición
totalmente ganada y lo que fue precisamente en la partida.
1.¤xf6+! ¥xf6
Tras 1...£xf6 2.£xf6 ¥xf6 3.¤f3 las blancas por la amenaza doble a los peones c5 y h6
ganaban uno de ellos. Sin embargo, según M.Tal, eso era el mal menor.
2.¦ad1! £e7 3.¥xc5! ¦xd1 4.¦xd1 £xc5 5.£xf6 hxg5 6.¥b3!
8

Al contrario con la variante con 1.¥xc5?! aquí el negro no tiene jugada 6...¦b7 por 7.¦d6 ¦c7
8.£xg6+ ¢f8 9.£h6+ ¢e8 [9...¢g8 10.¦g6#] 10.£h8 ¢e7 11.£f6+ ¢f8 12..¥d5 ¥d7 13.¥xc6
¦xc6 14.¦d8+. .
6...¦b7 7.£xg6+ ¢f8 8.£h6+
Las negras abondonaron por la variante 8...¢e7 9.¦d5! £b6 10.¦d6 ¦c7 [o 10...¥d7 11.£f6+
¢e8 12.¥xf7+] 11.£f6+ y 12.¦d8+. 1–0
Desde el punto de vista práctico son muy frecuentes y por lo tanto son muy importantes los
casos cuando al realizar una combinación uno se pasa por alto de una jugada intermedia
defensiva de rival.

Illescas - Speelman
Linares, 1992

Las negras están mejor y ahora podrían haber aumentado su ventaja con la natural 1...d4. En
cambio, introducen una combinación que puede refutarse.
1...¥xf3+? 2.¦xf3 ¦xf3 3.£xf3 ¦f8
Con la idea de 4.£e2 ¦f2+ 5.£xf2 ¥xf2 6.¢xf2 £xh2+ 7.¢f3 £xb2. Sin embargo la siguiente
jugada intermedia destruye la idea de las negras.
4.¥xh7+! £xh7 5.£xe3 £c2+ 6.£d2!
Única, ya que después de 6.¦d2? £b1 la amenaza del mate en f1 permitiría a las negras
recuperar la pieza con clara ventaja posicional.
6...£e4+ 7.¢g1 d4 8.¦e1 £d5 9.¤c1 ¤xe5 10.¦xe5 £xe5 11.¥xd4
Y las blancas realizaron su ventaja material.

Zlotnik - Krasenkov
Moscú, 1981

La solución de esta posición es un ejemplo de una variante forzada con un golpe final
impresionante que, por cierto, les escapó a ambos rivales.
Ahora no vale, por supuesto 1...¦xf2?? 2.¢xf2 £e3+ 3.¢g2 £e2+ 4.¢h3 . En la partida fue
1...¦c2? 2.a4 y las blancas realizaron su ventaja material. Las negras rechazaron la evidente
1...¦xb1 por la variante 2.¦xb1 £f5 3.¦b8 £xd3 [3...£xf3? 4.¦xf8+ ¢xf8 5.£b8+ ¢e7 6.£xe5+
9

¢f8 7.£xd4+-] 4.£a8 y parece que las blancas ganan ya que la dama negra no puede
defender la.¦f8. Sin embargo en este mismo camino las negras podían resolver sus problemas
al encontrar un elegante salto de su dama.
1...¦xb1 2.¦xb1 £f5 3.¦b8 £xd3 4.£a8 £b1+!!
Esta última jugada es la clave. En el final resultante tras
5.¦xb1 ¦xa8
el negro incluso está algo mejor.

MATORRALES

La dificultad en este tipo del cálculo es habitualmente mayor que en el cálculo de tipo "tronco" y
viene determinada por la búsqueda de todas jugadas-candidatas posibles y el orden del
cálculo.

Kuinji - Jansa
Lvov, 1961

En la posición del diagrama las blancas tienen tres posibilidades típicas de entrega de pieza: 1.
¥xe6, 1.¤xe6 y 1.¤d5. Dos primeras no dan nada concreto, por ejemplo1.¥xe6 fxe6 2.¤xe6
¢f7 3.£g4 [3.f5 ¤e5] 3...¤b6 4.f5 ¤c4 y inesperadamente el rey blanco ya está menos seguro
que su oponente negro. La correcta es solamente la tercera opción.
1.¤d5! exd5
O 1...£a5 2.¤xe7 ¢xe7 3.¤f5+! exf5 4.exf5+ y 5.£xb7.
2.exd5 ¤b6
Intentando parar las amenazas 3.£e4 y 3.¤f5.
3.¦xe7+! ¢xe7 4.£e4+
Y las negras abandonaron por la pérdida inevitable de su dama debido al salto del caballo
blanco en c6 o e6.
Cuando uno lleva a cabo este tipo del cálculo es de especial importancia considerar todas las
jugadas-candidatas. Pero esto es especialmente difícil cuando la más fuerte de las posibles
está escondida.

Balashov - Planinc
Skopje, 1973
10

En esta posición ni 1.¦b5? ¤d6 ni 1.¦xd8 ¤xd8 2.£b5 ¦f8 3.¥c5 ¤e6! 4.¥xf8 ¤xc7 5.£b8
£a8 6.£xc7 ¢xf8 7.¤xe5 £xa2 prometen alguna ventaja real para las blancas, y sólo el
paradójico retroceso de la ¦d5 hace inevitable la rendición de las negras.
1.¦d2!! ¦b8
Tampoco salvaba 1...£b1+ 2.¢h2 ¦b8 3.¥a7.
2.¦b2! 1–0

Me gustaría señalar especialmente que por un lado para nuestra mente el retroceso con una
pieza es habitualmente una jugada difícil de considerarla y por otro lado que una jugada de
retroceso a menudo es una solución creativa de una situación complicada.
La orden interior "Busca hasta que lo encuentres" puede convertirse en un enérgico estimulo
para dar con las jugadas-candidatas restantes, lo que en su turno forma una habilidad muy
importante del cálculo incluso para los maestros.

JUNGLA

Este tipo del cálculo es más complicado de todos ya que parece mezclar peculiaridades de los
anteriores, ya que se caracteriza por la profundidad y la ramificación. El ser humano no es una
máquina perfecta, y esta es la causa por la que en este tipo del cálculo a menudo se toma una
decisión intuitiva. De ella proceden no sólo descubrimientos originales, sino también fracasos
por errores inevitables.

Fischer - Geller
Monaco, 1967

Como comento E.Géller, objetivamente es muy poco probable que el rey negro puede
sobrevivir bajo el fuego de las cuatro piezas enemigas. Sin embargo sobre el tablero encontrar
un camino único es muy difícil. En esta posición R.Fischer debía elegir entre 1.¦f3, 1.¥d1, 1.
£c2 y la jugada en la partida. Un breve resumen del análisis de E.Géller es siguiente:

1)1.¦f3 £b4[1...£a4? 2.£b2! £d7 3.¦b3!] 2.£xb4 ¥xb4 3.¦b3 a5 4.a3 h6 5.¥e3 dxc4 6.bxc4
¥d5!=
2)1.¥d1!? ¥e7 2.¥xe7!¢xe7 3.£g5+ ¢d6 4.¦f7 ¦e8 5.c5+ [5.¦xb7 £d3 6.h3 £xd1+ 7.¢h2
£d4 8.£xg7=] 5...£xc5 6.¦xb7 £f2 7.h3 £f1+ 8.¢h2 £f4+ 9.£xf4 exf4 10.¦xg7 e5 11.¦xh7±
3)1.£c2! c4 [1...¥e7? 2.¥h5+! g6 3.¥xg6+ hxg6 4.£xg6+ ¢d7 5.¥xe7+-; 1...g6 2.¥g4 ¥e7
3.£f2! 0–0–0 4.¥xe6+ ¢b8 5.¥xe7 £xe7 6.¥xd5 ¥xd5 7.cxd5+-] 2.¥g4 ¥e7 3.£f2! 0–0–0 4.¥f4
¥d6 5.¥xe6+ ¢b8 6.£b6+- Tal-Bogdanovic, Budva 1967.

De tal manera las blancas en la posición del diagrama disponen de las dos posibilidades
ventajosas. Sin embargo la ventaja blanca se manifiesta solamente en el final de las variantes
largas. Al entender que R.Fischer debía calcular además la multitud de otras ramificaciones su
error es comprensible.
1.¥g4? dxc4 2.¥xe6 £d3 3.£e1 ¥e4! 4.¥g4
Tampoco salvaba 4.¥f5 ¥xf5 5.£xe5+ ¢d7 6.£xg7+ ¢c6 7.£f6+ ¥d6 8.£xf5 £xf5 9.¦xf5 y el
peón c4 es un as principal de las negras.
4...¦b8 5.¥d1 ¢d7 6.¦f7+ ¢e6
11

R.Fischer abandonó por la variante 7.¦xg7 ¥xg2! 8.¢xg2 £d5+ 0–1

El papel de la intuición en el cálculo se ilustra muy bien con la siguiente proverbial posición.

Keres - Smislov
Zurich, 1953

"Pensé durante bastante tiempo – precisó V.Smyslov - .Quería capturar la torre, porque no
veía cómo ganaban las blancas..."

Y he aquí lo que D.Bronstein escribió sobre la jugada correcta que eligieron las negras:
1...dxc4!........
"La intuición de Smyslov no le hizo fracasar. Jugó lo mejor, como se demostró en los análisis.
Pero ¿cómo llegó a esta determinación?... Por supuesto la jugada parecía implicar un
profundo estudio de la posición. Para empezar, las negras abrieron la diagonal a su alfil,
creando así la amenaza 2...gxh5 3.£xh5 ¥e4. En segundo lugar, la columna "d" también se
abrió y por ella apareció la posibilidad de llevar la dama a d5 (en caso de que las circunstancias
lo permitiesen) para tomar el peón d4. En tercer lugar, y durante un momento, apareció un
peón pasado en la columna "c", con lo cual debería colocarse una pieza en c3 y bloquear la
diagonal del peligroso alfil blanco."
El peligro de la toma de la torre blanca ilustran las variantes siguientes:1...gxh5 2.£xh5 ¦e8
3.a4!! [con la idea de 4.¥a3] 3...dxc4 4.£xh7+ ¢f8 5.¥a3+ ¦e7 6.¦g3, ó 3...£d6 4.c5 bxc5
5.£h6 ¥g7 6.£h7+ ¢f8 7.dxc5. En la partida siguió:
2. ¦xh7
Según D.Bronstein, P.Keres podía entablar aquí mediante 2.£g4 c3 3.¥xc3 ¦xc3 4.¦xc3
£xd4 5.£xd4 ¥xd4 6.¦c7 gxh5 7.¦xb7, pero no concibió su ataque para conformarse con
unas tablas...
2...c3 3.£c1
Única ya que no valía ni 3.¥xc3 ¦xc3 ni 3.¥c1 £xd4.
3...£xd4 4.£h6 ¦fd8
Y las negras ganaron. 0–1

También podría gustarte